9 ago 2008

Incremento en cifras de secuestros

Secuestran en promedio a dos personas al día: PGR
Nota de Silvia Otero, con información de PGR
El Universal on line, sábado 09 de agosto de 2008; 19:45 horas.
Revela la Procuraduría General de la República que durante 2007 se denunciaron 751 casos ante autoridades locales y federales; mientras que en los primeros cinco meses de este año, la cifra de secuestros llegó a 323
En México a diario dos personas son secuestradas en promedio en algún punto del país. Este delito se ha incrementado a nivel nacional 9.1 por ciento entre enero y mayo de este año -respecto al mismo periodo de 2007-, según revela un diagnóstico de la Procuraduría General de la República (PGR).
El documento indica que durante 2007 se denunciaron 751 casos ante autoridades locales y federales; mientras que en los primeros cinco meses de este año, la cifra de secuestros llegó a 323.
Del total de estos delitos la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada -(SIEDO) ha atendido sólo 402 casos, lo que equivale al 37 por ciento del total, el resto han quedado bajo la competencia de las Procuradurías de Justicia estatales.
Mientras que de los casos que han quedado bajo responsabilidad de la PGR, ésta ha consignado 103
averiguaciones previas y en los últimos 20 meses, se han enviado a 438 secuestradores a la cárcel.
El análisis sobre la operación de estos grupos delictivos, detalla además que el Distrito Federal, el estado de México, Oaxaca, Veracruz, Baja California y Michoacán son los puntos del país donde se registran más secuestros.
Una de las explicaciones del repunte de este delito, se indica, es que "los grupos delictivos orientados al secuestro también han crecido en los últimos años, ya que miembros de bandas delictivas han salido de prisión y han reactivado células operativas, apoyadas en los quepermanecen en la cárcel, e integrantes o ex miembros de corporaciones policiales privadas o públicas". nga / gdh
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De La Flor al Mochaorejas: el secuestro, hiedra de mil cabezas
Carolina García / Redacción ELUNIVERSAL
El Universal on line, Ciudad de México Sábado 09 de agosto de 2008
A 10 años de la captura de uno de los secuestradores más temidos, Daniel Arizmendi, los grupos delictivos permanecen con técnicas violentas y nombres que van de lo ridículo a lo sanguinario
Hay una Familia a la que nadie pertenece. Un Bombón que no fue dulce. Los Chiquitines que no jugaban a las canicas y Los Gaseros, cuya actividad dista mucho de la entrega de combustible en los hogares.
Las bandas de secuestradores se identifican por nombres, algunos más bien ridículos y otros que delatan el grado sanguinario que utilizan en sus raptos.
Hace 10 años que uno de los secuestradores más famosos fue detenido: Daniel Arizmendi, el tristemente célebre Mochaorejas y la sociedad sigue lastimada. Los plagios no dejan de dolerles a los familiares de las víctimas.
El secuestro es un delito que desde la década de los 90 proliferó desafortunadamente como un negocio ilícito con ganancias muy redituables, pero que afecta el tejido social en lo más hondo.
Los grupos de secuestradores atacaron a personalidades de la farándula como al hijo de Vicente Fernández, a las hermanas de Thalía, Laura y Ernestina, al entrenador de futbol Omar Romano, y a múltiples empresarios o familiares de éstos.
El reciente caso de la banda de La Flor, en donde supuestamente ex policías secuestraron y asesinaron a Fernando Martí, hijo del empresario dueño de Deportes Martí, revive el dolor y la exigencia que la sociedad hace contra estos crímenes.
Pero, ¿qué hay detrás de un apodo? En el caso de la banda de La Flor, reciben su nombre del contexto que envuelve sus ilícitos; "si no cumples con la exigencia te mandaremos flores", amenazan a sus víctimas.
La banda de El Mochaorejas, Daniel Arizmendi, en el nombre llevaba lo sanguinario, pues mutilaban a sus víctimas para presionar a los familiares con el rescate.
El Mochaorejas fue capturado el 18 de agosto de 1998 en los municipios de Tultepec y Naucalpan, en el estado de México, junto con miembros de su banda, luego de una extensa búsqueda.
Pero a 10 años de su detención, Arizmendi puso el mal ejemplo en su familia. El sobrino de El Mochaorejas, Adrian Arizmendi Suárez, también fue consignado por el delito de robo de vehículos.
Otro compinche, Andrés Caletri, fue detenido en Oaxaca el 25 de febrero de 1999. Después de Arizmendi, el llamado Mochadedos era el número dos de los raptos con violencia.
La Familia, un grupo de sicarios, involucrados presuntamente en el narcotráfico y en el secuestro, son un núcleo al que nadie quiere entrar. Sus víctimas son arrojadas con mensajes por no pagar y en una ocasión, dejaron junto al cadáver una serpiente decapitada, también se sospecha de la decapitación de cuatro sujetos y en reemplazo, pusieron cabezas de cerdos, en Durango.
Que se llamen Bombón, o se apoden Los Chiquitines no los diferencia mucho de Los Zopilotes, Los Gaseros o de los de la Punta Norte, pues todos se dedicaban al secuestro y extorsión. Los dos primeros en el Valle de México y los segundos en Oaxaca.
Los Japos aplicaban artes marciales para someter a sus víctimas, pero de orientales no tenían nada. Aunque Los Jeremías tengan nombre bíblico, sus acciones no se apegaban en absoluto a los cánones de la religión.
A 10 años de la detención de uno de los tristemente célebres secuestradores, Daniel Arizmendi, El Mochaorejas, los secuestros siguen en apogeo y parece ser una hiedra de mil cabezas que ningún héroe puede abatir.

