29 sept 2007

Día de San Miguel Arcangel


De Dionisos a San Miguel/Manuel Mandianes, escritor y antropólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas
Publicado en EL MUNDO, 29/09/2007;
Para posesionarse del templo de Delfos, Apolo tuvo que derrotar a la profética serpiente Pitón, que asolaba la Focide y había querido atacar a la madre de aquél. Vencida, la Pitón fue a refugiarse al mar Galaxia. Antes, Teseo había vencido al Minotauro para liberar a la ciudad de Atenas de la tiranía del rey Minos.
El mito griego sigue vigente en nuestros días en su versión civil, habiendo sufrido una transformación al incorporar a la narración avatares históricos propios de cada país. Como el de la reina Loba, una mora que vivía en su castillo y a la que los habitantes del valle que dominaba estaban obligados a llevarle corderos y terneros para que ella pudiera banquetear con sus amantes y servidores. El relato final trata de la victoria de los pobres sobre el explotador, el extranjero, el invasor.
El mito también acabó siendo cristianizado. Los evangelizadores de los primeros tiempos tuvieron que vencer a los dioses que habitaban los territorios que ellos querían convertir a la nueva religión. Para entrar y evangelizar Galicia e Irlanda, Santiago y San Patricio tuvieron que vencer, el primero la resistencia de las serpientes y el segundo, la del monstruo del lago. San Miguel tuvo, a su vez, que imponerse a los monstruos del monte San Miguel y el monte Tombé para evangelizar a sus moradores.
A pesar de que, hacia el 23 de abril, en muchos lugares de Europa, el santo patrón del lugar sigue venciendo ritualmente a la serpiente, en un momento dado de la Historia de los pueblos cristianizados, las serpientes y los monstruos pasaron a tener rostro humano: el de sus enemigos y, muy especialmente, el del enemigo más peligroso del cristianismo, el del islam. A partir de ¿1050?, año de la batalla de Coimbra, Santiago se convierte en protector del reino y de los pueblos cristianos. Montado en su caballo blanco, el santo se ganó con justicia el apelativo de Matamoros, poniéndose en mil batallas al frente de los cristianos para derrotar a los moros.
Poco después de que San Miguel se apareciera en el monte Gárgamo, los napolitanos, paganos a la sazón, declararon la guerra a los cristianos que habitaban Siponto y Benevento, ciudades situadas a una cincuentena de millas de Nápoles. Los habitantes de Siponto, por consejo de su obispo, pidieron a los enemigos una tregua de tres días durante los cuales ayunaron y pidieron ayuda a su patrono San Miguel. Sus oraciones fueron escuchadas y sus penitencias alcanzaron el favor del santo, que les ayudó a salir victoriosos de la refriega contra el enemigo.
San Miguel es el ángel tutelar de la nación judía (Daniel, 10, 13) y es representado como príncipe de los ángeles que peleaban contra el dragón (Apocalipsis, 12, 7), el custodio y protector de la Iglesia y el vencedor por excelencia del diablo y todos los poderes del otro mundo que pueblan las entrañas de la tierra y el aire. El culto a San Miguel empezó en Oriente y luego se extendió a Occidente a causa de apariciones milagrosas.
El 29 de septiembre, comienzo del equinoccio de otoño, es el día de San Miguel. Las hojas cambian de color y se caen, se pudren y se funden con la tierra. Todo viene de la tierra y vuelve a ella. Es el final de un ciclo y el comienzo de otro nuevo. Es el momento en que dos ciclos se sobreponen: el vertical, el del culto a los muertos, y el horizontal, la puerta del año. La etapa invernal que comienza no será más que un periodo necesario para el renacimiento de la vida en la próxima primavera. El agua que se escapa del cuerpo del dragón derrumbado por San Miguel apaga el fuego del verano, encendido cuando San Jorge precipita el dragón en el lago.
El día de San Miguel era considerado uno de los días más peligrosos del año. Los espíritus maléficos tentaban a todas las personas de las más diversas maneras. Era la época durante la cual los pescadores abandonaban ciertas técnicas de pesca para iniciar otras. Había grandes fiestas y mercados en toda la Europa rural. Se pagaban los salarios semestrales, había mercados de caballos y animales de tiro, y se cerraban los contratos de los criados y las transacciones de haciendas. Con la del centeno, el día de Nuestra Señora del Rosario, el 7 de octubre, empieza la época de las siembras.
Los romanos celebraban el 19 de agosto la Vinalia, y el 11 de octubre la Meditrinalia, fiesta del primum mostum. Las dos fiestas eran en honor de Júpiter, soberano de todos los dioses, señor de las tormentas, de los truenos y de las tempestades, para que preservara de todos los peligros la viña y el vino (G. Dumézil, Les fêtes romaines d¿été et d¿automne).
Las fiestas de Dionisos se celebraban con cortejos, cantos, libaciones, ofrendas sacrificios de toros, adoración del pene y otras prácticas tradicionales, entre el 15 de diciembre y el 15 de enero. Las mujeres abandonaban los gineceos y los deberes domésticos para participar en cortejos y orgías. Antes de ser el dios de la viña y del vino, Dionisos fue un dios teutónico, próximo de las divinidades de la naturaleza. Y así, las bacantes practicaban ritos agrarios en su tiempo. De los amores de Dionisos con Afrodita nació Príapo, divinidad de la fecundidad, propietario de un miembro viril remarcable en erección permanente, guardián de las viñas, y siempre acompañado por un burro.
