6 jul 2014

Desquiciar al DF, el plan B del PRI


–¿A quién podríamos ver como candidato del PRI para el gobierno? ¿A Rosario Robles?
–No adelanto nombres ni vísperas. Primero vemos la elección de 2015 y luego la de 2018. En 2012 recuperamos la Presidencia. Para 2018 necesitamos un partido a tono y a tiempo para que los ciudadanos lo utilicen para ser la primera alternancia en la Ciudad de México después de 18 años del PRD.
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Desquiciar al DF, el plan B del PRI/JOSÉ GIL OLMOS, reportero
Revista Proceso # 1966, 5 de julio de 2014
El gobierno capitalino es la joya de la corona, la pieza que le falta al PRI para tener el control casi total del país. Decidido a recuperar la plaza perdida en 1997, tenía preparada una estrategia de “sabotaje y caos” que, sin embargo, se derrumbó por el escándalo mediático que envolvió a Cuauhtémoc Gutiérrez, El Príncipe de la Basura, según revela a Proceso la dirigencia local perredista.
Antes de que estallara el escándalo de la presunta red de prostitución manejada por Cuauhtémoc Gutiérrez en el PRI del Distrito Federal, ese partido estaba decidido a recuperar el gobierno capitalino, perdido en 1997.
Para ello, señala el secretario general del PRD local, Enrique Vargas, el exdirigente priista y su grupo tenían la intención de generar violencia en algunas delegaciones con el objetivo de provocar ingobernabilidad y acusar de represión a las autoridades.

Según Vargas, los planes del PRI eran ganar a toda costa la Ciudad de México, pese a que hoy sólo tienen en su poder una de las 16 delegaciones políticas, sólo nueve diputaciones de 66 en la Asamblea Legislativa y 20% del electorado, frente a una mayoría casi absoluta del PRD.
“Para cualquiera, la Ciudad de México es la joya de la corona. Nosotros no tenemos la corona pero sí la joya. El PRI desea la capital para tener un control absoluto del país. Sabe que si no la tiene, queda en entredicho su poder a escala nacional”, sostiene Vargas.
Sin embargo los planes del PRI se vieron frustrados por el escándalo de la red de prostitución presuntamente promovida por Gutiérrez, tema denunciado hace una década por el diario Reforma y retomado mediante una investigación hecha por el noticiero de Carmen Aristegui el pasado abril.
Luego de las revelaciones periodísticas y tras dos denuncias penales del PAN y del PRD, el mes pasado el PRI cambió a su dirigencia local y eligió a Mauricio López como presidente y a Armando Tonatiuh González Case como secretario general. El primero era coordinador de asesores del secretario de Gobernación; el segundo es diputado local y amigo de Cuauhtémoc Gutiérrez.
 “Ahora con la presencia de Mauricio López van a tratar de generar una estrategia más concreta y de posicionamiento político con el uso de mucho dinero. Pero la Ciudad de México es una plaza muy difícil, la gente tiene identificación con el gobierno y con el PRD; aun así no hay que confiarnos, tenemos que cuidarnos mucho porque un error nuestro nos puede significar la pérdida del Distrito Federal”, advierte Vargas.
López sostiene en entrevista que efectivamente el PRI dará un viraje en su estrategia para reconquistar la Ciudad de México. Adelanta que se trabajará en un cambio de imagen, se acercarán a la ciudadanía usando todos los recursos y no descarta una coalición y lanzar candidatos ciudadanos. “Vamos por todo”, señala el exdirigente universitario.
Sabotaje y caos
El historial político y personal de Gutiérrez está salpicado de violencia. Es hijo de Rafael Gutiérrez Moreno, El Zar de la Basura, durante dos décadas líder de los pepenadores y quien murió asesinado en 1987.
Priista desde los 14 años, Cuauhtémoc Gutiérrez detesta que le digan El Príncipe de la Basura, pero gracias al espacio político logrado por su padre a base de presiones fue presidente del Frente Juvenil Revolucionario del Distrito Federal, secretario general del Movimiento Territorial capitalino, miembro del Consejo Político Nacional, diputado de la primera Asamblea Legislativa y dos veces diputado federal. En 1988 conoció al expriista y exjefe de gobierno capitalino Marcelo Ebrard con quien hizo amistad desde entonces.
