Controversia en EU sobre el artículo de Seymour Hersh acerca de quién mató a
Bin Laden.
La
Casa Blanca dice que su versión es 'patentemente falsa' y que 'carece de base'
Osama bin Laden, en una imagen de vídeo
encontrada en su casa de... Osama bin Laden, en una imagen de vídeo encontrada
en su casa de Abbottabad (Pakistán). Afp
PABLO
PARDO, corresponsal Washington
El Mundo. 12/05/2015 06:36 horas
Todo
lo que nos han contado sobre el ataque en el que los Navy SEAL de Estados
Unidos mataron a Bin Laden es mentira. Eso es lo que afirma el veterano
periodista estadounidense, ganador del Premio Pulitzer, Seymour Hersh, en un
artículo, publicado en la 'London Review of Books'.
Según
el relato de Hersh, la CIA y los servicios de seguridad de Estados Unidos no
jugaron ningún papel relevante a la hora de descubrir a Bin Laden. No hubo
ninguna confesión de ningún prisionero que fuera obtenida por medio de torturas
que ayudara a encontrar al correo del fundador y jefe de al Al-Qaeda. No se
produjo ningún tiroteo en la casa en la que vivía Bin Laden. Y, para rematar,
el cadáver del terrorista no fue nunca arrojado al mar.
Con
todo eso pactado, el famoso ataque de los Navy SEAL descrito en la película 'La
noche más oscura' no existió nunca. Los soldados de las fuerzas especiales de
la Armada de Estados Unidos fueron guiados por espías paquistaníes hasta la
habitación de Osama Bin Laden. Allí se encontraron con el terrorista que estaba
agachado, tratando de huir y lo mataron a tiros. Después, vaciaron sus
cargadores en el cadáver hasta el punto de que el cuerpo de Bin Laden se
desintegró.
Washington
e Islamabad había acordado mantener en secreto la muerte del terrorista durante
una semana, tras la cual está sería atribuida a un ataque con aviones por
control remoto en el lado afgano de la frontera de ese país con Pakistán. Ahí,
según Hersh, fue donde Barack Obama decidió aprovechar políticamente el ataque.
Los
asesores políticos del presidente de Estados Unidos le convencieron de que la
explosión provocada por la destrucción del helicóptero que se había estrellado
en Abbottabad iba a levantar sospechas. Por consiguiente, en un mensaje escrito
de forma precipitada, Obama anunció a Estados Unidos y a la opinión pública
mundial la muerte de Bin Laden. El cadáver del terrorista, además, estaba
completamente destrozado, hasta el punto de que partes de su cuerpo podrían
haber caído al suelo durante el accidentado viaje de regreso de Abbottabad a
Jalalabad, en Afganistán, donde los SEAL tenían su base. Así que la Casa Blanca
se sacó de la manga la historia de que el cuerpo de Osama bin Laden había sido
arrojado al Océano Índico desde el portaaviones Carl Vinson.
Posteriormente,
el Gobierno de Obama enriqueció esa versión con una serie de detalles. El más
importante es que Bin Laden estaba tratando de agarrar un rifle automático
cuando los SEAL le mataron. Así, se despeja toda duda de lo que, según Hersh,
no fue más que un asesinato. La CIA, por su parte, también utilizo la muerte de
Bin Laden para justificar su programa de torturas, a la que atribuyó la
obtención de información decisiva para la localización de terrorista.
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Una
nueva teoría sobre la muerte de Osama Bin Laden
Los
métodos periodísticos de Seymour Hersh despiertan críticas
CRISTINA
F. PEREDA Washington El País, 12 MAY 2015 - 10:37 CEST
Un
hombre pasa junto a las ruinas de la casa en el que residía el líder de Al
Qaeda en Abbottabad (Pakistán). / SULTAN DOGAR (EFE)
Las
diferentes teorías sobre quién ordenó la muerte del expresidente John F.
Kennedy siguen vivas más de 50 años después de su asesinato en una calle de
Dallas. Unas elucubraciones que pronto pueden dar paso a nuevas conjeturas
sobre el final de Osama Bin Laden en Pakistán. Este domingo, el prestigioso
periodista estadounidense Seymour Hersh publicó una nueva versión, según la
cual el relato oficial defendido por la Casa Blanca desde hace cuatro años es
falso.
