CIUDAD DE MÉXICO, 23 de agosto.-
“¿Pero hace cuánto fue?"
"¿Quién fue capaz de
hacerles esto?" "Todo fue una porquería desde el principio, se pasaron de listos. No quisieron buscarlos rápido. Se tardaron demasiado".
"Esto es una pesadilla, es un dolor tan grande que no se le desea ni a tu peor enemigo".
"Mi bebé, mataron a mi bebé”.
Madres de los jóvenes desaparecidos en el bar Heaven, permanecieron dentro de un auto, en las inmediaciones del rancho La Mesa, en el municipio de Tlalmanalco, sin que se les permitiera el acceso a la zona donde se hallaron varios cuerpos en una fosa clandestina; la PGR informará en 48 horas los resultados de las pruebas de ADN.
Visiblemente afectadas, Leticia, Josefina y Mercedes, se daban fuerza y aliento entre sí.
Pero a ratos, el dolor y los recuerdos las traicionaban.
A sus mentes volvían las imágenes de sus hijos, los años compartidos, las alegrías y las palabras, las experiencias de madres e hijos, y entonces los minutos se volvían silencio.
Y luego, de nuevo al sufrimiento, al llanto y sus sordos ecos. Y una vez más, calladas se acordaban de algo; y otra vez las lágrimas irrumpían.