25 nov 2008

Los Chamos de Venezuela: "hagan que esto dure"




Viaje a Caracas/Enrique Krauze, es una de las mentes más lúcidas de México, es historiador, biografo e intelectual et al.
Publicado en Letras Libres (wwww.letraslibres.com) NOVIEMBRE DE 2008
(En la foto Gustavo Tovar, autor de Estudiantes por la Libertad. Krauze dice que es el "guia, inspirador y maestro de Los Chamos de Venezuela.) 
Un día después de la derrota de Hugo Chávez en su intento de reformar por segunda vez la constitución de su país, Enrique Krauze aterrizó en Caracas para conocer en el terreno la compleja situación venezolana. Esta es la crónica de ese viaje, que a la postre se convertiría en el disparador de su libro más reciente.

El Ministro Don Juventino V. Castro

Una aclaración luminosa/Dr.Juventino V. Castro
Publicado en Milenio (www.milenio.com) 25 Noviembre 2008;
Don Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, al rectificar mis opiniones vertidas en un artículo publicado el 16 de este mes en MILENIO Diario, ha tenido para conmigo una gran gentileza que me obliga a dirigirme a él en este nuevo envío al mismo prestigioso medio de comunicación. Si es que éste lo acepta.
Cometí el error, y lamento profundamente que al comentar puntos de vista muy personales en relación a la figura de don Andrés Manuel López Obrador, hubiera supuesto un contraste entre el proceder de don Cuauhtémoc Cárdenas en la campaña presidencial de 1988, frente a la de aquél en la de 2006.

Mafia italiana

La mafia italiana y los Mancuso/Antonio Albiñana, periodista y analista internacional.
Revista Cambio (www.cambio.com.co); noviembre 19 de 2008En su investigación, el periodista Roberto Saviano descubrió que los Mancuso son la segunda familia más importante de la mafia calabresa.
El éxito y la repercusión de la novela Gomorra de Roberto Saviano sobre La Camorra napolitana, pone de manifiesto que en Italia, una de las nueve economías más importantes del mundo, sigue más vivo que nunca el fenómeno de las mafias que ahogan al Estado y a la sociedad, y que mantienen sus tentáculos en el continente americano.
Saviano describe en 11 historias sus vivencias de finales de los años noventa, cuando recorría en motocicleta a su Nápoles natal y, aprovechando cierta desprevención de cuadros y sicarios camorristas, recogió anécdotas para cruzarlas luego con el análisis social y económico. El recorrido lo fue llevando hasta la administración pública, el Parlamento y el mundo de los negocios.

Calderón en el Congreso de Argentina

Intervención de Julio César Cleto Cobos, Presidente del Honorable Senado de la Nación, en la Sesión Solemne en el Congreso de la Nación Argentina
Martes, 25 de Noviembre de 2008 Discurso
Buenos Aires, Argentina
Señor Presidente de la República hermana de México, don Felipe Calderón Hinojosa.
Es un honor en este Congreso, en esta Asamblea Legislativa recibirlos.
Queremos darle la bienvenida a usted, a su señora esposa y a la distinguida comitiva que lo acompaña.
Creo que es justo destacar que las relaciones entre ambos países pasan por, quizás, su mejor momento. Países que los une una historia común, tradiciones, religión y hasta un mismo lenguaje, y que nos convoca seguramente, un desafío de construir un futuro promisorio para el bien de nuestros pueblos.
Por eso, celebramos realmente los acuerdos que se han alcanzado a nivel público y privado entre ambos países en vida de promover el desarrollo, crecimiento e integración de ambas naciones y a su vez, y al mismo tiempo, combatir con los flagelos que hoy tiene la humanidad y el mundo, como es la lucha contra la delincuencia y el narcotráfico.
Quiero también aprovechar esta oportunidad para expresar mi reconocimiento al pueblo mexicano, que supo albergar, en momentos difíciles de nuestra historia, a muchos argentinos que construyeron y ayudaron a construir también ese gran país que usted dirige y que esperaron volver en momentos la democracia a nuestro querido país.
Sin duda que su presencia en nuestro país ha despertado una gran expectativa, pero una mayor expectativa es poder escucharlo a usted. Por eso invito a dirigirse a los señores senadores y diputados, como así también al pueblo argentino.
Bienvenido, señor Presidente.