China: se abre el telón

Pekín: se abre el telón
Tomado de SEAMANA.COM
Informe de BBC Mundo. SEMANA.COM, 08/08/2008;
Atletas de 205 países competirán en más de 300 eventos en las próximas dos semanas y media. China ha tenido que afrontar en las últimas semanas críticas por su récord en el tema de los derechos humanos, el acceso a internet, las protestas a favor de la autodeterminación del Tibet y por último, la contaminación atmosférica de la ciudad anfitriona. Esto ha convertido al máximo evento deportivo mundial en uno de los más politizados desde la era del boicot en la década de los años 80.
Cuarenta atletas, entre los que se encuentra el cubano Dayron Robles, récord mundial de los 110 metros con vallas, firmaron una carta pidiendo más libertad y condenando el historial de China en materia de derechos humanos. Hay más. Estados Unidos eligió como abanderado al ex refugiado sudanés Lopez Lomong, miembro de una organización que critica la posición de China en el conflicto en Sudán. La medida podría haber sido una respuesta a la decisión de China de revocar la visa a un medallista olímpico estadounidense, compañero de Lomong en el movimiento Team DARFUR.
Esto ocurrió antes de que comenzaran los juegos. A partir de ahora no podrán expresar su ideología. Esta prohibido hacerlo en la sedes según establece la carta olímpica.
La ceremonia
Fueron siete años de planificación y una inversión de US$40.000 millones. Se estima que una audiencia global de 4,000 millones de personas ve la ceremonia de apertura este día ocho del octavo mes del año 2008 a las 8:08 pm hora de Pekín.
Unas 10.000 personas participan en la ceremonia dentro del Nido de Pájaro.
Jacques Rogge, director del Comité Olímpico Internacional, quien en más de una oportunidad ha defendido la decisión de que China organizara los Juegos, afirmó que espera que el evento ayude a que el mundo entienda a coloso asiático y que además China entienda al mundo. Rogge alabó también el "extraordinario" esfuerzo chino para combatir la contaminación del aire en Pekín, aseverando que ya no existe riesgo para la salud de los atletas. Sin embargo mediciones hechas por la BBC en Pekín parecen decir lo contrario. Apenas un día antes de los Juegos la medición sugiere que la calidad del aire está bastante por debajo de los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El nivel se ubicó a 191 microgramos por metro cúbico, lo que excede el parámetro de la OMS para países en vías de desarrollo ubicado en 150 microgramos.
Fiesta
Con todo, el ambiente de fiesta se ha abierto paso. El ministro de Relaciones Exteriores del país anfitrión, Yang Jiechi, dio personalmente la bienvenida al presidente de Estados Unidos, George W. Bush y al primer ministro de Rusia Vladimir Putin. También se encuentran en Pekín el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien ayer visitó la Villa Olímpica para desearle suerte a la delegación de su país. En la mañana del viernes también se reunieron con los deportistas de su país los príncipes de España, Felipe de Borbón y Leticia Ortiz para animarlos a que conquisten todas las medallas posibles. España, que vive un buen momento deportivo, espera poder sacar lo mejor de esta experiencia olímpica, ya que una vez más Madrid apuesta a ser nombrada sede olímpica para los Juegos de 2016.

