18 may 2008

Las FARC, reportaje de Semana

Publicado el domingo 18 de mayo del 2008 en El Nuevo Herald on line,
Venezuela ya entregó armas a las FARC
G. GUILLEN / El Nuevo Herald
BOGOTA
El 18 de enero del 2007, en mensaje al Secretariado de las FARC, ''Márquez'' advierte la necesidad, expresada por Chávez, de "fortalecer la alianza contra los gringos y sus aliados estratégicos y proponerle que nos ayuden a conseguir el armamento que dice el plan estratégico, el préstamo de $250 millonespara pagarlos cuando tomemos el poder''.
Recientes hallazgos hechos por las autoridades colombianas en los computadores del abatido líder terrorista alias ''Raúl Reyes'', indican que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, ya han recibido abundante armamento de Venezuela, sobre la base de acuerdos con el presidente de ese país, Hugo Chávez.
Tras una reunión de alias ''Iván Márquez'' con generales venezolanos que le prometieron entregar armas a las FARC, el guerrillero reportó a sus camaradas en Colombia en un correo electrónico del 20 de enero del 2007: "Los aparatos que hemos recibido con Timo [Timochenko] son cohetes antitanque de 85 mm, dos tubos y 21 cargas. El amigo dice que tiene más de 1,000 cargas y que próximamente nos hará llegar otras más, así como otros tubos.
Este y otros correos fueron publicados en la última edición de las revista colombiana Semana.
La reunión en la que se convino la entrega de aquellos materiales de guerra fue reportada por ''Márquez'' el 4 de enero del 2007 y en ella, además, se planteó la posibilidad "de aprovechar las compras de armas de Venezuela a Rusia para incluir unos contenedores con destino a las FARC''.
Aquella vez, "me reuní con los generales Alcalá y Carvajal [director de Inteligencia Militar y el comandante de uno de los principales destacamentos en la frontera con Colombia] con los cuales ya me había reunido en tres ocasiones en compañía de Ricardo y Rodrigo Granda''.
Entre cientos de miles hay otro correo electrónico, fechado en Venezuela el 6 de septiembre del 2007 en el que ''Márquez'' le reporta a sus camaradas de la cúpula de la organización terrorista: "Ayer recibí a dos australianos proveedores de armas traídos por el Tino [alias `Timochenkò]. Ofrecen a precios muy favorables todo lo que necesitamos: fusiles, lanzagranadas múltiples, ametralladoras PKM y punto 50 y los misiles.
''Márquez'' precisa que "todos estos materiales [son] de fabricación rusa y china. El mensaje es uno de los cientos de miles hallados en los computadores de alias Raúl Reyes, líder de las FARC abatido por Colombia en 1 de marzo pasado durante un bombardero sobre el campamento en el que se guarecía en Ecuador.
Un correo de enero pasado enviado también por ''Márquez'' a los jefes de las FARC, revela que Chávez comisionó como delegado suyo para el aprovisionamiento de armas a las FARC a Ramón Rodríguez Chacín y éste "ya sugirió un mecanismo para recibirles a los australianos en el Orinoco''.
''Tenemos amistad y buena empatía, por lo menos con cinco generales [venezolanos]. Es más, Chávez impartió delante de mí la instrucción de crear en la frontera sitios de descanso y atención de enfermos y designó una especie de Estado Mayor para estas relaciones. Ya nos están preguntando dónde sugerimos hacerlos. Chávez dio a entender que ayudarían sin importar que se diera una situación de confrontación. Dijo que si (el presidente Alvaro) Uribe toca un delegado de FARC, se ganará un enemigo de por vida'', dice un e-mail de ''Márquez'' del 12 de octubre del 2007, publicado en la última edición de la revista colombiana Semana.
Esta comunicación fue escrita cuatro días después del encuentro de Chávez en el palacio de Miraflores con los líderes guerrilleros ''Iván Márquez'' y ''Rodrigo Granda'', así como con la senadora colombiana Piedad Córdoba.
La reunión fue aprobada por el presidente de Colombia, quien nombró a Chávez y a Córdoba negociadores suyos ante las FARC para intentar la liberación de miles de secuestrados en poder del grupo terrorista.
Los temas de esos días no fueron propiamente los secuestrados, como se creyó, a juzgar porun correo de ''Márquez'', que dice:
Chávez aprobó totalmente y sin pestañear la solicitud de $300 millones que las FARC le solicitaron para mitigar un estado de iliquidez derivado de la persecución del ejército colombiano.
Citando fuentes de inteligencia militar, este periodista había publicado en enero pasado que Venezuela ya estaba proveyendo fluidamente munición a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, y al Ejército de Liberación Nacional, ELN, para los fusiles soviéticos AK-47 de los que ambas organizaciones se cree tienen cerca de 15 mil unidades, cuyo uso habían restringido con rigor ante la escasez de proyectiles de ese tipo en el mercado negro internacional.
Otro correo de ''Márquez'' hace saber: "A instancias de Chávez nos reunimos en nuestro búnker en el Fuerte Tiuna con Antonio y Gabino en un ambiente fraternal''.
El 18 de enero del 2007, en mensaje al Secretariado de las FARC, ''Márquez'' advierte la necesidad, expresada por Chávez, de "fortalecer la alianza contra los gringos y sus aliados estratégicos y proponerle que nos ayuden a conseguir el armamento que dice el plan estratégico, el préstamo de $250 millonespara pagarlos cuando tomemos el poder''.
Otros documentos encontrados en los ordenadores de ''Reyes'' han revelado nexos de las FARC con los gobiernos de Ecuador, Nicaragua y Cuba.
El aprovisionamiento venezolano a las FARC ocurre simultáneamente con enormes compras de armamento pesado que Chávez está haciendo en Rusia y China, principalmente, lo que incluye vehículos blindados apropiados para montar proyectiles tierra aire, el montaje de una fábrica de fusiles Kalashnikov ,cohetes, munición, fusiles de asalto, fusiles de precisión y equipos de visión nocturna.
La única fábrica de Suramérica que produce munición calibre 7.62x39 mm para fusiles AK 47, de los que posee mayoritariamente las FARC, es la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares, CAVIM, para lo cual en el 2005 puso en funcionamiento una moderna planta de producción.
La munición 7.62x39 producida por Venezuela ''no tiene números de serie ni marcajes de identificación, como sí los tienen, por ejemplo, las municiones que producen las industrias militares de Colombia (INDUMIL) o de Brasil (CBC)'', dijo una fuente militar a El Nuevo Herald.
Hasta cuando Venezuela comenzó a proveer clandestinamente munición a las FARC y al ELN, estas dos guerrillas y los paramilitares, cada proyectil debían conseguirlo en el mercado negro hasta por $5.
Las FARC, están buscando con urgencia en el mercado negro armas antiaéreas para tratar de cambiarle el curso a la guerra civil en la que están siendo derrotadas a pasos agigantados, en especial por la aviación militar que ubica a las columnas subversivas y las bombardea cada vez con mayor frecuencia y precisión.
''Las armas antiaéreas ya son para nosotros una urgente necesidad'', le advirtió en un correo electrónico el recientemente abatido líder alias ''Iván Ríos'' al jefe máximo de la organización armada, alias "Manuel Marulanda''.
Un reporte financiero y táctico de ''Ríos'' a ''Marulanda'' dibujaba un panorama guerrillero de pobreza, aislamiento y desmoralización todavía mayor del que suponían los mandos militares comprometidos en la guerra contra las FARC.
Portada Revista SEMANA, 17/05/2008;
Los E-Mails secretos
Semana revela escandalosos correos del computador de Reyes que demuestran que el gobierno de Chávez les dio armas, plata y refugio a las Farc.
Fecha: 05/17/2008 -1359 La noticia de que la Interpol ratificó que no se había manipulado la información contenida en el computador de Raúl Reyes, más que entusiasmo, debería generar una gran preocupación entre los colombianos. Los últimos hallazgos entre las comunicaciones de Reyes, el Secretariado y Manuel Marulanda, 'Tirofijo', demuestran de manera detallada el escandaloso grado de colaboración del gobierno de Hugo Chávez con las Farc en los temas militar, político, económico y logístico. Que un vecino con el cual Colombia comparte una frontera de 2.199 kilómetros haya decidido ponerse del bando del enemigo interno es de una gravedad insospechada. En otras partes del mundo ha sido motivo para iniciar guerras. Y la explicación es sencilla: es casi imposible derrotar una fuerza insurgente que tiene un apoyo externo sostenido y una retaguardia segura. De Chávez siempre se sabía que tenía simpatía ideológica con la guerrilla y que incluso algunas unidades suyas se hacían las de la vista gorda en la frontera. Que hasta podía haber una política de no agresión mutua entre las Farc y militares venezolanos. Pero la realidad terminó siendo mucho más grave, según queda al descubierto en los correos del Secretariado.
En los mensajes se constata que en los últimos dos años el gobierno de Chávez, a través de sus más altos funcionarios -y él mismo-, les ayuda a las Farc a conseguir armas en el mercado internacional, financia la lucha insurgente en Colombia, ofrece refugio y protección a guerrilleros en una "zona de descanso" al otro lado de la frontera, y trabajar conjuntamente con ellas en un "plan estratégico" que incluye la expansión del proyecto bolivariano de Chávez y el reconocimiento de beligerancia de las Farc.
Los colombianos aún recuerdan la imagen de Chávez, el miembro del Secretariado Iván Márquez y la senadora Piedad Córdoba a la salida del Palacio de Miraflores el 8 de noviembre de 2007. En ese momento se hablaba de los avances para un acuerdo humanitario para la liberación de los secuestrados por las Farc. Pocos sabían que esa no fue la única reunión que sostuvieron, y que en la agenda había mucho más que un interés humanitario. En un mensaje fechado el 12 de noviembre de 2007 por Márquez a 'Tirofijo' y sus camaradas del Secretariado quedan al descubierto los objetivos ocultos de estos encuentros. En ese correo de 12 puntos, Márquez y Rodrigo Granda, el guerrillero liberado por el presidente Álvaro Uribe hace un año por solicitud expresa del mandatario francés Nicolas Sarkozy, informan sobre el "éxito" de sus gestiones con Chávez. El primer punto es el más aterrador. "Chávez aprobó totalmente y sin pestañear la solicitud de 300", refiriéndose a los 300 millones de dólares que las Farc les habían solicitado a altos funcionarios venezolanos en varias reuniones anteriores. Mientras en las cámaras de televisión Chávez anunciaba que se avanzaba hacia un acuerdo humanitario, por debajo de cuerda las Farc y el gobierno venezolano habían acordado un plan de cooperación militar. "Las relaciones con el Ejército (venezolano) están muy próximas a lo que plantea el Plan Estratégico. Tenemos amistad y buena empatía, por lo menos con cinco generales. Es más, Chávez impartió delante de mí la instrucción de crear en la frontera sitios de descanso y atención de enfermos y designó una especie de Estado Mayor para estas relaciones. Ya nos están preguntando dónde sugerimos hacerlos. Chávez dio a entender que ayudarían sin importar que se diera una situación de confrontación. Dijo que si Uribe toca un delegado de Farc, se ganará un enemigo de por vida". Esto ayudaría a explicar la indignación de Chávez con la muerte de Reyes, cuatro meses más tarde en el bombardeo, y el minuto de silencio que le concedió como homenaje.
El correo tiene otro aparte que deja en evidencia el doble juego de Chávez y el grado de confianza que existe con las Farc, e incluso con el ELN. "A instancias de Chávez nos reunimos en nuestro búnker en el Fuerte Tiuna con Antonio y Gabino (comandantes del ELN) en un ambiente muy fraternal". El Fuerte Tiuna es el cuartel general de las Fuerzas Armadas venezolano. Sorprende, por decir lo menos, que un grupo armado que busca derrocar al gobierno colombiano tenga las puertas abiertas al corazón del estamento militar venezolano, y aterra que las Farc se sientan como en casa.
Armas y plata