***
El Presidente Calderón en su participación en la Sesión Solemne en el Congreso de la Nación
Martes, 25 de Noviembre de 2008 Discurso
Buenos Aires, Argentina
Distinguido Senador Julio César Cleto Cobos, Presidente del Honorable Senado y Vicepresidente de la República Argentina.
Distinguido Diputado Eduardo Fellner, Presidente de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación Argentina.
Distinguidas y distinguidos legisladores:
Es un honor para mí estar en la más alta tribuna de esta gran Nación. Agradezco las expresiones de afecto con las que el Congreso argentino me recibe. Desde este recinto
transmito a los representantes populares y por su conducto a todas las argentinas y los argentinos, un saludo fraterno del pueblo y del Gobierno de México.
Vengo al Congreso a refrendar la voluntad del pueblo y del Gobierno de México de hermanar aún más y de manera definitiva nuestras historias y nuestros destinos; porque México y Argentina somos parte de una misma realidad, somos dos naciones que, como bien ha dicho el Presidente, compartimos una raíz común de historia, de valores, de lengua, de creencias, de tradiciones.
Somos dos naciones que a lo largo de esta historia y quizá, particularmente en los años recientes, como diría el gran Julio Cortázar: andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos.
Entre Argentina y México existe una fuerte identidad que se sobrepone a la distancia y se nutre de un entendimiento noble y permanente. Nuestros pueblos comparten antecedentes comunes en su despertar como naciones independientes, en su lucha contra intervenciones extranjeras, también.
Y de estos procesos siempre, siempre han surgido triunfantes como repúblicas soberanas. En el pensamiento y en el legado del libertador José de San Martín, y de los libertadores mexicanos Miguel Hidalgo y José María Morelos, mexicanos y argentinos tenemos el más firme sustento por nuestra defensa de la libertad, de la democracia y de la justicia.
Los gestos de amistad y de solidaridad entre nuestros países tienen una historia larga; cito uno: En 1867, al tiempo que Benito Juárez, Presidente de México y Benemérito de las Américas, luchaba por restaurar la República en México frente a la intervención francesa, vecinos de una localidad de la provincia de Buenos Aires se erigieron, precisamente, en el Municipio de Benito Juárez, que este año cumplió 141 años de fundación.
Más allá de la sólida vinculación entre nuestros pueblos, México y Argentina son las fronteras de una gran región unida por valores, intereses y aspiraciones comunes. Somos las fronteras de esta gran Nación que es Latinoamérica.
Aquí, más de 560 millones de latinoamericanos trabajamos cotidianamente por una comunidad de hombres y mujeres libres, una comunidad de naciones democráticas integradas, justas y prósperas.
Argentina y México estamos orgullosos de nuestra historia y nuestra cultura, de nuestros lazos de afecto y de amistad, y al propio tiempo, no basta eso, sino que tenemos la mirada puesta en el futuro común.
Hoy comparto con ustedes algunas reflexiones sobre lo que estamos haciendo en México, impulsando a nuestra Nación a su transformación, que le permita en el futuro alcanzar la justicia, la libertad, la democracia plena y la prosperidad.
Y en ese espíritu y en esa aspiración, Argentina y todos los pueblos de América Latina juegan un papel estratégico para mi país.
En México sabemos que enfrentamos problemas complejos, pero estamos decididos a enfrentarlos y a resolverlos, no a eludirlos ni a minimizarlos. Sabemos que es urgente tomar las decisiones y hacer los cambios que nos permitan conducir a México a un futuro distinto y mejor. Y por eso trabajamos en una tarea de verdadera transformación del país.
Los mexicanos hemos decidido avanzar hacia la consolidación de nuestra democracia y con pleno respeto a los derechos humanos. Queremos consolidar la economía para que produzca y pueda dar prosperidad a nuestra gente.
Y sabemos en ello que el mercado es necesario pero que no basta. Sabemos que la economía de mercado es condición necesaria, pero no es condición suficiente para generar condiciones de vida digna y verdaderamente humana, y que, en consecuencia, se requiere la acción rectora y rectificadora del Estado para regular y corregir las enormes desigualdades que viven nuestros pueblos.
Por eso buscamos fortalecer, sí, una economía de mercado y de comercio libre, pero al propio tiempo, establecemos políticas sociales firmes, activas, responsables.
