El sector aeronáutico, un asco
PATRICIA DáVILA Y RODRIGO VERA, reporteros
Revista Proceso (www.proceso.com.mx), No 1674, 30 de noviembre de 2008;
La caída del Learjet 45 de Gobernación sacó a la superficie una cadena de irregularidades que exhiben tanto las fallas de las aeronaves como las de la burocracia de Comunicaciones y Transportes. Pero lejos de aceptarlo y enderezar la situación, la dependencia encabezada por Luis Téllez se lanza contra sus críticos. Así lo hizo con el secretario del trabajo del Sindicato Nacional de Controladores Aéreos, Ángel Iturbe, a quien quitó su comisión sindical y lo regresó como controlador al aeropuerto de Culiacán.
Una larga cadena de irregularidades, provocada en gran parte por las presuntas corruptelas en la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), sobre todo cuando su titular era el capitán Gilberto López Meyer, incidió en la catástrofe aérea en la que murió el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, según se desprende de la información que poco a poco van arrojando las pesquisas en torno del siniestro.
La corrupción se inició, al parecer, con la compra del defectuoso Learjet 45 de segunda mano hecha por la Secretaría de Gobernación; luego siguió un proceso de licitación dudoso para que una empresa se encargara de darle mantenimiento a la nave, hasta llegar a la deficiente capacitación a uno de sus pilotos que fue avalada por la autoridad aeronáutica, que también certificó a la escuela que lo mal entrenó.
Y es ahora el propio López Meyer quien, el viernes 21, interpuso una denuncia ante la Secretaría de la Función Pública (SFP) para que investigue los probables ilícitos que cometieron quienes eran sus subalternos. Mientras que el titular de esa dependencia, Salvador Vega Casillas, ya adelantó que la corrupción fue la que realmente mató a Mouriño.
Pese a que el gobierno de Estados Unidos advirtió desde 2003 que los aviones Learjet 45 tenían fallas estructurales, Gobernación ignoró esa señal de alerta y adquirió el avión al año siguiente.
La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) señalaba que por lo menos 222 de esas aeronaves -fabricadas por la empresa canadiense Bombardier- tenían fallas en una pieza de su estabilizador horizontal.
Hasta el mismo fabricante (en el reporte Docket 2003-NM-141-AD; Amendment 39-13262; AD 2003-16-09) había informado que los Learjet tenían condiciones de fatiga en el tren de aterrizaje, lo que era un obstáculo para que cumplieran con sus expectativas.
Sin embargo, Gobernación compró el aparato en alrededor de 7 millones de dólares, un precio de ganga si se toma en cuenta que -según los expertos- su valor real era de entre 9 y 11 millones de dólares.
En noviembre de 2005, el entonces secretario de Gobernación, Carlos Abascal, canceló una visita que tenía programada a Mérida debido a que se detectaron fallas en el tablero sobre el sistema de frenos de la aeronave. Y se le hizo una exhaustiva revisión.
Después, en diciembre de 2007, Gobernación celebró un contrato -por un monto máximo de 13.6 millones de pesos- con la empresa privada Centro de Servicios de Aviación Ejecutiva para que ésta se encargara por un año del mantenimiento integral del minijet y le proveyera además de sus pilotos Álvaro Sánchez y Martín de Jesús Oliva.
Anomalías
La semana pasada, la SFP realizó un operativo sorpresa en las oficinas de Gobernación para tomar bajo resguardo toda la documentación relacionada con ese contrato, que estuvo a cargo de la Dirección General de Recursos Materiales.
Los tres funcionarios de esta dirección que participaron directamente en la licitación pública -la número 00004010-020-07- son Carlos Juraidini Rumilla, director de Adquisiciones; Francisco González Muñoz, director adjunto de Recursos Materiales; y Efrén Galindo Amador, subdirector de Adquisiciones.
El viernes 21, Luis Téllez, secretario de Comunicaciones y Transportes, adelantó algunas irregularidades en el contrato:
"En dicha licitación no se exigió específicamente la licencia de operación del taller que daría mantenimiento a la aeronave; no se pidió específicamente un mínimo de horas de vuelo del personal de pilotos que podría operar el avión.
"Hasta este momento el comité investigador no tiene evidencia de la disponibilidad de dos equipos que pudieran sustituir al Learjet 45 XC-VMC en los casos en que éste no pudiera ser usado, por encontrarse en mantenimiento, conforme a uno de los compromisos asumidos por la empresa."
Aparte de "estas irregularidades que podrían constituir responsabilidades por parte de la empresa contratada", Téllez agregó que un centro de capacitación aeronáutico en el aeropuerto de Toluca revalidó ilegalmente la licencia de uno de los pilotos del Learjet, la cual pudo ser avalada "por algún servidor público" adscrito a la comandancia de ese aeropuerto.
Sin mencionar sus nombres, Téllez se refirió al copiloto Álvaro Sánchez y al Centro de Adiestramiento y Asesoramiento Aeronáutico, de Toluca.
El abogado de esa escuela, Christian Bustamante, en una entrevista con el periódico Reforma, admitió que el copiloto Sánchez se presentó en la escuela, en febrero pasado, con una licencia ya autorizada por la DGAC que lo acreditaba con capacidad para volar el Learjet 45. Su licencia estaba por vencer.
Bustamante agregó que el copiloto hizo que el instructor Francisco Chao Fernández le firmara una bitácora de vuelo en blanco, que llenó el propio copiloto adjudicándose 11 prácticas de vuelo en el Learjet 45. Luego pidió que se la sellara una secretaria del centro.
Estos hechos empiezan a destapar muchas irregularidades en la expedición de licencias y en el funcionamiento de los centros de capacitación aeronáutica, que deben ser supervisados por la DGAC. Según datos del Colegio de Pilotos, actualmente hay en México alrededor de 6 mil 200 pilotos con licencia y unas 100 escuelas de aviación.
Culpas compartidas
El piloto Enrique Sanders, director de la revista aeronáutica Interxtra, señala: "En nuestro medio es común decir que hay 'licencias sin piloto', ya que muchos de ellos trabajan con licencia 'patito', lo cual es muy peligroso. Inmediatamente notas a quién se brincó las trancas y trae una licencia 'chocolate', pues a veces ni siquiera se sabe sentar como piloto".
-¿La DGAC es la responsable de esta situación?
-Por supuesto. Es la autoridad que debe supervisar y controlar no sólo a los pilotos y a los centros de capacitación, sino también a las aerolíneas. Por ejemplo, después de que los alumnos cumplen con los requisitos que les marca la escuela, la DGAC debe evaluarlos.
"También debe realizar inspecciones en los centros de capacitación, para comprobar que la instrucción sea la adecuada, que sus talleres estén funcionando bien, que se impartan las horas de vuelo estipuladas. En fin, deben ser inspecciones tanto en lo técnico como en lo administrativo."
Sanders indica que, por desgracia, es común que ni siquiera sean pilotos los inspectores de la DGAC que hacen las evaluaciones de vuelo:
Muchas de estas irregularidades se cometen, dice Sanders, debido a que resulta muy costosa la instrucción aeronáutica, por lo que algunos prefieren dar una "mordida" para obtener una licencia, que pagar el costoso adiestramiento.
Explica: "Una hora de vuelo cuesta alrededor de 2 mil pesos. Y se requieren 180 horas para obtener una licencia de piloto comercial. Aparte se tiene que pagar la instrucción teórica y la capacitación en simulador. De manera que ya estamos hablando de por lo menos medio millón de pesos. En lugar de desembolsar esa cantidad, con unos 70 mil pesos obtienes tu licencia y se acabó.
"Para revalidar las licencias, de pronto se requiere ir a capacitarse a alguna escuela de Estados Unidos, como la renombrada Flight Safety, en Houston, donde el costo del curso fluctúa entre los 15 mil y los 35 mil dólares. La aviación no es para pobres. Si alguien no tiene dinero para pagar su capacitación, pues mejor que se dedique a otra cosa."
-¿Es justo culpar solamente a los pilotos del Learjet 45?
-No, no se vale echarle la culpa sólo a ellos. Aquí la DGAC también tuvo responsabilidad, pues fue la instancia que finalmente avaló el adiestramiento de los pilotos. Primero les da el visto bueno y luego, al desplomarse el Learjet, resulta que ellos estaban mal y tuvieron la culpa de todo. ¡No se vale! Es lo mismo que sucede con las aerolíneas; al principio se dice que cumplieron muy bien con todos los requisitos y evaluaciones. Pero están mal a partir de que tienen un accidente.
Coyotaje
Héctor Dávila Cornejo, director de la revista América Vuela, especializada en aviación en Latinoamérica, asegura:
"En la subdirección de certificación de licencias, de la DGAC, todos están coludidos en la corrupción que se da por la expedición de licencias. Es tan grande, que hasta las secretarias están involucradas."
Y afirma que exfuncionarios de esa subdirección son hoy propietarios o socios de algunos centros de capacitación, como José Julián Ávila, quien es propietario del Centro Aeronáutico de México, que le dio el certificado de capacidad al copiloto Álvaro Sánchez; o Salvador Santiago Reyes, dueño del Centro de Adiestramiento y Asesoramiento Aeronáutico de Toluca, el cual le avaló al mismo copiloto las "prácticas de emergencia" para volar el Learjet 45.
Agrega Dávila Cornejo: "Los directores de varias escuelas trabajaron primero para la DGAC, crearon ligas dentro de la institución para luego dedicarse al lucrativo negocio de capacitar por fuera. Es un sistema de coyotaje".
-¿Cómo operan esos centros de capacitación?
-La mayoría puede dar la primera fase de capacitación, con la que se obtiene la licencia de piloto privado. Dan a sus alumnos unas clasecitas regulares, utilizando un póster que les muestra los diferentes sistemas del avión. Requieren volar 40 horas en un avión sencillo que no tienen las escuelas, pero lo piden a alguna compañía aérea que sí lo tiene.
"El problema grave empieza en la segunda fase, cuando se estudia para piloto comercial, lo que requiere de 180 a 200 horas de vuelo y unas 50 horas de simulador. En esta etapa, las escuelas realmente imparten la mitad de las horas de vuelo requeridas, con el fin de abaratar el costo. Y se evitan el simulador, porque no lo tienen. En esta etapa, algunas escuelas les ofrecen licencias a los estudiantes por 80 mil pesos.
"La tercera fase es cuando la escuela certifica la capacidad de un piloto para volar una aeronave específica. O bien, cuando avala las prácticas de emergencia que deben realizarse en simuladores que no existen en México, por lo que hay que ir, por ejemplo, a Flight Safety."
"Si se auditara a los helicópteros civiles nos llevaríamos una terrible sorpresa; en México no existe una sola escuela que imparta capacitación a los pilotos de esas aeronaves. A ese grado está la aeronáutica del país", concluye Dávila.
Las erráticas políticas de la DGAC pueden explicarse, en parte, por el hecho de que algunos de sus titulares han sido ajenos a la aeronáutica, como fue el caso de Federico Cánovas, un licenciado en derecho, o de Antonio Barges, un ingeniero químico de quien se decía, jocosamente, que era "tan buen químico que había convertido a la aviación en mierda".
Jorge Sunderlad, consultor en aeronáutica, asegura que el desplome del Learjet "está dejando ver el desorden en materia aeronáutica que vive el país".
Ejemplifica con la apertura indiscriminada que se le dio al sector privado para operar aerolíneas, algunas de las cuales ya cerraron, como Azteca, Aerocalifornia, Aladia, Novair y Aerolíneas Mesoamericanas. "Fueron víctimas de la irresponsabilidad de las autoridades", que ya sabían que se avecinaba una crisis.
Señala que López Meyer, siendo titular de la DGAC, fue "el artífice de este otorgamiento indiscriminado de permisos y concesiones", que actualmente llega a unas 3 mil, abarcando aerolíneas privadas y comerciales. Estas últimas incluyen a las de pasajeros, paquetería, publicidad aérea, fumigación agrícola, publicidad aérea, etcétera.
El lunes 24, López Meyer, actual director de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), y Humberto Treviño, subsecretario de Transporte de la SCT, comparecieron ante la Comisión de Turismo de la Cámara de Diputados.
Ahí, Treviño reveló que las aerolíneas Azteca, ATA, Aviacsa y Aerocalifornia adeudan mil 600 millones de pesos al gobierno federal por abasto de combustible, servicios aeroportuarios y uso del espacio aéreo, entre otros rubros.
Auditorías
En su columna Corporativo, publicada el miércoles 26 en el diario El Financiero, el analista Rogelio Varela señala que se trata de "subsidios ocultos" dados de manera "discrecional" a determinadas aerolíneas. Y agrega:
"Ese conjunto de irregularidades ha generado un esquema opaco de subsidios que distorsiona el sistema de precios y la competencia en la aviación, que se alimenta de recursos públicos para permitir que sigan operando aerolíneas de 'bajo costo' que se han tornado en sinónimo de 'baja calidad'."
Formado en el gobierno de Carlos Salinas y cuajado en el de Ernesto Zedillo -en el que, como secretario de Energía, intentó privatizar el sector eléctrico-, Luis Téllez también es un fuerte impulsor de estos esquemas neoliberales. Durante el sexenio foxista, él estuvo fuera del gobierno y trabajó para varias empresas: Grupo Desc, FEMSA, Grupo México y The Carlyle Group.
Este último grupo fue proveedor de armamento al Pentágono y en varios países ha sido acusado de participar en la venta ilícita de armas. Además, Carlyle incursiona en las industrias farmacéutica, aeroespacial y de telecomunicaciones, justo el área en la que ahora Téllez se desempeña (Proceso 1571).
Por lo pronto, a partir de la semana pasada, peritos de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) empezaron a auditar a Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam) y, dadas las irregularidades, quizá esta auditoría se extienda a la DGAC.
A las autoridades aeronáuticas les preocupa que se ventilen sus deficiencias, por lo que, el viernes 28, castigaron a Ángel Iturbe, secretario del trabajo del Sindicato Nacional de Controladores Aéreos, uno de sus principales críticos y quien entregó a Proceso documentación sobre las fallas en los sistemas de tránsito aéreo, evidenciando la negligencia de la SCT para atenderlas.
Repentinamente, el Seneam le quitó a Iturbe su "comisión" sindical y lo regresó como controlador al aeropuerto de Culiacán. "Es un acto represivo e ilegal. Protestaré ante el Tribunal de Conciliación y Arbitraje", advierte Iturbe.
Ego sum qui sum; analista político, un soñador enamorado de la vida y aficionado a la poesía.
1 dic 2008
Ecuador
Ecuador: "Colombia no cuida la frontera"
El Ministro de Defensa de Ecuador, Javier Ponce, denunció la presencia de campamentos guerrilleros en la frontera de su país con Colombia. Insistió que la CIA sabía del ataque en suelo ecuatoriano en el que murió Raúl Reyes.
Tomás Ciuffardi, redactor BBC Mundo
SEMANA on line (http://www.semana.com/)
El Ministro de Defensa de Ecuador, Javier Ponce, denunció la presencia de campamentos guerrilleros en la frontera de su país con Colombia. Insistió que la CIA sabía del ataque en suelo ecuatoriano en el que murió Raúl Reyes.
Tomás Ciuffardi, redactor BBC Mundo
SEMANA on line (http://www.semana.com/)
En los últimos días militares ecuatorianos descubrieron dos campamentos clandestinos pertenecientes a grupos irregulares colombianos, en las provincias fronterizas de Sucumbíos y Esmeraldas, en el norte de Ecuador.
En el campamento de Sucumbíos, ubicado a tres kilómetros de la frontera, se halló material de propaganda de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y documentos relacionados con la emisora "La Voz de la Resistencia", según informaron autoridades militares a medios locales.
