Vatican Insider 01/11/2015
La Iglesia está lejos de cualquier interés político y de cualquier ideología: movida únicamente por las palabras de Jesús, quiere ofrecer su aporte a la construcción de un mundo en donde se custodien los unos a los otros y en donde se cuiden los unos a los otros.» Francisco
El
Papa: preocuparse por los pobres no es comunismo, es Evangelio
La
entrevista con Francisco en un libro sobre su magisterio social: "El Nuevo
Testamento no condena a los ricos, sino la idolatría de la riqueza. Nuestro
sistema se mantiene con la cultura del descarte, así aumentan la desigualdad y
la pobreza. Hoy los mercados cuentan más que las personas: es una economía
enferma"
«Papa
Francisco. Esta economía mata» es el libro sobre el magisterio social de
Bergoglio escrito por Andrea Tornielli, coordinador de Vatican Insider, y
Giacomo Galeazzi, vaticanista de La Stampa. El volumen, editado por Piemme (228
pp., 16.90 euros), en librerías desde el martes 13 de enero, reúne y analiza
los discursos, los documentos y las intervenciones de Francisco sobre la
pobreza, la migración, la justicia social, la salvaguardia de la creación,
además de comparar las opiniones de expertos en economía, finanzas y doctrina
social de la Iglesia -como las del profesor Stefano Zamagni y del banquero
Ettore Gotti Tedeschi-, narrando también las reacciones que algunas posturas
del Pontífice han suscitado. El libro concluye con una entrevista que Francisco
concedió a los autores a principios de octubre de 2014. Reproducimos un amplio
fragmento, publicado esta mañana por el periódico italiano La Stampa.
«Marxista»,
«comunista» y «pauperista»: las palabras de Francisco sobre la justicia social
y sus frecuentes llamados por los necesitados le han acarreado críticas e
incluso alguna dura y sarcástica acusación. ¿Cómo vive todo esto Papa Bergoglio?
¿Por qué el tema de la pobreza ha estado tan presente en su magisterio?
Muchos
se han sorprendido por sus palabras sobre los pobres «carne de Cristo». ¿Le
molesta que lo acusen de «pauperismo»?
«Antes
de que llegara Francisco de Asís ya existían los ‘pauperistas’, en la Edad
Media hubo muchas corrientes pauperistas. El pauperismo es una caricatura del
Evangelio y de la misma pobreza. En cambio, san Francisco nos ayudó a descubrir
el vínculo profundo que hay entre la pobreza y el camino evangélico. Jesús
afirma que no se puede servir a dos amos, a Dios y a las riquezas. ¿Es pauperismo?
Jesús dice cuál es el ‘protocolo’ con base en el que seremos juzgados, es el
que leemos en el capítulo 25 del Evangelio de Mateo: ‘tuve hambre, y ustedes me
dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron;
desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver’.
Cada vez que hacemos esto a un hermano, lo hacemos a Jesús. Cuidar a nuestro
prójimo: a quien es pobre, a quien sufre en el cuerpo y en el espíritu, a quien
está necesitado. Esta es la vara de medir. ¿Es pauperismo? No, es Evangelio. La
pobreza aleja de la idolatría, del sentirse auto-suficientes. Zaqueo, después
de haberse cruzado con la mirada misericordiosa de Jesús, dio la mitad de lo
que tenía a los pobres. El del Evangelio es un mensaje que va dirigido a todos,
el Evangelio no condena a los ricos, sino la idolatría de la riqueza, esa
idolatría que nos hace insensibles al grito del pobre. Jesús dijo que antes de
ofrecer nuestro don ante el altar, debemos reconciliarnos con nuestro hermano,
para estar en paz con él. Creo que podemos, por analogía, extender esta
petición al estar en paz con nuestros hermanos pobres.»
Usted
ha subrayado la continuidad con la tradición de la Iglesia en esta atención por
los pobres. ¿Puede dar algún ejemplo al respecto?
«Un
mes antes de inaugurar el Concilio Ecuménico Vaticano II, Papa Juan XXIII dijo:
‘La Iglesia se muestra como es y como quiere ser: como la Iglesia de todos y,
particularmente, la Iglesia de los pobres’. Años después, la elección preferencial
por los pobres entró a los documentos del magisterio. Alguien podría pensar en
una novedad, en cambio se trata de una atención que tiene su origen en el
Evangelio y se encuentra documentada ya en los primeros siglos del
cristianismo. Si repitiera algunos pasajes de las homilías de los primeros
Padres de la Iglesia, de los siglos II o III, sobre cómo habría que tratar a
los pobres, algunos dirían que mi homilía es marxista. ‘No es parte de tus
bienes —así dice San Ambrosio— lo que tú das al pobre; lo que le das le
pertenece. Porque lo que ha sido dado para el uso de todos, tú te lo apropias.
La tierra ha sido dada para todo el mundo y no solamente para los ricos’. Como
se puede ver, esta atención por los pobres está en el Evangelio, y está en la
tradición de la Iglesia, no es una invención del comunismo y no hay que
ideologizarla, como a veces ha sucedido durante la historia. La Iglesia está
lejos de cualquier interés político y de cualquier ideología: movida únicamente
por las palabras de Jesús, quiere ofrecer su aporte a la construcción de un
mundo en donde se custodien los unos a los otros y en donde se cuiden los unos
a los otros.»
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