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Columnas:
BAJO RESERVA/
EL UNIVERSAL
NADA BIEN, nos
cuentan, cayó en la embajada de Estados Unidos, a cargo de Anthony Wayne, que
el canciller José Antonio Meade, haya lanzado señalamientos por el espionaje de
Washington a la clase política mexicana. Tampoco gustó mucho que don
Anthony haya sido llamado a consultas en el edificio Tlatelolco. Lo increíble,
nos comentan, es que ahora en el país gobernado por Barack Obama se sientan
ofendidos con la reacción de la SRE. Por cierto, Wayne mismo apareció ayer en
las instalaciones de la Cámara de Diputados, para la instalación del Grupo de
Amistad México-EU. Pero la diplomacia parlamentaria no fue tan efusiva con el
invitado, porque el presidente de la mesa directiva en San Lázaro, el panista
Ricardo Anaya, hizo un fuerte reclamo al estadounidense por el caso de
espionaje al ex presidente Felipe Calderón y al entonces candidato presidencial
priísta Enrique Peña Nieto. El político queretano usó las palabras del ex
presidente Benito Juárez: “El respeto al derecho ajeno es la paz”. ¡Auch!
FRENTES
POLÍTICOS/Excelsior
I.Caiga
quien caiga. Después del salpullido diplomático que causó en la piel del país
la revelación de Edward Snowden, de
que no sólo el entonces candidato Enrique Peña Nieto fue espiado, sino que las
labores de “inteligencia” de Estados Unidos allanaron también a Felipe Calderón
cuando fue Presidente, Miguel Ángel Osorio Chong, titular de Gobernación,
advirtió que se realizará una exhaustiva investigación sobre los pormenores del
delito y, dijo, todos aquellos funcionarios mexicanos que hayan colaborado
serán severamente sancionados. Dirán misa, pero para EU siempre será lo mismo
inteligencia que espionaje. Y eso, de entrada, es deplorable.
II.Otra
de espías y odios. Al asegurar que todos los gobiernos realizan tareas de
espionaje y tienen aparatos de inteligencia para allegarse información, Vicente
Fox dijo que fue espiado cuando fue candidato e incluso siendo Presidente. Él,
siempre tan preciso, afirmó que este es el mundo del futuro y más vale que nos
acostumbremos. ¡Yo no sé cuál es el descubrimiento!, comentó. Está en España promocionando
su negocio, el Centro Fox. Antes se decía que nos espiaban desde Marte o desde
Venus… nos espían todos los días, a ti, a mí o a cualquier ciudadano. En tono
de burla, afirmó que Felipe Calderón quizá sí tenga algo que ocultar: “80 mil
muertos en su Legislatura… ¡Bolas!”. ¿A cuenta de qué el fuego amigo?
Trastienda/24 Horas
Con
eso de que el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong dijo que
investigarían a ex funcionarios del gobierno de Felipe Calderón para determinar
si hubo quienes le abrieran las puertas informáticas a la NSA, los nervios se
dispararon en algunas áreas de seguridad, actuales y de la administración
oficial, y en proveedores. Dicen los que saben que hay varios grupos y empresas
mexicanas que se sintieron aludidas por el secretario, en particular porque se
dieron vuelo con contratos de seguridad con tecnología israelita, mediante los
cuales husmearon las vidas públicas de algunos políticos. No vaya a ser,
calculan los que saben, que salgan algunos de esos nombres y quienes
participaron de esos contratos en el pasado, sean perseguidos hasta que caigan.
TEMPLO
MAYOR/Reforma
BASTANTE
morbo había ayer en la Cámara de Diputados por ver si llegaba el invitado
especial: ni más ni menos que el embajador norteamericano, Anthony “Tony”
Wayne.
EN
MEDIO del escándalo por las nuevas revelaciones del espionaje de Estados Unidos
a México, hubo legisladores que dudaban que el diplomático se apareciera por
ahí.
POR
ESO quedaron gratamente sorprendidos cuando el embajador Wayne llegó a la cita
y no sólo eso: también se fajó los pantalones y le entró al tema que le fue
planteado de manera directa por el presidente de la Cámara, Ricardo Anaya.
EL
PANISTA le recordó que en el muro de honor de San Lázaro la frase en letras de
oro que más destaca es, no por casualidad: “Entre los hombres como entre las
naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.
