La primera
matanza del sexenio/LUCIANO
CAMPOS GARZA
Revista
“Proceso” No. 1894, 17 de febrero de
2013
MONTERREY,
NL.- La “pacificación” de Nuevo León se mostró abruptamente como una falacia el
pasado 26 de enero, cuando efectivos de la Agencia Estatal de Investigaciones
(AEI) encontraron ejecutados a balazos a 17 integrantes de la agrupación
musical Kombo Kolombia, cuyos cuerpos fueron arrojados al fondo de una noria en
un rancho abandonado del municipio de Mina, al norte de la capital.
Días
antes el gobierno del priista Rodrigo Medina anunció la supuesta disminución de
los índices delictivos en la entidad, entre éstos los relativos a homicidios
dolosos. Pero la matanza confirmó que en Nuevo León los municipios aledaños al
área metropolitana están en total indefensión.
Algunas
señales anticipaban la cercanía del Kombo Kolombia con el peligro. El año
pasado el conjunto acudió a dos actos que acabaron en tragedia. En uno de ellos
11 jóvenes fueron levantados de un bar y los ejecutaron unas calles más
adelante. En el otro hubo cinco muertos durante una de sus presentaciones.
Este
año cuatro personas más han sido asesinadas en otro de los sitios donde alguna
vez se presentó la agrupación musical.
Manejo
de las cifras
El
pasado 4 de enero el vocero de Seguridad Pública estatal, Jorge Domene, y el
secretario general de Gobierno, Álvaro Ibarra, convocaron a una conferencia de
prensa para presumir la supuesta disminución de homicidios en 2012 en
comparación con el año anterior. Dijeron que las muertes violentas se redujeron
30%, de mil 701 a mil 184.
Precisaron
que noviembre pasado fue el mes menos violento de los últimos 34, con sólo 50
homicidios, en comparación con mayo de 2011, que con 241 asesinatos alcanzó el
pico más alto de los anteriores tres años.
Había
un ánimo festivo en los funcionarios que pregonaban la reducción de la
violencia. La crisis ya está pasando, parecían decir.
Al
finalizar enero las cifras regresaron al estado a su actual situación de
violencia, con 109 muertes dolosas. Entre ellas estaba el homicidio múltiple
del Kombo Kolombia, primera matanza del sexenio de Enrique Peña Nieto.
En
febrero la agrupación festejaría tres años de formación. En las calles de
Escobedo todavía hay carteles en los que se anuncia su presentación en el Lone
Star, un salón ubicado cerca de la Presidencia Municipal. La cita era para el 2
de marzo.
En
su corta existencia la muerte rondó sus presentaciones. La madrugada del 26 de
enero de 2012 ocho hombres fueron levantados en el bar La Eternidad, en el
centro de la capital. Todos fueron alineados contra una pared y ametrallados.
Al
mismo tiempo tres mujeres fueron asesinadas a balazos en otros puntos de la
ciudad. Se descubrió que los 11 homicidios estaban relacionados, pues las
mujeres fueron levantadas del mismo sitio. Los cuerpos tenían marcado en el
brazo el sello de ingreso al bar.
La
noche siguiente agentes ministeriales hicieron una redada en el bar La
Eternidad y detuvieron a 204 personas, entre clientes, trabajadores y músicos.
Todos fueron puestos en libertad días después, sin que hasta ahora se haya
aclarado la ejecución múltiple. Versiones extraoficiales señalan que el Kombo
Kolombia se presentaba en ese bar.
El
15 de abril del año pasado el mismo grupo tocaba en el Salón Dorado, de la
colonia CROC de esta ciudad, cuando un grupo de hombres armados mató a balazos
al propietario del lugar, que estaba en la taquilla, y disparó contra la
clientela. Cinco personas fallecieron. Entonces se mencionó que uno de los
músicos fue herido de bala, pero no pudo confirmarse la versión.
Domene
reconoció que el Kombo Kolombia se presentaba en lugares que habían sido puntos
de conflicto.
“Ha
habido la oportunidad de estar consiguiendo algunas referencias de gente que
pudo haber tenido contacto con ellos. Inclusive sabemos que esta banda acudía
frecuentemente a hacer sus presentaciones en varios lugares del centro de
Monterrey y todo esto está arrojando datos que pudieran llevarnos con el
paradero de los que ejecutaron este crimen”, declaró el 1 de febrero.
