21 ago 2016

La acusación criminal contra “El Alfredillo”/ANABEL HERNÁNDEZ

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Revista Proceso, #, 2077, 21 de agosto de 2016
La acusación criminal contra “El Alfredillo”/ANABEL HERNÁNDEZ
El hijo del Chapo Guzmán levantado el lunes 15 por un comando armado tiene un proceso abierto y una orden de detención en su contra en Estados Unidos. De acuerdo con el expediente criminal radicado en una corte federal de Chicago, cuya copia tiene este semanario, pese a su juventud Jesús Alfredo Guzmán Salazar realizaba desde hacía algunos años actividades importantes en el cártel liderado por su padre: tráfico y distribución de drogas en cuando menos ocho estados de aquel país, sobornos a funcionarios públicos, así como actos de intimidación y amenazas contra servidores públicos y miembros de cárteles rivales.

Desde que tenía 23 años de edad, Jesús Alfredo Guzmán Salazar, hijo de Joaquín Guzmán Loera, se convirtió en una pieza importante de las operaciones de narcotráfico del Cártel de Sinaloa que ha dirigido su padre durante los últimos 15 años. Igual se ha encargado de la logística de trasiego de diversas cantidades de cocaína y heroína a Estados Unidos que de la recolección de las ganancias de la organización criminal en ese país, y del lavado de dinero de dichas ganancias.
Así lo señala el expediente criminal 09-cr-383 abierto en su contra en 2009 en la Corte Federal de Distrito Norte de Illinois, en Chicago, del cual Proceso tiene copia.