La cumbre de Miraflores fue la culminación de una serie de gestiones que comenzaron en enero de 2007, muchos meses antes de que Chávez fuera designado facilitador para el intercambio por el presidente Álvaro Uribe.En un correo del 4 de enero de 2007, Iván Márquez le informa al Secretariado que se reunió con dos de los más importantes generales venezolanos, el director de Inteligencia Militar y el comandante de una de los principales guarniciones en la frontera con Colombia. "Me reuní con los generales Alcalá y Carvajal (con los cuales ya me había reunido en tres ocasiones en compañía de Ricardo, Rodrigo Granda). Hablamos del plan patriota, canje, la parapolítica y tres aspectos del Plan Estratégico: finanzas, armas y políticas de frontera". En ese mismo mensaje, Márquez les cuenta que les "van a hacer llegar (la próxima semana) 20 bazucas, de las cuales 10 serían para Timo (Timochenko, miembro del Secretariado) y 10 para acá. Alcalá sugirió que fuera una cantidad mayor. Reiteran la oferta de munición". Como si lo anterior fuera poco, en la reunión entre los generales venezolanos y Márquez se contempla la posibilidad "de aprovechar las compras de armas de Venezuela a Rusia para incluir unos contenedores con destino a las Farc".Dos semanas después, las armas prometidas por los generales venezolanos llegaron a las Farc. "Los aparatos que hemos recibido con Timo (Timochenko) son cohetes antitanque de 85 mm, dos tubos y 21 cargas. El amigo dice que tiene más de 1.000 cargas y que próximamente nos hará llegar otras más, así como otros tubos", dice una carta el 20 de enero de 2007 de Márquez a 'Tirofijo' y los miembros del Secretariado. El tráfico de armas no era lo único que se tramaba.
En un mensaje al Secretariado del 18 de enero de 2007, se insiste en la urgente necesidad de coordinar una reunión de las Farc con Chávez. Plantean "fortalecer la alianza contra los gringos y sus aliados estratégicos y proponerle que nos ayuden a conseguir el armamento que dice el plan estratégico, el préstamo de 250 millones de dólares para pagarlos cuando tomemos el poder". Esta cifra no es arbitraria. Entre las conclusiones más importantes de la novena conferencia de las Farc, donde se determina las acciones a seguir de todos los frentes, se puso como objetivo conseguir 230 millones de dólares.Entre febrero y agosto de 2007 parece haberse dado un enfriamiento de los contactos a alto nivel, que sólo se reactivaron con la designación de Chávez como facilitador del intercambio humanitario por parte del presidente Uribe. Lo que nunca se detuvo fueron los contactos para la adquisición de armas para las Farc. Allí jugó un papel fundamental el diputado venezolano Amílkar Figueroa. Conocido con el alias de 'Tino' por los guerrilleros colombianos, Figueroa es reconocido militante de la izquierda radical con muy buenas relaciones con movimientos revolucionarios en América Latina como el Mrta en Perú. En Venezuela es uno de los líderes del movimiento V República y se ha convertido en un hombre clave para la adquisición de armas para las Farc en el vecino país. En un correo del 6 de septiembre, Márquez le cuenta a 'Tirofijo' y al Secretariado los buenos oficios de 'Tino' con los traficantes de armas. "Ayer recibí a dos australianos proveedores de armas traídos por el Tino. Ofrecen a precios muy favorables todo lo que necesitamos: fusiles, lanzagranadas múltiples, ametralladoras PKM y punto 50 y los misiles. Todos estos materiales de fabricación rusa y china. Nos suministraron precios. AK Chino repotenciado a 120 dólares. AK rusos normales a 175 dólares. Lanzadores de RPG a 3.000 dólares. Explican que tienen una granada termobárica que destruye todo lo que haya en espacios cerrados (como las bombas de los gringos contra los refugios de Al Qaeda) a 800 dólares. Misil chino (según ellos el más moderno en la actualidad), con un 97 por ciento de efectividad, a 93.000 dólares. Dicen que es simple de operar y que ellos garantizan la instrucción. La munición de AK a 21 centavos unidad. Pero que si la compra es de tres millones de cartuchos, el precio es a nueve centavos unidad. La carga, una vez que salga, puede durar entre un mes o mes y medio para llegar a Venezuela. Reiteradamente expresan que confían en nosotros y que el Tino como parlamentario de una institución muy reconocida es también buen garante".
El tema de las armas no quedó en un simple ofrecimiento. Dos meses después, en la famosa reunión del Palacio de Miraflores con Chávez, Márquez deja constancia en un correo enviado al Secretariado de que Ramón Rodríguez Chacín fue designado por el Presidente venezolano como su contacto para el tema de las armas. Este, según Márquez, "ya sugirió un mecanismo para recibirles a los australianos en el Orinoco". Estos correos dejan en evidencia que las Farc, con la complacencia del gobierno venezolano, utilizan el territorio de ese país para traficar armas con destino a la guerrilla en Colombia.
El plan estratégico Rodríguez Chacín, nombrado ministro del Interior en enero de este año, es el hombre clave en las relaciones directas entre Chávez y las Farc y es quien tomó la batuta en los contactos con Iván Márquez bajo la sombrilla del intercambio, a finales de agosto de 2007. De entrada, los correos revelan que había dos agendas. Una, pública, lograr la liberación de secuestrados. Y la otra, clandestina, avanzar en el llamado "Plan Estratégico" y en especial lo relativo a los 250 millones de dólares. En un correo del 5 de septiembre, Márquez le cuenta al Secretariado sobre sus reuniones con Rodríguez Chacín, a quien se refiere como el 'Cojo'. "En la primera reunión le recordé al Cojo lo que habíamos hablado la primera vez sobre el préstamo. En la segundo venida me dijo que la reacción del amigo había sido preguntar cuánto, dando a entender que se podía considerar. El tema lo dejé ahí pensando en la eventual reunión con JE ('Tirofijo')" .Un mes después, el 6 de octubre, Márquez le escribe a 'Tirofijo' y al Secretariado que "lo que se viene no es préstamo sino solidaridad".La importancia de lo prometido no puede ser subestimada. El mismo Marulanda lo reconoce en noviembre cuando les comenta a los otros miembros del Secretariado: "el aporte de (300) resuelve un serio problema estratégico en la lucha contra la agresión gringa en cabeza de Uribe y de primera vista da la impresión que el hombre (Chávez) está interesado en aportar a la causa bolivariana para lograr fortalecer su proyecto político en varios países". El 8 de febrero de 2008, tres semanas antes del bombardeo al campamento de Raúl Reyes, Márquez y Granda le avisan a 'Tirofijo' y al Secretariado que les tienen buenas noticias. El mismo Chávez les informó que "ya tiene disponibles los primeros 50 y tiene un cronograma para completar los 200 en el transcurso del año". En subsecuentes correos se habla de futuras reuniones en donde se precisará cómo será el mecanismo de entrega de los recursos, que podría ser, incluso, por medio del establecimiento de empresas o entrega de contratos. Llama la atención que en estos últimos correos utilizan claves numéricas para referirse a lugares y empresas y se refieren a Chávez con el alias de 'Ángel'.
La entrega de dinero y de armas a las Farc no es un hecho aislado sino que forma parte de una estrategia política más ambiciosa donde tanto las Farc como el gobierno de Chávez ganarían. El Presidente de Venezuela se convertiría en líder continental y la guerrilla alcanzaría el tan anhelado reconocimiento como fuerza beligerante. Por eso, tanto a Chávez como al Secretariado les cayó como anillo al dedo la designación del primero como facilitador del intercambio. Los contactos, que hasta agosto de 2007 eran totalmente clandestinos, se podían ahora realizar con menos riesgo bajo la sombrilla de una mediación internacional. En los correos es evidente que tanto para Chávez como para el Secretariado, primaban más los objetivos políticos que los humanitarios. En un correo de Raúl Reyes a 'Tirofijo', el 23 de septiembre de 2007, el abatido jefe guerrillero le dice al comandante de las Farc que "para nosotros por encima del acuerdo o desacuerdo del canje está afianzar el reconocimiento de fuerza beligerante". En otro mensaje, el 11 de noviembre de ese mismo año, Reyes le dice al Secretariado que "para Chávez es de gran ayuda recibir las pruebas de supervivencia antes del referendo". Las pruebas nunca llegaron porque el Ejército colombiano interceptó a los mensajeros de las Farc en Bogotá a finales de noviembre. Este no fue el único favor que quisieron hacerle las Farc en contraprestación por la plata y las armas. En un mensaje del 22 de noviembre al Secretariado, 'Tirofijo' comentó el anuncio del fin de la mediación oficial de Chávez por parte del gobierno colombiano. El comandante de las Farc dice que "si estamos seguros que el hombre (Chávez) nos hizo la ayuda, tal como lo señala Iván (Márquez), sería bueno analizar si unilateralmente entregando a Clara (Rojas), el hijo (Emmanuel) y la señora del Huila (Consuelo González) para crear mayores complicaciones a Uribe es posible producir mejores efectos en busca de la beligerancia a través de Chávez".
A lo largo de un extenso cruce de correos entre los miembros del Secretariado durante todo diciembre de 2007 se coordinó con los venezolanos la mejor manera de sacarle provecho a la liberación de los secuestrados. De allí salieron varias iniciativas, entre ellas la de hacer una caravana humanitaria de la que harían parte Francia, Suiza, Argentina, entre otros. El mundo entero vio la concreción de esta propuesta en los últimos días de diciembre con la llegada a Villavicencio de personajes como el ex presidente argentino Néstor Kirchner y delegados de Ecuador, Cuba, Bolivia, Brasil, Francia, e incluso el afamado director de cine Oliver Stone. Este show entre las Farc y el gobierno Chávez se frustró cuando se conoció que Emmanuel no estaba en poder de las Farc sino en un hogar del Instituto de Bienestar Familiar en Bogotá. Sólo a principios de enero se dio la anunciada liberación de Clara Rojas y Consuelo González. Queda claro por los correos electrónicos que la decisión de Chávez de solicitar, el día siguiente, ante la asamblea de su país, que la comunidad internacional le otorgara el estatus de beligerancia y dejar de considerar a las Farc como un grupo terrorista, era el pago político por las liberaciones. Llama la atención que las comunicaciones entre las Farc y el gobierno venezolano no cesaron ni cambiaron cuando Uribe despidió a Chávez de la mediación. Los tres meses que estuvo autorizado 'oficialmente' fueron suficientes para estrechar la relación de las Farc con el alto gobierno de Venezuela. Un asunto de enorme gravedad para la seguridad nacional de Colombia. Mientras la guerrilla tenga en Venezuela una retaguardia estratégica para sus combatientes, una ayuda militar o económica, o un apoyo logístico, es muy difícil que en el país se firme la paz.El hecho de que sea un Estado el que le brinde apoyo a las Farc puede tener profundos efectos en el equilibrio del conflicto colombiano. El grupo insurgente podría tener acceso a un armamento que está restringido en el mercado negro y que tiene un enorme poder de fuego, como lo son los misiles tierra-aire. Estos misiles, por ejemplo, fueron los que le permitieron a los rebeldes muyajedines en Afganistán repeler la invasión del aparentemente indestructible Ejército soviético. Esto gracias al apoyo de otro Estado: Estados Unidos. Sucede lo mismo en el Oriente Medio con el apoyo del gobierno de Irán al grupo Hezbollah, que en los últimos años ha logrado fortalecer su poder en Líbano. O lo que ocurrió en la guerra de Vietnam con el apoyo de China al Vietcong.
El caso de Colombia es aun más dramático porque se trata de un conflicto interno y no de una guerra internacional. Por eso el apoyo de Chávez a las Farc, más allá de su empatía ideológica o su retórica bolivariana, podría obedecer a que ve a Colombia como la cabeza de playa de una posible invasión de Estados Unidos. Dentro de una visión de guerra asimétrica, el Presidente venezolano lleva varios años preparándose para un ataque del Tío Sam a través de Colombia. Para Chávez, Colombia es el 'Israel' del imperio en América Latina y, desde esa perspectiva, las Farc tendrían un valor estratégico para él en la guerra de guerrillas, o guerra asimétrica, para enfrentar el poder militar convencional de Estados Unidos. Es por esta razón que ha armado a miles de venezolanos en milicias bolivarianas y solicitado, según se desprende de los correos del Secretariado, asesoría de las Farc.
Pero, más allá de las paranoias de Chávez, todos estos documentos deben poner en alerta a los Estados del mundo y a los organismos internacionales sobre lo que significa que un grupo catalogado como terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea tenga una relación tan estrecha y peligrosa para la sociedad colombiana como la que tienen sectores del alto gobierno venezolano con el Secretariado de las Farc.