La China de hoy

La China de los Juegos/Xulio Ríos, director del Observatorio de la Política China
Publicado en LA VANGUARDIA (www.lavanguardia.es), 09/08/2008;
Después de tanto esfuerzo, el largo proceso que ha conducido a los Juegos de Pekín ha dejado en todo el mundo una doble sensación. En primer lugar, casi de repente, la convicción parcial de que China será uno de los poderes clave del nuevo siglo se ha convertido en una verdad prácticamente universal, pasando por alto las hipotecas y complejidades que aún penden sobre dicho proceso. Esa unanimidad, por otra parte, deja paso a un desacuerdo profundo: la incertidumbre pesa sobre la evolución de su sistema político, circunstancia que, en unos, suscita preocupación (especialmente por las reservas ante el ingrediente nacionalista y la falta de asunción efectiva de los valores globales), mientras que, para otros, esa preocupación es expresión de la desazón que experimentan los hipotéticos rivales, ante el temor de verse inevitablemente relegados, con un poder global notoriamente reducido ante una China que no se deja influenciar a la ligera.
Esta China quiere desarrollarse, acceder a mayores cotas de bienestar, y llega a los Juegos después de tres décadas de pujante crecimiento. Hoy puede llenar con sus productos (o de las multinacionales occidentales que tanto se benefician de las carencias de su mercado laboral) los anaqueles de los supermercados de todo el mundo, pero no está del todo claro que esa convicción de producir más y a mejor precio que nadie - lo que, a priori, sería de agradecer en el mundo occidental-, vaya acompañado de una mayor simpatía global. Y ello es así aun siendo verdad que el Gobierno chino no parece aspirar en modo alguno a llenar el mundo de bases militares y que, a lo sumo, sus soldados en el exterior multiplican su participación en las misiones de paz de la ONU, un cambio positivo que denota la progresiva asunción de responsabilidades globales, al igual que intensifica su apego a la diplomacia multilateral. Siendo esto cierto, más allá del régimen y sus usufructuarios, muchos ciudadanos chinos que aspiraban a convertir los Juegos en una alegre ceremonia de encuentro con el exterior, se han visto defraudados y molestos por algunas críticas y modos de actuación que juzgan extemporáneos y fuera de tono aun cuando admiten las carencias de un sistema para el cual ellos mismos reclaman mayor evolución, aunque sin admitir soberbias ni imposiciones que ignoren o desprecien su soberanía. Esa riqueza de matices es esencial para tender puentes con la sociedad china.
Con la fuerza de su economía a pleno pulmón, pero con algunos achaques importantes, China celebra los Juegos en un momento interno de cambios en su modelo de desarrollo, sentando las bases de un país no sólo más rico, sino también tecnológicamente más avanzado y poderoso. La inflación pudiera parecer el mayor problema actual, pero los desafíos estructurales y el impacto social de los desajustes constituyen los mayores retos para la estabilidad del proceso, junto a los males sempiternos que, como la corrupción, alientan el desasosiego cívico.
En cualquier caso, dos imperativos se imponen para capitalizar en positivo el enorme esfuerzo que el pueblo chino ha protagonizado en las últimas décadas. En primer lugar, perseverar en la eliminación de aquellas dudas que fundamentan las desconfianzas. Librarse de la pobreza, objetivo número uno, exige también librarse del autoritarismo, que no es más que otra forma de miseria. No valen coartadas al respecto, si bien cabe respetar el derecho a la originalidad de la vía elegida. En segundo lugar, fomentar un mayor conocimiento de su cultura en el exterior, circunstancia que ayudaría y mucho a comprender la naturaleza profunda de los cambios y a identificar los mejores mecanismos para acompañar y completar su evolución. La trivialización de su identidad, nutrida de manidos tópicos tan fáciles de popularizar, dificulta la credibilidad de su discurso en otros órdenes.
Los Juegos Olímpicos del 2008 permitirán al mundo tomar conciencia del regreso de China al centro de la escena internacional. Se sentará en primera fila. Sus mastodónticas dimensiones le impiden evitarlo. Pronto será el país más rico aunque muchos de sus ciudadanos sigan viviendo con niveles de renta propios de un país en vías de desarrollo. No es un problema de ambición, sino de magnitud, la misma que, observada en lo absoluto, provoca tantas distorsiones engañosas. Los Juegos Olímpicos le han permitido darse cuenta de lo complejo de algunos problemas y advertir que su emergencia, pese a tantas declaraciones de buenas intenciones, pudiera no ser tan armoniosa como cabría desear.

Estambul



Estambul, ´mon amour´/Nedim Gürsel, escritor turco y director de investigaciones en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS) en París. Autor de La primera mujer, Ediciones Martínez Roca, 1988, y La novela del conquistador, Alianza Editorial, 2007. Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia

