El Papa Francisco fue entrevistado por Joaquín Morales Solá periodista del diario argentino La Nación, en la que, entre otros
temas, explica cómo es su relación con el actual Presidente del país, Mauricio
Macri, se pronuncia sobre Hebe de Bonafini, la polémica líder de las Madres de
la Plaza de Mayo, y repite que el único vocero que tiene es la oficina de
prensa del Vaticano.
Informado. Francisco transmite en sus declaraciones un seguimiento de la realidad argentina. Foto: AFP / Alberto Pizzoli
El
Papa también reconoce haber recibido en las últimas semanas a tres ministros
del gobierno argentino porque “algunos son viejos amigos, que piden verme y yo
los recibo con mucho gusto”.
Se refiere también en la entrevista a la visita al Vaticano de Hebe
de Bonafini, la polémica líder argentina de las Madres de la Plaza de Mayo que
en el pasado profirió insultos contra él siendo Arzobispo de Buenos Aires.
“Fue
un acto de perdón. Ella pidió perdón y yo no se lo negué. No se lo niego a
nadie. Nunca fue cierto que las Madres ensuciaron la Catedral de Buenos Aires.
Ocuparon dos veces la Catedral. Y las dos veces yo di la orden de que no les
faltaran agua ni baños. Es una mujer a la que le mataron dos hijos. Yo me
inclino, me pongo de rodillas ante semejante sufrimiento. No importa lo que
haya dicho de mí. Y sé que dijo cosas horribles en el pasado”.
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Francisco:
"No tengo ningún problema con Macri. Es una persona noble"
El
Papa niega que haya problemas con el gobierno argentino y rescata la figura del
Presidente; relativiza la polémica por la donación de la Casa Rosada a Scholas
y dice que no tiene voceros oficiales por fuera del Vaticano
Joaquín
Morales Solá
LA NACION, DOMINGO 03 DE JULIO DE 2016
El
ruido y la furia del mundo parecen cesar en Santa Marta. La vida transcurre en
un ambiente de serenidad y silencio. Es la casa del Papa. Francisco ingresa en
la ya célebre sala de su residencia. Y dice, directo y preciso: "Yo no
tengo ningún problema con el presidente Macri. No me gustan los conflictos. Ya
me cansé de repetir eso". Sabe que el rumor de una supuesta frialdad entre
él y el presidente argentino es el consumo cotidiano del micromundo político en
su país. Funcionarios vaticanos buscaron una explicación para ese insistente
murmullo. Hay en la Argentina, han concluido, una campaña de prensa y en las
redes para desprestigiar al Papa. "Es la única nación del mundo donde el
Papa es una figura tan discutida. Y es la nación donde nació Francisco",
subrayan.
El
Papa no se detiene en los rumores ni en las explicaciones. Se muestra cercano y
afectuoso, como siempre desde que nos conocemos, hace casi 20 años. Está mucho
más delgado que la última vez que lo vi. Una dieta equilibrada, que no le exige
mayores sacrificios, le permitió terminar con el sobrepeso que tenía. Está
contento. Un análisis completo de su salud le acaba de confirmar que su estado
es excelente. "Los resultados son los de una persona de 40 años", le
dijo su médico. Conserva el viejo don de hacerle sentir a su interlocutor que
tiene puesta en él su atención exclusiva y excluyente. Nunca se olvida, eso sí,
de distinguir con precisión su rol de jefe de Estado cuando habla de otro jefe
de Estado. "Macri me parece una persona bien nacida, una persona
noble", agrega. Ni una sola palabra sobre sus políticas. Es el límite que
debe respetar como jefe de Estado.
-Una
sola vez, en Buenos Aires, durante más de seis años de convivencia. Él como
jefe de gobierno de la Capital y yo como arzobispo. Una sola vez en tanto
tiempo. El promedio es muy bajo.
Y
agrega: "Algunos otros problemas los hablábamos en privado y lo
resolvíamos en privado. Y los dos respetamos siempre el acuerdo de privacidad.
No busque razones. No hay ninguna explicación en la historia para que se diga
que yo tengo un conflicto con Macri".
Ha
recibido a tres ministros de Macri en las últimas semanas. "Algunos son
viejos amigos, que piden verme y yo los recibo con mucho gusto", cuenta.
Esos ministros son el de Educación, Esteban Bullrich; el de Trabajo, Jorge
Triaca, de cuya madre el Pontífice es amigo, y la canciller Susana Malcorra.
"No sé cómo hizo una ingeniera electrónica para tener semejante cintura
política", se sorprende sobre Malcorra, campechano. "Se lo pregunté
con sentido del humor", relata. "Debe haber aprendido en las Naciones
Unidas", concluye. Pero hay dos mujeres del gobierno de Macri sobre las
que el Papa se detiene: la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María
Eugenia Vidal, y la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley.
