25 oct 2016

Panistas contra su líder en columnas ..¿Felipe Calderón atrás de todo?

Las columnas políticas hoy, 25 de octubre de 2016
Confidencial/ El Financiero
Encuentro privado Madero-Anaya
Los cercanos a Gustavo Madero nos comentan que, si bien el chihuahuense ya tenía programada para ayer una reunión con Ricardo Anaya, la aprovechó para aclararle que la firma de la carta para que deje la dirigencia no significa que esté apoyando a Margarita Zavala, a Moreno Valle ni a ningún otro. Aunque sí le dijo que debe trabajar en su candidatura presidencial para el 2018, pero fuera de la dirigencia, porque sería un “brillante y magnífico candidato” con todas las posibilidades de ganar. ¿Otra vez juntos? ¿O fue mensaje de Corral a Anaya, vía Madero?
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Bajo Reserva/El Universal
Críticas de doble banda en el PAN
Nos dicen que la carta que firmaron el domingo varios panistas contra la gestión del presidente del PAN, Ricardo Anaya, tenía un doble propósito. Uno, nos señalan, es volver a poner el dedo para forzar al queretano a aceptar en público lo que ha dicho en privado: que encabeza un proyecto personal rumbo a 2018. Y que deje de ser árbitro y jugador al mismo tiempo. Y el segundo punto, nos comentan, es que fuerzas opositoras a Anaya buscan empezar a presionar al CEN del PAN con el fin de negociar posiciones. Nos señalan por ejemplo, que el senador Ernesto Cordero, quien critica la dualidad de cachuchas de Anaya impulsa el proyecto de Antonio Echevarría como candidato a la gubernatura de Nayarit, y que consideran en la dirigencia que presiona a Anaya para negociar la candidatura de Echevarría. Aun si Anaya logra librar ésta, ¿cómo saldrá de la siguiente bronca?
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Lenguas Viperinas/LSR
RICARDO ANAYA, líder nacional del PAN, volvió a enturbiar las aguas blanquiazules de su partido político en el que una parte busca que ya deje la presidencia nacional para competir por la candidatura presidencial de 2018 sin el uso de recursos públicos. Pero hay otro señalamiento sobre Anaya, pues sus más críticos aseguran que otra de las razones por las que les urge que se vaya el queretano es porque determinará el destino de los “moches” que se aprueben en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2017, lo que significa que, dicen, podría hacer un "cochinito" que usaría para fines personales en 2018.
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Columna
EN PRIVADO/Joaquín López-Dóriga
Milenio
La rebelión azul contra Anaya
La unidad siempre es víctima de las ambiciones y de las pequeñeces.  Florestán
La semana pasada pregunté insistentemente al presidente del PAN, Ricardo Anaya, si quería ser candidato presidencial por su partido, a lo que terminó diciéndome que sí, pero en su momento.
Tras esa declaración el diario La Razón, que dirige Rubén Cortés, publicó que 11 gobernadores panistas declararon que ellos definirían al candidato presidencial de su partido.
A eso siguió una carta que otros 18 destacados panistas dirigieron al mismo Anaya, al que acusan de aprovechar los privilegios de su cargo para promoverse como candidato presidencial, lo que ha provocado una división:
Más allá de que en público niegue su aspiración para convertirse en el candidato a la Presidencia de la República, (Anaya) está utilizando la estructura y los recursos del partido en beneficio de ese proyecto personal a través de medios cuestionables e incurriendo en un grave conflicto de intereses. La responsabilidad de dirigir Acción Nacional, es absolutamente incompatible con la pretensión de construir un proyecto político como aspirante a la Presidencia de la República. Si Ricardo Anaya piensa competir, es necesario que lo asuma públicamente y deje la dirigencia del partido.
Esta posición fue respalda por el ex presidente Felipe Calderón a través de su cuenta de tuiter, donde publicó: Panistas exigen a Anaya que defina su aspiración para 2018. Y en otro: La unidad del PAN es vital para el país, la dirigencia de Ricardo Anaya está poniendo en riesgo esa unidad.
Por la tarde, en Radio Fórmula, Anaya me dijo que respeta a los abajo firmantes, que su postura es válida y que está obligado a escucharlos, negó que desde su cargo, tome decisiones para beneficio personal, que López Obrador tiene más spots que nadie, y que él está concentrado al cien por ciento en su responsabilidad como presidente del PAN, y sobre su rol de dirigente y precandidato, dijo que se definirá, como le exigen, en el momento de las definiciones.
Así, pues, hay rebelión en la granja azul y quienes juegan con Margarita Zavala emplazan a Anaya a terminar con su rol de dirigente y candidato, y que elija, ya uno u otro, pues ese doble juego pone en peligro la unidad del PAN, es decir, fomenta su división.
RETALES..
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Columna
ITINERARIO POLÍTICO / Ricardo Alemán
Milenio
Anaya, como AMLO: “¡denme por muerto!”
¿Quién, en su sano juicio, puede creer que Ricardo Anaya, el presidente nacional del PAN, habla en serio cuando dice que en 2018 lo den por muerto?
