El Presidente Calderón en el Almuerzo de Trabajo con motivo de la XXII Reunión Anual de Embajadores y Cónsules de México
2011-01-07 | Discurso
Muy buenas tardes, amigas y amigos Embajadores, Cónsules, miembros del Servicio Exterior.
Señor Diputado Jorge Carlos Ramírez Marín, Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados. Muchas gracias por estar aquí.
Doctor Leonardo Valdés Zurita, Consejero Presidente del Instituto Federal Electoral. Muchísimas gracias.
Licenciado Héctor Ortiz Ortiz, Gobernador del Estado de Tlaxcala.
Doctor Luis Rubio, Presidente del Centro de Investigación para el Desarrollo. Muchísimas gracias por estar aquí. Muchísimas gracias por su magnífica exposición.
Embajadora Patricia Espinosa, Secretaria de Relaciones Exteriores.
Estimados miembros del Servicio Exterior Mexicano.
Embajadores, Cónsules.
Embajadores eméritos y eminentes.
Distinguidos colaboradores del Gobierno Federal.
Secretarios.
Amigas y amigos:
Primero, me alegra nuevamente reunirme con ustedes, con los miembros del Servicio Exterior, que son mujeres y hombres encargados de honrar, de defender, de enarbolar los sólidos principios y los legítimos intereses de nuestro querido México en el mundo.
Yo reconozco el trabajo, un trabajo arduo realizado por todas y por todos ustedes para que nuestra Nación se posicione como un actor fundamental en los procesos globales de concertación y de desarrollo.
Para que México sea conocido y conocido bien en el mundo, para que haya más México en el mundo y también más mundo en México, como nos lo propusimos desde el primer día de Gobierno.
Sé que gracias a la labor de ustedes, nuestra diplomacia se ejerce en todo el mundo, y nuestra voz se escucha y se respeta en los foros internacionales.
Su papel ha sido indispensable para contribuir al desarrollo de México y para proyectar a nuestro país en el exterior, particularmente en el año que concluyó, el 2010, que fue el Año de la Patria.
En él, en el Bicentenario de la Independencia, en el Centenario de la Revolución, mostramos con orgullo lo mucho que hemos construido en dos siglos de vida independiente.
Hoy podemos afirmar que nos hemos consolidado como una Nación en crecimiento económico, una potencia económica vigorosa, que puede ser una de las economías más grandes del mundo hacia mediados de este siglo.
Que tenemos una democracia sólida y que también somos un país que enfrenta sus problemas y los resuelve.
Somos una Nación plural. Somos una Nación de libertades. Somos una Nación democrática, y formamos parte del grupo de países emergentes que están incrementando cada vez más su influencia en la agenda global.
Por ello, nos dio mucho gusto compartir con las demás naciones la grandeza de México; lo hicimos a través de actos de gran trascendencia, de gran simbolismo, de eventos artísticos y culturales; de un sinnúmero de obras de gran impacto social.
Ustedes mismos, desde sus embajadas y representaciones, llevaron el espíritu festivo de México a todos los rincones de la Tierra. Estas celebraciones, queridos amigos, nos permitieron valorar lo mucho que ha logrado México en su historia y en su historia reciente.
Hoy el reto de nuestra generación es ampliar el legado de nuestros héroes; engrandecer la libertad y la justicia, por los que pelearon; impulsar la Nación próspera y equitativa que anhelaron; consolidar la Patria democrática y de derechos que proyectaron; fortalecer la soberanía, por la cual murieron y nuestra capacidad de autodeterminación, que es, precisamente, definitoria de nuestra Nación.
Eso también es lo que, precisamente, hemos hecho en estos cuatro años que han transcurrido ya, en los diversos ámbitos de Gobierno. En materia económica, por ejemplo, no sólo hicimos frente a la peor crisis mundial desde los años 30, sino que hoy nos hemos recuperado y estamos de vuelta en la senda del crecimiento.
México salió adelante porque actuamos con responsabilidad, porque tomamos medidas muy difíciles, pero medidas que eran indispensables para mantener nuestra economía en marcha, sin comprometer su estabilidad.
Porque a diferencia de muchos países que hoy están pagando el precio de esas decisiones, México eludió la tentación de relajar su propia disciplina macroeconómica; asumió los costos, entre otras cosas, de incrementar los ingresos públicos para evitar déficits fuera de control,
y eso ha permitido que, como bien ha dicho el doctor Luis Rubio, esa estabilidad macroeconómica rinda frutos nuevamente.
Eso nos permitió, amigas y amigos, mitigar los efectos de la crisis en el bienestar de la gente. Les quiero poner en perspectiva, por ejemplo, lo que ha pasado.
No siempre las crisis se pueden evitar, pero sí se pueden sortear sus efectos, de distinta manera. Mientras que en la crisis de 1995, por ejemplo, que fue igual de severa, o por lo menos la caída del Producto Interno Bruto fue semejante a la crisis del 2009, se perdieron entonces uno de cada 10 empleos formales en el país.
En esta ocasión, sí, se perdieron empleos, pero se perdieron únicamente dos de cada 100 empleos formales, los cuales ya hemos recuperado totalmente y estamos, incluso, muy por arriba de las cifras del inicio de la crisis.