Buscamos para México y para nuestros pueblos un desarrollo humano sustentable, que permita a los nuestros tener una vida digna, con libertades y oportunidades más amplias, pero sin que eso comprometa ni ponga en riesgo a las generaciones futuras.
Y para conquistar nuestras metas y nuestros anhelos hemos integrado una agenda en varios frentes:
En primer lugar. Queremos hacer de México un país de leyes, un país donde se cumpla la ley y se haga cumplir, porque la legalidad es la norma básica de la convivencia.
Y por eso, precisamente, libramos una batalla frontal para cumplir la ley, una guerra frontal contra la delincuencia organizada y, para ello, usamos toda la fuerza del Estado porque sabemos que el futuro de México depende de la capacidad de que su ley prevalezca sobre los intereses criminales.
En esa lucha, debo decir que hemos contado con el apoyo del Poder Legislativo mexicano y del Judicial. Hace unos meses se aprobó una reforma constitucional trascendental para la vida del país, que modernizará la procuración y la impartición de justicia penal.
Dejaremos atrás el tradicional sistema inquisitorial y daremos paso a uno adversarial de juicios orales, con mayor transparencia y celeridad en la justicia.
Y a la vez, con esa Reforma, hemos fortalecido a la autoridad para cerrarle el paso a la delincuencia.
Nuestro objetivo es claro: salvaguardar la libertad y la seguridad de los mexicanos, y no sólo de los mexicanos, sino de cualquiera que visita a México o cualquiera que invierta en nuestro país.
Por otra parte, hemos emprendido una lucha denodada contra la corrupción; el pueblo de México sabe el compromiso del Gobierno Federal contra la corrupción.
Por eso la Operación Limpieza que ha emprendido mi Gobierno está depurando y fortaleciendo las instituciones de procuración de justicia y de seguridad pública.
En esta batalla la cooperación internacional es fundamental, pues las redes del crimen organizado, sea de tráfico de drogas, de armas o de personas, son redes que operan internacionalmente, que son globales y que no respetan fronteras.
Por ello, Argentina y México debemos estrechar nuestra colaboración en este frente y unir fuerzas contra quienes atentan contra la vida, la seguridad, la salud o el patrimonio de nuestros pueblos.
En segundo lugar. El Gobierno mexicano impulsa una política económica dirigida a fortalecer el crecimiento y la competitividad del país. Buscamos tener una economía competitiva y generadora de empleos y por ello hemos promovido reformas estructurales que preservan nuestra estabilidad económica, y al mismo tiempo, fortalecen nuestras perspectivas de futuro.
También, con el respaldo del Congreso hemos concretado reformas estructurales que se habían pospuesto, en algunos casos durante décadas.
Por ejemplo, se aprobó una Reforma al régimen de pensiones de los trabajadores del sector público y una Reforma Hacendaria, que amplía la capacidad de recaudación del Estado mexicano.
Estas dos reformas han puesto a salvo las finanzas públicas del país en el mediano y largo plazo, y nos permitirán enfrentar con mayor contundencia y con políticas de expansión contracíclico del gasto, la coyuntura que enfrentamos en el corto plazo.
Y más recientemente, una reforma para fortalecer a Petróleos Mexicanos. Con ello PEMEX, la empresa de México, podrá recuperar el camino para la exploración y producción de petróleo y gas natural.
Sabemos que con esa reforma, México recuperará su lugar de verdadera potencia petrolera en el mundo.
Por otra parte, señoras y señores legisladores, ante la desaceleración de la economía mundial, y particularmente de los Estados Unidos, vecino del norte de México, hemos adoptado medidas contracíclicas para mantener nuestro crecimiento.
Entre ellas destacan, por una parte, el incremento del gasto público, el fortalecimiento de la promoción de infraestructura pública y privada, que nos permitirá llevar el gasto en infraestructura nacional, del tres por ciento del Producto Interno Bruto a más del cinco por ciento.
Para hacer frente a la situación económica internacional, tanto México como Argentina participamos hace algunos días en la Cumbre de Líderes del Grupo de los 20, en Washington, que es el foro por excelencia para el rediseño indispensable del sistema financiero internacional.
Tanto ahí, como en el Foro Asia-Pacífico para la Cooperación Económica, la APEC, celebrado este fin de semana en Perú, México propuso trabajar en varios frentes al mismo tiempo.
