22 feb 2020

Las columnas políticas hoy, sábado 22 de febrero de 2020

Consiente Senado a Pedro Haces Jr.: Reforma
El Senado de la República -Ricardo Monreal-, privilegió a Pedro Enrique Haces Lago, hijo del líder de la CATEM, con una oficina, en el nivel 3 de la torre de la Cámara alta,.
Además, le concedió un contrato de prestación de servicios por 221 mil pesos al año...
El primer contrato que firmó Haces fue del 1 de enero al 30 de junio de 2019, pero dice Reforma que “ na fuente parlamentaria aseguró que él mismo había ya renovado su contrato para el primer semestre de 2020.”
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Hemos llegado tarde...secretaria de Gobernación, Olga Sánchez.
Al término de una reunión de cuatro horas con funcionarios y académicas, así como legisladoras, enumeró acciones, como la búsqueda inmediata de cualquier mujer reportada como desaparecida y se comprometió a elevar el tema como "máxima prioridad nacional".
Admitió que las acciones aplicadas hasta ahora no han sido eficientes y expresó su reconocimiento a las distintas demandas de los movimientos feministas.
“Reconocemos que hemos llegado tarde para brindar este mensaje, que han existido limitaciones, que las políticas públicas no han tenido articulación en muchas ocasiones ni la eficacia necesaria para enfrentar el grave problema”, dijo.
Las puertas de este gobierno, destacó, están abiertas para el diálogo, para todas, para aprender de ustedes, escuchar sus demandas y propuestas.
Hasta donde yo tengo entendido – dijo a pregunta expresa- yo creo que hay una mala interpretación; el Presidente dijo que está abierto a todas estas manifestaciones, ideologías y posiciones.
“Lo digo textualmente; están los tuits de Presidencia donde están las notas, estamos abiertas al diálogo y a todas las expresiones respetando todas las expresiones; este es el mensaje en coordinación con la Presidencia de la República que estamos dando en este momento y es la instrucción del señor Presidente”, indicó.
Mmm. La señora Ministra quiere enmendarle la plana  al C. Presidente...; Creo que no ha visto las mañaneras..
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Tras haber convocado a "Un día sin mujeres", Gutiérrez Müller reculó horas despues y respaldó la iniciativa #NoAlParoNacional.

El Presidente López Obrador rechazó haberle solicitado a su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, que se retractara de apoyar el paro nacional de mujeres el 9 de marzo.
"No sé por qué razón lo hizo, lo que yo sí les puedo decir es que son muy hipócritas los conservadores, la verdadera doctrina del conservadurismo es la hipocresía y también son muy oportunistas, son muy dados a aprovecharse del dolor de la gente”.
-¿Por eso la retiró? -se le preguntó al final del mitin en Tamazula, Durango...
-No, no, no. No sé porque razón lo hizo. Lo que sí puedo decir es que son muy hipócritas los conservadores.
-¿Esa manifestación está siendo dirigida por los conservadores?
-Sí, ellos son los que, considero, están impulsando este movimiento, el conservadurismo.
-¿No cree que las mujeres tengan iniciativa para hacerlo?

-También las mujeres, pero hay mano negra para decirlo con mucha claridad, suavecito, suavecito, para que no se vayan a enojar.
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Las columnas políticas hoy, sábado 22 de febrero de 2020
Templo Mayor/ Reforma..
ASÍ COMO Andrés Manuel López Obrador busca revivir el monopolio estatal en la energía, tal parece que también quiere monopolizar las protestas sociales... y la victimización política.
AUNQUE el Presidente siempre diga que respeta el derecho a disentir, a cada rato descalifica las movilizaciones de reclamo a su gobierno arguyendo que detrás de cada protesta están los conservadores, la derecha o los fifís que quieren dañarlo a él y a su 4T.
EL AÑO PASADO, acusó que los grupos que hicieron destrozos en la marcha del 26 de septiembre por el caso Ayotzinapa no eran anarquistas, sino conservadores.
TRAS la protesta por el primer aniversario de su gobierno, el 1o. de diciembre, señaló que quienes participaron eran militantes o simpatizantes de partidos conservadores disfrazados de ciudadanos.
