29 oct 2017

Poder y periodismo bisagra/Ernesto Hernández Norzagaray

Poder y periodismo bisagra/Ernesto Hernández Norzagaray
Noroeste, 29/10/2017
Felipe Guerrero, en su última columna digital Entresijos, escribe como asesor ex officio del Gobernador Quirino Ordaz Coppel. (abajo la columna de Felipe)
Lo hace con buena pluma, agudeza y desde una plataforma inmejorable. Tiene uno de los noticieros de radio más escuchados en el estado y eso le permite jugar con un doble papel: pulsa cotidianamente el ambiente político y en forma interpósita canaliza demandas llegando a diseñar escenarios y posibles desenlaces para 2018. Hace política, pues.

Sin embargo, en la entrega mencionada haciendo uso de esa influencia se lanza sutilmente contra los asesores externos, aquéllos que le hablan al oído al Gobernador y le dicen que puede prescindir de los actores políticos que lo llevaron a la posición en que se encuentra, y por lo tanto, recomienda al Gobernador que no se le olvide que se debe no a los que le dieron la posición, sino a los grupos que lo llevaron al poder, porque la distancia con ellos podría ser definitivo para resultado de las elecciones de 2018.
La postura de Felipe Guerrero me recuerda al tipo de “periodista bisagra” entre el poder establecido y los grupos del PRI, que sin duda han sido relegados en este Gobierno. Cierto, el Gobernador ha sido ingrato para empezar con quienes fueron humillados, dejándolos en la antesala esperanzados de que el dedo de Peña Nieto eligiera a uno de ellos, y más cuando de último momento salió su nombre de la chistera presidencial.

Las tradiciones del priismo, es que si bien solo uno es el elegido, el resto por justicia no queda en el desamparo, como sí ha sucedido con varios de ellos, no sin molestia porque se ha llegado al extremo de no tomarles tan siquiera una llamada, menos granjearlos con un cargo público o una posición política.
Ese ritual se ha ido perdiendo con la llegada de empresarios a los gobiernos estatales, traen otro chip, uno más pragmático, más en plan de negocios, y es así como ninguno de los nueve aspirantes al Gobierno del Estado logró un lugar en el gabinete, y es que Ordaz Coppel repitió en cierta forma la misma dosis del malovismo, llevando al Gobierno a sus amigos, condiscípulos y empresarios cercanos especialmente del influyente grupo Coppel y el de Jesús Vizcarra, que sin duda metieron la mano en la integración del gabinete.
Es más, me atrevo a afirmar: la mayoría de este selecto grupo de los todavía hoy marginados tiene dificultad para continuar su carrera política, así podemos apreciar que Daniel Amador, además de los cuestionamientos en su gremio, recientemente se le ha calificado en el tercer lugar de los senadores más improductivos; los senadores Diva Hadamira y Aarón Irízar muy pronto dejarán la Cámara Alta y no tienen nada a la vista que les mantenga en activo, dependen de que se les devuelva el apoyo brindado.
Gerardo Vargas Landeros está vetado, según varias fuentes. La última de Mario Zamora, político cercano a José Antonio Meade, quien como sabemos hasta ahora es el aspirante con mayores posibilidades de ser candidato presidencial; David López con sus problemas de salud ha puesto en entredicho el liderazgo entre los diputados priistas sinaloenses; Alfredo Villegas en el absoluto anonimato, Óscar Lara falleció dejando grandes dudas sobre el dinero depositado en Andorra, y sólo Heriberto Galindo parece tener los astros alineados con su designación como miembro del Consejo Político Nacional.
El caso del ex Alcalde de Culiacán Sergio Torres es particular, pues según salió bien posicionado en las encuestas del PRI para el Senado de la República, pero gente que sabe de estos menesteres afirma que no hubo tal encuesta, por lo que se trataría de “puro ruido” del oriundo del Valle de San Lorenzo.
Aunque siendo justos, algunos políticos como Juan Millán, tiene a su hijo Juan Ernesto como titular de la pequeña Secretaría de Pesca y Acuacultura; Jesús Aguilar Padilla promovió a Sergio Mario Arredondo en la dirección de Cobaes, y Sergio Jacobo Gutiérrez, en la Secretaría particular del Gobernador; Francisco Labastida Ochoa mantuvo hasta su renuncia a su hija Rocío como titular del Centro de Ciencias de Sinaloa.
Pero Felipe Guerrero insiste, alerta, de que no debe cometer el error de mantener marginados a los que lo llevaron al triunfo, pues sumados pueden ocasionarle problemas, incluso no podría cumplir con lo comprometido en la pasarela priista, de que en 2018 el PRI va a ganar todo.