Publicado en EL PAÍS (http://www.elpais.com/), 09/08/2008;
Estambul será capital cultural de Europa en 2010, lo cual podría parecer paradójico para la capital de los sultanes otomanos, pero también para la ciudad de Pierre Loti, el cantor de Estambul, que proyectó sus propios fantasmas sobre una Turquía que él deseaba oriental. Estambul hizo soñar tanto a los europeos a finales del siglo XIX, como la Puerta de Oriente o la Sublime Puerta -nombres que se le daban en la época-, que hoy nos resulta difícil concebirla fuera de su mito. Sin embargo, a caballo entre los dos continentes y las dos orillas del Bósforo, esta megalópolis de casi 15 millones de habitantes, que no deja de extenderse y desarrollarse y ha sido golpeada de nuevo en los atentados de julio, reclama su lugar entre las ciudades europeas.
Cómo evocar en unas cuantas palabras mi ciudad bien amada, que me ha seguido por todas partes y cuyo recuerdo está grabado para siempre, como un hierro al rojo vivo, en mi memoria. Estambul, que se llamó también Lygos, Bizancio, la Nueva Roma, la Puerta de la Felicidad, la Mansión del Califato, la Sublime Puerta, “viuda aún virgen tras mil esponsales” según Tevfik Fikret -un poeta airado turco de principios del siglo XX-, la ciudad por excelencia que no he dejado de cantar en mis libros. En París, al despertarme de un sueño, a la luz de mi lámpara que caía sobre las hojas en blanco, o en otros lugares, durante mis interminables viajes por todo el mundo, me he encontrado a menudo con Estambul. No era un recuerdo punzante que me rondaba, ni un pesar, sino una ciudad real en la que había “destruido mi vida”, como dice Kavafis, el poeta griego de Alejandría cuya familia procedía de la ciudad turca: “Lugares nuevos / no encontrarás, / ni otros mares; / la ciudad te seguirá”.
Y la ciudad me siguió. Ahora que tengo otra vez la posibilidad de volver a ella tras años de exilio, rozar sus tres mares y los remolinos del Cuerno de Oro, acariciar sus torres, sus cúpulas, sus minaretes, frotar mi rostro contra sus murallas, sus muros ennegrecidos, besar las dos orillas del Bósforo en forma de labios entreabiertos, escalar sus colinas y sus torreones, descansar a la sombra de sus plátanos tras todos esos retozos amorosos, ahora que puedo poseerla y penetrarla otra vez tras una ausencia tan larga, ¿qué puedo decir de ella sino el deseo insatisfecho que siento por esa “viuda aún virgen tras mil esponsales”?
Es curioso que esta metáfora adquiera todo su sentido en otro escritor, francés por añadidura, que no canta como Pierre Loti a la ciudad oriental, sino que la describe como una cantante “cubierta de gloria”: “He aquí, pues, esta ciudad, con la que soñaba a los 19 años a través de los numerosos escritores franceses, con Nerval a la cabeza, que la describen. He aquí, pues, a esta vieja cantante cubierta de gloria y joyas, a la que veo desde mi ventana. Otra más que se niega a que le hablen de su edad y su pasado. Es totalmente joven. Ha cambiado de nombre. Está empezando”.
En efecto, Estambul está hoy empezando en su traje nuevo de estrella europea. Y la metáfora de la “vieja cantante”, también es apropiada para la Europa que se va construyendo (”llenándose de aire e hinchándose”, debería decir) mientras se amplía. Tal vez sea todavía virgen tras mil esponsales y se prepare, con Turquía, para el milésimo primero. Pero las cosas no son como en los cuentos de Las mil y una noches, y las dos partes (la Unión Europea con sus 27 Estados miembros, de un lado, y del otro Turquía, con sus defectos y sus cualidades) se aman y, al mismo tiempo, se rechazan y se desgarran. No se trata de galanterías, sino de una verdadera relación pasional cuyo final es aún incierto.
