¿Lo de Nacho Coronel tendrá que ver con el secuestro de Diego? pregunta Granados Chapa hoy en su columna de Reforma a propósito de la muerte de Nacho Coronel ayer en Zapopan, Jal: ¿Será que se le hubiera retenido durante 75 días para obtener información sobre su huidizo jefe? (o sea El Chapo)
Cajón de Sastre
A dos meses y medio de que se propagara la noticia sobre su detención, luego misteriosamente desmentida, murió en un encontronazo armado con militares Ignacio Coronel Villarreal, el número dos del cártel de Sinaloa, lugarteni ...ente de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo. Lo ocurrido el viernes 14 de mayo, el mismo día en que desapareció Diego Fernández de Cevallos, quedó entonces sin aclarar: el secretario de Gobierno de Jalisco, Fernando Guzmán Pérez Peláez, informó entonces, ciertamente con alguna vaguedad, que el jefe de narcotraficantes había sido detenido por infantes de Marina, en Juanacatlán. Reiteró al día siguiente la información, desmentida después por el Ejército. Y ahora el propio Ejército ultimó a Coronel en Zapopan. ¿Será que se le hubiera retenido durante 75 días para obtener información sobre su huidizo jefe?
El reportero Ricardo Ravelo publicó en Proceso # 1759, 18 de julio, recientemente los siguientes:
Rumores
"Las luces intermitentes se encendieron el 20 de mayo (fue el viernes 15 de mayo como bioen lo escribe Miguel Angel), cuando circuló en los medios jaliscienses la versión de que en Zapopan había sido detenido Nacho Coronel por agentes de la SIEDO y un grupo ...de marinos. El secretario de Gobierno del estado, Fernando Guzmán Peláez, alimentó el rumor al declarar: “Sí, podría estar detenido Nacho Coronel”; pero luego se desdijo: “No podemos confirmar ni descartar nada”.
Al final se supo que la Secretaría de Marina y la PGR habían realizado un operativo conjunto en el municipio de Juanacatlán y en la zona metropolitana de Guadalajara para detener a Coronel y a sus secuaces (...)
Casi de manera simultánea, el 21 de mayo (fue el 15) otro escándalo sacudió al país: el secuestro de Diego Fernández de Cevallos. Al principio la PGR guardó silencio, sobre todo ante las versiones de que tras el plagio del exsenador panista estaba el cártel de Sinaloa y que la organización intentaba forzar al gobierno para que entregara a Coronel.
Los días posteriores, inmersa en una maraña de versiones encontradas, la PGR aclaró que Coronel no estaba detenido, pero que sí realizó varios operativos para capturarlo. Hoy, a dos meses, se desconocen los pormenores de la supuesta detención de Coronel y del plagio de Fernández de Cevallos, quien, según sus captores, aún está vivo, como informó La Jornada el jueves 15.
Sobre este punto, el investigador Edgardo Buscaglia, del Instituto Tecnológico Autónomo de México, comenta que en México el crimen organizado es tan poderoso que existe la posibilidad de que el narco fuerce al gobierno a soltar capos a cambio de la liberación de políticos secuestrados.
–¿Podría ser el caso de Diego Fernández de Cevallos? –se le inquiere.
–No lo sé, pero en un país donde las redes criminales mantienen secuestrados a los hombres del poder político y han feudalizado amplios territorios, todo es posible.
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Granado Chapa publicó en su PLAZA PÚBLICA / Un general y un Coronel el pasado 21 de mayo de 2010
¿Podría resultar que en menos de una semana haya otro desaparecido conspicuo? Se trataría de Ignacio Coronel Villarreal, tratado confianzudamente en algunos medios con su hipocorístico: Nacho. El viernes pasado se difundió la noticia de su probable captura, en una operación militar y policiaca que habría ocurrido en Juanacatlán, Jalisco. La información habría sido originada en una filtración de oficiales de la Marina. Pero adquirió corporeidad cuando el secretario de Gobierno de esa entidad, Fernando Guzmán Pérez Peláez, fue interrogado al respecto. Ese mismo viernes y el sábado por la mañana confirmó el hecho, con menos contundencia en su segunda referencia, en que quiso aclarar lo dicho en la víspera sin desmentirlo: "Lo que se dijo es que había unos operativos y había la posibilidad de esa detención, y estamos a la espera de la información oficial al respecto", que debía provenir de autoridades federales. Pero insistió: "Hubo operaciones importantes, hubo acciones y hay detenidos".