Durante la crisis de 1995 las tasas de interés subieron, llegaron a rebasar los 100 puntos porcentuales anuales. Eso puso, como una de muchas consecuencias, puso en cartera vencida a más de la mitad de las familias que tenían crédito hipotecario entonces.
En contraste, en la crisis de 2009 no sólo permanecieron estables las tasas de interés, con lo cual el 96 por ciento de las familias pudo seguir pagando su casa, sino que además se mantuvieron abiertas las llaves del crédito bancario.
Podemos sentirnos orgullosos, queridos amigos, de que en éste 2010, que acaba de pasar, se estima que nuestra economía creció cinco por ciento, probablemente un poco más, y que además cerramos el año con cifras históricas en materia de empleo, concretamente los registros de empleos netos en el Seguro Social.
Es decir, de todos los empleos creados, si les restamos las bajas, las renuncias, las liquidaciones, los empleos netos en el Seguro Social registraron 730 mil nuevos empleos formales, que es la segunda cifra más alta en la historia de creación de empleo en México.
Pero si a eso le agregamos las cifras del ISSSTE, también de empleos netos, sobre todo derivadas del esfuerzo que estamos haciendo en ampliar universidades y preparatorias; más de 400 preparatorias; más de 75 universidades nuevas, la ampliación de 35 campus, el reforzamiento y el fortalecimiento de cuerpos policiacos Federales y estatales, el ISSSTE, y la formalización también de muchos empleos, de médicos, de enfermeras, el ISSSTE registró 123 mil nuevos empleos netos en el 2010, lo que nos lleva a un registro total de más de 850 mil nuevos empleos netos en el año 2010, una cifra sin precedentes en México.
Muchos de ellos, ciertamente, en el ISSSTE, probablemente obedezcan a las condiciones de trabajadores públicos, médicos y enfermeras, insisto, que tenían meses y quizás años de trabajar sin tener su base, pero aún así, asumiendo que una parte importante puede ser un esfuerzo de regularización, que también hemos hecho, me parece que por justicia, por deber, por legalidad, estamos hablando de más de 800 mil nuevos empleos netos formales, que, insisto, es una cifra sin precedente en el país.
Hoy, por otra parte, nuestra economía es más fuerte que nunca. A diferencia de algunas otras naciones que enfrentan serios problemas de endeudamiento, castigo severo por parte de los mercados financieros, nuestro país cuenta con finanzas públicas sanas.
El riesgo-país de México, medido, precisamente, en el diferencial de puntos de tasas de interés, respecto de los valores relevantes en los mercados financieros, que los mercados tienen que dar o premiar a los inversionistas; el riesgo-país de México es considerablemente menor que otras economías, no sólo semejantes a la nuestra, sino de muchas economías, incluso desarrolladas, que hoy están en problemas.
México cuenta con finanzas públicas sanas, la inflación promedio, acaba de aparecer el dato el día de hoy, 4.4, que aún con los incrementos en los ingresos públicos, ajustes fiscales que hubo en el 2010, es una inflación considerablemente baja y estable.
Tenemos reservas internacionales que están llegando, han rebasado ya los 113 mil millones de dólares. Comparado con otras situaciones graves de México, por ejemplo, esto equivale a más del doble del total de la deuda pública externa del Gobierno mexicano.
Las tasas de interés promedio son de las más bajas en los últimos cinco sexenios. Eso ha permitido algo que quiero enfatizar del doctor Luis Rubio, eso ha permitido, la estabilidad macroeconómica, por ejemplo, el que el ciudadano común pueda tener cada día mayor acceso a vivienda y a bienes de consumo duradero, desde automóviles, hasta equipos electrónicos, o computadoras, o refrigeradores.
Por darles un dato, el dato de vivienda. Estamos registrando un promedio de 800 mil viviendas financiadas por año en esta Administración, y esperamos llegar al millón financiadas por año hacia el final de ésta.
En los últimos 10 años, en México se han no sólo construido, se han financiado en el mercado formal seis y medio millones de viviendas. Eso qué quiere decir. Que una de cada cuatro viviendas existentes en México, construidas en toda su historia, una de cada cuatro han sido financiadas en los últimos 10 años.
Esto quiere decir que es más que el total de viviendas en el Estado de México y en el Distrito Federal, en total de las que se han construido, precisamente, en estos 10 años.
Yo estoy convencido, amigas y amigos Embajadores, y me parece que es algo que debemos enfatizar en todo el mundo, de que México es un país de grandes oportunidades, de que México tiene todas las condiciones para seguir creciendo y seguir creciendo competitivamente. Que es un país donde las empresas que aquí invierten, tienen éxito.
Somos una Nación, además, que tiene, como he insistido, enormes ventajas comparativas. Una posición geográfica estratégica, tenemos acceso al mercado, al más grande del mundo, todavía, a Estados Unidos, con tres mil kilómetros de frontera.
Tenemos acceso a través de casi 11 mil kilómetros de litorales a los dos Océanos más relevantes para el mundo económico. Tenemos acceso directo a los poderosos mercados asiáticos. Tenemos acceso directo a Europa, África, a las dos costas de Estados Unidos, a América Latina. Tenemos la condición de ser el único país emergente que tiene frontera con la economía más grande del mundo. Tenemos la ventaja de ser el único país norteamericano que es orgullosamente latinoamericano.
