11 may 2013

Sobre el cielo y la tierra

  • Bergoglio en sus propias palabras/RODRIGO VERA

Revista Proceso No. 1905,  5 de mayo de 2013
En el libro Sobre el cielo y la tierra (Argentina, 2010) Jorge Bergoglio revela abiertamente su postura ante los temas más conflictivos para la Iglesia: El matrimonio homosexual, los curas pederastas, el sacerdocio femenino, aborto, celibato, la educación religiosa en las escuelas públicas, la eutanasia, el suicidio y la participación política de los sacerdotes, entre otros puntos.
Bergoglio asegura que el matrimonio gay es un “retroceso antropológico” porque debilita a la institución de la familia que se forjó “de acuerdo a la naturaleza y la antropología”. Las mujeres no pueden ejercer el sacerdocio porque Jesucristo fue varón. El aborto es un asesinato incluso desde la perspectiva científica. Los pederastas lo son desde antes de ingresar al sacerdocio. El celibato sacerdotal debe mantenerse porque es una “tradición con peso y validez”.

 Arzobispo de Buenos Aires cuando se publicó el libro, el hoy Papa Francisco también señala que “la religión debe formar parte de la educación en la escuela”, ya que “la privación de esta formación puede llevar a casos como el nazismo” u otros totalitarismos. Y asegura que la prédica religiosa siempre tiene “una connotación política”, aunque el sacerdote no debe “inmiscuirse en la pequeña cosita de la política partidaria”.
 Sobre el cielo y la tierra –que ya empieza a circular en México– es la versión escrita de los diálogos entre Bergoglio y Abraham Skorka, un influyente rabino argentino. Ambos decidieron darle forma de libro a esas conversaciones.
 El pasado 13 de marzo Bergoglio fue electo Papa; por lo tanto las posturas externadas en ese libro adquieren relevancia pues pueden marcar su pontificado, a sus fieles católicos e incluso algunos Estados con los que el Vaticano tiene relaciones diplomáticas, como México.
 Sobre la educación religiosa en las escuelas públicas, dice ahí Bergoglio: “La religión debe formar parte de la educación en la escuela como un elemento más en el amplio abanico que se brinda en las aulas. Me parece discriminatorio que no se hable de la religión, que no se enseñe el punto de vista religioso de la vida y de los acontecimientos históricos, como se hace con otras disciplinas…
 “Cada hombre y cada mujer tienen derecho a educar a sus hijos en sus valores religiosos. La incidencia del Estado en la privación de esta formación puede llevar a casos como el nazismo, en el que los chicos eran adoctrinados con valores ajenos a los de sus padres.
 “(…) La escuela educa hacia lo trascendente, igual que la religión. Pero no abrirle las puertas a la cosmovisión religiosa en el ámbito escolar es mutilar el desarrollo armónico de un chico. (…) Se le priva de la herencia cultural y religiosa. Si a la educación le quitas la tradición de tus padres, queda sólo ideología.”
 Sobre la participación política del clero: “Todos somos animales políticos, en el sentido mayúsculo de la palabra política. Todos estamos llamados a una acción política de construcción en nuestro pueblo. La predicación de los valores humanos, religiosos, tiene una connotación política. Nos guste o no, la tiene. El desafío del que predica está en marcar esos valores sin inmiscuirse en la pequeña cosita de la política partidaria…
 “Reconozco que es difícil abstraerse del clima electoral cuando se acercan los comicios, sobre todo cuando algunos vienen a golpear la puerta del arzobispado para decir que son los mejores. Como cura, frente a una elección, mando a leer las plataformas para que los fieles elijan. En el púlpito me cuido bastante, me ciño a pedir que busquen los valores, nada más…”
 Sexo, vida y muerte
 Bergoglio también se muestra contrario a la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo. Apoya su postura en el “derecho natural que aparece en la Biblia, que habla de la unión del varón y la mujer”.
 Prosigue: “Siempre hubo homosexuales. (…) Pero en esta época es la primera vez que se plantea el problema jurídico de asimilarlo al matrimonio, lo que considero un disvalor y un retroceso antropológico. Digo esto porque trasciende la cuestión religiosa, es antropológica”.
 Respecto al aborto: “El problema moral del aborto es de naturaleza prerreligiosa porque en el momento de la concepción está el código genético de la persona. Ahí ya hay un ser humano. Separo el tema del aborto de cualquier concepción religiosa. Es un problema científico. No dejar que se siga avanzando en el desarrollo de un ser que ya tiene todo el código genético de un ser humano no es ético. (…) Abortar es matar a quien no puede defenderse”.
 Es más flexible su postura respecto a la eutanasia: “Al enfermo hay que darle lo ordinariamente necesario para que viva mientras haya esperanza de vida. Pero en un caso terminal no es obligatorio lo extraordinario. Es más, aunque haya esperanza de vida, los medios extraordinarios no son obligatorios, por ejemplo intubar a alguien sólo para prolongarle unos días más de vida”.
 Del suicidio: “Hubo un momento en que no se le hacían funerales al suicida, porque no seguía andando hacia la meta, le ponía fin al camino cuando quería. Pero respecto al suicida, es una persona que no pudo sobreponerse a las contradicciones. No lo rechazo. Lo dejo en manos de la misericordia de Dios”.
 De los sacerdotes pederastas: “Más de 70% de los casos de pedofilia se dan en el entorno familiar y vecinal: abuelos, tíos, padrastros, vecinos. El problema no está vinculado con el celibato. Si un cura es pedófilo, lo es antes de ser cura. Ahora, cuando eso ocurre, jamás hay que hacer la vista gorda. No se puede estar dentro de una posición de poder y destruirle la vida a otra persona.
 “En la diócesis nunca me pasó, pero un obispo me llamó una vez por teléfono para preguntarme qué había que hacer en una situación así y le dije que le quitara las licencias, que no le permitiera ejercer más el sacerdocio y que iniciara un juicio canónico en el tribunal correspondiente a esa diócesis.
 A diferencia de quienes señalan que la pederastia es provocada por la represión sexual impuesta mediante el celibato, que ocasiona el desahogo de la libido con los más indefensos, Bergoglio rechaza enfáticamente tal interpretación: “Que el celibato traiga como consecuencia la pedofilia está descartado”, reitera.
 Aborda el tema del celibato: “Por el momento, estoy a favor de que se mantenga el celibato, con los pro y los contra que tiene, porque son 10 siglos de buenas experiencias más que de fallas. Lo que pasa es que los escándalos se ven enseguida. La tradición tiene peso y validez. Los ministros católicos fueron eligiendo el celibato poco a poco. Hasta 1100, había quien optaba por él y quien no. Después, en Oriente siguió la tradición no celibataria, como opción personal, y en Occidente al revés. (…)
 Respecto a la ordenación de las mujeres: “En el catolicismo, por ejemplo, muchas mujeres conducen una liturgia de la palabra, pero no pueden ejercer el sacerdocio porque en el cristianismo el sumo sacerdote es Jesús, un varón. Y la tradición fundamentada teológicamente es que lo sacerdotal pasa por el hombre. La mujer tiene otra función en el cristianismo, reflejada en la figura de María”.

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