Pero ocurre que el número dos del gobierno jalisciense estaba mal informado o fue infidente respecto de hechos a los que no debió referirse. No hubo operaciones, no hubo acciones y no hubo detenidos, si hemos de creer a las Secretarías de la Defensa Nacional y de Marina que, cinco días después de esparcida inicialmente la versión, salieron a decir que no es verdad. Negaron haber participado en ninguna operación y aseguraron no tener conocimiento sobre dicha captura.
O sea que según las autoridades militares Coronel no fue detenido. Pero si otorgamos crédito a Guzmán Pérez Peláez y a los medios que dieron por cierta esa captura, algo pasó con el lugarteniente de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, que quizá cayó en el limbo en que viven los detenidos-desaparecidos. O quizá fue liberado poco después de su aprehensión y para evitar explicaciones sobre ese acto ahora se niega su captura.
Si Coronel fue detenido y no está en manos de autoridades federales, esos hechos alimentan la especie que a partir del lunes giraba en los círculos que tienen la atención puesta en la suerte de Fernández de Cevallos: el número dos, el gran operador del Cártel de Sinaloa o del Pacífico, gente de confianza y aun pariente del número uno, El Chapo, sí habría sido detenido, por ello se habría practicado el secuestro del panista prominente y se habría producido un canje. En esa perspectiva, la aparición de Fernández de Cevallos sería inminente.
Pero no siendo cierto, como dicen los voceros de los ministerios militares, el asunto se reduciría a una "volada" de cierta prensa local tapatía, que trascendió a algunos programas informativos del Distrito Federal el lunes y a un desliz del secretario de Gobierno de Emilio González Márquez. Y ya. Que ese pecado periodístico hubiera coincidido con la desaparición de Fernández de Cevallos no habría sido más que una casualidad.
El martes pasado, en un orden de hechos aparentemente desvinculado, un general del Ejército, retirado, fue víctima de un asalto en la colonia Roma y herido de gravedad por el atracador. De suyo parecía un suceso extraño. El agredido, el general Mario Arturo Acosta Chaparro, es un hombre de elevada estatura y a sus 68 años de edad -los cumplió el 19 de enero pasado- se mantiene en forma. Aun sin uniforme tiene el porte militar que, junto con su complexión, hubiera disuadido a un asaltante cualquiera de escogerlo como víctima. Por añadidura, el militar, que salía de un edificio en la calle Sinaloa, era esperado en su automóvil Mercedes Benz blanco por su chofer, Rodolfo Chumacera Galindo. El general fue llevado para su atención al Hospital Central Militar, donde se encontraba el jueves en terapia intensiva.
Unas líneas en la primera plana de Reforma sitúan, sin embargo, a Acosta Chaparro en un escenario probablemente distinto al de un asalto callejero vulgar y corriente. "Allegados al militar confirmaron que el polémico general fue contactado el lunes por la familia de Fernández de Cevallos para involucrarse en el caso". Al balearlo, ¿se habrá tratado de amenazarlo para que no lo hiciera, y aun para de plano impedirlo? Puede que el mero azar haya reunido la oferta profesional y el atraco. Pero puede que no.
Aunque sólo ocupó cargos de director en la Sedena y la comandancia de batallones en sus 45 años de servicios, Acosta Chaparro ha sido uno de los más visibles mandos militares, como especialista que fue en contrainsurgencia, materia sobre la que escribió un manual. Fue enviado en 1974 a la Vigesimoséptima Zona Militar, en Guerrero, para servir en la Guerra Sucia -por supuesto sus órdenes formales jamás lo expresaron así- con la que el gobierno combatió a la insurgencia guerrillera. Su actuación fue conocida desde entonces como especialmente cruel, lo que le valió ser procesado muchos años después. En junio de 2006 un juez militar lo absolvió de la desaparición de 22 campesinos a los que habría arrojado al mar desde un avión. Permaneció en prisión, sin embargo, porque al mismo tiempo los tribunales castrenses lo enjuiciaban por su vinculación con el narcotráfico, lance del que también resultó exonerado.