EL 26 DE ENERO se negó a recibir a los integrantes de la Marcha por la Paz, la Justicia y la Verdad y afirmó que quienes gritaban entonces, eran los conservadores que antes "callaban como momias".
IGUAL pasó con los padres de pacientes con cáncer que protestan por la falta de medicamentos. Esta semana, argumentó que ya no hay desabasto y que, en esas movilizaciones, participan dirigentes de partidos políticos.
Y AHORA afirma que en el paro nacional de mujeres del 9 de marzo convocado por ciudadanas para protestar por los feminicidios está metida la derecha que a veces promueve esos movimientos en contra de los "gobiernos progresistas".
¿NO SERÁ que López Obrador está confundiendo el "Nacionalismo Revolucionario" con el "Narcisismo Revolucionario"? Es pregunta sin "compló".
VARIOS sospechosistas se preguntan si la súbita epidemia de grandes empresas que esta semana pagaron impuestos que debían o fueron requeridas por el SAT para hacerlo tiene que ver con la ingestión de tamales de chipilín en Palacio Nacional.
SE SABE que no todos los invitados a la cena para la no-rifa del avión presidencial se dejaron dar el sablazo y, por eso, algunos malpensados creen que la advertencia de Andrés Manuel López Obrador de que ese día se vería "Quién es quién" se materializó en -gulp- cobros fiscales. ¿Será?
NI DUDA cabe de que el mejor hospital del país es la Torre Médica del Penal de Tepepan. Después de pasar 5 años internado ahí, el ex gobernador de Tabasco Andrés Granier recuperó el año pasado su libertad... y su salud.
ASÍ lo pueden constatar quienes lo vieron hace unos días disfrutando una opípara comida en un restaurante de Altavista. ¡Que pase la receta!
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 Frentes Políticos/Excelsior
1. Descuadrado. El Congreso del Estado de Colima revisa las cuentas públicas de 2018 a los 29 entes públicos, exhortando al Órgano Superior de Auditoría y Fiscalización Gubernamental del Estado a realizar ocho revisiones exhaustivas a seis organismos. También el gobernador Ignacio Peralta Sánchez será revisado, pues no le cuadran las cuentas de la adquisición de un terreno en la Zona Militar ni las nóminas en Salud y Seguridad. Se investiga a la Comisión de Agua Potable, a la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Tecomán y a los municipios de Tecomán, Manzanillo y Villa de Álvarez, todos de las administraciones pasadas, y a la administración actual del estado de Colima. De risa: el gobernador refrendó su compromiso con el combate a la corrupción. El chiste se cuenta solo.
2. Espada desenvainada. De visita en Mexicali, Marko Cortés, líder nacional del PAN, habló acerca de lo que su partido considera ha caracterizado al actual gobierno de Baja California. “Yo quiero decirles que, en los pocos meses del gobierno morenista de Jaime Bonilla, ha decepcionado a propios y extraños. Ante su ambición de poder, ante su falta de respeto a los sectores productivos, ante su incumplimiento de palabra, Bonilla se está quedando solo. Allá en el centro del país ya ni los morenistas lo defienden”, declaró. Y reiteró que tienen plena confianza en que la Suprema Corte de Justicia de la Nación invalidará la ampliación del mandato de 2 a 5 años que autorizó el Congreso de Baja California. Acusó de que ha habido corrupción y no sanciones. ¿Será que a palabras necias, oídos sordos?
3. Molestia. El 6 de febrero, médicos y enfermeras de Neurología denunciaron carencias y anomalías en el Instituto. Ayer, el director Miguel Ángel Celis fue destituido por la Junta de Gobierno del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía luego de sesionar por varias horas en las instalaciones de la Secretaria de Salud. Se informó sobre las irregularidades de la actual administración. Hace unos días. funcionarios escucharon a los trabajadores, quienes revelaron las carencias con que trabajan. Entre otras, el desabasto de medicamentos e insumos básicos para la atención de los pacientes. Sin embargo, la comunidad médica está furiosa por que, dicen, se trata del mejor neurocirujano del mundo. Lástima, como director se le salió de control el desbasto y la atención a los pacientes.