En las bodegas, verdaderas catedrales modernas, hay que comportarse como si estuviéramos en misa. En nuestros días existe la carrera de somelier, quien tiene un vocabulario tan extraño al común de los mortales como lo era en la Edad Media el de los escolásticos a sus contemporáneos. Se habla mucho de las propiedades salutíferas del vino. Meditrinalia, de mederi, curar, era la fiesta de la medicación del vino nuevo (Varron, De lengua latina). Para seguir siendo quien es, el Maestro Mateo hoy hubiera tenido que construir, como Foster, un campo de fútbol o una bodega para unos caldos celebrados por los expertos.
¿Es posible, y prudente, considerar la fiesta de San Miguel un intento de cristianización de la religión de Dionisos y de las fiestas romanas del vino? Es difícil que los dioses nuevos destierren del todo a los viejos, y lo es, muy especialmente, cuando se trata de sustituir las divinidades griegas por el Dios cristiano. Este es una persona y aquéllos consistían en una mirada, en un aparecer. Para los griegos, lo divino se fundaba en lo extraordinario de lo ordinario.
Las bebidas excitantes siempre han disfrutado de un gran prestigio y de honores particulares. Los antiguos consideraban el vino, portador de fuerza divina, como un poderoso vínculo entre los hombres, y pensaban que la borrachera colectiva, uno de los ritos de la religión báquica, reforzaba los vínculos comunitarios. Según cuenta Eurípides en Las Bacantes, Licurgo y Penteo fueron castigados por su empeño insensato de oponerse a los ritos de la religión de Dionisos.
El vino es el producto sin parangón de la industria humana. Al convertirse en la sangre de Cristo en el momento de la consagración de la misa por el milagro de la transustanciación, para los cristianos, como antes lo fue para los griegos y los romanos, el vino siempre ha sido y sigue siendo mucho más que una simple bebida para matar la sed.

De guerrilleros a mafiosos y terroristas

  • Nuevas guerras y viejas izquierdas/Joaquín Villalobos, ex guerrillero salvadoreño, y consultor para la resolución de conflictos internacionales

Publicado en EL PAÍS, 29/09/2007;
A principios de los setenta, los jóvenes que decidimos alzarnos en armas contra la dictadura militar salvadoreña necesitábamos conocer el terreno donde comenzaríamos la guerra revolucionaria. Recorrimos en largas caminatas barrios superpoblados, quebradas increíblemente habitadas y villas de impresionante miseria que rodeaban la capital. Sin embargo, los aprendices de guerrilleros que nos fuimos a vivir a aquellos lugares sólo nos preocupábamos de no ser detectados por la policía, no supimos de ventas de drogas, crimen organizado y guerras entre pandillas. Ni la violencia autoritaria del Estado ni la revolucionaria de la guerrilla tenían entonces competidores.
Los conflictos que existían en el mundo antes de los noventa eran guerras entre dos bandos que tenían algunas reglas, el terrorismo normalmente venía de dictaduras y los hombres bomba eran casi inexistentes. Comparando aquellos conflictos con los actuales, descubriremos que ahora es difícil entender e identificar a los múltiples contendientes involucrados en una misma guerra. Mary Kaldor, académica británica, en su libro New and Old Wars, los califica como una “mezcla de guerra, crimen y violaciones a los derechos humanos”. Kaldor concluyó que se había producido un profundo cambio en las nuevas guerras. La violencia es ahora fragmentada, multidireccional, sin reglas, sin propósito claro y sostenida por una economía informal-criminal. Algo así como en una lucha de todos contra todos. El resultado no es la victoria de un bando, sino la fragmentación de la sociedad y la privatización de la violencia, con la consiguiente pérdida del monopolio de ésta por parte del Estado. Una lucha entre el mundo cosmopolita que requiere tolerancia y civismo versus particularismos violentos movidos por intereses religiosos, étnicos, nacionalistas o simplemente delictivos.
En Latinoamérica no tenemos por el momento conflictos étnicos o religiosos; sin embargo, enfrentamos lo que algunos califican como guerra civil continental contra el crimen organizado, las pandillas urbanas, la delincuencia común y la violencia social. La producción y tráfico de droga está conectada con la globalización cosmopolita, pero en nuestros países genera fragmentación social. Múltiples grupos armados buscan cooptar y corromper instituciones, dominar territorios y controlar población, mercados y rutas. Este fenómeno supera en extensión a las insurgencias políticas que existieron durante la Guerra Fría, y en distintas proporciones afecta a todos los países. El despliegue policial y militar por aire, mar y tierra que desarrollan los gobiernos no tiene precedentes; éstos intentan recuperar el control de instituciones, mares, fronteras, costas, ciudades y selvas que han caído en manos de los delincuentes.
Brasil está en guerra contra pandillas que dominan grandes zonas urbanas; Guatemala y Honduras están fragmentadas por poderosas mafias, la costa atlántica de Nicaragua es un narco-territorio, Colombia combate contra guerrilleros de izquierda y paramilitares de derecha que ahora son narcotraficantes, en El Salvador las maras superan en número a las guerrillas de los ochenta, México tiene seis Estados en emergencia intervenidos por fuerzas federales, y el mayor peligro de la transición cubana no es una guerra entre cubanos, sino que el crimen organizado tome control de la isla.