En el entretanto, con licencia del Ejército había sido jefe de policía en Guerrero con gobernadores de mano dura: el primer Rubén Figueroa, y en Veracruz, con Agustín Acosta Lagunas. Volvió un tiempo al servicio activo en 1994 ante la insurrección zapatista. Asesoró después al segundo Rubén Figueroa, como ahora con funcionarios del gobierno federal en temas de seguridad.
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Carmen Aristeguí publica hoy: El secuestro de Diego
Reforma, 30-Jul-2010;
Del conjunto de hipótesis que se podían plantear en torno al secuestro de Diego Fernández de Cevallos, la mayoría se han desechado. De entre las dos más fuertes, prevalece ... la de un secuestro, sí económico, pero con trasfondo ideológico-político. La otra línea hipotética abierta es la de un secuestro con fines de intercambio de personas. Esta línea se ha debilitado por las más recientes informaciones. Hay que decir, sin embargo, que los supuestos de la hipótesis ahora debilitada no han quedado clarificados con suficiencia por las autoridades. Se llegó a pensar que a Fernández de Cevallos se le había llevado en respuesta a la detención de Ignacio Coronel, uno de los principales capos del cártel de Sinaloa, en un operativo realizado en Jalisco horas antes del secuestro de Fernández de Cevallos. Se pensó que podrían los delincuentes plantear al gobierno un intercambio de rehenes. En esos mismos días se detuvo y liberó -también en cuestión de horas- a la ex esposa de El Chapo Guzmán en medio de un enorme operativo realizado en Culiacán, mismo que terminó con un brevísimo comunicado oficial en el que se anunciaba la liberación de la señora, simple y llanamente "con las reservas de la ley". Detener a la madre de los hijos de El Chapo para liberarla en sólo algunas horas lo único que dejó tras de sí fue una espesa estela de dudas. Era la misma semana en que Felipe Calderón hacía la primera y única visita de Estado que tendrá con el gobierno de Obama. Calderón fue recibido con severas críticas de la prensa estadounidense -que incluyeron reportajes de la Radio Pública Nacional- que lo acusaban de instrumentar una estrategia con claro sesgo a favor del cártel de El Chapo Guzmán. Las fechas, el contexto y la simultaneidad de estos elementos -amén del hermetis- mo oficial- hicieron posible imaginar que el gobierno mexicano, necesitado para su visita de demostrar que no tenía tal sesgo, pudo haber realizado estas acciones para intentar sacudirse la sombra de la acusación.
Hasta ahora ninguna voz oficial ha confirmado ni desmentido esta versión de ese operativo. Sólo el secretario de Gobierno de Jalisco habló del suceso, sin después confirmar pero tampoco desmen- tir el sentido de sus declaraciones. Apenas hace unos días, Proceso dedicó su portada precisamente a Nacho Coronel, a quien ubicó como un "capo en ascenso". El artículo de Ricardo Ravelo daba cuenta de informaciones sobre el poder adquirido por el capo, lo que hace suponer a la DEA y al FBI que podría crear su propio cártel en corto tiempo. En 20 años, informan las fuentes de Ravelo, se convirtió en el cuarto hombre más importante del cártel de Sinaloa (el más poderoso del país y de Latinoamérica). Es claro que las críticas al gobierno de Calderón sobre su presunta inacción y protección a este cártel lo han sometido a una presión internacional cada vez mayor.
La hipótesis fortalecida de un secuestro económico pero realizado por motivaciones político-ideológicas contó en estos días con mayores elementos para sostenerse. El periodista José Cárdenas publicó el viernes pasado, en El Universal, información de alto nivel, donde informaba que los plagiarios son un grupo guerrillero extremista asentado en la zona del Bajío y dependiente del ERPI. Un fin de semana después, Cárdenas recibió en su cuenta "el boletín #2" cuyo remitente dice "misteriosos desaparecedores", una carta por Fernández de Cevallos -fechada el 10 de junio, aniversario de la matanza de estudiantes de 1971- y una segunda fotografía sosteniendo el número 1751 de Proceso del 23 de mayo de 2010. La portada muestra la foto del "jefe Diego", y el contenido se refiere a la "historia negra" del ex legislador. La carga crítica de la revista, implacable, parece haber sido utilizada como una señal -sin responsabilidad para Proceso- del signo político e ideológico de esta acción.
De último momento, justo al terminar este artículo, la noche de ayer, el Ejército anunció la muerte de Ignacio Coronel en un operativo militar realizado en Zapopan, mismo lugar donde habría ocurrido el operativo nunca confirmado ni desmentido horas antes del secuestro del ex legislador.
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Comunicado de las SEDENA
Lomas de Sotelo, a 29 de julio del 2010.-
La Secretaría de la Defensa Nacional informa a la opinión pública, que derivado de un intenso trabajo de inteligencia militar, realizado por personal de esta dependencia, esta fecha en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, se llevó a cabo una operación de precisión para aprehender a IGNACIO CORONEL VILLARREAL alias el "NACHO CORONEL", uno de los principales líderes de la organización narcotraficante del "CARTEL DE SINALOA" que encabezaba junto con JOAQUÍN GUZMÁN LOERA alias "EL CHAPO GUZMÁN" e ISMAEL ZAMBADA GARCÍA alias "EL MAYO ZAMBADA".
Durante esta operación, "NACHO CORONEL" intentó evadir la acción agrediendo al personal militar con arma de fuego, causando la muerte de un militar e hiriendo a otro más, por lo que al repeler la citada agresión falleció el referido capo.
En dicha operación también se logró la captura de IRÁN FRANCISCO QUIÑONEZ GASTELUM, hombre de mayor confianza del narcotraficante mencionado.
"NACHO CORONEL" se refugiaba en dos residencias empleadas como casas de seguridad, ubicadas en la colonia Colinas de San Javier, en Guadalajara, Jal., empleando como procedimiento el acompañarse solo de QUIÑONEZ GASTELUM, para mantener su bajo perfil y no llamar la atención.
IGNACIO CORONEL VILLARREAL era originario del estado de Durango, inició sus actividades delictivas bajo las órdenes del extinto narcotraficante AMADO CARRILLO FUENTES alias "EL SEÑOR DE LOS CIELOS” siendo el responsable de la introducción de droga a los Estados Unidos, proveniente de Centro y Sudamérica.
Después del fallecimiento de AMADO CARRILLO, "NACHO CORONEL" se unió a la organización narcotraficante "GUZMÁN LOERA" llegando en un corto tiempo a convertirse en uno de sus principales líderes junto con JOAQUÍN GUZMÁN LOERA alias "EL CHAPO GUZMÁN" e ISMAEL ZAMBADA GARCÍA alias "EL MAYO ZAMBADA".
"NACHO CORONEL" dirigía las actividades delictivas para su organización en el occidente de la República, que comprende los estados de Jalisco, Colima, Nayarit y parte de Michoacán, controlando el tráfico de Cocaína a través de la denominada "Ruta del Pacífico".
El Departamento de Estado de los Estados Unidos, la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y el Orden Públicos y el F.B.I. ofrecían una recompensa de 5 millones de dólares por información que llevará a su captura.
Como resultados preliminares, durante esta operación se aseguró armamento, numerario, joyas y vehículos, mismos que están siendo contabilizados para ser puestos a disposición de las autoridades correspondientes.
Esta operación, es el resultado de intensas actividades de inteligencia militar que permitieron afectar significativamente la capacidad operativa y de trasiego de droga de la organización "GUZMÁN LOERA".
El personal de Generales, Jefes, Oficiales y Tropa del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, nos sumamos a las expresiones de condolencias de nuestro Comandante Supremo, Maestro FELIPE CALDERÓN HINOJOSA, Presidente de la República, dirigidas a los familiares de nuestro compañero de armas que perdió la vida en el cumplimiento de su deber.
Con acciones como esta, el Gobierno Federal reitera su ineludible compromiso de combatir enérgicamente y sin distingo alguno, a todas las manifestaciones del crimen organizado de manera irrestricta, así como la aplicación de la Ley en contra de quienes vulneren los Principios del Estado de Derecho y amenacen la seguridad, estabilidad y confianza de los mexicanos.
Fuente: Dirección General de Comunicación Social, Secretaría de la Defensa
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