No creo que las cosas sean tan dramáticas, en realidad los grupos tradicionales están muy disminuidos, dispersos, cada uno va por lo suyo. Eso lo han aprovechado los grupos empresariales. Y esta fuerza se hizo presente desde el gobierno de Malova, utilizando la relación que tenían y tienen con el Presidente Peña Nieto. El palomeo al mismísimo candidato del PRI. Y va a repetir la dosis en las candidaturas federales, las estatales son del Gobernador, salvo una eventual alianza total con el PAS.
La pregunta es si el Gobernador habiendo dado el paso de prescindir de los llamados grupos de poder, estaría dispuesto a ceder y dar un paso atrás, congraciándose con sus correligionarios marginados, seguramente se preguntará y calculará si los necesita para ganar las elecciones del año entrante teniendo el Gobierno, teniendo operadores, teniendo dinero, pero sobre todo, que no se ve cómo se podría articular una oposición dentro del PRI que le imponga una agenda y candidatos.
Menos todavía si concreta la alianza con el PAS, que sería en los hechos cerrar el paso definitivo a ese priismo que defiende Felipe Guerrero. Podrían, claro, buscar nominaciones en el Frente Ciudadano por México y en Morena, pero eso no garantiza triunfos automáticos y está la sombra de lo ocurrido con el malovismo, que hoy es perseguido, marginado y seguramente más en 2018, sino es que en este ínterin, algunos de sus miembros van a parar a la cárcel.
En definitiva, en los hechos el Gobernador ha decidido jugar con los indispensables principalmente con los más jóvenes y un indicio fue la integración del Consejo Político Permanente del PRI, donde está su grupo compacto con personajes como Jesús Valdés, Carlos Gandarilla, Tony Castañeda, Irma Tirado, Elsy López, entre otros, una cantera de políticos que ronda los 40 años y son pragmáticos como el Gobernador, y no tiene ningún tipo de lealtad con el viejo priismo, sobre el que busca alertar Felipe y salvo excepciones no estoy seguro que estén dispuestos a crearle problemas al PRI y a su Gobernador, porque de hacerlo ellos mismos estarían en problemas. Si no que se lo pregunten a Malova y a Gerardo.
Al tiempo.
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Inntenta Norzagaray desacreditar al periodista Felipe Guerrero/María Margarita Free del Castillo
Mujeres por Sinaloa.
Felipe Guerrero nos acaba de regalar un análisis político en su columna ENTRESIJOS que pretende ser descalificada por el ex asesor electoral, Ernesto Hernández Norzagaray, quien junto con varios colaboradores de Noroeste y su propietario Manuel Clouthier Carrillo le apuestan a convertirse en Absolutos Dueños de la Verdad.
Guerrero tituló su trabajo “QUIRINO: UNIDAD REAL O DERROTA”. No es un análisis para descalificar sino para aportarle más elementos y enriquecerlo.
Escribe Felipe Guerrero: “Quirino Ordaz Coppel ganó la gubernatura de Sinaloa sin tener la más mínima estructura electoral. En realidad nunca la ha tenido, pero le han bastado sus excelentes relaciones con el poder central y, sobre todo, con el grupo Atlacomulco, el más influyente en términos de poder político y económico del país.
Fue desde el centro donde se decidió que fuera candidato a Diputado Federal por el Partido Verde y desde el centro que, en una meteórica como inusitada carrera, lo postulara el PRI como su candidato a gobernador sin tener en absoluto un antecedente partidista y, por lo mismo, sin que las bases del tricolor lo conocieran. Fue en realidad una verdadera proeza sacarlo adelante, ante una evidente rebelión que amenazaba con abortar su candidatura bajo la exigencia de un relevo.
Y en esta proeza tuvieron que participar, bajo una disciplina exigida y evaluada por el poder central, todas las corrientes del PRI y sobre todo el gobierno de Malova con toda la estructura de poder y con una fuerte corriente que hasta hoy encabeza Gerardo Vargas Landeros.
Para nadie es desconocido en el mundo de la política sinaloense, que el Presidente Enrique Peña Nieto le pidió a Mario López Valdez todo el apoyo para Quirino porque se trataba de sacarlo a como diera lugar. Y así fue. Aunque hasta ahora exista entre ellos una distancia calificada de ingratitud”.
Puntos 1 a agregar: para frenar o contener los apetitos políticos de Malova y Gerardo Vargas la Segob y el PRI amenazaron con usar contra ellos información relacionada con el narcotráfico y vincularlos con algunas detenciones y darle credibilidad a “grabaciones” que los involucrarían con el narco.
