En su primera aparición pública
tras su renuncia al Pontificado, el hoy Obispo emérito de Roma Benedicto XVI
asistió esta mañana al Consistorio en que el pPapa Francisco creó 19 nuevos
Cardenales.
Tras
su ingreso, Benedicto XVI y Francisco se abrazaron sentidamente.
El hoy obispo emérito de Roma anunció su renuncia el 11 de febrero de 2013, días después se retiró a la residencia pontificia de Castel Gandolfo. Y a inicios de mayo de 2013, ingresó al monasterio de clausura Mater
Ecclesiae, donde decidió vivir su retiro, en una vida de clausura dedicada a la
oración: es decir como un monje.
Francisco creó hoy, en que
se celebra la Fiesta de la Cátedra de San Pedro, a 19 nuevos Cardenales para la
Iglesia, y les recordó que la Iglesia necesita de su comunión y colaboración,
tanto con el Pontífice como entre ellos, así como de su valentía para anunciar
el Evangelio en toda ocasión.
En
su homilía, el Santo Padre aseguró que “en este momento Jesús camina delante de
nosotros. Él siempre está delante de nosotros. Él nos precede y nos abre el
camino... Y ésta es nuestra confianza y nuestra alegría: ser discípulos suyos,
estar con él, caminar detrás de él, seguirlo”.
“Cuando
con los cardenales hemos concelebrado juntos la primera Misa en la Capilla
Sixtina, ‘caminar’ ha sido la primera palabra que el Señor nos ha propuesto:
caminar, y después construir y confesar”.
Francisco
señaló que “hoy vuelve esta palabra, pero como un acto, como una acción de
Jesús que continúa: ‘Jesús caminaba…'. Nos llama la atención esto en los
evangelios: Jesús camina mucho e instruye a los suyos a lo largo del camino”.
“Esto
es importante. Jesús no ha venido a enseñar una filosofía, una ideología...,
sino un ‘camino’, una senda para recorrerla con él, y la senda se aprende
haciéndola, caminando. Sí, queridos hermanos, esta es nuestra alegría: caminar
con Jesús”.
Advirtió que “esto no es fácil, no es cómodo, porque la senda que Jesús
elige es el camino de la cruz. Mientras van de camino, él habla a sus
discípulos de lo que le sucederá en Jerusalén: anuncia su pasión, muerte y
resurrección. Y ellos se quedan ‘sorprendidos’ y ‘asustados’”.
“Sorprendidos,
ciertamente, porque para ellos subir a Jerusalén significaba participar en el
triunfo del Mesías, en su victoria, como se ve luego en la petición de Santiago
y Juan; y asustados por lo que Jesús habría tenido que sufrir, y que también
ellos corrían el riesgo de padecer”.
Francisco
subrayó sin embargo que “a diferencia de los discípulos de entonces, nosotros
sabemos que Jesús ha vencido, y no deberíamos tener miedo de la cruz, aún más,
en la Cruz tenemos nuestra esperanza. No obstante, también nosotros somos
humanos, pecadores, y estamos expuestos a la tentación de pensar según el modo
de los hombres y no de Dios”.
“Y
cuando se piensa de modo mundano, ¿cuál es la consecuencia? Dice el Evangelio:
‘Los otros diez se indignaron contra Santiago y Juan’. Ellos se indignaron. Si
prevalece la mentalidad del mundo, surgen las rivalidades, las envidias, los
bandos”.
Francisco
reflexionó también sobre que Jesús, “durante el camino, se da cuenta de que
necesita hablar a los Doce, se detiene y los llama a sí. Hermanos, dejemos que
el Señor Jesús nos llame a sí. Dejémonos convocar por él. Y escuchémosle con la
alegría de acoger juntos su palabra, de dejarnos enseñar por ella y por el
Espíritu Santo, para ser cada vez más un solo corazón y una sola alma alrededor
de él”.
“Y
mientras estamos así, convocados, ‘llamados a sí’ por nuestro único Maestro,
también yo les digo lo que la Iglesia necesita: tiene necesidad de ustedes, de
su colaboración y, por encima de todo, de su comunión, conmigo y entre
ustedes”.
