2 feb 2014

El PAN, hacia una presidencia espuria /reportaje


El PAN, hacia una presidencia espuria
ÁLVARO DELGADO
Revista Proceso # 1944, 1 de febrero  de 2014.
El actual presidente del PAN, Gustavo Madero, se ha negado a investigar la presunta corrupción de legisladores de su partido, “los moches”. En medio de este escándalo impuso como integrantes de la Comisión Electoral a incondicionales suyos, lo que en opinión de políticos como Juan José Rodríguez Prats tiene “entrampado” el proceso de elección de la nueva dirigencia.
 “En el PAN no hay ángeles”, dice Gustavo Madero para justificar la corrupción en el partido que preside, cuyo proceso sucesorio arranca con el riesgo de que se descarrile o se declare un ganador espurio, que puede ser él mismo.
 Madero no sólo diseñó las reglas de la contienda, sino que le son afines la mayoría de los siete miembros del órgano electoral que encabeza el mexiquense Francisco Gárate Chapa, lo cual ha motivado acusaciones de parcialidad y desigualdad.
 Sin consultar con nadie, y sólo con sus nuevas alianzas para su proyecto de reelección –como el operador electoral Jorge Manzanera–, el presidente del PAN logró el aval del Consejo Nacional, que sesionó el sábado 18, para Gárate, Carmen Segura Rangel y Gonzalo Altamirano Dimas, amigos los tres de Santiago Creel, integrante de su grupo.

Otras dos aliadas de Madero son la campechana Nelly Márquez, del equipo de Manzanera, y Marcela Torres Peimbert, antagonista al grupo de Ernesto Cordero en el Senado. Cordero sólo tiene un consejero, Rogelio Carbajal, mientras que Francisco Xavier Salazar Sáenz es allegado a Juan Manuel Oliva.
Gárate Chapa, acusado de corrupto desde que fue destituido como presidente del PAN en el Estado de México en 2002 –en medio de escándalos de sus alcaldes por latrocinios, nepotismo y hasta asesinato–, ofrece conducir la Comisión Electoral como si fuera el Instituto Federal Electoral.
–¿Lo hará como José Woldenberg o como Luis Carlos Ugalde?
–¡Woldenberg, por supuesto! Respeto y admiro a Woldenberg, pero quiero rescatar en su más pura esencia el espíritu de Manuel Gómez Morin y de Adolfo Christlieb Ibarrola, quien decía que en la democracia (y en esto coincide con Norberto Bobbio) dos pilares son esenciales: un sistema jurídico que sea aceptado y respetado y un sistema electoral que permita recabar con absoluta honestidad la votación.
 Invitado por Madero a ser parte de la Comisión Electoral desde noviembre, Gárate Chapa asegura en entrevista que él y sus seis compañeros se conducirán de manera pulcra para evitar que la elección llegue hasta el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
 “Tengo el compromiso de que en la conducción de este equipo de trabajo y de las actividades que vamos a desarrollar estarán imperando los principios que desde el PAN hemos impulsado en la legislación electoral: legalidad, imparcialidad, certeza y objetividad.”
 –¿Hay riesgo de un ganador espurio?
 –No, no hay. Seremos pulcros.
 Y responde a otras críticas: “Hay quienes dicen, como Juan Carlos Romero Hicks, que fui señalado de corrupto. Yo no sé en México cuántos políticos haya que se atrevan a poner sobre la mesa sus declaraciones patrimoniales y sus declaraciones de impuestos y a partir de éstas puedan justificar sus bienes. Somos, me incluyo, muy poquitos”.
Encubrir como el PRI
Madero se negó a delegar en el Consejo Nacional la designación de los comisionados, como se lo propuso Fernando Canales Clariond en nombre de la ética, la democracia y la herencia familiar (es sobrino-nieto de Francisco I. Madero). Argumentó igual que Gárate Chapa: definió a sus candidatos como íntegros, profesionales y de tradición.
El exsubprocurador Juan de Dios Castro le preguntó: “¿Quién calificó a esas personas con esas características?”. Madero se quedó callado.
“No le contestó porque era una opinión personal”, dice el consejero Juan José Rodríguez Prats. “Madero pudo haber negociado con Oliva y con Cordero, pero no consultó nada”.
Pero así como “la elección está entrampada”, sigue Rodríguez Prats, también lo está el problema de corrupción solapada por Madero, quien maniobró para evitar que una comisión investigue la extorsión a los alcaldes a cambio de gestionarles recursos públicos, maniobra conocida como los “moches”.
