Ni laicismo ni fundamentalismo/ Felipe Arizmendi Esquivel
SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, sábado, 5 de febrero de 2011
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Siguen las incomprensiones tendenciosas. La publicación de un partido político se atreve a afirmar que la jerarquía católica "pretende que el Estado ponga en práctica acciones que violen el respeto de los derechos humanos y adopte como práctica la discriminación y la persecución por motivos de diversidad sexual". Uno de sus líderes dice que no aceptarán ni tolerarán "la intentona de una iglesia que pretende imponerle a los mexicanos su visión única sobre la forma de organización social, política y religiosa". Acusan a las autoridades religiosas de violar "flagrantemente el artículo 130 constitucional, la convivencia pacífica y la vida democrática. La Iglesia católica mexicana pretende imponer una visión integrista que tiende a convertir los dogmas propios en obligaciones sociales para todos, exigiendo que las leyes se amolden a sus posiciones doctrinales, a través de la coacción y el uso indebido del credo". ¡No han entendido lo que pedimos: sólo el derecho a ser escuchados y que se revisen algunas leyes, violatorias de derechos humanos!