Comunicado del CPRLPED

COMANDO POPULAR REVOLUCIONARIO LA PATRIA ES PRIMERO
CPRLPEP
de la
TENDENCIA DEMOCRÁTICA REVOLUCIONARIA – EJÉRCITO DEL PUEBLOTDR–EP
A la memoria de los mártires de Atoyac.
Al pueblo de México.
A los pueblos del mundo.
Al pueblo de Guerrero.
A las organizaciones sociales y revolucionarias.
Anticipándose críticamente a la respuesta represiva del gobierno, el Profesor Lucio Cabañas Barrientos pronunció
–un día antes de la Masacre de Atoyac– las siguientes palabras: “Compañeros, dicen que nos van a matar pero si matan a uno de nosotros, lo que vamos a hacer es irnos a la Sierra, y no les vamos a jugar otra vez pacíficamente.” Sin pestañear siquiera, sus compañeros más cercanos asintieron, sellando el pacto con resuelta y fraternal mirada, convencidos de la necesidad de protegerse para seguir luchando.
Tras la Masacre de Atoyac, el 18 de mayo de 1967, Lucio Cabañas y un grupo de valientes cumplieron su promesa: se subieron al monte y, apoyados por el pueblo, sembraron y esparcieron –con las herramientas de la crítica y las armas– la semilla de la democracia, la liberación y el socialismo en nuestra patria.
Desde entonces, entre fraudes y masacres, han transcurrido 41 años, sin que la callada cosecha de los frutos de la resistencia permita apreciar cabalmente el acopio de rebeldía que se extiende y crece, no sin tropiezos y dificultades, en territorio nacional.
Sin embargo, han creído el empresario voraz, el político corrupto, el jurista petulante, el congresista fantoche, el militar prepotente, el periodista servil, el cura reaccionario, que engañando y reprimiendo al pueblo se podía acabar con la resistencia. Y no han hecho sino prender y atizar aún más el fuego de la rebeldía.
El divorcio de la realidad que, en castigo, produce el uso corrompido del poder, ha hecho perder de vista al bloque derechista y a la izquierda institucional gobernantes, que jamás podrá ser aniquilada ninguna exigencia popular mientras persista la más grosera inequidad.
Por eso mismo, los cientos de torturados, encarcelados, asesinados y desaparecidos políticos, a lo largo y ancho del país no han dejado de luchar, y de penar, y nosotros junto a ellos, hasta no acabar con el autoritarismo y la impunidad; aunque la lucha por la libertad y la justicia se ha vuelto más compleja, porque los nudos de la dominación capitalista se han enredado y apretado todavía más, al grado de maniatar y casi inmovilizar totalmente a los de abajo, y de provocar fracturas y choques sin fin entre los de arriba.
La reestructuración neoliberal capitalista intensificó aún más la explotación asalariada, el saqueo de la Nación y el desmantelamiento del Estado, concentrando como nunca antes la riqueza social en unas cuantas manos. Los derechos constitucionales del campesino, del obrero, del ciudadano, fueron siendo anulados uno tras otro. Y, ahora, muchos de estos, ni sombra ni letra muerta son.
En este proceso, casi todo el personal y las estructuras creadas, en la década de los 60 y 70, con fines contrainsurgentes, por el régimen priista, a la par de cumplir su función represiva, se fueron coludiendo para cobrar derecho de piso a la industria del narcotráfico.
Se priorizó la destrucción del tejido social comunitario que sirvió de base a la guerrilla, y se prohijaron bandas de soplones y delincuentes en el campo y la ciudad. El estado de Guerrero fue el principal campo de experimentación, de lo cual dan cuenta nuestros más de 600 desaparecidos.
Miguel Ángel Godínez Bravo, Eliseo Jiménez Ruíz, Francisco Quiroz Hermosillo, Arturo Acosta Chaparro, Miguel Aldana Ibarra, Miguel Nassar Haro, Salomón Tanús, Florentino Ventura, Jorge Carrillo Olea, Francisco Sahagún Vaca son algunos de los más connotados jefes militares y policiacos que combatieron ilegal y criminalmente a la guerrilla, y vendieron protección a los carteles de la droga, enriqueciéndose y enriqueciendo con su silencio y sus cuotas a presidentes de la república, gobernadores, jueces, magistrados, senadores, diputados, presidentes municipales y funcionarios que han formado parte de la complicidad estatal mafiosa.
Desde el poder del estado se reguló, por cierto tiempo, el comercio de la droga y se garantizó relativamente un clima de relativa seguridad. Y cuando, entre loas y cánticos de intelectuales orgánicos del poder mafioso, se anunciaba la entrada triunfal de México al círculo del primer mundo, un nuevo estallido social relampagueó, y cayó a tierra, desde las montañas del Sureste, produciendo réplicas sociales y armadas, principalmente, en el centro y sur de nuestro país.
La hegemonía priista se derrumbó, víctima de sus contradicciones internas y del hartazgo popular. Y, en medio de brutales represiones y masacres como la de Aguas Blancas, Acteal, El Charco, El Bosque, fue relevada por el ascenso de la ultraderecha yunquista al poder, primero con legitimidad y luego sin ella; desatándose una ola incontrolable de “levantones” y asesinatos. Unos, por la disputa de plazas y el ajuste de cuentas, entre carteles de la droga, así como entre grupos mafiosos del poder estatal. Y otros, como resultado de la ofensiva neoliberal contrainsurgente contra los pueblos y comunidades en resistencia, y los movimientos sociales y políticos de izquierda.
La violencia mafiosa ha producido miles de “levantones” y asesinatos en el país, pero también la violencia contrainsurgente ha seguido cobrando cientos de víctimas. Sólo en los últimos tres años, el estado de Guerrero registra 1500 asesinatos ligados al narcotráfico, con los que se pretenden minimizar, y hasta ocultar, a los 28 desaparecidos políticos reivindicados por el movimiento social en el mismo periodo.
Tras esta cortina de humo y de terror, el gobernador Zeferino Torreblanca –compadre del General Contrainsurgente y Mafioso Arturo Acosta Chaparro– ha satisfecho las exigencias del gobierno federal y del gran capital transnacional arrebatando tierras, aguas, playas y bosques a sus legítimos dueños, mediante procedimientos jurídicos arbitrarios e ilegales; asimismo, ha facilitado la protección del cartel del golfo y de los zetas, en estrecha alianza y coordinación con Rubén Figueroa y el figueroísmo.
Una prueba de la relación, estructural y contradictoria, del poder estatal mafioso con el narcotráfico es la paradójica actitud asumida por aquel, frente a diferentes hechos de violencia. Por ejemplo, so pretexto del ataque sufrido por una patrulla de la policía municipal en la Región de la Montaña, los gobiernos estatal y federal aplicaron arbitrariamente todo el rigor de la ley contra las comunidades indígenas, particularmente, de la Organización de Pueblos Indígenas Me'paa (OPIM), militarizando inmediatamente el área, estableciendo retenes en entradas y salidas de pueblos y caminos, deteniendo e interrogando a cientos de campesinos, impidiéndoles hablar en su propia lengua, quedando 5 de ellos injustamente encarcelados. En cambio, el Ejército, la Policía Federal y la PGR, pretextando no recibir petición alguna del gobierno estatal, dejaron operar con tranquilidad a los sicarios que pretendieron ejecutar a Rogaciano Alba Álvarez, y no precisamente por su condición de talamontes, traficante de madera y de heroína, organizador de grupos de pistoleros, guardias blancas y paramilitares, y autor intelectual del asesinato de la licenciada Digna Ochoa y de muchos otros asesinatos de campesinos ecologistas de la Sierra de Petatlán, sino por las desavenencias mafiosas en la lucha por el control de la industria de la droga.
No por nada saltan a la palestra mediática antiguos padrinos del narcotráfico y jefes de la contrainsurgencia, como Miguel Ángel Godínez Bravo y Miguel Aldana Ibarra, ofertando sus servicios al gobierno en turno, pretendiendo garantizar la supremacía del poder estatal mafioso frente a las bandas del crimen organizado y del narcotráfico. Bandas que parecieran haber salido de control, como el grupo contrainsurgente y mafiosos de Ulises Ruíz Ortíz, mejor conocido como “La Burbuja”, en cual operó las caravanas de la muerte y el aplastamiento del movimiento social y magisterial en Oaxaca.
Pero el pueblo bien sabe quiénes son los principales responsables de la crisis y de la violencia que azota al país. En Guerrero todos los conocemos por su nombre: Zeferino Torreblanca y los miembros de la corriente perredista que lo postularon al gobierno; corriente conservadora que ahora tiene como consigna federal inmovilizar a la corriente antineoliberal en la lucha por la defensa de Pemex y en la próxima contienda presidencial.
Pareciera que cada actor político marcha por su lado, que los acuerdos al interior de algunos carteles de la droga están rotos, que Chavarría renuncia a la secretaría de gobierno porque aspira a la gubernatura o porque teme represalias del narcotráfico, que las fuerzas federales seguirán ensayando formas de ocupación territorial y de control, como lo hicieron en Oaxaca para reprimir la protesta social y como lo hacen ahora en Sinaloa para golpear a un cartel y favorecer a otro.
Pero una cosa es segura. En Guerrero, las grandes compañías mineras y los consorcios turísticos seguirán siendo favorecidos, y las guerras intestinas entre el poder mafioso del estado y los carteles de la droga continuarán; proceso en el cual las instancias del poder local se habrán de reestructurar, y se impondrán nuevos pactos y diseños, al ritmo de la música que toquen las instancias del poder central. Sin que, por otra parte, cese la guerra sucia contrainsurgente, ahora desde algunos organismos “sociales” y hasta “revolucionarios”, dentro de los cuales los organismos de inteligencia han hecho cabeza de playa.
Sin embargo, a pesar de la violencia mafiosa y de la guerra de baja intensidad, la lucha de resistencia, pacífica y armada, del pueblo guerrerense ha generado condiciones de subsistencia. Hoy las comunidades y pueblos indígenas y campesinos resisten y se articulan entre sí, fortaleciendo sus coincidencias y recuperando su memoria histórica, rescatando usos y costumbres que les han dado identidad y cohesión fraterna, pese a la creciente migración y al narcotráfico. Este poder otro que se ha venido construyendo desde abajo les permite recuperar y ejercer gradualmente su autonomía, representando una alternativa, que avanza a contracorriente de las aguas neoliberales que arrastran todo a la destrucción y a la muerte.
El establecimiento de nuevas formas de relación fraternas y solidarias entre pueblos, comunidades y ciudadanos es una respuesta a la rapaz política de explotación, sometimiento y desdén aplicada por el gobierno en turno. Esta respuesta permitirá sin duda avanzar en la lucha contra la privatización neoliberal de la tierra, del territorio, de los recursos del subsuelo y de nuestra industria, incluida la del petróleo; recursos e industria que no son sólo “materia prima y empresa” como la pretende hacer ver, desde una lógica mercantil–capitalista, uno de los más dilectos intelectuales orgánicos del neoliberalismo, sino patrimonio original, bien común y prenda de nuestra relación con la naturaleza y con nuestra propia historia.
¡CONTRA EL NEOLIBERALISMO, EL PODER POPULAR!
¡POR EL SOCIALISMO: VIVIR, LUCHAR, VENCER!
¡SER PUEBLO, HACER PUEBLO, ESTAR CON EL PUEBLO!
COMANDO POPULAR REVOLUCIONARIO LA PATRIA ES PRIMERO
CPRLPEP
de la
TENDENCIA DEMOCRÁTICA REVOLUCIONARIA – EJÉRCITO DEL PUEBLO
TDR–EP
Estado de Guerrero, a 18 de mayo de 2008