Primero. Acelerar las medidas que aseguren la contención de la crisis financiera y reduzcan su impacto en la economía global, minimizando el efecto de contagio.
Segundo. Que de manera armónica y coordinada, los países adoptemos políticas fiscales expansionistas, que nos permitan compensar en el corto plazo la caída de consumo e inversión privada.
Tercero. Reformar los sistemas financieros internacionales, para que se reconozca el importante rol de las economías emergentes en la toma de decisiones de la economía global.
Cuarto. Que evitemos a toda costa el resurgimiento del proteccionismo, pues su eventual aparición sólo conduciría, como ocurrió en 1929, a agravar las consecuencias y a provocar una crisis económica global mucho más profunda.
También en la estrategia económica, Argentina es un socio vital con el que queremos seguir avanzando juntos. Estamos convencidos de que podemos intensificar nuestro intercambio económico y nuestra cooperación para el desarrollo.
En esta Visita de Estado he podido comprobar que el interés es recíproco, y prueba de ello es que Argentina y México suscribimos ayer no uno, sino varios acuerdos de cooperación en materia económica y en otras materias.
En tercer lugar. El Gobierno de México ha asumido un compromiso con la igualdad de oportunidades y la reducción y, finalmente, erradicación de la pobreza extrema en el mediano plazo.
Estamos encarando este desafío con políticas sociales responsables y activas, destinando recursos sin precedentes al desarrollo social y humano de México. En especial, hemos tomado medidas extraordinarias para aumentar al gasto social en educación y en combate a la pobreza extrema.
Hoy, más de cinco millones de familias, las más pobres de México, reciben una transferencia directa del Estado que les permite, a la vez de tener un ingreso, llevar a los niños a la escuela y con el médico.
Hemos impulsado programas de Seguro Médico para una Nueva Generación, donde cada niña y cada niño mexicano que nace tiene garantizado médico, medicinas y tratamiento.
Y esperamos, con la multiplicación del gasto en materia de salud, que para el Bicentenario de la Independencia de México alcancemos la meta de cobertura universal: médico, medicinas y tratamiento médico para toda mexicana y para todo mexicano.
Estamos actuando también para garantizar el abasto de productos básicos a precios justos en zonas marginadas, y hemos aumentado la ayuda económica que reciben las familias más pobres en compensación con el alza de precios alimentarios recientemente.
Argentina, como uno de los principales productores de alimentos del mundo, es para México un actor clave que asegure, precisamente, que el tema del desarrollo y la lucha contra la pobreza, puedan sostenerse en el marco de una agenda internacional.
En cuarto lugar. Señoras y señores legisladores, externo el compromiso de México con nuestra casa común: el mundo y, específicamente, con el medio ambiente.
México ha implementado una estrategia nacional contra el cambio climático, y es la primera Nación en desarrollo que ha presentado ya tres reportes de emisiones de carbono a las Naciones Unidas.
Hemos propuesto integrar un Fondo Verde, que permita disponer de recursos especiales para financiar programas de reducción de emisiones, de eficiencia energética o de adaptación al cambio climático.
Es un problema global que exige soluciones globales. Sé que Argentina lo sufre porque el impacto del calentamiento global está, como se preveía, por desgracia, hace muchos años, derritiendo glaciales y acabando con las cumbres nevadas de Los Andes.
Sé que argentinos y mexicanos compartimos el compromiso de trabajar juntos por encontrar respuestas a éste que, estoy seguro, será uno de los desafíos más grandes, el desafío ambiental para la humanidad.
Un Premio Nobel mexicano, el querido doctor Mario Molina, ha dicho que el combate contra el calentamiento global requiere de firmeza para tomar medidas de ahorro y eficiencia energética; tesón, para no darse por vencido ante un problema de esta magnitud; y colaboración de todos los países para reducir las consecuencias a largo plazo.
En quinto lugar y finalmente. Estamos ejerciendo una política exterior activa en los foros multilaterales y en todas las regiones, pero particularmente en Latinoamérica.
México está consciente de su papel estratégico al interior de América Latina y del Caribe. Está consciente, en especial, de la alta responsabilidad que tiene, junto con Argentina, de afianzarse como sólidos ejes de la integración regional.
Señalé en mi discurso de toma de posesión, y lo reiteramos en los hechos: América Latina es prioritaria para México en su actuar en el mundo.