La violencia política ha sido un agente de cambio y muchas de las libertades que ahora conocemos están conectadas con protestas o rebeliones. Sin embargo, bajo el escenario descrito, ¿puede la violencia revolucionaria ser un agente de cambio? Cuando la huelga de la Universidad Autónoma de México en 1999, los liderazgos lumpen de ésta, por ejemplo el Roco, quien tenía 30 años de estudiante y varios arrestos por drogas, contrastaron con la alta calidad intelectual de quienes encabezaron la lucha estudiantil de 1968. Después de quince años de paz en El Salvador es frecuente que pandilleros de la “salvatrucha” participen en protestas callejeras, en una de éstas un personaje lumpen asesinó a tiros a dos policías e hirió a diez más. En Colombia, las FARC transitaron del fundamentalismo ideológico a primeros productores mundiales de cocaína. Premeditado o no, guerrilleros mexicanos cooperan con los narcotraficantes al ejecutar sabotajes a oleoductos, precisamente en el momento en que el país está amenazado por el crimen organizado, y cuando paradójicamente el congreso aprobó una avanzada reforma política electoral.
Existe una lumpenización de la violencia de la izquierda. Esta violencia es promovida por viejos y frustrados ideólogos izquierdistas, pero llevada a cabo por jóvenes activistas que son reclutados y actúan en aguas dominadas por una violencia delictiva que es social, financiera y territorialmente muy poderosa. Que protestas sociales deriven en violencia espontánea es algo que excepcionalmente ocurre en cualquier parte, pero con el escenario descrito, alentar sistemáticamente la violencia callejera y deslegitimar a las instituciones de las democracias nacientes es multiplicar la impunidad y la inseguridad. La generalización del desorden ayuda a grupos criminales y coloca la demanda por seguridad encima de las demandas sociales. Esto abre las puertas a los autoritarismos de mano dura.
La izquierda necesita hoy más que nunca de paciencia, paz y legalidad. El romanticismo guerrillero de las viejas izquierdas es ahora reaccionario. El mayor peligro para estos nuevos “combatientes” de la izquierda no es morir como héroes, sino acabar de mafiosos o terroristas.

Ruth Wedgwood y Keneth Roth publicaron en la revista Foreign Affairs (julio-septiembre del 2004) un texto sobre cómo debería tratar Washington a los terroristas:

http://www.foreignaffairs-esp.org/20040701faenespresponse040319/ruth-wedgwood-kenneth-roth/combatientes-o-criminales-como-deberia-tratar-washington-a-los-terroristas.html?mode=print

Nombramientos papales

Nuevo director y subdirector del «L'Osservatore Romano»
Giovanni Maria Vian, sustituye a Mario Agnes, quien ocupaba este cargo desde 1984, quien ha sido nombrado por el Papa director emérito. La Santa Sede anunción también el nombramiento como subdirector del mismo periódico al periodista italiano Carlo Di Cicco.
Maria Vian se convierte en el undécimo director de «L'Osservatore Romano», cuyo lanzamiento tuvo lugar hace 146 años: 1 de julio de 1861.
Es doctorado en Letras, se especializó como paleógrafo y archivero en la Escuela Vaticana de Paleografía y Diplomática, archivero en el Archivo Secreto Vaticano y bibliotecario en la Biblioteca Apostólica Vaticana.
Es historiador del Cristianismo y catedrático de Filología Patrística en la primera universidad civil de Roma, La Sapienza, civil.

Es profesor universitario de tal disciplina y de Historia de la Tradición y de la Identidad Cristiana; ha impartido cursos y seminarios en las universidades de Nápoles, Valencia, Venecia, Turín, Aix-en-Provence, Salamanca, Macerata y Milán.
Es miembro del Comité Pontificio de Ciencias Históricas; pertenece al Consejo Científico de la revista «Anuario de Historia de la Iglesia» editado por la Universidad de Navarra (España) y es redactor del Instituto de la Enciclopedia Italiana, donde formó parte del Comité Científico de la «Enciclopedia dei papi» («Enciclopedia de los Papas»).
Ha estudiado la interpretación de la Biblia en el judaísmo y en el cristianismo, el judaísmo helenístico, el arrianismo latino, el catolicismo en los siglos XIX y XX, y el papado contemporáneo.
Es autor de unos ochenta ensayos y varios volúmenes, entre ellos «Bibliotheca divina. Filologia e storia dei testi cristiani» (2001, tres ediciones), una historia de la Biblia y de los textos de la tradición cristiana publicada en español por «Ediciones Cristiandad» (2005, dos ediciones) de Madrid con el título «La biblioteca de Dios».
Es editorialista y colaborador de diversos medios, entre ellos el diario católico italiano «Avvenire».
Por su parte Carlo Di Cicco, es periodista desde los inicios de los años setenta. Fue redactor jefe de la agencia italiana ASCA, encargado de la información social y vaticana.
Colaborador de numerosas publicaciones religiosas italianas, ha sido encargado editorial de «Vidimus Dominum», el primer órgano informativo internacional cotidiano en Internet sobre la vida consagrada.
Autor de numerosas publicaciones de espiritualidad, información y nuevas tecnologías, está casado y es padre de dos hijos.
«L’Osservatore Romano», cuyo primer ejemplar fue publicado el 1 de julio de 1861, es publicado diariamente en italiano y cuenta con ediciones semanales en español, francés, inglés, portugués, alemán, polaco e italiano.
La edición diaria en italiano, además de publicar los discursos del Papa y noticias de la Santa Sede, cuenta con secciones de actualidad internacional, italiana y local de Roma, así como con amplias páginas culturales y sobre la vida de la Iglesia y espiritualidad.
Las ediciones semanales en diferentes idiomas ofrecen sobre todo las traducciones de los discursos del Papa y de los documentos vaticanos, así como noticias, documentación y artículos de fondo sobre la vida de la Iglesia en el mundo.

