"No nos
dio tiempo" de encontrarlos/
Marcela Turati, reportera.
Revista Proceso # 1882, 25 de noviembre de 2012
Desde principios de 2007 se publicaron las primeras denuncias sobre
personas desaparecidas, que al año siguiente ya sumaban 600. El fenómeno no se
detendría.
Comenzó de a poco –dos eperristas en Oaxaca; un par de veterinarios en
Torreón; un niño de nueve años, su padre y sus tíos; varios jóvenes que
viajaban rumbo a la frontera– y pronto se habló de colectivos: 20 vacacionistas
en Acapulco, dos camionetas con ingenieros en Piedras Negras, 38 petroleros en
Cadereyta, 12 vendedores de pintura, 10 policías federales en Michoacán, ocho
cazadores de Guanajuato, tres camiones llenos de migrantes, una veintena de
jornaleros guanajuatenses, 50 personas capturadas por marinos y cientos de
jovencitas de Coahuila, Chihuahua, Veracruz o Querétaro.