Pepe Grillo/La
Crónica de Hoy
Hasta
el momento, las explicaciones ofrecidas por el gobierno de Estados Unidos sobre
el espionaje a políticos mexicanos han sido insuficientes, limitadas y cínicas.
Lo
dijo el dirigente nacional del partido en el poder ––el PRI––, César Camacho,
cuyo candidato presidencial fue una de las víctimas de la obsesión
norteamericana por espiar.
¿Alguna
vez los norteamericanos ofrecerán una disculpa? La respuesta es no, nunca la
ofrecerán. Esa palabra no existe en su diccionario.
Lo
cierto es que no hay razón válida para justificar su intromisión.
México no ha
sido el único país agraviado. Lo que procede es una acción conjunta,
multinacional, de protesta.
*
El portero de
Los Pinos a quien se le coló el balón/Pascal Beltrán del Río
Excelsior,
24/10/2013;
¿Quién
era el responsable de cuidar la red de internet de Los Pinos cuando la NSA
estadunidense intervino el correo electrónico del presidente Felipe Calderón?,
pregunté ayer a un ex funcionario de la Presidencia.
Su nombre es
Jorge Alejandro Árciga Anzo, trabajó durante todo el sexenio como webmaster de
la Presidencia de la República y tiene una historia en la que vale la pena
profundizar.
Michoacano,
egresado del Instituto Tecnológico de Morelia como ingeniero en electrónica en
1996, Árciga llegó dos años después a la Cámara de Diputados para trabajar en
el área de sistemas.
Es
hermano de un líder local del PRD, dirige la empresa Jarciga Consulting Group y
presume estudios –al menos así aparece en un sitio de la red social Google+ que
está a su nombre– en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), el ITAM y
la École Nationale Supérieure des Télécommunications, de Bretaña, Francia.
En
2004, cuando era director de Infraestructura y Telecomunicaciones en San
Lázaro, se le acusó de pretender beneficiar a la empresa Avantel en una licitación,
razón por la que fue sancionado e inhabilitado por la Contraloría Interna de la
Cámara.
Durante su paso
por San Lázaro, Árciga conoció a Patricia Flores Elizondo. La sobrina del
político panista Rodolfo El Negro Elizondo había llegado a la Ciudad de
México en 1994 desde Durango para probar suerte en Acción Nacional. En 1997,
Patyfló se incorporó al Servicio Civil de la Cámara de Diputados, donde
llegaría a ser secretaria general.
Luego
del triunfo de Calderón en la contienda presidencial de 2006, Patricia Flores
se hizo cargo del Fideicomiso para la Transición. Tras de la toma de posesión,
fue designada Coordinadora de Administración de Los Pinos e invitó a Jorge
Árciga al área de Tecnologías de la Información. Era febrero de 2007.
Atrás
quedaban nueve años de trabajar en la Cámara de Diputados. Durante ese lapso,
como decía, Árciga fue sujeto a la Ley Federal de Responsabilidades de los
Servidores Públicos por intentar influir en una licitación, junto con su
subalterno Sergio Olvera Vera. Ambos promovieron un amparo, pero éste les fue
negado por la Suprema Corte de Justicia en 2006.
La
sanción no obstó ni legal ni moralmente para que Árciga fuera contratado como
director general de Tecnologías de la Información en la Presidencia de la
República, donde llamaría la atención de los medios por el alto salario que le
fue asignado, cosa que también le llegó a suceder en San Lázaro.
Al
final del sexenio, el escándalo volvería a tocar a la puerta del ingeniero
michoacano. Su ex subalterno Olvera Vera fue despedido e inhabilitado por la
Contraloría Interna de la Cámara de Diputados, cuando se desempeñaba como
director de Infraestructura de San Lázaro.
En diciembre de
2011 tomó posesión de la Presidencia de la Cámara el diputado perredista José
Guadalupe Acosta Naranjo.
Éste
ordenó una revisión de las instalaciones de la Mesa Directiva y la Junta de
Coordinación Política. En un informe,
publicado en la Gaceta Parlamentaria, el legislador explicó que se encontraron
aparatos para realizar escuchas telefónicas ilegales.
