28 sept 2014

El Beato Álvaro del Portillo


Primer sucesor de San Josemaria Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei.

Durante en el encuentro con los ancianos en el Vaticano, un evento organizado por el Pontificio Consejo para la Familia, y en palabras previas al rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, el papa Francisco dijo: ayer (sbado 27 de septiembre), en Madrid, fue proclamado beato el Obispo Álvaro del Portillo; que su testimonio cristiano y sacerdotal ejemplar, pueda despertar en muchos el deseo de adherirse siempre más a Jesús y el Evangelio".
Francisco envió una carta al actual Prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría, en la que señala que esta beatificación "representa un momento de especial alegría para todos los fieles de esa Prelatura" por la que da gracias a Dios ya que "embellece el rostro de la Iglesia con la santidad de sus hijos".
 El papa también indicó que le gusta recordar la jaculatoria que Mons. del Portillo repetía: "Gracias, perdón y ayúdame más". "Son palabras que nos acercan a la realidad de su vida interior y su trato con el Señor y que pueden ayudarnos también a nosotros a dar un nuevo impulso a nuestra propia vida cristiana".
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Del Portillo, nuevo beato; el postulador: «su fama es un fenómeno eclesial»
 Llega a los altares, desde Madrid, el Prelado del Opus Dei, primer sucesor del fundador san Josemaría Escrivá de Balaguer. Entrevista a Javier Medina Bayo
Vatican Insider, 27 de septiembre de 2014
DOMENICO AGASSO JR
Hoy por la mañana, en Madrid, fue beatificado mons. Álvaro del Portillo (1914-1994), prelado español del Opus Dei y primer sucesor del fundador san Josemaría Escrivá de Balaguer. Desde 1997, el postulador de la causa de canonización ha sido mons. Flavio Capucci, que falleció el 7 de agosto de 2013, pocos días después de que fuera reconocido el milagro atribuido a la intercesión del venerable siervo de Dios. Lo ha sustituido en el proceso el reverendo Javier Medina Bayo.
 El Papa aprobó un milagro atribuido a la intercesión de Álvaro del Portillo: ¿en qué consiste?
 Consiste en la absoluta curación de un recién nacido chileno que presentaba daños cerebrales y otras patologías: después de haber sufrido un paro cardíaco de alrededor de media hora y una hemorragia masiva, no solo siguió viviendo, sino que experimentó una mejoría de su estado general, hasta el punto de poder tener una vida normal como todos los niños. Estos hechos sucedieron el 2 de agosto de 2003. Sus padres rezaron con gran fe y, mediante la intercesión de Álvaro del Portillo, cuando los médicos pensaban que el niño había muerto, sin ningún tratamiento y de forma completamente inesperada, su corazón volvió a latir, hasta que alcanzó 130 latidos por minuto. Tal vez lo más sorprendente de este caso sea que, apesar de la gravedad del cuadro clínico, el niño, en la actualidad,diez años después, lleva una vida de absoluta normalidad.
¿Por qué ha sido beatificado Álvaro del Portillo?
 –Su vida parece un constante “Sí” pronunciado ante las peticiones del Señor. Del Portillo se ofreció heroicamente al servicio de la Iglesia y de las almas, fiel al ejemplo de san Josemaría Escrivá de Balaguer. Acercó a DIos a muchísimas personas. Para abrir una casua de canonización, el elemento determinante es la existencia de una sólida fama de santidad, espontánea y difundida en una parte significativa del pueblo de Dios. La causa de del Portillo comenzó porque desde el día de su muerte se verificaron evidentes demostraciones de esta fama. Mucha gente en el mundo entero estaba convencida de que era un santo e invocaba su intercesión para obtener favores del Cielo. La causa tiene esta función: verificar si tal fama de santidad tiene un fundamento real. El decreto sobre las virtudes heroicas promulgado por la Congregación para las Causas de los Santos el 28 de junio de 2012 nos indica que la Iglesia llegó a un juicio positivo sobre su santidad de vida. Además de su compromiso personal de santidad, también hay que considerar el impulso decisivo que ofreció para la creación de estructuras destinadas al bien de la gente, como por ejemplo el Hospital Monkole en Kinshasa, el Hospital Niger Foundation de Enugu (Nigeria), la Universidad Campus Bio-médico de Roma, la Pontificia Universidad de la Santa Cruz y el Colegio eclesiástico internacional Sedes Sapientiae, también en Roma, en donde miles de seminaristas y de sacerdotes reciben una excelente formación doctrinal y espiritual.
–¿Cuál es el mensaje principal de sus enseñanzas?
 Además de los aspectos más específicamente doctrinales, como el papel de los laicos en la Iglesia, los fundamentos del ministerio sacerdotal, la unidad con el Sumo Pontífice y la jerarquía, yo subrayaría, como característica general de su figura, la virtud de la fidelidad: fue un ejemplo de fidelidad a la Iglesia (primero como ingeniero, después como sacerdote y finalmente como obispo), fidelidad a los Papas, con quienes estuvo en contacto, fidelidad a la vocación y fidelidad al fundador del Opus Dei. La fidelidad es una virtud creativa, que exige una constante rennovación interior y exterior. No es simplemente “conservar”: es sacar virtualidades siempre nuevas del tesoro recibido. La fidelidad es la otra cara de la moneda de la felicidad. Y él fue un hombre verdaderamente feliz. Cuando murió, Juan Pablo II quiso recordar: «la celante vida sacerdotal y episcopal del Prelado, el ejemplo de fortaleza y de confianza en la providencia divina que ofreció constantemente, además de su fidelidad a la sede de Pedro». El entonces cardenal Ratzinger evocó el servicio que ofreció durante tantos años del Portillo a la Congregación para la Doctrina de la Fe e insistió en su «modestia y su disponibilidad en cualquier circunstancia, enriqueciendo de manera singular esta Congregación con su competencia y su experiencia».
–¿La devoción por Álvaro del Portillo se limita al Opus Dei?
No, su fama de santidad es un verdadero fenómeno eclesial. Actualmente han llegado 13.300 relaciones firmadas de favores obtenidos por su intercesión, a menudo desde países en los que el Opus Dei no tiene ni siquiera presencia. Se trata de una cifra enorme, teniendo en cuenta, principalmente, que entre las personas que obtienen favores son pocas que se dediquen a transmitirlas por escrito al postulador de la causa. El noticiario sobre su causa de canonización ha llegado a los 5 millones de copias, mientras las imágenes para la devoción privada han llegado a un total de 10 millones. Se puede decir, sin dudas, que del Portillo es un don de la Iglesia y para la Iglesia.
–¿Cuál fue el papel de del Portillo en el Concilio Vaticano II y, en general, en la Santa Sede?
 Durantel el Concilio fue secretario de la Comisión De disciplina cleri et populi christiani, autor del decreto “Presbyterorum Ordinis”; además fue perito de las Comisiones De Episcopis et dioecesium regimine y De religiosis; después fue asesor de la Sacra Congregación del Concilio, cualifcador de la Suprema Congregación del Santo Oficio y asesor de la Pontificia Comisión para la Revisión del Código de Derecho Canónico; también, juez del Tribunal para las causas de competencia de la Congregación para la Doctrina de la Fe y asesor en la misma Congregación. Fue también secretario de la Comisión para los Institutos seculares en la S. Congregación de los Religiosos, asesor de la Congregación para el Clero, asesor del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales y asesor de la Congregación para las Causas de los Santos. Los que trabajaron con él subrayan la determinación con la que trató de promover los derechos de los fieles laicos en la misión de la Iglesia y la importancia y la belleza de su santidad sacerdotal.


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