"Conozco la sensibilidad social de ellas y sé por la Iglesia argentina que
siguen siendo muy sensibles ante el sufrimiento de los que menos tienen",
destaca.
-¿Sabe
que lo criticaron por haber recibido a Hebe de Bonafini?
-Hasta
un amigo me mandó una carta criticándome por eso. Fue un acto de perdón. Ella
pidió perdón y yo no se lo negué. No se lo niego a nadie. Nunca fue cierto que
las Madres ensuciaron la Catedral de Buenos Aires. Ocuparon dos veces la
Catedral. Y las dos veces yo di la orden de que no les faltaran agua ni baños.
Es una mujer a la que le mataron dos hijos. Yo me inclino, me pongo de rodillas
ante semejante sufrimiento. No importa lo que haya dicho de mí. Y sé que dijo
cosas horribles en el pasado.
Cerca
de él cuentan toda la anécdota. La intermediaria entre Francisco y Bonafini fue
Marta Cascales, esposa del polémico ex secretario de Comercio Interior
Guillermo Moreno. El Papa conoce a Cascales desde hace más de 30 años, pero no
por Moreno, sino porque era amigo de su primer esposo, que murió. A Moreno lo
saludó un par de veces mientras fue agregado comercial en Italia y lo recibió
cuando pidió despedirse. Nada más. Cascales no participó de la reunión privada
entre el Papa y Bonafini. Sólo estuvo al principio para saludarlo. Luego, los
dos -Francisco y Bonafini- quedaron solos. "Hablamos del perdón y ella
dijo lo que siempre dice del gobierno de Macri, que luego repitió ante la
prensa. Son cosas de ella, no mías. A mí me interesaba dejar atrás una historia
de desencuentros", explica.
Los
funcionarios del Vaticano, que hurgaron en el origen de los rumores sobre las
presuntas desavenencias entre el jefe de la Iglesia Católica y el presidente
argentino, creen haber encontrado a un ideólogo de la campaña contra el Papa.
Es Jaime Durán Barba. Tal vez lo ayuda algún ministro importante, dicen
(¿Marcos Peña?). Durán Barba cultiva un anticlericalismo cerril. No lo esconde.
Suele exponerlo sin vueltas en las reuniones del círculo político más
influyente del macrismo. Durán Barba tiene sus adversarios cuando despliega
esos argumentos. Su más constante refutadora es la vicepresidenta Gabriela
Michetti, que también conoce al Papa desde hace mucho tiempo. Durán Barba suele
exponer en público sus argumentos anticlericales. ¿Por qué Macri no lo calla?
"Es imposible luchar contra la egomanía", explica un funcionario de
Macri.
De
las reuniones privadas recordó las que tuvo con el presidente de la Corte,
Ricardo Lorenzetti, y con la jueza María Servini de Cubría, porque a los dos
los conoce desde hace mucho tiempo. "En la lucha contra la corrupción hay
que ir hasta el fondo", suele decir Francisco. Es un concepto global. Nada
más. Llega hasta el límite justo que le permite su condición de jefe de Estado.
No
obstante, se nota que está informado de los grandes trazos de la política de su
país. Desliza pequeños detalles que lo delatan. Sabe también que dos encuestas
recientes (de Poliarquía y de Isonomía) lo colocan como la figura pública mejor
valorada por la sociedad argentina. Cuenta con el 75 por ciento de la simpatía
popular. Y sólo un seis por ciento de los encuestados tiene una imagen negativa
de él. Ningún político argentino cuenta con semejantes números a favor en las
mediciones de opinión pública.
-¿Cómo
se lleva con los ultraconservadores de la Iglesia?
-Ellos
hacen su trabajo y yo hago el mío. Yo quiero una Iglesia abierta, comprensiva,
que acompañe a las familias heridas. Ellos le dicen que no a todo. Yo sigo mi
camino sin mirar al costado. No corto cabezas. Nunca me gustó hacerlo. Se lo
repito: rechazo el conflicto. Y concluye con una sonrisa amplia: "Los
clavos se sacan haciendo presión hacia arriba. O se los coloca a descansar, al
lado, cuando llega la edad de la jubilación". Genio y figura del papa
Bergoglio.
Macri
"Macri
me parece una persona bien nacida, una persona noble"
Malcorra
"No
sé cómo hizo una ingeniera electrónica para tener semejante cintura
política"
Bonafini
"No
importa?, lo que haya dicho de mí? Y sé que? dijo cosas horribles? en el
pasado"
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