Esta es la región que más he visitado como Presidente; esta es la región a la que hemos destinado más acciones de cooperación.
La vocación de la diplomacia del México actual es Latinoamérica.
Nos une una historia común: el idioma de Cervantes y el de Borges, y el de Paz y el de Mistral. Y al acercarnos a la celebración de 200 años de nuestras independencias, yo les propongo, señoras y señores legisladores, que sepamos mirar juntos al futuro, que hagamos después de tantos ensayos y de tantos fracasos, hagamos realidad ahora la integración de nuestra América Latina.
La unión latinoamericana será, sin duda, la mejor manera de encarar no sólo la crisis económica y financiera que enfrentamos, sino todos los desafíos del futuro en esta era global.
Animado por esta convicción latinoamericana, hemos dado un impulso también sin precedente a la transformación de Mesoamérica, que abarca el sitio donde se asentaron las culturas precolombinas desde el Trópico de Cáncer, en México, hasta las fronteras de Colombia.
Hace unos meses, precisamente México, los países de Centroamérica y Colombia, acordamos relanzar nuestros proyectos de cooperación en el marco de un nuevo proyecto al que llamamos: Proyecto Mesoamérica. Se trata de una alianza estratégica para potenciar la conectividad, la competitividad y particularmente el desarrollo social de nuestros pueblos.
Con ese mismo espíritu, México asumió con honor y con responsabilidad la Secretaría Pro Témpore del Grupo de Río; lo hacemos convencidos de que América Latina debe ser un actor y no un espectador frente a los grandes retos y transformaciones de nuestro tiempo.
El Grupo de Río es un foro privilegiado de diálogo y concertación; diálogo y concertación que son indispensables, precisamente, en el momento en que nuestra región se caracteriza por una gran pluralidad política y por un intenso debate acerca de cuáles pueden ser las mejores vías de desarrollo.
También, uno de los grandes objetivos de nuestro programa de trabajo regional es impulsar la convergencia de los procesos subregionales de integración, desde el Mercosur o el Arco Pacífico o la Integración Centroamericana, y poder cristalizar el anhelo que tenemos muchos latinoamericanos, de contar pronto con una verdadera organización de Estados Latinoamericanos y del Caribe, sin exclusiones.
México hace un llamado a los pueblos hermanos de Latinoamérica y, desde luego, a Argentina, para que aún en las diferencias, y precisamente por ellas, seamos capaces de intensificar nuestra capacidad de diálogo político; que sean, precisamente, las ideas vertidas en el marco del respeto recíproco, lo que haga avanzar a nuestros pueblos hacia el acuerdo; que nos permitan las ideas profundizar los programas, enriquecer los proyectos, fortalecer las iniciativas que merecen, precisamente, de la voluntad conjunta.
Imaginamos nosotros una América Latina a 200 años de sus independencias, enfrentando unida e integrada un destino común.
Hagámoslo dialogando, y al hacerlo estaremos rindiendo homenaje al gran argentino Domingo Faustino Sarmiento que afirmó, precisamente, que las ideas no se matan.
Señoras y señores:
Estoy seguro de que Argentina y México tienen un futuro promisorio y de que ese futuro es común. Esta convicción no sólo se sustenta en la determinación de sus gobiernos para alcanzar los grandes objetivos nacionales que se han planteado, sino también en el trabajo corresponsable con los demás poderes establecidos, en especial con el Legislativo.
En Argentina y México hay Congresos plurales, Congresos responsables y activos, que han asumido un papel de primer orden en la tarea de transformar nuestra realidad.
Por ello, agradezco la presencia de legisladores mexicanos que me acompañan en esta visita, entre otros, el Presidente de la Cámara de Diputados, el Diputado César Duarte.
Es muy alentador que los Congresos de México y de Argentina hayan acordado la conformación de Grupos Parlamentarios de Buena Voluntad, con el claro propósito de enriquecer las políticas públicas de ambas naciones.
Hoy desde aquí, me permito, respetuosamente, convocar a los Congresos a participar en la creación de esquemas de vinculación entre nuestras naciones que correspondan no sólo a la realidad y a la cercanía cultural, afectiva, política de nuestros países, sino, y sobre todo, al extraordinario potencial que juntos podemos desarrollar.