Mientras que, en la provincia de Esmeraldas, los militares informaron que en el campamento clandestino se encontró armamento, ropa militar, equipos de visión nocturna y de navegación satelital, aunque no se identificó a quién pertenecen.
Los hallazgos son el último capítulo de varios hechos que se han sucedido en el último mes en la frontera colombo-ecuatoriana, con incursiones de presuntos paramilitares, refriegas entre grupos irregulares y el ejército ecuatoriano, y protestas de Ecuador hacia Colombia por no "cuidar" su frontera.
Las relaciones entre Ecuador y Colombia están rotas desde el 3 de marzo, dos días después del ataque militar colombiano a un campamento clandestino de la guerrilla de las FARC ubicado en territorio ecuatoriano, donde murió el líder guerrillero "Raúl Reyes".
BBC Mundo habló con el ministro de Defensa de Ecuador, Javier Ponce, quien opina que lo ocurrido en las últimas semanas, sobre todo en la provincia costera de Esmeraldas, es "preocupante".
"Es una zona donde grupos de bandolerismo y grupos nacidos de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) están asolando la zona con sicariato, amenazas a los propietarios de tierras, presión para la venta de tierras y una cantidad de fenómenos que se han dado en las últimas semanas que nos preocupan", afirma Ponce.
"Falta de interés"
A inicios de mes, el Ministerio de Defensa denunció la incursión de unos 20 miembros del grupo paramilitar denominado "Águilas Negras" al poblado costero de Borbón, en el noroeste de Ecuador, donde hirieron a tres personas, una de las cuales posteriormente falleció.
Esto provocó que el gobierno ecuatoriano enviara una nota de protesta a Colombia por una supuesta "falta de control fronterizo" y paralelamente destinó refuerzos militares a la zona, movilizando incluso tanquetas blindadas para evitar otras incursiones.
El ministro Ponce sostiene que Ecuador no se "ahorrará ningún sacrificio" para detener el ingreso de fuerzas irregulares al país y afirma que el gobierno no dejará de protestar ante su vecino cada vez que ocurra un evento de este tipo.
"Yo creo que el gesto de mandar notas (de protesta) es una demostración de que el problema está vivo para nosotros y no hace parte de nuestra rutina, no aceptamos que haga parte de nuestra cotidianeidad, ése fue un ataque grave, aleve", dijo el funcionario.
Según Ponce, a Ecuador le cuesta "por lo bajo, unos US$150 millones anuales" mantener la vigilancia en la frontera con Colombia, "sin contar lo que se tiene que invertir en armamento" ni lo que se invierte en asistencia para refugiados.
También afirma que, en los dos últimos años, siete soldados ecuatorianos han fallecido en choques contra las FARC.
"Desproporción"
La tesis de Quito es que hay una desproporción entre Ecuador y Colombia con respecto a los recursos que se destinan a la frontera, tomando en cuenta de que se trata de un problema interno colombiano.
"Creo que el problema radica en que no son las fronteras el principal interés del gobierno de Colombia, más bien prefiere actuar en lugares más centrales del país, no en zonas tan remotas como el Putumayo", aseguró el ministro.
"Es una estrategia de Colombia, ellos sabrán por qué lo hacen pero ciertamente no cuidan la frontera", añadió.
Creo que el problema radica en que no son las fronteras el principal interés del gobierno de Colombia, más bien prefiere actuar en lugares más centrales del país, no en zonas tan remotas como el Putumayo.
Hernando Salazar, corresponsal de la BBC en Colombia, indica que las autoridades de ese país niegan que tengan descuidada la frontera sur, pero explican que deben atender muchas áreas del país en la lucha contra la guerrilla y los narcotraficantes.
En la frontera con Ecuador, las fuerzas militares de Colombia tienen más de 4.000 del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y la Policía Nacional, informa Salazar.
Agrega que en los departamentos colombianos de Nariño y Putumayo operan dos brigadas del Ejército, un batallón de infantería de Marina y tres distritos de Policía. Además de efectivos contraguerrilla, en el área también operan unidades especializadas en la antinarcóticos.
Estados Unidos
Ecuador presentó un informe a fines de octubre donde se afirma que Estados Unidos tenía conocimiento del ataque que se estaba llevando a cabo en suelo ecuatoriano.
El ministro Ponce afirma que hay dos hechos concretos que prueban la participación estadounidense en la operación para acabar con Reyes.
"Uno es una llamada de un miembro de la CIA a un miembro de la unidad de investigaciones especiales de la policía a las 00h30 de la madrugada del 1 de marzo para informar que en ese momento estaba ocurriendo un ataque en la frontera norte y que el presidente Uribe le llamaría más tarde al presidente Correa para explicarle. ¿Cómo es que esa afirmación puede darse si es que no había un conocimiento previo?", pregunta Ponce.
"El otro dato es que, cuatro o cinco días antes del ataque, llegó a la base de Manta (operada por EE.UU.) un avión de inteligencia norteamericana que comienza a realizar vuelos nocturnos, cuando nunca se habían hecho vuelos nocturnos desde esa base. La víspera del ataque sale a las 21h00 y regresa el 1 de marzo a las 04h00 y, después de cuatro o cinco días, se va y no vuelve más".
Según Ponce estas evidencias "demostrarían que hay una injerencia real en la relación colombo-ecuatoriana por parte de potencias externas", aunque asegura que quien "debe explicar cómo ocurrió el ataque es, fundamentalmente, Colombia".
Reiteradamente, el gobierno colombiano ha negado la participación de terceros países-y concretamente de Estados Unidos- en la operación en que se atacó el campamento de Raúl Reyes.
Críticas
El ministro ecuatoriano también fue crítico con su par colombiano, Juan Manuel Santos, afirmando que éste "ha jugado un papel destacado en cuanto a alimentar la tensión" entre ambos países.
"(Santos) ha manejado denuncias a través de la OEA cuando, en el marco de la cartilla de seguridad, las Fuerzas Armadas colombianas podían transmitir información directa a nuestras Fuerzas Armadas, lo que me hace sentir que eso lo hacía simplemente para alimentar una tesis internacional de que el Ecuador no cuidaba su frontera norte", dijo Ponce a BBC Mundo.
Además, el ministro aseguró que la actual crisis entre Ecuador y Colombia va más allá de la pugna entre dos presidentes.
"Lo que quiso Colombia el 1 de marzo es probar en el Ecuador la tesis tan entrañable para Estados Unidos, y para otros países, de que cuando se trata del combate a un supuesto terrorismo no hay fronteras nacionales y entonces hay un deseo de regionalización del conflicto".
"Es demasiado ligero decir que es un problema de pugna entre dos temperamentos: Uribe y Correa. No, es un problema de proyecto político, de opciones políticas distintas", aseveró.
En el campamento de Sucumbíos, ubicado a tres kilómetros de la frontera, se halló material de propaganda de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y documentos relacionados con la emisora "La Voz de la Resistencia", según informaron autoridades militares a medios locales.
Mientras que, en la provincia de Esmeraldas, los militares informaron que en el campamento clandestino se encontró armamento, ropa militar, equipos de visión nocturna y de navegación satelital, aunque no se identificó a quién pertenecen.
Los hallazgos son el último capítulo de varios hechos que se han sucedido en el último mes en la frontera colombo-ecuatoriana, con incursiones de presuntos paramilitares, refriegas entre grupos irregulares y el ejército ecuatoriano, y protestas de Ecuador hacia Colombia por no "cuidar" su frontera.
Las relaciones entre Ecuador y Colombia están rotas desde el 3 de marzo, dos días después del ataque militar colombiano a un campamento clandestino de la guerrilla de las FARC ubicado en territorio ecuatoriano, donde murió el líder guerrillero "Raúl Reyes".
BBC Mundo habló con el ministro de Defensa de Ecuador, Javier Ponce, quien opina que lo ocurrido en las últimas semanas, sobre todo en la provincia costera de Esmeraldas, es "preocupante".
"Es una zona donde grupos de bandolerismo y grupos nacidos de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) están asolando la zona con sicariato, amenazas a los propietarios de tierras, presión para la venta de tierras y una cantidad de fenómenos que se han dado en las últimas semanas que nos preocupan", afirma Ponce.
"Falta de interés"
A inicios de mes, el Ministerio de Defensa denunció la incursión de unos 20 miembros del grupo paramilitar denominado "Águilas Negras" al poblado costero de Borbón, en el noroeste de Ecuador, donde hirieron a tres personas, una de las cuales posteriormente falleció.
Esto provocó que el gobierno ecuatoriano enviara una nota de protesta a Colombia por una supuesta "falta de control fronterizo" y paralelamente destinó refuerzos militares a la zona, movilizando incluso tanquetas blindadas para evitar otras incursiones.
El ministro Ponce sostiene que Ecuador no se "ahorrará ningún sacrificio" para detener el ingreso de fuerzas irregulares al país y afirma que el gobierno no dejará de protestar ante su vecino cada vez que ocurra un evento de este tipo.
"Yo creo que el gesto de mandar notas (de protesta) es una demostración de que el problema está vivo para nosotros y no hace parte de nuestra rutina, no aceptamos que haga parte de nuestra cotidianeidad, ése fue un ataque grave, aleve", dijo el funcionario.
Según Ponce, a Ecuador le cuesta "por lo bajo, unos US$150 millones anuales" mantener la vigilancia en la frontera con Colombia, "sin contar lo que se tiene que invertir en armamento" ni lo que se invierte en asistencia para refugiados.
También afirma que, en los dos últimos años, siete soldados ecuatorianos han fallecido en choques contra las FARC.
"Desproporción"
La tesis de Quito es que hay una desproporción entre Ecuador y Colombia con respecto a los recursos que se destinan a la frontera, tomando en cuenta de que se trata de un problema interno colombiano.
"Creo que el problema radica en que no son las fronteras el principal interés del gobierno de Colombia, más bien prefiere actuar en lugares más centrales del país, no en zonas tan remotas como el Putumayo", aseguró el ministro.
"Es una estrategia de Colombia, ellos sabrán por qué lo hacen pero ciertamente no cuidan la frontera", añadió.
Creo que el problema radica en que no son las fronteras el principal interés del gobierno de Colombia, más bien prefiere actuar en lugares más centrales del país, no en zonas tan remotas como el Putumayo.
Hernando Salazar, corresponsal de la BBC en Colombia, indica que las autoridades de ese país niegan que tengan descuidada la frontera sur, pero explican que deben atender muchas áreas del país en la lucha contra la guerrilla y los narcotraficantes.
En la frontera con Ecuador, las fuerzas militares de Colombia tienen más de 4.000 del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y la Policía Nacional, informa Salazar.
Agrega que en los departamentos colombianos de Nariño y Putumayo operan dos brigadas del Ejército, un batallón de infantería de Marina y tres distritos de Policía. Además de efectivos contraguerrilla, en el área también operan unidades especializadas en la antinarcóticos.
Estados Unidos
Ecuador presentó un informe a fines de octubre donde se afirma que Estados Unidos tenía conocimiento del ataque que se estaba llevando a cabo en suelo ecuatoriano.
El ministro Ponce afirma que hay dos hechos concretos que prueban la participación estadounidense en la operación para acabar con Reyes.
"Uno es una llamada de un miembro de la CIA a un miembro de la unidad de investigaciones especiales de la policía a las 00h30 de la madrugada del 1 de marzo para informar que en ese momento estaba ocurriendo un ataque en la frontera norte y que el presidente Uribe le llamaría más tarde al presidente Correa para explicarle. ¿Cómo es que esa afirmación puede darse si es que no había un conocimiento previo?", pregunta Ponce.
"El otro dato es que, cuatro o cinco días antes del ataque, llegó a la base de Manta (operada por EE.UU.) un avión de inteligencia norteamericana que comienza a realizar vuelos nocturnos, cuando nunca se habían hecho vuelos nocturnos desde esa base. La víspera del ataque sale a las 21h00 y regresa el 1 de marzo a las 04h00 y, después de cuatro o cinco días, se va y no vuelve más".
Según Ponce estas evidencias "demostrarían que hay una injerencia real en la relación colombo-ecuatoriana por parte de potencias externas", aunque asegura que quien "debe explicar cómo ocurrió el ataque es, fundamentalmente, Colombia".
Reiteradamente, el gobierno colombiano ha negado la participación de terceros países-y concretamente de Estados Unidos- en la operación en que se atacó el campamento de Raúl Reyes.
Críticas
El ministro ecuatoriano también fue crítico con su par colombiano, Juan Manuel Santos, afirmando que éste "ha jugado un papel destacado en cuanto a alimentar la tensión" entre ambos países.
"(Santos) ha manejado denuncias a través de la OEA cuando, en el marco de la cartilla de seguridad, las Fuerzas Armadas colombianas podían transmitir información directa a nuestras Fuerzas Armadas, lo que me hace sentir que eso lo hacía simplemente para alimentar una tesis internacional de que el Ecuador no cuidaba su frontera norte", dijo Ponce a BBC Mundo.
Además, el ministro aseguró que la actual crisis entre Ecuador y Colombia va más allá de la pugna entre dos presidentes.
"Lo que quiso Colombia el 1 de marzo es probar en el Ecuador la tesis tan entrañable para Estados Unidos, y para otros países, de que cuando se trata del combate a un supuesto terrorismo no hay fronteras nacionales y entonces hay un deseo de regionalización del conflicto".
"Es demasiado ligero decir que es un problema de pugna entre dos temperamentos: Uribe y Correa. No, es un problema de proyecto político, de opciones políticas distintas", aseveró.
¿Pablo Escobar un ícono?
Pablo Escobar Gaviria un hombre odiado y temido.
Respetado y admirado. Inlcuso legó a ser congresista de su país.
Quince años después se niega a "morir".
Llego a ser en los 80s el séptimo millonario del mundo según la revista forbes.
Generó en ese tiempo una ola de violencia enorme, llegando a a poner de rodillas al gobierno, al aparato de la justicia y al parlamento colombianos; hasta el punto de que, mediante el soborno y el asesinato ("la plata y el plomo", como se decía en esos años) cambió leyes, financió campañas electorales, y puso a su servicio por temor o por agradecimiento a magistrados, dirigentes políticos, periodistas, reinas de belleza, deportistas, oficiales de la Policía y del Ejército, jerarcas de la Iglesia católica.
En ese tiempo en Colombia se asesinaron a más de 40 jueces y a más de 500 policías; hubo cientos de secuestros y otras tantas ejecuciones, entre sus víctimas más notables figuran el candidato presidencial, y si hubiera vivido presidente en el período 90-94, Luis Carlos Galán; el director del diario El Espectador Guillermo Cano, el ministro de Justicia Rodrigo Lara, el procurador general Carlos Mauro Hoyos, el comandante de la Policía Valdemar Franklin Quintero, entre muchos otros.
En ese tiempo en Colombia se asesinaron a más de 40 jueces y a más de 500 policías; hubo cientos de secuestros y otras tantas ejecuciones, entre sus víctimas más notables figuran el candidato presidencial, y si hubiera vivido presidente en el período 90-94, Luis Carlos Galán; el director del diario El Espectador Guillermo Cano, el ministro de Justicia Rodrigo Lara, el procurador general Carlos Mauro Hoyos, el comandante de la Policía Valdemar Franklin Quintero, entre muchos otros.
Escobar también secuestró a la hija del ex presidente Julio César Turbay Ayala, Diana quién murio n la tentativa de rescate; el hijo del ex presidente Pastrana, Andrés, futuro presidente; el hijo del dueño de El Tiempo Hernando Santos, Francisco, futuro vicepresidente, por citar sólo a tres.