La respuesta es que nadie le cree —o pocos ingenuos—, ya que están a la vista de todos las tercas evidencias: el abusivo uso de spots, el espectacular despliegue de su figura como “PRESIDENTE” en encuentros con militantes en los estados y la exposición selectiva y a modo, en entrevistas y debates, para cuidar su “imagen presidencial”.
Ricardo Anaya puede decir misa, puede jurar y perjurar que no aspira a ser candidato presidencial, pero todos los indicios de su activismo apuntan en dirección opuesta. Es decir, hace todo por apoderarse de la candidatura presidencial del PAN por los medios que sean, incluso la traición a la doctrina y la cultura panistas.
La mejor prueba de que nadie le cree es que tanto gobernadores de filiación panista como “militantes distinguidos” del PAN hicieron pública “la rebelión en la granja azul”, que adelantamos aquí el pasado domingo.
Es decir, primero un grupo de gobernadores y luego pesos pesados del PAN le exigieron a Ricardo Anaya terminar con la simulación de dirigente y precandidato presidencial, y le pidieron que —por la unidad y la congruencia del partido— decida por una o por otra de las alternativas.
Incluso, en la misiva que un grupo de panistas de prosapia difundió la tarde del domingo pasado, comparan el abuso de Anaya con el uso abusivo de los spots de Morena, por parte de Andrés Manuel López Obrador, con el cuento de que el presidente es “vocero” partidista.
Dice el texto: “No existe un solo presidente de partido —ni siquiera el tan criticado presidente de Morena— que haya aparecido en tal cantidad de spots de radio y televisión en un solo año”.
Y es que, le dicen en tono severo: “la responsabilidad de dirigir Acción Nacional es absolutamente incompatible con la pretensión de construir un proyecto político como aspirante a la presidencia de la República, porque quien debiere fungir como armonizado y árbitro de aspiraciones se convierte en factor de tención, inequidad y de abuso de poder”.
Por eso, los “militantes distinguidos” exigen a Anaya decidir entre la presidencia del partido y la candidatura presidencial. El ultimátum es igual de inédito que el despropósito y las ambiciones sin límite de Anaya. Y, también por eso, los militantes distinguidos del PAN le piden definir su situación para, en su caso, iniciar el proceso de renovación del partido.
Dicho de otro modo: los panistas invitan al presidente del partido a dejar la dirigencia, de lo contrario, será echado. Sin embargo, y a pesar de la severidad de la carta pública, Ricardo Anaya parece no haber entendido nada. ¿Por qué?
Porque como ya es su costumbre, siguió las enseñanzas del que parece su mentor e ideólogo, Andrés Manuel López Obrador. Y es que el jefe del PAN respondió con el clásico “que lo den por muerto”; simulación socarrona que utilizó AMLO para engañar con la verdad, tanto en los previos de 2006 como de 2012.
Pero no es la primera vez que Anaya sigue los pasos y enseñanzas de AMLO. El 14 de octubre aquí documentamos las razones por las que Ricardo Anaya es “el mejor alumno de López Obrador”.
1. AMLO llegó al primer círculo del PRD —luego de salir del PRI— gracias a sus méritos para “el cultivo yucateco”. Era el más fiel servidor de Cuauhtémoc Cárdenas. Por su parte, Ricardo Anaya hizo exactamente lo mismo con Gustavo Madero.
2. Como jefe del PRD, AMLO se convirtió en el rey absoluto, y siempre uso todos los spots para su promoción. Lo mismo hizo en Morena. Anaya hizo exactamente lo mismo.
3. AMLO cometió parricidio político contra Cárdenas. Anaya cometió parricidio político contra Madero.
4. Ya dueño del partido y del poder, AMLO se adueñó de la candidatura presidencial y a las críticas respondió con el clásico: “denme por muerto”. Anaya dijo que lo den por muerto para 2018.
Cada partido tiene el frankenstein que se merece.
Al tiempo.
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Columna Arsenal/FRANCISCO GARFIAS
Excelsior
“Grosero abuso…”
Anaya sacó un comunicado en el que advierte que sería un error dividirse en estos momentos en los que el PAN se perfila como “la gran alternativa” para el 2018.
Uno de los panistas abajo firmantes —y no menor— nos jura que hubo presiones a diputados federales del azul para que no firmaran el desplegado en el que denuncian que Ricardo Anaya utiliza las estructuras del partido para promover su candidatura presidencial en el 2018.
El de la rúbrica precisa que las presiones van de la mano con las negociaciones para el Presupuesto 2017. La vieja táctica: el que se porte bien es recompensando y el que no…
“Lo que lastima la unidad del partido no es el desplegado contra Anaya, sino el abuso grosero que hace de recursos que vienen de impuestos como el IVA, ISR, IEPS que paga la gente.
“Ya no hacemos rifas...”, subrayó.
El jefe nacional del PAN sacó ayer un comunicado en el que advierte que sería un gran error dividirse en estos momentos en los que Acción Nacional se perfila como “la gran alternativa” para el 2018.