Punto 2 a agregar: bajo presión y medias negociaciones Malova y Gerardo Vargas Landeros operaron desde el Tercer Piso a favor de Quirino Ordaz Coppel y la mayoría de los alcaldes priistas. Malova y Gerardo pidieron su cuota de poder: uno o dos alcaldes, entre ellos el de Ahome, y varios diputados del PRI y del PAN, y uno del PRD, Efrén Lerma Herrera, del establo del diputado del PRI, Marcial Liparoli.
Punto 3 a agregar.- Gerardo Vargas operó la estructura legal-electoral en los distritos y municipios y en el Consejo Estatal Electoral (INE) a favor de Quirino y algunos diputados locales y alcaldes. En casos especificos la votación fue adulterada.
Felipe Guerrero escribe: “Todos: El poderoso Grupo Culiacán encabezado por Sergio Torres, Jesús Valdez y Aarón Rivas en el centro, el malovismo en el poder en el sur y el norte; en todo el estado la fuerza de ENCIMA del Senador Daniel Amador, las estructuras de Rosa Elena Millán, Gloria Imelda Félix, la Senadora Diva Hadamira, Paola Gárate , Maribell Chollet, Irma Tirado, Magui Villaescusa, Elsy López, Fernanda Rivera y la alcaldesa de El Fuerte Nubia Ramos, además lo que lograron aportarle Jesús Vizcarra , Jesús Aguilar Padilla y Juan Millán.
El cierre de filas fue fundamental, pero también la estrategia que desde el gobierno del estado se aplicó para fracturar a la oposición y aportarle aún más al triunfo de Quirino”.
Punto 4 a agregar: Malova, Gerardo y el PRI Nacional, apoyados por varias figuras del PAN, desbarrancaron la alianza PAN-PAS-PRD, fórmula ganadora. El acuerdo fue llevar a varios personajes del PAN y cuando menos a 3 del PRD al Congreso Local y cederles varias presidencias municipales y mandar al PAS a la cuarta posición electoral. Las cuentas y los cálculos fallaron. El PAS se colocó como Segunda Fuerza Electoral y el número de diputados del PAN se derrumbó (únicamente una operación aritmética y una “laguna” en la Ley Electoral le permitió tener 7 diputados). El PRD se fue en caída libre.
Escribe Felipe Guerrero: “lo anterior tiene que ver con la idea absurda de algunos “asesores externos” del gobernador, de hacerle creer que ha llegado la hora del “quirinismo” y que en esa perspectiva estaría en Él, y nada más que en Él, elegir los candidatos a puestos de elección popular sin tomar en cuenta a quienes lo llevaron al poder y a quienes tuvieron que convencer a sus bases no solo para que no se rebelaran o se fueran apoyar a otro candidato, sino para que salieran a votar”.
Punto 5.- El gobernador Quirino Ordaz Coppel tiene mano para decidir candidaturas a diputados locales y alcaldes priistas. Todo dependerá de las negociaciones y los equilibrios en el PRI. En las diputaciones federales y senadurías tiene voz y quizá voto. Veto si tiene.
Punto 6 a agregar.- Grupos priistas exigen que no se toquen sus cotos de poder en los municipios ni en sus distritos.
Punto 7 a agregar: todos los grupos “tradicionales” del PRI no fueron suficientes para llevar al poder a Quirino. Se requirió del respaldo de Malovismo y el Geradismo y de una campaña de desprestigio contra su real opositor, que no fue el PAN ni el PRD, para que llegara al triunfo electoral. Hoy todos, todos, los grupos tradicionales atraviesan por un fuerte desgaste político. Su peso es menor al del 2016. El Malovismo y el Gerardismo son blanco de investigaciones y fieros ataques mediáticos.
Punto 8 a agregar: Manuel Clouthier apoyó a Quirino Ordaz en el 2016. Recomendó al dirigente nacional del PRD, Agustín Basave, al expresidente de Coparmex en Sinaloa, Mariano Gómez Aguirre, para el cargo de candidato perredista al gobierno de Sinaloa. Mariano jugó en la línea de Quirino Ordaz.
Escribe Felipe Guerrero: “….La única posibilidad de que Quirino tenga un PRI competitivo en Sinaloa es haciendo alianza con quienes justamente lo llevaron al poder. Ni Peña Nieto, ni el poder central lo hizo ganar; ellos lo hicieron candidato que es distinto, pero las cabezas de las corrientes internas fueron las que convencieron a las bases para que votaran por un hasta entonces desconocido candidato”.
