El Financiero, 13 de agosto de 2020
Tras la pista de Calderón
Emilio Lozoya, como le exigió el fiscal general Alejandro Gertz Manero para garantizarle la libertad, imputó al gobierno que encabezó la némesis del presidente Andrés Manuel López Obrador, Felipe Calderón, en temas de corrupción.
El 2006 no se olvida, y el fiscal está armando el ajuste de cuentas políticas con el que sueñan en Palacio Nacional, con la denuncia de hechos sobre corrupción de funcionarios y empresarios involucrados en el Proyecto Etileno XXI, la planta petroquímica en Coatzacoalcos que provocó un quebranto de mil 900 millones de pesos al erario.
Lozoya, según dijo Gertz Manero, afirmó que Odebrecht, a través de su filial de petroquímica Braskem, y su socia mexicana en el Proyecto Etileno XXI, Idesa, tuvieron “una serie de beneficios de carácter económico”, y se les dio “una serie de privilegios en precios de insumos, en los que el gobierno federal tuvo pérdidas muy grandes”.