4. Éxito total. Mauricio Vila Dosal, el gobernador de Yucatán, sigue escalando peldaños. Gracias a su perfil humanista y de resultados, fue nombrado coordinador de la Comisión de Salud de la Conferencia Nacional de Gobernadores, cargo designado por los integrantes de este órgano. Vila Dosal asumió la coordinación que le fue confiada por el compromiso que ha demostrado y los avances que ha registrado Yucatán durante su administración estatal. Agradeció la confianza otorgada para encabezar esta Comisión y afirmó su disposición de trabajar con base en el diálogo para lograr acuerdos que beneficien a todos los mexicanos. Sólo buena nuevas: el gobernador de Baja California Sur, Carlos Mendoza Davis, tomó protesta como nuevo presidente la Conago. Darán de qué hablar.
5. Confesión. El Estado mexicano atendió de forma tardía y con el enfoque equivocado el tema del feminicidio, reconoció Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación. La funcionaria encabezó una reunión de alto nivel con todos los sectores de la administración federal para atender los feminicidios. Ofreció tener cercanía con los grupos feministas que han protestado en todo el país en exigencia de que se combata ese delito. “Sabemos que han existido limitaciones, que las políticas públicas no han tenido articulación en muchas ocasiones ni la eficacia necesaria para enfrentar el grave problema. He dado la instrucción de darle prioridad al tema”, expresó. Es indispensable garantizar la seguridad de las mujeres mexicanas. Reaccionando a los periodicazos.
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Una revolución/Jorge Volpi
Reforma, 
Un proceso gradual o reformista las enerva: quieren el cambio y lo quieren ya
No queremos verla. Nos resistimos a verla. Cerramos los ojos para no verla. Estamos frente a una revolución y, porque nos llena de ansiedad, porque estamos aterrados con la idea de perder el lugar que durante tanto tiempo hemos conservado, los hombres preferimos negarla, decir que se trata de una sacudida momentánea o un fenómeno pasajero. Nos equivocamos. Es una revolución justa y necesaria. La revolución de las mujeres que hoy encabezan mujeres jóvenes en todo el mundo.
Durante milenios, la mitad de la población construyó un sistema que ha oprimido o discriminado a la otra. En una historia cargada de infinitas desigualdades, la impuesta por los hombres contra las mujeres ha sido la más amplia. Quienes pertenecemos a la primera mitad hemos construido un modelo, el heteropatriarcado, cuyas estructuras siempre han estado a nuestro servicio, diseñadas para proteger nuestros privilegios y asegurar nuestro poder.
Como en todos los movimientos enarbolados contra un grupo dominante, las distintas olas del feminismo se han batido para conseguir cada vez más derechos y condiciones de igualdad para las mujeres, arrebatándonos espacios que nos eran exclusivos -del voto a las decisiones sobre el propio cuerpo-, pero hasta ahora la dinámica ha consistido en adecuar un sistema imaginado por hombres para dar cabida a las mujeres. Mucho se ha avanzado, pero en pocas ocasiones las mujeres han sido arquitectas de un sistema que sigue siendo reactivo a la igualdad plena.
No importa hacia dónde dirijamos la mirada, hoy vemos mujeres jóvenes que no se conforman con moderar el heteropatriarcado, sino que claman por destruirlo. No es casual que su lema sea tan parecido al que animó el fin del socialismo real: "Se va a caer". Un proceso gradual o reformista las enerva: quieren el cambio y lo quieren ya. Están desesperadas y furiosas porque las desigualdades se perpetúan y sólo son enfrentadas con eufemismos, promesas o el constante mansplaining de los hombres. Quieren pintar monumentos o despedazar símbolos de la opresión machista porque la violencia perpetrada en su contra no disminuye.
Si bien se trata de una revolución global, en México las condiciones para las mujeres son peores: somos una de las sociedades más desiguales del planeta y la justicia simplemente no existe. En nuestro país nadie paga por sus crímenes, en especial ningún hombre que comete actos de violencia contra las mujeres. De diez feminicidios al día, si acaso uno se resuelve. Y, en el caso de otros delitos de género, es probable que la cifra esté en torno al uno por ciento de los que se cometen. La ira se torna, de pronto, imprescindible.