En particular, exhorto a redoblar esfuerzos en favor de la integración y la transformación integral de América Latina y el Caribe: del Río Bravo a la Patagonia, los lazos históricos y culturales que nos unen son indestructibles.
Sé que trabajaremos inspirados por la vigorosa amistad que se profesan argentinos y mexicanos, la misma amistad que unió a Borges y a Alfonso Reyes, la cual supieron cultivar con alegría, con sabiduría, con poesía y con paciencia.
Fue Alfonso Reyes quien dijo, refiriéndose no sólo a nuestro continente, sino en especial a nuestra región, y América aparece como el teatro para todos los intentos de la felicidad humana, para todas las aventuras del bien. América cobra el valor de una reserva de esperanza.
En esta tribuna del pueblo argentino quiero reconocer la enorme contribución del exilio argentino y sudamericano en mi país. Abrimos los brazos a quienes, como el caso de muchos legisladores, perdieron a su padre, perdieron a su hermano y fueron a México precisamente en busca de la vida.
Nuestro país al abrir los brazos se enriqueció pródigamente. Por ello, como señalé ayer, reitero que México ha sido, sigue siendo y será la casa de Argentina y de los argentinos. Es su casa en los tiempos difíciles y también en los buenos tiempos.
Señoras y señores legisladores:
La esperanza es el aliento vital de toda civilización; cerremos filas para cumplir las aspiraciones que compartimos. Se trata de una tarea a la altura de nuestro destino y a la altura del enorme potencial de los pueblos argentino y mexicano, que hoy, en este magnífico recinto, podemos confirmar nuestro afecto y nuestro compromiso de hermandad y de progreso común.
Muchas gracias por su hospitalidad y reciban el saludo del pueblo mexicano.

Demandas vs el Vaticano e EU

El Vaticano será juzgado en EEUU por negligencia en casos de abusos sexualesPortal de El Mundo.es, miércoles 26/11/2008 03:02 (CET)
AGENCIA EFEWASHINGTON.- Un tribunal federal autorizó en el estado de Kentucky (EEUU) la presentación de demandas contra el Vaticano por negligencia en casos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes de la Iglesia Católica de EEUU, según fuentes judiciales.La decisión ratificó un dictamen similar emitido en mayo del año pasado por un juez federal en ese mismo Estado.
La decisión fue tomada después de que tres hombres de Kentucky denunciaron haber sido víctimas de abusos por parte de sacerdotes católicos cuando eran niños.
Los tres hombres, representados por el abogado William McMurry, habían presentado la demanda contra el Vaticano en 2004, año en que negoció un acuerdo extrajudicial con la diócesis de Louisville por 25,7 millones de dólares (20 millones de euros).
Murray manifestó al conocer la decisión, adoptada el lunes por el tribunal, que el Vaticano, y no sólo las diócesis locales, debe rendir cuentas por los abusos sexuales cometidos por los miembros de su clero.

¿Muertes dignas?

Suicidio asistido y eutanasia.. ¿muertes dignas?/Manuel González Barón, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario La Paz y director de la Cátedra de Oncología Médica y Medicina Paliativa de la Universidad Autónoma de Madrid
Publicado en EL MUNDO, 24/11/08;
Cada vez con mayor frecuencia, oímos hablar en los medios de comunicación de suicidio asistido, eutanasia, muerte digna…; y no pocas veces se advierte una notable confusión entre quienes utilizan esos términos. Esa confusión contamina después necesariamente las encuestas que se hacen sobre estas cuestiones. Puede tener cierto interés, por tanto, empezar clarificando algunos conceptos.
La Asociación Médica Mundial, en 1987, definió la eutanasia como «acto deliberado de poner fin a la vida de
un paciente». Más explícita y completa me parece la definición que dio la Sociedad Española de Cuidados Paliativos en el año 2002: «Conducta (acción u omisión) intencionalmente dirigida a terminar con la vida de una persona que tiene una enfermedad grave e irreversible, por razones compasivas y en un contexto médico». ¿Cuál es la diferencia entre la eutanasia y el suicidio asistido? En la eutanasia, es el médico -u otro sanitario dirigido por él- quien administra la inyección letal que provoca la muerte del enfermo. En cambio, en el suicidio asistido, el paciente se causa a sí mismo la muerte, con la ayuda de alguien que le proporciona los medios; si quien le ayuda es un médico, se habla de suicidio médicamente asistido. Es preferible evitar el término eutanasia pasiva, pues sólo crea confusión.