Punto 9 a agregar: Hacer una alianza con quienes lo hicieron llegar al poder incluiría sumar a los proyectos rumbo al 2018 a Malova y Gerardo Vargas e incluso a Manuel Clouthier Carrillo.
Escribe Felipe Guerrero: lo que Quirino “debería de hacer es reconstruir su relación con todos al interior del PRI para, al menos, ante el descontento que vive el país por la forma de gobernar de Peña Nieto, mantener un nivel electoralmente competitivo. Ya no es la misma. A estas alturas, Peña ni tiene la fuerza ni el poder para andar sometiendo a grupos locales. No se van a dejar. Pueden imponer, cierto, pero ya no someter y en consecuencia menos ganar.
Punto 10 a agregar: el poder del presidente Enrique Peña Nieto se extingue el 31 de diciembre del 2018. Tiene varios instrumentos federales para actuar contra los no alineados: la PGR, la Contraloría de la Federación, la Auditoría Superior de la Federación y la SHyCP. Quirino es del equipo de Enrique Peña. Es el gobernador del Grupo Atlacomulco.
Ernesto Hernández Norzagaray, como es su costumbre, descalifica la columna “QUIRINO. UNIDAD REAL O DERROTA” de Felipe Guerrero con otra columna que tituló “Poder y periodismo bisagra”, y dice que en la última columna digital ENTRESIJOS Guerrero “escribe como asesor ex officio del Gobernador Quirino Ordaz Coppel”.
Sostiene Norzagaray que Felipe Guerrero “se lanza sutilmente contra los asesores externos, aquéllos que le hablan al oído al Gobernador y le dicen que puede prescindir de los actores políticos que lo llevaron a la posición en que se encuentra, y por lo tanto, recomienda al Gobernador que no se le olvide que se debe no a los que le dieron la posición, sino a los grupos que lo llevaron al poder, porque la distancia con ellos podría ser definitivo para resultado de las elecciones de 2018”.
Y remata: “La postura de Felipe Guerrero me recuerda al tipo de ‘periodista bisagra’ entre el poder establecido y los grupos del PRI, que sin duda han sido relegados en este Gobierno”.
“Periodistas bisagras” que han sido utilizados por Noroeste, también, entre un grupo económico de Culiacán y el PAN y el poder estatal.
Escribe Norzagaray: “Pero Felipe Guerrero insiste, alerta, de que no debe cometer el error de mantener marginados a los que lo llevaron al triunfo, pues sumados pueden ocasionarle problemas, incluso no podría cumplir con lo comprometido en la pasarela priista, de que en 2018 el PRI va a ganar todo. No creo que las cosas sean tan dramáticas, en realidad los grupos tradicionales están muy disminuidos, dispersos, cada uno va por lo suyo…”.
Para cerrar Ernesto Hernández Norzagaray defiende a un grupo de priistas: “…en los hechos el Gobernador ha decidido jugar con los indispensables principalmente con los más jóvenes y un indicio fue la integración del Consejo Político Permanente del PRI, donde está su grupo compacto con personajes como Jesús Valdés, Carlos Gandarilla, Tony Castañeda, Irma Tirado, Elsy López, entre otros, una cantera de políticos que ronda los 40 años y son pragmáticos como el Gobernador, y no tiene ningún tipo de lealtad con el viejo priismo, sobre el que busca alertar Felipe y salvo excepciones no estoy seguro que estén dispuestos a crearle problemas al PRI y a su Gobernador, porque de hacerlo ellos mismos estarían en problemas. Si no que se lo pregunten a Malova y a Gerardo”
La columna de Felipe Guerrero es mucho más certera que la de Norzagaray y contiene datos importantes que analizar. Norzagary se pierde en sus pasiones y sus filias. La apuesta de él es Manuel Clouthier sin dejar de añorar su cercanía con dos ex gobernadores: Juan S. Millán Lizárraga y Jesús Aguilar Padilla.
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 “QUIRINO: UNIDAD REAL O DERROTA”./ Felipe Guerrero
Culiacán, Sinaloa.-Quirino Ordaz Coppel ganó la gubernatura de Sinaloa sin tener la más mínima estructura electoral. En realidad nunca la ha tenido, pero le han bastado sus excelentes relaciones con el poder central y, sobre todo, con el grupo Atlacomulco, el más influyente en términos de poder político y económico del país.