Según
Hersh, EE UU habría contado con la ayuda directa de los servicios de
inteligencia paquistaníes para acabar con la vida del cerebro de los atentados
del 11 de Septiembre. El líder de Al Qaeda estaba preso desde 2006. Su hallazgo
ocurrió gracias a un informante de Pakistán, no a una operación de la CIA. Y
todo ocurrió gracias a un acuerdo entre ambos países.
Pero
a diferencia de otros grandes trabajos de Hersh, ganador del Premio Pulitzer en
1970, varias voces han rechazado inmediatamente su versión. La Casa Blanca
asegura que las revelaciones carecen de fundamento. Un exagente de la CIA ha
declarado a la web Politico que “todos los datos son incorrectos”. “Hay
demasiados errores y afirmaciones sin hechos en esta pieza como para
comprobarlas una por una”, zanjó en un comunicado el portavoz de Seguridad
Nacional de la Casa Blanca, Ned Price.
‘El
asesinato de Osama Bin Laden’ defiende que el ISI contaba con un agente
infiltrado en el complejo residencial de Bin Laden
El
autor de reportajes de investigación de impacto, como las revelaciones de la
cárcel de Abu Graib en Irak, en una serie de reportajes para The New Yorker en
2004, o la masacre de My Lai en Vietnam en 1969, no ha disfrutado de la misma
reacción con su último trabajo. Hersh basa su investigación en las afirmaciones
de fuentes anónimas: un exagente de la CIA y dos consultores “que tuvieron
acceso a la información”.
“La
Casa Blanca todavía mantiene que esta fue una operación estadounidense y que
los oficiales del Ejército de Pakistán y su Servicio de Inteligencia no fue
avisado con antelación. Esto es falso”, dice Hersh. Para él, la versión oficial
“la podría haber escrito Lewis Carroll” y disputa que Bin Laden hubiera elegido
una pequeña localidad a poco más de 60 kilómetros de Islamabad “como el lugar
más seguro para vivir y liderar las operaciones de Al Qaeda”.
Hersh
defiende que Bin Laden vivía en ese complejo de Abbottabad como prisionero del
servicio secreto paquistaní (ISI), que lo mantenía recluido para poder utilizar
su figura como moneda de cambio con Al Qaeda, y que no sólo conocían la
operación que acabó con su muerte sino que llegaron a colaborar, abriendo
camino a los Navy SEALs estadounidenses.
La
pista sobre la ubicación de Bin Laden no llegó tampoco gracias a una operación
de la CIA que rastreó su red de comunicaciones, sino por la confesión de un
agente de inteligencia paquistaní que visitó la Embajada de EE UU en Pakistán y
pidió parte de los 25 millones de dólares de recompensa a cambio de la
información. La muerte de Bin Laden tampoco ocurrió tras un enfrentamiento con
los Navy SEALS que llegaron hasta el tercer piso de la vivienda, sino que fue
ejecutado.
Pakistán
habría ordenado la salida de todos los guardaespaldas de Bin Laden “en cuanto
oyeran los primeros helicópteros”
Hersh
sí sostiene que fue el presidente Obama quien ordenó la operación que acabó con
la muerte del líder de Al Qaeda y que las fuerzas especiales de los Navy SEALs
se encargaron de llevarla a cabo. Sin embargo, habría resultado clave la
cooperación de la inteligencia paquistaní.
‘El
asesinato de Osama Bin Laden’, publicado en The London Review of Books,
defiende que el ISI contaba con un agente infiltrado en el complejo residencial
de Bin Laden y que respondió a todas las dudas de la CIA de cara a preparar el
asalto. Pakistán habría ordenado además la salida de todos los guardaespaldas
de Bin Laden “en cuanto oyeran los primeros helicópteros” y que se cortase la
luz eléctrica en la localidad desde horas antes de empezar el ataque.
Hersh
habría trabajado en esta investigación, de más de 10.000 palabras, durante los
últimos años. Sin embargo, fue rechazada por la revista The New Yorker. Allí
publicó en 2012 una información exclusiva sobre el entrenamiento de fuerzas
iraníes en bases militares de Nevada que nunca ha sido confirmada de manera
oficial. Un año después, el periodista puso en duda los informes sobre ataques
con armas químicas en Siria basándose una vez más en fuentes anónimas..
En
esta ocasión, Hersh se ha apoyado en otros testimonios como los ofrecidos en un
reportaje de The New York Times Magazine en 2014 o en las quejas del ex
secretario de Defensa, Robert Gates, que denunció en sus memorias -‘Duty’- que
algunos de los hechos descritos por miembros de la Administración en esos
primeros instantes no eran correctos.
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