En la trinchera de Ricardo nos dicen, también, que el comentadísimo desplegado que los “antianayistas” publicaron en periódicos de circulación nacional es cosa de “los tuvos…”.
¿Los tuvos? Preguntamos intrigados.
—Sí, “tuvo” la gubernatura, “tuvo”  una secretaría, “tuvo” la presidencia del partido, “tuvo” una candidatura. Es gente ligada en su mayoría a Felipe Calderón— puntualizan.
Los abajo firmantes del desplegado, anótelo, no ven a Anaya en el 2018.
Ellos son, entre otros, Gustavo Madero, adversario declarado de Felipe Calderón, pero también Ernesto Cordero, Roberto Gil, Alberto Cárdenas, José Guadalupe Osuna Millán.
Y más: Salvador Abascal, Juan Miguel Alcántara, Manuel Gómez Morin, Eufrosina Cruz, Alejandro González Alcocer.  
Fernando Rodríguez Doval, secretario de Comunicación del partido, salió en defensa de su jefe en un WhatsApp que respondió al reportero:
“La obligación estatutaria del presidente del Comité Ejecutivo Nacional, sea quien sea, es difundir los posicionamientos del partido.
“En ese sentido, es el principal vocero del partido. Esto implica aparecer en ruedas de prensa, eventos, spots, medios de comunicación.
“Eso pasa en todos los partidos políticos del mundo.
“Dicho esto, él (Anaya) está en la mejor disposición de dialogar con todos los panistas que tengan alguna observación, para salvaguardar la unidad del partido.
Estamos en una posición inmejorable de cara al 2018”, dijo.ximas elecciones presidenciales.
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Anaya debe decidir/Jorge Fernández Menéndez
Excelsior
El líder panista es un político joven y que puede tener gran proyección, pero le está ganando la ambición.
Al presidente nacional del PAN, Ricardo Anaya, se le están complicando cada día más las cosas dentro de su propio partido, ante su intención, que no ha hecho pública pero que resulta demasiado obvia, de querer ser el candidato presidencial en 2018, olvidando aquella promesa de otorgar suelo parejo para los aspirantes del blanquiazul.
Lo que está sucediendo en el PAN puede terminar muy mal si no priva la sensatez y el sentido político, precisamente en el momento en que mayores posibilidades tiene de regresar a Los Pinos. Anaya ha sido un buen presidente del PAN: en su periodo como interino y ahora como presidente electo. Es un político joven y que puede tener gran proyección. Pero le está ganando la ambición. Puede ser un presidente del PAN con una fuerza notable y con enorme futuro, pero si se empeña en ser candidato presidencial desde el liderazgo partidario, lo único que logrará será romper al PAN y en lugar de llevarlo a Los Pinos lo hundirá en la incertidumbre.
Las declaraciones del gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez, en días pasados, recordando el peso que tendrán los once gobernadores del PAN a la hora de elegir candidato o candidata presidencial, no pueden ser ignoradas. Nosotros somos quienes vamos a terminar decidiendo la postulación, dijo en otras palabras Domínguez, quizás uno de los más (si no el que más) influyentes mandatarios del blanquiazul. Y tiene razón, los gobernadores fueron decisivos a la hora de designar, por ejemplo, en 2011 a Peña Nieto como candidato del PRI o seis años antes a Felipe Calderón en el PAN, a pesar de tener un presidente panista, como Vicente Fox.
La declaración de Domínguez fue una advertencia directa a Ricardo Anaya. Como lo es la carta que un grupo de destacados panistas, entre ellos Ernesto Cordero y Alberto Cárdenas, envió a Anaya pidiéndole, como antes ya lo habían hecho Rafael Moreno Valle y Margarita Zavala, suelo parejo en el proceso e insistiendo en que si Ricardo quiere ser candidato presidencial debe dejar la presidencia del partido.
Las propias respuestas evasivas de Anaya son las que alimentan la incertidumbre y las que lo están aislando de los principales protagonistas de la vida interna de su propio partido. Y son esas mismas indefiniciones las que pueden terminar afectando al PAN, incluso antes del 2018, en las elecciones del año próximo, sobre todo en el Estado de México.
En una situación de disputa interna ya no disimulada, el presidente del partido pierde peso e influencia y está a merced de las disputas y grillas de sus propias fuerzas y de sus adversarios. En esas condiciones todo se hace más complejo, en especial cuando se debe sacar candidaturas en el Estado de México en condiciones muy difíciles, cuando se puede ganar esa elección, pero se debe decidir si se va en alianza o no y cómo se designa, a partir de ello, una candidatura en un estado donde el PAN está ya de por sí dividido. Y lo mismo sucederá en Coahuila, donde también tiene posibilidades, e incluso en Nayarit y en las municipales de Veracruz.
La decisión está en las manos de Anaya, quien me imagino que quiere ganar tiempo para esperar que pasen los comicios de junio próximo y con buenos resultados en la mano, y concluyendo su periodo, pueda dar el salto a la candidatura presidencial. El problema es que en ese camino corre el serio riesgo de romper, antes o después, a su partido, demeritar la labor que ha realizado y alejarlo definitivamente de Los Pinos.
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