Tenemos una amplia red de acuerdos comerciales. México es uno de los países que mayor capacidad de acceso tiene, a más de mil millones de consumidores en todo el mundo. Tenemos una mano de obra joven y preparada, y no sólo eso, que se está volviendo, también, en un activo competitivo para México.
Cada año se gradúan, hemos hecho un esfuerzo significativo, insisto, en materia educativa, educación media superior y superior; cada año se gradúan en México 90 mil técnicos o ingenieros que le están dando un enorme poder competitivo, particularmente a la industria de servicios, de manufacturas, de electrónica. En fin. Automotriz, aeronáutica, incluso, en el país.
Tenemos también, y desde luego, una sólida política de inversión en infraestructura que ha permitido que México crezca de manera significativa en los comparativos internacionales.
Estas ventajas de México, amigas y amigos, y quizá ustedes lo puedan constatar en un material que les hemos hecho llegar también, donde se presentan comparativamente estos datos, han sido destacadas por varios estudios independientes.
Les cito sólo algunos de ellos:
AT Kearney, por ejemplo, ubicó a nuestra economía en 2010, de tenerla en el lugar 19, la ubicó ya en la octava más atractiva para la inversión en el mundo. Contamos con otros reconocimientos. Por ejemplo, un entorno cada vez más favorable para hacer negocios.
Por ejemplo, hemos eliminado el año pasado, 2010, 14 mil reglamentos, reglas, acuerdos, circulares, que han hecho mucho más expedita, precisamente, la actividad económica; creamos un portal, tuempresa.gob.mx, que permite sustituir el tiempo, el proceso para crear una empresa con trámites Federales, incluyendo la solicitud a Relaciones Exteriores del permiso, de la Cláusula Calvo y de hasta del nombre de la empresa.
Todo eso que estaba disperso antes, que había que ir a Relaciones Exteriores, al Seguro Social, al SAT, a Hacienda, a Economía, todo eso lo hemos conjuntado en un solo portal electrónico y lo que antes llegaba a tomar más de cuatro meses para abrir una empresa, hoy se puede hacer, por lo menos en el nivel Federal, exclusivamente, en menos de dos horas en la oficina de un Notario o de un corredor público con un registro en línea.
Hemos, en plena crisis económica, yo recuerdo que en las reuniones del G20, los países, todos declarábamos nuestro rechazo enérgico al proteccionismo y nuestra exigencia de que se terminara la Ronda de Doha y acto seguido, yo creo que 15 de los 20 países, salían de ahí, los Presidentes, a poner nuevos aranceles y nuevas barreras no arancelarias.
En el caso de México no. En el caso de México reducimos los aranceles, incluso en plena crisis, del 13 por ciento en promedio, a un poco más del cuatro, que entró en vigor, por cierto, hace unos días, el 1 de enero.
Y contrario a lo que muchos habían comentado, México ganó en competitividad, y eso se ha traducido en que sea uno de los países más eficientes en diversos sectores industriales, incluyendo quizá el más competitivo, en la producción de manufacturas para exportación a Estados Unidos.
De hecho, otro de los indicadores ha sido el Indicador del Banco Mundial, el Doing Business Index, por ejemplo, para el año 2011, donde nuestro país volvió a avanzar. Cuando yo entré a la Presidencia de la República México ocupaba el lugar número 73 en el Doing Business; hoy ocupamos el lugar número 35 ya, siendo uno de los países que más han avanzado en competitividad para hacer negocios. Ya estamos por encima de los BRIC, en términos de competitividad, por encima de Brasil, por encima de Rusia, por encima de India, por encima de China en el índice del Banco Mundial y somos el país más avanzado, precisamente, en este índice en América Latina. Avanzamos 38 lugares en estos cuatro años.
México, también, por su estabilidad económica, se distinguió en los mercados financieros el año pasado por algo muy importante. Cuando apenas hace menos de una década la deuda mexicana no podía prácticamente extenderse más allá de unos cuantos años, en el caso de la deuda interna no se extendía más allá de tres meses; México ha consolidado su perfil de deuda.
Tenemos ya resuelto, por ejemplo, los pagos de servicio de deuda externa para los próximos dos años. Y encima de eso, además, tenemos, aparte de los 113 mil millones de dólares de reservas, tenemos un soporte del Fondo Monetario que nos permite hacer un fondo global de protección al país de casi 200 mil millones de dólares.
Eso ha permitido que México tenga una gran fortaleza financiera que hoy, por cierto, los mercados en el mundo están reconociendo y está creciendo la competitividad de México en ese sector.
Eso nos permitió, entre otras cosas, por ejemplo, emitir un bono el año pasado, un bono de deuda por mil millones de dólares a 100 años, a una tasa un poco mayor al seis por ciento. Lo cual constituye la mejor colocación financiera registrada, que se tenga registro. Hay otra similar que hizo China, pero es a una tasa a más del nueve por ciento.
Hoy México, es algo que también debemos enfatizar, particularmente a potenciales inversionistas, tiene una economía más competitiva. Hemos invertido, como he dicho, como nunca en infraestructura, al haber pasado de un poco más del dos por ciento, de dos y medio por ciento promedio que había la década pasada del PIB en infraestructura, al cinco por ciento de inversión en infraestructura, con obras que son verdaderamente, algunas de ellas, impresionantes.