Como en toda revolución, entre las jóvenes que la enarbolan hay grupos moderados, pragmáticos y radicales, y faltará ver las dinámicas establecidas entre sus integrantes. Mientras tanto, los hombres no entendemos nada porque no parecemos dispuestos siquiera a intentarlo. En estos días de furia, marcados por los asesinatos de Ingrid y Fátima, el ejemplo de López Obrador resulta el más significativo: un luchador social siempre preocupado por la desigualdad que por primera vez perdió el pulso social y en una semana arruinó su Presidencia -como le ocurrió a Peña Nieto con los estudiantes de Ayotzinapa- al no haber sido capaz de mostrar la menor empatía hacia dos víctimas que se han convertido en los rostros visibles de esta revolución.
Más que una burla, su obtuso decálogo posterior es la prueba de que no sólo él, sino su gobierno, no comprende a sus ciudadanas. El desdén del Presidente es, en realidad, el de todos nosotros. Estamos obligados a reconocer que esta revolución es necesaria, a tratar de comprenderla y a encontrar nuestro nuevo, modesto sitio en ella. Los pasos siguientes han de dirigirse en dos direcciones: erradicar la cultura heteropatriarcal que alienta la desigualdad y la violencia de género y, siguiendo la furia de las mujeres, exigir un sistema de justicia transparente y eficaz que garantice el fin de la impunidad. A todos nos corresponde que este modelo injusto y brutal al fin se caiga.
@jvolpi
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Politicidio y furia social/
SOBREAVISO / René Delgado
REFORMA,  22 Feb. 2020
Al modo de Juan Pirulero, cada actor político atiende su juego: buscar clientelas, entusiasmar a la base, descuidar ciudadanos, cultivar la parcela, fijar o cuestionar la agenda, atraer reflectores, cavar trincheras, ganar algún cachito de gloria, encontrar y envolverse en alguna bandera, burlar o descalificar al adversario, tirarse de los cabellos, comerse las uñas, tronarse los dedos y, así, no muy conscientes, dar al traste... con la política, al tiempo de abrirle la puerta a la desestabilización y animar la furia social.
Increíble. Con la mano en la cintura y enorme irresponsabilidad, el Ejecutivo denuncia supuestos intentos golpistas en su contra. El presidente del INE reclama alcanzar acuerdos a partir del consenso, mientras él da madruguetes. El coordinador de los senadores panistas no descarta reponer la pena de muerte, animado por la idea de un correligionario. Los gobernadores fingen demencia, se pegan a la pared o se agachan. Los legisladores hacen, deshacen y rehacen leyes, creyendo así modificar la realidad. Los jerarcas eclesiales mejor ya ni abren la boca, a excepción del vicario de Morena. El dirigente priista se hace guaje ante la idea de pedir perdón a la ciudadanía. La dirigencia de Morena entra en disputa y, entonces, algunos legisladores aprovechan para salirse del redil o tirar pa'l monte. Los ultras del neoliberalismo exigen a los empresarios lanzarse ya contra el presidente de la República y dejar de tomar atole. Algunos ministros y magistrados retrasan resoluciones para no meterse en líos, aunque los problemas se alarguen y alarguen.
Y, claro, cuando la realidad pone contra la pared a la clase política y sus huestes, la niegan, viendo detrás de ella una mano negra, azul o morena, o bien, asegurando que alguien la mece o le da cuerda. Eso sí, todos juran actuar en nombre de la justicia, la democracia y la igualdad, en bien de la patria, recargando en el contrario la culpa.
Sólo la violencia y el crimen están de fiesta... mientras la esperanza democrática se diluye.
Más de un foco rojo del malestar social titila aceleradamente, pero la clase política y sus acólitos están tan metidos en lo suyo que ni cuenta se dan, y nada les dice lo sucedido en el vecindario latinoamericano.
