20 abr 2007

Cooperación para combatir al crímen organizado

Se aprueban reglas de cooperación para combatir la delincuencia organizada.
Mediante un bolen tín 172/07, fechado este 19 de Abril de 2007, la PGR, informa:
"En un esfuerzo más por establecer mecanismos efectivos de colaboración, a fin de combatir el crimen organizado, los Procuradores Generales de Justicia de los estados, de Justicia Militar, del Distrito Federal y el Procurador General de la República acordaron hoy, como resultado de la XVIII Reunión Nacional de Procuración de Justicia, adoptar un Procedimiento de Colaboración en Materia de Delincuencia Organizada, que establece reglas más claras de operación y coordinación entre procuradores.
El Procurador Medina Mora, "celebró que con la participación de las procuradurías generales de justicia de los estados, se haya logrado establecer un marco normativo que articule de mejor manera el esfuerzo de los órdenes de gobierno en contra de la delincuencia organizada y refuerce las capacidades de las diferentes instancias de procuración de justicia del país.
"Entre los principales compromisos adoptados destaca la necesidad de reforzar los mecanismos de coordinación y colaboración, fortalecer la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada y reestructurar las modalidades de despliegue territorial de la Procuraduría General de la República.
El Procurado, quien presidio la reuníon, "reiteró el compromiso de todos los procuradores del país de estar unidos por un mismo fin: hacer eficiente la investigación y la persecución de los delitos, sin distinguir competencias, sumando esfuerzos entre las procuradurías para enfrentar al crimen con la fortaleza que la unión les proporciona.
"Afirmó que la procuración de justicia exige coordinación y la suma de capacidades mediante políticas públicas que contribuyan a generar en los ciudadanos, la confianza de castigar los delitos con justicia y legalidad."