Les cuento, por ejemplo, el Puente Baluarte o el Puente Bicentenario en la Carretera Mazatlán-Durango, una carretera, también, que por lo menos por su costo presupuestal también es impresionante, más de 19 mil millones de pesos.
Pero el Puente Baluarte es, va a ser, lo estamos construyendo, va a ser el puente más alto del mundo, que unirá a los estados de Sinaloa y de Durango, y el claro que hay o que habrá entre el puente mismo y el río, que está abajo, es de más de 600 metros.
No sólo eso. Por su dificultad técnica, como es imposible hacer columnas de 600 metros, se trata de un puente colgante y la distancia que hay entre la última columna de Sinaloa a la primera columna en el Estado de Durango, es de 550 metros, más de medio kilómetro colgando de cables de acero, lo cual lo hace la segunda obra de su tipo en el mundo, en claro colgante, y la mayor por la altura que tiene.
Obras de infraestructura como esa hemos hecho, en carreteras, por ejemplo, más de 15 mil kilómetros de carreteras construidas o modernizadas en estos cuatro años, más del total de lo que se hizo en la década de los 90, más de lo que se hizo en toda la Administración anterior. Esto ha permitido, este conjunto de cosas, amigos, la desregulación, la baja de aranceles, la liberalización comercial; ha permitido la inversión en infraestructura, la inversión en educación técnica, ha permitido que México crezca, y crezca sistemáticamente, no sólo en los indicadores de competitividad del mundo, sino también en los resultados, que es en el crecimiento de nuestros productos, en presencia en mercados relevantes.
Concretamente, antes de la crisis económica, México tenía una participación de mercado en las importaciones de Estados Unidos, poco menor del diez por ciento, hoy hemos cerrado el año con una participación de mercado del 12.2 por ciento; hemos ya rebasado a Japón como exportador de Estados Unidos, estamos alcanzado a Canadá, y si se consideran no sólo las exportaciones de Estados Unidos, de China, es claramente superior a nosotros, sino el paquete completo de comercio, exportaciones e importaciones, ya somos, verdaderamente el socio, un socio fundamental, el principal, insisto, en este valor integral, de Estados Unidos.
Nuestro país ha ganado, terreno en sus exportaciones a Estados Unidos, frente a India, frente a Japón, frente a Brasil, frente a Canadá, y otros países.
También nuestra economía hoy es una de las mejor posicionadas en la recuperación global; lo reconocen analistas internacionales, quienes han revisado al alza las expectativas de crecimiento para nuestro país para este año.
En materia social, amigas y amigos, la verdad es que tenemos que decir también muchas cosas que orgullosamente hemos hecho los mexicanos, y que pienso que el mundo debe conocer.
Me gusta mucho la expresión del doctor Luis Rubio, en el sentido de que México parece más o tiene más la perspectiva de muchos países desarrollados, que de muchos países pobres o en desarrollo, por lo menos en materia social tenemos logros muy importantes.
México, por cierto, está claramente en ruta para cumplir plenamente los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Por ejemplo, en salud nos comprometimos a reducir la mortalidad materna infantil. Lo estamos haciendo con diversos programas, con el Seguro Popular, con el Seguro Médico para una Nueva Generación, que garantiza atención médica a cualquier mexicana o a cualquier niño cualquier niña que nazca en nuestro territorio, la atención médica gratuita a mujeres embarazadas y otros.
Hemos ido más allá. Uno de los logros importantes de México será sin duda alguna alcanzar la cobertura universal de salud.
Todos fuimos testigos, por ejemplo, del enorme y desgastante debate que llevó en Estados Unidos la reforma en materia de salud, que tenía como propósito acercarse a la cobertura universal, es decir, tener un universo mayor de personas beneficiarias del sistema de salud.
Si en naciones tan poderosas como Estados Unidos, otras desarrolladas y muchísimas en desarrollo aspiran, que aún no logran la cobertura universal de salud, México está en posibilidad de alcanzar cobertura universal de salud en esta Administración.
En el 2000, por ejemplo, sólo había 47 millones de mexicanos que tenían cobertura médica, estaban en algún sistema de seguridad social. Hoy, más de 93 millones de mexicanos ya cuentan con ella.
Es decir, en 10 años hemos duplicado la cobertura de servicios de salud respecto de todo lo que se hizo en el siglo pasado. Esto, evidentemente va acompañado de una serie de esfuerzos también para el aniversario del Bicentenario de la Independencia.
Yo recuerdo cuando estábamos planeando qué íbamos a hacer, o qué elementos simbólicos íbamos a dejar sobre esta fiesta tan significativa, alguien revisaba, es que cuando se celebró el Centenario de la Independencia Porfirio Díaz hizo el gran hospital, un hospital psiquiátrico, por cierto muy famoso; que fue finalmente destruido. Bueno, hagamos hospitales.
Y sí, efectivamente, hicimos un hospital Centenario en Morelos, enorme, un hospital, por cierto, que se había empezado a construir hace 25 años y se había abandonado totalmente. Hicimos un hospital Bicentenario, también enorme, en Tultitlán, en el Estado de México, y otro más, una clínica también grandísima, en Villa Coapa, del IMSS. Y así empezamos a hacer hospitales y clínicas por todo el país.