Con el paso del tiempo sus actividades dentro del cártel se hicieron mayores, según el expediente, al punto de involucrarse en las operaciones desarrolladas en al menos nueve países de América Latina, incluyendo México. Y participaba en el tráfico y distribución de drogas en cuando menos ocho estados de la Unión Americana: California, Illinois, Michigan, Ohio, Nueva York, Washington, Wisconsin y Massachusetts.
 De acuerdo con la última actualización de la acusación criminal en su contra, fechada en abril de 2015, la participación de El Alfredillo se extendía a tráfico de armas y sobornos a funcionarios públicos, así como a actos de intimidación y amenazas contra servidores públicos y miembros de cárteles rivales.
 La madrugada del lunes 15 el hijo de El Chapo Guzmán fue capturado por un grupo armado mientras se encontraba junto con su hermano Iván Archivaldo Guzmán Salazar en el restaurante La Leche celebrando la despedida de soltera de una prima, según revelaron familiares de Guzmán Loera a Proceso.
 Iván salió momentos antes de la entrada del grupo armado y Alfredo fue sustraído junto con otros cinco hombres, uno de ellos su primo José Manuel Díaz Burgos. Desde entonces no se conoce su paradero.
 El Alfredillo, como lo denomina la Fiscalía de Estados Unidos, está coacusado junto con su padre Joaquín, con Ismael Zambada García –el otro líder de la organización criminal–, con Vicente Zambada Niebla y al menos 10 personas más de conspirar para importar, exportar y distribuir droga a ese país.
 En el expediente se afirma que, desde noviembre de 2008, El Alfredillo, nacido en mayo de 1985 según los registros de ese gobierno, ha actuado como “el coordinador logístico que coordinó cargamentos de varios kilos de cocaína y heroína a los Estados Unidos a nombre de Joaquín Guzmán Loera o la facción de Guzmán Loera, así como el envío de múltiples cantidades de dinero para Joaquín Guzmán Loera y la facción de Guzmán Loera proveniente de sus clientes en Estados Unidos”.
 Desde entonces el gobierno estadunidense le sigue los pasos al menor de los cuatro hijos de El Chapo Guzmán procreados con su primera esposa Alejandrina Salazar; los otros son César, Iván Archivaldo y Gisele. El expediente de Chicago muestra que el golpe no sólo es un ataque personal contra Joaquín Guzmán Loera, quien se encuentra preso en el Cefereso número 9 a unos pasos de la extradición, sino también a las operaciones del Cártel de Sinaloa.
 La trayectoria de Jesús Alfredo
 Con base en el expediente criminal abierto en contra de El Alfredillo en Chicago, esta es su historia dentro del Cártel de Sinaloa y la crónica, narrada por familiares de El Chapo a Proceso, de cómo fue desaparecido.
 Alfredo Guzmán Salazar apenas tenía ocho años de edad cuando su padre fue detenido por primera vez en 1993, acusado de haber tomado parte en la balacera en la que fue asesinado el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo ocurrida en mayo de ese año en el Aeropuerto Internacional de Guadalajara. Cuando tenía 16 años de edad volvió a reencontrarse con su padre, éste ya en libertad luego de que se fugó en 2001 del penal de máxima seguridad en Puente Grande Jalisco.
 De acuerdo con testimonios de familiares, obtenidos por Proceso, El Chapo se ha mantenido al pendiente de sus hijos y cercano a ellos, particularmente a Iván y Alfredo. La actual esposa de Guzmán Loera, Emma Coronel, lo refirió en la entrevista exclusiva que la autora de este reporte realizó con Coronel en febrero último.
 En octubre de 2015, en condición de prófugo, El Chapo se reunió con la actriz mexicana Kate del Castillo y el actor estadunidense Sean Penn en un lugar de Sinaloa. En el encuentro estuvieron sus hijos Iván y Alfredo; así lo sostuvo Penn en su crónica, publicada en la revista Rolling Stone.
 Tras la desaparición de El Alfredillo se filtró en las redes sociales una fotografía de Kate con el hijo de Guzmán Loera. Proceso ha podido confirmar que la fotografía es auténtica, no un montaje, y fue tomada el mismo día en que la actriz visitó al capo. Ahora la Procuraduría General de la República (PGR) inició una nueva embestida contra la actriz a partir de esta filtración.
 Siete años después de que El Chapo escapó de Puente Grande, según las fechas referidas en el expediente, El Alfredillo, con el conocimiento de su padre, comenzó a negociar directamente cargamentos de droga a Estados Unidos.
 De acuerdo con la acusación criminal, a sus 23 años El Alfredillo ya tenía lugartenientes propios, como Jorge Mario Valenzuela Verdugo y Guadalupe Fernández. Asimismo, juntaba su dinero con el de otros narcotraficantes para financiar la obtención de cantidades más grandes de droga, y apoyaba en la importación de cocaína, precursores químicos y otras drogas de Colombia, Ecuador, Venezuela, Perú, Panamá, Honduras, Costa Rica, Guatemala y México. También colaboraba en la introducción de la droga en Estados Unidos y su distribución en ocho estados.
 En declaraciones ministeriales rendidas por los hermanos gemelos Margarito y Pedro Flores, clientes mayoristas del Cártel de Sinaloa en Chicago, éstos afirman que “durante el curso de sus negociaciones con Guzmán Loera, Zambada García, Zambada Niebla, tuvieron conocimiento de los medios y métodos para el tráfico de cocaína de Colombia a México”.
 Según los hermanos Flores, realizaron tratos directos tanto con El Chapo como con El Alfredillo. Los gemelos se convirtieron en informantes de la DEA, dieron pistas sobre los cargamentos de droga enviados por el Cártel de Sinaloa y grabaron las múltiples conversaciones de negocios hechas con Alfredo Guzmán Salazar.
 Los Flores
 –Las de ayer salieron bastante bien [la heroína era de buena calidad] –dijo por el teléfono Pedro Flores desde algún lugar de Estados Unidos el 8 de noviembre de 2008.
 –¿De cuáles hablas? –respondió el joven hijo de El Chapo, Alfredo Guzmán Salazar, quien según esta conversación estaba involucrado en el negocio de drogas de su padre.
 –De 20 [20 kilos de heroína] –contestó Flores–. Le estaba diciendo a tu viejo [Guzmán Loera] ahora mismo que… para ver si hay oportunidad de mandar otros cinco [cinco kilos adicionales de heroína]. No sé si ustedes los tengan, porque voy a depositar el cheque para esos mañana [pagar por los 20 kilos de heroína]… Checa si tienen otros cinco y me avisas.
