13 abr 2021

Punto Crítico Sinaloa Digi Tv/César Velázquez Robles

Punto Crítico Sinaloa Digi Tv/César Velázquez Robles

ZONA POLITEiA

Martes 13 de abril de 2021

En ZONA POLITEiA de ayer lunes 12 de abril, lamentaba que los candidatos de los distintos partidos a los cargos de elección popular que están en disputa, fueran tan rácanos en propuestas, habiendo tanta tela de dónde cortar. Como la disputa tiende y tenderá cada vez más a concentrarse en Rubén Rocha y Mario Zamora, consideré conveniente valorar los posicionamientos de ambos una vez transcurrida la primera semana de campaña formal. Dediqué la entrega de ayer a revisar la andadura de Rocha en estos primeros siete días. Toca ahora a Mario Zamora Gastélum.

Un centrismo que puede seguir gravitando sobre Sinaloa

En el caso del candidato del Partido Revolucionario Institucional a la gubernatura del estado, Mario Zamora, no hay que pedirle peras al olmo. El PRI no ha sido nunca un partido ideológico. El nacionalismo revolucionario –que ahora le ha sido arrebatado para transmutarse en el nacionalpopulismo—no fue una propuesta ideológica, sino que fue una cultura política que permeó todos los intersticios de la vida pública del país. De esa matriz surgieron todas las propuestas alrededor de las cuales se construyó durante décadas un amplio consenso político que empezó a desmoronarse a fines de la década de los sesenta del siglo pasado. La forma más acabada de este esquema lo podemos encontrar sobre todo en los países del norte de África, que luego de la segunda guerra mundial emprendieron movimientos de liberación nacional en busca de una vía de desarrollo intermedia, no propiamente capitalista pero tampoco claramente socialista, y que se definió como modelo nacional revolucionario, que tenía en la burguesía local uno de los pilares fundamentales además de, por supuesto, los segmentos sometidos a la más brutal opresión colonial.

Esa brújula vagamente ideológica para el PRI, le permitió orientarse en ese mundo que se configuró luego de la SGM, y que le permitió en sus años dorados llevar al país a tasas de crecimiento superior al seis por ciento anual, en la época del llamado “milagro mexicano”. Nunca fue, así, un partido de izquierda o de derecha, y ni siquiera Sartori, cuyas tipologías partidarias gozan de amplio prestigio en el mundo académico, pudo ubicar al PRI en alguno de sus esquemas. Las declaraciones más audaces en esta materia serían aquéllas de que “el PRI es de izquierda dentro de la Constitución”, o que la ideología del PRI “es la ideología de la revolución mexicana”.

Zamora Gastélum no tiene que cargar con esta tradición. Corresponde a una generación de priistas que creció en una ambiente político y social radicalmente distinto del de sus predecesores. Tiene una visión más amplia y más pragmática. Su desarrollo profesional en el mundo de la tecnocracia –dice que sabe de números--, debe encontrar pronto en esta campaña un correlato en el mundo de la política con claros posicionamientos en torno a temas y asuntos de alta sensibilidad política: estrategias de inclusión, de lucha contra la marginación, contra la pobreza, de reestructuración del tejido social, en suma, de la solidaridad que haga posibles políticas redistributivas que en verdad moderen opulencia e indigencia. De todo esto no ha dicho ni una sola palabra en esta primera semana. Sus referencias a la educación y la salud como grandes prioridades no dicen nada. No pasan de ser los lugares comunes que venimos escuchando desde tiempos inmemoriales. Son asuntos que de oficio tiene que atender.

¿Ensayar ruptura o una recuperación crítica?

En caso de ganar –posibilidad que hasta ahora le niegan prácticamente todas las encuestas, excepto la de El Financiero que le concede un “empate técnico”, y que ha causado la ira de sus adversarios--, podría ensayar rupturas con el pasado, o intentar recuperaciones críticas que marquen la continuidad histórica. ¿Qué quiero decir con ello? Hay hechos, actitudes y posiciones políticas que molestan al electorado, a la opinión pública, a una parte de la opinión publicada, a los actores sociales, a representaciones de la sociedad civil. Solo para poner un ejemplo: un gasto excesivo en publicidad gubernamental y un uso discrecional de recursos. Una decidida voluntad de cambiar esto, una declaración de que someterá a discusión del Congreso una iniciativa de ley que regule la asignación de publicidad gubernamental, y una utilización más racional de los recursos  en esta materia, permitirían, por ejemplo, financiar programas que el gobierno federal ahora ha cancelado, como el programa de Escuelas de Tiempo Completo, por ejemplo.

Posicionamientos de esta naturaleza son los que debe hacer para definirse  claramente. O si se considera que es demasiado, pues ahí está la plataforma común de la coalición PRI-PAN-PRD, que sin ser un programa audaz y atrevido, contiene varias líneas de acción que pueden llamar la atención del electorado. 

Lo que si debe hacer Zamora Gastélum es evitar toda frivolización y banalización de la política. Cuentan mucho los gestos, las actitudes. El autobús, por ejemplo, cosifica las relaciones políticas y sociales. Los desplantes no ayudan mucho. Lo aleja de la gente sencilla, común y corriente. Como que se quiere demostrar que hay más que suficiencia de recursos. Pero este es un asunto meramente de forma, de apariencia y no de esencia. Aunque de esencia planteó ya un tema en el segundo día de campaña, que seguramente le va a generar adhesiones y respaldos de productores, de emprendedores (el emprendurismo le da glamur a la precariedad, dijo Boaventura de Souza Santos) y de muchos otros que con salarios de hambre buscan mejores perspectivas de sobrevivencia: la formación de una financiera estatal. Sin duda, una muy buena propuesta que puede y debe empezar a aterrizar. Acostumbrado a moverse en el terreno de los planteamientos macro, puede traducir en el espacio local con el equipo de economistas profesionales y experimentados que le acompaña, un proyecto esperanzador que haga posible la reactivación del crecimiento, la recuperación la empleos, la generación de inversiones, la expansión de los mercados y la generación de un círculo virtuoso de crecimiento.

Empieza a haber carnita en las propuestas

En esa perspectiva se inscriben las propuestas que este martes presentó a productores e inversionistas del estado, y que ya dan cuenta de que en verdad hay carnita y más ideas acerca de los caminos que hay que recorrer para hacer de Sinaloa un territorio ganador: la creación del Fondo Sinaloense del Emprendedor, la ya mencionada Financiera Estatal de Desarrollo, la Red Comercial Sinaloa, la Feria Digital del Empleo, la  creación del Fondo Estatal de Infraestructura.

Tal vez estas propuestas, viables, por supuesto, sustentadas en lo que Zamora dice que sabe y puede hacer, no modificarán sustancialmente el modelo de desarrollo que hasta hoy se ha seguido, pero apuntan ya en una buena perspectiva. Hay materia para la discusión, y eso es lo interesante. Ojalá y se siga por ese camino.

Por cierto, ¿qué posición va a tener el candidato del PRI sobre la construcción de la planta de fertilizantes por allá por sus rumbos? ¿Cuál es su apuesta para el desarrollo de Sinaloa?

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