PABLO PARDO Washington, 11 DIC. 2017
El presidente de EEUU, Donald Trump, con un ejemplar de la revista 'Time'.
El presidente de EEUU impone un nuevo marco regulatorio a las compañías del sector de la comunicación, al tiempo que internet cuestiona el modelo de negocio tradicional pero sin generar alternativas
Las empresas que dan empleo a "la gente más deshonesta de Estados Unidos", como Donald Trump suele llamar a los periodistas, están viviendo una transformación en ese país. Es una consolidación en masa, a medida que internet cuestiona el modelo de negocio pero sin generar alternativas y el Gobierno de Donald Trump impone un nuevo marco regulatorio que favorece a las empresas que le son afines y a las distribuidoras de contenidos -como las telefónicas- en detrimento de las creadoras de noticias y entretenimiento. El mejor ejemplo ha llegado recientemente, con el anuncio de la compra de Time Inc. -dueña de más de 100 revistas, entre ellas Time, Fortune y Sports Illustrated- por el grupo de televisión local y prensa especializada Meredith por 2.800 millones de dólares (unos 2.300 millones de euros). Así, el gigante neoyorquino que inventó el semanario moderno cuando Britton Haden y Henry Luce fundaron la revista Time en 1923, pasa a pertenecer a una empresa de Iowa que cuenta con una quincena de televisiones locales y publicaciones como las revistas Shape y Parenting, dedicadas, respectivamente, a la salud de la mujer y a los padres de niños pequeños.