Para él no hay duda: Luis Alberto Villarreal, coordinador de los diputados federales, está involucrado directamente en esos moches y Madero lo protege con un discurso digno del PRI.
“No somos Santa Inquisición para andar investigando”, argumentó Juan Molinar, quien junto con otros defensores de Madero alegaron que “la ropa sucia se lava en casa” y que no se debe hacerle el juego a los medios, sino proteger la unidad del partido o presentar denuncias ante las autoridades correspondientes.
“Eso es el ‘protejámonos los unos a los otros’, así se hagan las peores pillerías. Ese discurso yo lo escuché en el PRI, son exactamente los mismos argumentos”, dice Rodríguez Prats, quien en el debate citó tres hechos de corrupción solapados por Madero:
Uno fue en Michoacán. Los diputados locales panistas le confesaron que recibían dinero del gobernador perredista Leonel Godoy para aprobarle sus cuentas públicas. Otro fue en Chiapas, donde consiguió un acta del cabildo de Tapachula en la que constaba que el alcalde panista Emmanuel Nivón se adjudicó 12 millones de pesos por multas. Madero le dijo que el acta no tenía validez, lo designó candidato a la gubernatura en acuerdo con el entonces gobernador Juan Sabines –añade Rodríguez Prats– y luego de perder fue encarcelado por corrupción.
El tercer hecho fue que Jorge Luis Preciado, desde el primer día como coordinador de los senadores dispuso de 16 millones de pesos y depositó en las cuentas de cada uno 430 mil pesos. “Esos tres hechos los señalé y nadie respondió”, insiste Rodríguez Prats.
Impunidad, como en los casinos
Pero si se hubiera aprobado una comisión investigadora, ésta corría el riesgo de terminar como la creada para investigar los casinos, escándalo que involucra también a Madero y a miembros de su grupo compacto.
Hace un año, el 19 de enero de 2013, el Consejo Nacional creó una comisión para investigar a los panistas vinculados con los casinos, en el contexto de los 100 permisos que Felipe Calderón otorgó minutos antes de dejar la Presidencia.
Propuesta por Kenia López Rabadán, allegada a Roberto Gil Zuarth, la comisión especial fue aprobada sólo con 12 votos en contra, de los más de 300 consejeros, aunque Molinar advirtió: “El objetivo de esa comisión, hay que aclararlo, es simplemente recabar la información veraz, verificable sobre ese tema, para que el partido, a través de su Comité Ejecutivo Nacional, pueda tomar una posición clara ante la opinión pública respecto al tema”.
Salvo Gil Zuarth, Juan Marcos Gutiérrez y Obdulio Ávila, los tres subsecretarios de Felipe Calderón encargados de los casinos, con sus respectivos directores de Juegos y Sorteos, ninguno más de los señalados por contubernio compareció.
Pese a las evidencias de que Madero financió su campaña por la presidencia del PAN con recursos de Juan José Rojas Cardona, El Zar de los Casinos, la comisión no lo llamó a comparecer a él ni a sus principales operadores en el asunto: los diputados Jorge Villalobos Seáñez y Rodolfo Dorador Pérez Gavilán.
Tampoco fueron convocados otros panistas implicados en escándalos de casinos, como los exalcaldes Fernando Larrazabal, de Monterrey, y Zeferino Salgado, de San Nicolás, Nuevo León, así como los hermanos Luis Alberto y Ricardo Villarreal García, vinculados con el Grand Casino de León, Guanajuato, ambos relacionados con los moches.
El exsubsecretario Juan Marcos Gutiérrez lo resume: “Yo comparecí y nunca nos volvieron a decir nada”. Y prevé que pasará lo mismo con el “grupo de trabajo” sobre los moches: “Otra vez se genera una decisión enfilada a que por un lado no pase nada y, por otro, se vuelve a lastimar la credibilidad del partido, que de por sí ya anda por los suelos”.
–¿Se ha instalado la impunidad en el PAN?
–Efectivamente, la corrupción es un fenómeno de grupos humanos con poder o acceso al poder. El problema mayor es que no haya instrumentos para detectarla, prevenirla, combatirla y castigarla.
–Con el órgano electoral cargado hacia Madero, ¿hay riesgo de que se descarrile el proceso y que le falte legitimidad al ganador?
–La sola permanencia de Madero, más allá de su periodo, en época de construcción de reglas de la competencia interna, y no se diga el acto de proponer la designación de la comisión que aprobó el consejo, me parecen éticamente incorrectos, siendo que va a participar en la contienda.
–¿Tendría legitimidad?
–Estaría doblemente cuestionado, puesto que estos tres años y poco más son de una gestión muy cuestionable.
