Palabras del Secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont Urueta, durante la “Firma del Convenio de Colaboración Marco entre el Archivo General de la Nación y la Unidad de Gobierno para la Digitalización del Acervo Histórico de Publicaciones Oficiales 1722-1916”, realizada en el Archivo General de la Nación.
México, D. F., a 11 de mayo de 2010 | Discurso
Muy buenas tardes a todos, especialmente es placentero saludar a don Miguel Alessio, que es el único en el pódium que no es propiamente de esta casa, aunque estamos en el mismo gobierno. Muy bienvenido a este evento, que es un evento fundamentalmente, un evento dentro de la Secretaría.
Yo estoy convencido que hay dos grandes líneas con qué celebrar con la firma de este convenio. La primera y más importante, la función social, que significa democratizar la memoria colectiva.
La posibilidad de facilitar el acceso a los mexicanos de aquellos documentos sobre los cuales se ha construido su vida institucional.
El de poder acercar a todos los mexicanos, por la vía del acceso electrónico, a páginas donde puedan consultar y verificar aquellas etapas de la historia que le son de interés; no es ni puede ser poca cosa.
El gobierno es depositario de esa memoria; a él le toca preservar la memoria institucional del país y realizar todos los actos tendientes a ver que aquella memoria plasmada en documentos y en textos pueda servir como impulso a un pueblo, para vincularse orgullosamente a su historia. Nuestra historia, los caminos, los procedimientos, las luchas, las gestas sobre los cuales hemos construido nuestra identidad nacional.
La visión generosa de muchos mexicanos que dieron su vida para brindarle a las generaciones futuras mejores oportunidades de prosperidad, de educación y de formación.
Asumir con gratitud la generación presente del esfuerzo hecha por las generaciones pasadas para construir, también refuerza nuestro compromiso para hacer lo que nos toca, para garantizarse las generaciones futuras un mejor destino y una mejor calidad de vida.
Porque quien sólo trabaja para sí y por sí, empobrece su vida; quien puede asumir una dimensión social por los demás, enriquece notablemente su calidad de vida.
La generosidad es un fruto que beneficia primero al que la ejerce, porque la vida generosa y la vida en donde me hago y me multiplico en mi relación los demás, fortalezco mi propia presencia, la engrandezco a través de todo acto de mejoría que yo pueda hacer o incluir en la vida de los otros.
Este es el auténtico espíritu de servicio que se busca nutrir en el servicio público. Ser servidor público debe ser un privilegio.
Cuántos compatriotas muchas veces se sienten acendrados en la impotencia o en la desorientación, porque no saben qué rumbo tomar para poder mejorar la calidad de vida y el presente que les tocó vivir.
El servidor público tiene un derrotero claro: Ha escogido aquel deber que desea cumplir, para ser útil a los demás. Un servidor público que no traduce su acción en utilidad a los demás, traiciona de la manera más mezquina sus deberes fundamentales como ser humano y se pierde una gran oportunidad de enriquecer su propia vida, a través del amor por lo que se hace.
Así pues, celebro que contra lo que se señala muchas veces que es el segundo motivo de la celebración, puedan encontrar las sinergias internas en la Secretaría, para multiplicar la potencia de lo que hacen.
Simbólicamente es un evento importante que debiera marcar una manera de hacer gestión pública todos los días. Todo se puede hacer mejor con la ayuda de los demás.
La incapacidad para pedir ayuda y para otorgar ayuda, frustra el enorme potencial al que está obligado a servir un gobierno en beneficio de su sociedad.
Y a veces somos testigos de que las diferencias entre unas instituciones y otras, este tipo de sinergias se frustran y el gobierno no asume todo el potencial de bienestar que puede producir.
Por eso, los felicito y le pido al Oficial Mayor, que es el responsable de encontrar estas sinergias productivas, que multiplique las gestiones para encontrar otros espacios de sinergias para que se sepa que cuando menos en la Secretaría de Gobernación no se admiten ínsulas que excluyan a unos u otros del objetivo común de servir a la sociedad mexicana.
Que entre todos se comuniquen aquellas partes de la realidad que les toca superar, que les toca mejorar, cómo pueden hacerse más fuertes mediante la ayuda de otros; cómo encontrar mejores esquemas de convivencia entre la Secretaría, para que cumpla mejor su función.
Hoy me agrada, don Miguel, que usted nos visite y sea testigo de estos dos eventos.
Nuestra capacidad de cumplir mejor con la preservación de nuestra memoria y nuestra obligación de hacerla lo más accesible posible a todo mexicano que tenga legítima curiosidad de cómo se ha forjado la identidad nacional.
A que se visibilice la evidencia documental que nos explica como nación; a que seamos capaces de recordar y agradecer a las generaciones pasadas, desde las próximas donde crecimos, donde aprendimos valores cívicos que hoy explican o debieran explicar por qué estamos trabajando en el gobierno, a aquellas generaciones más remotas que muchas veces tuvieron que jugarse al vida, para que hoy en paz nos reunamos, convocamos y agradezcamos ese ejercicio.
Y, segundo, a que este sólo sea un ejemplo más de que mediante la colaboración se multiplica el potencial de cada uno de nosotros y a que se excluyan aquellas insularidades innecesarias en la gestión pública, que muchas veces obedecen más a aquella parte más pobre de nuestra esencia y a la parte más noble.
Así, pues, felicito a los firmantes por lo que hoy hacen; felicito a la Administración de la Secretaría por posibilitar y fomentar estas sinergias, y le digo que su paso por esta Secretaría será medido por todos estos ejemplos de multiplicación que podamos hacer y que ojalá sirvan de precedente para mejorar la gestión pública, en beneficio de los deberes que explican nuestra presencia en este espacio.
Muchas gracias, bienvenidos y hoy debe ser, por estas dos significaciones, un día de celebración.