La opinión de Martínez Assad

Hidalgo: a cada quien su mito/Carlos Martínez Assad, sociólogo e historiador
En el panteón laico, ¿cuál es el lugar que ocupa el llamado padre de la patria?
Publicado en La Jornada, 2009/2007;
Los festejos del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución Mexicana se han convertido en una suerte de pila de agua bendita, donde todas las autoridades meten las manos, mientras la sociedad civil está ausente. En días pasados (La Jornada, 18 de septiembre), Humberto Moreira Valdés, gobernador del estado de Coahuila, aseguró que la imagen de Miguel Hidalgo y Costilla no corresponde a la realidad. Agregó que la que conocemos los mexicanos se debe a la insidia de Maximiliano, quien hizo posar a un sacerdote belga para darnos una imagen apócrifa de Hidalgo.
De haber leído a un historiador tan reconocido como Ernesto de la Torre Villar, se habría enterado que la idea de dejar plasmada la figura de Hidalgo venía de muy atrás, mucho antes de ser llamado el “padre de la patria”. Desde el temprano 23 de enero de 1811 se encontró en el colchón de la casa del capitán José María Obeso un proyecto de monumento que ya lo representaba y que las autoridades españolas consideraron “insolente efigie”.
Se tiene noticia de que en 1819 se erigió el primer monumento, pero se desconoce el sitio donde se ubicó. En 1826, la revista Iris, de Claudio Linati, Fiorenzo Galli y José María Heredia, prometió divulgar “los semblantes venerables de los caudillos de la revolución”, y en las primeras placas representaron a Hidalgo, Morelos y Guadalupe Victoria. Más adelante, Lorenzo de Zavala propuso que se erigiera su escultura en el Monte de las Cruces, que fue aceptada hasta 1851, pero la idea terminó en Toluca y la estatua de Hidalgo fue diseñada por Joaquín Solachi y José María Monroy.
Cuando llegó Maximiliano a México, en 1864, su pensamiento liberal y su afán de agradar a los mexicanos le hizo concebir varios proyectos. En el primer septiembre que pasó en el país hizo colocar la primera piedra de una columna a los héroes de la Independencia en la Plaza de la Constitución de la ciudad de México. Cuando visitó el taller de Miguel Noreña le impresionó la escultura de Vicente Guerrero que realizaba. Decidió entonces encargar la de José María Morelos y Pavón al italiano Antonio Piati. No entendía por qué los mexicanos no habían divulgado los rostros y las hazañas de los héroes nacionales; entonces pidió a Santiago Rebull, con su grupo de discípulos, que los pintara.
Correspondió a Joaquín Ramírez realizar el retrato de Hidalgo en 1865, para lo cual se basó en una escultura de madera atribuida a Silvestre Terrazas, pero también existía un retrato de Antonio Serrano realizado 20 años después del fusilamiento de Hidalgo y él había conocido a un hermano del héroe, a quien la familia le atribuía enorme parecido.
Al término de la guerra en contra de la intervención, Benito Juárez se encargó de divulgar aún más la idea de Hidalgo como padre fundador, empresa que continuó con ahínco Porfirio Díaz, inspirado en los liberales, quienes sellaron la idea de que el indiscutible “padre de la patria” era el cura Hidalgo. Su culminación fue el Monumento a la Independencia, inaugurado en 1910, después de una década de penosos trabajos.
El panteón laico consagró así a su santo por antonomasia; ya poco importaba el verdadero rostro, sino su representación mítica y movilizadora. La misma a la que recurrieron todos los artistas para hacer la imagen oficial, porque lo importante eran las coincidencias y su uso político. Aun ahora es difícil no tener en mente, cuando se habla de Hidalgo, el impresionante mural de José Clemente Orozco en el Palacio de Gobierno de Jalisco, que a lo mejor no se parece físicamente tanto al verdadero, pero poco importa; expresa la fuerza del mito, construido a lo largo de dos siglos, de quien iniciara la rebeldía que dio inicio a la nación mexicana.

Calderón y Chertorivsky

Discurso del Presidente Calderón -y de Issac Chertorivsky- en la reunión con los 300 líderes de México; viernes, 21 de Septiembre de 2007;
Muy buenas tardes, queridas amigas, queridos amigos.
Me da muchísimo gusto compartir con ustedes este almuerzo a invitación de Jorge y de Raúl Ferráez, de Líderes Mexicanos.
Es un gran gusto el poder estar con ustedes en esta presentación, en esta reunión, en esta convocatoria que la Revista Líderes hace con 300 de las mexicanas y los mexicanos más influyentes en la vida nacional.
Me da gusto además observar el fortalecimiento de este proyecto editorial, que como ya explicaba Jorge aquí, tuve la oportunidad de conocer hace una década y media.
Pienso que siempre las ideas y las experiencias de mexicanas y mexicanos destacados que ofrece esta revista de manera muy original, marcan ejemplos, testimonios y vivencias para seguir en nuestra generación.
Es un honor también ver en cada una y en cada uno de ustedes, mujeres y hombres que han brillado con luz propia en la empresa, en la economía, en la política, en el arte, en la cultura, en el deporte.
Mexicanas y mexicanos que han demostrado cualidades de dirección, de conducción, de liderazgo, las cuales se ejercen además en beneficio de México.
Señalaba también Jorge en su mensaje, que una de las características que ha encontrado en aquellas y aquellos a quienes entrevistan, es el tener un sueño, una visión.