Con más de tres décadas de militancia priista y un historial salpicado de escándalos, inhabilitaciones, procesos penales y actos violentos –en 2003 su grupo atacó a simpatizantes de su compañera de partido María de los Ángeles Moreno–, en 2011, siendo diputado federal, fue precandidato al gobierno del Distrito Federal. Perdió ante Beatriz Paredes.
Pese a esto consolidó un grupo político que se ha distinguido por acciones violentas. Un miembro de ese grupo es Cristian Vargas, El Dipuhooligan, quien en 2011 protagonizó un enfrentamiento a las puertas de la Asamblea Legislativa, incidente en el que resultó lesionada la legisladora Rosario Guerra.
Según Enrique Vargas, Gutiérrez y su gente “traían una estrategia de sabotear las delegaciones, generar caos y tratar de crear una respuesta violenta contra el PRI para victimizarse”. Afirma que hubo actos de sabotaje en las delegaciones Tlalpan, Magdalena Contreras, Iztacalco y Azcapotzalco.
En esta última delegación, el pasado 13 de marzo varios priistas rompieron cristales del edificio delegacional con piedras y tubos. Las autoridades grabaron los hechos e identificaron entre los vándalos a los actuales diputados locales González Case y Jaime Ochoa Amorós, y al exdiputado local Israel Betanzos, presidente interino del PRI local a la salida de Gutiérrez.
“Días después le dije a Tonatiuh por qué hacían eso y me contesto: ‘Así vamos a seguir, vamos a regresar a la delegación’. Era evidente que traían una estrategia de confrontación, de generar caos o crisis en las delegaciones para tratar de posicionarse de esa manera, empoderar a su militancia y enfrentar al PRD en cualquier lugar donde estuviera. La estrategia era generar crisis y violencia, provocación y sabotaje”, sostiene el perredista.
El secretario general del PRD capitalino advierte el riesgo de que incluso con la llegada de López Velázquez al PRI local, la estrategia continúe. Mantener a Tonatiuh González como secretario general representa un peligro de nuevos actos violentos, apunta.
“Tonatiuh fue el chofer de Cuauhtémoc Gutiérrez. Es un cómplice, no es un hombre de ideas, es violento y va a tratar de combinar la estrategia de violencia con acciones políticas”, indica Vargas.
–¿El PRI tenía un plan para recuperar algunas delegaciones?
–Creo que no tenían una estrategia precisa para recuperar algunas delegaciones en específico, sino que estaban tirando golpes sin ton ni son. Hicieron algo también en Xochimilco, quizá lo hacían más en delegaciones de Izquierda Democrática Nacional (IDN) como pensando que íbamos a reaccionar violentamente.
Actualmente el PRD gobierna 14 delegaciones capitalinas (seis de ellas IDN), el PAN una y el PRI una, la de Cuajimalpa.
En porcentaje del electorado capitalino los perredistas tienen 40%, el PRI 20% y el PAN 10%. En la pasada elección el PRD estuvo a punto de ganar Benito Juárez, única que los panistas ha mantenido en los últimos años.
Según Enrique Vargas, a los perredistas les preocupa más la llegada de la organización de Andrés Manuel López Obrador, Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que la intención de reposicionarse del PRI.
–En estricto sentido electoral, ¿es mayor riesgo AMLO que el PRI?
–Por supuesto. Nos genera mayor preocupación un eventual posicionamiento de Morena en la Ciudad de México que el propio PRI, porque con el escándalo de Cuauhtémoc Gutiérrez no va a subir del 20% que tiene ahora del electorado. Pero no sólo por ese escándalo: las medidas impopulares que ha impuesto el gobierno federal de Enrique Peña Nieto le han impedido crecer, sobre todo porque no se han generado empleos y la violencia en el país ha provocado que se venga mucha gente a la ciudad sintiéndose más segura pero sin empleo.
–¿Descarta que el PRI vaya a ser un riesgo para el PRD en las próximas elecciones?
–Sí, lo descarto, pero no nos vamos a confiar. El factor Cuauhtémoc fue un desastre para ellos y nosotros lo vamos a aprovechar, porque el PRI del DF no va a cambiar.
Impacto de imagen: PRI
Para los priistas el escándalo de Gutiérrez tuvo un impacto negativo de imagen, pero no electoral. Mauricio López asegura que según sus encuestas sigue manteniendo el mismo nivel de las preferencias ciudadanas.