En
el Bar Internacional, ubicado en el corredor de los table dances de la calzada
Madero, la noche del miércoles 13, hombres armados dispararon contra personas
que estaban afuera del local. Dos fallecieron en el lugar y otra más en el
hospital, la madrugada siguiente. Ahí mismo el 4 de enero un franelero fue
ametrallado.
Una
fuente cercana a la investigación dijo que en las indagatorias sobre los
asesinatos del Kombo Kolombia se mencionó que éste era uno de los sitios donde
la agrupación se presentaba con frecuencia.
La
tragedia del conjunto musical se suma a la larga lista de matanzas de Nuevo
León; entre ellas la del bar Sabino Gordo, donde el 8 de julio de 2011 fueron
asesinadas a balazos 20 personas, o el ataque incendiario contra el Casino
Royale, el 25 de agosto de ese año, con saldo de 52 muertos.
También
figura en la lista la matanza del Penal de Apodaca, donde el 19 de febrero de
2012 fueron asesinados 44 internos mientras 37 se fugaban. El 13 de mayo pasado
49 torsos fueron tirados en Cadereyta, a un lado de la carretera libre a
Reynosa, y el 13 de agosto pistoleros balearon el bar Matehuala, con saldo de
nueve muertos.
El
viernes 8 Domene dio los primeros indicios sobre los ejecutores del grupo.
Señaló que los responsables fueron Los Zetas. Ese día el periódico El Norte
publicó que el jefe local zeta José Isidro Cruz Villarreal, El Pichilo, había
ordenado la ejecución pues el Kombo se presentaba en lugares que antes
dominaban ellos y ahora controla el Cártel del Golfo.
Las
Estacas
El
rancho Las Estacas está en el kilómetro 92 de la carretera a Monclova, en el
municipio de Mina, cuya cabecera se ubica a 50 kilómetros al norte de la
capital. Al lugar se llega después de sortear una pesada reja y transitar por
un camino de grava de tres kilómetros.
Hay
una senda polvosa de al menos dos kilómetros que conduce hasta una torre de
extracción de agua, conocida como papalote, bajo la cual hay una noria cuadrada
de 70 centímetros de lado y 15 metros de profundidad.
El
agua extraída del pozo se llevaba a una pileta ubicada a 30 metros para que
abrevara el ganado. Ahora el rancho está abandonado. Ahí fueron asesinados los
integrantes del grupo Kombo Kolombia la madrugada del 26 de enero.
Horas
antes los habían levantado de la bodega La Carreta, en el municipio de Hidalgo,
40 kilómetros al norte de Monterrey, donde comenzaron a tocar cerca de la
medianoche del viernes 25 de enero. Fueron 10 hombres armados quienes se los
llevaron. Los músicos dirigidos por Carlos Sánchez, El Vallenato, se presentaban
frente a un grupo de aproximadamente 50 personas en un festejo privado.
Los
llevaron por un camino de terracería. En el trayecto sus captores les
preguntaban si pertenecían a algún grupo criminal y si vendían drogas. Los
condujeron a la noria de Las Estacas. En torno al pozo hay una construcción
derruida. Cinco días después de la tragedia aún se podían ver manchas de sangre
en las paredes, y en una de las orillas un mechón de cabello que parece
desprendido del cráneo de una de las víctimas.
Según
la versión de un testigo que logró escapar de la matanza, a los jóvenes los
ejecutaron de tres en tres para luego arrojarlos en el agujero. Todos los
cadáveres tenían impactos de bala en la cabeza.
El
que pudo huir fue auxiliado por un campesino de los alrededores, quien lo ayudó
a llegar hasta un restaurante en el kilómetro 102 de la citada carretera, donde
pidió ayuda. Domene informó que este muchacho, cuya identidad no fue revelada,
rindió declaración ante autoridades locales, y por razones de seguridad se le
condujo fuera del estado bajo la protección de autoridades federales.
Los
interrogatorios al joven se enfocaron en saber cómo escapó de sus captores y si
ellos lo dejaron ir para que difundiera pormenores de los hechos a fin de
enviar un mensaje a la banda rival.
Hasta
ahora la Procuraduría General de Justicia de Nuevo León no ha hecho pública la
identidad de la persona que contrató al grupo musical. Las autoridades
anunciaron que sería investigada para saber si tuvo participación en los hechos.
Los
municipios de Hidalgo –lugar del secuestro– y Mina –sitio de la ejecución–
forman parte del grupo de 35 ayuntamientos que carecen de policías municipales.
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