Y quizá lo que yo pueda reflexionar este viernes, tiene que ver con esto. Estoy convencido que la clave, no sólo de ser líder o pretenderlo, la clave de vivir con sentido en este mundo es creer, es creer en algo, es creer en algo intensamente, ser capaz de soñar, ser capaz de imaginarlo, creer en algo firmemente.
Creer en algo implica también tener la fuerza para sostenerlo, no sólo la fuerza, sino la congruencia vital, escasa en nuestro tiempo, de ser coherente entre lo que se piensa y lo que se dice y todavía más escasa y quizá especie en extinción, la congruencia entre lo que se piensa y lo que se hace.
Ortega y Gasset, hace ya muchísimos años, aportó al análisis nuestro el estudio de la historia en base a generaciones y mencionaba que la historia se escribe, precisamente, no en una masa uniforme, impersonal, sino más bien en la cadencia que se siguen unas generaciones a otras, que cada generación era una minoría selecta y su muchedumbre lanzada a la existencia con una trayectoria vital determinada.
Yo no sé si esta lista de 300, ó de 500, ó de 100, ó de 20, ó de 10, sea una lista adecuada, quizás ni somos todos los que estamos ni están todos los que son, no lo sé.
Lo que sí creo, lo que sí sé, es que cada una y cada uno de ustedes tiene algo qué hacer, que cada una y cada uno de nosotros tuvo más oportunidad en este México quebrado por el dolor de la injusticia y la desigualdad.
Tuvo mucho más posibilidades que cualquier otro, tuvo más posibilidades que una niña que ni siquiera llegó a los dos años de edad en la montaña de Guerrero.
Tuvo más oportunidades que un tarahumara en la Barranca del Cobre, tuvo más oportunidades que una joven en las orillas de Chimalhuacán que ha sido prostituida a sus 13 años en La Merced en la Ciudad de México.
Tuvo más oportunidades de ser y de hacer, y este México tiene más que exigirle a ustedes que a esa niña que está en La Merced, tiene más que exigirle a ustedes que hemos tenido oportunidades de aprender, vivir y de ser, que a esos jóvenes que están en la montaña alta de Guerrero o de Oaxaca o de la Barranca del Cobre.
Tiene más que exigirnos, que a los que están ahora levantando su puesto ambulante en uno de los ejes de la Ciudad de México, tiene más que exigirnos a nosotros, que a quienes están levantando ahora una cosecha que no les dejará ni para comer los próximos dos meses.
Pienso que esta minoría selecta, esta élite tiene una responsabilidad enorme con su generación y con nuestro tiempo; pienso que esta minoría selecta que a final de cuentas marca cadencias en una generación, tiene mucho más que hacer que los demás.
Y lo que nos decía Ortega y Gasset es que estas generaciones eran como ejecutores de una larga sinfonía, ni más ni menos que la sinfonía de la historia, y hay momentos en que hay generaciones que se pierden, se hunden, se callan, se opacan en la mediocridad, se opacan en el miedo, en el temor, en la desesperanza, en la inercia.
Hay generaciones y sus minorías selectas que nunca se asumen corresponsables de su tiempo, y entonces, como una sinfonía mal ejecutada, como una terrible distorsión, como un colectivo desafinamiento que rompe la continuidad de la música, que hace un estruendo, un chirrido ofensivo incluso a quien escucha, lo que era una larga sinfonía; entonces la historia y la continuidad del hombre se pierden.
Cuántas veces en nuestro México se ha roto nuestro tiempo, cuántas veces hemos perdido, cuántas crisis económicas en nuestro México reciente han mandado a más de la mitad de los mexicanos a la miseria otra vez.
Cuántas fortunas se han construido sobre la sangre y sobre el dolor de esa mitad de mexicanos.
Y más atrás, cuántas batallas hemos perdido, cuánto territorio, cuánta mediocridad hemos aportado entre todos para hacer de este país enorme, bendito por sus recursos naturales, por su historia, por su identidad, uno más entre el ciento de países que pueden hacerlo, pero que no lo han hecho.
Pero a veces también, amigas y amigos, hay momentos de lucidez, de esplendor, en que esa minoría, esa minoría selecta, ese pequeñito grupo de empresarios, de intelectuales, así llamados; ese pequeño grupo de periodistas y de deportistas y de artistas y de políticos y de servidores públicos y de trabajadores, hace a un lado la gran tentación humana de quedarse sentado a la orilla del camino, hace a un lado la gran tentación humana de quedarse simplemente a descansar los fines de semana, hace a un lado la gran tentación humana de poner a salvo el pellejo y no hacer absolutamente nada que nos comprometa, hace a un lado las grandes tentaciones humanas de ser igual que siempre, y de apostarle un poco más a trascender y a pensar en algo distinto.
Y entonces es cuando esas minorías selectas y sus muchedumbres que la siguen transforman la historia y entonces la sinfonía se ejecuta distinto y entonces la música del tiempo y la historia del hombre es verdaderamente trascendente, entonces estamos hablando de una cosa absolutamente distinta a cualquier especie.
Eso es, entonces, lo que yo entiendo cuando verdaderamente existen y se ejercen verdaderamente los liderazgos, es cuanto implica el ser líder, el ser capaz de trascender, el ser capaz de creer y cuando entre los que creen que hay alguien que es congruente y cuando el que es congruente es no sólo entre lo que piensa y lo que dice y lo que guarda, sino entre lo que piensa y lo que hace, y cuando el que es congruente es capaz de sacrificar y de mover, y cuando el que piensa, cree y hace lo que es congruente, es capaz de escapar a lo que los demás dicen, es capaz de ser, como dice Eliot, el fugitivo.