Derecho a la intimidad

Medidas cautelares e intimidad/Marc Carrillo
Publicado en EL PERIÓDICO, 16/05/2008;
La intimidad y propia imagen están de actualidad. La intimidad es el derecho de la persona a impedir cualquier intromisión en cualquier ámbito de su vida privada que considera vedado a los demás, salvo que medie su consentimiento. El derecho de Estados Unidos fue el primero que elaboró una primera teoría al respecto, que lo definía como el derecho a estar solo (to be let alone) o a no ser molestado. Fueron dos célebres juristas, Samuel Warren y Louis Brandeis, quienes lo formularon en un artículo publicado en la Harvard Law Review en 1890. Hoy, el derecho a la intimidad es lo que ya era en el siglo XIX, pero también es el derecho a disponer acerca del flujo de información que sobre uno mismo circula por los diversos medios, a fin de mantener inmune al conocimiento ajeno el ámbito privado de la actividad personal y familiar. Por su parte, el derecho a la propia imagen garantiza no ver reproducida la imagen física, a través de cualquier medio o soporte tecnológico que la haga identificable, incluida la caricatura; así como también el derecho a disponer del uso que de la misma se haga una vez captada.

Nota sobre el EPR

Ex guerrilleros: EPR se enfoca a hacer política
Nota de Alejandro Jiménez, reportero.
Publicado en El Universal Domingo 18 de mayo de 2008
Diálogo apunta que cuidan su imagen pública
Para los ex guerrilleros Felipe Canseco e Ítalo Díaz, el planteamiento de diálogo e intermediación propuesto el pasado 24 de abril por el EPR para encontrar a sus militantes desaparecidos pudiera responder a una valoración de tipo política profunda al considerar que Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz están con vida.
Dicen que, para ellos, la sorpresiva decisión se precipitó después del correo electrónico anónimo difundido al mediodía del 24 de abril pasado por alguna estructura de seguridad del gobierno mexicano, en el que además de amenazar por quinta vez a los hermanos Cerezo aludieron a que los desaparecidos estuvieran siendo torturados todavía.
“En lugar de responder a la provocación desesperándose o sacando la cabeza para ser detenidos, el grupo insurgente difundió esa misma noche un comunicado con las bases de la mediación, lo que rompió el esquema contrainsurgente armado en su contra”, aseguran.
Para los ex presos del Procup, ya liberados, y hoy integrantes de la organización Izquierda Democrática Popular, el EPR veló sus armas muchos años, sin realizar acciones, de 1996 a 2007, y después de septiembre de ese año, por encontrarse en una etapa de concentración de fuerzas, en vista de que su lucha es de largo plazo, pero que la desaparición de sus militantes fue una señal de agresión parte del Estado.
Decisión que no creen que haya sido fácil de tomar, al tener encima todo el peso de su historia revolucionaria que data ya de hace 44 años, pero que, se resuelva como se resuelva, ya logró reposicionar al grupo armado en el escenario político nacional como interlocutor válido, en los hechos.
Canseco y Díaz dicen que si la intermediación funciona, habría más posibilidades para la paz que para la violencia, pero que para llegar a eso hay que sortear todavía muchos obstáculos, lo que no los hace ser muy optimistas.
“El gobierno de Calderón no tiene en su control a todos los grupos de poder que hay en el país”, lo que no le permite garantizar que fuerzas de ultraderecha y extrajudiciales no sigan actuando por su cuenta”.

John P. Walters

Entrevista a John P. Walters
Manifiesta su sorpresa por el contenido de documentos atribuidos a un extinto jefe de las FARC y que revelarían estrechos lazos de esa guerrilla con Venezuela.
"El presidente Hugo Chávez tiene mucho que explicar", dice Walters en una entrevista hecha por Sergio Gómez M., publicada este domingo 18 de mayo en el diario El Tiempo.
-¿Qué tan convencidos están ustedes de que lo que aparece en los computadores y ha salido en los medios es cierto?
-Todavía no se conoce todo y creo puede haber más, pero ejemplifica también la preocupación real que tienen el gobierno colombiano y otros por el tipo de fuerzas que están siendo toleradas y apoyadas en las fronteras de Colombia.
El presidente Hugo Chávez tiene mucho que explicar. Sé que ellos están en negación. Pero no conozco persona diferente a Chávez que crea que no son ciertos. El hecho es que nadie que los haya visto cree que esto es falso. La pregunta que hay que plantear ahora es qué cambio de actitud está Venezuela dispuesta a tomar para detener estas amenazas a la seguridad de Colombia y frente al apoyo a las Farc y otros grupos narcoterroristas", agregó.
-¿Pero Venezuela y Ecuador ya lo han negado. Dicen que la Interpol es solo un títere y que nada se puede demostrar ¿Qué viene ahora? ¿Qué cree que debe hacer la región?
-
Esto muestra la seriedad de la amenaza de las Farc para Colombia y para la región. La conducta de Venezuela es alarmante. La región debe entender que hay que atacar a las Farc, su infraestructura y sus redes.
Los líderes de la región tendrán que recapacitar. Mucho se habla de las preocupaciones por la soberanía de los países. Pero ningún país soberano puede defender los esfuerzos subversivos en otra Nación. Eso es un respeto básico por la integridad de un vecino. Ahora que se conoce, la región tiene que asimilarlo y reaccionar.
-¿Pero cómo debe reaccionar, a través de que vías?
-No puedo leer el futuro, pero sospecho que parte de eso se manejará a través de los organismos multilaterales y otra parte tendrá que manejarse a través de las relaciones bilaterales con Venezuela. Los hechos son muy poderosos. No se puede seguir echando la culpa a la víctima, a Colombia, a Uribe. Es difícil, todavía, pronosticar qué tan extensivas serán las implicaciones.
Pero lo que salió de esos computadores es prueba de algo que debía ser un secreto y se reveló. Y es una vergüenza para los implicados. Eso es lo que llamamos "cogidos con las manos en la masa".
-Se especula que E.U. se estaría moviendo para incluir a Venezuela en la lista de organizaciones que respaldan el terrorismo. ¿Puede el veredicto de Interpol acelerar ese proceso?
-
Esa decisión, incluir a Venezuela en la lista, no se ha tomado todavía. Pero no hemos sido ambiguos en la preocupación por el comportamiento de Chávez y el daño que le ha hecho a la región. En mi tema, que son las drogas, ha sido un fracaso. No se puede escoger mejor ejemplo entre alguien que coopera, como Colombia, y alguien que no.
Mientras Colombia ha ido mejorando, en Venezuela el tráfico se ha ido incrementando. Y hay una amenaza directa para E.U., Europa, Centro América y África, que la causa la facilitación del tráfico a través de Venezuela.
SERGIO GOMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO WASHINGTON