Uno de las cosas graves fue en 1989 cuando terroristas a su mando hacen estallar un avión de Avianca en pleno vuelo; 197 personas murieron; también ese año un autobús-bomba estalla frente al edificio del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), sede la policía secreta, que causó 70 muertes y 500 heridos. Pablo Escobar se entregó a la justicia en junio de 1991, con la condición de que no fuera extraditado a EE UU, pero sólo pasó trece meses en prisión el 22 de julio de 1992 se fugó.
Años después, concretamente el 2 en diciembre de 1993 murio a la edad de 44 años; fue víctima de una alianza heterogénea de sus muchos enemigos y ex amigos: narcos, policías, paramilitares, incluso la misma DEA, y dejó huella que todavía perdura: la narcopara-política, el narcoterrorismo, el narcosicariato.
El Nobel Gabriel García Márquez escribió un libro sobre sus andanzas, Noticia de un secuestro y Fernando Botero le hizo un retrato póstumo (ilustración) representando su muerte a balazos en los tejados de Medellín.
El Nobel Gabriel García Márquez escribió un libro sobre sus andanzas, Noticia de un secuestro y Fernando Botero le hizo un retrato póstumo (ilustración) representando su muerte a balazos en los tejados de Medellín.
A 15 años de su muerte, Pablo Escobar todavía inspira a escritores, directores de cine, artistas y comerciantes.
¿Se convertirá en un ícono como el Che Guevara?, pregunta la revista SEMANA.
***
Pablo (Escobar Gaviría) se niega a partir
Revista SEMANA (http://www.semana.com/) sábado 29 Noviembre 2008;
Han pasado 15 años desde la muerte de Pablo Escobar en el tejado de una casa del barrio Los Pinos, en el occidente de Medellín, y nadie se pone de acuerdo acerca del verdadero alcance de su legado, como tampoco del impacto de su imagen, ahora mitificada a causa de una muerte cada vez más lejana y borrosa.
No resulta fácil definir cuál es el verdadero legado de un personaje. Escobar llegó a ser (y tal vez en algunos países aún lo sea) el referente inmediato cuando alguien pronunciaba la palabra Colombia. Un referente de terror y violencia. ¿Qué tan presente está esa marca en el país, que ha visto sucesivas oleadas de violencia posteriores a la muerte de Escobar? ¿Qué tanto marcó la ética y la estética del país?
Para comenzar, el nombre de Escobar genera una poderosa atracción sobre la gente, bien sea que se le odie o se le ame. El pintor Fernando Botero plasmó en un óleo el momento en que el capo cae abatido por sus perseguidores. Basta revisar el listado de películas documentales y dramatizadas que giran alrededor del personaje o de su leyenda. Hollywood prepara la superproducción Killing Pablo, documentales basados en este mismo libro; otros en los archivos familiares de Pablo Escobar, son apenas unos ejemplos de exitosos productos televisivos. Los libros sobre su vida tampoco han dejado de aparecer. El año pasado Virginia Vallejo, la ex amante del capo, generó todo tipo de controversias con su obra: Amando a Pablo, odiando a Escobar, una muy bien narrada apología del capo.
Para completar lo anterior, uno de los mayores éxitos de sintonía de la televisión colombiana de los últimos años (casi desde la telenovela Yo soy Betty, la fea) ha sido El Cartel, seriado que se basa en las confesiones del narcotraficante Andrés López, alias 'Florecita'. Un seriado en el que los colombianos pudieron ver, de alguna manera, el punto de vista de los narcotraficantes posteriores a la muerte de Pablo Escobar. Una prueba de que el mundo del narcotráfico y la epopeya de estos seres que nacen en medio del barro y llegan a la cima del poder mafioso sigue ejerciendo una gran fascinación entre el público.
Pero el fantasma de Escobar también ronda aún en escenarios ajenos al periodismo y la dramatización de su vida. Algunos turistas que llegan a Medellín, casi todos extranjeros, preguntan por la tumba de Pablo Escobar y toca armarles paseo al cementerio Montesacro, en el sur de Medellín, donde han tallado sobre una lápida de mármol el epitafio "aquí yace Pablo Escobar Gaviria, un rey sin corona". Similar al peregrinaje que miles de turistas hacen en París que van a visitar la tumba de Jim Morrison en el cementerio Père Lachaise.
Algunas agencias de viajes de la ciudad han diseñado recorridos que visitan edificios emblemáticos relacionados con Pablo Escobar (Mónaco, Dallas, el Ovni, estos dos últimos paradigmas de la llamada arquitectura traqueta o 'narcdeco'); la cárcel de La Catedral, en la zona rural del vecino municipio de Envigado donde estuvo recluido y de donde se escapó; casetas telefónicas del centro de la ciudad desde donde, dice la leyenda, se comunicaba con su familia y la casa donde cayó abatido en el barrio Los Pinos. Y, por supuesto, su tumba. Durante el recorrido el operador pone música de los Tigres del Norte y Bob Marley a manera de banda sonora, y no faltan quienes ofrecen un toque de marihuana. Algunos tours también ofrecen la opción del viaje de tres horas por carretera a la Hacienda Nápoles.
Y es que si existe algún ícono de la 'pabloescobaridad', ese es precisamente la Hacienda Nápoles, en Doradal, un municipio del Magdalena Medio antioqueño, en cuya entrada Escobar empotró la avioneta Piper Cub con la que coronó su primer envío de cocaína a Estados Unidos. Allí el narcotraficante construyó un zoológico y una colección de autos antiguos que era visita obligada para quienes iban en carro de Bogotá a Medellín. Al morir el capo el zoológico quedó abandonado y todo parece indicar que hace algo más de un año se escaparon de allí unos hipopótamos que estaban buscando a sus hembras por las aguas del río Magdalena.
El fantasma de Escobar se metió en la vida de unos pescadores, en la zona de Cimitarra, Santander, que durante esos inesperados encuentros con los hipopótamos vivieron una experiencia propia de quienes se aventuran en las aguas del río Zambezi, en lo profundo del África.
Pero también perdura Pablo Escobar como ícono estético. Su imagen, despojada de su incalculable maldad, o quizá como desafío de las nuevas generaciones, adorna camisetas, como si se tratara del Che Guevara. Al igual que pasa con el símbolo de lo mejor de la revolución cubana, quienes la lucen poco o nada tienen que ver con el ideario del personaje. Se luce a Pablo Escobar en Europa como quien se pone una camiseta de Homero Simpson o la lengua emblema de los Rolling Stones, sin tener conciencia de la interminable estela de sangre que dejó en Colombia.
Otro elemento interesante es ver cómo, mientras los verdaderos narcotraficantes aprendieron las lecciones del pasado y han aprendido a pasar de agache y mantener un bajo perfil, amplios sectores de la sociedad se han contagiado de la cultura traqueta de la ostentación. Una tendencia que algunos ven en declive, como el publicista Ángel Beccassino, gran estudioso del significado de las imágenes populares, quien afirma que "esa cultura del 'kitch' rabioso también pasó. Con la nueva tendencia de los narcos a pasar de agache se diluyó la parte popular bonita, de la exageración, que ahora se ve en los carteles de México".
La misma arquitectura traqueta, o 'narcdeco', ha dejado profunda huella, no sólo en ciudades como Medellín o Cali, sedes de reconocidos carteles que llevaban sus nombres, sino también en el resto del país.
Más profundo aun es el significado que tiene Pablo Escobar entre los habitantes de Medellín. Mientras que para la clase dirigente Escobar es un estigma que se debe borrar de esta nueva Medellín de las Bibliotecas Parque, el metro y metrocable, en las clases populares es común encontrar a quienes lo siguen viendo como al Robin Hood paisa que desafió al establecimiento, que se hizo rico pero, a diferencia de los ricos tradicionales, sí repartió parte de su riqueza construyendo barrios de vivienda de interés social o canchas de microfútbol. Lo que no ven es su dimensión diabólica y su dialéctica criminal para poner una bomba en un avión o en un centro comercial el día de la madre.
Al entierro de Pablo Escobar asistieron unas 25,000 personas que lloraban la muerte del Robin Hood que, piensan ellos, les quitaba a los ricos para darles a los pobres.
Diversos autores consideran que Escobar es algo así como la revancha de los desposeídos. En un país donde la movilidad social es casi nula, personajes como Pablo Escobar (o Diomedes Díaz, el Tino Asprilla y ahora David Murcia) reivindican el rencor de quienes nacen sin nada y están condenados a la pobreza sin importar sus méritos.
Y, por último, quedan quienes piensan que Pablo Escobar no ha muerto. Como también los hay quienes sostienen que Gonzalo Rodríguez Gacha sigue vivo. Como Elvis Presley. Como Jim Morrison.
Pero, en líneas generales, ¿qué tanto queda en la gente de la presencia de Pablo Escobar? Muchos antropólogos y estudiosos de la cultura creen que la imagen de Escobar se ha ido diluyendo en medio de la vorágine de personajes y problemas del país.
Vivo o muerto, presente o diluido, lo cierto es que Pablo Escobar de una u otra forma seguirá marcando la impronta de un país que padeció el horror criminal de su megalomanía. Pero que tiene que reconocer que el gran capo fue un producto "made in Colombia".
Han pasado 15 años desde la muerte de Pablo Escobar en el tejado de una casa del barrio Los Pinos, en el occidente de Medellín, y nadie se pone de acuerdo acerca del verdadero alcance de su legado, como tampoco del impacto de su imagen, ahora mitificada a causa de una muerte cada vez más lejana y borrosa.
No resulta fácil definir cuál es el verdadero legado de un personaje. Escobar llegó a ser (y tal vez en algunos países aún lo sea) el referente inmediato cuando alguien pronunciaba la palabra Colombia. Un referente de terror y violencia. ¿Qué tan presente está esa marca en el país, que ha visto sucesivas oleadas de violencia posteriores a la muerte de Escobar? ¿Qué tanto marcó la ética y la estética del país?
Para comenzar, el nombre de Escobar genera una poderosa atracción sobre la gente, bien sea que se le odie o se le ame. El pintor Fernando Botero plasmó en un óleo el momento en que el capo cae abatido por sus perseguidores. Basta revisar el listado de películas documentales y dramatizadas que giran alrededor del personaje o de su leyenda. Hollywood prepara la superproducción Killing Pablo, documentales basados en este mismo libro; otros en los archivos familiares de Pablo Escobar, son apenas unos ejemplos de exitosos productos televisivos. Los libros sobre su vida tampoco han dejado de aparecer. El año pasado Virginia Vallejo, la ex amante del capo, generó todo tipo de controversias con su obra: Amando a Pablo, odiando a Escobar, una muy bien narrada apología del capo.
Para completar lo anterior, uno de los mayores éxitos de sintonía de la televisión colombiana de los últimos años (casi desde la telenovela Yo soy Betty, la fea) ha sido El Cartel, seriado que se basa en las confesiones del narcotraficante Andrés López, alias 'Florecita'. Un seriado en el que los colombianos pudieron ver, de alguna manera, el punto de vista de los narcotraficantes posteriores a la muerte de Pablo Escobar. Una prueba de que el mundo del narcotráfico y la epopeya de estos seres que nacen en medio del barro y llegan a la cima del poder mafioso sigue ejerciendo una gran fascinación entre el público.
Pero el fantasma de Escobar también ronda aún en escenarios ajenos al periodismo y la dramatización de su vida. Algunos turistas que llegan a Medellín, casi todos extranjeros, preguntan por la tumba de Pablo Escobar y toca armarles paseo al cementerio Montesacro, en el sur de Medellín, donde han tallado sobre una lápida de mármol el epitafio "aquí yace Pablo Escobar Gaviria, un rey sin corona". Similar al peregrinaje que miles de turistas hacen en París que van a visitar la tumba de Jim Morrison en el cementerio Père Lachaise.
Algunas agencias de viajes de la ciudad han diseñado recorridos que visitan edificios emblemáticos relacionados con Pablo Escobar (Mónaco, Dallas, el Ovni, estos dos últimos paradigmas de la llamada arquitectura traqueta o 'narcdeco'); la cárcel de La Catedral, en la zona rural del vecino municipio de Envigado donde estuvo recluido y de donde se escapó; casetas telefónicas del centro de la ciudad desde donde, dice la leyenda, se comunicaba con su familia y la casa donde cayó abatido en el barrio Los Pinos. Y, por supuesto, su tumba. Durante el recorrido el operador pone música de los Tigres del Norte y Bob Marley a manera de banda sonora, y no faltan quienes ofrecen un toque de marihuana. Algunos tours también ofrecen la opción del viaje de tres horas por carretera a la Hacienda Nápoles.
Y es que si existe algún ícono de la 'pabloescobaridad', ese es precisamente la Hacienda Nápoles, en Doradal, un municipio del Magdalena Medio antioqueño, en cuya entrada Escobar empotró la avioneta Piper Cub con la que coronó su primer envío de cocaína a Estados Unidos. Allí el narcotraficante construyó un zoológico y una colección de autos antiguos que era visita obligada para quienes iban en carro de Bogotá a Medellín. Al morir el capo el zoológico quedó abandonado y todo parece indicar que hace algo más de un año se escaparon de allí unos hipopótamos que estaban buscando a sus hembras por las aguas del río Magdalena.
El fantasma de Escobar se metió en la vida de unos pescadores, en la zona de Cimitarra, Santander, que durante esos inesperados encuentros con los hipopótamos vivieron una experiencia propia de quienes se aventuran en las aguas del río Zambezi, en lo profundo del África.
Pero también perdura Pablo Escobar como ícono estético. Su imagen, despojada de su incalculable maldad, o quizá como desafío de las nuevas generaciones, adorna camisetas, como si se tratara del Che Guevara. Al igual que pasa con el símbolo de lo mejor de la revolución cubana, quienes la lucen poco o nada tienen que ver con el ideario del personaje. Se luce a Pablo Escobar en Europa como quien se pone una camiseta de Homero Simpson o la lengua emblema de los Rolling Stones, sin tener conciencia de la interminable estela de sangre que dejó en Colombia.
Otro elemento interesante es ver cómo, mientras los verdaderos narcotraficantes aprendieron las lecciones del pasado y han aprendido a pasar de agache y mantener un bajo perfil, amplios sectores de la sociedad se han contagiado de la cultura traqueta de la ostentación. Una tendencia que algunos ven en declive, como el publicista Ángel Beccassino, gran estudioso del significado de las imágenes populares, quien afirma que "esa cultura del 'kitch' rabioso también pasó. Con la nueva tendencia de los narcos a pasar de agache se diluyó la parte popular bonita, de la exageración, que ahora se ve en los carteles de México".
La misma arquitectura traqueta, o 'narcdeco', ha dejado profunda huella, no sólo en ciudades como Medellín o Cali, sedes de reconocidos carteles que llevaban sus nombres, sino también en el resto del país.
Más profundo aun es el significado que tiene Pablo Escobar entre los habitantes de Medellín. Mientras que para la clase dirigente Escobar es un estigma que se debe borrar de esta nueva Medellín de las Bibliotecas Parque, el metro y metrocable, en las clases populares es común encontrar a quienes lo siguen viendo como al Robin Hood paisa que desafió al establecimiento, que se hizo rico pero, a diferencia de los ricos tradicionales, sí repartió parte de su riqueza construyendo barrios de vivienda de interés social o canchas de microfútbol. Lo que no ven es su dimensión diabólica y su dialéctica criminal para poner una bomba en un avión o en un centro comercial el día de la madre.
Al entierro de Pablo Escobar asistieron unas 25,000 personas que lloraban la muerte del Robin Hood que, piensan ellos, les quitaba a los ricos para darles a los pobres.
