12 may 2015

Quién mató a Osama Bin Laden?

Controversia en EU sobre el artículo de Seymour Hersh acerca de quién mató a Bin Laden.
La Casa Blanca dice que su versión es 'patentemente falsa' y que 'carece de base'

 Osama bin Laden, en una imagen de vídeo encontrada en su casa de... Osama bin Laden, en una imagen de vídeo encontrada en su casa de Abbottabad (Pakistán). Afp
PABLO PARDO, corresponsal Washington 
El Mundo. 12/05/2015 06:36 horas
Todo lo que nos han contado sobre el ataque en el que los Navy SEAL de Estados Unidos mataron a Bin Laden es mentira. Eso es lo que afirma el veterano periodista estadounidense, ganador del Premio Pulitzer, Seymour Hersh, en un artículo, publicado en la 'London Review of Books'.
Según el relato de Hersh, la CIA y los servicios de seguridad de Estados Unidos no jugaron ningún papel relevante a la hora de descubrir a Bin Laden. No hubo ninguna confesión de ningún prisionero que fuera obtenida por medio de torturas que ayudara a encontrar al correo del fundador y jefe de al Al-Qaeda. No se produjo ningún tiroteo en la casa en la que vivía Bin Laden. Y, para rematar, el cadáver del terrorista no fue nunca arrojado al mar.

