16 mar 2020

Qué ha hecho Corea del Sur para frenar la curva del coronavirus en una semana

Qué ha hecho Corea del Sur para frenar la curva del coronavirus en una semana/Javier Valls Prieto, rof. en Derecho Penal especializado en regulación ética y jurídica de la inteligencia artificial y la robótica, Universidad de Granada.

The Conversation, Domingo, 15/Mar/2020
Corea del Sur ha conseguido controlar la pandemia de coronavirus en un tiempo récord de solo una semana gracias al diagnóstico masivo de su población. Parte de la estrategia ha consistido en distribuir una aplicación para móviles en la que, aportando los datos personales (domicilio, edad, sexo y teléfono o correo electrónico de contacto), se gestionaba la información sobre la enfermedad.
En caso de que el diagnóstico fuese positivo, al usuario se le ofrecía una cita para realizar el test. La prueba se llevaba a cabo en un punto de encuentro al que el usuario se desplazaba en coche, y donde los sanitarios hacían el test sin necesidad de salir del vehículo, de forma rápida y bastante segura. El paciente recibía el resultado a las 24 horas en su dispositivo.
Por si fuera poco, el gobierno de Corea del Sur tenía un canal de información en el que cada usuario podía conocer cómo de afectada se encuentra su zona de residencia.

La fórmula para resistir el confinamiento por el coronavirus

 La fórmula para resistir el confinamiento por el coronavirus/ José Antonio Muela Martínez, Profesor Titular Departamento de Psicología, Universidad de Jaén.

The Conversation, Lunes, 16/Mar/2020
Se gastan cantidades ingentes de dinero en el cuidado de los afectados, así como en su diagnóstico y tratamiento. Se invierte en investigación para encontrar una vacuna. Y todo ello es necesario, imprescindible, sí. Pero no es suficiente.
Al fin y al cabo no tenemos que combatir una infección, sino dos. No hay un patógeno, sino dos. El COVID-19 tiene un índice de contagio y un período de incubación conocidos, pero el otro agente infeccioso es mucho más contagioso, más rápido y más peligroso. Es el miedo.
Emerge ante pensamientos como: “Dicen que esta enfermedad afectará al 70% de la población, seguro que seré uno de ellos”. ¿Y cómo aplaco el miedo? Frecuentemente dando una respuesta ineficaz. Por ejemplo, uso mascarillas que a mí no me protegen, pero a cambio limito su uso a quien está realmente contagiado y las necesita. Puedo ir al supermercado con tres carritos para llenarlos con lo que quede de pollo –que no me gusta–, además de todo el estante de yogures –aunque al final tenga que tirarlos cuando caduquen–, y, por supuesto, todo el papel higiénico que sea capaz de coger.

