La edad de la tolerancia/Antonio Hernández Gil, decano del Colegio de Abogados de Madrid
ABC, 16/11/11;
ROMA, 1486. Giovanni Pico della Mirandola cuenta cómo, interrogado el sarraceno Abdala por el espectáculo más maravilloso del universo, respondió que no veía nada más admirable que el hombre, al que Dios ha situado en el centro del mundo, ni celeste ni terrenal, ni mortal ni inmortal, «con el propósito de que tú, como juez y artífice supremo de ti mismo, te des la forma que elijas». Acude a distintas creencias, a la cábala, a Albumasar y Avenzoar, a Platón y Pitágoras, a Hermes, Porfirio, los persas; y mantiene que «en toda escuela hay algo de insigne que no le es común a todas» para no abrazar del todo ninguna. Describe lo sublime y lo más bajo del hombre, nuestras desavenencias peores que guerras civiles, y canta al que hace la paz con sus enemigos: la Oración por la dignidad del hombre.