Para regresar a la ciudad, diré que yo también, como Jean Cocteau, la he contemplado a menudo desde mi ventana y me he sentido deslumbrado por su famosa silueta de minaretes y cúpulas de color ceniza. Sin embargo, cuando llegué de Anatolia a los 12 años para estudiar en el instituto de Galatasaray, no vi esa silueta, el perfil de cúpulas y minaretes sobre el horizonte que hizo decir a Jean Thévenot que “era la situación más bella del mundo” y que Chateaubriand, Lamartine, Nerval y Gautier ya describieron antes que Loti. Lo que yo vi, mientras el barco se acercaba al puerto, fue una masa oscura en la bruma que adoptaba la forma de un monstruo surgido de la mar. Entonces cerré los ojos para no ver el rostro inmenso de aquella bestia de colmillos acerados ni el resplandor de las temibles llamas que salían de su gaznate. Luego, la ciudad me engulló durante mis años de adolescencia, de los que hablé largo y tendido en una novela, La Première femme, para cuya edición española escribió un prefacio mi amigo Juan Goytisolo.
Pasaron los años. Y antes de escribir Le roman du conquérant, yo no sabía nada sobre las peripecias de la caída de Constantinopla ni los incontables combates que hubo que librar para que la ciudad se rindiera. Ignoraba que, a principios de siglo, el temible cañón fundido por Orban fue arrastrado con gran esfuerzo por 50 pares de bueyes y 400 artilleros hasta la puerta de Kaligaria, y allí estalló, volatilizando a quienes se encontraban alrededor, después de haber lanzado varios disparos que abrieron profundas brechas en las murallas.
Tampoco había oído hablar de las noches desesperadas de Mehmet II, de sus pesadillas -¡sí, sus pesadillas!-, de la tenacidad de Zaganos Pachá, que permitió la prolongación del asedio, del diluvio de flechas, balas y piedras que se abatió sobre el ejército otomano, de los cadáveres de los jenízaros amontonados en los fosos al pie de las murallas. ¡Cómo podía saber algo acerca de la enorme cadena de varias toneladas que los sitiados tendieron entre las dos orillas del Cuerno de Oro, a la altura de Galata, para rechazar a la flota otomana, ni el apoyo que dieron a Bizancio genoveses y venecianos, ni el misterioso fuego griego que incendiaba hasta las olas!
Sólo años después, lejos de Estambul, pude por fin conocer la historia de mi ciudad, gracias a los libros que devoré en la biblioteca de la Sorbona, y escribir esa novela. Y si hablo hoy de su conquista, de su historia reciente en relación con el reino milenario de Bizancio, es para denunciar ese mito fundador que todavía revindican algunos nacionalistas.
Éstos, frente al rechazo de Turquía por parte de la mayoría de los europeos, son por desgracia cada vez más numerosos. Estambul será pronto la capital cultural de Europa, y sería una paradoja, incluso una incongruencia, prepararse para la ocasión en un espíritu de conquista y orgullo nacional.
¿Qué sería hoy de Europa sin Estambul, cuando acaba de integrar a Bulgaria y Rumania, dos países cuyo destino ha estado tanto tiempo unido al de Turquía? Convertida en la ciudad más
poblada del continente, construida en la encrucijada de dos mares y dos civilizaciones, a caballo entre Oriente y Occidente, la antigua capital de los sultanes sigue atrayendo, como en la época gloriosa del imperio otomano, a las poblaciones de los países vecinos, mientras otras ciudades europeas pierden habitantes y resultan aburridas en comparación. Después de haber visitado todas las capitales europeas, entre ellas, las de los países bálticos, no puedo dejar de pensar en el futuro de una Europa que deje a Estambul fuera de sus fronteras. Eso significaría rechazar una parte importante de su patrimonio histórico y cultural. Sin esta megalópolis efervescente que no deja de desarrollarse y europeizarse y, al mismo tiempo, conserva el legado de su pasado imperial, la vida ciudadana sería muy triste en una Europa envejecida.

