Revista Proceso #2126, 31 de julio de 2017
La escritura perdurable de Javier Valdez/CÉSAR RAMOS, Fragmentos del prólogo a la antología Javier Valdez Cárdenas. Periodismo escrito con sangre (Aguilar, 2017).
El 15 de mayo de 2017, bajo un sol implacable en la ciudad de Culiacán, fue ejecutado el periodista Javier Valdez Cárdenas. Obvio es decir que el asesinato fue un gesto salvaje de la delincuencia organizada para callar la voz incómoda que señaló con el mismo rigor y valentía los ajustes de cuentas y ejercicio sanguinario de quienes participan en la guerra del narco, así como las alianzas con policías, funcionarios, políticos y demás miembros de esa estructura implacable que responde con balas al razonamiento.
El cuerpo de Javier fue captado por numerosas cámaras y pronto llegó a muchísimos lugares del mundo, en plena calle, muy cerca de donde se encontraban las oficinas del periódico en el que trabajaba y del cual fue fundador, Ríodoce, abatido, con su sombrero tan cerca de él como el dolor; su cuerpo explica, corrobora, que decir la verdad es un acto de justicia y también la posible firma de la sentencia de muerte. El cuerpo de Javier entre la sangre y la tristeza también revela más cosas: