Francia
y la defensa colectiva/Natividad Fernández Sola es profesora Derecho Internacional y Relaciones Internacionales de la Universidad de Zaragoza.
El
País | 27 de noviembre de 2015..
Tras
los atentados terroristas de París del 13 de noviembre, las medidas
diplomáticas, policiales y militares se han sucedido hasta límites que
desconocíamos. Europa, que creía estar ante un gran desafío con los refugiados
a sus puertas, ha redescubierto lo que es perder la libertad y vivir con el
miedo, o tener que sobreponerse a el.
Tras
la apelación del presidente Hollande a la cláusula de asistencia mutua del
Tratado de Unión Europea y la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU del
20 de noviembre pidiendo a los países la adopción de todas las medidas
necesarias para prevenir y yugular la acción del Estado Islámico (ISIS, en sus
siglas en inglés), se esperaban con expectación los pasos a adoptar por los
gobiernos del viejo Continente.
Se
podía haber recurrido, como ocurrió tras los atentados del 11-M en Madrid, a la
cláusula de solidaridad que permite al Estado que ha sufrido un ataque
terrorista solicitar ayuda de los demás socios. Sin embargo, no se ha hecho
así, para sorpresa de casi todos. Por primera vez desde que se aprobara el
Tratado de Lisboa se ha invocado la “asistencia mutua” que apela a algo
parecido a la legítima defensa colectiva de la OTAN, pero a la europea.
Efectivamente, la cláusula en cuestión pide a los Estados miembros que ayuden y
asistan con todos los medios a su alcance al Estado miembro objeto de una
agresión armada sobre su territorio. Curiosamente, esta disposición fue una
iniciativa del expresidente Giscard actuando como líder de la Convención que
elaboró la nunca aprobada Constitución Europea.