22 sept 2013

Voracidad mortal


 Voracidad mortal/AURELIO PELÁEZ
Revista Proceso No 1925, 21 de septiembre de 2013
Como gobernador de Guerrero, Ángel Heladio Aguirre­ Rivero ha enfrentado las acometidas de dos ciclones sobre el puerto de Acapulco: el primero en 1997, cuando Paulina arrasó la ciudad y provocó 400 muertes; el segundo fue Manuel, que dejó en el pasmo al mandatario llegado al poder en 2011 abanderado por el PRD. Y mientras el gobierno federal se afana por superar el problema, el mandatario guerrerense está más preocupado­ por cuidar sus negocios, como el del futuro maxitúnel, en el cual participan empresas del magnate Carlos Slim.

ACAPULCO, GRO.- Al igual que en octubre de 1997, cuando el huracán Paulina azotó este puerto y dejó un saldo de unos 400 muertos, la tormenta tropical Manuel tomó desprevenido al gobierno de Ángel Heladio Aguirre Rivero.


El sábado 14 y el domingo 15, cuando caían los aguaceros más intensos sobre la ciudad y miles de personas buscaban refugio, incluidos los 40 mil turistas que aprovecharon el puente para vacacionar, las autoridades se afanaban en preparar las Fiestas Patrias.

Hasta el viernes 20 se contabilizaban 18 muertes en este destino turístico, aislado de la Ciudad de México por deslaves en la Autopista del Sol que dejaron varadas a decenas de miles de turistas.

Hace 16 años Aguirre Rivero era gobernador interino. Había llegado al cargo luego de que el presidente Ernesto Zedillo forzara la renuncia de Rubén Figueroa Alcocer tras la matanza de 17 campesinos en el vado de Aguas Blancas en junio de 1995. Los ejecutores fueron policías estatales quienes intentaron frenar una protesta de militantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur.

Zedillo asumió incluso la reconstrucción del puerto –como pretende hacer ahora Enrique Peña Nieto– y pidió a Aguirre la renuncia del alcalde Juan Salgado Tenorio, su compadre, a quien acusó de omisión y negligencia en la prevención y atención a los damnificados por Paulina.

Zedillo estaba molesto con Salgado Tenorio pues semanas antes éste presuntamente reveló al panista Diego Fernández de Cevallos que uno de los deudores morosos en el pago al impuesto predial en el puerto era el mismo presidente de la República, quien tenía una residencia en Punta Diamante. El excandidato presidencial panista reveló por esas fechas la infidencia de Salgado a El Noticiero de Televisa.­

En 1997, cuando la tormenta se abatía sobre este puerto, Salgado Tenorio había salido del país; unos decían que el 9 de octubre viajó a Disneylandia o a Las Vegas. Y aunque sus colaboradores trataron de encubrirlo, lo cierto es que el alcalde no apareció esos días.

En aquella ocasión, cuando el aguacero caía en todo el estado, Aguirre Rivero departía, entre otros, con Figueroa Alcocer y Manuel Añorve, mano derecha del actual diputado priista Manlio Fabio Beltrones Rivera y con el entonces senador René Juárez. En ese convivio también participó el entonces diputado local Héctor Astudillo.

En enero de 1998 Añorve sustituyó en la alcaldía a Salgado Tenorio y al año siguiente perdió la contienda interna por la gubernatura precisamente ante Juárez. Astudillo, a su vez, perdió las elecciones por la gubernatura ante el candidato perredista Zeferino Torreblanca en 2005.

Y mientras la clase política del PRI en pleno se regodeaba, el estado, en particular el puerto, sufría los embates de Paulina. Nadie se preocupó por aplicar medidas de emergencia.



Voracidad solapada



El diputado local del Partido Verde Ecologista de México, Alejandro Carabias, quien fue regidor en el ayuntamiento en el trienio 1999-2002 y diputado federal de 2009 a 2012, sostiene que en Acapulco las tragedias se deben a la corrupción y la ilegalidad, sobre todo porque las autoridades no se ciñen al Plan de Desarrollo Urbano (PDU).

Según él, las autoridades tampoco han actualizado la reglamentación de Protección Civil ni tienen mapas de riesgo.

Después de Paulina, en 2000, en la gestión presidencial de Vicente Fox, el gobierno federal destinó 600 millones a reordenar la zona del anfiteatro, en la parte alta del puerto, para impedir la proliferación de construcciones; también se creó una infraestructura hidráulica, pero no dio continuidad a los planes de prevención de desastres­ naturales en la zona, como el de Llano Largo.

Hubo un boom de desarrollos inmobiliarios en Acapulco, sobre todo en la zona exclusiva denominada Punta Diamante, que va del ejido Llano Largo a la colonia Alfredo V. Bonfil, por los rumbos del aeropuerto internacional.