Comisión de mediación

Columna Bajo Reserva en
El Universal, 09 de agosto de 2008, señala que:
"La comisión que propuso el EPR para mediar con el gobierno federal y localizar a Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, se encuentra casi paralizada. Para romper el impasse, el próximo jueves conminará a Gobernación a reactivar su disposición para encontrar a los eperristas desaparecidos. El mensaje propondrá desintegrar la comisión si el gobierno de Felipe Calderón no da señales de actuar.

Los límites del triunfo de China

Los límites del triunfo de China/Mateo Madridejos
Publicado en EL PERIÓDICO, 08/08/2008;
Luego del conflicto sobre la censura de numerosos sitios de internet por el Gobierno de China, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, reconoció que “habían pecado de idealismo” al dar por buenas las promesas de libertad y respeto de los derechos humanos cuando hace siete años otorgaron a Pekín la organización de los Juegos Olímpicos. Esta reflexión tardía resume bien el ambiente creado por la falsa presunción de que el espíritu olímpico sería honrado por un régimen autocrático en el que el partido comunista chino (PCCh) mantiene el monopolio de la actividad política y la más absoluta intolerancia ante el menor atisbo de disidencia.
Más allá de las falsas y reiteradas apreciaciones del COI o de sus patéticos llamamientos para despolitizar el acontecimiento, objetivo en el que coincidió irónicamente con la proclama del presidente Hu Jintao, los Juegos de Pekín, los más caros de la historia (42.000 millones de dólares), sin ningún control democrático, constituyen un triunfo sin precedentes para un sistema político que, en nombre de una supuesta excepción cultural milenaria y confuciana, llega hasta el escarnio en su menosprecio de los derechos humanos y de la democracia, alegando riesgos para la seguridad nacional.
DURANTE ESTE año resurgieron con fuerza las soterradas tensiones y los problemas ingentes que ensombrecen el futuro del país más poblado del planeta. La revuelta del Tíbet y su represión militar implacable, en marzo, mientras los altavoces de la propaganda se desgañitaban contra el exiliado dalai-lama, pusieron de manifiesto la problemática legitimidad del PCCh en esa y otras regiones periféricas: Xinjiang (con importante minoría uigur, musulmana, y un reciente atentado terrorista), Mongolia, Taiwán, pasando por el escaparate relativamente liberal pero estrechamente vigilado de Hong Kong.El devastador terremoto de la provincia de Sichuan (7,9 grados en la escala abierta de Richter), el 12 de mayo, que provocó el hundimiento catastrófico de muchas escuelas y de bloques enteros de viviendas, reducidos a escombros, desvelaron los pavorosos problemas de corrupción de un país atrasado en sus regiones interiores y de una población rural explotada por funcionarios sin escrúpulos que actúan en nombre del PCCh, aplicando el anacrónico centralismo leninista que preside su funcionamiento.Tras casi 30 años de crecimiento ininterrumpido, con tasas del 10%, el milagro económico plantea numerosos interrogantes, como corresponde a un capitalismo desenfrenado sin controles sociales eficaces, con los salarios en alza y el petróleo por las nubes. El catálogo de los males no puede ser exhaustivo, pero algunos son inquietantes: las discrepancias en el ritmo de desarrollo regional, el abismo creciente entre ricos y pobres, el envejecimiento acelerado de la población, el peso de la corrupción (10 % del gasto público) y el desastre ecológico, según confirman las draconianas medidas adoptadas en Pekín para evitar la asfixia de los atletas.
Los pronósticos de los futurólogos norteamericanos oscilan entre la euforia mezclada con el temor competitivo y el más oscuro pesimismo. Unos creen que la economía china superará a la de EEUU hacia el 2035, porque el desarrollo proseguirá respaldado tanto por la fortaleza de la demanda interna cuanto por la habilidosa política monetaria. Otros calculan que, después de tantos años de bonanza, una corrección profunda será inexorable en breve y acarreará graves tensiones que pondrían a prueba los delicados equilibrios del sistema político y las premisas de la globalización imprescindibles para la buena marcha de la fábrica del mundo.
El poder omnímodo del PCCh, el partido más numeroso del mundo (75 millones de adherentes), no ofrece, por el momento, síntomas de agotamiento ni de tensiones incoercibles, sino que se envanece de su “dinámica estabilidad”, según la jerga oficial. Los desarrollistas pragmáticos fieles al expresidente Jiang Zemin conviven con otro sector en alza, encabezado por el presidente Hu Jintao, que expresa sus inquietudes sociales ante una carrera desbocada. Ambas coaliciones, como corresponde a la teoría de un país dos sistemas, comparten la creencia de que la clase media en auge se mantendrá alejada de la política directa mientras siga enriqueciéndose.
LOS GRANDES del mundo, con Bush a la cabeza, acuden a Pekín para asistir a la consagración de un cliente importante y de una dictadura falazmente comunista a la que pretenden convertir en socio respetable y previsible, pero que hasta ahora replicó con un nacionalismo puntilloso, represivo sin complejos, o en connivencia con algunos personajes poco recomendables como el presidente iraní o los sátrapas de Sudán o Zimbabue. Poco importa el informe demoledor de Amnistía Internacional sobre los derechos humanos, cuya situación se degradó pese a los JJOO, o las quejas de las ONG sobre “la capitulación o la puñalada por la espalda asestada a la disidencia”.
No es cierto que los intereses de las democracias coincidan con los del nuevo Imperio del Medio, pero no solo los pingües negocios mitigan los escrúpulos occidentales. Como Nixon y Kissinger en 1972, los líderes realistas consideran que un estallido de China reavivaría su tendencia a la fragmentación y tendría consecuencias nefastas para todo el mundo ahora que el peso de la historia gravita sobre el Pacífico.