“No tiene remedio”
El proceso para que la militancia elija a su presidente por primera vez en la historia del PAN ya está contaminado por la corrupción de los moches.
“Pinches ladrones”, llamó Cordero a Villarreal y a Madero en la grabación difundida por El Universal. “Minoría frustrada”, calificó Madero a los allegados a Calderón, como el senador, a quien comparó con Andrés Manuel López Obrador por cuestionar decisiones institucionales.
Cordero comparó el PAN de Madero con el PRI de Humberto Moreira, el enriquecido gobernador que dejó endeudado Coahuila.
Todo por los moches. A la disputa se metió también Gárate Chapa, quien defendió a Madero y a Villarreal.
Se le plantea a Gárate Chapa que fue con él como presidente del PAN mexiquense que su partido enfrentó los primeros escándalos de corrupción de autoridades y militantes panistas.
“Sí, sin ambages, sin defenderme y sin defender al PAN. Es en el Estado de México, en 2000, cuando por segunda vez ganamos el ‘Corredor Azul’, y aunque tuvimos extraordinarios alcaldes, como Eduardo Contreras, nos surgieron todos los problemas que tuvimos. Es la primera gran crisis por el ejercicio del poder”, admite.
Y pese a que tomó decisiones para enfrentar los problemas, el CEN presidido por Luis Felipe Bravo Mena lo destituyó sin argumentos: “Ni siquiera me dio la cara”.
En 2004 volvió a presidir el PAN. “Al final hubo un reconocimiento de que las administraciones públicas con corrupción, desvíos, nepotismo y homicidios no eran mis temas, los temas del partido”, explica.
Estas prácticas se trasladaron a otros estados, como Nuevo León, donde el PAN está secuestrado por una “mafia” que, como en todo el país, es solapada por Madero, afirma Humberto Treviño Landois, exsubsecretario de Comunicaciones y Transportes con Calderón.
Integrante de Panistas por México, que impulsan la cada vez más remota candidatura de Josefina Vázquez Mota a la presidencia del PAN, y exdiputado local y federal, Treviño Landois describe cómo la corrupción ha penetrado en su partido hasta hacerlo inviable: “El PAN ya no tiene remedio”.
Explica: “El primer argumento del panista funcionario público es que dice ser muy fregón y que trabaja mucho, de 7 de la mañana a 10 de la noche, y sólo gana 40 mil pesos. En cualquier lugar, dice, podría ganar 200 mil o 300 mil, y entonces tiene que compensar eso”.
Añade: “La segunda justificación es un poquito más cínica y dicen: ‘Es que no se puede cambiar de la noche a la mañana. Qué te preocupa, el PRI se robaba 20%, nosotros nada más 10%. Estamos mejorando’.”
Y la tercera justificación, explica el panista nuevoleonés, es igualmente perversa y tiene que ver con las campañas electorales, cuyos topes “todos sabemos que son una vacilada”.
Pone como ejemplo una campaña para la alcaldía de Monterrey, que no cuesta 4 millones de pesos, sino más de 100. “Y te preguntan: ‘¿Y de dónde van a salir? ¿O quieres que los puros ricos puedan ser candidatos? No, entonces hay que ir juntando bolsitas, guardaditos, ¿de quién? De los proveedores’. Y te dicen: ‘No lo hacen para corromperte, lo hacen para ayudarte para tu siguiente campaña’. Así racionalizan la corrupción”.
En Nuevo León, Madero ha solapado esto, como cuando aseguró reiteradamente que Fernando Larrazabal no sería candidato a diputado federal en 2012 por su cuestionada honestidad como alcalde de Monterrey.
“Lo dijo horas antes de la designación que él mismo propuso y que él mismo defendió. ¡Cómo es posible!”
En efecto, Madero no se escandaliza con la corrupción, como le dijo a Denise Maerker en su programa de Radio Fórmula el lunes 20: “Lo que me escandaliza es el sistema, o sea lo que tenemos que ir componiendo (…) El diseño es el que no te permite hacer las cosas bien, incluso permite que se den este tipo de comportamientos, si tú tienes la capacidad de dar recursos se pueden dar esas prácticas”.
Minimizando las acusaciones contra Villarreal, Madero insistió: “Sí creo que el sistema propicia o dificulta que se den este tipo… alguien decía que ‘la ocasión hace al ladrón’”.
–Eso es horrible –comentó Maerker.
–“Bueno, eso es naturaleza humana aquí o en China, es horrible –admitió, y justificó–: en el PAN no hay ángeles, estamos formados por seres humanos”.

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