Después de 48 horas de rebelión en cárceles brasileñas las autoridades penitenciarias lograron controlar la situación que provocó la muerte de dos reclusos, uno de ellos decapitado.Los presos amotinados en una penitenciaría de máxima seguridad (¡?) de Viana, vecina a Vitória, capital del Estado brasileño de Espírito Santo -unos 500 kilómetros al norte de Río de Janeiro- liberaron a los rehenes que mantenían desde el sábado 17 de junio , poniendo fin a una rebelión violenta. Y a pesar de que el motín ha concluido, aún se desconoce el número exacto de rehenes. Sí se sabe, en cambio, que entre ellos había 214 mujeres y 50 niños, todos familiares de los 771 presos.
Una vez más, la causa de la rebelión fue el traslado de los jefes de bandas de narcotraficantes a otras cárceles. Y hasta este momento los motines no son responsabilidad del Primer Comando de la Capital (PCC) dirigido por Marcos William Herbas Camacho, alias Marcola.