Al final, cuando ya, platicando con el Secretario de Salud, decíamos, como que ya fueron muchos hospitales Centenarios y Bicentenarios. Tuvimos que ajustar la meta y la meta, amigas y amigos, que nos propusimos y que finalmente alcanzamos, es que en el 2010 dejaríamos dos mil 10 hospitales o clínicas nuevas o remodeladas. Y es una meta que alcanzamos.
Es decir, en estos cuatro años hemos construido más de mil hospitales o clínicas y hemos remodelado o ampliado cerca de mil 300 más, una obra sin precedentes en México y sin precedentes, pienso, en América Latina.
También en materia social es de destacar una cosa muy importante. En educación, en educación que sí es un tema muy polémico y muy controversial y muy difícil. Hoy, por ejemplo, hemos cumplido nuestro Compromiso de Desarrollo del Milenio, nuestro compromiso con la ONU, y México logró, precisamente en el 2010, la cobertura total de educación primaria; es decir, hoy todo niño en edad de educación primaria, todo niño tiene un lugar en México en primaria.
Estamos por alcanzar la cobertura universal en la educación básica, tenemos todavía una dificultad en preescolar. La educación media superior la hemos llevado del 46 por ciento, al 66 por ciento de cobertura, a pesar del empuje brutal del crecimiento demográfico; es decir, si no hiciéramos nada, no sólo no ganaríamos cobertura en la educación, sino que se bajaría tan sólo por el número de jóvenes, el casi millón de jóvenes que llegan a esa edad, de educación media superior y, desde luego, superior.
Y la educación superior, que también tiene ese riesgo de bajar por la creciente demográfica, la cobertura, cuando iniciamos esta Administración estaba en 24 por ciento de cobertura. Nos comprometimos, todavía en la campaña, recuerdo, con los rectores de las universidades de México a hacer un esfuerzo para llevarla al 30 por ciento hacia el final de la Administración, en el 2012.
También en el Año de la Patria logramos llegar ya al 30 por ciento de cobertura universitaria, es decir, anticipándonos dos años a la meta del sexenio. Esa es la cantidad.
Pero coincido con ustedes, también el problema es de calidad. Y en estos años también, yo creo que aunque es poco, quizá, todavía falta mucho por hacer evidentemente, y es poco reconocido, por lo que falta por hacer, con toda razón. Hemos hecho cosas importantes. Un cambio, yo diría estructural, que es establecer la obligación de concursar las plazas de maestro.
Algo que parece obvio, que parece lógico, no se hacía en México. Se heredaban y se vendían las plazas de maestro, se asignaban discrecionalmente por el sindicato o por las autoridades, o por los dos, y hoy ese cambio, sin duda alguna, va a reflejarse en una mejora de la calidad educativa. Llevamos ya tres años licitando las plazas magisteriales, no dudo que haya, desde luego, excepciones, pero eso va a ser un cambio fundamental.
Y se reflejan también aún los logros importantes. Por ejemplo, en la Prueba de PISA, aunque ciertamente el énfasis ha sido muy diverso, yo quiero decirles que en algunos rubros alcanzamos un nivel ligeramente superior al comparativo que se hacía de 10 años, lo que no se dice es que México había caído dramáticamente hacia el año 2003 en la Prueba de PISA.
En otros, por ejemplo, tan fundamentales, como en matemáticas, no sólo avanzamos en México en calidad educativa. Para decirlo rápido, en la Pruebe de PISA Internacional, los estudiantes mexicanos, o la educación mexicana en matemáticas fue la que más avanzó en los 67 países evaluados por la Prueba de PISA; es decir, la mejora educativa en matemáticas, concretamente, está demostrada no sólo con nuestros propios exámenes, sino también con el examen de la Prueba de PISA.
Otras materias, que creo que es importante enfatizar el esfuerzo de México, es, por ejemplo, en materia de medio ambiente. Hay diversos indicadores que han reconocido ya este esfuerzo mexicano, pero básicamente, amigas y amigos, yo creo que es algo que también debemos enfatizar.
Si hay algún problema global del Siglo XXI es el cambio climático. Si hay algún problema en el que nos tendremos que entender, a querer o no entre las naciones, tiene que ser el problema ambiental, porque es un problema que no reconoce fronteras. Yo creo que es un problema particularmente importante para la diplomacia de México y del mundo.
Por primera vez en muchos años, los mexicanos tenemos una política de Estado en este tema. Fuimos la primera Nación en desarrollo que unilateralmente estableció su Programa Nacional contra el Cambio Climático, y la primera Nación en desarrollo que ha emitido ya cuatro comunicados a las Naciones Unidas sobre la estimación de sus emisiones y de sus programas para reducirlas.
El primer país en desarrollo que estableció un compromiso unilateral de reducción de emisiones de efecto invernadero. Hoy este esfuerzo, además, también se refleja en cosas que son vitales para los mexicanos en general, para mí, en particular, como es la capa forestal del país.