China, el nuevo modelo económico

El nuevo modelo económico de China/Koseph Stiglitz, es premio Nobel de Economía.
Publicado en EL PAÍS, 19/04/2007;
El éxito de China desde que comenzó su transición a una economía de mercado se ha fundado en unas estrategias y políticas adaptables: a medida que se resuelven unos problemas, surgen otros nuevos, y hay que elaborar políticas y estrategias nuevas para ellos. Este proceso incluye la innovación social. China ha reconocido que no podía limitarse a trasladar las instituciones económicas que habían funcionado en otros países; como mínimo, había que adaptarlas a sus problemas específicos.
Hoy, China debate un “nuevo modelo económico”. Desde luego, el modelo económico anterior ha tenido un éxito indiscutible, puesto que ha producido un crecimiento anual de casi el 10% a lo largo de 30 años y ha sacado a cientos de millones de chinos de la pobreza. Los cambios se ven no sólo en las estadísticas, sino, todavía más, en los rostros de la gente que se ve en el país.
Hace poco visité una remota aldea Dong en las montañas de Quizho, una de las provincias más pobres, a kilómetros de distancia de la carretera asfaltada más próxima; sin embargo, tiene electricidad y, con ella, tiene no sólo televisión sino internet. Algunas rentas han subido gracias a las remesas de familiares que emigraron a las ciudades costeras, pero también los agricultores están más desahogados, con nuevos cultivos y mejores semillas: el Gobierno les vende a crédito semillas de alto grado, con un índice de germinación garantizado.
China sabe que necesita cambiar para tener un crecimiento sostenible. Existe en todos los niveles una conciencia de los límites ambientales y de que las pautas de consumo que utilizan muchos recursos, como las aceptadas hoy en Estados Unidos, serían un desastre para China y para el mundo. A medida que una proporción cada vez mayor de la población china se traslade a las ciudades, éstas tendrán que ser más habitables, lo cual exigirá un urbanismo bien pensado que se ocupe también de sistemas de transporte público y parques.
Resulta también interesante que China esté tratando de abandonar la estrategia de crecimiento basado en las exportaciones que había seguido hasta ahora. Dicha estrategia defendía la transferencia de tecnologías, que ayudaba a cerrar la brecha de conocimientos y mejoraba rápidamente la calidad de los bienes manufacturados. El crecimiento basado en las exportaciones hacía que China pudiese producir sin preocuparse por desarrollar el mercado interior.
Pero ya ha surgido una reacción mundial en contra. Incluso los países aparentemente partidarios de los mercados competitivos son reacios a que les venzan en su propio terreno y, muchas veces, inventan acusaciones de “competencia desleal”. Además, cosa más importante, aunque los mercados no estén totalmente saturados en muchas áreas, será difícil lograr que las exportaciones sigan teniendo una tasa de crecimiento de dos cifras.
De modo que algo tiene que cambiar. China se ha dedicado a lo que podría llamarse “financiación del vendedor”, a proporcionar el dinero que ayuda a financiar los gigantescos déficit fiscal y comercial de EE UU y permitir que los estadounidenses compren más bienes de los que venden. Pero es un acuerdo peculiar: un país relativamente pobre está ayudando a subvencionar la guerra de EE UU en Irak y un inmenso recorte fiscal para los habitantes más ricos del país más rico de la tierra, mientras que, dentro de sus propias fronteras, tiene enormes necesidades que dejan pensar que habría margen de sobra para la expansión interior del consumo y las inversiones.
De hecho, para abordar el reto de reestructurar la economía China tiene que estimular el consumo. Mientras el resto del mundo lucha para aumentar el ahorro, China, con una tasa de ahorro superior al 40%, lucha para conseguir que su población consuma más. Unos servicios públicos de más calidad (sanidad, educación y programas de jubilación) disminuirían la necesidad de tener ahorros “preventivos”. También sería útil que las pequeñas y medianas empresas tuvieran más facilidad de financiación. Y unos “impuestos verdes” cambiarían las pautas de consumo al tiempo que eliminarían incentivos a las exportaciones con uso intensivo de la energía.
A medida que China se aleje del crecimiento basado en las exportaciones, tendrá que buscar nuevos motores en su mundo empresarial, cada vez más amplio, y eso exige el compromiso de crear un sistema de innovación independiente. Lleva mucho tiempo invirtiendo en la enseñanza superior y la tecnología, y ahora se ha propuesto crear instituciones de categoría internacional.
Pero, si desea tener un sistema de innovación dinámico, tiene que resistirse a las presiones occidentales para que apruebe unas leyes de propiedad intelectual tan descompensadas como las que se le exigen. Debería, al contrario, tratar de implantar un régimen de propiedad intelectual “equilibrado”: dado que el elemento más importante en la producción de conocimiento es el propio conocimiento, un régimen de propiedad intelectual mal diseñado puede asfixiar la innovación, como ha ocurrido en EE UU en algunos campos.
La innovación tecnológica occidental se ha interesado poco por reducir las consecuencias ambientales negativas del crecimiento y demasiado por ahorrar mano de obra, algo que China posee en abundancia. De modo que es lógico que China centre sus avances científicos en lograr nuevas tecnologías que empleen menos recursos. Pero es importante contar con un sistema de innovación que garantice un buen aprovechamiento de los avances en el conocimiento. Para ello pueden ser necesarios métodos nuevos, muy distintos a los regímenes de propiedad intelectual basados en la privatización y el monopolio del conocimiento, con los altos precios y los beneficios limitados que de ahí se derivan.
Demasiada gente cree que la economía es un juego a todo o nada y que el éxito de China se ha logrado a costa del resto del mundo. Sí, es verdad que su rápido crecimiento plantea retos a Occidente. La competencia obligará a algunos a esforzarse más, volverse más eficientes o aceptar menores beneficios. Pero la economía, a la hora de la verdad, es un juego de sumas. Una China cada vez más próspera no sólo recibe más importaciones de otros países, sino que suministra bienes que han ayudado a mantener los precios más bajos en Occidente, pese a la brusca subida del petróleo en los últimos años. Esa presión a la baja sobre los precios ha permitido que los bancos centrales de Occidente llevaran a cabo políticas monetarias expansivas, que han servido de base para tener más empleo y crecer.
Debemos confiar en que el nuevo modelo económico de China triunfe. Si lo logra, todos saldremos ganando.