Diversos autores consideran que Escobar es algo así como la revancha de los desposeídos. En un país donde la movilidad social es casi nula, personajes como Pablo Escobar (o Diomedes Díaz, el Tino Asprilla y ahora David Murcia) reivindican el rencor de quienes nacen sin nada y están condenados a la pobreza sin importar sus méritos.
Y, por último, quedan quienes piensan que Pablo Escobar no ha muerto. Como también los hay quienes sostienen que Gonzalo Rodríguez Gacha sigue vivo. Como Elvis Presley. Como Jim Morrison.
Pero, en líneas generales, ¿qué tanto queda en la gente de la presencia de Pablo Escobar? Muchos antropólogos y estudiosos de la cultura creen que la imagen de Escobar se ha ido diluyendo en medio de la vorágine de personajes y problemas del país.
Vivo o muerto, presente o diluido, lo cierto es que Pablo Escobar de una u otra forma seguirá marcando la impronta de un país que padeció el horror criminal de su megalomanía. Pero que tiene que reconocer que el gran capo fue un producto "made in Colombia".
El conejo de la mafia
De leones, conejos y ratas /Roberto Zamarripa
Publicado en Reforma, 1/12/2008;
1. Publicó la prestigiada revista colombiana Semana que Harold Mauricio Poveda Ortega (en la foto), alias El Conejo, es uno de los principales abastecedores colombianos de cocaína para el cártel de los Beltrán Leyva. "(Harold) consiguió gran parte de su ingreso y de sus buenos contactos con los mafiosos mexicanos porque también es el principal 'proveedor' de mujeres prepago colombianas para los capos aztecas... Después de estar en excéntricas fiestas, el 'Conejo' envía de regreso a Colombia a estas mujeres cargadas con dólares al país. Las autoridades mexicanas estiman que puede estar ingresando mensualmente cerca de una tonelada de coca a México y que sus actividades arrojan 'utilidades' cercanas a los 40 millones de dólares por mes" (Semana, 22/11/2008).
¿A cuento de qué viene El Conejo? Por el operativo en una casa en la zona del Desierto de los Leones donde según la revista fueron detenidas 30 personas, "entre ellos un grupo de mujeres prepago que habían sido llevadas para una 'narcofiesta'".
La nota de la publicación colombiana añade un dato desconocido en México: Harold Poveda huyó antes del operativo aunque fueron detenidos su padre (Carlos Augusto Poveda Bello) y esposa (Juliana López). Remata la revista: "(Harold) les hizo conejo".
2. El domingo 19 de octubre, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) presentó públicamente a un grupo de 15 detenidos en la fastuosa casa del Desierto de los Leones que integraban "una organización dedicada al tráfico de droga y lavado de dinero" vinculada al cártel de los Beltrán.
El boletín de prensa informó que los detenidos eran 24 y no 15, y subrayó que "en su mayoría de origen colombiano" como si con ello ratificara la peligrosidad de los sujetos. En realidad 11 detenidos eran mexicanos más uno de Texas y otro de Uruguay. Otros 11 eran colombianos, tres de ellos mujeres: Juliana López Aguirre, Margarita Gómez y Ángela María Quintero Martínez.
Además se informó del "aseguramiento" de dos leones, dos tigres, dos panteras y aunque se presumió a un hipopótamo este era de plástico. Se informó también de la incautación de 220 mil dólares.
3. Las colombianas Ángela Quintero y Juliana López denunciaron penalmente a Gerardo Garay, jefe de la PFP, y a sus subordinados, Francisco Navarro y Enrique Bayardo por violación, robo y torturas.
Según las denuncias, los abusos ocurrieron en el operativo que sucedió el jueves 16 de octubre y no el sábado 18, como dijo la SSP.
"La situación, que duró 83 horas, comenzó entre las 12:30 y la una de la mañana del jueves 16 de octubre, cuando 100 agentes de la Policía Federal irrumpieron en la mansión donde los detenidos festejaban el cumpleaños 32 de Juliana López Aguirre, a quien señalan como la novia del presunto narcotraficante colombiano Harold Mauricio Poveda, El Conejo... Entre las 12:30 y una de la mañana del 16 de octubre empecé a escuchar gritos y amenazas como 'Al suelo toda la bola de cabrones, Policía Federal Preventiva'", relata Quintero según una denuncia difundida por el periódico El Universal.
"Agentes con pasamontañas y armas largas dirigidos por un comandante Navarro tiraron a todos los asistentes y comenzaron a golpearlos... (El viernes) Juliana nos platicó que los policías la habían llevado a ella y a cuatro amigos de su novio a sus casas y los habían robado y golpeado", agregó Quintero (El Universal, 22/11/2008).
4. El 11 de noviembre Reforma publicó que Gerardo Garay, ex jefe de la PFP, era investigado por la PGR ya que un testigo lo acusaba de haberse robado miles de dólares en el operativo de la casa del Desierto de los Leones. Aunque el parte oficial afirmó del decomiso de 220 mil 800 dólares en efectivo, datos de la SIEDO indicaban que había un supuesto faltante de 500 mil dólares (Reforma, 11/11/2008).
Un día antes de esta publicación, el presidente colombiano Alvaro Uribe se había reunido en México con su homólogo mexicano Felipe Calderón. Ambos conocían las denuncias sobre los abusos contra colombianos detenidos en México.
5. Para ser fábula, el espectacular operativo de la casa del Desierto de los Leones tiene muchas moralejas: a) Ocurrió el jueves 16 y no el sábado 18 de octubre como dijo la SSP.
b) La revista Semana dice que detuvieron a 30 personas; la SSP dijo que a 24 pero sólo presentó 15.
c) Los 15 fueron llevados al Ministerio Público 72 horas después de su detención, lo que es ilegal.
d) Según denuncias penales las mujeres fueron objeto de abusos, golpes y robos durante tres días.
e) Semana dijo que fue detenido un grupo de mujeres prepago. Ese grupo nunca fue presentado por la SSP.
f) Los responsables de los abusos son los altos jefes de la SSP Gerardo Garay, Francisco Navarro y Enrique Bayardo.
g) Afirma Semana que El Conejo Poveda huyó antes del operativo. ¿Por qué la SSP no informó de eso?
h) En el operativo El Conejo colombiano salió más fiera que los leones incautados. Pero, tal parece, que más ganonas fueron las ratas mexicanas.
Correo electrónico: tolvanera06@yahoo.com.mx
¿A cuento de qué viene El Conejo? Por el operativo en una casa en la zona del Desierto de los Leones donde según la revista fueron detenidas 30 personas, "entre ellos un grupo de mujeres prepago que habían sido llevadas para una 'narcofiesta'".
La nota de la publicación colombiana añade un dato desconocido en México: Harold Poveda huyó antes del operativo aunque fueron detenidos su padre (Carlos Augusto Poveda Bello) y esposa (Juliana López). Remata la revista: "(Harold) les hizo conejo".
2. El domingo 19 de octubre, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) presentó públicamente a un grupo de 15 detenidos en la fastuosa casa del Desierto de los Leones que integraban "una organización dedicada al tráfico de droga y lavado de dinero" vinculada al cártel de los Beltrán.
El boletín de prensa informó que los detenidos eran 24 y no 15, y subrayó que "en su mayoría de origen colombiano" como si con ello ratificara la peligrosidad de los sujetos. En realidad 11 detenidos eran mexicanos más uno de Texas y otro de Uruguay. Otros 11 eran colombianos, tres de ellos mujeres: Juliana López Aguirre, Margarita Gómez y Ángela María Quintero Martínez.
Además se informó del "aseguramiento" de dos leones, dos tigres, dos panteras y aunque se presumió a un hipopótamo este era de plástico. Se informó también de la incautación de 220 mil dólares.
3. Las colombianas Ángela Quintero y Juliana López denunciaron penalmente a Gerardo Garay, jefe de la PFP, y a sus subordinados, Francisco Navarro y Enrique Bayardo por violación, robo y torturas.
Según las denuncias, los abusos ocurrieron en el operativo que sucedió el jueves 16 de octubre y no el sábado 18, como dijo la SSP.
"La situación, que duró 83 horas, comenzó entre las 12:30 y la una de la mañana del jueves 16 de octubre, cuando 100 agentes de la Policía Federal irrumpieron en la mansión donde los detenidos festejaban el cumpleaños 32 de Juliana López Aguirre, a quien señalan como la novia del presunto narcotraficante colombiano Harold Mauricio Poveda, El Conejo... Entre las 12:30 y una de la mañana del 16 de octubre empecé a escuchar gritos y amenazas como 'Al suelo toda la bola de cabrones, Policía Federal Preventiva'", relata Quintero según una denuncia difundida por el periódico El Universal.
"Agentes con pasamontañas y armas largas dirigidos por un comandante Navarro tiraron a todos los asistentes y comenzaron a golpearlos... (El viernes) Juliana nos platicó que los policías la habían llevado a ella y a cuatro amigos de su novio a sus casas y los habían robado y golpeado", agregó Quintero (El Universal, 22/11/2008).
4. El 11 de noviembre Reforma publicó que Gerardo Garay, ex jefe de la PFP, era investigado por la PGR ya que un testigo lo acusaba de haberse robado miles de dólares en el operativo de la casa del Desierto de los Leones. Aunque el parte oficial afirmó del decomiso de 220 mil 800 dólares en efectivo, datos de la SIEDO indicaban que había un supuesto faltante de 500 mil dólares (Reforma, 11/11/2008).
Un día antes de esta publicación, el presidente colombiano Alvaro Uribe se había reunido en México con su homólogo mexicano Felipe Calderón. Ambos conocían las denuncias sobre los abusos contra colombianos detenidos en México.
5. Para ser fábula, el espectacular operativo de la casa del Desierto de los Leones tiene muchas moralejas: a) Ocurrió el jueves 16 y no el sábado 18 de octubre como dijo la SSP.
b) La revista Semana dice que detuvieron a 30 personas; la SSP dijo que a 24 pero sólo presentó 15.
c) Los 15 fueron llevados al Ministerio Público 72 horas después de su detención, lo que es ilegal.
d) Según denuncias penales las mujeres fueron objeto de abusos, golpes y robos durante tres días.
e) Semana dijo que fue detenido un grupo de mujeres prepago. Ese grupo nunca fue presentado por la SSP.
f) Los responsables de los abusos son los altos jefes de la SSP Gerardo Garay, Francisco Navarro y Enrique Bayardo.
g) Afirma Semana que El Conejo Poveda huyó antes del operativo. ¿Por qué la SSP no informó de eso?
h) En el operativo El Conejo colombiano salió más fiera que los leones incautados. Pero, tal parece, que más ganonas fueron las ratas mexicanas.
Correo electrónico: tolvanera06@yahoo.com.mx
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El Conejo de la mafia
Revista SEMANA (http://www.semana.com/); 22/11/2008
Un colombiano se ha convertido en el principal proveedor de coca y mujeres para los carteles mexicanos.
Harold Mauricio Poveda Ortega es un completo desconocido para los colombianos. Pero en el mundo de los carteles de la droga colombianos y mexicanos su nombre y su alias de el 'Conejo', son bastante populares. No es para menos. Este hombre, oriundo de Tuluá, Valle del Cauca, es considerado por las autoridades antinarcóticos internacionales como el mayor proveedor de cocaína de las poderosas organizaciones criminales de México. En el bajo mundo de ese país, el 'Conejo' no solo es famoso por proporcionar coca. Consiguió gran parte de su ingreso y de sus buenos contactos con los mafiosos mexicanos porque también es el principal 'proveedor' de mujeres prepago colombianas para los capos aztecas.
Harold Mauricio Poveda Ortega es un completo desconocido para los colombianos. Pero en el mundo de los carteles de la droga colombianos y mexicanos su nombre y su alias de el 'Conejo', son bastante populares. No es para menos. Este hombre, oriundo de Tuluá, Valle del Cauca, es considerado por las autoridades antinarcóticos internacionales como el mayor proveedor de cocaína de las poderosas organizaciones criminales de México. En el bajo mundo de ese país, el 'Conejo' no solo es famoso por proporcionar coca. Consiguió gran parte de su ingreso y de sus buenos contactos con los mafiosos mexicanos porque también es el principal 'proveedor' de mujeres prepago colombianas para los capos aztecas.
La historia del 'Conejo' en el narcotráfico se remonta a comienzos de 2000 cuando se vinculó a la organización de Diego León Montoya, alias 'Don Diego'. En ese entonces su misión era ser el enlace con el cartel de Norte del Valle y el cartel de Sinaloa, liderado por Joaquín 'Chapo' Guzmán. Parte de su labor era también asegurarse de que los cargamentos llegaran sin problemas a México. El 'Conejo' se fue ganando la confianza de los mexicanos y aprovechó que algunos de los capos de ese país tenían una especial predilección por las mujeres colombianas a la hora de hacer fiestas y bacanales. Fue entonces cuando el 'Conejo' decidió "abrir una nueva línea de negocios": llevar mujeres desde Colombia. Para 2003 la persecución de la Policía colombiana contra 'Don Diego' había obligado al capo a relegar muchas de sus actividades en sus lugartenientes, entre ellos el 'Conejo'. Éste no dudó en aprovechar la oportunidad y se quedó con algunas de las rutas y contactos de 'Don Diego' en México. La primera vez que salió a la luz pública su nombre fue el 11 de junio de 2003 cuando fue arrestado el futbolista colombiano Carlos Álvarez en el aeropuerto de Ciudad de México, en momentos que pretendía regresar a Bogotá con un millón de dólares en efectivo.
El dinero, confesó, era del 'Conejo' y hacía parte del pago de un cargamento que el narco colombiano había hecho para el capo Arturo Beltrán Leyva, alias 'Barbas', actual jefe del cartel del Golfo. A pesar de ese incidente, desde ese entonces, hace cinco años, el 'Conejo' se convirtió en el principal proveedor de coca y mujeres para la organización de Beltrán Leyva. El uso de mujeres prepago por parte del narco no sólo tiene fines de diversión. Después de estar en excéntricas fiestas, el 'Conejo' envía de regreso a Colombia a estas mujeres cargadas con dólares al país. Las autoridades mexicanas estiman que puede estar ingresando mensualmente cerca de una tonelada de coca a México y que sus actividades arrojan 'utilidades' cercanas a los 40 millones de dólares por mes. A finales de octubre pasado su nombre volvió a aparecer. Esa vez a raíz de una operación de las autoridades mexicanas que ocuparon una lujosa mansión del colombiano en las afueras de la capital mexicana. En la operación fueron detenidas cerca de 30 personas, la mayoría colombianos, y entre ellos un grupo de mujeres prepago que habían sido llevadas para una 'narcofiesta'. Las excentricidades del colombiano dejaron asombrados a los mexicanos. Aparte de una flota de 15 vehículos, en su mansión tenía, al mejor estilo de Pablo Escobar, un pequeño zoológico con dos leones africanos, un tigre siberiano y dos panteras, entre otros. Aunque el colombiano logró escapar unos minutos antes del allanamiento, los mexicanos arrestaron a sus principales lugartenientes y a su padre y esposa. Les hizo conejo.