En
una segunda revisión, realizada por una empresa especializada en sistemas de
seguridad, se confirmó la sospecha. Decenas de líneas habían sido intervenidas.
Tras de revisar las centrales telefónicas de la Cámara se encontraron más
aparatos para intervenir comunicaciones.
Mientras
se realizaban las inspecciones, en enero de 2012, se descubrió que se habían
violado los sellos colocados en las instalaciones. Tras de una investigación,
se determinó que Olvera Vera había sido el responsable de obstruir las
pesquisas.
Ahora
que el gobierno federal ha decidido hacer caso de la denuncia hecha por el ex
presidente Felipe Calderón, respecto de la intervención de su correo
electrónico por parte de la NSA, y la exigencia de que ésta se investigue,
seguramente Jorge Árciga estará bajo el reflector.
Me
imagino que la Unidad de Delitos Cibernéticos de la División Científica de la
Policía Federal y el Cisen –instancias que se encargarán de la investigación
anunciada por el titular de Gobernación– querrán saber qué instrumentos mandó
comprar Árciga para proteger la privacidad de la comunicación electrónica de la
Presidencia de la República, cuánto costaron, a quién se le compraron y cómo se
usaron.
**
**
Columna Arsenal/Francisco
Garfias
Excelsior,
Escuchar a un
panista citar a Benito Juárez para dar fuerza a sus argumentos no es común.
Ricardo Anaya, presidente de la Mesa
Directiva
de la Cámara de Diputados, lo hizo ayer.
Se
apoyó en la celebre frase: “Entre los individuos, como entre las naciones, el
respeto al derecho ajeno es la paz”, para decirle al embajador de Estados
Unidos, Anthony Wayne, que México espera una investigación profunda, breve, que
permita deslindar responsabilidades en los casos de espionaje a Peña Nieto y
Felipe Calderón.
“El respeto a la vida interna del otro país es
la paz; el respeto a la privacidad del otro es la paz; y la paz a la que se
refiere Juárez es mucho más que la simple ausencia de conflicto…
“No debemos, jamás, callar por respeto lo que
podemos decir respetuosamente”, subrayó el joven panista.
** EN PRIVADO/Joaquín
López-Dóriga
Milenio,
El
sorprendente diputado Anaya
Y
yo aquí, escondiéndome en el olvido. Florestán
A
lo largo de los años he visto varias generaciones de políticos, algunos
brillantes, otros prometedores, otros decepcionantes, unos con futuro, otros
con pasado, unos que se resisten a morir, otros que se resisten a crecer, otros
que no merecen ni el recuerdo.
Desde
hace algunos meses he seguido con atención al diputado panista por Querétaro
Ricardo Anaya, a sus 34 años, actual presidente de la Cámara de Diputados.
Me
habían hablado de él y ya lo había escuchado, pero ayer, al atestiguar su
intervención al instalar el Grupo de Amistad México-Estados Unidos en San
Lázaro, con la asistencia del embajador Anthony Wayne y en medio de la crisis
de espionaje, me deslumbró.
Lo
escuché citar a Juárez al exigir al embajador Wayne los resultados de la
investigación ofrecida por el presidente Barack Obama al presidente Enrique
Peña Nieto.
en
el muro del Salón de Plenos, que hoy destaca también por su vigencia y destaca
hoy por su pertinencia: El respeto a la vida interna del otro país es la paz;
el respeto a la privacidad del otro es la paz; y la paz a la que se refiere
Juárez es mucho más que la simple ausencia del conflicto. La paz a la que se
refiere Juárez es confianza, es entendimiento, es cooperación, es posibilidad
de construir juntos beneficios para nuestros pueblos.
Señor
embajador, le dijo a Wayne, estoy convencido de que no debemos, jamás, callar
por respeto lo que podemos decir respetuosamente y por eso hoy reafirmamos la
necesidad de que la investigación que ha sido ya comprometida por el presidente
Obama sobre presuntos casos de espionaje sea profunda, que concluya en un plazo
breve y, sobre todo, que sus resultados permitan deslindar responsabilidades.
Esperamos una investigación seria, pero sobre todo esperamos una investigación
con consecuencias.
Ofrecemos,
como siempre, respeto; esperamos reciprocidad.
Este
discurso será de los que se recuerden con el paso de los años y con él, a su
autor: Ricardo Anaya.