La
cultura y los perros/César Antonio Molina, escritor, exministro de Cultura, dirige la Casa del Lector.
El
País | 1 de noviembre de 2014
Hace
unos pocos meses, participando en una feria del libro, contemplé con estupor
cómo un perro ocupaba una caseta para también él firmar su libro. Evidentemente
un perro no puede escribir libros, pero ya es casi habitual que algunos de
quienes los firman no lo hayan hecho. Lo más curioso era ver cómo mojaban su
pezuña en una especie de tampón y le hacían dejar la marca sobre el papel. No
tengo nada contra los animales, por el contrario, como Pitágoras creo que, de
haber alma, también la deben de tener los seres irracionales. Siglos después
Nietzsche, en La ciencia jovial,escribió: “He dado nombre a mi dolor y lo he
llamado perro”.