Dos años de Gobierno
Dos años /Jesús Silva-Herzog Márquez
Publicado en Reforma, 1/12/2008;
Nada peor para el presidente Calderón que la audacia. Nada tan insensato como la imaginación. Limitado por su pétreo sentido de lo posible, cercado por un estrechísimo círculo de fieles, atado por sus alianzas ha caminado ya el primer tercio de su administración. Ha ejercido, más que como Poder Ejecutivo, como el primer diputado de la nación. Un legislador que entiende el Congreso, que conoce los procedimientos y los ritos parlamentarios pero que no alcanza a levantar la vista más allá de la bancada contraria. Un diputado que sabe caer del lado de la votación mayoritaria. En ocasiones ha sido gestor talentoso de la legislación; en otros ha sido aplastado por la voluntad de una mayoría a la que no ha opuesto ninguna resistencia. En todos los casos ha celebrado con fiesta cualquier movimiento del Congreso. Parece un convencido de que lo importante es que la maquinaria legislativa se mueva -sea cual sea su dirección. El larguísimo sexenio mexicano nos condena a cuatro años más de esta razonada defensa de la degradación llevadera. Evitando celosamente que nos golpee el cataclismo súbito, el segundo gobierno panista acompaña el lento y constante declive de la nación.
Desde luego, la historia de estos dos años no se reduce a la timidez de un liderazgo, a las limitaciones de un equipo o el lastre de sus pactos. Las circunstancias han sido extraordinariamente hostiles. Nadie recordará una atmósfera política tan adversa como la que marcó la asunción del presidente Calderón, hace exactamente dos años. Algunos apostaron a la interrupción del relevo institucional. Quisieron descarriar el ferrocarril de la continuidad republicana. La tensión llegó al máximo en la víspera del juramento presidencial. Esa tensión original no se ha desvanecido. El pluralismo mexicano fue pactado por tres fuerzas que empezaron a compartir el poder mientras reconocían las reglas de convivencia y a los árbitros. Ese pluralismo perdió uno de sus pies en la elección del 2006 y sigue cojeando por la desafiante semilealtad de uno de los protagonistas. Tampoco tenemos memoria de una alteración tan profunda del orden público como la que hemos visto en estos meses cubiertos de sangre. Hay que reconocer que Calderón dejó de ver la violencia criminal como una anécdota local, como nota propia de la página policiaca. Desde el primer día de su gestión reconoció la gravedad del problema y lo enfrentó como lo que es: un desafío a la seguridad nacional y por ello mismo, una amenaza a la viabilidad de México. Pero estos años no han sido simple despliegue de las "fuerzas del orden". Han sido de una insospechada violencia y crueldad. Han mostrado también la profunda inserción del crimen dentro del poder estatal. La ebullición criminal no es solamente una explosión de violencia, es la exhibición de un poder gangrenado por el crimen, la muestra de un Estado corroído por dentro. Y la crisis que nos cae de fuera tiene también un calado excepcional. No habrá sido incubada aquí, pero nos golpeará con terrible dureza. Hasta hace poco, celebrábamos que habíamos borrado la experiencia de la crisis de las nuevas generaciones de mexicanos. El consuelo de nuestro mediocre crecimiento era siempre que no habíamos caído en los pozos de la crisis. Ese orgullo acaba de desaparecer. Quiero decir con esto que cualquier examen que quiera hacerse de la gestión de Felipe Calderón debe hacerse cargo del peso de estas circunstancias que implican el fin del pacto esencial entre las tres fuerzas nacionales; la ruptura del arreglo tácito con el crimen organizado y el erosivo retorno de la crisis económica.
Felipe Calderón ha encarado las condiciones más adversas que ningún presidente ha enfrentado en la historia reciente del país. Por supuesto que cada uno de sus antecesores recibió problemas, deudas, reclamos, desconfianzas, aprietos de muy diversa naturaleza. Pero aquellas crisis tenían confines más o menos precisos, mientras el aparato de poder se mantenía relativamente corpulento. La inflación se disparaba pero el gobierno estaba al mando del volante y los pedales. Las elecciones eran cuestionadas, pero el régimen mantenía su jefatura. Si encallábamos, el grupo gobernante podía tronar los dedos y aumentar de inmediato los impuestos. Nuestro presente es muy distinto. Los retos son más hondos mientras los instrumentos más débiles. El país hace crisis en muchos frentes y no tenemos mecanismos de respuesta. Nunca habíamos enfrentado crisis tan severas con poderes tan disminuidos.
Dentro de esas circunstancias excepcionales, la administración de Felipe Calderón logró despegar en su primer año. Plantó cara a los chantajistas que quisieron impedir la asunción del poder presidencial; dio muestras de talento para hablar con el Congreso y se atrevió a nombrar la gravísima crisis de seguridad nacional. El arranque promisorio se detuvo en el segundo año. El pragmatismo se reveló más temeroso que diestro; la disciplina de su equipo empezó a ser disfuncional. La guerra declarada dejó de ser atractivo despliegue de valentía para propagar un denso sentimiento de inseguridad generalizada. El pesimismo vuelve a apoderarse de la emoción colectiva.
Desde luego, la historia de estos dos años no se reduce a la timidez de un liderazgo, a las limitaciones de un equipo o el lastre de sus pactos. Las circunstancias han sido extraordinariamente hostiles. Nadie recordará una atmósfera política tan adversa como la que marcó la asunción del presidente Calderón, hace exactamente dos años. Algunos apostaron a la interrupción del relevo institucional. Quisieron descarriar el ferrocarril de la continuidad republicana. La tensión llegó al máximo en la víspera del juramento presidencial. Esa tensión original no se ha desvanecido. El pluralismo mexicano fue pactado por tres fuerzas que empezaron a compartir el poder mientras reconocían las reglas de convivencia y a los árbitros. Ese pluralismo perdió uno de sus pies en la elección del 2006 y sigue cojeando por la desafiante semilealtad de uno de los protagonistas. Tampoco tenemos memoria de una alteración tan profunda del orden público como la que hemos visto en estos meses cubiertos de sangre. Hay que reconocer que Calderón dejó de ver la violencia criminal como una anécdota local, como nota propia de la página policiaca. Desde el primer día de su gestión reconoció la gravedad del problema y lo enfrentó como lo que es: un desafío a la seguridad nacional y por ello mismo, una amenaza a la viabilidad de México. Pero estos años no han sido simple despliegue de las "fuerzas del orden". Han sido de una insospechada violencia y crueldad. Han mostrado también la profunda inserción del crimen dentro del poder estatal. La ebullición criminal no es solamente una explosión de violencia, es la exhibición de un poder gangrenado por el crimen, la muestra de un Estado corroído por dentro. Y la crisis que nos cae de fuera tiene también un calado excepcional. No habrá sido incubada aquí, pero nos golpeará con terrible dureza. Hasta hace poco, celebrábamos que habíamos borrado la experiencia de la crisis de las nuevas generaciones de mexicanos. El consuelo de nuestro mediocre crecimiento era siempre que no habíamos caído en los pozos de la crisis. Ese orgullo acaba de desaparecer. Quiero decir con esto que cualquier examen que quiera hacerse de la gestión de Felipe Calderón debe hacerse cargo del peso de estas circunstancias que implican el fin del pacto esencial entre las tres fuerzas nacionales; la ruptura del arreglo tácito con el crimen organizado y el erosivo retorno de la crisis económica.
Felipe Calderón ha encarado las condiciones más adversas que ningún presidente ha enfrentado en la historia reciente del país. Por supuesto que cada uno de sus antecesores recibió problemas, deudas, reclamos, desconfianzas, aprietos de muy diversa naturaleza. Pero aquellas crisis tenían confines más o menos precisos, mientras el aparato de poder se mantenía relativamente corpulento. La inflación se disparaba pero el gobierno estaba al mando del volante y los pedales. Las elecciones eran cuestionadas, pero el régimen mantenía su jefatura. Si encallábamos, el grupo gobernante podía tronar los dedos y aumentar de inmediato los impuestos. Nuestro presente es muy distinto. Los retos son más hondos mientras los instrumentos más débiles. El país hace crisis en muchos frentes y no tenemos mecanismos de respuesta. Nunca habíamos enfrentado crisis tan severas con poderes tan disminuidos.
Dentro de esas circunstancias excepcionales, la administración de Felipe Calderón logró despegar en su primer año. Plantó cara a los chantajistas que quisieron impedir la asunción del poder presidencial; dio muestras de talento para hablar con el Congreso y se atrevió a nombrar la gravísima crisis de seguridad nacional. El arranque promisorio se detuvo en el segundo año. El pragmatismo se reveló más temeroso que diestro; la disciplina de su equipo empezó a ser disfuncional. La guerra declarada dejó de ser atractivo despliegue de valentía para propagar un denso sentimiento de inseguridad generalizada. El pesimismo vuelve a apoderarse de la emoción colectiva.
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Van 2, faltan 4 /María Amparo Casar
Reforma, 1/12/2008;
El día de hoy el presidente Calderón cumple dos años en el gobierno. Las circunstancias que le han tocado vivir no han sido fáciles: el persistente intento del candidato derrotado de impedir su toma de posesión, cuestionar la legitimidad de su elección y apostar al fracaso de su gobierno; la negativa inicial del PRD de convertirse en interlocutor y hacer alianzas en su calidad de segunda fuerza electoral, el alto costo que el PRI ha impuesto a su colaboración.
A ellas se ha sumado primero la falta de dinamismo de la economía norteamericana y más recientemente la caída en los precios del petróleo, la crisis financiera mundial y sus consecuencias para las perspectivas de crecimiento de la economía mexicana.
Todas estas condiciones han sido ajenas a la voluntad del presidente Calderón. Estrictamente le tocaron. No le ha quedado otra que lidiar con ellas. Un juicio equilibrado de los primeros dos años de su administración requiere tomarlas en cuenta.
Pero dado el contexto y las "condiciones objetivas", las acciones del Ejecutivo pueden hacer la diferencia. A dos años de gobierno puede mostrar un expediente razonable en lo que a acuerdos con el Poder Legislativo se refiere. No todas sus iniciativas han sido aprobadas. Muchas de las que han logrado negociarse han sido desvirtuadas, algunas hasta volverlas irreconocibles. Aún así, el panorama es mejor que si no hubiesen sido aprobadas. La ley del ISSSTE no resolvió el problema de las pensiones pero lo aminoró sensiblemente, la reforma fiscal se quedó corta pero le dio ingresos extra al Estado, la de seguridad y justicia es un primer paso, la de Pemex algo avanzó.
En el plano de las medidas administrativas, esas que no requieren de la colaboración del Congreso -aunque si la hubiera podría caminarse mucho más rápido-, figura la lucha decidida contra el crimen organizado. Nadie puede negar el empeño que el gobierno federal ha puesto en ello.
A 100 días del Acuerdo los índices delictivos no han disminuido pero hay otros indicadores que muestran una evolución alentadora: los decomisos, los arraigos de mandos policiacos, la captura de capos, la desarticulación de bandas.
Otros avances que se resisten a la evaluación cuantitativa son la determinación a no pactar con el crimen organizado, el diseño y apego a una estrategia, la mayor coordinación al interior del gabinete, la cada vez más abundante información. Faltan muchos más pero la dirección parece la correcta.
Esto nos indica que Calderón se ha tomado en serio la tarea de cumplir con una de las obligaciones fundamentales del Estado mexicano: garantizar la seguridad a la sociedad. Que está decidido a recuperar el espacio público -las instituciones de gobierno, el sistema de justicia, las plazas, calles, cárceles, establecimientos mercantiles- capturado por el crimen organizado y a no permitir el avance en la expropiación del monopolio legítimo de la fuerza pública.
Pero por importante que parezca, el gobierno no puede concentrarse en una sola tarea. Otros asuntos merecen la misma atención. El Estado mexicano ha cedido frente a otros poderes reales que también han expropiado su capacidad de decisión, que constituyen un veto a la acción pública, que atentan, en términos económicos, contra la competitividad del país, los intereses de los consumidores y el bienestar de la población. Y, en términos políticos, contra la igualdad, la transparencia y la democracia. Poderes que han sido exitosos en mantener privilegios concedidos por el propio Estado desde hace décadas y que el Estado no se atreve a revocar.
Privilegios como los que permiten que muchos sectores clave para el desarrollo permanezcan al margen de la competencia (telecomunicaciones), como los que se otorgan por la vía de regímenes especiales (autotransportes), de tasas preferenciales (agroindustria), de ganancias extraordinarias a través de la compra-venta de empresas por el mercado bursátil (Banamex-Citibank), del cobro de comisiones e intereses altísimos (sistema financiero).
Privilegios como los que tienen los sindicatos, que también son un freno al crecimiento económico y que por añadidura limitan los poderes institucionales. Que hacen valer sus intereses no sólo a través de su legítimo derecho a huelga sino principalmente a través de la opacidad de sus finanzas, la secrecía de sus decisiones, la movilización del voto y las marchas y movilizaciones que dan al traste con cualquier política pública que amenace sus concesiones.
A dos años de gobierno sería saludable ver el mismo empeño que hemos visto en el combate al crimen organizado respecto a otros espacios públicos también capturados.
Hay quienes sostienen que ya no es tiempo, que la oportunidad pasó. No es el caso. La mayoría de los mandatarios del mundo tienen periodos más cortos que el mexicano. Obama, recién electo, terminará su presidencia prácticamente al mismo tiempo que Calderón que ya lleva dos años en el cargo.
Si así lo decide, el Presidente puede reinaugurar, refundar su presidencia. Puede emplearse a fondo en la agenda pendiente. Una agenda centrada en la disminución de los privilegios que están en la base de los poderes fácticos y que ahogan de facto el ejercicio pleno de los poderes públicos.
A ellas se ha sumado primero la falta de dinamismo de la economía norteamericana y más recientemente la caída en los precios del petróleo, la crisis financiera mundial y sus consecuencias para las perspectivas de crecimiento de la economía mexicana.
Todas estas condiciones han sido ajenas a la voluntad del presidente Calderón. Estrictamente le tocaron. No le ha quedado otra que lidiar con ellas. Un juicio equilibrado de los primeros dos años de su administración requiere tomarlas en cuenta.
Pero dado el contexto y las "condiciones objetivas", las acciones del Ejecutivo pueden hacer la diferencia. A dos años de gobierno puede mostrar un expediente razonable en lo que a acuerdos con el Poder Legislativo se refiere. No todas sus iniciativas han sido aprobadas. Muchas de las que han logrado negociarse han sido desvirtuadas, algunas hasta volverlas irreconocibles. Aún así, el panorama es mejor que si no hubiesen sido aprobadas. La ley del ISSSTE no resolvió el problema de las pensiones pero lo aminoró sensiblemente, la reforma fiscal se quedó corta pero le dio ingresos extra al Estado, la de seguridad y justicia es un primer paso, la de Pemex algo avanzó.
En el plano de las medidas administrativas, esas que no requieren de la colaboración del Congreso -aunque si la hubiera podría caminarse mucho más rápido-, figura la lucha decidida contra el crimen organizado. Nadie puede negar el empeño que el gobierno federal ha puesto en ello.
A 100 días del Acuerdo los índices delictivos no han disminuido pero hay otros indicadores que muestran una evolución alentadora: los decomisos, los arraigos de mandos policiacos, la captura de capos, la desarticulación de bandas.
Otros avances que se resisten a la evaluación cuantitativa son la determinación a no pactar con el crimen organizado, el diseño y apego a una estrategia, la mayor coordinación al interior del gabinete, la cada vez más abundante información. Faltan muchos más pero la dirección parece la correcta.
Esto nos indica que Calderón se ha tomado en serio la tarea de cumplir con una de las obligaciones fundamentales del Estado mexicano: garantizar la seguridad a la sociedad. Que está decidido a recuperar el espacio público -las instituciones de gobierno, el sistema de justicia, las plazas, calles, cárceles, establecimientos mercantiles- capturado por el crimen organizado y a no permitir el avance en la expropiación del monopolio legítimo de la fuerza pública.