 En las grabaciones hechas por los gemelos Flores para la DEA quedó constancia de una transacción de 18 kilogramos de heroína comprada por ellos directamente a El Alfredillo.
 “En las mismas llamadas los Flores y Guzmán Salazar intercambiaron información que permitió al mensajero de Guzmán Salazar entregar la heroína al mensajero de los Flores”, se afirma en el expediente abierto contra el hijo de El Chapo.
 Con base en esta conversación y en el testimonio de los Flores el gobierno de Estados Unidos abrió un expediente criminal contra el más joven del clan Guzmán Salazar. A partir de estas pruebas, el 12 de agosto de 2010 la Corte en Chicago concedió a la Fiscalía la orden de arresto de Alfredo Guzmán Salazar, que no se concretó.
En abril de 2015 la Fiscalía emitió una novena actualización de los cargos contra el joven. En ésta lo acusa no sólo de tráfico de cocaína y heroína, sino también de mariguana a Estados Unidos.
Existe el antecedente de que uno de los coacusados de El Alfredillo en el voluminoso expediente, Héctor Miguel Valencia Ortega, murió y el 30 de septiembre de 2015 la Fiscalía decidió solicitar al juez la eliminación de la orden de arresto que pesaba sobre éste, quien era lugarteniente de El Chapo.
En caso de que se comprobara que Alfredo Guzmán Salazar no sobrevivió al levantón del que fue víctima el lunes 15, la Fiscalía también podría solicitar la eliminación de su orden de detención.
Desde ese día la familia de El Alfredillo desconoce su paradero.
Versiones sobre el secuestro
Lo que comenzó como una fiesta de despedida de soltera para Esmeralda, prima de Iván Archivaldo y Alfredo Guzmán Salazar, en el popular restaurante La Leche de Puerto Vallarta, Jalisco, a la que acudieron seis hombres y nueve mujeres, terminó en un levantón de al menos seis de los varones asistentes; entre ellos Alfredo, su primo José Manuel Díaz Burgos y el prometido de Esmeralda, Josías Nahujali Rábago Borbolla, que tenía actividades empresariales en Colima, señalaron a Proceso miembros de la familia de El Chapo.
 Este último fue identificado por la Fiscalía de Jalisco entre los cuatro de las seis víctimas que están plenamente identificadas.
 La versión recabada entre fuentes vinculadas a la familia Guzmán indica que Iván Archivaldo también acudió al festejo y por eso estuvo a punto de ser levantado con el grupo, lo que evitó al salir momentos antes de que el comando llegara al lugar.
 La presencia de los dos hijos del Chapo creó confusión en la propia familia de éste, que primero había pensado que el hijo plagiado era Iván, de 36 años de edad, según los registros del gobierno de Estados Unidos, y no Alfredo. Incluso el propio fiscal de Jalisco, Eduardo Almaguer, minutos antes de la conferencia de prensa que dio el martes 16, había afirmado que el hijo secuestrado era Iván.
 De acuerdo con información obtenida por este semanario, José Manuel Díaz Burgos, de entre 24 y 25 años de edad, es primo de los Guzmán Salazar e hijo de Emilio Díaz Guzmán. Según la misma versión, la hermana de José Manuel, quien logró escapar del grupo de plagiarios, junto con Esmeralda y otras mujeres, fue quien alertó a la familia de Guzmán Salazar de lo que había ocurrido la madrugada del lunes.
 Proceso pudo averiguar que el jueves 18, luego de varias horas de silencio, la familia de Díaz Burgos interpuso una denuncia ante la Fiscalía de Jalisco por su desaparición.
 Fuentes vinculadas al gobierno federal señalan que en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) se tenía la información de que Iván y Alfredo solían visitar lugares muy públicos en zonas muy habitadas con un grupo de “francotiradores” y guardias de entre ocho y 10 personas, por lo que se dicen sorprendidas del eficaz operativo de secuestro: los perpetradores no sólo conocían el lugar y la hora donde se reunirían los hermanos, sino que también fueron capaces de neutralizar al grupo de escoltas que habitualmente acompañaba a los dos hijos del capo.
 Fractura familiar
 Uno de los integrantes de la familia Guzmán Loera consultados, quien pidió guardar el anonimato puesto que la familia optó por guardar silencio, señala que al interior de ese clan se piensa que el levantón está relacionado con el ataque perpetrado el 11 de junio pasado a la casa de Consuelo Loera, la madre del Chapo, en la ranchería de La Tuna, en Badiraguato, Sinaloa.
 Familiares de Guzmán Loera afirmaron entonces a Proceso que detrás de ese ataque estuvo directamente Alfredo Beltrán Guzmán, sobrino de El Chapo e hijo de Alfredo Beltrán Leyva (Proceso 2069) en alianza con los remanentes del Cártel de los Beltrán Leyva e integrantes del Cártel de Jalisco Nueva Generación y de Los Zetas, como parte de una fractura en el clan familiar.
 Beltrán Guzmán es nieto de Emilio Guzmán, medio hermano de El Chapo, quien habría sido criado por la señora Consuelo como un hijo más. Las versiones indican que por ello la familia lo consideraba como miembro de la familia, lo apreciaba y lo invitaba a sus fiestas.
 Fuentes gubernamentales vincularon al prófugo exlíder del Cártel de Guadalajara, Rafael Caro Quintero, con el ataque a La Tuna y el supuesto inicio de una guerra contra el Cártel de Sinaloa.
 En julio pasado, en entrevista exclusiva con Proceso, Caro Quintero afirmó que él ya no estaba en el negocio de las drogas y que no tenía ninguna guerra con nadie (Proceso 2073). Añadió que él y El Chapo son amigos desde hace muchos años y que cuando él fue puesto en libertad en agosto de 2013 por órdenes de un tribunal, Guzmán Loera le hizo una visita amistosa y quedaron en buenos términos.
 De acuerdo con información recabada entre parientes de víctimas del levantón, después del martes 16 autoridades de Jalisco recibieron llamadas anónimas en las que se habría advertido que los seis hombres sustraídos del bar La Leche estaban muertos.
 A los pocos días del ataque a la madre del Chapo, familiares confirmaron que éste fue informado de los hechos y se mostró preocupado. Se sabe que las autoridades penitenciarias le permitieron hablar por teléfono con su madre una semana después del ataque.
 El viernes 19 El Chapo tuvo visita familiar en el Cefereso 9. Su defensa informó que ese día se suspendió una audiencia sobre su caso y que para el sábado 20 se le permitiría la visita de uno de sus abogados.


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