Erdogan

El dilema de Erdogan; editorial
El País, 19/04/2007
El primer ministro turco, el conservador islamista Erdogan, está sopesando si ser él mismo candidato a presidente de la República, cargo que elige el Parlamento, presentar a uno de los suyos en su lugar o anticipar cinco meses las elecciones generales. Los militares, por boca del jefe del Estado Mayor, se han mostrado públicamente contrarios a la candidatura de Erdogan por temor a que su victoria les prive de un bastión tradicional del laicismo kemalista. El pasado sábado, una masiva manifestación en Ankara apoyó esta opinión.
Esta crisis política se ve agravada por las sugerencias de los militares de atacar en el Kurdistán iraquí las bases del PKK, el partido de los trabajadores kurdos; y las tensiones fundamentalistas en sectores de la población, con consecuencias tan lamentables y preocupantes como el asesinato ayer de tres empleados de una imprenta que producía biblias. La democracia en Turquía no puede avanzar bajo tales amenazas, y si Erdogan no se presenta por miedo será un retroceso. La democracia ganará en Turquía si este político, que no ha perdido una sola batalla electoral en su vida -pero que fue condenado por unas palabras de contenido islamista-, llega a jefe del Estado sin someter a discusión, tal como promete ahora, la laicidad del Estado.
Aunque el cargo de presidente tiene un contenido en principio simbólico, en estos momentos tiene una fuerte carga política: es, junto al Ejército, el último reducto de los kemalistas. Tiene algunos poderes reales: nombra a los miembros del Tribunal Constitucional, a los rectores de las universidades, a los presidentes de las fundaciones importantes y, con la mayoría en el Parlamento, podría forzar un cambio de la Carta Magna. La decisión de Erdogan puede demorarse hasta el último minuto, el próximo martes, cuando termina el plazo, pero la dirección de su partido (AKP) entró ayer en la estrategia a seguir ante esta nueva oportunidad.
Los críticos de Erdogan le acusan de tener una agenda islamista oculta. Él insiste en que respetará la laicidad de Turquía, pilar de la república, junto a la democracia y el Estado de derecho. Es verdad que bajo su mandato han avanzado las escuelas islámicas y que intentó penalizar el adulterio. Pero también que, en un giro paradójico, el AKP se ha convertido en un partido más europeísta que la derecha laica. La experiencia de un islamismo democrático, como en su día la conjunción de tradiciones simbolizada en la expresión democracia cristiana en algunos países de Europa occidental, podría ser una fórmula válida no sólo para Turquía, sino tal vez para el conjunto del mundo musulmán.