Pero por importante que parezca, el gobierno no puede concentrarse en una sola tarea. Otros asuntos merecen la misma atención. El Estado mexicano ha cedido frente a otros poderes reales que también han expropiado su capacidad de decisión, que constituyen un veto a la acción pública, que atentan, en términos económicos, contra la competitividad del país, los intereses de los consumidores y el bienestar de la población. Y, en términos políticos, contra la igualdad, la transparencia y la democracia. Poderes que han sido exitosos en mantener privilegios concedidos por el propio Estado desde hace décadas y que el Estado no se atreve a revocar.
Privilegios como los que permiten que muchos sectores clave para el desarrollo permanezcan al margen de la competencia (telecomunicaciones), como los que se otorgan por la vía de regímenes especiales (autotransportes), de tasas preferenciales (agroindustria), de ganancias extraordinarias a través de la compra-venta de empresas por el mercado bursátil (Banamex-Citibank), del cobro de comisiones e intereses altísimos (sistema financiero).
Privilegios como los que tienen los sindicatos, que también son un freno al crecimiento económico y que por añadidura limitan los poderes institucionales. Que hacen valer sus intereses no sólo a través de su legítimo derecho a huelga sino principalmente a través de la opacidad de sus finanzas, la secrecía de sus decisiones, la movilización del voto y las marchas y movilizaciones que dan al traste con cualquier política pública que amenace sus concesiones.
A dos años de gobierno sería saludable ver el mismo empeño que hemos visto en el combate al crimen organizado respecto a otros espacios públicos también capturados.
Hay quienes sostienen que ya no es tiempo, que la oportunidad pasó. No es el caso. La mayoría de los mandatarios del mundo tienen periodos más cortos que el mexicano. Obama, recién electo, terminará su presidencia prácticamente al mismo tiempo que Calderón que ya lleva dos años en el cargo.
Si así lo decide, el Presidente puede reinaugurar, refundar su presidencia. Puede emplearse a fondo en la agenda pendiente. Una agenda centrada en la disminución de los privilegios que están en la base de los poderes fácticos y que ahogan de facto el ejercicio pleno de los poderes públicos.
Equipo de Seguridad de Obama
El presidente electo de EE UU, Barack Obama ha confirmado este lunes a su equipo de seguridad nacional que lo acompañará a partir del 20 de enero de 2009.
que Hillary Clinton ocupará el cargo de secretaria de Estado.
En una rueda de prensa celebrada en Chicago, Obama ha dado a conocer que Hillary Clinton ocupará el cargo de secretaria de Estado, a Robert Gates como secretario de Defensa. Eric Holder será el fiscal general, James Jones será Consejero de Seguridad Nacional y Janet Napolitano ocupará la cartera de Seguridad Interior.
Obama afirmó que "el equipo que hemos formado cuenta con una capacidad única para hacer exactamente eso. Comparten mi pragmatismo sobre el uso del poder, y mi sentido del papel de EE UU como líder en el mundo".
Terror en Mumbai
¿Choque de civilizaciones/ Samuel Hadas, diplomático, primer embajador de Israel en España y ante la Santa Sede
Publicado en LA VANGUARDIA, 30/11/08;
Los trágicos acontecimientos de Bombay, el corazón de la mayor democracia del mundo, uno de los más sensibles puntos de encuentro entre musulmanes y fieles de otras religiones (en India viven 150 millones de musulmanes, numéricamente la segunda comunidad después de la de Indonesia), obliga a dedicar nuevamente la atención al flagelo del terrorismo. No se trata solamente de otro trágico episodio en la vida de un país. Sus ondas expansivas se sienten en todo el globo. Es un episodio que nos recuerda que somos testigos de un inquietante fenómeno ante el cual no hay país inmune: un terrorismo globalizado que golpea en los lugares más insospechados.
Un brutal terrorismo motivado por quienes instrumentalizan la religión se ha constituido en uno de los grandes protagonistas de el panorama internacional. El resurgimiento y la manipulación del etnonacionalismo, así como la expansión del fundamentalismo religioso, que asumen formas cada vez más violentas, dejaron de ser amenaza para constituirse en claro y presente peligro. El radicalismo de algunos grupos fundamentalistas, que logran adoctrinar y seducir a jóvenes alienados, sin futuro en sus países y receptivos a sus enseñanzas, levanta muros de intolerancia, y su acción representa uno de los mayores riesgos para la sociedad internacional. Este terrorismo, para el que no existen fronteras, ni geográficas ni morales, golpea una y otra vez en cualquier lugar, sin distinción de credos, género o razas. Y cuando distinguimos el surgimiento de un islamismo apocalíptico vemos que, lo que es peor, no es inevitable que de la conexión fundamentalismo-terrorismo surja la letal ecuación terrorismo-armamento de destrucción masiva, sea químico, biológico e incluso nuclear. Ya no se trata de tema de novelas o películas de ciencia ficción.
¿Encontrará la comunidad internacional caminos para superar este flagelo? De hecho, estamos en plena guerra, una guerra impuesta por un nuevo totalitarismo: el totalitarismo religioso. La Segunda Guerra Mundial y la guerra fría fueron contra totalitarismos seculares, el nazismo y el comunismo. La tercera guerra mundial, escribe el comentarista del New York Times,Thomas Friedman, es una batalla contra el totalitarismo religioso, una visión de mundo que dice: mi fe debe reinar y puede ser afirmada y sostenida apasionadamente sólo si todas las otras son negadas. Pero a diferencia del nazismo, el totalitarismo religioso no puede ser combatido sólo con las armas. Es una guerra que debe ser librada principalmente en escuelas, mezquitas, iglesias, sinagogas, y puede ser vencida sólo con la ayuda de los líderes religiosos que promueven lo contrario al totalitarismo religioso, una ideología de pluralismo, una ideología que aliente la diversidad religiosa y que propugne que la fe de uno puede ser nutrida sin reclamar para sí la verdad exclusiva.
Esta lapidaria afirmación de Friedman es compartida por no pocos estudiosos de las religiones y obliga a una reflexión sobre la responsabilidad y la misión de políticos, diplomáticos, intelectuales y líderes religiosos. ¿Choque de civilizaciones? No, por cierto, sino un amargo enfrentamiento contra los que tratan de desencadenarlo. El islam no es enemigo del Occidente, lo son los fanáticos que malinterpretan sus enseñanzas. Los propios pueblos musulmanes son el primer objetivo de los líderes autoproclamados portavoces terrenales de Dios, que santifican el asesinato suicida y llaman al islamismo a convertir a los gobiernos de los países musulmanes “herejes” en religiosos. Aquellos gobiernos que intentaron o intentan acercarse a modelos occidentales, “los que están drogados de Occidente”, conocen su acoso. La fuerza puede ser dirigida contra estos, de acuerdo con las circunstancias.
Ríos de tinta han sido vertidos para describir y definir el fenómeno del fundamentalismo religioso, pero es claro que su cometido es deslegitimar estos gobiernos y las élites políticas e instaurar un Estado regulado según las leyes islámicas (la charia), condición esencial para el “bienestar de la comunidad musulmana”. El principal enemigo del fundamentalismo es entonces, en esta etapa, el musulmán que se “aparta” del islam, los estamentos del poder en los países árabes que han avanzado hacia un Estado nacional secular. Sin olvidar, por supuesto, a “cruzados” y judíos (unos y otros, objetivos prioritarios en Bombay) y “la tierra de los infieles” (Occidente). Bernard Lewis, de la Universidad de Princeton, uno de los más profundos estudiosos del islam, nos recuerda que en el islamismo fundamentalista hay una total compenetración entre credo religioso y poder, un acuerdo entre la fe y el dominio temporal que no tiene similitud ni en el cristianismo ni en el judaísmo. Lewis recuerda, a este respecto, una significativa frase del ayatolá Jomeini: “El islam es política o no es nada”.
El mundo debería responder al desafío del terrorismo islámico. Si este - como escribe el escritor italiano Arrigo Levy -tiene por enemigo al mundo entero, las naciones del mundo deberán unirse para hacerle frente. Uno de los peores enemigos de la humanidad después de la guerra fría no es hoy ningún país, ideología o religión, sino la intolerancia religiosa. Si se quiere combatir un terrorismo que no respeta fronteras ni valores humanos elementales, la lucha tiene que ser sin cuartel.
Sólo una acción consensuada de los países democráticos que convenza a los líderes radicales de que el recurso al terrorismo será enfrentado con firmeza y que el precio que deberán pagar será muy alto podría convencer a aquellos inspirados divinamente, que asesinan en nombre de Dios, de que no hay sitio para ellos en la comunidad internacional.
Una sugerencia a los fundamentalistas islámicos radicales: vosotros deberíais ser los primeros en releer el Corán para redescubrir su mensaje de paz y conocer mejor la verdadera belleza del islam.
Un brutal terrorismo motivado por quienes instrumentalizan la religión se ha constituido en uno de los grandes protagonistas de el panorama internacional. El resurgimiento y la manipulación del etnonacionalismo, así como la expansión del fundamentalismo religioso, que asumen formas cada vez más violentas, dejaron de ser amenaza para constituirse en claro y presente peligro. El radicalismo de algunos grupos fundamentalistas, que logran adoctrinar y seducir a jóvenes alienados, sin futuro en sus países y receptivos a sus enseñanzas, levanta muros de intolerancia, y su acción representa uno de los mayores riesgos para la sociedad internacional. Este terrorismo, para el que no existen fronteras, ni geográficas ni morales, golpea una y otra vez en cualquier lugar, sin distinción de credos, género o razas. Y cuando distinguimos el surgimiento de un islamismo apocalíptico vemos que, lo que es peor, no es inevitable que de la conexión fundamentalismo-terrorismo surja la letal ecuación terrorismo-armamento de destrucción masiva, sea químico, biológico e incluso nuclear. Ya no se trata de tema de novelas o películas de ciencia ficción.
¿Encontrará la comunidad internacional caminos para superar este flagelo? De hecho, estamos en plena guerra, una guerra impuesta por un nuevo totalitarismo: el totalitarismo religioso. La Segunda Guerra Mundial y la guerra fría fueron contra totalitarismos seculares, el nazismo y el comunismo. La tercera guerra mundial, escribe el comentarista del New York Times,Thomas Friedman, es una batalla contra el totalitarismo religioso, una visión de mundo que dice: mi fe debe reinar y puede ser afirmada y sostenida apasionadamente sólo si todas las otras son negadas. Pero a diferencia del nazismo, el totalitarismo religioso no puede ser combatido sólo con las armas. Es una guerra que debe ser librada principalmente en escuelas, mezquitas, iglesias, sinagogas, y puede ser vencida sólo con la ayuda de los líderes religiosos que promueven lo contrario al totalitarismo religioso, una ideología de pluralismo, una ideología que aliente la diversidad religiosa y que propugne que la fe de uno puede ser nutrida sin reclamar para sí la verdad exclusiva.
Esta lapidaria afirmación de Friedman es compartida por no pocos estudiosos de las religiones y obliga a una reflexión sobre la responsabilidad y la misión de políticos, diplomáticos, intelectuales y líderes religiosos. ¿Choque de civilizaciones? No, por cierto, sino un amargo enfrentamiento contra los que tratan de desencadenarlo. El islam no es enemigo del Occidente, lo son los fanáticos que malinterpretan sus enseñanzas. Los propios pueblos musulmanes son el primer objetivo de los líderes autoproclamados portavoces terrenales de Dios, que santifican el asesinato suicida y llaman al islamismo a convertir a los gobiernos de los países musulmanes “herejes” en religiosos. Aquellos gobiernos que intentaron o intentan acercarse a modelos occidentales, “los que están drogados de Occidente”, conocen su acoso. La fuerza puede ser dirigida contra estos, de acuerdo con las circunstancias.
Ríos de tinta han sido vertidos para describir y definir el fenómeno del fundamentalismo religioso, pero es claro que su cometido es deslegitimar estos gobiernos y las élites políticas e instaurar un Estado regulado según las leyes islámicas (la charia), condición esencial para el “bienestar de la comunidad musulmana”. El principal enemigo del fundamentalismo es entonces, en esta etapa, el musulmán que se “aparta” del islam, los estamentos del poder en los países árabes que han avanzado hacia un Estado nacional secular. Sin olvidar, por supuesto, a “cruzados” y judíos (unos y otros, objetivos prioritarios en Bombay) y “la tierra de los infieles” (Occidente). Bernard Lewis, de la Universidad de Princeton, uno de los más profundos estudiosos del islam, nos recuerda que en el islamismo fundamentalista hay una total compenetración entre credo religioso y poder, un acuerdo entre la fe y el dominio temporal que no tiene similitud ni en el cristianismo ni en el judaísmo. Lewis recuerda, a este respecto, una significativa frase del ayatolá Jomeini: “El islam es política o no es nada”.
El mundo debería responder al desafío del terrorismo islámico. Si este - como escribe el escritor italiano Arrigo Levy -tiene por enemigo al mundo entero, las naciones del mundo deberán unirse para hacerle frente. Uno de los peores enemigos de la humanidad después de la guerra fría no es hoy ningún país, ideología o religión, sino la intolerancia religiosa. Si se quiere combatir un terrorismo que no respeta fronteras ni valores humanos elementales, la lucha tiene que ser sin cuartel.
Sólo una acción consensuada de los países democráticos que convenza a los líderes radicales de que el recurso al terrorismo será enfrentado con firmeza y que el precio que deberán pagar será muy alto podría convencer a aquellos inspirados divinamente, que asesinan en nombre de Dios, de que no hay sitio para ellos en la comunidad internacional.
Una sugerencia a los fundamentalistas islámicos radicales: vosotros deberíais ser los primeros en releer el Corán para redescubrir su mensaje de paz y conocer mejor la verdadera belleza del islam.
El regreso del profesor Marx
El retorno de (Carlos) Marx/Ángel Rupérez, escritor y profesor de Teoría de la Literatura
Publicado en EL PAÍS (www.wlpais.com), 30/11/08;
La losa que pesa sobre el pensamiento de Carlos Marx, debido a la usurpación que hicieron de él las revoluciones que se llamaron marxistas, todas fracasadas, ha impedido que reconozcamos, sin esos lúgubres embargos, la grandeza de algunas de sus ideas (no de todas, desde luego). Pero de la misma manera que podemos leer el Evangelio de Jesús liberados de las coacciones que ejercen sobre él los atropellos cometidos en su nombre -múltiples crímenes de toda laya-, así también podemos y debemos recuperar la figura de Marx sin consentir que ninguno de sus usurpadores lastre el alcance del poder crítico y liberador de su pensamiento. Y en estos momentos en los que el capitalismo ha dado muestras evidentes de sus flaquezas más demoledoras, la figura de Marx debe ser recuperada precisamente para recordar la forma como describió el funcionamiento del capitalismo, siempre voraz y dispuesto a cualquier forma de abuso con tal de hacer valer su principio esencial del beneficio por encima de todo.
Que la idolatría del dinero supusiera la humillación de miles y miles de seres humanos, era algo que al primer capitalismo no le importaba la más mínima higa. De ahí que Marx, genial intérprete de esos mecanismos de dominación, fuera a la vez alguien que quisiera y se propusiera cambiar el signo de la historia con el fin de superarla en un proyecto ideal que, al hacerse él mismo historia, degeneró en sociedades también esclavizadas, con el crimen político como bandera y la segregación social como método de dominación. Al caer esos regímenes totalitarios y estafadores, pareció que el capitalismo no tenía oponentes y por eso alguien que se hizo famoso pudo decretar el fin de la historia, que sólo era el sueño de la impunidad absoluta. Ninguna tropelía cometida en nombre del capitalismo podría seriamente ser objeto de una desautorización global en el siglo XXI, puesto que no había ideas alternativas, ya que las únicas que se habían alegado y puesto en práctica habían fracasado estrepitosamente. Incluso un país como China, mastodonte que mantiene intactas las hechuras de un Estado totalitario, hizo su particular revisión y se afilió al capitalismo antaño denostado y del que ahora es un principal motor en el mundo, atropellando a su paso los derechos humanos y también los derechos de la Naturaleza (que son también derechos humanos).