Interesa aclarar que no son conductas eutanásicas las siguientes: 1. El respeto por parte del médico al posible rechazo del paciente a unos tratamientos que éste considera desproporcionados para su situación. 2. La conducta del médico que evita aquellos tratamientos o pruebas diagnósticas que no considera indicados en un paciente, y que le ocasionarían más molestias que beneficios: es lo que se llama limitación del esfuerzo terapéutico (lo contrario sería caer en la obstinación terapéutica o diagnóstica). 3. La administración -cuando sea necesaria para el control del dolor o de otro síntoma molesto- de dosis elevadas de fármacos, aunque pudieran acortar secundariamente la vida del paciente. Una variante de esta actuación es la llamada sedación paliativa.
Un documento de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos definía la sedación paliativa como la administración deliberada de fármacos, en las dosis y combinaciones requeridas, para reducir la consciencia de un paciente con enfermedad avanzada o terminal, tanto como sea preciso para aliviar adecuadamente uno o más síntomas refractarios y con su consentimiento explícito, implícito o delegado. Evidentemente no hay que confundir la sedación, éticamente aplicada, con la eutanasia. Como se explica en ese documento, ambas difieren en el objetivo, la indicación, el procedimiento, el resultado y el respeto a las garantías éticas. En la sedación, la intención es aliviar el sufrimiento del paciente, el procedimiento es la administración de un fármaco sedante y el resultado es el alivio de ese sufrimiento; en cambio, en la eutanasia la intención es provocar la muerte del paciente, el procedimiento es la administración de un fármaco letal y el resultado la muerte.
No supone ningún problema ético -sino que es un deber para el médico- proceder a la sedación de un enfermo, con su consentimiento previo, cuando se llega a la conclusión de que es el único recurso para controlar algún síntoma físico o psíquico de entidad (por ejemplo, disnea, dolor, delirium o distrés emocional), que no responda a otros tratamientos. Además de ponderar la dosis y el fármaco adecuados, conviene que el médico reseñe en la historia clínica el motivo de la sedación, el modo en que se ha explicado al enfermo y la manera en la que ha prestado su consentimiento.
El concepto de muerte digna está ya tan manido que no dice casi nada. En cualquier caso, para la mayoría de las personas seguramente incluye las siguientes condiciones: morir sin dolor u otros síntomas mal controlados, morir a su tiempo natural sin que se acorte ni se prolongue de forma artificial el proceso de la muerte, morir rodeado del cariño de la familia y los amigos, morir con la posibilidad de haber sido informado adecuadamente, eligiendo -si se puede- el lugar (domicilio u hospital) y participando en todas las decisiones importantes que le afecten.
Una vez aclarados esos conceptos, podemos ya adentrarnos en lo que supondría la posible legalización de la eutanasia. En mi opinión, dicha medida sería una solución innecesaria y peligrosa para un problema que todavía está pendiente de resolver en muchos lugares: el de las personas que mueren en malas condiciones sin una atención médica adecuada y en un ambiente deshumanizado. Me parece un dramático error plantearnos la posibilidad de despenalizar la eutanasia cuando todavía hay muchos enfermos en nuestro país que no tienen acceso real a unos Cuidados Paliativos de calidad. Sugiero que -en este terreno- sigamos el ejemplo de Canadá: hace unos años, una enferma de esclerosis lateral amiotrófica pidió la eutanasia a la Corte Suprema; se estudió el asunto a fondo en el Senado y la conclusión fue que no se debía debatir sobre la eutanasia hasta que todos los canadienses tuvieran acceso a unos buenos Cuidados Paliativos.
Cuando se plantea la posibilidad de legalizar la eutanasia, se insiste en que será sólo para casos extremos y tomando medidas para evitar posibles abusos. La experiencia, sin embargo, demuestra que si se admite la eutanasia para casos excepcionales, poco a poco se va aplicando también en casos no tan extremos. Así en Holanda la Justicia se ha ido haciendo cada vez más permisiva con casos que no cumplen los requisitos legales. Veamos sólo algunos ejemplos: en 1994 el Tribunal Supremo no penalizó al Dr. Chabot, que ayudó a suicidarse a una mujer sana pero desesperada porque sus dos únicos hijos acababan de fallecer; en 1996 una médico facilitó la bebida letal a un paciente de 71 años sin ninguna enfermedad importante, y el fiscal no consideró necesario procesarla; en el año 2002 el Tribunal Supremo holandés no impuso ninguna pena al médico que practicó la eutanasia a Edward Brongersma, que -con 86 años pero físicamente sano- la solicitó alegando «no tener ganas de vivir». Aunque la ley holandesa no permitía inicialmente la eutanasia de menores de 12 años, en noviembre de 2005 se aprobó la eutanasia para niños de cualquier edad.