El quid del asunto es la facilidad para obtener armas

Terreno abonado para otra masacre en la Universidad/Juan A. Herrero Brasas, profesor de Ética Social en la Universidad del Estado de California, EE UU
Tomado de EL MUNDO, 19/04/2007;
La espantosa matanza que, a manos de un estudiante, ha tenido lugar en una Universidad del Estado de Virginia (Virginia Tech) hará que se intensifique el debate sobre la libre venta de armas en Estados Unidos, instalado nuevamente en los medios. A preguntas de los periodistas, el portavoz de la Casa Blanca ha respondido que éste no es el momento de entrar en tal asunto, sino de pensar en las víctimas y acompañar en el dolor a sus familiares.
No se conocen los motivos que han llevado a Cho Seung-Hui -un estudiante surcoreano de origen humilde, criado en Estados Unidos- a cometer este asesinato masivo. Al parecer, estaba en tratamiento por depresión y ha dejado escrita una nota poco coherente en que manifestaba su rabia hacia los «niños de papá», «despilfarradores» y «cotillas». Ese tipo de rabietas y despechos surgen habitualmente en cualquier grupo de personas que se ven obligadas a convivir. Lo extraño es que el joven no fue a buscar a esos «niños de papá» y «despilfarradores», sino que se puso a disparar a diestro y siniestro, sin importarle a quien alcanzaran sus balas. Más aún, un par de horas antes de entrar a las aulas donde cayeron la mayoría de sus víctimas fue a buscar a quien posiblemente era su mejor amiga, y a ella fue a la primera que se cargó.
También sabemos que no se trató de un arrebato repentino, sino que, como en el recordado caso del instituto Columbine, la acción había sido probablemente planeada a lo largo de al menos un mes, a juzgar por la fecha de compra de una de las pistolas. Además, parece que había colgado una nota en internet avisando de que pensaba liarse a matar gente.
Todos estos datos apuntan, probablemente, a un mero desequilibrio mental. Pero, a falta de información más concreta, estamos ante la pura especulación. Sea cual sea la causa profunda, estas explosiones de violencia masiva por parte de un individuo han ocurrido en los últimos años, en mayor o menor escala, además de en Estados Unidos, en países muy dispares, incluido alguno de la UE. La diferencia es que, a causa de la facilidad con la que se puede comprar armas en EEUU, el resultado suele ser allí mucho más grave.
No me cabe duda de que si en España, por ejemplo, se permitiera la libre venta de armas, también se producirían incidentes de ese tipo. Contrariamente a lo que generalmente se cree, el trato social es en nuestro país mucho más hostil y agresivo que en Estados Unidos, como sabe cualquier persona que haya tenido la experiencia de conducir por las carreteras de ambos países o que haya vivido en los dos un periodo suficientemente extenso.
Los motivos últimos que han llevado a esta tragedia bien podrían revelarse en última instancia como puramente triviales, tales como el deseo de fama y notoriedad (tal fue uno de los motivos declarados en las grabaciones que dejaron los adolescentes que llevaron a cabo la masacre del instituto Columbine), o incluso un fenómeno de copycat, es decir, una acción mimética, un mero acto imitativo de lo que habían hecho otros y a base de lo cual consiguieron ser célebres (nótese que esta masacre se ha producido en el mismo mes y casi el mismo día que la matanza del Columbine, ocurrida el 20 de abril de 1999).
Sin más conocimiento de datos, es arriesgado especular sobre los motivos psicológicos o psicosociales que puedan haber influido en el joven surcoreano para cometer esta locura y después suicidarse. La vida universitaria a veces conlleva un gran estrés. El sistema educativo norteamericano es extraordinariamente competitivo. Frecuentemente, la tensión provocada por una gran rivalidad en las aulas se combina con cuestiones personales, lo que eleva la presión a la que están sometidos los alumnos a niveles máximos.
Es bastante habitual el caso de estudiantes extranjeros que viven bajo la amenaza de tener que volverse a sus países de origen -en muchos casos estados en los que hay conflictos bélicos- si no mantienen una determinada nota media, aunque no era tal la situación de Cho Seung-Hui. En otros casos, puede haber una potencial tensión en las relaciones entre estudiantes de diferentes procedencias sociales, geopolíticas o raciales. El presente semestre, por dar un ejemplo personal, yo imparto clases en una misma aula a varios ex-soldados israelíes junto con estudiantes árabes (uno de ellos iraquí), iraníes y marines estadounidenses que han estado destinados en Irak.
Pero ni en esa situación ni en otras de fuerte tensión que he vivido ocasionalmente en las aulas a lo largo de mis ya numerosos años de profesor en una universidad pública norteamericana se me ha pasado por la imaginación la posibilidad de que un estudiante pudiera sacar un arma y liarse a tiros en la clase. No se respira ese temor. Cuando tal cosa ocurre, se trata de algo absolutamente excepcional, y pienso que no tiene sus raíces en condiciones específicas de la vida universitaria.
La cuestión a tratar es, por tanto, la libre venta de armas. Puesto que las armas facilitan la realización de estos asesinatos masivos es lógico preguntarse si tales tragedias no se podrían evitar, bien por completo o al menos mitigar su gravedad, prohibiendo o restringiendo al máximo la venta.
Visto desde España, causa perplejidad el que, dada la periodicidad con que ocurren estas masacres en Estados Unidos, no se prohíba la libre venta de armas. Pero estamos hablando de una cultura que se rige por parámetros diferentes de la española. En la estadounidense, hay ciertas cuestiones de libertad personal que se ven como fundamentales. El derecho a portar armas es una de ellas, pero no la única. Por poner un ejemplo, en Estados Unidos no se ha planteado en ningún momento seriamente el obligar a los ciudadanos a portar un documento nacional de identidad, y habría una fuerte reacción negativa si tal asunto se planteara a nivel legislativo. Y, por dar un ejemplo más, tan trascendental se vio la decisión de abolir el servicio militar obligatorio en aras a la libertad individual, allá por 1970, que a partir de ese momento las fuerzas armadas pasaron a denominarse The All-Volunteer Force (AVF), es decir, Fuerza Exclusivamente Voluntaria, con objeto de subrayar el carácter estrictamente voluntario del reclutamiento.
La tradición imperante en el pensamiento político estadounidense no es la del Estado paternalista, como en Europa continental, sino la tradición puritana de libertad, responsabilidad y castigo. El ciudadano puede comprar libremente un arma para defenderse y defender su propiedad si llega el caso, pero si lo utiliza para delinquir ello le puede acarrear la pena de muerte o la cadena perpetua sin posibilidad de redención. Ni lo uno ni lo otro existe en Europa.
Sin embargo, a estas cuestiones culturales también subyacen intereses económicos. La National Rifle Association (Asociación Nacional del Rifle) constituye un poderosísimo lobby que ejerce una fuerte presión sobre los legisladores para que no se restrinja la libertad de comprar armas. Aun así, sería erróneo pensar que la razón que explica la venta libre de armas en Estados Unidos se reduce exclusivamente a la presión de grupos de interés. Al igual que ocurre con la pena de muerte, también el mantenimiento de la libertad para adquirir armas cuenta con un fuerte apoyo popular.
De todos modos, poco a poco va ganando terreno entre la opinión pública la idea de que hay que restringir la venta de armas, y, de hecho, se van imponiendo ciertas restricciones, como la impuesta en el Estado de California, donde desde hace ya algunos años está prohibida la venta de ametralladoras.
No se negará que es un cierto avance.