Pero si leemos sin prejuicios los escritos de Marx, nos daremos cuenta del portentoso aliento que hay en ellos para penetrar en los entresijos de la maquinaria del capital voraz y ciego con el fin de no someterse a la primacía del dinero como valor supremo, convertida en ideología inapelable, es decir, en auténtica ley de la historia inmune a cualquier justificada y desconfiada sospecha y no digamos a cualquier intento de superación. Una reflexión crítica sobre nuestro mundo nos avisa, como avisó Marx en el XIX, de que el dinero es el ídolo absoluto que los capitalistas financieros, enfermos de avaricia, han pretendido multiplicar, en forma de beneficios ilimitados, por medio del engaño y la mentira. Las víctimas de sus operaciones fraudulentas no serán precisamente ellos mismos, los grandes tiburones de las finanzas, inmensamente remunerados, a salvo de cualquier imputación legal, lejos de cualquier cárcel justamente punitiva, sino todos los que, gracias a ese bandidaje de cuello blanco, conocerán la ruina de sus vidas, aquí y allá, cerca y lejos, en los países desarrollados pero también en los países pobres, más pobres aún, más miserables aún si cabe cuando la marea negra se extienda. A ese capitalismo ilimitadamente voraz hay que imputarle, con la ayuda de Marx, el encerramiento de la existencia en la cárcel exclusiva del dinero idolatrado y de su progenie no menos ciega e inhumana: los valores que se arrastran detrás de esa estela que no mira más que a su ombligo, y es ajena al horror de la pobreza de los más pobres que ya lo eran y a la de los que lo serán a partir de ahora.
La avaricia insaciable ha dejado al descubierto la esencia de un sistema que solo cree en el fondo en el dinero como único valor y sobre el que pretende que fundamentemos todas las manifestaciones de la existencia. Así, la productividad económica rige los últimos derroteros de la educación superior; las desmesuradas ganancias rigen los principios de la actividad económica; la acumulación de dinero rige los anhelos de tantos y tantos seres humanos, doblados en pequeños terratenientes de sus idolatradas -aunque modestas- riquezas; el valor de cambio de las obras de arte -Hirst y compañía- sustituye con creces su contenido de verdad, como diría Adorno, y, a la postre, su invitación a ser un hecho revelador del hombre esencial antes que un sustituto del dinero. Los escritos de Marx nos ayudan a no creer en esos ídolos y a denunciar las mentiras sobre las que se sustentan. No sé si habrá otras alternativas, pero al menos ese pensamiento, que parecía enterrado, nos devolverá, en el espejo roto de nuestra reciente historia, la mejor imagen de nuestra dignidad.
Que la idolatría del dinero supusiera la humillación de miles y miles de seres humanos, era algo que al primer capitalismo no le importaba la más mínima higa. De ahí que Marx, genial intérprete de esos mecanismos de dominación, fuera a la vez alguien que quisiera y se propusiera cambiar el signo de la historia con el fin de superarla en un proyecto ideal que, al hacerse él mismo historia, degeneró en sociedades también esclavizadas, con el crimen político como bandera y la segregación social como método de dominación. Al caer esos regímenes totalitarios y estafadores, pareció que el capitalismo no tenía oponentes y por eso alguien que se hizo famoso pudo decretar el fin de la historia, que sólo era el sueño de la impunidad absoluta. Ninguna tropelía cometida en nombre del capitalismo podría seriamente ser objeto de una desautorización global en el siglo XXI, puesto que no había ideas alternativas, ya que las únicas que se habían alegado y puesto en práctica habían fracasado estrepitosamente. Incluso un país como China, mastodonte que mantiene intactas las hechuras de un Estado totalitario, hizo su particular revisión y se afilió al capitalismo antaño denostado y del que ahora es un principal motor en el mundo, atropellando a su paso los derechos humanos y también los derechos de la Naturaleza (que son también derechos humanos).
Pero si leemos sin prejuicios los escritos de Marx, nos daremos cuenta del portentoso aliento que hay en ellos para penetrar en los entresijos de la maquinaria del capital voraz y ciego con el fin de no someterse a la primacía del dinero como valor supremo, convertida en ideología inapelable, es decir, en auténtica ley de la historia inmune a cualquier justificada y desconfiada sospecha y no digamos a cualquier intento de superación. Una reflexión crítica sobre nuestro mundo nos avisa, como avisó Marx en el XIX, de que el dinero es el ídolo absoluto que los capitalistas financieros, enfermos de avaricia, han pretendido multiplicar, en forma de beneficios ilimitados, por medio del engaño y la mentira. Las víctimas de sus operaciones fraudulentas no serán precisamente ellos mismos, los grandes tiburones de las finanzas, inmensamente remunerados, a salvo de cualquier imputación legal, lejos de cualquier cárcel justamente punitiva, sino todos los que, gracias a ese bandidaje de cuello blanco, conocerán la ruina de sus vidas, aquí y allá, cerca y lejos, en los países desarrollados pero también en los países pobres, más pobres aún, más miserables aún si cabe cuando la marea negra se extienda. A ese capitalismo ilimitadamente voraz hay que imputarle, con la ayuda de Marx, el encerramiento de la existencia en la cárcel exclusiva del dinero idolatrado y de su progenie no menos ciega e inhumana: los valores que se arrastran detrás de esa estela que no mira más que a su ombligo, y es ajena al horror de la pobreza de los más pobres que ya lo eran y a la de los que lo serán a partir de ahora.
La avaricia insaciable ha dejado al descubierto la esencia de un sistema que solo cree en el fondo en el dinero como único valor y sobre el que pretende que fundamentemos todas las manifestaciones de la existencia. Así, la productividad económica rige los últimos derroteros de la educación superior; las desmesuradas ganancias rigen los principios de la actividad económica; la acumulación de dinero rige los anhelos de tantos y tantos seres humanos, doblados en pequeños terratenientes de sus idolatradas -aunque modestas- riquezas; el valor de cambio de las obras de arte -Hirst y compañía- sustituye con creces su contenido de verdad, como diría Adorno, y, a la postre, su invitación a ser un hecho revelador del hombre esencial antes que un sustituto del dinero. Los escritos de Marx nos ayudan a no creer en esos ídolos y a denunciar las mentiras sobre las que se sustentan. No sé si habrá otras alternativas, pero al menos ese pensamiento, que parecía enterrado, nos devolverá, en el espejo roto de nuestra reciente historia, la mejor imagen de nuestra dignidad.
Desertor de la Marina
Ex titular de SIEDO desertó de la Marina/Jorge Fernández,
Publicado en Excélsior Pp, 1 de diciembre de 2008;
***
Columna Razonez/Jorge Fernández Menéndez
Ramírez Mandujano, desertor de la Marina-Armada
Noé Ramírez Mandujano, el ex subprocurador contra la delincuencia organizada, arraigado desde el 20 de noviembre pasado, acusado de proporcionar información de seguridad al cártel de los Beltrán Leyva, era un desertor de la Marina-Armada de México. Había abandonado sin aviso alguno la institución militar en 1994, luego de haber sido incorporado al área judicial donde permaneció durante cuatro años con categoría de oficial. Fue capitán. Desertó de la institución, lo cual implica un delito que debe ser sancionado por la justicia militar naval y, dos años después, en 1996, reapareció en la PGR, donde hizo una carrera de 14 años hasta su renuncia a la SIEDO el 31 de julio y su posterior detención en noviembre pasado.
¿Cómo puede un hombre que ha desertado de la Armada de México, donde tiene abierto aún un expediente por el delito de deserción, incorporarse a la Procuraduría, hacer carrera en ella y terminar como subsecretario para combatir a la delincuencia organizada? Fue después de la detención, revisando antiguos expedientes en la Secretaría de la Marina, que se tuvo acceso a esa información, que Ramírez Mandujano nunca había incorporado a su currícula. En los hechos, ese delito de deserción lo hubiera inhabilitado para incorporarse a la Procuraduría y muchos más para ser subprocurador de la República. En término de valores, además, no es difícil considerar que quien ha traicionado una vez, lo vuelve a repetir.
¿Por qué pueden ocurrir este tipo de hechos? Sólo hay dos razones posibles: por alguna forma de corrupción en la estructura de la dependencia que permitió que un funcionario durante 14 años realizara carrera en la institución, pero ello puede hacerse realidad porque no contamos, como se reconoció en la reunión del Consejo Nacional de Seguridad Pública del viernes 28 de noviembre, con un sistema de información que pueda cruzar todos los datos de todos los funcionarios, de todos los policías, de todos los delincuentes, de todos los que han sido juzgados o han cometido un delito, para poder saber realmente si pueden o no ocupar una posición pública de responsabilidad en el Estado mexicano, con mayor razón aún en las áreas de seguridad. Noé Ramírez Mandujano, por el tipo de delito cometido y la forma en que lo ocultó todos estos años, evidentemente no hubiera estado habilitado para ello.
La historia se repite una y otra vez. Un ex jefe de policía de una de las ciudades más importantes en el norte del país, participó en un secuestro, fue detenido y procesado por ello unos años antes de asumir esa responsabilidad. Esa ciudad, durante su gestión como jefe de la policía, se convirtió en un refugio del narcotráfico. ¿Nadie pudo investigar antecedentes previamente a encargarle la responsabilidad de la policía local? El esposo de otra importante funcionaria de seguridad, en otro estado, ha sido acusado de relaciones con el narcotráfico y se le acusa de ser el jefe de prensa de uno de los cárteles locales. ¿No invalidaría eso la posibilidad de que ejerza ese cargo? Ahí está el caso de Nahum Acosta, aquel director de giras de la Presidencia de la República durante la administración de Vicente Fox (por cierto, se esté o no de acuerdo con el desempeño del ex presidente, es muy bajo explotar aspectos no verificables de su vida privada con base en documentación que tampoco puede ser convalidada) resultó que no tenía visa de Estados Unidos desde 1996, y no la tenía pues ese país se la había negado porque habían aparecido credenciales de agente migratorio, firmadas por él, para Amado Carrillo, durante su paso por la delegación Torreón del INM. Estados Unidos lo informó luego de que fue detenido, acusado de proporcionar información a los Beltrán Leyva. Posteriormente, Acosta fue declarado inocente porque el juez no aceptó como válidas las grabaciones de las pláticas del ex funcionario con Arturo Beltrán Leyva.
Los ejemplos pueden continuar, pero el de Ramírez Mandujano es quizás el más evidente: no se podrá avanzar seriamente en la lucha contra la delincuencia, sobre todo la organizada, si no existe un sistema, una base de datos, lo suficientemente amplia que obligue a todas las dependencias a entregar toda la información acumulada a lo largo de los años sobre policías, funcionarios, delincuentes, antecedentes penales e incluso, como se ha dicho, propiedad de automóviles o bienes raíces (además de teléfonos, sobre todo celulares, incluida la posibilidad de establecer una eficiente geolocalización de éstos). Ningún Estado puede combatir eficientemente la delincuencia sin esos instrumentos: a partir de la información es como se puede generar inteligencia y ese será el instrumento para poder actuar adecuadamente. Hoy tenemos mucha información en demasiados ámbitos que no es cruzada ni compartida, en ocasiones porque no existen los instrumentos destinados a hacerlo y en otras porque no hay confianza suficiente para ello. Y en esos espacios penetra la corrupción.
Otro ejemplo: en temas de lavado de dinero, durante meses, la información acerca de movimientos sospechosos que se generaba sobre distintas cuentas financieras se entregaba a la SIEDO, que dirigía Ramírez Mandujano. Por las razones que fuera, no había resultados. Desde el 31 de julio pasado, cuando ése y otros funcionarios dejaron la Subprocuraduría, se ha logrado recuperar más de dos mil 200 millones de pesos: simplemente cruzando información y actuando oportunamente.
El secreto está en tener información concentrada, amplia y oportuna. Y las entidades federativas y las instituciones deben estar obligadas a proporcionarla y el Estado a verificar la confianza en todos sus funcionarios. Sólo de esa forma un desertor de las instituciones militares del país no podrá convertirse años después en un altísimo funcionario de seguridad.
Noé Ramírez Mandujano, el ex subprocurador contra la delincuencia organizada, arraigado desde el 20 de noviembre pasado, acusado de proporcionar información de seguridad al cártel de los Beltrán Leyva, era un desertor de la Marina-Armada de México. Había abandonado sin aviso alguno la institución militar en 1994, luego de haber sido incorporado al área judicial donde permaneció durante cuatro años con categoría de oficial. Fue capitán. Desertó de la institución, lo cual implica un delito que debe ser sancionado por la justicia militar naval y, dos años después, en 1996, reapareció en la PGR, donde hizo una carrera de 14 años hasta su renuncia a la SIEDO el 31 de julio y su posterior detención en noviembre pasado.
¿Cómo puede un hombre que ha desertado de la Armada de México, donde tiene abierto aún un expediente por el delito de deserción, incorporarse a la Procuraduría, hacer carrera en ella y terminar como subsecretario para combatir a la delincuencia organizada? Fue después de la detención, revisando antiguos expedientes en la Secretaría de la Marina, que se tuvo acceso a esa información, que Ramírez Mandujano nunca había incorporado a su currícula. En los hechos, ese delito de deserción lo hubiera inhabilitado para incorporarse a la Procuraduría y muchos más para ser subprocurador de la República. En término de valores, además, no es difícil considerar que quien ha traicionado una vez, lo vuelve a repetir.
¿Por qué pueden ocurrir este tipo de hechos? Sólo hay dos razones posibles: por alguna forma de corrupción en la estructura de la dependencia que permitió que un funcionario durante 14 años realizara carrera en la institución, pero ello puede hacerse realidad porque no contamos, como se reconoció en la reunión del Consejo Nacional de Seguridad Pública del viernes 28 de noviembre, con un sistema de información que pueda cruzar todos los datos de todos los funcionarios, de todos los policías, de todos los delincuentes, de todos los que han sido juzgados o han cometido un delito, para poder saber realmente si pueden o no ocupar una posición pública de responsabilidad en el Estado mexicano, con mayor razón aún en las áreas de seguridad. Noé Ramírez Mandujano, por el tipo de delito cometido y la forma en que lo ocultó todos estos años, evidentemente no hubiera estado habilitado para ello.
La historia se repite una y otra vez. Un ex jefe de policía de una de las ciudades más importantes en el norte del país, participó en un secuestro, fue detenido y procesado por ello unos años antes de asumir esa responsabilidad. Esa ciudad, durante su gestión como jefe de la policía, se convirtió en un refugio del narcotráfico. ¿Nadie pudo investigar antecedentes previamente a encargarle la responsabilidad de la policía local? El esposo de otra importante funcionaria de seguridad, en otro estado, ha sido acusado de relaciones con el narcotráfico y se le acusa de ser el jefe de prensa de uno de los cárteles locales. ¿No invalidaría eso la posibilidad de que ejerza ese cargo? Ahí está el caso de Nahum Acosta, aquel director de giras de la Presidencia de la República durante la administración de Vicente Fox (por cierto, se esté o no de acuerdo con el desempeño del ex presidente, es muy bajo explotar aspectos no verificables de su vida privada con base en documentación que tampoco puede ser convalidada) resultó que no tenía visa de Estados Unidos desde 1996, y no la tenía pues ese país se la había negado porque habían aparecido credenciales de agente migratorio, firmadas por él, para Amado Carrillo, durante su paso por la delegación Torreón del INM. Estados Unidos lo informó luego de que fue detenido, acusado de proporcionar información a los Beltrán Leyva. Posteriormente, Acosta fue declarado inocente porque el juez no aceptó como válidas las grabaciones de las pláticas del ex funcionario con Arturo Beltrán Leyva.