El fugitivo, porque según él, en un mundo de fugitivos el que toma la dirección contraria parece ser el que huye.
Cuando alguien es capaz de ser fugitivo en un mundo que huye, es entonces cuando verdaderamente pueden escribirse las cosas completamente distintas.
Hay ciertos mandamientos que Gandhi heredaba a la gente de su tiempo, yo citaría quizás sólo tres de los siete que nos ha dejado:
Cuáles son los pecados de la humanidad, los vitales; cuáles son los pecados capitales, los siete que nos dejan a ustedes y a mí, las responsabilidades que nos toca vivir y acompañar.
Son acaso los tradicionales, los de la vieja filosofía tomista, los del Éxodo, quizás estos pueden quedar ahí, reflexiones propias.
Pero pecados nuestros verdaderamente son: uno, hacer política sin principios; hacer comercio sin moral, hacer oración sin sacrificio, hay muchos otros.
Pero a quienes tienen la responsabilidad de estar enfrente de otros que los ven y que los siguen, no pueden fallar.
Amigas y amigos:
Allá afuera, hay un México, ciento cinco y pico millones de mexicanos esperando a ver a qué horas hay una fuerza nacional capaz de entenderse y hablar.
Hay un liderazgo, una minoría selecta en la cultura, en la economía, en la empresa, en la política, en el deporte, capaz de mover a este país en una dirección distinta al lamento eterno, que nos han enseñado a ser.
Una minoría capaz de creer que México puede ser distinto del México del ya merito, y del ahí se va, y de que tienen la culpa los gringos, o tienen la culpa los empresarios, o tienen la culpa los políticos, o tienen la culpa otros.
Un México distinto al que se queda quieto, callado, resignado; un México distinto al que se acobarda frente al que tiene una AK-47 y hace lo que se le da la gana porque los 105 restantes, los 105 millones simple y sencillamente no están en la menor disposición de arriesgar absolutamente nada.
Un México distinto al de la oruga docta que pontifica y se sube allá a su torre de marfil y que tarde o temprano queda convertida en pedestal de imbéciles.
Un México distinto verdaderamente al que nos enseñó a agacharnos, a resignarnos, a esperar, a criticar y a ver a qué hora pasa una cosa como por arte de magia, como por milagro, como por resignación plena que vierte a las divinidades nuestras tan poderosas, el cambio de la historia.
El cambio de la historia, amigos, es responsabilidad absolutamente nuestra, es responsabilidad de los millones de mexicanos que somos, sí, pero especialmente quienes han sido marcados por un privilegio o por una especialidad.
Quienes han sido llamados por sus compañeros, por sus amigos, que por estos jóvenes entusiastas y audaces como los que dirigen la Revista Líderes, quienes han sido llamados líderes de México.
A mi lo que me queda de reflexión es simplemente, primero, un sentimiento de gratitud por esta reunión, por este ejercicio verdaderamente estimulador que han hecho los Ferráez durante muchos años.
Segundo. Un compromiso, un compromiso de no quedarse ni callado ni sentado ni atemorizado ni paralizado.
Tercero. Una convocatoria, una convocatoria a si de líderes se trata, amigas y amigos, más vale ser y no parecer, más vale como decía Herrera y Lazo: servir y no brillar, más vale ser vivientes y no supervivientes de la historia nacional, porque la nuestra no es comedia, ni tragedia, sino drama, un drama intenso que tiene muchos espectadores, pero muy pocos protagonistas de verdad.
Y finalmente, una invitación a creer, a creer en algo, a creer firmemente en algo que heredar a los que nos suceden, a creer en México, es lo único que tenemos y a final de cuentas, lo único grande que podemos heredar.
Y si al final del camino, a pesar de la adversidad, a pesar del viento en contra, a pesar del escepticismo que nos hace dormir sin soñar, es posible entonces, transformar la historia en el momento que nos ha tocado vivir, entonces, estar tranquilos en consciencia plena ante quien verdaderamente puede juzgar sin hacer drama.
En pocas palabras amigos, yo los invito a ser lo que se dice que somos, a soñar con fuerza, a creer en lo que soñamos, a ser congruente entre lo que soñamos, decimos y hacemos y, sobre todo, a creer y a creer firmemente en México, a transformarlo, a hacerlo, a transformarlo con audacia, con fuerza, a ser capaces de responder y de rebasar los límites de lo humanamente esperable, los límites de lo conservador, de lo sensato, de lo prudente; a transformar a nuestro país en el México que queremos, un México fuerte y seguro de sí mismo.
Un México limpio, un México ganador, un México competitivo, un México justo, en el México que verdaderamente está llamado a ser, el México que será si los líderes mexicanos son capaces de responder a tal título que hoy, gracias a la benevolencia de los hermanos Ferráez, nos ha sido concedido.
Así que, amigas y amigos, transformemos a México y entonces sí nos llamaremos líderes del país.
Gracias.
Palabras de Isaac Chertorivsky Presidente de Casa Estrategia y miembro del Consejo Editorial de la Revista Líderes Mexicanos.
Ciudadano Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa.
Secretarios de Estado, gobernadores, líderes mexicanos, muy queridos Raúl y Jorge Ferráez.
Hace unos días con mi amigo Raúl Ferráez desayunaba y me comentó que él y Jorge habían decidido que diera unas palabras en nombre de los 300 líderes en esta comida.