Radovan Karadzic

El complejo poético-militar/Slavoj Zizek, filósofo esloveno y autor, entre otros libros, de Irak. La tetera prestada.
Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia
Publicado en EL PAÍS (www.elpaís.com), 07/08/08;
Radovan Karadzic, el líder serbobosnio responsable de la terrible limpieza étnica en la guerra de la antigua Yugoslavia, está, por fin, detenido. Ahora es el momento de alejarse un poco y examinar la otra faceta de su personalidad: psiquiatra de profesión, no sólo era un jefe político y militar implacable y despiadado, sino también un poeta. Y no debemos despreciar su poesía ni considerarla ridícula; merece una lectura detallada, porque ofrece la clave para entender cómo funciona la limpieza étnica. He aquí los primeros versos de un poema sin título que se identifica por su dedicatoria, “… Para Izlet Sarajlic”: “Convertíos a mi nueva fe, muchedumbre. / Os ofrezco lo que nadie ha ofrecido antes. / Os ofrezco inclemencia y vino. / El que no tenga pan se alimentará con la luz de mi sol. / Pueblo, nada está prohibido en mi fe. / Se ama y se bebe. / Y se mira al Sol todo lo que uno quiera. / Y este dios no os prohíbe nada. / Oh, obedeced mi llamada, hermanos, pueblo, muchedumbre”.
Estos versos describen una constelación precisa: el llamamiento obsceno y brutal a suspender todas las prohibiciones y disfrutar de una orgía permanente destructiva. El nombre que da Freud a ese dios que “no os prohíbe nada” es el superego, y ese concepto es crucial para entender la suspensión de las prohibiciones morales en la violencia étnica actual. Aquí hay que dar la vuelta al cliché de que la identificación étnica apasionada restablece un firme sistema de valores y creencias en la confusa inseguridad de la sociedad mundial laica de hoy: el fundamentalismo étnico se apoya en un secreto, apenas disimulado, “¡Podéis!”. La sociedad posmoderna y reflexiva actual, aparentemente hedonista y permisiva, es paradójicamente la que está cada vez más saturada de normas y reglas que supuestamente están orientadas a nuestro bienestar (restricciones a la hora de fumar y comer, normas contra el acoso sexual…), de modo que la referencia a una identificación étnica apasionada, en vez de contenernos, sirve de llamamiento liberador: “¡Podéis!”. Podéis infringir las estrictas normas de la convivencia pacífica en una sociedad tolerante y liberal, podéis beber y comer lo que queráis, asumir costumbres patriarcales que la corrección política liberal prohíbe, incluso odiar, luchar, matar y violar… Sin reconocer plenamente este efecto pseudoliberador del nacionalismo actual, estamos condenados a no poder comprender su verdadera dinámica. He aquí cómo describe Aleksandar Tijanic, un destacado periodista serbio que, durante un breve periodo, llegó a ser ministro de información y medios públicos de Milosevic, “la extraña simbiosis entre Milosevic y los serbios”:
“Milosevic resulta apropiadopara los serbios. Durante su gobierno, los serbios abolieron las horas de trabajo. Nadie hace nada. Permitió que florecieran el mercado negro y el contrabando. Se puede aparecer en la televisión estatal e insultar a Blair, Clinton, o cualquier otro de los ‘dignatarios mundiales’. Además, Milosevic nos otorgó el derecho a llevar armas. Nos dio derecho a resolver todos nuestros problemas con armas. Nos dio también el derecho a conducir coches robados. Milosevic convirtió la vida diaria de los serbios en una gran fiesta y nos permitió sentirnos como estudiantes de bachillerato en un viaje de fin de curso; es decir, que nada, pero verdaderamente nada de lo que hacíamos se castigaba”.
¿Dónde se concibió inicialmente este sueño de una orgía destructiva? Aquí nos aguarda una sorpresa desagradable: el sueño de la limpieza étnica lo formularon, hace muchos años, los poetas. En su Fenomenología del espíritu, Hegel menciona “el silencioso tejido del espíritu”: la labor subterránea que va cambiando las coordinadas ideológicas, de forma invisible, en su mayoría, hasta que de pronto estalla y sorprende a todo el mundo. Es lo que ocurrió en Yugoslavia durante los años setenta y ochenta, de forma que, cuando las cosas estallaron a finales de los ochenta, ya era demasiado tarde, el viejo consenso ideológico estaba totalmente podrido y se desintegró por sí solo. En los años setenta y ochenta, Yugoslavia era como el personaje de dibujos animados que llega al borde de un precipicio y continúa andando por el aire; sólo se cae cuando mira hacia abajo y se da cuenta de que no tiene tierra firme bajo sus pies. Milosevic fue el primero que nos obligó a mirar hacia abajo, hacia el precipicio… Si la definición corriente de guerra es la de “una continuación de la política por otros medios”, entonces podemos decir que el hecho de que Karadzic sea poeta no es una mera coincidencia gratuita: la limpieza étnica en Bosnia fue la continuación de una (especie de) poesía por otros medios.
Platón ha visto dañada su reputación porque dijo que había que expulsar a los poetas de la ciudad; un consejo bastante sensato, a juzgar por esta experiencia post-yugoslava en la que los peligrosos sueños de los poetas prepararon el camino para la limpieza étnica. Es verdad que Milosevic “manipuló” las pasiones nacionalistas, pero fueron los poetas los que le proporcionaron la materia que se prestaba a la manipulación. Ellos -los poetas sinceros, no los políticos corruptos- estuvieron en el origen de todo cuando, en los años setenta y primeros ochenta, empezaron a sembrar las semillas de un nacionalismo agresivo no sólo en Serbia, sino también en otras repúblicas yugoslavas. En vez del complejo industrial-militar, en la post-Yugoslavia nos encontramos con el complejo poético-militar, personificado en las dos figuras de Radovan Karadzic y Ratko Mladic.
Para evitar creer que el complejo poético-militar es una especialidad de los Balcanes, habría que mencionar por lo menos a Hassan Ngeze, el Karadzic de Ruanda, que, en su periódico Kangura, difundía de forma sistemática el odio contra los tutsis y hacía llamamientos al genocidio. Y es demasiado facilón despreciar a Karadzic y compañía y decir que son malos poetas: otras naciones ex yugoslavas (y la propia Serbia) tuvieron poetas y escritores reconocidos como “grandes” y “auténticos” que también se involucraron de lleno en proyectos nacionalistas. ¿Y qué decir del austriaco Peter Handke, un clásico de la literatura contemporánea europea, que asistió de forma muy sentida al funeral de Slobodan Milosevic?
El predominio de la violencia de justificación religiosa (o étnica) puede explicarse por el hecho de que vivimos en una era que se considera a sí misma post-ideológica. Como ya no es posible movilizar grandes causas públicas en defensa de la violencia de masas, es decir, la guerra, como nuestra ideología hegemónica nos invita a disfrutar de la vida y realizarnos, a la mayoría le resulta difícil superar su repugnancia a torturar y matar a otro ser humano. Las personas, en general, se atienen de forma espontánea a unos principios morales y matar a otra persona les resulta profundamente traumático. Por eso, para lograr que lo hagan, es necesario hacer referencia a una Causa superior que haga que las pequeñas preocupaciones por el hecho de matar parezcan una nimiedad. La religión y la pertenencia étnica desempeñan ese papel a la perfección. Por supuesto, hay casos de ateos patológicos que son capaces de cometer asesinatos de masas por placer, simplemente porque sí, pero son excepciones. La mayoría necesita que anestesien su sensibilidad elemental ante el sufrimiento de otros. Y para eso hace falta una causa sagrada.