Los ejemplos pueden continuar, pero el de Ramírez Mandujano es quizás el más evidente: no se podrá avanzar seriamente en la lucha contra la delincuencia, sobre todo la organizada, si no existe un sistema, una base de datos, lo suficientemente amplia que obligue a todas las dependencias a entregar toda la información acumulada a lo largo de los años sobre policías, funcionarios, delincuentes, antecedentes penales e incluso, como se ha dicho, propiedad de automóviles o bienes raíces (además de teléfonos, sobre todo celulares, incluida la posibilidad de establecer una eficiente geolocalización de éstos). Ningún Estado puede combatir eficientemente la delincuencia sin esos instrumentos: a partir de la información es como se puede generar inteligencia y ese será el instrumento para poder actuar adecuadamente. Hoy tenemos mucha información en demasiados ámbitos que no es cruzada ni compartida, en ocasiones porque no existen los instrumentos destinados a hacerlo y en otras porque no hay confianza suficiente para ello. Y en esos espacios penetra la corrupción.
Otro ejemplo: en temas de lavado de dinero, durante meses, la información acerca de movimientos sospechosos que se generaba sobre distintas cuentas financieras se entregaba a la SIEDO, que dirigía Ramírez Mandujano. Por las razones que fuera, no había resultados. Desde el 31 de julio pasado, cuando ése y otros funcionarios dejaron la Subprocuraduría, se ha logrado recuperar más de dos mil 200 millones de pesos: simplemente cruzando información y actuando oportunamente.
El secreto está en tener información concentrada, amplia y oportuna. Y las entidades federativas y las instituciones deben estar obligadas a proporcionarla y el Estado a verificar la confianza en todos sus funcionarios. Sólo de esa forma un desertor de las instituciones militares del país no podrá convertirse años después en un altísimo funcionario de seguridad.
La seguridad pública se privatiza
PGR, vigilada por sicario de los Beltrán
La empresa de seguridad de Raúl Villa Ortega, señalado como el autor del multihomicidio de La Marquesa, protegió instalaciones de la dependencia en Edomex, Monterrey y Jalisco
Francisco Gómez, reportero
La empresa de seguridad de Raúl Villa Ortega, señalado como el autor del multihomicidio de La Marquesa, protegió instalaciones de la dependencia en Edomex, Monterrey y Jalisco
Francisco Gómez, reportero
La Procuraduría General de la República (PGR) contrató los servicios de la empresa de seguridad privada de uno de los principales operadores en el estado de México del cártel de los hermanos Beltrán Leyva.
Considerado el líder de una célula de sicarios al servicio de esa organización criminal, Raúl Villa Ortega, El R, daba protección a instalaciones de la PGR a través de su empresa de seguridad privada RAV Corporación de Alta Seguridad Nacional, SA de CV.
El también ex policía en el estado de México y señalado como quien ejecutó directamente a 24 hombres en un paraje de La Marquesa, hizo tal revelación a los agentes federales que lo detuvieron en octubre pasado, junto con el ex comandante de la Policía de Huixquilucan, Antonio Ramírez Cervantes, según informes contenidos en el expediente PGR/SIEDO/UEIDCS/-302/2008, al que tuvo acceso EL UNIVERSAL.
“Yo no tengo problemas con la policía o la PGR, ya que incluso mi empresa les da seguridad en juzgados y hangares en Monterrey y Jalisco”, confesó este miembro del cártel de los hermanos Beltrán Leyva, la organización criminal por la que la PGR inició la Operación Limpieza al descubrirse que logró infiltrar la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), la Interpol-México y la embajada de Estados Unidos en nuestro país.
De hecho, la empresa ubicada en San Cristóbal, Ecatepec, servía como pantalla para que Villa Ortega operara por toda la entidad mexiquense bajo su aparente condición de empresario de seguridad privada. El R dijo: “Con mi empresa doy seguridad a diversas empresas y a la PGR, en concreto los hangares, juzgados y casas de prevención del delito”.
La compañía de seguridad privada tenía alrededor de 300 hombres, precisó Villa Ortega, quien hace cuatro días fue consignado ante un juez federal del penal de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco, por la masacre de 24 personas en La Marquesa. El operador de los Beltrán Leyva declaró que tenía ingresos mensuales de hasta un millón 300 mil pesos por el pago de los servicios de seguridad que brindaba a empresas e instituciones, incluída la PGR.
Las armas encontradas en la camioneta blindada de El R, cuando fue detenido, provenían de Tepito.
“Las compré en 25 mil pesos cada una, tanto la pistola 5.7 como el arma larga calibre 22, pero no sé el nombre de la persona que me las vendió”, dijo.
Dentro de la compañía RAV Corporación de Alta Seguridad Nacional SA de CV, la cual aparece registrada en documentos oficiales de la Secretaría de Seguridad pública federal (SSP), surgió como socio otro hombre, Alberto Ruiz Díaz, según informes contenidos en el expediente del caso. “Soy socio con Alberto Ruiz Díaz, a quien conocí cuando fui policía de la Agencia de Seguridad Estatal; y cuando hace dos años él quedó desempleado me dijo que era buen negocio una empresa de seguridad y por ello accedí a ponerla en sociedad”, dijo El R.
En mayo, en Guadalajara, Jalisco, una empresa con similitudes en el nombre de la compañía y el apellido del socio de Villa Ortega realizó contrataciones de guardias se seguridad privada. Su publicidad en internet mencionaba a la empresa RAV Corporación Nacional de Alta Seguridad Privada (salvo el cambio de la última palabra de Nacional por Privada, el nombre de la empresa es igual) y quien contrataba era “el comandante Ruiz”.
Informes de la PGR destacan que otro centro de mayor operación de los Beltrán Leyva es Jalisco, donde se contrató a 55 personas como guardias de seguridad, por 4 mil pesos al mes.
Considerado el líder de una célula de sicarios al servicio de esa organización criminal, Raúl Villa Ortega, El R, daba protección a instalaciones de la PGR a través de su empresa de seguridad privada RAV Corporación de Alta Seguridad Nacional, SA de CV.
El también ex policía en el estado de México y señalado como quien ejecutó directamente a 24 hombres en un paraje de La Marquesa, hizo tal revelación a los agentes federales que lo detuvieron en octubre pasado, junto con el ex comandante de la Policía de Huixquilucan, Antonio Ramírez Cervantes, según informes contenidos en el expediente PGR/SIEDO/UEIDCS/-302/2008, al que tuvo acceso EL UNIVERSAL.
“Yo no tengo problemas con la policía o la PGR, ya que incluso mi empresa les da seguridad en juzgados y hangares en Monterrey y Jalisco”, confesó este miembro del cártel de los hermanos Beltrán Leyva, la organización criminal por la que la PGR inició la Operación Limpieza al descubrirse que logró infiltrar la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), la Interpol-México y la embajada de Estados Unidos en nuestro país.
De hecho, la empresa ubicada en San Cristóbal, Ecatepec, servía como pantalla para que Villa Ortega operara por toda la entidad mexiquense bajo su aparente condición de empresario de seguridad privada. El R dijo: “Con mi empresa doy seguridad a diversas empresas y a la PGR, en concreto los hangares, juzgados y casas de prevención del delito”.
La compañía de seguridad privada tenía alrededor de 300 hombres, precisó Villa Ortega, quien hace cuatro días fue consignado ante un juez federal del penal de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco, por la masacre de 24 personas en La Marquesa. El operador de los Beltrán Leyva declaró que tenía ingresos mensuales de hasta un millón 300 mil pesos por el pago de los servicios de seguridad que brindaba a empresas e instituciones, incluída la PGR.
Las armas encontradas en la camioneta blindada de El R, cuando fue detenido, provenían de Tepito.
“Las compré en 25 mil pesos cada una, tanto la pistola 5.7 como el arma larga calibre 22, pero no sé el nombre de la persona que me las vendió”, dijo.
Dentro de la compañía RAV Corporación de Alta Seguridad Nacional SA de CV, la cual aparece registrada en documentos oficiales de la Secretaría de Seguridad pública federal (SSP), surgió como socio otro hombre, Alberto Ruiz Díaz, según informes contenidos en el expediente del caso. “Soy socio con Alberto Ruiz Díaz, a quien conocí cuando fui policía de la Agencia de Seguridad Estatal; y cuando hace dos años él quedó desempleado me dijo que era buen negocio una empresa de seguridad y por ello accedí a ponerla en sociedad”, dijo El R.
En mayo, en Guadalajara, Jalisco, una empresa con similitudes en el nombre de la compañía y el apellido del socio de Villa Ortega realizó contrataciones de guardias se seguridad privada. Su publicidad en internet mencionaba a la empresa RAV Corporación Nacional de Alta Seguridad Privada (salvo el cambio de la última palabra de Nacional por Privada, el nombre de la empresa es igual) y quien contrataba era “el comandante Ruiz”.
Informes de la PGR destacan que otro centro de mayor operación de los Beltrán Leyva es Jalisco, donde se contrató a 55 personas como guardias de seguridad, por 4 mil pesos al mes.
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Limpian’ empresas de protección privada
Nota de Ricardo Gómez
Limpian’ empresas de protección privada
Nota de Ricardo Gómez
El Universal Lunes 01 de diciembre de 2008
En 10 meses el gobierno ejerció acciones contra 156 compañías
En 10 meses, el gobierno federal ejerció acciones contra 156 empresas de seguridad privada, de las cuales 66 fueron suspendidas por no cumplir con la normatividad requerida.
Según una de las 50 respuestas que envió el presidente Felipe Calderón al Senado, como parte del segundo Informe de Gobierno, de septiembre de 2007 a julio de 2008 se practicaron un total de 547 visitas de verificación a empresas de seguridad privada, y como medida de seguridad, además de suspender a 66 consorcios, se amonestó a 88 y dos fueron multadas.
A raíz del incremento de la delincuencia, los servicios de seguridad privada han tenido un realce importante para el combate al crimen organizado.
La pregunta parlamentaria fue formulada por la fracción del PAN en el Senado y cuestionaba cuáles son los resultados del proceso de certificación de las empresas de seguridad privada.
En la segunda pregunta del PAN al Ejecutivo en cuanto a posibles vínculos de esas empresas con la delincuencia organizada, el gobierno federal informó que instancias como la PGR, SSP y Hacienda, tienen mecanismos para investigarlas, pero no ofreció más detalles.
Respondió que la supervisión de las empresas se da a través de la coordinación con la Unidad de Investigación Financiera (UIF) de Hacienda, la cual puede presentar denuncias ante la PGR.
En el resto de la respuesta, el gobierno remitió la misma información de la primera pregunta, en cuanto a número de empresas autorizadas, y las sancionadas.
En cuanto a la primera pregunta, se informó además que entre septiembre de 2007 y julio pasado, las autoridades autorizaron la operación de 491 consorcios que se dedican a brindar servicios de seguridad privada, y que operan en dos o más entidades del país.
Al respecto, el Ejecutivo respondió que la dirección de Seguridad Privada es la encargada de validar y autorizar a los prestadores de servicios que han cumplido todos los requisitos que para su legal funcionamiento exige la ley en la materia.
Se informó que para optimizar resultados se han establecido diversos mecanismos para detectar a las empresas que prestan estos servicios en dos o más entidades federativas “sin apegarse al marco legal, derivado de lo cual, entre septiembre de 2007 y julio del 2008 se autorizaron 491 empresas de seguridad privada, que operan en dos o más entidades federativas”.
En 10 meses el gobierno ejerció acciones contra 156 compañías
En 10 meses, el gobierno federal ejerció acciones contra 156 empresas de seguridad privada, de las cuales 66 fueron suspendidas por no cumplir con la normatividad requerida.
Según una de las 50 respuestas que envió el presidente Felipe Calderón al Senado, como parte del segundo Informe de Gobierno, de septiembre de 2007 a julio de 2008 se practicaron un total de 547 visitas de verificación a empresas de seguridad privada, y como medida de seguridad, además de suspender a 66 consorcios, se amonestó a 88 y dos fueron multadas.
A raíz del incremento de la delincuencia, los servicios de seguridad privada han tenido un realce importante para el combate al crimen organizado.
La pregunta parlamentaria fue formulada por la fracción del PAN en el Senado y cuestionaba cuáles son los resultados del proceso de certificación de las empresas de seguridad privada.
En la segunda pregunta del PAN al Ejecutivo en cuanto a posibles vínculos de esas empresas con la delincuencia organizada, el gobierno federal informó que instancias como la PGR, SSP y Hacienda, tienen mecanismos para investigarlas, pero no ofreció más detalles.
Respondió que la supervisión de las empresas se da a través de la coordinación con la Unidad de Investigación Financiera (UIF) de Hacienda, la cual puede presentar denuncias ante la PGR.
En el resto de la respuesta, el gobierno remitió la misma información de la primera pregunta, en cuanto a número de empresas autorizadas, y las sancionadas.
En cuanto a la primera pregunta, se informó además que entre septiembre de 2007 y julio pasado, las autoridades autorizaron la operación de 491 consorcios que se dedican a brindar servicios de seguridad privada, y que operan en dos o más entidades del país.
Al respecto, el Ejecutivo respondió que la dirección de Seguridad Privada es la encargada de validar y autorizar a los prestadores de servicios que han cumplido todos los requisitos que para su legal funcionamiento exige la ley en la materia.
Se informó que para optimizar resultados se han establecido diversos mecanismos para detectar a las empresas que prestan estos servicios en dos o más entidades federativas “sin apegarse al marco legal, derivado de lo cual, entre septiembre de 2007 y julio del 2008 se autorizaron 491 empresas de seguridad privada, que operan en dos o más entidades federativas”.
¿Queremos vivir así?
¡NO, es la hora de los ciudadanos!
¿Cómo llegamos hasta aquí? /Alejandro MartíEl Universal, Lunes 01 de diciembre de 2008;
¿Qué serie de sucesos y decisiones provocaron esta crisis? ¿Queremos vivir así?
A mi hijo FernandoHan pasado ya más de tres meses de que esta nueva causa que da razón a mi vida comenzó. Han sido días de duelo, pero también de aprendizaje, de reflexión, de enfrentarme con información y conceptos, que antes de que me arrebataran a mi hijo me eran poco conocidos.
“Estado fallido”, confieso que el concepto me eriza la piel. Una situación donde la autoridad se disuelve y los preceptos básicos de la vida en sociedad se degradan a tal punto que entre nosotros reina el miedo y no la ley. Donde miras a la autoridad con desconfianza. Donde mentir, robar y hasta matar, son acciones que pocas veces tendrán un castigo acorde con la falta.
A mi hijo FernandoHan pasado ya más de tres meses de que esta nueva causa que da razón a mi vida comenzó. Han sido días de duelo, pero también de aprendizaje, de reflexión, de enfrentarme con información y conceptos, que antes de que me arrebataran a mi hijo me eran poco conocidos.
“Estado fallido”, confieso que el concepto me eriza la piel. Una situación donde la autoridad se disuelve y los preceptos básicos de la vida en sociedad se degradan a tal punto que entre nosotros reina el miedo y no la ley. Donde miras a la autoridad con desconfianza. Donde mentir, robar y hasta matar, son acciones que pocas veces tendrán un castigo acorde con la falta.
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