El Gatopardo

El poder de la Mafia/ALEXANDER STILLE
Publicado en el suplemento Babelia de El País, 17/05/2008;
Empecé a interesarme por Sicilia y la mafia a través de su literatura. Cuando fui a vivir a Italia en enero de 1980, era una época de intensa violencia. Había terrorismo de izquierdas, terrorismo de derechas, secuestros, atentados, asesinatos y una sangrienta guerra de mafiosos en Sicilia. Pocos días después de mi llegada fue asesinado el presidente de la región de Sicilia, el político siciliano de más alto rango muerto de esa forma. Hubo mucha especulación: ¿había sido la Mafia o acaso el grupo de terroristas de izquierdas, las Brigadas Rojas, había cruzado el estrecho de Messina? Los diarios estaban llenos de violencia de uno u otro tipo y conocí a gente con guardaespaldas y coches blindados, cuyos hermanos mayores habían desaparecido en el infierno de la lucha armada.
Si uno se limitaba a leer los periódicos, parecía que el país estaba viniéndose abajo; y, sin embargo, cuanto más vivía y trabajaba allí, más comprendía que el país no se venía abajo en absoluto. Al contrario, en el fondo, Italia parecía extraordinariamente estable, incluso inmóvil. El Gobierno cambiaba casi cada seis meses, pero siempre eran los mismos personajes los que entraban y salían, como en el juego infantil de la silla. Entender ese mundo de violencia y el aparente desorden de los acontecimientos externos con el orden interno esencial era un reto semiótico muy interesante y difícil. Descubrí que la literatura, sobre todo la literatura siciliana, me ayudaba a entender mucho mejor que los periódicos las extrañas contradicciones de la vida italiana.
Por ejemplo, El Gatopardo, de Giuseppe Lampedusa, que describía cómo la vieja Sicilia había absorbido y transformado las fuerzas de la reforma tras la unificación de Italia, explicaba muchas cosas. Su famosa frase: "Si queremos que todo siga como está es preciso que todo cambie" parecía definir lo que entonces se llamaba el "compromiso histórico", la alianza entre el Partido Demócrata Cristiano y el Partido Comunista Italiano. También me ayudó a comprender el fenómeno terrorista. Aunque el país parecía estar cayendo en la anarquía y la revolución, en realidad, y como reacción, estaba avanzando hacia la derecha. Algunas personas del Gobierno italiano supieron ver que el terrorismo podía ser una poderosa fuerza en favor del conservadurismo, más que de la revolución.
Los autores sicilianos parecían comprender más que otros la extraña "duplicidad" de la vida italiana, en la que la apariencia y la realidad eran, muchas veces, difíciles de separar; viene a la mente la obra de Luigi Pirandello Cosi' e' se vi pare (Así es, si así os parece). El gran novelista siciliano Leonardo Sciascia publicó en esa época un libro titulado La Sicilia come metafora en el que afirmaba que en Sicilia se concentraban y llevaban al extremo muchos de los males que aquejaban a Italia, una especie de reductio ad absurdum que exponía la lógica esencial de las cosas. Italia es una sociedad en la que los vínculos locales, personales y familiares son mucho más importantes que la lealtad abstracta al Estado y la nación. En Sicilia, con el fenómeno de la Mafia, la fidelidad de clan alcanza su forma más extrema y letal.
Sciascia, a través de sus novelas, sus obras literarias de no ficción, sus ensayos y sus piezas periodísticas, me ayudó a leer la literatura y la realidad literaria de Italia de otra forma.
Su puñado de maravillosas novelas policiacas, como Il giorno della Civetta (El día de la lechuza), A ciascuno il suo (A cada cual lo suyo), Una storia semplice (Una historia sencilla), describían el fenómeno de la Mafia mucho mejor que las crónicas sangrientas de los periódicos, y me ayudaron a entender cómo condicionaba no sólo el mundo de los propios criminales sino la conducta de la gente corriente, el mundo de los jueces, los políticos y los sacerdotes.
Un ensayo de Sciascia que me causó una gran impresión fue la introducción que había escrito a la famosa novela del XIX I promessi sposi (Los novios), que en las escuelas italianas es una especie de Biblia y, por consiguiente, odiada por todos. Como Manzoni era un escritor devotamente religioso, Los novios suele interpretarse como una historia de redención católica y reducirse a una serie de preceptos morales. Sciascia, en cambio, veía el libro como una novela del poder, un diagnóstico despiadado de cómo actúa el poder en Italia y una descripción extraordinariamente profética del fenómeno de la Mafia antes de que existiera un fenómeno de la Mafia.
El relato, escrito durante la ocupación austriaca de Italia en el XIX, está situado, para evitar la censura, durante la ocupación española del norte del país en el XVII. El principal villano es Don Rodrigo, que posee su propio ejército privado de bravi con el que impone su voluntad. Al principio de la novela, Don Rodrigo se entera de que una guapa campesina, Lucía, va a casarse, e insiste en imponer su droit du seigneur y acostarse con ella antes que su marido. La pareja decide huir pero no encuentra quién le ayude. Su sacerdote local, el tímido Don Abbondio, se niega a casarlos por miedo a lo que le pueda hacer Don Rodrigo (Manzoni hace una bella descripción de Don Abbondio como "un frasco de barro que viaja entre dos frascos de hierro", con cuidado de no inclinarse demasiado en una dirección ni en otra). Luego está el abogado Azzeccagarbugli, que manipula con habilidad la ley para explicar por qué no puede ayudar a los jóvenes y da unas explicaciones largas y elaboradas, llenas de frases del código penal y citas en latín, todo perfectamente elocuente y perfectamente falso. Y, por supuesto, está el intrigante personaje llamado L'Innominato (El Innombrado), tan poderoso y temible que no puede revelarse su verdadera identidad.
En los últimos años, he pensado con frecuencia en el ensayo de Sciascia sobre Los novios como una novela del poder y parece describir a la perfección la Italia de hoy. Silvio Berlusconi es Don Rodrigo, que no se atiene a ninguna ley y se limita a coger lo que quiere, con su ejército de ejecutivos que sobornan a jueces e inspectores fiscales. Está la temerosa prensa italiana, el Don Abbondio de la situación, que tiene terror de la ira de Don Rodrigo y aspira a su patrocinio, por lo que, para no quedar al descubierto, tiene cuidado de no hacer su trabajo: contar las noticias independientemente de a quién ayuden o perjudiquen. En el Parlamento nos encontramos con muchos Azzeccagarbugli, incluidos los abogados personales de Berlusconi, que, al tiempo que continúan defendiéndole ante los tribunales, elaboran leyes que ayudan a quedar libre a su cliente e insisten en hacer largas declaraciones memorizadas en las que explican que sus acciones legislativas no tienen nada que ver con los procesos a Berlusconi. Y hay muchos, muchos Innominatos, personas y cosas sin nombre, funcionarios que han sobornado y sido sobornados, mafiosos captados mediante escuchas en conversaciones con miembros del Parlamento, políticos condenados por delitos graves que vuelven al Parlamento como si nada hubiera ocurrido.-
El sublime secreto de 'El Gatopardo'
El retrato brillante e incisivo de los orígenes de la Sicilia moderna de Giuseppe Tomasi di Lampedusa evoca un mundo perdido, pero no es sentimental ni nostálgico
PETER ROBB
Publicado en el suplemento Babelia de El País, 17/05/2008;
El libro que viene hoy inmediatamente a la cabeza cuando se piensa en Sicilia, una novela que todo el mundo adora, una obra que resucita la energía y la dimensión de Stendhal y Tolstói para mostrar un entretejido de vidas privadas y convulsiones históricas, es El Gatopardo, de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, publicado hace 50 años -un año después de la muerte de su autor-, y ese hecho es, ya en sí, extraordinario.
En primer lugar, es asombroso que se pudiera escribir un retrato tan brillante e incisivo de los orígenes de la Sicilia moderna y la decadencia y muerte de su aristocracia desde la agonía, y que lo hiciera el último de una noble estirpe. Giuseppe Maria Fabrizio Salvatore Stefano Tomasi, nacido en 1896 y príncipe de la diminuta isla de Lampedusa tras la muerte de su padre en 1934, fue un hombre cuya vida, vista desde fuera, exhibió todos los desajustes y dificultades terminales de la clase -ya superflua- a la que pertenecía. Fue un hombre que no hizo prácticamente nada en toda su vida más que producir una única obra maestra al final. Sus contemporáneos le consideraban tímido, letárgico y dominado sin remedio por su madre y su esposa, y se sorprendieron ante su fama póstuma.
Pocos años después del final de la Segunda Guerra Mundial, Lampedusa cumplía 50 años y la tambaleante aristocracia terrateniente siciliana, una clase endogámica y encerrada en sí misma desde hacía largo tiempo, se encontraba abatida por un siglo de derrotas históricas que habían empezado con el desembarco de Garibaldi en la isla en 1860, la derrota de la monarquía Borbón en el sur y la unificación de Italia. Después llegó la catástrofe del fascismo, luego la guerra, y el golpe definitivo y mortal fue la reforma agraria. Tras la guerra, los campesinos -que habían dejado de estar sometidos- y el Partido Comunista liberado forzaron el desmembramiento de los vastos latifundios sicilianos. Los aristócratas perdieron su base material de ingresos y su poder real sobre las vidas sicilianas en una sola catástrofe irreversible y terriblemente tardía.
Los aristócratas de Sicilia no han desaparecido por completo. Hoy se aferran a los jirones de lo que poseían en otro tiempo. Los más sagaces se dedican a los negocios. Varias dinastías famosas dan nombre a grandes vinos sicilianos y Palermo es, desde hace mucho tiempo, un lugar para hacer negocios, y no para acudir a bailes y burdeles. En una noche reciente como de ensueño, me llevaron a un oscuro palazzo en la vieja Palermo en el que entramos, por una puerta sin ningún tipo de señal, a un circolo en el que grupos de antiguos supervivientes, sentados en frágiles sillas doradas sobre alfombras raídas, degustaban pez espada a la parrilla, granita di limone y un fuerte café solo, todo ello servido por camareros de librea y guante blanco. Algunos aristócratas vendieron sus posesiones y partieron al exilio. Hace unos años, en Manhattan, cené con una noble siciliana en cuya casa había jugado Lampedusa de niño. La dama había pasado la mayor parte de su vida en París y Nueva York y se consideraba estadounidense.
Lampedusa era demasiado inteligente y de convicciones democráticas demasiado profundas para lamentar el final del único mundo que conocía, aunque seguramente no sintió haberse ahorrado la guerra fascista por ser un terrateniente, es decir, "cabeza de un establecimiento agrario". Las casas de su familia habían quedado arrasadas por las bombas aliadas y su esposa, una formidable baronesa que era pariente política suya, había perdido su castillo y sus terrenos en Lituania, confiscados por la Unión Soviética.
Su vida ya había sido un largo esfuerzo por comprender el mundo y su extraño sitio en él y, antes de la guerra, había viajado por toda Europa, especialmente a Inglaterra y a las tierras de su mujer en el Báltico. Leía sin cesar literatura europea, sobre todo las grandes novelas inglesas y francesas, y absorbía lo que luego iba a necesitar de Stendhal y Jane Austen. De los libros de esta última, decía: "No ocurre nada, gracias a Dios". ¿Era consciente de que necesitaba aprender de estos maestros, o cristalizaron algún oscuro anhelo que él ya sentía? Quién sabe.