La prueba de estrés pandémica

La prueba de estrés pandémica/ Raghuram G. Rajan, former Governor of the Reserve Bank of India, is Professor of Finance at the University of Chicago Booth School of Business and the author, most recently, of The Third Pillar: How Markets and the State Leave the Community Behind.
Project Syndicate, Lunes, 16/Mar/2020
La pandemia del coronavirus ha tomado al mundo por sorpresa y ahora expondrá las flaquezas económicas subyacentes sea donde estén. Pero la crisis también nos recuerda que vivimos en un mundo profundamente interconectado. Si la pandemia tiene algún aspecto positivo es la posibilidad de una reformulación muy necesaria del diálogo público que centre la atención en los más vulnerables de la sociedad, en la necesidad de una cooperación global y en la importancia del liderazgo y la experiencia profesional.
Más allá del impacto directo en la salud pública, una crisis de esta magnitud puede desatar por lo menos dos tipos directos de golpe económico. El primero es un golpe a la producción, debido a la alteración de las cadenas de suministro globales. Suspender la producción de sustancias químicas farmacéuticas básicas en China altera la producción de drogas genéricas en la India, lo que a su vez reduce los envíos de medicamentos a Estados Unidos. El segundo golpe es a la demanda: en tanto la gente y los gobiernos toman medidas para desacelerar la propagación del coronavirus, el gasto en restaurantes, centros comerciales y destinos turísticos se derrumba.
Pero también está el potencial de las repercusiones indirectas, como la reciente caída de los precios del petróleo luego de que Rusia y Arabia Saudita no lograran llegar a un acuerdo sobre recortes coordinados de la producción. En tanto éstas y otras sacudidas se propaguen, las pequeñas y medianas empresas ya bajo presión podrían verse obligadas a cerrar, lo que deriva en despidos, pérdida de la confianza de los consumidores y mayores reducciones del consumo y la demanda agregada.
Es más, rebajas de calificaciones o incumplimientos de pago de entidades sumamente apalancadas (los productores de energía de esquisto en Estados Unidos; los países en desarrollo dependientes de las materias primas) podrían conducir a mayores pérdidas en el sistema financiero global. Eso podría restringir la liquidez y el crédito, y disparar un ajuste dramático de las condiciones financieras que hasta ahora han respaldado, y mucho, el crecimiento.
El desfile de posibilidades nefastas podría continuar. El punto más esencial a recordar es que la economía mundial nunca se recuperó plenamente de la crisis financiera global de 2008, y que nunca se abordaron por completo los problemas subyacentes que produjeron aquel desastre. Por el contrario, los gobiernos, las empresas y los hogares en todo el mundo han acumulado más deuda, y los responsables de las políticas han minado la confianza en el sistema de comercio e inversión global.
Sin embargo, aunque el mundo empezó con una mano débil, nuestra respuesta a la crisis del COVID-19 podría ser mucho mejor de lo que ha sido. La tarea inmediata es limitar la propagación del virus a través de pruebas generalizadas, cuarentenas rigurosas y distanciamiento social. Los países más desarrollados deberían estar bien posicionados para implementar estas medidas; sin embargo, Italia se ha visto sobrepasada por la epidemia –y la respuesta de Estados Unidos no ha inspirado precisamente confianza.
De cara hacia adelante, a menos que el coronavirus se erradique a nivel global, siempre puede regresar, o inclusive convertirse en una alteración estacional. Si no se descubre un tratamiento efectivo pronto (la droga antiviral remdesivir de Gilead actualmente parece prometedora), todos los países tendrán que elegir entre encerrarse por completo o impulsar un esfuerzo global para erradicar el virus. Considerando que lo primero es imposible, lo segundo parece la opción natural. Pero esto exigirá un grado de liderazgo y cooperación global que escasea en abundancia. La presidencia del G20 actualmente está en manos de Arabia Saudita, que está sumida en disputas internas y externas; y la administración del presidente norteamericano, Donald Trump, ha repudiado la acción multilateral desde el principio.
Aun así, algunos países clave podrían lograr mucho si dieran un paso al frente y lideraran una respuesta global, persuadiendo inclusive a más países sobre el valor de la cooperación. Por ejemplo, los países que han sido relativamente exitosos a la hora de manejar la epidemia, como China y Corea del Sur, podrían compartir las mejores prácticas. Y en tanto los países individuales empiezan a controlar el coronavirus al interior de sus fronteras, podrían enviar recursos ociosos a los países que necesitan personal médico más experimentado, respiradores, kits de prueba, mascarillas y cosas por el estilo.
Es más, finalmente se podría persuadir a China y a Estados Unidos de que revirtieran los recientes aumentos arancelarios y prescindieran de las amenazas de nuevos aumentos (como a los autos). Si bien una reducción temporaria de los aranceles no serviría de mucho para mejorar la inversión transfronteriza, al menos ofrecería un pequeño impulso a la actividad comercial. Por otra parte, un acuerdo podría mejorar el sentimiento comercial sobre la recuperación post-pandemia.
Al interior de los países, la tarea inmediata –después de implementar medidas para contener el virus- es respaldar a aquellos que están en la economía informal o con trabajos esporádicos cuya supervivencia se verá alterada por las cuarentenas y el distanciamiento social. Quienes son más vulnerables económicamente también tienden a ser aquellos que carecen de acceso a la atención médica. Por lo tanto, como mínimo, los gobiernos deberían ofrecer transferencias de dinero a estos individuos –o a todos, si las poblaciones vulnerables son difíciles de identificar- así como una cobertura por gastos médicos relacionados con el virus. De la misma manera, tal vez haga falta una moratoria sobre el pago de algunos impuestos para ayudar a las pequeñas y medianas empresas, así como garantías de préstamos parciales y otras medidas para mantener el flujo de crédito.
En los países desarrollados, en particular, la pandemia pronto revelará que mucha gente se ha sumado a las filas de la precariedad laboral en los últimos años. Este grupo tiende a estar conformado por jóvenes, e incluye a muchas personas que viven en lugares “abandonados”. Por definición, quienes están en una condición de precariedad laboral carecen de las capacidades o de la educación necesarias para garantizarse empleos estables con beneficios y, por ende, tienen una participación menor en “el sistema”. Las transferencias de dinero enviarían el mensaje de que al sistema todavía le importa. Pero, por supuesto, será necesario hacer muchas más cosas para expandir la red de seguridad social y brindarles nuevas oportunidades a los marginados económicamente.
Los partidos y los líderes populistas han capitalizado políticamente la situación de la marginalidad laboral, pero no han podido cumplir sus promesas –inclusive donde realmente ejercen el poder-. La pandemia puede aquí también tener un aspecto positivo. Los gobiernos que han debilitado a las agencias de prevención de desastres y a los protocolos de alerta temprana en vigencia hoy se dan cuenta de que, después de todo, necesitan profesionales y expertos. El COVID-19 ha sido rápido para exponer el amateurismo y la incompetencia. Si a los profesionales se les permite hacer su trabajo, pueden restablecer parte de la confianza perdida de la población en el establishment.
En la arena política, un establishment profesional más creíble tendrá la oportunidad de impulsar políticas sensatas que aborden los problemas que enfrenta la gente en situación de precariedad laboral sin dar lugar a una lucha de clases. Pero estas oportunidades no durarán para siempre. Si los profesionales no logran capitalizarlas, la pandemia no ofrecerá ningún aspecto positivo –sólo más miedo, división, caos y miseria.