 En su artículo, Hersh explica que, en realidad, Estados Unidos se entero de donde estaba Bin Laden cuando un alto cargo del ISI -el servicio de inteligencia militar de Pakistán- se presentó directamente en las oficinas de la CIA en Islamabad para decírselo, en agosto de 2010. La persona, cuyo nombre no desvela el periodista, sólo quería dinero, Y ahora vive en Estados Unidos, donde trabaja como consultor de la CIA.
 El ISI tenía a Bin Laden prisionero desde el año 2006 en la ciudad de Abbottabad, en una casa situada a tres kilómetros de la Academia General del Ejército de ese país y de una base militar, y a un cuarto de hora en vuelo de helicóptero del uno de los principales centros de mando de su sistema de armas nucleares. El fundador de Al Qaeda vivía en una casa con "barrotes en las ventanas y alambre de espino en el tejado", según Hersh. Estaba muy enfermo, y había sido puesto bajo tratamiento médico por el propio ISI. Bin Laden, de acuerdo con la versión de la 'London Review of Books' no tenía protección, y estaba aislado del resto del mundo.
 Una vez que confirmaron la veracidad de la información, los estadounidenses simplemente se dirigieron al alto mando del ISI para explicarles que tenían localizado a Bin Laden. Confrontados con los hechos, los líderes militares paquistaníes no tuvieron más remedio que aceptar la situación. Su única condición fue que Bin Laden no saliera vivo de la casa nunca. Arabia Saudí, que, según Hersh, había financiado gran parte de la operación para mantener al fundador de Al-Qaeda arrestado, también insistió en que Bin Laden debía ser asesinado, para que nunca pudiera hablar de los vínculos entre Riad y su organización.
Con todo eso pactado, el famoso ataque de los Navy SEAL descrito en la película 'La noche más oscura' no existió nunca. Los soldados de las fuerzas especiales de la Armada de Estados Unidos fueron guiados por espías paquistaníes hasta la habitación de Osama Bin Laden. Allí se encontraron con el terrorista que estaba agachado, tratando de huir y lo mataron a tiros. Después, vaciaron sus cargadores en el cadáver hasta el punto de que el cuerpo de Bin Laden se desintegró.
Washington e Islamabad había acordado mantener en secreto la muerte del terrorista durante una semana, tras la cual está sería atribuida a un ataque con aviones por control remoto en el lado afgano de la frontera de ese país con Pakistán. Ahí, según Hersh, fue donde Barack Obama decidió aprovechar políticamente el ataque.
Los asesores políticos del presidente de Estados Unidos le convencieron de que la explosión provocada por la destrucción del helicóptero que se había estrellado en Abbottabad iba a levantar sospechas. Por consiguiente, en un mensaje escrito de forma precipitada, Obama anunció a Estados Unidos y a la opinión pública mundial la muerte de Bin Laden. El cadáver del terrorista, además, estaba completamente destrozado, hasta el punto de que partes de su cuerpo podrían haber caído al suelo durante el accidentado viaje de regreso de Abbottabad a Jalalabad, en Afganistán, donde los SEAL tenían su base. Así que la Casa Blanca se sacó de la manga la historia de que el cuerpo de Osama bin Laden había sido arrojado al Océano Índico desde el portaaviones Carl Vinson.
Posteriormente, el Gobierno de Obama enriqueció esa versión con una serie de detalles. El más importante es que Bin Laden estaba tratando de agarrar un rifle automático cuando los SEAL le mataron. Así, se despeja toda duda de lo que, según Hersh, no fue más que un asesinato. La CIA, por su parte, también utilizo la muerte de Bin Laden para justificar su programa de torturas, a la que atribuyó la obtención de información decisiva para la localización de terrorista.
 Sobornos por silencio
 Los mayores perjudicados fueron las fuerzas especiales de Estados Unidos y los líderes del ISI paquistaní. Ambos se sintieron manipulados, aunque, en el caso de los paquistaníes, al menos se habían llevado ingentes cantidades en sobornos por parte de Estados Unidos a cambio de su silencio.
 El artículo de Hersh es consistente con muchos rumores y dudas acerca de la operación de la muerte de Bin Laden. El hecho de que sólo dos helicópteros pudieran aterrizar y llevar a cabo una operación de esa envergadura en un área militarizada provocó una considerable controversia en su momento. También está ampliamente documentado el hecho de que aquella noche se produjo un apagón de luz en Abbottabad. Ya en 2008 el embajador afgano en Washington había declarado a EL MUNDO que "Bin Laden no está en ninguna montaña, sino en una gran ciudad de Pakistán". Sin embargo, como casi todas las informaciones de Hersh, su artículo se basa en fuentes anónimas, que hacen muy difícil su comprobación. Si nos atenemos a las exclusivas dadas en el pasado por el veterano periodista de 78 años, es posible que la noticia sea cierta. Hersh descubrió la famosa matanza My Lai, realizada por Estados Unidos en Vietnam, y las torturas en la cárcel de Abu Ghraib llevadas a cabo por soldados de ese país en 2003 y 2004. Otros de sus trabajos, sin embargo, nunca han podido ser confirmados, como la alegación de que en 1983 un avión de pasajeros de Corea del Sur fue abatido por la Unión Soviética en medio de un combate aéreo entre ese país y Estados Unidos.
 @PabloPardo1
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Una nueva teoría sobre la muerte de Osama Bin Laden
Los métodos periodísticos de Seymour Hersh despiertan críticas
CRISTINA F. PEREDA Washington El País, 12 MAY 2015 - 10:37 CEST