La pérdida de la realidad física de su primer mundo personal, por bombas, terremotos, litigios dinásticos, decadencia física y ventas forzosas, pareció desencadenar un aluvión de recuerdos liberador. La memoria era todo lo que le quedaba y lo que le ayudó a dar vida a sus prolongados esfuerzos por comprender Sicilia, el pasado y a sí mismo. La desaparición de los amados palazzi y los terrenos de su niñez desembocó en la crisis creativa que, en sus últimos años, produjo una breve novela sobre otro periodo anterior de crisis y otro miembro de su propia familia.
El ambiente de 1860 en el que vive el príncipe en la novela permanecía prácticamente intacto una generación más tarde, cuando Lampedusa era niño, antes de la Primera Guerra Mundial. El sublime secreto de El Gatopardo es que resulta afectuoso, humorístico y sensual en su evocación de ese mundo perdido, pero nunca sentimental ni nostálgico. El cariñoso retrato en palabras de los jardines, los salones y las salas de baile, las capillas privadas, las bibliotecas, las cocinas y las carrozas sirve para explicar a las personas que los habitaban. Los recuerdos sensuales de la comida, el vino, el incienso y los rituales reproducidos de la caza, el baile, los servicios religiosos y las cenas están mitigados por una interpretación muy mordaz de los intereses personales, las relaciones de clase y el papel histórico de todo el mundo. Hay mucha estupidez presente. El Gatopardo es intensamente ambivalente pero nunca fatalista.
Cuando empecé a escribir sobre Sicilia, unos años después de la crisis criminal y política de 1992, mis recuerdos juveniles de El Gatopardo estaban desdibujados por el tiempo y muy supeditados al recuerdo ligeramente posterior de la versión glamourosa y tremendamente popular realizada por Luchino Visconti para el cine en 1963, cinco años después de la publicación de la novela. Cuando releí el libro vi que las imágenes en tecnicolor de Visconti y los rostros hermosos e inertes de Burt Lancaster, Claudia Cardinale y Alain Delon habían hecho flaco favor a la novela, al eliminar su sutileza. El Gatopardo vive con extraordinaria intensidad la vida diaria corriente con sus aspectos de comedia, e incluso el baile, el clímax romántico de la buena vida en la película de Visconti, es una escena vagamente tediosa y opresiva en el libro.
Releí la novela por curiosidad y me asombraron su inteligencia y su lucidez. La espléndida novela era además un ensayo incisivo e irónico sobre el cambio y la inmovilidad en la sociedad siciliana. Era una brillante reflexión, a su manera oblicua y discreta, sobre el poder de la Iglesia y el ascenso de la Mafia. Mostraba en acción los sistemas interconectados de intereses que controlaban la sociedad siciliana en 1860 y 1950 y que siguen controlándola hoy. La agudeza política de Lampedusa sobre la adaptación de Sicilia a las nuevas realidades proporcionó una frase que, desde entonces, ningún comentarista ha dejado de citar: "Si queremos que todo siga como está es preciso que todo cambie".
El otro aspecto notable de El Gatopardo es el mero hecho de que se publicara. En los años cincuenta, las tensiones de la guerra fría habían empujado la cultura italiana hacia unos polos profundamente enfrentados. La iniciativa cultural estaba en manos de los neorrealistas, relacionados con los comunistas, y para ellos era inconcebible que ese superviviente tardío de una casta decadente pudiera tener nada valioso que decir a mediados del siglo XX. Uno de los más influyentes neorrealistas literarios era otro siciliano, Elio Vittorini, que fue uno de los árbitros que se ocuparon de que los grandes editores italianos rechazaran el libro.
El Gatopardo fue rechazado varias veces y sólo se vio salvado del olvido gracias a la inteligencia de Giorgio Bassani, a su vez un gran novelista y autor de El jardín de los Finzi-Contini, la otra obra maestra de la Italia de posguerra y otro libro sobre convulsiones, pérdidas y recuerdos en la Italia moderna. Bassani fue el único intelectual italiano que supo ver que Tomasi di Lampedusa sí tenía algo importante que decir y lo decía, y fue quien se encargó de que publicara El Gatopardo en 1958 Giangiacomo Feltrinelli, un recién llegado que el año anterior había publicado la primera edición mundial de Doctor Zhivago, de Borís Pasternak. Para entonces, Lampedusa llevaba muerto un año. Su único libro adquirió inmediatamente una popularidad internacional superior a la de cualquier otra obra italiana en todo un siglo -fue el Cien años de soledad de su tiempo- no ha disminuido desde entonces.
REPORTAJE: EN PORTADA - Historia
El poder de la Mafia
ALEXANDER STILLE 17/05/2008
Empecé a interesarme por Sicilia y la mafia a través de su literatura. Cuando fui a vivir a Italia en enero de 1980, era una época de intensa violencia. Había terrorismo de izquierdas, terrorismo de derechas, secuestros, atentados, asesinatos y una sangrienta guerra de mafiosos en Sicilia. Pocos días después de mi llegada fue asesinado el presidente de la región de Sicilia, el político siciliano de más alto rango muerto de esa forma. Hubo mucha especulación: ¿había sido la Mafia o acaso el grupo de terroristas de izquierdas, las Brigadas Rojas, había cruzado el estrecho de Messina? Los diarios estaban llenos de violencia de uno u otro tipo y conocí a gente con guardaespaldas y coches blindados, cuyos hermanos mayores habían desaparecido en el infierno de la lucha armada.
Si uno se limitaba a leer los periódicos, parecía que el país estaba viniéndose abajo; y, sin embargo, cuanto más vivía y trabajaba allí, más comprendía que el país no se venía abajo en absoluto. Al contrario, en el fondo, Italia parecía extraordinariamente estable, incluso inmóvil. El Gobierno cambiaba casi cada seis meses, pero siempre eran los mismos personajes los que entraban y salían, como en el juego infantil de la silla. Entender ese mundo de violencia y el aparente desorden de los acontecimientos externos con el orden interno esencial era un reto semiótico muy interesante y difícil. Descubrí que la literatura, sobre todo la literatura siciliana, me ayudaba a entender mucho mejor que los periódicos las extrañas contradicciones de la vida italiana.
Por ejemplo, El Gatopardo, de Giuseppe Lampedusa, que describía cómo la vieja Sicilia había absorbido y transformado las fuerzas de la reforma tras la unificación de Italia, explicaba muchas cosas. Su famosa frase: "Si queremos que todo siga como está es preciso que todo cambie" parecía definir lo que entonces se llamaba el "compromiso histórico", la alianza entre el Partido Demócrata Cristiano y el Partido Comunista Italiano. También me ayudó a comprender el fenómeno terrorista. Aunque el país parecía estar cayendo en la anarquía y la revolución, en realidad, y como reacción, estaba avanzando hacia la derecha. Algunas personas del Gobierno italiano supieron ver que el terrorismo podía ser una poderosa fuerza en favor del conservadurismo, más que de la revolución.
Los autores sicilianos parecían comprender más que otros la extraña "duplicidad" de la vida italiana, en la que la apariencia y la realidad eran, muchas veces, difíciles de separar; viene a la mente la obra de Luigi Pirandello Cosi' e' se vi pare (Así es, si así os parece). El gran novelista siciliano Leonardo Sciascia publicó en esa época un libro titulado La Sicilia come metafora en el que afirmaba que en Sicilia se concentraban y llevaban al extremo muchos de los males que aquejaban a Italia, una especie de reductio ad absurdum que exponía la lógica esencial de las cosas. Italia es una sociedad en la que los vínculos locales, personales y familiares son mucho más importantes que la lealtad abstracta al Estado y la nación. En Sicilia, con el fenómeno de la Mafia, la fidelidad de clan alcanza su forma más extrema y letal.
Sciascia, a través de sus novelas, sus obras literarias de no ficción, sus ensayos y sus piezas periodísticas, me ayudó a leer la literatura y la realidad literaria de Italia de otra forma.
Su puñado de maravillosas novelas policiacas, como Il giorno della Civetta (El día de la lechuza), A ciascuno il suo (A cada cual lo suyo), Una storia semplice (Una historia sencilla), describían el fenómeno de la Mafia mucho mejor que las crónicas sangrientas de los periódicos, y me ayudaron a entender cómo condicionaba no sólo el mundo de los propios criminales sino la conducta de la gente corriente, el mundo de los jueces, los políticos y los sacerdotes.
Un ensayo de Sciascia que me causó una gran impresión fue la introducción que había escrito a la famosa novela del XIX I promessi sposi (Los novios), que en las escuelas italianas es una especie de Biblia y, por consiguiente, odiada por todos. Como Manzoni era un escritor devotamente religioso, Los novios suele interpretarse como una historia de redención católica y reducirse a una serie de preceptos morales. Sciascia, en cambio, veía el libro como una novela del poder, un diagnóstico despiadado de cómo actúa el poder en Italia y una descripción extraordinariamente profética del fenómeno de la Mafia antes de que existiera un fenómeno de la Mafia.
El relato, escrito durante la ocupación austriaca de Italia en el XIX, está situado, para evitar la censura, durante la ocupación española del norte del país en el XVII. El principal villano es Don Rodrigo, que posee su propio ejército privado de bravi con el que impone su voluntad. Al principio de la novela, Don Rodrigo se entera de que una guapa campesina, Lucía, va a casarse, e insiste en imponer su droit du seigneur y acostarse con ella antes que su marido. La pareja decide huir pero no encuentra quién le ayude. Su sacerdote local, el tímido Don Abbondio, se niega a casarlos por miedo a lo que le pueda hacer Don Rodrigo (Manzoni hace una bella descripción de Don Abbondio como "un frasco de barro que viaja entre dos frascos de hierro", con cuidado de no inclinarse demasiado en una dirección ni en otra). Luego está el abogado Azzeccagarbugli, que manipula con habilidad la ley para explicar por qué no puede ayudar a los jóvenes y da unas explicaciones largas y elaboradas, llenas de frases del código penal y citas en latín, todo perfectamente elocuente y perfectamente falso. Y, por supuesto, está el intrigante personaje llamado L'Innominato (El Innombrado), tan poderoso y temible que no puede revelarse su verdadera identidad.
En los últimos años, he pensado con frecuencia en el ensayo de Sciascia sobre Los novios como una novela del poder y parece describir a la perfección la Italia de hoy. Silvio Berlusconi es Don Rodrigo, que no se atiene a ninguna ley y se limita a coger lo que quiere, con su ejército de ejecutivos que sobornan a jueces e inspectores fiscales. Está la temerosa prensa italiana, el Don Abbondio de la situación, que tiene terror de la ira de Don Rodrigo y aspira a su patrocinio, por lo que, para no quedar al descubierto, tiene cuidado de no hacer su trabajo: contar las noticias independientemente de a quién ayuden o perjudiquen. En el Parlamento nos encontramos con muchos Azzeccagarbugli, incluidos los abogados personales de Berlusconi, que, al tiempo que continúan defendiéndole ante los tribunales, elaboran leyes que ayudan a quedar libre a su cliente e insisten en hacer largas declaraciones memorizadas en las que explican que sus acciones legislativas no tienen nada que ver con los procesos a Berlusconi. Y hay muchos, muchos Innominatos, personas y cosas sin nombre, funcionarios que han sobornado y sido sobornados, mafiosos captados mediante escuchas en conversaciones con miembros del Parlamento, políticos condenados por delitos graves que vuelven al Parlamento como si nada hubiera ocurrido.