La pregunta a modos de un “periodista” de Palacio Nacional...

La pregunta a modos de un “periodista” de Palacio Nacional...-Buenos días, presidente; buenos días, funcionarios.
Veintiocho columnistas y reporteros dependientes de periódicos y portales de internet son los que ahora forman parte del staff de la desinformación en México. En ese sentido, presidente, yo quisiera decirle algunos datos a la gente que nos escucha, le voy a dar un reporte de fallecimientos por día en el mundo, cosa que no hacen los reportes en México, no sé si en otros países del mundo.
Tuberculosis, tres mil 14; hepatitis B, dos mil 430; neumonía, dos mil 216, VIH/sida, dos mil 110; Malaria, dos mil dos; shigelosis, mil 644, causa diarrea severa, mata a niños jóvenes; rotavirus, mil 233.
Influenza, que en el 2009 obviamente el gobierno del PAN, encabezado por Felipe Calderón, causó un desastre económico, han muerto mil 27 personas; norovirus, 546, bicho del vómito, mata a niños en países pobres; tosferina, 440; tifoidea, 396; cólera, 392; meningitis, 329; sarampión, 247; rabia, 162; fiebre amarilla, 82; y hoy la enfermedad de moda, el coronavirus, COVID-19, solamente han muerto 56 personas alrededor del mundo.
Y ahorita sostengo el tema de dónde extraje esta cifra, para que al rato no digan que estoy volando; equinococosis, 53; dengue, 50; hepatitis A, 20; varicela, 12; enfermedad del sueño, 10; ébola, 53; SARS, 32; MERS, 23.

Mañanera de Palacio Nacional/Lunes 16 de marzo de 2020

Mañanera de Palacio Nacional/Lunes 16 de marzo de 2020
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Buenos días.
Estamos iniciando la semana. Vamos a tratar tres temas:
Lo primero es lo del coronavirus, la información para iniciar la semana. Nos van a informar los responsables de llevar a cabo toda la estrategia de salud.
Vamos también a tener el informe sobre Quién es Quién en los Precios de los Combustibles.
Y, en tercer lugar, el avance en las obras, lo que se ha ido avanzando en la construcción de la refinería y en la construcción del nuevo aeropuerto militar Felipe Ángeles, militar y civil Felipe Ángeles.

Si les parece, vamos primero, que nos va a llevar más tiempo… no, en ese orden, vamos con coronavirus, luego quién es Quién en los Precios y luego el avance en las obras.
Entonces, empezamos con Hugo para que nos informe.
HUGO LÓPEZ-GATELL RAMÍREZ, ​​​​​​SUBSECRETARIO DE PREVENCIÓN Y PROMOCIÓN DE LA SALUD: Gracias, presidente. Secretario, procurador:
Muy buenos días tengan todas y todos ustedes.
De manera muy puntual, esto lo estamos informando todos los días a las 7:00 de la noche, entonces tienen la versión en tiempo real. En la situación mundial del coronavirus, la epidemia está activa, particularmente en el continente europeo. En Asia está ya en una clara terminación, todavía hay casos, pero el número de casos diarios es muy por debajo de lo que había originalmente, es menos del uno por ciento de los casos mundiales; en la mayoría de los casos, proceden de Europa Occidental.