“La
Iglesia necesita su valor para anunciar el Evangelio en toda ocasión, oportuna
e inoportunamente, y para dar testimonio de la verdad”, dijo el Papa, añadiendo
que “la Iglesia necesita sus oraciones, - ¡no lo olvidemos! - para el buen
camino del rebaño de Cristo, la oración que, con el anuncio de la Palabra, es
el primer deber del Obispo”.
Francisco
indicó además que “la Iglesia necesita su compasión sobre todo en estos
momentos de dolor y sufrimiento en tantos países del mundo. Expresemos juntos
nuestra cercanía espiritual a las comunidades eclesiales y a todos los
cristianos que sufren discriminación y persecución”.
“¡Debemos
luchar contra toda discriminación! La Iglesia necesita que recemos por ellos,
para que sean fuertes en la fe y sepan reaccionar con el bien ante el mal. Y
esta oración nuestra se extiende a todos los hombres y mujeres que padecen
injusticia a causa de sus convicciones religiosas”.
El papa remarcó luego que “la Iglesia también necesita de nosotros para que seamos
hombres de paz y construyamos la paz con nuestras obras, nuestros deseos,
nuestras oraciones: ¡hacer la paz! ¡Artesanos de la paz! por ello imploramos la
paz y la reconciliación para los pueblos que en estos tiempos sufren la prueba
de la violencia, de la exclusión y de la guerra”.
“Gracias,
queridos hermanos. ¡Gracias! Caminemos juntos tras el Señor, y en medio del
Pueblo fiel - del santo Pueblo fiel de Dios - dejémonos convocar cada vez más
por él a la Santa Madre Iglesia. ¡Gracias!”, concluyó.
Los
19 nuevos Cardenales
Los
nuevos Cardenales creados por el Papa Francisco hoy son el Secretario de Estado
del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin; el Secretario General del Sínodo de los
Obispos, Cardenal Lorenzo Baldisseri; el Prefecto de la Congregación para la
Doctrina de la Fe, Cardenal Gerhard Ludwig Müller; y el Prefecto de la
Congregación para el Clero, Cardenal Beniamino Stella.
También
fueron creados Cardenales hoy el Arzobispo de Westminster (Reino Unido),
Cardenal Vincent Nichols; el Arzobispo de Managua (Nicaragua), Cardenal Leopoldo
José Brenes Solórzano; el Arzobispo de Québec (Canadá), Cardenal Gérald Cyprien
Lacroix; el Arzobispo de Abidjan (Costa de Marfil), Cardenal Jean-Pierre Kutwa;
el Arzobispo de Río de Janeiro (Brasil), Cardenal Orani João Tempesta; y el
Arzobispo de Perugia-Città della Pieve (Italia), Cardenal Gualtiero Bassetti.
También
recibieron hoy la birreta, el anillo y la asignación del título o diaconía, el
Arzobispo de Buenos Aires (Argentina), Cardenal Mario Aurelio Poli; y el
Arzobispo de Seúl (Corea del Sur), Cardenal Andrew Yeom Soo Jung; el Arzobispo
de Santiago (Chile), Cardenal Ricardo Ezzati Andrello; el Arzobispo de
Ouagadougou (Burkina Faso), Cardenal Philippe Nakellentuba Ouédraogo; el
Arzobispo de Cotabato (Filipinas), Cardenal Orlando B. Quevedo; y el Arzobispo
de Les Cayes (Haití), Cardenal Chibly Langlois.
Tres
Arzobispos eméritos fueron creados Cardenales por el Papa Francisco hoy, y son
el ex Prelado del Santuario de Loreto (Italia) y ex secretario personal del
Beato Juan XXIII, Caerdenal Loris Francesco Capovilla; el Arzobispo emérito de
Pamplona (España), Cardenal Fernando Sebastián Aguilar; y el Arzobispo emérito
de Castries (Santa Lucía), Cardenal Kelvin Edward Felix.