Si, de súbito y de modo brutal, la estabilidad entró en crisis en Chile, Ecuador o Colombia por problemas aparentemente controlados, aquí, viendo cómo crece la furia social por la violencia contra las mujeres, la inseguridad pública, la falta de medicamentos o servicios, las pensiones de retiro, la operación disfuncional de la Universidad, el gobierno del crimen en más de una región o el deterioro de los servicios públicos, la clase política interpreta de modo singular esa realidad.
La mira a partir de una óptica bipolar: son pretextos para sabotear mis planes y mi mandato o, si bien es grave cuanto sucede, lo verdaderamente importante es la oportunidad de sacarle raja política.
Bajo esa interpretación, las ocurrencias de un lado o del otro brotan casi de manera espontánea. Radicalizar castigos y penas, aun cuando la impunidad sea la reina dominante; encargar al Ministerio Público los escolares cuyos padres no pasen a recogerlos, aun cuando esa institución no ate ni desate; elaborar decálogos de bote pronto; discutir si debe aplicarse mano dura o blanda, o de plano sacar las manos; disponer patrullas en las escuelas; crear fiscalías especiales; guardar un minuto de silencio cada que sea necesario; banalizar la gravedad del asunto con un fúchila, guácala y, desde luego, elevar una y otra vez la infaltable enérgica condena, aparte de exigir que caiga todo el peso de la ley sobre los autores del crimen en turno, a sabiendas de la levedad de aquella.
Así, sin pensar, acordar, elaborar ni sostener políticas serias de corto, mediano y largo plazo, lo más lejos que se llega es a ir poblando el país de memoriales y anti-monumentos para venerar el recuerdo sin remontarlo, mientras la clase política deja escapar por tercera ocasión la posibilidad de hacer de la alternancia una alternativa.
Saben la clase política y su porra de la fragilidad de la economía y las finanzas, donde un paso en falso puede quebrarlas, así como de la crisis en la cual se encuentra el régimen de partidos. Sin embargo, juegan no a dar respuesta a la ciudadanía, sino a ofrecerle explicaciones históricas de cuanto le sucede o, desde la oposición, a exponerle un catálogo viejo de recriminaciones al gobierno.
El impresionante informe del INE sobre la brutal caída del padrón de militantes de los partidos políticos -a excepción de ese baluarte que es el Partido Verde- habla del engaño con que proceden a afiliar cuadros y, si no del engaño, de la creciente decepción política generada por ellos. Esa crisis habla de partidos sin discurso, pobres en su militancia, multimillonarios en sus recursos y, por lo mismo, dispuestos a pelear su dirigencia aun cuando pierdan la dirección y el rumbo. Ese informe habla de la fascinación por practicar la política ficción.
Si esos partidos son los pilares de la democracia, ésta puede derrumbarse.
En tal situación, frágil la economía y las finanzas y en crisis el ejercicio de la política, no advertir que la furia social puede desatar un problema de mucha mayor proporción es tanto como jugar, si cabe y vale el término, a un autopoliticidio. Al absurdo de ver cómo los supuestos políticos profesionales liquidan a la política y le abren la puerta a una situación aún más compleja que la de hoy.
La furia social y la violencia criminal ponen de nuevo al Estado contra la pared e, increíblemente, la clase política se empeña en seguir jugando a Juan Pirulero.
sobreaviso12@gmail.com
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El 'gran error’/Jorge Ramos Ávalos
REFORMA, 22 Feb. 2020
LAS VEGAS.- Los demócratas no van a ganar el voto latino prometiendo más deportaciones y, aunque les duela, tienen que alejarse del legado del ex presidente Barack Obama. El desafío de los candidatos presidenciales es ganarle a Donald Trump. Y para eso necesitan los votos y la confianza de los latinos.
Ahora que los candidatos del Partido Demócrata les están haciendo todo tipo de promesas a los latinos, es preciso asegurarse de que se comprometan a no deportar a millones de inmigrantes, como lo hicieron los últimos ex presidentes.