La verdad mi primera reacción fue, y yo por qué. Lo acepté definitivamente por el enorme cariño y respeto que les tengo a Raúl y Jorge, a quien debemos reconocer su gran profesionalismo y don de gentes, ya que desde hace 16 años en su revista presentan vivencias, experiencias, anécdotas y hablan positivo.
Estaba comentando haya en la mesa que hace muchos años yo tengo un amigo que se dedica a la prensa que me decía: si no es mala noticia, no es noticia.
Y los Ferráez han hecho que las vivencias sean compartibles y eso que hay reconocerles, a ellos mi cariño y mi amistad y por qué no les damos un aplauso porque luego nos vamos y no los vamos a reconocer.
Yo me llamo Chertorivsky, mexicano de un apellido bien largo, con este apellido ya hay cuatro generaciones nacidas en México: una, dos, unos descansan y las niñas corren, cuatro generaciones, mis abuelos llegaron de Ucrania en los 20, llegaron sin nada traían un chomovar y sólo buscaban una oportunidad, aquí la tuvieron.
Mi padre nació en la Ciudad de México, mi mamá en Pachuca, Hidalgo, qué buen trabajo han hecho en el sur, verdad. Yo recuerdo, Presidente, en 1989 tuvimos la oportunidad de ir a la Unión Soviética a conocerla, todavía era la Unión Soviética.
Salomón tenía 14 años, Rita tenía 11, al regreso en un desayuno en la casa los llevaba a la escuela de la mano y de repente Rita me dice: oye, papá, qué suerte tuvimos que los abuelos vinieran a México.
No tienen idea ustedes del privilegio de vivir en México.
Mi familia no fue de recursos grandes, mi madre partió hace tres semanas de Atlixco, su departamento rentado, 59 años estuvo ahí y algunos amigos me decían: aquí, sí aquí vivimos siempre, en el departamento rentado del edificio dos que hizo Abraham Zabludovsky, en el cuatro vivía Jacobo y sus papás y sus sobrinos, eran un chorro en un departamento de 130 metros cuadrados. Mi papá tenía su tienda en Correo Mayor, se iba y regresaba en metro, antes en camión, porque no había metro, hasta el 67.
En ese entorno crecí, pero cuando era joven tomé algunas decisiones en mi vida, pensar en grande, chin, no quería ser comerciante, era una friega y no quería vivir en Atlixco, a pesar de que es padrísimo, ahora la Condesa está de moda, pero.
Segundo. Tomé otra decisión, ser agradecido, quien algún día me dio la mano, nunca, nunca la traicioné.
Tercero. Tomé la decisión de saber hacer amigos, es un privilegio de la vida saber hacer amigos.
Y cuatro. Dije en esta vida hay que tomar decisiones y ser valiente.
Y una de las grandes decisiones que tuve que tomar, porque fueron siempre intensas, ahorita les platicaba a la Secretaria, a Juan Camilo, es cómo escogí carrera, eran épocas donde, yo quería ser líder, me fui y dije, si estudio administración en la UNAM tengo chamba de gerente, si termino soy líder.
Y esa fue la decisión estratégica de haber estudiado administración en la UNAM, y como dato curioso llego con mi mamá y le digo: mamá ya me inscribí a la carrera de licenciado en administración, en la Facultad de Comercio de la UNAM, veo a mi mamá así con unos ojos de tristeza y me dice: que hubiera querido que estudiar medicina, ingeniería, abogado o algo más importante, es que tu papá ha sido comerciante toda la vida, pero le dije es que la Facultad de Comercio no va a ser comerciante, cuando acabe me van a contratar de gerente de algo.
Y aquí lo tengo escrito, que no me lo van a creer, pero cuando entré a la carrera aprendí otra cosa muy importante, Enrique Borja y Aarón Padilla, aunque no lo crean, yo soy bastante menor que ellos, fueron mis compañeros de clase, Presidente.
O sea, imagínense ustedes para un muchacho de la calle de Atlixco, su papá comerciante, que los ídolos del fútbol en ese país venían a estudiar conmigo, porque tenían que jugar fútbol, entonces yo les tenía que soplar, no.
Y, luego me platicó un día Aarón y Enrique que venían mucho a comer a mi casa y quizá no tanto por estudiar, sino porque mi hermana les gustaba.
Pero bueno, perdón Presidente, me dijeron que tenía que ser serio en esto.
Pero sí aprendí algo de Enrique y Aarón, eran muy buenos amigos, eran gente buena y ese era un equipo de amigos, y Enrique Borja, toda la vida, imagínense ustedes, nos sentábamos a lado en la clase en la UNAM hace 40 años y ellos eran los ídolos.
Yo, todos preguntaban quién es el que estaba "Cherto": es Enrique Borja y Aarón Padilla, "El Gansito", pero Enrique y Aarón me enseñaron una cosa.
Todo mundo decía Enrique no sabe jugar fútbol, metía 30 goles en cada una de las temporadas, buen amigo, le servían y sabía concretar. Aprendí lo que era trabajo en equipo. A ellos les debo que sepa yo lo que es trabajar en equipo.
Vale la pena comentar que yo me sentía líder y de repente un día, en 1968 mi papá en su tienda lee un periódico, Últimas Noticias y dice: Agitador de nacionalidad rusa detenido en Coapa.
Mi papá desde su tienda le habla a mi mamá y le dice: a mi no sé por qué me late que el detenido es tu hijo.
Entonces, tengo el orgullo que fui el primer alumno de la Facultad de Comercio y Administración, bastante apolítica, que fue detenido en el 68 y el privilegio que me mandaron a Gobernación por el apellido. Soy mexicano, cuatro generaciones.