Dos años de papado: ¡Felicidades!


Este jueves 19 de abril se celebra el segundo año del pontificado de Joseph Ratzinger, mas conocido por Benedicto XVI; una información del vaticano señala que 1,020,600 personas han participado en las audiencias generales de los miércoles, 351,620 en las audiencias especiales, 536,000 en las celebraciones litúrgicas, y 1,460.000 en los Ángelus dominicales. El total de participantes en estos encuentros públicos con el Papa es de 3,368,220.
Pero, el papa que esta semana cumplió 80 años, sigue en su línea dura y se afianza como el pontífice que temíamos muchos, en la misma línea conservadora de Juan Pablo II.
Ratzinger fue elegido el 19 de abril del 2005 para suceder a Juan Pablo II; empezó extendiendo la mano a disidentes, a representantes de otras religiones y a países tradicionalmente hostiles a su Iglesia. Pero en los últimos meses, a medida que se aproximaba a sus 80 años, ha trazado una posición más enérgica. Ha rechazado los llamados, incluyendo los de obispos de su Alemania natal, para permitir que los católicos divorciados que vuelven a casarse participen plenamente en la iglesia.
Ha advertido a los políticos católicos que deben decidir en cuestiones como el aborto, la eutanasia y el matrimonio, y que los valores de la fe ''no son negociables''. Y ha cerrado las puertas a toda flexibilización del requisito del celibato sacerdotal; ni que pensar en uniones de sociedades de convivencia; su defensa por la ''familia tradicional'' ¡es a morir!
Se resalta en los últimos meses su visita el pasado septiembre a Alemania, a la universidad de Ratisbona, su alma mater, cuando sus referencias al Islam y la Guerra Santa indignaron al mundo musulmán. Desde entonces el Papa se ha retractado en parte en ese asunto, y si bien insiste en condenar la violencia en nombre de la religión, se ha abstenido de acusar al Islam. De hecho pidió disculpas por sus malas interpretaciones. Una de las cuestiones más importantes sin duda fue su visita a Turquía, fue el tercer Papa que lo ha hecho, en los sesentas fue Pablo VI y en 1979, Juan Pablo II:
Mucho catecismo y poca política: Politi.
Marco Politi, corresponsal en el Vaticano del periódico italiano La República y biógrafo de Juan Pablo II, dice que ''Ratzinger es una gran figura cultural, espiritual e intelectual, pero en el Vaticano ha sido un predicador. Históricamente, un gran profesor no siempre es un gran jefe de estado''. “No ha habido reformas internas ni nuevas iniciativas en el escenario internacional para el diálogo entre las grandes religiones. Hay mucho catecismo y poca política''.
Pero, Benedicto XVI ha perdido batallas. Perdió terreno en la España católica, que aprobó el matrimonio homosexual; lo esta perdiendo también en México con el aborto y la eutanasia. "Son batallas perdidas",
me decía mi amigo el sacerdote Antonio Roqueñí, uno de los hombres más lúcidos y valientes que ha dado la Iglesia Católica. Toño fue mucho tiempo uno de los principales críticos del Sr. Ratzinger, otrora Presidente de la Congregación para la Doctrina de la FE, es decir, de la Santa Inquisición; hace dos años, a minutos de que fue nombrado, cambio su percepción, dijo, "Ratzinger ya no existe, existe Benedicto XVI y a él toda mi lealtad!
Una de sus marcas de Benedicto XVI es que hasta jubilando a la edad limite a sus colaboradores, bueno solo a algunos, a los no tan cuates, como a Angelo Sodano y al Eduardo Martínez Somalo, el excamarlengo.
Para Enrique Miret Magdalena, un respetado teólogo español Benedicto "un anciano y el papado depende de él. Le teme al cambio''.
Otro dato del papado de Benedicto XVI es que desea seguir siendo un profesor , lo hizo en Ratisbona el pasado mes de septiembre, cuando se quito la sotana y hablo como catedrático; meses antes recibió a un conocido disidente y ex colega universitario, el teólogo liberal Hans Kung, que cayó en desgracia durante el papado de Juan Pablo. Que por cierto recientemente visito México
También disciplinó a Marcial Maciel, fundador del movimiento Legionarios de Cristo, protegido de Juan Pablo, que durante décadas fue objeto de denuncias de abuso sexual. Por lo menos le quito la dirección de la Congregación.
El Papa visitará Brasil en mayo para pronunciar un discurso importante a los obispos latinoamericanos.
Por todo eso; ¡Felicidades al Papa, por su segundo aniversario!