Según la FAO, en la década de los 90 México perdía, en promedio, 350 mil hectáreas por año. En el año 2010, sin embargo, ya hemos logrado reducir esa deforestación a 128 mil hectáreas el año pasado. Puede variar, obviamente por efectos estacionales. Pero qué duda cabe, estamos en la ruta correcta para llegar a la meta que nos hemos propuesto de cero deforestación en el país; es decir, que cada hectárea que se pierda por incendio forestal, por tala ilegal, por uso agrícola, sea repuesta en ese mismo momento por otra hectárea que crece en la masa forestal, tanto de selvas y bosques, en México.
Por ejemplo, también, en energías renovables, iniciamos en esta Administración un programa muy ambicioso de energía renovable, el primer parque eólico en América Latina, con 100 megawatts, hoy tenemos ya casi tres mil, más de 500, perdón, megawatts eólicos funcionando, y vamos a terminar la Administración con tres mil megawatts. Eso nos lleva a que México fue, en 2009, el país en el mundo que tuvo la tasa más alta de crecimiento de energía eólica, ciertamente proviniendo de una base pequeña, pero en cuatro años México hizo lo que España hizo en ocho años en esta misma fase de desarrollo.
Finalmente, de los temas que creo que es importante que ustedes conozcan, evidentemente el que es más sensible, estoy seguro, para todos ustedes, en su labor diplomática, es el tema de la seguridad.
Y México, efectivamente, está absolutamente decidido a lograr los estándares de seguridad que merecen los mexicanos, y a consolidar, el Gobierno está decidido a consolidar a México como un país de leyes y como un país de instituciones.
Y por esa razón, amigas y amigos, estamos enfrentando a quienes, mediante la violencia, pretenden atentar contra la tranquilidad de la población.
La violencia, amigas y amigos, es algo que es muy importante enfatizar, creo que hay que enfatizar las razones de causa efecto. La violencia no es, medularmente, consecuencia de la lucha por la seguridad. Es al revés. La lucha por la seguridad, el enfrentamiento a los criminales, es consecuencia, precisamente, de la acción violenta y, valga la redundancia, criminal de los criminales.
El número de muertes registradas en México es consecuencia de la acción homicida de los criminales, no de la acción de Gobierno; porque son, precisamente, los criminales quienes están atentando contra la vida, contra la seguridad y contra la tranquilidad de los mexicanos. Los responsables de la violencia son, precisamente, los violentos y eso no podemos perderlo de perspectiva en nuestra tarea diplomática.
Qué es lo que es importante decir de México. Tenemos un problema, sí, pero lo estamos combatiendo y lo vamos a resolver. Y que también hay que recordar, y ustedes lo pueden observar en muchos países, el valor y la decisión con la que México está atacando este problema, también han generado reconocimientos en la arena internacional para el país.
De hecho, estoy seguro, amigas y amigos, que en la medida en que logremos reconstruir y fortalecer las instituciones de seguridad y de justicia en México, que es una de nuestras prioridades en la estrategia nacional: policías, Ministerios Públicos, jueces, en esa misma medida México será el país seguro al que todos aspiramos. Y estamos precisamente en esa ruta.
Hace rato que estábamos conviviendo en la mesa, estaba el Embajador en Londres, Eduardo Medina Mora, amigo y además apreciado ex colaborador en la Administración Central, en la Procuraduría General de la República. Y comentaba con Eduardo cuando todavía en 2008 publicó la PGR la lista de los más buscados, incluso las recompensas que ofrecíamos ahí.
Y mandé pedir el dato, y es muy curioso, amigas y amigos. En esa lista que ustedes pueden recuperar además, porque se publicó en los medios, había 37 capos del crimen organizado en México, de todos los cárteles: del Pacífico, del Golfo, de Los Zetas, de La Familia, de todos, los Beltrán.
Es muy interesante ver que de esos 37, 19 ya no están al frente de sus cárteles, más de la mitad; 17 de ellos han sido capturados o abatidos cuando se resistían a la aprehensión, dos de ellos fueron víctimas de la propia violencia de sus propios rivales. Así que 19 de la lista inicial de 37 criminales de alta peligrosidad han caído ya o han sido capturados, o anulados, lo cual representa un esfuerzo medular, particularmente en el año que ha terminado.
De la misma forma ahí se presentan récords en decomiso de drogas, de dinero, de vehículos, de armas de los criminales. Creo que el número de, por ejemplo, de aeronaves decomisadas en los últimos dos años rebasa las 400 y creo que en la Administración ya andamos por ahí de 750, ya de vehículos, de armas son más de 90 mil.
Y esto, amigas y amigos, es producto de un esfuerzo perseverante por enfrentar y debilitar las organizaciones criminales en México. Es producto también del mejoramiento de nuestros sistemas de inteligencia, de la profesionalización de nuestros policías, de prácticamente la creación de una Policía Federal mucho más moderna, mucho más capacitada, del fortalecimiento del entramado institucional, de los cambios legales que hemos impulsado en el país.
Otro aspecto que debe enfatizarse es el hecho de que México está dando esta lucha con total transparencia, de frente a los mexicanos, de frente al mundo. Y lo hemos hecho, además, con apego a la legalidad, y en los casos en que no ha sido así, hemos actuado en consecuencia, incluso contra servidores públicos, no sólo contra policías o elementos oficiales que hayan incurrido en violaciones, sino contra altos funcionarios del servicio público.