Sicilia

Sicilia, tierra cansada
Guillermo Altares entrevista a la escritora Simonetta Agnello Hornby, autora de las novelas La Mennulara, La tía marquesa y Boca sellada.
Publicado en el suplemento Babelia de El País, 17/05/2008;
Cuando uno es invitado a comer a su casa por la escritora siciliana viva más importante, descendiente de una familia noble de Agrigento y afincada en Londres desde los años setenta, espera un desfile de esos manjares que resumen la historia de la isla más grande del Mediterráneo: spaghetti con sardinas, involtini de pez espada, caponata (una especie de pisto de berenjenas y tomate). Sin embargo, las décadas de nieblas y frío se notan, y Simonetta Agnello Hornby (Palermo, 1945) llena la mesa de eso que los británicos llaman comida y el resto de la humanidad, alimentación de supervivencia. Pero el roast beef es la única decepción que sufre el visitante durante su encuentro con la autora de las novelas La Mennulara, La tía marquesa y Boca sellada, que acaba de aparecer en España editada por Tusquets. Agnello Hornby es como su trilogía siciliana: inteligente y sorprendente, una persona que lucha contra los tópicos y dispuesta a enfrentarse a verdades dolorosas sin pestañear, una novelista que ha sido capaz de adoptar una mirada a la vez crítica y cercana sobre el mundo del que viene: la aristocracia siciliana.
Abogada especialista en niños en uno de los barrios más duros de Londres, Brixton, y una importante jurista en el Reino Unido -llegó a presidir el Tribunal Especial de Menores durante ocho años-, Agnello Hornby empezó a escribir a los 55 años gracias a un retraso que le dejó tirada en el aeropuerto de Roma. De aquella larga estancia en Fiumicino nació La Mennulara, una historia de tintes policiacos sobre una mal avenida familia siciliana y su ama de llaves, ambientada en los años sesenta. El libro se convirtió en un éxito mundial, con cientos de miles de ejemplares vendidos en 18 idiomas. Luego siguieron La tía marquesa, una novela clásica basada en una antepasada, una mujer rechazada por su familia y atrapada en un matrimonio desgraciado, ambientada en la Italia decimonónica, que transcurre prácticamente en los mismos años que los dos clásicos de la literatura de la isla: El Gatopardo, de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, y Los virreyes, de Federico de Roberto, una joya de la literatura italiana, que está a
punto de reeditar Acantilado (Agnello Hornby considera, al igual que Leonardo Sciascia, que es la mejor novela sobre la isla). Acaba de cerrar la trilogía con Boca sellada, otro relato sobre la familia y el desamor, aunque en este caso está ambientado en la Sicilia actual, un lugar al que llegan inmigrantes en vez de irse. Son libros que saben jugar con los tópicos sin caer en ellos, que no decepcionan a los amantes de la isla (hay Mafia, familias decadentes, palacios herrumbrosos, almendros, odios, campesinos y bandidos); pero que van mucho más allá del Mediterráneo. Son obras que reflejan una vida rica y difícil, de una mujer que se casó y se divorció muy joven, se instaló en el Reino Unido y escogió dedicarse a un oficio muy duro, abogada de menores en barrios desfavorecidos, un lugar al que llegan constantemente casos terribles.
Agnello Hornby es una mujer atractiva, divertida, clara, rotunda e irónica en sus opiniones, que rara vez coinciden con lo que uno espera de una noble siciliana, tan crítica como orgullosa de sus orígenes. Habla perfectamente inglés, italiano y francés -los tres idiomas que se mezclan en su desordenada biblioteca-, le apasiona viajar y considera que la fama que conlleva haberse convertido en una escritora importante es un molesto engorro del que trata de librarse con la mayor dignidad posible. Su agradable piso del centro de Londres, a cuatro pasos de la estación Victoria, está lleno de fotos de sus dos hijos y sus cuatro nietos. Como no podía ser de otra forma, el primer tema de conversación es la Mafia. Agnello Hornby recuerda un artículo que publicó en julio de 2005 en el magazine del Financial Times. Su título lo dice todo: The fear lives on (El miedo continúa).
"El editor, que es un amigo, me pidió que escribiese sobre mis propias experiencias con la Mafia. Y tuve que mirar dentro de mí misma, buscar la Mafia en mí, que está ahí. Lo que es doloroso. Llamamos mafiositá a la cultura de la Mafia. Hace unos años, en Sicilia, tenía en brazos a mi nieto pequeño, de unos seis meses, y tocó algo y se cortó. Sus padres no estaban: mi reacción inmediata fue llamar a un amigo y preguntarle a quién conocía en el hospital. Luego vino mi hermana y me dijo que las urgencias funcionaban perfectamente. Le llevamos al doctor y todo fue bien. La Mafia crece cuando el Estado fracasa en su responsabilidad de proveer servicios. Si vas a un hospital en Sicilia lo primero que se te pasa por la cabeza es a quién conoces. Yo jamás pensé que iba a tener esa reacción".
En sus libros, sobre todo en La Mennulara, la Cosa Nostra es una presencia fantasmal, pero muy poderosa: apenas se ve, pero está en todas partes. La aparición de un padrino en una misa hace que un parroquiano se mee literalmente en los pantalones. "Siempre es así... Lo impregna todo... Cuando pones perfume en una habitación, o mal olor en este caso, está en todas partes". Desde que se fue a vivir a Londres -lo cual no quiere decir que abandonase la isla, porque allí vive su hermana, que ha convertido la casona familiar cercana a Agrigento en un agroturismo, y sigue viajando mucho, tanto que considera que sus hijos tienen la doble cultura-, los tiempos han cambiado mucho pero la Mafia no. Ha sabido transformarse para mantener su poder, esconderse para seguir presente y eso es algo que se percibe en el trasfondo de Boca sellada. "La Mafia es una organización muy inteligente, extraordinariamente hábil. Se adapta. Al principio era dirigida por gente muy poco cultivada, pero luego los mafiosos que tienen mi edad enviaron a sus hijos a buenas escuelas y se convirtieron en profesionales. Ahora tienen el mismo aspecto que nosotros, mientras que antes parecían campesinos... Son indistinguibles. Les gusta estar cerca del poder político, aunque no tenerlo directamente en sus manos porque ese poder va y viene, pero si controlas todos los gobiernos es mucho mejor. Les gusta el poder más que el dinero, que también les gusta, no nos engañemos. Tenemos un proverbio en Sicilia que dice 'tener poder es mejor que hacer el amor' y es el único lugar en el que he visto un dicho como éste. No es precisamente muy sexy... Una característica de la Mafia es su profunda relación con el territorio... Todos los sicilianos tenemos esa relación, pero es curioso cómo los más poderosos jefes de la Mafia, como Provenzano, prefirieron quedarse en su territorio, aunque fuese en circunstancias muy incómodas".
"Nada puede cambiar a no ser que sea por la voluntad del Estado, si las cosas funcionasen bien en Sicilia la Mafia no podría existir", prosigue. "Necesitamos un lugar en el que puedas encontrar un trabajo sin contactos, en el que vayas a una oficina y el empleado cumpla con su deber, necesitamos un sistema en el que no haya corrupción. En enero estaba hablando con amigos en Sicilia y en un momento dado dije, y tal vez no debí hacerlo, 'todos vuestros hijos, que son brillantes profesionales, han conseguido trabajos a través de los contactos familiares o de los contactos políticos'. Y se produjo un tremendo silencio. Estamos hablando de ingenieros, de altos profesionales, de abogados que en la Sicilia de hoy no encuentran trabajo si no es a través de contactos. Eso es Mafia. Es la mafiositá".
Su trilogía siciliana, escrita en apenas seis años, toca tres periodos muy diferentes: el siglo XIX y la decadencia de una clase social, la aristocracia borbónica, los años sesenta del siglo pasado con la decadencia completada, aunque la nobleza sigue agarrada a lo que fue, y el presente, un mundo moderno, al que por fin ha llegado Europa, pero que en algunos momentos sigue anclado en el universo lampedusiano. Pero hay dos temas que se repiten de forma constante: la familia, muchas veces como un espacio en el que se producen situaciones terribles, y el amor, generalmente desdichado. "¿Por qué la familia y el amor? Porque es la vida, mi vida. Me gusta la familia, soy abogada de familia. Creo que soy una persona feliz, tengo problemas, pero amo la vida, he pasado por muchas dificultades, pero la vida es así. El mensaje que trato de transmitir es que nada es blanco o negro, y también que pueden ocurrir cosas terribles, como el incesto, que aparece en Boca sellada. En mi vida, a causa de mi trabajo, he visto cosas horribles. La familia de La Mennulara en el fondo es muy normal, porque cuando miras a fondo cualquier familia aparecen estas cosas. Mi madre, que es mi mejor editora, censora y lectora, cuando terminé La tía marquesa me dijo: 'Es una historia terrible, ¿no puedes hacerla un poco más feliz?'. Le respondí que no. Y me dijo: '¿Los Agnellos son realmente tan malos?' (risas). Cuando te introduces en una familia son todas horribles, pero nos olvidamos. Es en lo que nos ha convertido la vida. Toda familia tiene sus secretos, sus dramas...".
Pero los dramas familiares que aparecen en su obra no están tomados sólo de Sicilia, sino que, camuflados, emergen los casos que ha tratado en su vida de jurista. "En La Mennulara, por ejemplo, la violación es algo a lo que me he enfrentado muchas veces a través de mis pequeños clientes. Fue algo fácil de escribir, horrible, pero fácil. En La tía marquesa la escena de violencia de la madre hacia su hija es algo que me habían descrito personas que lo habían sufrido. Mi trabajo está allí, tiene que estar allí. No sabe usted la cantidad de veces que me he enfrentado a matrimonios infelices no consumados en la clase media inglesa. Tengo una enorme experiencia de esas cosas, es mi trabajo".
Sin embargo, resulta difícil que la conversación permanezca mucho tiempo fuera del Mediterráneo. Al final, las palabras regresan al lugar en el que nacen sus libros, la isla y su infancia.
Simonetta Agnello Hornby nació en 1945, al final de la II Guerra Mundial (aunque en Sicilia el conflicto acabó en 1943, con el desembarco aliado, dejando paso a un mundo de profunda pobreza, de bandidos y convulsiones sociales, en el que la Mafia creció como una hidra). El escenario de su infancia es Agrigento, una ciudad del centro-sur de la isla, actualmente conocida por el Valle de los Templos (un conjunto de monumentos helénicos Patrimonio de la Humanidad de la Unesco), pero en aquellos años de pobreza era una tierra de minas de azufre y Mafia despiadada. El medio en el que creció era la baja nobleza siciliana. "Tuve una infancia muy extraña. No fui al colegio hasta los 11 años porque mi padre decidió vivir en Agrigento, que es la ciudad de mi madre, mientras que el resto de la familia vivía en Palermo. Estábamos aislados y éramos la familia prominente. Veíamos a otra gente pero, nosotros, los niños, no nos mezclábamos con ellos. Tuve una niñera húngara. Un profesor venía todas las mañanas una hora y media. Y pasaba el resto del día jugando, pintando. En verano venía toda la familia. Recuerdo que una vez me chocó que una amiga de mi madre fuese llamada 'señora' porque toda la gente que conocía tenía un título. Es extraño. Nadie trabajó en mi familia. Leía libros sobre gente cuyos padres trabajaban y no sabía lo que significaba. Es difícil de explicar: no entendía qué eran los festivos. Los días eran todos iguales. Había muchos miedos, porque estaba Giuliano y los bandidos. Mi padre era un hombre muy interesante. Fue un marido realmente muy malo y tampoco puedo decir que fuese un buen padre, pero le queríamos. Era un igualitario, no estaba a gusto en su posición: no podía trabajar, porque los hijos de los barones no trabajaban, no quería hijos ni quería casarse, pero se casó porque amaba a mi madre. Nacimos porque a mi madre le dijeron que no iba a poder tener hijos. Y siempre nos dijo que teníamos que trabajar, parece normal, pero decírselo a una hija en aquel mundo era extraordinario. Nos pidió que no nos casásemos nunca y que no tuviésemos hijos. Su teoría es que pertenecíamos a una clase destinada a desaparecer, que había demasiados habitantes en el mundo, que no tenía sentido reproducirse. Realmente nos quería. Tenía esa vida en la que nadie trabajaba, esa extraña infancia. Cuando estábamos en el campo nos dejaba jugar con los hijos de los campesinos y nos obligó a hablar siciliano. Tuvo problemas con la Mafia, que estaba allí todo el tiempo".
Es inevitable que El Gatopardo, el clásico entre los clásicos sobre Sicilia, publicado hace 50 años y convertido en película por Visconti, que creó una de las obras cumbre del cine europeo, aparezca en la conversación. De pequeña, Agnello Hornby conoció a Giuseppe Tomasi de Lampedusa, que era amigo de un tío abuelo suyo -"si conocer es decir 'buenos días príncipe, buenas noches príncipe', puedo decir que le conocí", afirma-. Sin embargo, esta escritora se muestra muy dura con El Gatopardo, un libro con el que parece mantener una relación de amor / odio y al que pertenece este fragmento: "En Sicilia no importa hacer mal o bien: el pecado que nosotros los sicilianos no perdonamos nunca es simplemente el de 'hacer'. Somos viejos
... muy viejos. Hace por lo menos 25 siglos que llevamos sobre los hombros el peso de magníficas civilizaciones heterogéneas, todas venidas de fuera, ninguna germinada entre nosotros, ninguna con la que nosotros hayamos entonado. Somos blancos, como lo es usted y como la reina de Inglaterra; sin embargo, desde hace dos mil quinientos años somos colonia. No lo digo lamentándome: la culpa es nuestra. Pero estamos cansados y vacíos. (...) El sueño, querido Chevalley, el sueño es lo que más desean los sicilianos y siempre odiarán a quien les despierte".
Preguntada por este pasaje, uno de los más célebres del libro, responde (no sin antes hacer una excursión al horno, que la aleja por unos momentos a miles de kilómetros del Mediterráneo hasta el roast beef). "Tiene razón: somos una nación muy cansada. He leído El Gatopardo varias veces, creo que está bien escrito y que permanecerá como uno de los grandes libros italianos del siglo XX, pero no el mayor. Con el tiempo, algunos libros se desinflan... Lampedusa se basó en la única gente que conocía, los aristócratas, aunque los únicos en Sicilia que miran hacia el futuro son los mafiosos. Esta novela es una generalización y es indolente".
PREGUNTA. -¿Pero no cree que este pasaje contiene muchas de las claves de Sicilia?
RESPUESTA. -Creo que se han dicho muchas tonterías sobre el pasado griego de Sicilia. Si uno va a Grecia, ¿piensa alguna vez en la cultura clásica? No, ha desaparecido... Creo que la auténtica naturaleza de los sicilianos, los sicani, está en Oriente Próximo. Me encuentro completamente en casa en el mundo árabe. Los griegos fueron colonias, que estaban en la costa. Nunca hubo granjeros griegos. Los sicilianos somos gente de tierra, somos campesinos, de secano. Los griegos no llegaron al interior. Creo que el auténtico periodo siciliano es bizantino.
P. -¿Y los normandos, que en la Edad Media crearon un reino que, mezclando el mundo musulmán y el cristiano, se convirtió en una de las culturas más fascinantes de Europa?
R. -Estoy hablando de la gente. Los bizantinos realmente vivieron allí y tenemos sangre bizantina. Los normandos vinieron y crearon una cultura maravillosa, pero se limitó a Palermo. Nunca fuimos realmente conquistados por ellos. Las civilizaciones que nos dominaron nos transmitieron el sentimiento de que éramos una colonia, y también nos dieron un sentimiento de pasividad, algo que ocurre con otros pueblos que han sido dominados.
P. -Y luego vinieron los españoles, que acabaron de fastidiarlo todo...
R. Y- luego llegaron ustedes, efectivamente. En realidad, nunca nos quisieron. El rey sólo vino una vez, en el siglo XVIII. Yo vengo de la aristocracia, que es lo peor en todas partes, pero aquí es el doble de mala. Porque tenemos la aristocracia y además el feudalismo, con lo que desempeñábamos un papel en la estructura de poder. Vivían sólo de la pompa. Mi familia es borbónica y es un tema sobre el que he leído mucho. La tragedia es que hay mucho escrito sobre Sicilia, pero la inmensa mayoría ha sido por extranjeros, no por sicilianos. Tiene que haber una razón. El verdadero desastre para Sicilia fue la conquista por parte de los italianos y Garibaldi, porque coincidió con el principio de la Mafia tras la abolición de los feudos. Lo que ocurrió es que, en el feudalismo, los dueños de la tierra se ocuparon de mantener el orden. Había un sistema de justicia e incluso mandaban a la gente a prisión. Y, a causa de que eran unos vagos o estaban en Palermo esperando al rey que nunca venía, transfirieron el poder a los capataces. En 1812, con la nueva Constitución y la abolición del feudalismo, pudieron vender las tierras. Pero los capataces ya no tenían el poder institucional así que tuvieron que buscar nuevos poderes al margen del Estado. Con mucha inteligencia ayudaron a los luchadores por la unidad de Italia y les proporcionaron transporte y traductores. Cuando vino Garibaldi, confió en ellos para la creación de un sistema político e institucional. La Mafia ya controlaba el Gobierno, desde el nacimiento de Italia... Lo que ocurre con Forza Italia es un déjà vu...
P. -O sea, que todo tiene que cambiar para que todo siga siendo lo mismo...
R. -Es una tontería de Lampedusa, aunque sea un buen aforismo. Es sentido común. Era un hombre muy desagradable, que trataba a la gente que no perteneciese a la aristocracia como inferior y eso es algo que no puedo aceptar. No trabajó un solo día en toda su vida. Pero hay una cosa que me molesta especialmente, que creo que aparece en la biografía de David Gilmour (El último Gatopardo, publicada en España por Siruela): Lampedusa, después de la guerra, fue nombrado presidente de la Cruz Roja en Sicilia. Y no hizo nada. Eso es algo que no puedo perdonar a nadie. Sicilia era muy pobre después de la II Guerra Mundial y, a pesar de estar muy bien pagado, no hizo nada.
Después de comer, Agnello Hornby enciende una pipa y ofrece un estupendo café, espeso y contundente. Habla de sus amigos londinenses, de cómo ha cambiado la ciudad desde los atentados del 7-J de 2005, de Brixton, el principal barrio del sur de Londres, de población mayoritariamente de origen caribeño, de las revueltas de los años setenta, durante las que fue destruido su despacho. Relata con humor -es una narradora estupenda, tanto cuando habla como cuando escribe- los cambios que ha padecido desde que se convirtió en una escritora famosa y muestra en el ordenador el principio de su nuevo libro, escrito en inglés y ambientado en Londres: su título es There's nothing wrong with it (no hay nada malo en ello) y habla de abusos a menores. La tarde sigue lluviosa y por las ventanas entra la luz agotada de la primavera londinense. Sicilia parece muy lejana. Pero la fuerza y la ironía, la inagotable lucha con la historia y las tradiciones que Simonetta Agnello Hornby transmite arrastra sus palabras hasta esa tierra cansada del sur de Europa. Pero por eso ella no es lampedusiana: porque ha luchado toda su vida para despertar del sueño y enfrentarse a la realidad. Su trilogía, su propia vida, su discurso son una prueba de que lo ha conseguido