Lágrimas de San Lorenzo


Todos los años -del 25 de julio al 17 de agosto- la Tierra atraviesa la polvorienta nebulosa dejada por el cometa "Swift Tuttle", que prende al contacto con la atmósfera y da lugar a la lluvia de meteoros en la constelación de Perseo.
La "lluvia de estrellas" de verano conocida como Las Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo alcanzan entre el 12 y 13 de agosto su máxima intensidad.
Este año y de acuerdo a Bill Cooke, de la Oficina de Medio Ambiente de Meteoroides, de la NASA "el momento para mirar será durante las horas de oscuridad, antes del amanecer del martes 12 de agosto".
Este año, de la Luna que se ocultara cerca de la media noche no bloqueará el brillo de los meteoros más débiles, lo que incrementará la espectacularidad del fenómeno.
Durante un rato, la Luna en fase creciente interferirá con la Perseidas y el resplandor de la Luna no permitirá ver, excepto los meteoros más brillantes. La situación se revierte a las 2:00 am del martes 12 de agosto, cuando la Luna desaparezca y deje detrás un cielo oscuro para las Perseidas. La lluvia se levantará en la oscuridad, salpicando el cielo con docenas y tal vez cientos de meteoros hasta el alba.
Para obtener mejores resultados, "aléjese de las luces de la ciudad", aconseja Cooke.
Las Perseidas más brillantes se pueden ver desde las ciudades, menciona, pero las ráfagas más espectaculares, compuestas por meteoros tenues y delicados, sólo se podrán observar en las zonas rurales.
En México probablemente no podrá ser observada en muchas zonas del país, solo en donde el cielo se encuentre despejado.
Lluvia de estrellas:
Las lluvias de estrellas son pequeñas partículas de polvo cósmico depositadas por algún cometa y que, en su viaje anual alrededor del Sol, se encuentran con la Tierra.
Las partículas de polvo entran en la atmósfera terrestre a gran velocidad y se desintegran, brillando en su caída.
En el caso de las Perseidas, la nube de partículas que se encuentra la Tierra ha sido producida por el 'Swift-Tuttle', un cometa que nos visita cada 120 años.
El primer registro con que se cuenta proviene de China en el año 36 de nuestra era; posteriores registros de los siglos VIII, IX, X, y XI provenientes de China, Corea y Japón vuelven a constatar la ocurrencia de las Perseidas.
En los siglos XII y XIX existen nuevos reportes esporádicos del fenómeno y no es sino hasta este último siglo cuando se realiza la primera observación científica de las Perseidas, en 1835 por parte de Quetelet, observador belga quien descubre que los meteoros de las Perseidas surgen de la constelación de Perseo.
En 1839, el astrónomo Edward Heis realizó el primer registro por hora de éstas, contabilizando más de 160 por hora.
Entre 1864 y 1866, el astrónomo italiano Virgilio Schiapa relli realizó observaciones de las Perseidas que las relacionaba con la aparición del cometa Swift tuttle (1862 III), descubriendo la relación que existe entre otras lluvias de estrellas con los cometas.
Schiaparelli estableció que lo que veíamos arder en la Tierra como estrellas fugaces durante las Perseidas eran sencillamente los restos del cometa Swift tuttle distribuidos a lo largo de su órbita
Las pequeñas partículas, que pesan alrededor de 0.07 gramos, entran a nuestra atmósfera a 61 kilómetros por segundo (3.660 Km/hr)y se consumen a una altura de 80 kilómetros. En su corta vida, de apenas pocos segundos, rasgan la oscuridad del cielo dejando una fugaz cicatriz luminosa.
Y a propósito ¿quién fue San Lorenzo?
Llevan e nombre de San Lorenzo (Laurentius) porque casi coincide con la fecha que se celebra (10 de agosto) la muerte de este diácono cristiano martirizado por los romanos en el año 258. Según la leyenda, Lorenzo fue quemado vivo en una hoguera, concretamente en una parrilla, cerca del campo de en Roma.
Se dice que entre los tesoros de la Iglesia confiados a San Lorenzo se encontraba el Santo Grial, la copa usada por Jesús y los Apóstoles en la Última Cena y que antes de morir consiguió enviarlo a Huesca, junto a una carta y un inventario, donde fue escondido y olvidado durante siglos.
San Lorenzo es el patrón de la Ciudad de Huesca.
Foto: Imagen del fenómeno tomada de la web de la NASA y realizada en 2004 por Ivar Hamberg desde Estocolmo.- NASA