Lo hemos hecho de frente a la ciudadanía también, hemos hecho diálogos abiertos sobre estos temas con todos los sectores sociales. Hemos acudido, incluso yo, personalmente a dialogar con víctimas, con personas que han sido afectadas por la violencia y lo hemos hecho de cara a la sociedad.
Hoy, la información fluye de manera constante. El Gobierno Federal cuenta con un Vocero que mantiene informada a la sociedad de lo que sucede en la lucha por la seguridad. Hemos transparentado también las cifras de delitos en México, las cifras de homicidios con todo y la espectacularidad que ello tiene, lo hemos hecho, precisamente, por un compromiso con la transparencia.
Yo creo que a pesar de lo intenso que es, precisamente, este tema en todos, también debemos señalar, debemos poner en perspectiva también la dimensión de la violencia en México.
Cómo andamos, insisto, con respecto a otros países.
Por poner varios ejemplos, la tasa de homicidios en México está alrededor de 13 homicidios por cada 100 mil habitantes. Es una cifra alta. Pero también vale decir, por ejemplo, que países como Venezuela está oficialmente en 52 homicidios por cada 100 mil; que países como Honduras, Guatemala y El Salvador, los tres tienen cifras arriba de 70 homicidios por cada 100 mil; que Jamaica está arriba de 70 homicidios por cada 100 mil; Dominicana está en 48 homicidios por cada 100 mil; Colombia, incluso con todo el éxito que ha tenido nuestro amigo Álvaro Uribe, está, precisamente, todavía con 39 homicidios por cada 100 mil. Brasil, por ejemplo, tiene 22 homicidios por cada 100 mil. Aquí hay también una paradoja perceptual.
Nosotros tuvimos un problema serio, por ejemplo, una situación de dificultad en el Municipio de Mier, en Tamaulipas, de enfrentamiento de criminales, de afectación a la seguridad, un poblado pequeño. Inmediatamente le instruí al Secretario de la Defensa, aquí presente, a acudir en auxilio de la población civil, el Ejército y la Marina tomaron inmediatamente el control del poblado de Mier. Incluso no hubo un solo tiro porque los criminales simplemente huyeron.
Se restableció la seguridad en ese poblado, sin embargo, obviamente, el énfasis como sabemos es que la intervención del Ejército es prácticamente, no sólo equivocada, sino que es un símbolo del fracaso de la estrategia en materia de seguridad.
A los pocos días vino aquel asunto de Río de Janeiro, donde los criminales estaban asaltando a los turistas y despojándolos de sus coches, actuando con extrema violencia, etcétera. Y entonces el gobierno brasileño envía al Ejército a Río de Janeiro, incluso con tanques, cosa que nosotros todavía no hemos hecho, aunque la nota es totalmente distinta.
En el caso de México es la muestra del fracaso de la estrategia, en el caso de Brasil, a ocho columnas es, incluso en periódicos mexicanos, es: El Ejército brasileño rescata la favela de Río de Janeiro. Bueno, son finalmente asuntos de perspectiva.
Pero Brasil, con todo y ello, tiene casi el doble de homicidios por cada 100 mil habitantes que México.
Y para no ir más lejos, algunas ciudades, como en Estados Unidos, dependiendo del indicador, sea del FBI o sea de la policía local, Nueva Orleans tiene 70 homicidios por cada 100 mil, la Ciudad de Washington tiene cerca de 50 homicidios por cada 100 mil, y así sucesivamente.
Yo no digo que neguemos que hay un problema, pero también es importante que ustedes, Embajadores y Cónsules de México, puedan ponerlo también en perspectiva.
Estos datos, amigas y amigos, nos permiten dimensionar la situación real de México y por eso debemos reiterar que los mexicanos vamos a seguir enfrentando y vamos a seguir enfrentando, con fuerza y con determinación, a quienes pretenden atemorizar a la población y vivir a costa de ciudadanos honestos y de trabajadores.
Muy queridos Embajadores, Cónsules de México en el mundo: creo que es importante recapitular varias cosas: Primero, que México está en la ruta de crecimiento, que tenemos una economía fuerte, una economía sólida, una economía que ofrece las condiciones para despegar; que estamos luchando con todas nuestras fuerzas, de manera persistente, en una estrategia para que prevalezca el Estado de Derecho en el país, que es algo que debe aquilatarse y comunicar al mundo.
Que México, con el esfuerzo de ustedes, seguirá consolidando su liderazgo internacional, un liderazgo que viene aparejado de una responsabilidad para hacer frente a los problemas y desafíos regionales y globales.
Me refiero a temas y desafíos donde México tiene un liderazgo Y más que aparecer como víctima o buscar simple y sencillamente conmiseración de otros Estados, México aportará, precisamente, el liderazgo en la medida en que está abriendo caminos para la solución de problemas que son internacionales, desde la lucha contra el crimen organizado, hasta el rediseño y fortalecimiento de instituciones y organismos financieros internacionales y otros más.
Estamos dando una gran batalla, por ejemplo, en temas que preocupan a la humanidad como es enfrentar y superar el cambio climático.