El mandatario Barack Obama fue llamado el "Deportador en Jefe" por Janet Murguía, presidenta de UnidosUS (antes el Consejo Nacional de la Raza). Ese calificativo siempre molestó al Presidente y hoy, todavía, sigue incomodando a sus colaboradores. Pero le llamaban así debido a que Obama, en sus dos periodos de gobierno, deportó a más de tres millones de indocumentados, según cifras del Departamento de Seguridad Interna que se remontan a 1892.
En una reciente entrevista en Las Vegas, le pregunté al precandidato presidencial Joe Biden -y quien fuera vicepresidente en el gobierno de Obama- si estaba dispuesto a disculparse por tantas deportaciones y decir que esa política estuvo equivocada. "Creo que fue un gran error", reconoció públicamente por primera vez. "Tomó mucho tiempo en hacer lo correcto".
Pero luego Biden me sorprendió al decir que "hubo más personas deportadas durante los gobiernos de George W. Bush y de Bill Clinton". Le dije, por supuesto, que revisaría los datos y al finalizar la entrevista sus colaboradores me hicieron llegar el documento en que se basó el ex vicepresidente para decir eso.
El tema es importante porque Barack Obama preferiría ser recordado entre los latinos por DACA -que ha ayudado a más de 800 mil dreamers o estudiantes indocumentados- que por haber sido el "Deportador en Jefe". Y Biden, quien defiende el legado de Obama, tampoco quiere que lo responsabilicen por una política que, en la práctica, separó a muchas familias. Eso no da votos entre los hispanos.
El asunto de los números es complejo. Obama deportó formalmente a más inmigrantes que cualquier otro Presidente. Esto se basa en la categoría de removals, como se le dice en inglés, o inmigrantes que fueron sacados del país por la decisión de una corte o por un proceso legal. Pero si a esas cifras le sumamos la categoría de los returns o personas que fueron detenidas poco después de cruzar la frontera y regresadas en días o semanas a México sin un proceso judicial, entonces la cosa cambia. Con esas matemáticas -sumando removals y returns- Bill Clinton y George W. Bush sacaron a más personas del país -12 y 10 millones respectivamente- que los 5 millones que en total salieron durante el gobierno de Obama.
Pero quién ha sido el mayor deportador no es el asunto central. El problema sigue siendo que Obama expulsó a millones de inmigrantes que ya se habían establecido en Estados Unidos y que, en su mayoría, no tenían un récord criminal. Hasta el mismo Biden lo acepta. "Fueron demasiados", me dijo. "Aunque haya sido más que nunca o no, fue un error".
Todo este debate, por supuesto, es inútil si Donald Trump gana la reelección. El actual Presidente ha deportado a menos personas que Barack Obama. Pero tiene una clara política antiinmigrante -les ha llamado criminales y "violadores" a inmigrantes mexicanos- y su estrategia se ha centrado en evitar que entren nuevos inmigrantes.
Cualquiera que gane la Casa Blanca este año debe rechazar una política migratoria basada en las deportaciones, en las prohibiciones de entrada a ciudadanos de ciertos países y en el miedo. La mayoría de los latinos favorece la legalización de millones de indocumentados. Y los grupos más progresistas, como United We Dream (la mayor organización de dreamers en el país), están presionando a los precandidatos presidenciales demócratas para que se comprometan a suspender las deportaciones de personas sin historial delictivo. Lo que hicieron Clinton, Bush y Obama no debe volver a ocurrir.
Es un buen primer paso que el ex vicepresidente Biden haya reconocido que esas deportaciones fueron un "gran error". Lo importante ahora es no repetirlo.
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Los días después
COLABORADOR INVITADO / Pablo Salazar Mendiguchía
REFORMA, 22 Feb. 2020
El 28 de junio de 1996, mientras se llevaban a cabo negociaciones paralelas entre la comandancia del EZLN y los miembros de la Cocopa, ocurría un hecho impensable e inédito: un General de División del Ejército Mexicano iniciaba un intercambio epistolar con el Subcomandante Insurgente Marcos.
El General José Álvaro Vallarta Ceceña, hombre culto, estaba convencido de que los rebeldes sureños eran personas buenas que habían equivocado la vía.