Lula versus Chávez

Lula versus Chávez/MOISÉS NAÍM
Publicado en El País, 18/05/2008;
Mientras Hugo Chávez se dedica a insultar a la Interpol, Lula da Silva celebra a Standard &Poor's. La Interpol existe para combatir el crimen internacional y Standard&Poor's para evaluar riesgos de inversión. Las dos acaban de emitir importantes informes. Interpol certificó que la información que vincula a Hugo Chávez con los terroristas de las FARC no fue "plantada" por partes interesadas en comprometerlo. Standard& Poor's certificó que Brasil tiene un clima muy favorable para los inversionistas.
La reacción de ambos estadistas no se hizo esperar. "Corrupto, vago, policía gringo, payaso, ridículo, innoble..." fueron algunos de los calificativos que usó el presidente Chávez para describir a Ronald Noble, el secretario general de Interpol, organismo integrado por 186 países, incluyendo Venezuela. La reacción de Lula da Silva al de Standard&Poor's fue algo diferente: "Es casi como si fuera un momento mágico para el país... Tenemos que estar felices pero con mucha seriedad y sensatez... no debemos dejar que la euforia nos haga perder la seriedad... hicimos un ajuste fiscal delicadísimo, conseguimos reducir la inflación, aumentar las reservas, aumentar las exportaciones".
Estas dos reacciones no solo reflejan el carácter de los dos presidentes sino también sus muy diferentes estrategias internacionales y sus actitudes hacia la globalización. Mientras el venezolano espanta a los inversores, el brasileño los seduce. Mientras Chávez se dedica a las FARC, a exportar la revolución bolivariana y llamarle nazi a Ángela Merkel, Lula se ocupa de promover las empresas brasileñas en el mundo y a pasar el fin de semana con George W. Bush en Camp David, persuadiéndole para que le ayude con sus exportaciones de etanol. Mientras la producción de petróleo de Venezuela ha caído por falta de inversión y PDVSA, la petrolera venezolana, es utilizada para importar pollos y exportar maletines llenos de dólares en jets privados a Argentina, su equivalente brasileña Petrobras logra, gracias a sus inversiones en tecnología, descubrir uno de los yacimientos petrolíferos más importantes de los últimos tiempos. Mientras Lula consigue que empresas brasileñas obtengan jugosos contratos en Venezuela, Chávez compra dos mil millones de dólares en armas rusas. Mientras Lula estrecha lazos con empresarios en las reuniones de Davos, Chávez estrecha lazos con Bielorrusia, Irán y Cuba.
Está claro: mientras Chávez se gasta los ingresos petroleros en promover la globalización política y militar de América Latina, Lula da Silva ya es el campeón de la globalización económica. Desde el día en que Lula fue electo en el 2002, la bolsa de Brasil ha ganado un 1.600%. En ese momento, Brasil era considerado un país de alto riesgo y se pensaba que Lula llevaría la economía al desastre. Para sorpresa de todos Lula privilegió la estabilidad económica que había conquistado su predecesor, el admirable Fernando Henrique Cardoso. Esta apuesta le ha dado resultados. Hoy, Lula es el presidente más popular que ha tenido Brasil en décadas. Las razones están a la vista y no sólo para los inversores. En los dos últimos años, 23 millones de brasileños han salido de la pobreza y, lo que es más, ahora tienen vivienda, auto y otros bienes. La desigualdad en el ingreso ha bajado y el país disfruta del mayor nivel de prosperidad en treinta años. Los niveles de consumo de comida, electrodomésticos y medicinas de las clases con menores ingresos no tienen precedentes.
Tanto Lula como Chávez son fieramente críticos de la globalización. Sin embargo, los dos la utilizan con gran provecho. Lula para estabilizar económica y políticamente a su país y Chávez para influir sobre sus vecinos. En Venezuela, el flujo de inversiones extranjeras ha caído a niveles insignificantes y hoy el país recibe menos inversiones extranjeras que algunos de los países más pequeños y pobres del mundo. Mientras tanto, Lula ha convertido a Brasil en destino obligado para los inversores.
Todo esto no quiere decir que Lula haya abandonado sus entusiasmos por el tipo de emociones políticas que provoca Chávez. Según el presidente brasileño, "Chávez es sin dudas el mejor presidente que Venezuela ha tenido en cien años". Esto sorprendió a los analistas que no encuentran en las políticas del presidente brasileño parecido alguno con las de Chávez. Pero los más sorprendidos fueron los millones de venezolanos que viven cada día con los resultados de la conducta del "mejor presidente que han tenido en cien años". Los venezolanos se preguntan: ¿Si a Lula tanto le gusta Chávez por qué no le imita? ¿O mejor aún: por qué no se lo lleva a Brasil?