Y así empezó este líder que quería ser gerente de algo y desde 1980 empecé a entender cuando fui Vicepresidente Ejecutivo de una compañía que se llama Bacardí, entender lo que era el management o lo que era la administración, y llegué a un triángulo que era muy importante en materia de administración que yo tuve.
Uno. Tenía que cubrir ventas y dividendos para los accionistas; punto uno, dales un buen dividendo, porque tenía que haber un balance.
Dos. Los mejores sueldos, las mejores prestaciones y el mejor clima de trabajo.
Yo tengo el orgullo que ahí le pusieron CIMA, Bruno me mandó una carta hace poco y me dice: en los 14 años ó 15 que fuiste presidente, en todas las encuestas de nosotros Bacardí siempre ocupó el primer lugar en todas las áreas de clima de trabajo.
Cuidé a mi gente como nadie.
Y la tercera. Era ser buen ciudadano, una compañía tenía que pagar honestamente sus impuestos y por el otro lado participar con compromiso con el país.
De ahí decisiones que uno toma como presidente de Compañía, yo vendía alcohol y sin que nadie nos pidiera yo incluí en cada mensaje de la compañía un mensaje de educación: "Bacardí no combina con el volante, la calidad es responsabilidad de Bacardí Compañía", "La cantidad es responsabilidad de usted", etcétera, dedicaba el 30 ó 40 por ciento los mensajes a la educación, porque sabía que teníamos un compromiso y una responsabilidad. No vendíamos nada ilícito, pero también teníamos que educar.
Y de ahí en paralelo, pues mi vida, Presidente, fui Presidente del Consejo Nacional de la Publicidad y lo primero que dije es: "Vamos a jalar parejo"; fui Presiente de la Fundación de Investigaciones Sociales que hizo la exposición de 30: "Esplendores de 30 siglos en Nueva York".
Fundamos Con México, Con México es un grupo de las 46 empresas más grandes, fui el primer presidente del consejo durante cinco años, soy Presidente de la Fundación UNAM, entre otras cosas rescatamos, ayudamos al prestigio de esa gran institución y bueno, casi 80 mil alumnos en estos seis años, que he sido presidente, han sido becados.
En fin, aprendí que había que aportar algo más que vender, cobrar, dar utilidades y cuidar a mi gente, y ese algo más era ser agradecido, ser buen amigo, cuidar el país.
Ahora, hablando de liderazgo, hace casi dos décadas yo encontré un anónimo que lo quiero traer hoy a la mesa, Presidente, un anónimo que decía los 10 Mandamientos Paradójicos del Liderazgo, lo voy a leer, porque en este grupo todos son líderes, todos son importantes, todos son de prestigio y todos son fuertes, pero esto lo encontré y cada que lo leía decía. Sigue Isaac:
Las personas no son razonables, son ilógicas y egocéntricas, ama a la gente, confía en ellas de cualquier manera.
Si haces el bien, la gente te acusará de egoísmo y motivos escondidos, haz el bien de cualquier manera; si tienes éxito ganarás falsos amigos y verdaderos enemigos, ten éxito de cualquier manera.
El bien que hagas hoy será olvidado mañana, haz el bien de cualquier manera; la honestidad y la franqueza te hacen vulnerables, sé honesto y franco de cualquier manera.
Los más grandes hombres, con las más grandes ideas, pueden ser aplastados por los hombres más pequeños, con las mentes más pequeñas, piensa en grande de cualquier manera.
La gente simpatiza con los débiles, pero sólo sigue a los fuertes, pelea por algunos débiles de cualquier manera.
Lo que nos lleva años construir, puede ser destruido de la noche a la mañana, construye de cualquier manera; la gente realmente necesita ayuda, pero puede que te ataque si lo ayudas, ayuda a la gente de cualquier manera.
Dale al mundo lo mejor de ti, a lo mejor te patearán los dientes, dale al mundo lo mejor que tengas de cualquier manera.
Y ese fue el decálogo que empezó a regir mi vida, por eso los invito hoy a que demos por nuestra Patria, por nuestro México lo mejor de nosotros mismos.
Hoy muchos de nosotros tenemos el privilegio de conocer al Presidente Calderón; Presidente, usted reúne las cualidades que necesita el líder de este país, porque hoy tenemos un Presidente que es un hombre de Estado.
Presidente, usted reúne la inteligencia y la firmeza, es un hombre sensible, excelente ser humano, un Presidente que es un hombre de familia, un Presidente que ha sido valiente y que siempre ha remado contra corriente.
Un Presidente de principios y valores, que ha empezado a conducir el país hacia el progreso, que ha permitido que se rompa el letargo del Poder Legislativo, 10 años de inmovilidad, sí, Presidente los tiempos son nuevos, por eso los invito a todos ustedes a cerrar filas y sumar fuerzas, a dejar a un lado los intereses individuales para anteponer los intereses de la Nación, y así a jalar parejo.
No seamos un país de egoístas, esta elección estuvo dura, a Ugalde le tocó calificar medio punto de diferencia, seamos un país de hombres y mujeres comprometidos con el progreso, sólo si hay progreso se puede combatir la pobreza, por eso invito a todos los que estamos acá, que todos tenemos algún grado de influencia, que nos unamos al Presidente Felipe Calderón.
Hay diferencias, pero debe de haber un objetivo único y común que es México, y estoy seguro que con el Presidente Calderón el país va al progreso, porque necesitamos progreso para todos, sí, Presidente, con usted estoy convencido que habrá progreso en paz.
Gracias.