“Sin lugar a dudas tuvo un impacto en el partido, no se puede negar, pero es una afectación en ciertos círculos de opinión, porque las encuestas que hemos realizado últimamente nos dicen que el PRI sigue teniendo una franja de expectativa de voto muy estable, pero sin duda generó una atracción mediática, una fuerte crítica al partido”, señala en entrevista.
López es egresado de la Facultad de Economía de la UNAM. En 1986 y 1987 participó en el movimiento del Consejo Estudiantil Universitario (CEU) como representante del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) plantel Sur. Se dice amante de la Ciudad de México, conocedor de sus bares, cantinas, antros, barrios y asiduo a los salones de baile.
Fue diputado en la pasada Asamblea Legislativa y en el PRI fue representante de la Fundación Colosio en el Distrito Federal. Hasta antes de tomar posesión de la dirigencia priista capitalina nunca había tenido una responsabilidad de partido. Era jefe de asesores del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
Su objetivo de arranque será lograr un partido unido, porque reconoce que en los últimos 12 años ha habido enfrentamientos, rupturas y salidas de militantes y dirigentes.
“Tenemos que estar unidos para ser un partido fuerte, con toda la discusión interna necesaria pero con la legitimidad e institucionalidad del trabajo hacia afuera. Tenemos que dar resultados actuando de manera coherente y congruente, siendo transparentes y apegados a la ley. Esa es la base”, sostiene.
El reto y el desafío es poner al PRI al tono de la ciudad y cambiar el modelo de operación política de grupos y facciones, el cual ya está agotado, por uno de construcción de confianza ciudadana.
“A partir de 1997 el PRI no logró reconectarse con la capital, no ha logrado reconectarse con las agendas de la ciudad y con una forma organizativa diferente. Esa es una explicación pero creo también que buena parte de las estructuras clientelares y organizativas que eran tradicionales del PRI se las llevó el PRD. Se parecen tanto a ese viejo PRI que no pueden engañarnos”, dice irónico.
–¿Qué piensan hacer después de un largo periodo en el que no han podido ganar en la Ciudad de México? Ahora sólo tienen una delegación y carecen de cuadros jóvenes.
–No es un problema de cuadros. El PRI tiene prestigio y actores nuevos en la ciudad, con trabajo en zonas y regiones de la ciudad. Lo que debemos hacer es partir de la unidad, voltear hacia la ciudadanía, porque el PRI se ha visto más a sí mismo que a la sociedad; eso hay que cambiarlo. En ese sentido debemos trabajar todos los grupos, no podemos importar el esquema de facciones y grupos del otro partido.
Según López el PRI en el DF primero tiene que poner orden en la casa, luego cambiar de mentalidad para dejar ser oposición y volverse opción y alternativa. Reconoce que eso se ve complicado, pero confía en lograrlo con formas de trabajo diferentes y la colaboración de todos los grupos.
Se le recuerda que a su lado permanece la sombra de Cuauhtémoc Gutiérrez con el diputado Tonatiuh González. López manifiesta que lo ve como una gente con disposición para trabajar y un comportamiento institucional.
“Parto de la buena fe, de confiar en las personas y en el trabajo a través de los resultados, del ejercicio y desempeño que tengamos. Veo que algunos de ellos están haciendo esfuerzos muy grandes por trabajar en sus espacios territoriales. Vamos a ver qué pasa, yo vengo a trabajar por el PRI con todos los priistas.”
Con esa misma esperanza el nuevo dirigente del PRI capitalino asegura que hará del priismo “un partido unido, transparente, con mayor participación ciudadana, más militancia y menos burocracia, con un proyecto de ciudad y no sólo con una plataforma electoral, porque la gente no sabe qué propone el PRI o qué representa”.
Para eso tiene un año, pues en 2015 vienen las elecciones para diputados y delegaciones en la Ciudad de México.
–¿A quién podríamos ver como candidato del PRI para el gobierno? ¿A Rosario Robles?
–No adelanto nombres ni vísperas. Primero vemos la elección de 2015 y luego la de 2018. En 2012 recuperamos la Presidencia. Para 2018 necesitamos un partido a tono y a tiempo para que los ciudadanos lo utilicen para ser la primera alternancia en la Ciudad de México después de 18 años del PRD.

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