El Presidente que desprecia la ciencia/Raymundo Riva Palacio

El Presidente que desprecia la ciencia/Raymundo Riva Palacio
Ejecentral.com, 16 de marzo de 2020
El COVID-19 ha metido en contradicciones al presidente Andrés Manuel López Obrador. En su narrativa y en sus convicciones ideológicas. Mantenerlas ha puesto en entredicho su palabra, pero al mismo tiempo, aferrarse a ella y demorar las medidas de contención del coronavirus, puede poner en riesgo la vida de miles de mexicanos. Esto, a menos que la metafísica espiritual de López Obrador sea correcta, y lo que están haciendo países capitalistas y neoliberales, comunistas y keynesianos, esté mal. Los enfoques son distintos. En el mundo se apoyan en la ciencia y elaboran modelos matemáticos para enfrentar un virus que ha causado más de seis mil muertes. López Obrador no cree en la ciencia. La sociedad del conocimiento no es lo suyo.

Un ‘zar’ contra el coronavirus | Carlos Marín

Un ‘zar’ contra el coronavirus | Carlos Marín
El Asalto a la Razón
Milenio, 16 de marzo de 2020
Ante la inexistencia virtual del titular Jorge Alcocer, Hugo López-Gatell funge como secretario de Salud. Epidemiólogo de claro hablar, suena convincente y da la impresión de que domina el tema de la nueva peste.
Su perfil, sin embargo, no parece ser el adecuado porque la tarea que carga requiere de alguien avezado mucho más en infecciones y virus que en epidemias y pandemias.
Para enfrentar el problema en Estados Unidos, Trump nombró Comisionado al director del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas, el infectólogo y virólogo Anthony Stephen Fauci, afamado por sus aportaciones en asuntos tan letales como las de VIH y Zika.
En el México de 2009 y la influenza A-H1N1, tarde pero a tiempo, presionado por la OMS que le pidió poner al frente de la crisis a un experto irreprochable, Felipe Calderón designó al infectólogo Alejandro Macías, de quien me acordé al verlo con Héctor Zamarrón en MILENIO Tv hablando del coronavirus y opinando que debieran hacerse “más pruebas” de las que se ha dado cuenta oficial y descartando que “de manera malévola” se esté ocultando la magnitud de la epidemia. Profesor miembro del Programa Universitario de Investigación en Salud de la UNAM, hasta puso en orden la nomenclatura de aquella mal llamada “gripe porcina” (el primer caso fue de un menor en San Diego, California, que ni carne de cerdo había comido), dizque originada en México.

López-Gatell perdió la cordura...

 Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud, dijo que el Presidente López Obrador no podría contagiar a más personas en caso de que tuviera coronavirus, pues posee una fuerza moral y no de contagio....Puf!
Ese hombre no sabe lo que dice...!
"La fuerza del Presidente es moral, no es una fuerza de contagio. En términos de una persona, de un individuo que pudiera contagiar a otros, el Presidente tiene la misma probabilidad de contagiar que tiene usted o que tengo yo.
"El Presidente no es una fuerza de contagio, entonces no tiene por qué ser la persona que contagie a las masas".
Asimismo, Gatell dijo que AMLO no es una persona de especial riesgo, pues goza de buena salud y que debe mantenerse en privado su situación clínica pese a ser figura pública.
Comentó que sería incluso recomendable que al Mandatario federal le diera Covid-19 para evitar que la población pregunte sobre su salud o lo acose sobre si se hará la prueba diagnóstica.

Columnas políticas hoy, lunes 16 de marzo de 2020

 Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud, dijo que el Presidente López Obrador no podría contagiar a más personas en caso de que tuviera coronavirus, pues posee una fuerza moral y no de contagio....Puf!
Ese hombre no sabe lo que dice...!
"La fuerza del Presidente es moral, no es una fuerza de contagio. En términos de una persona, de un individuo que pudiera contagiar a otros, el Presidente tiene la misma probabilidad de contagiar que tiene usted o que tengo yo.
"El Presidente no es una fuerza de contagio, entonces no tiene por qué ser la persona que contagie a las masas".
Asimismo, Gatell dijo que AMLO no es una persona de especial riesgo, pues goza de buena salud y que debe mantenerse en privado su situación clínica pese a ser figura pública.
Comentó que sería incluso recomendable que al Mandatario federal le diera Covid-19 para evitar que la población pregunte sobre su salud o lo acose sobre si se hará la prueba diagnóstica.