Los hispanos alteran el mapa electoral
Los latinos, con tradición de voto demócrata, crecen en Estados republicanos
DAVID ALANDETE - Washington - EP 28/12/2010
El nuevo censo de EE UU, cuyos resultados se conocieron hace unos días y que sirve de guía para remodelar los distritos electorales del país, debería poder calificarse como una buena noticia para los republicanos. Al fin y al cabo, las cifras demográficas del Gobierno, publicadas una sola ocasión por década, atestiguan el crecimiento de Estados sólidamente conservadores, como Tejas o Arizona. Los republicanos, sin embargo, han acogido los nuevos datos con recelo. El censo demuestra que el crecimiento de la población de esos Estados obedece, realmente, al formidable avance de la comunidad hispana, que según las encuestas es un voto tradicionalmente fiel al Partido Demócrata.
Del censo depende la composición de la Cámara de Representantes, una de las dos ramas del Congreso, que cuenta con 435 miembros. Este año, el Gobierno autorizará que Tejas sume cuatro congresistas y Florida, dos. Arizona y Nevada, entre otros, sumarán uno. Pero según ha demostrado otra encuesta oficial reciente, la American Community Survey, ese crecimiento demográfico puede traducirse, a lo largo del tiempo, en un resurgimiento del Partido Demócrata en el sur y el oeste, porque esos Estados se expanden principalmente, al igual que el resto de EE UU, en número de ciudadanos latinos.
En las elecciones legislativas de noviembre, en las que los republicanos recuperaron el control de la Cámara en el Congreso y clamaron victoria política, los hispanos votaron por candidatos demócratas en un 60%, según una encuesta del centro Pew. En 2008, un 67% de los hispanos de Estados Unidos votó a favor de Barack Obama. Los analistas, en Washington, consideran poco probable que esa preferencia de los latinos por los demócratas cambie si los republicanos siguen oponiéndose a medidas de reforma migratoria tan modestas como la ley Dream Act.
El Senado, gracias a la bancada republicana, rechazó esa propuesta el pasado 18 de diciembre. En trámites parlamentarios desde 2001, hubiera concedido residencia a los jóvenes sin papeles que llegaron a EE UU en su infancia y que hayan cursado allí estudios de Secundaria. A esos inmigrantes se les concedería la residencia permanente si se graduaran en una universidad o prestaran dos años de servicio en el Ejército. Las organizaciones hispanas de EE UU calculan que se podrían beneficiar de esa regularización 500.000 de los 12 millones de indocumentados del país.
Los republicanos se opusieron a su aprobación y Obama respondió, en rueda de prensa, que de todas sus gestiones legislativas, esa era su "mayor decepción". Los medios nacionales comenzaron entonces a preguntarse por la relación de los conservadores con una minoría que está cambiando el panorama político del país. "¿Se arriesgan los republicanos a ignorar a los latinos?", se preguntaba la cadena CBS. "¿Está creciendo el distanciamiento entre los republicanos y los latinos?", escribía la revista The Atlantic. "La comunidad latina recordará durante generaciones los votos que recibió el Dream Act", dijo tras la votación en el Senado la presidenta de la agrupación Consejo Nacional de la Raza, Janet Murguía. "Se trata de una elección muy simple: o bien nuestros senadores están del lado de los niños inocentes o bien no lo están. Los latinos, el sector más pujante del electorado, recordarán exactamente de qué lado se pusieron los senadores".
El crecimiento de los latinos en el sur y el oeste significa que la pérdida de peso demográfico de los Estados del norte de la costa atlántica y del medio oeste no es, a largo plazo, tan nociva para los demócratas. En virtud de los datos del nuevo censo, pierden peso en la Cámara bastiones demócratas como Nueva York, Nueva Jersey, Massachusetts, Pensilvania o Illinois.
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