Ahí viven los nuevos ricos de Acapulco, como el panista Diego Fernández de Cevallos, el cantante Luis Miguel y Ernesto Zedillo. Por esas fechas se inició la expansión de Acapulco hacia la zona de humedales, comenta el legislador Alejandro Carabias, sobrino de Julia Carabias Lillo, titular de la Secretaría de Recursos Naturales y Pesca en el sexenio de Zedillo.

Y aun cuando el PDU no permite ahí la construcción de obras de alta densidad, por las características del terreno compuesto por canales meándricos, los gobiernos locales del PRD, en particular el de Torreblanca Galindo (1999-2002) autorizaron cambios de uso de suelo para permitir la construcción de cientos de casas de interés social.

En 2001, por ejemplo, el alcalde Torreblanca modificó el PDU de 1998 que regía el uso de suelo de la zona ahora afectada. A su vocación agrícola y comercial se agregó el uso habitacional.

Empresas como GEO, Homex y ARA se dieron vuelo promoviendo en el país programas como “Tu casa en Acapulco” o “Tu casa al pie de la laguna”. Tomando como referencia las cotizaciones del Infonavit engancharon a miles de personas ávidas por tener su casa en esa zona pantanosa donde las inundaciones son recurrentes.

Los desarrollos urbanos –o “segunda casa”, como también se les llama– pusieron en crisis a los hoteles de Acapulco, sostienen Carabias y Domitilo Soto González, fundador del Colegio de Arquitectos Urbanistas de Guerrero y exdirector de Desarrollo Urbano en el gobierno municipal perredista que presidió Alberto López Rosas (2002-2005).

Los turistas, dicen, dejaron de ir a los hoteles a hacer sus reservaciones, iban directamente a su casa de Acapulco.

Tan próspero resultó el negocio –se construyeron alrededor de 10 mil viviendas– que en esa zona se instalaron años después cinco cadenas de supermercados: Walmart, Soriana, Plaza Sendero, Mega Comercial Mexicana y Costco.

Ahora esta última se inundó a causa de las lluvias provocadas por la tormenta tropical Manuel y los habitantes de Puerto Marqués y las colonias aledañas saquearon sus instalaciones. Las mercancías hurtadas se cuantificaron en 80 millones de pesos.

Carabias advierte que los efectos del cambio climático y las violaciones al PDU hacen que las catástrofes sean recurrentes en el puerto. Para aminorarlas, dice, lo deseable es penalizar las ilegalidades y reglamentar los futuros desarrollos habitacionales en la región.



El nuevo proyecto del gobernador



Considerado uno de lugares más violentos del país, Acapulco sufre también por el abastecimiento de agua potable. La Comisión de Agua Potable y Alcantarillado está en quiebra con una deuda de 150 millones de pesos y el servicio de limpia es deficiente.

Aun así, este destino turístico sigue siendo atractivo para los negocios, por lo menos en los que parece tener intereses el gobernador Aguirre Rivero.

En abril de 2011, al asumir la gubernatura, nombró asesor a su hermano, Mateo Aguirre, quien metió en la nómina estatal a medio centenar de parientes. Ante los trascendidos de que Mateo era el nuevo comisionista estatal, el gobernador lo retiró, pero mantuvo la apuesta por las grandes obras públicas.

Para marzo de 2012 Aguirre Rivero inició la construcción del Acabús –similar al Metrobús de la Ciudad de México– a la cual destinó mil 800 millones de pesos. La obra debió entregarse en marzo pasado pero los trabajos aun no concluyen y diversas asociaciones prevén que el proyecto demore todo el año.

El proyecto, en el que tienen interés el empresario Carlos Slim y la empresa Ingenieros Civiles Asociados, llevó a la quiebra a centenares de comerciantes en la costera Miguel Alemán, donde las lluvias provocadas por Manuel inundaron tramos de esa vialidad.

Según Arturo Flores Mercado, dirigente de la Coalición de Asociaciones, Comerciantes Establecidos y Prestadores de Servicios Turísticos, la obra ha provocado el cierre de 40% de sus mil 600 afiliados; ello, dice, sin contar los que han bajado las cortinas a causa de la violencia y el crimen organizado, cuyos pistoleros les exigen el pago de “derecho de piso”.

Pese a que la ciudad es proclive a protestas como las de los maestros, taxistas y vecinos, Flores Mercado es el único dirigente que ha ido a la cárcel en los últimos meses por encabezar una manifestación en la costera.

Y aunque sólo estuvo dos días en el penal local de Las Cruces, su caso revela las prioridades de Aguirre Rivero: tolera los bloqueos de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación a la Autopista del Sol, la toma de edificios públicos y carreteras por la Policía Comunitaria, pero se lanza contra quienes afectan sus negocios.

Aún no termina el proyecto del Acabús, pero Aguirre Rivero ya tiene la mira en otra obra millonaria: la Escénica Alterna, en la cual participan empresas de Slim. El plan es invertir 3 mil 500 millones de pesos en la construcción de un maxitúnel para comunicar en cinco minutos a la ciudad con la parte suburbana de Llano Largo.

Una vía más corta para llegar a la zona de las inundaciones.

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