Un hombre pasa junto a las ruinas de la casa en el que residía el líder de Al Qaeda en Abbottabad (Pakistán). / SULTAN DOGAR (EFE)
Las diferentes teorías sobre quién ordenó la muerte del expresidente John F. Kennedy siguen vivas más de 50 años después de su asesinato en una calle de Dallas. Unas elucubraciones que pronto pueden dar paso a nuevas conjeturas sobre el final de Osama Bin Laden en Pakistán. Este domingo, el prestigioso periodista estadounidense Seymour Hersh publicó una nueva versión, según la cual el relato oficial defendido por la Casa Blanca desde hace cuatro años es falso.
Según Hersh, EE UU habría contado con la ayuda directa de los servicios de inteligencia paquistaníes para acabar con la vida del cerebro de los atentados del 11 de Septiembre. El líder de Al Qaeda estaba preso desde 2006. Su hallazgo ocurrió gracias a un informante de Pakistán, no a una operación de la CIA. Y todo ocurrió gracias a un acuerdo entre ambos países.
Pero a diferencia de otros grandes trabajos de Hersh, ganador del Premio Pulitzer en 1970, varias voces han rechazado inmediatamente su versión. La Casa Blanca asegura que las revelaciones carecen de fundamento. Un exagente de la CIA ha declarado a la web Politico que “todos los datos son incorrectos”. “Hay demasiados errores y afirmaciones sin hechos en esta pieza como para comprobarlas una por una”, zanjó en un comunicado el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ned Price.
‘El asesinato de Osama Bin Laden’ defiende que el ISI contaba con un agente infiltrado en el complejo residencial de Bin Laden
El autor de reportajes de investigación de impacto, como las revelaciones de la cárcel de Abu Graib en Irak, en una serie de reportajes para The New Yorker en 2004, o la masacre de My Lai en Vietnam en 1969, no ha disfrutado de la misma reacción con su último trabajo. Hersh basa su investigación en las afirmaciones de fuentes anónimas: un exagente de la CIA y dos consultores “que tuvieron acceso a la información”.
“La Casa Blanca todavía mantiene que esta fue una operación estadounidense y que los oficiales del Ejército de Pakistán y su Servicio de Inteligencia no fue avisado con antelación. Esto es falso”, dice Hersh. Para él, la versión oficial “la podría haber escrito Lewis Carroll” y disputa que Bin Laden hubiera elegido una pequeña localidad a poco más de 60 kilómetros de Islamabad “como el lugar más seguro para vivir y liderar las operaciones de Al Qaeda”.
Hersh defiende que Bin Laden vivía en ese complejo de Abbottabad como prisionero del servicio secreto paquistaní (ISI), que lo mantenía recluido para poder utilizar su figura como moneda de cambio con Al Qaeda, y que no sólo conocían la operación que acabó con su muerte sino que llegaron a colaborar, abriendo camino a los Navy SEALs estadounidenses.
La pista sobre la ubicación de Bin Laden no llegó tampoco gracias a una operación de la CIA que rastreó su red de comunicaciones, sino por la confesión de un agente de inteligencia paquistaní que visitó la Embajada de EE UU en Pakistán y pidió parte de los 25 millones de dólares de recompensa a cambio de la información. La muerte de Bin Laden tampoco ocurrió tras un enfrentamiento con los Navy SEALS que llegaron hasta el tercer piso de la vivienda, sino que fue ejecutado.
Pakistán habría ordenado la salida de todos los guardaespaldas de Bin Laden “en cuanto oyeran los primeros helicópteros”
Hersh sí sostiene que fue el presidente Obama quien ordenó la operación que acabó con la muerte del líder de Al Qaeda y que las fuerzas especiales de los Navy SEALs se encargaron de llevarla a cabo. Sin embargo, habría resultado clave la cooperación de la inteligencia paquistaní.
‘El asesinato de Osama Bin Laden’, publicado en The London Review of Books, defiende que el ISI contaba con un agente infiltrado en el complejo residencial de Bin Laden y que respondió a todas las dudas de la CIA de cara a preparar el asalto. Pakistán habría ordenado además la salida de todos los guardaespaldas de Bin Laden “en cuanto oyeran los primeros helicópteros” y que se cortase la luz eléctrica en la localidad desde horas antes de empezar el ataque.
Hersh habría trabajado en esta investigación, de más de 10.000 palabras, durante los últimos años. Sin embargo, fue rechazada por la revista The New Yorker. Allí publicó en 2012 una información exclusiva sobre el entrenamiento de fuerzas iraníes en bases militares de Nevada que nunca ha sido confirmada de manera oficial. Un año después, el periodista puso en duda los informes sobre ataques con armas químicas en Siria basándose una vez más en fuentes anónimas..
En esta ocasión, Hersh se ha apoyado en otros testimonios como los ofrecidos en un reportaje de The New York Times Magazine en 2014 o en las quejas del ex secretario de Defensa, Robert Gates, que denunció en sus memorias -‘Duty’- que algunos de los hechos descritos por miembros de la Administración en esos primeros instantes no eran correctos.

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