Fue desde el centro donde se decidió que fuera candidato a Diputado Federal por el Partido Verde y desde el centro que, en una meteórica como inusitada carrera, lo postulara el PRI como su candidato a gobernador sin tener en absoluto un antecedente partidista y, por lo mismo, sin que las bases del tricolor lo conocieran. Fue en realidad una verdadera proeza sacarlo adelante, ante una evidente rebelión que amenazaba con abortar su candidatura bajo la exigencia de un relevo.
Y en esta proeza tuvieron que participar, bajo una disciplina exigida y evaluada por el poder central, todas las corrientes del PRI y sobre todo el gobierno de Malova con toda la estructura de poder y con una fuerte corriente que hasta hoy encabeza Gerardo Vargas Landeros.
Para nadie es desconocido en el mundo de la política sinaloense, que  el Presidente Enrique Peña Nieto le pidió a Mario López Valdez todo el apoyo para Quirino porque se trataba de sacarlo a como diera lugar. Y así fue. Aunque hasta ahora exista entre ellos una distancia calificada de ingratitud.
Todos: El poderoso  Grupo Culiacán encabezado por Sergio Torres, Jesús Valdez y Aaron Rivas en el centro, el malovismo en el poder en el  sur y el norte; en todo el estado la fuerza de ENCIMA del Senador Daniel Amador, las estructuras de Rosa Elena Millán, Gloria Imelda Félix, la Senadora Diva Hadamira, Paola Gárate , Maribell Chollet, Irma Tirado, Magui Villaescusa, Elsy López, Fernanda Rivera y la alcaldesa de El Fuerte Nubia Ramos, además lo que lograron aportarle Jesús Vizcarra , Jesús Aguilar Padilla y Juan Millán.
El cierre de filas fue fundamental, pero también la estrategia que desde el gobierno del estado se aplicó para fracturar a la oposición y aportarle aún más al triunfo de Quirino.
Lo anterior tiene que ver con la idea absurda de algunos “asesores externos” del gobernador, de hacerle creer que ha llegado la hora del “quirinismo” y que en esa perspectiva estaría en Él, y nada más que en Él, elegir los candidatos a puestos de elección popular sin tomar en cuenta a quienes lo llevaron al poder y a quienes tuvieron que convencer a sus bases no solo para que no se rebelaran o se fueran apoyar a otro candidato, sino para que salieran a votar.
Lo que hasta ahora se sabe es que al interior del PRI, entre los alcaldes, diputados y funcionarios de la administración estatal, existe confusión, extrañeza, frustración y enojo por la conducta poco apropiada del gobernador para tratar el tema electoral y, sobren todo, para ofrecer reciprocidad a aquellos que se la jugaron con todo aportándole votos.
Le dicen sus consejeros al gobernador que “llegó sin compromisos” y eso no es cierto, porque  Quirino llegó con la fuerza de todos los grupos y todas las corrientes del PRI y ello lo obliga a ser recíproco.
También le mienten cuando le hablan que es el gobernador y que, como máximo poder, tiene que construir una corriente electoral que responda a sus intereses.
En primer lugar una corriente, un grupo de peso e influencia, no se construye de la noche a la mañana y, en segundo lugar, ya es demasiado tarde o no hay suficiente tiempo como para que Quirino Ordaz ande pensando en experimentos fuera de contexto.
La única posibilidad de que Quirino tenga un PRI competitivo en Sinaloa es haciendo alianza con quienes justamente lo llevaron al poder. Ni Peña Nieto, ni el poder central lo hizo ganar; ellos lo hicieron candidato que es distinto, pero las cabezas de las corrientes internas fueron las que convencieron a las bases para que votaran por un hasta entonces desconocido candidato.
En vez de que  a Quirino le entren las ideas de los queda bien, lo que debería hacer es reconstruir su relación con todos al interior del PRI para,  al menos, ante el descontento que vive el país por la forma de gobernar de Peña Nieto, mantener un nivel electoralmente competitivo.
Ya no es la misma. A estas alturas, Peña ni tiene la fuerza ni el poder para andar sometiendo a grupos locales. No se van a dejar. Pueden imponer, cierto, pero ya no someter y en consecuencia menos ganar.
Quirino Ordaz, por lo tanto, tendrá que escuchar al rumor de la historia y sus antecedentes, porque deberá pensar, antes que nada, en tener un Congreso Local de mayoría, en Senadores  y Diputados federales que lo apuntalen con el próximo poder de la república.
El próximo año Quirino entra a un segundo periodo normal  como gobernador que, sin el Congreso a su favor, puede convertirse en un gobernador de mero trámite. Así que fuera soberbia y sueños guajiros. La realidad es la que debe imponerse y, por supuesto, el respeto y  el tejido fino con quienes encabezan las corrientes del PRI y aportan los votos.

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