Así lo decía: "El que inicia o responde a una guerra, gane o pierda, debe pensar en la paz; al final de cuentas ese es el fin de la guerra. Tengo una teoría que, en lo particular considero un axioma, la llamo los días después, esos días van más allá de la firma de la paz. En la Revolución Mexicana, de hecho hubo tres guerras. La primera, para derrocar al dictador, duró unos cuantos meses. Porfirio Díaz renunció en 1911 cuando Pascual Orozco y sus tropas capturaron Ciudad Juárez. Esa renuncia, política, gubernamental y militarmente fue inverosímil (haga de cuenta que Salinas de Gortari hubiese renunciado por la toma de cuatro municipios en Chiapas a principios de 1994); la segunda, contra el chacal Victoriano Huerta, también de unos pocos meses, entre 1913 y 1914; la tercera, entre los triunfadores, entre los revolucionarios, que prácticamente se inició en 1914 y terminó en 1929, fue la lucha más cruel y sanguinaria. No solo murieron Zapata, Carranza, Obregón y muchos caudillos, también miles y miles de mexicanos. ¿Por qué razón los mexicanos nos tenemos que matar unos a otros? El principal problema de la humanidad es la convivencia", sentenciaba.
"Mi único hijo murió. En su tumba prometí no cejar en buscar un mundo mejor para sus hijos. Le confieso que con seguridad no sé cómo hacerlo, pero con certeza le manifiesto que la guerra y el debilitamiento de nuestras instituciones son un camino equivocado para encontrar soluciones. Estoy seguro que los mexicanos le dan a usted la razón por su lucha, pero por ningún motivo se la han concedido por la vía utilizada, y mucho menos si no se adoptan medidas para evitar los días después".
Así le respondió Marcos: "Quiero reflexionar un poco sobre su gran verdad. Usted lo sintetiza en forma contundente como corresponde a un militar cuando lo llama los días después. Tiene razón cuando dice que el principal problema de la humanidad es la convivencia en todos los niveles. Nosotros los soldados del EZLN no teníamos lugar en ningún nivel de convivencia. Nuestra vida ni siquiera era tomada en cuenta en el futuro modernizador al que nos conducía, forzadamente, el salinismo neoliberal. ¿Qué debíamos hacer? ¿Permanecer con los brazos cruzados esperando a que la muerte llegara en la forma en que solía llegar a las montañas del sureste mexicano, es decir, humillante, miserable, indigna? Los nuestros se morían de olvido. ¿Conoce usted, general, una muerte peor? ¿Hicimos mal, general? Muchos dicen que las causas son legítimas pero la vía es equivocada. ¿Nos hubieran escuchado los gobernantes si no nos hubiéramos alzado en armas? ¿Habría preocupación por resolver la cuestión indígena nacional si no hubiera habido guerra? Nosotros creemos que no. Y a eso quiero referirme, general. Pensar en los días después es no solo pensar en la pacificación y el control de los rencores que suelen desatarse en una guerra. Es también y sobre todo, construir otras relaciones que eviten que las circunstancias que dieron origen a nuestro ejército se repitan. Hubiera sido muy bueno que nos hubiéramos encontrado no frente a frente, sino uno junto al otro. Así hubiéramos podido luchar juntos para cumplir las promesas que ambos hicimos frente a una tumba. Usted frente a la tumba de su hijo, yo frente a la tumba de una niña indígena de 3 o 4 años que se me murió en las manos, de calentura, una madrugada hace 12 años. Ella no era mi hija".
El que escribe tiene copia de las dos cartas, por decisión de ambas partes y autorización para publicarlas. El General José Álvaro Vallarta lamentablemente falleció el 21 de octubre del 2004. Por su parte, el ahora Subcomandante Galeano y el EZLN han decidido realizar una nueva marcha a la capital. Tanto los zapatistas como el gobierno federal, a 26 años del levantamiento armado, siguen prolongando los días después, sin encontrar cómo cerrar ese doloroso capítulo. 
El autor fue gobernador de Chiapas de 2000 a 2006. Como senador fue miembro de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) entre 1994 y el 2000.









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