Estamos también dando un esfuerzo y una batalla en nuestra propia región, en América Latina. La Cumbre que organizamos, precisamente en México, trajo un resultado que los latinoamericanos queríamos hace tiempo. Es la primera vez en los 200 años de historia de nuestra región, de historia independiente, quiero decir, que se crea la Comunidad de Países Latinoamericanos y Caribeños, una organización internacional, que agrupa, insisto, por primera vez, a todos los países de América Latina y del Caribe. México presidiendo el entonces Grupo de Río, lo pudo hacer. Y lo mismo puedo decirlo en materia de cambio climático.
Cumbre tras cumbre, reunión tras reunión, fuimos perseverantes e insistentes en el tema. Ya nada más de ver el video me volví a cansar otra vez. Y el viaje es pesado, porque el avión tiene que hacer muchas escalas, y el aire del avión tiene sus problemas. En fin. Así que si se portan mal los voy a llevar en mi próximo viaje.
Pero cumbre tras cumbre, hemos sido perseverantes en el tema de cambio climático. Yo creo que un ejemplo destacado ha sido, precisamente, la XVI Conferencia de las Partes, la COP16, que tuvimos en Cancún, en el mes de diciembre.
La verdad es que había un escepticismo generalizado. Había sido tal la percepción de fracaso de los acuerdos de Copenhague un año antes, que nadie verdaderamente apostaba o intuía que se fuera a llegar a un acuerdo relevante.
Hoy quiero decir que con un gran esfuerzo de varias instituciones o de varias dependencias, de SEMARNAT, de Relaciones Exteriores, fundamentalmente, logramos, de Hacienda, logramos impulsar paso a paso el consenso en la COP16.
Fue un esfuerzo de meses, de visitas a todos los foros donde había actores relevantes, de interlocución directa con Presidentes y Primeros Ministros, de puesta en común de todas las voces, de búsqueda de acuerdos institucionales, de consecución de recursos para arranque rápido.
Un esfuerzo que fue, finalmente, coronado con un acuerdo reconocido internacionalmente y que pudo lograr México a partir de su liderazgo. Eso, amigas y amigos, me parece que son méritos fundamentales de nuestro país.
Yo quiero terminar recordando a Octavio Paz, alguna vez también diplomático y Embajador, diciendo que: Uno de los rasgos específicos de la humanidad consiste en la diversidad de imágenes del hombre que cada pueblo nos entrega.
Hoy la imagen que nos entrega el pueblo de México es y debe ser, el de una democracia real, vibrante, una Nación que crece y que genera empleos. Una Nación que mejora las condiciones sociales de su gente. Una Nación que está a punto de alcanzar la cobertura universal de salud. Una Nación que está a punto de lograr que en cada casa de cada mexicano haya, por lo menos, un piso de cemento, un piso firme, y no el piso de tierra.
Una Nación que está a punto de lograr la plena cobertura de servicio eléctrico en todo el país. Una Nación que está generando 90 mil técnicos e ingenieros por año. Una Nación que ha sido capaz de crear 75 universidades y de ampliar 35 en cuatro años.
Una Nación que está abierta al mundo, que negocia con el mundo, que comercia con el mundo y que no elude, sino que participa responsablemente de sus tareas en los retos internacionales. Una Nación, además, que está abierta, también, a la inversión y que comparte sus capacidades de prosperidad con quien invierte y con quien cree en México.
Hace algunas semanas también, recordaba yo una anécdota de uno de los líderes empresariales de México, que cuando le preguntaba un colega suyo, un empresario, un director de una empresa internacional en México, le decía este director de esta trasnacional: Oye, van a venir mis jefes, el board de la empresa a México, qué les digo. Le decía Mario Sánchez y Mario le contestó: Oye, cómo te está yendo en la empresa. La verdad, muy bien, estamos produciendo, estamos vendiendo. Pues diles eso de México, que te está yendo bien en nuestro país.
Yo pienso, amigas y amigos, que más allá de nuestros problemas también tenemos grandes logros, grandes realizaciones y mucho, mucho que decir de nuestro querido México.
Sé que el país cuenta con ustedes en esta hora crucial, cuenta con ustedes para promoverlo al país y a los mexicanos como lo que somos, un pueblo trabajador, un pueblo creativo, un pueblo innovador y sobre todo, un pueblo decidido a construir su futuro, decidido a tomar en sus manos las riendas de su destino.
Sé que ustedes, como han cumplido hasta ahora, seguirán cumpliendo su responsabilidad con profesionalismo, con entrega y con profundo amor a la Patria.
Muchísimas gracias.
Si me permiten.
Finalmente, amigas y amigos, en la COP16 una de las cosas que yo le pedí a la Canciller es: no cedas ni te dejes.
Que no faltará quien en esta lógica de que todo tiene que ser por consenso entre casi 200 países no faltará quien quiera salirse con la suya. Le dije: Tú eres la Presidenta de la COP y quien tiene que salirse con la suya eres tú.
Entonces ahí en los momentos críticos, la Canciller ahora sí se puso en su papel de mandona, afortunadamente eso permitió que las cosas salieran y por ahí de las 2 de la mañana dio un histórico martillazo con el cual declaró la aprobación de los acuerdos y eso determinó también la suerte de la COP16.
Así que en agradecimiento por el esfuerzo enorme que por ella, su equipo, el de SEMARNAT hicieron, le voy a entregar a la Canciller el martillo famoso de la COP16.