26 abr 2014

Detalles de la la ceremonia de canonización en Roma


¿Cómo será la ceremonia de canonización en Roma de Juan Pablo II y Juan XXIII?
Publicado en La Silla Rota, 26 de abril de 2014

 1.- La ceremonia de la Santa Misa de la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II iniciará las 10:00  horas del domingo 27 de abril en la Plaza de San Pedro en Roma, y será presidida por el papa Francisco.

¡ Es hecho histórico sin precedente para los católicos del mundo! Estarán presentes incluso y como si fuera un filme hollywoodense, un grupo de nueve caballeros –de la Hermandad de Bratian, con sede en el norte de Polonia, quienes viajaron a caballo hasta Roma con el fin de participar en la ceremonia. Los jinetes lucirán vestiduras tradicionales de épocas pasadas, que incluyen la armadura de los caballeros medievales, así como los uniformes de húsares y con la gorra clásica de ulano polaco –czapka rogatywka-, la cruz en el pecho y el sable de caballería.
Por primera vez en la historia del papado habrá cuatro papas en un sólo acto; dos que serán elevados a los altares, y dos presentes en el acto; el emérito, Joseph Ratzinger, conocido como Benedicto XVI y Jorge Mario Bergoglio- el primer papa jesuita, y más conocido hoy por Francisco.  Y aunque debido a su avanzada edad, no estará en el altar, sino ante los cardenales y obispos Benedicto XVI: "El Papa Emérito Benedicto XVI ha aceptado la invitación del Papa Francisco de asistir a la canonización. Él concelebrará la Misa pero no en el altar", anunció el vocero del Vaticano, Federico Lombardi en una conferencia de prensa.

La primavera de la Iglesia


La primavera de la IglesiaJuan José Tamayo es director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III de Madrid, y autor de Invitación a la utopía (Trotta, 2102) y Cincuenta intelectuales para una conciencia crítica (Fragmenta, 2013).
El País |26 de aril de 2014;
Pocos días después de la elección de Francisco comenzaron las comparaciones del papa argentino con Benedicto XVI y Juan XXIII: con el primero, destacando las diferencias; con el segundo, los parecidos, que han vuelto a manifestarse con motivo de la canonización de Juan XXIII y de Juan Pablo II el próximo 27 de abril. Se refieren a la cálida y espontánea corriente de comunicación de ambos con el público. La campechanía de Juan XXIII rompía con el hieratismo de su predecesor Pío XII. La sencillez de Francisco contrasta con el gusto por el protocolo de Benedicto XVI.
El parecido se aprecia también en la avanzada edad en el momento de la elección papal de ambos: 77 años, que, no obstante, se disimulan por la vitalidad, la creatividad y los gestos llenos de humanidad poco acordes con los títulos que ostentan: sumo pontífice de la Iglesia universal, vicario de Cristo, santo padre, sucesor del príncipe de los apóstoles, soberano del Estado de la ciudad del Vaticano, etcétera. A ello hay que sumar su permanente capacidad de sorpresa. En la Navidad de 1958, Juan XXIII, recién elegido papa, visitó el Hospital del Niño Jesús para niños con poliomielitis y la cárcel Regina Coeli, junto al Tíber, donde abrazó a un preso condenado por asesinato que antes le había preguntado si había perdón para él. Se reunió con un grupo de personas discapacitadas y con otro grupo de chicos de un orfanato. Luego se encontró con el arzobispo de Canterbury, Geoffrey F. Fissher, y recibió a Rada Kruchev, hija del presidente de la URSS, y a su esposo.

Dos primeras páginas/Arcadi Espada


Dos primeras páginas
El Mundo | 26 de abril de 2014;
Querido J:
La necrología de Gabriel García Márquez supera en volumen, detalle y afecto cualquier otra de la historia del periodismo español. Supera las de Adolfo Suárez, Steve Jobs, Margaret Thatcher o el Papa Wojtyla. No es extraño. Hace un par de años hice una búsqueda onomástica de escritores y científicos en la hemeroteca de El País. El primer nombre era el de García Márquez. El aparato necrológico ha sido exuberante y hagiográfico. Como suele corresponder al género, las hagiografías se han repartido a partes iguales entre el muerto y el que lo vela: destacan en este sentido, y ya para siempre, los textos del matrimonio Grandes-Montero donde se explica cómo GGM se presentó en la fiesta de cumpleaños de Almudena. Las francachelas de GGM con pútridos dictadores también se han suavizado y la palma de la mano que más finamente le ha acariciado el lomo ha sido la de Juan Luis Cebrián que ha achacado a la literatura, es decir, a la virtud perdonable, las amistades peligrosas de GGM: para Cebrián los enredos de GGM con Castro tienen la misma naturaleza, y la misma categoría, que los de Shakespeare con Marco Antonio. Pero ningún exceso necrológico como el que ha hecho de GGM un maestro de la escritura periodística. 

¿Otro ciudadano ciudadano? en Sinaloa...


Columna Brecha/Antonio Quevedo Susunaga
El Noroeste, 26 de abril de 20014
¿Otro ciudadano ciudadano?
La intención del Presidente Enrique Peña Nieto, como el líder máximo del priismo en México, pretende proponer un candidato fuerte a Gobernador que garantice el triunfo para que recupere Sinaloa y está incrementando el nerviosismo de los políticos sinaloenses.
 Las apuestas de candidatos, si es que los locales tienen la oportunidad de sentarse a la mesa para proponer candidato, van a estar muy disparejas, es muy difícil que le puedan ganar a un presidente de la república, creo que está demostrado con el caso de Mario López Valdez, que Felipe Calderón Hinojosa, finalmente se metió con todo y ganó.
 En el 2016, creo que nadie puede negar que Peña Nieto, también se metería con todo para sacar un Gobernador priista de Sinaloa, que puede ser David López o Jesús Vizcarra Calderón, que son las dos personas con influencia y cercanas a él.
 Tres candidatos mediadores podrían ser Alfredo Villegas, Aarón Irízar López y Heriberto Galindo. En caso de que sea una mujer puede ser Diva Hadamira Gastélum.

Calambres de Peña Nieto con David


Columna Sólo para Iniciados/Juan Bustillos 
Impacto diario, 25 de abril de 2014
Calambres de Peña Nieto con David
La lealtad, debería saberlo el gobernador de Sinaloa, es la virtud que más estima el Presidente; en consecuencia, la traición le resulta imperdonable
Suerte de reportero.
Una tarde Enrique Peña Nieto ya no pudo más y se rindió a la insistencia del celular; se disculpó y contestó al “Señor teléfono”, Emilio Gamboa. Este saludó y pasó su aparato a un “amigo”; al menos eso dijo. Minutos después, el entonces gobernador mexiquense dio a su interlocutor una lección de política partidista:
“Sí Javier, yo jalo, pero hasta que tu gobernador decida. Yo no haré lo que no permitiría que pretendieran hacerme”, sentenció. En otras palabras, le dijo que cuando ya fuera candidato acudiera a él, antes no.
Así, Duarte esperó el auxilio de Peña Nieto hasta que Herrera Beltrán decidió que él sería su sucesor; ignoraba Fidel que en breve sería traicionado, como él…, pero esas son otras historias.
El miércoles, en Sinaloa, Peña Nieto estaba de vena; llegó de Sonora dispuesto a ofrecer otra lección de política a quien la necesite por allá y por acá, quizá más acá que allá.