En los cuatro estudios oficiales que se han ido publicando sobre la práctica de la eutanasia en Holanda se cuentan cada año por centenares los casos de eutanasias efectuadas por los médicos sin que hubieran sido solicitadas por los enfermos. Los médicos las justifican con razones como «baja calidad de vida», «facilitar la situación a la familia», «acortar los sufrimientos del paciente» o «poner fin a un espectáculo insoportable para médicos y enfermeras». En 1997 una prestigiosa revista médica (JAMA) publicó el caso de una paciente holandesa con cáncer de mama a la que su médico aplicó la eutanasia sin su consentimiento, alegando que todavía podría haber vivido una semana más y él necesitaba esa cama libre.
En una carta de un grupo de minusválidos holandeses de Amersfoort se decía: «Sentimos que nuestras vidas están amenazadas… Nos damos cuenta de que suponemos un gasto muy grande para la comunidad… Mucha gente piensa que somos inútiles… Nos damos cuenta a menudo de que se nos intenta convencer para que deseemos la muerte». A este peligro se refirió el 18 de mayo de 2001 en el Parlamento alemán el entonces presidente federal Johannes Rau: «Cuando el seguir viviendo sólo es una de dos opciones legales, todo aquél que imponga a otros la carga de su supervivencia estará obligado a rendir cuentas, a justificarse». Por otra parte, numerosos estudios demuestran que en estos pacientes graves hay una alta incidencia de depresión, que en la mayoría de los casos no es diagnosticada ni tratada adecuadamente.
También nos puede hacer reflexionar lo que escribía hace unos años un enfermo de esclerosis múltiple en el National Post de Toronto: «Si una persona sana presenta tendencias suicidas, recibe ayuda e incluso se la somete a un tratamiento psiquiátrico hasta que pase la crisis. (…) Pero si es un enfermo incurable o un discapacitado, la discusión gira automáticamente en torno a expresiones como ‘muerte digna’, ‘libertad de elegir la propia muerte’ o ‘acto de autonomía y autodeterminación’. ¿Por qué esa diferencia?». Aunque parezca lo contrario, en la eutanasia la decisión definitiva no la toma el paciente sino el médico, que es quien juzga sobre la calidad de vida del enfermo y, por tanto, sobre si su petición es razonable o no.
Algunos argumentan que la eutanasia es un derecho de la autonomía individual que no afecta a otras personas. En mi opinión, pierden de vista su incidencia en la protección del bien común. A diferencia del suicidio, en la eutanasia interviene necesariamente una tercera persona, que además es un médico. Legalizar la eutanasia significa reconocer a una persona (el médico) el derecho a disponer de la vida de otra (el enfermo que se la pide). Esto tiene unas consecuencias evidentes: una sociedad en la que los médicos no sólo curan y alivian sino que también matan es una sociedad menos humana (y, desde luego, menos segura para muchos enfermos). Sería un cambio de unas consecuencias incalculables, pues modificaría la regla más básica de una sociedad civilizada: no matarnos unos a otros.
Quienes tenemos larga experiencia en la atención de enfermos con cáncer sabemos que muchas peticiones de eutanasia son un gesto, una llamada, una petición de ayuda por la soledad, el miedo, la desatención, el dolor mal controlado, la falta de cariño o de compañía… Por eso suelo repetir que cuando un paciente dice «Doctor, no quiero vivir…», se trata de una frase inacabada cuya versión completa es: «Doctor, no quiero vivir… así». Ahí, en cambiar ese «así», es donde tienen su papel fundamental los Cuidados Paliativos. Y ahí es donde una sociedad verdaderamente solidaria debe centrar sus esfuerzos para ayudar a morir con dignidad a quien está llegando al final de su vida: cuidándolo de tal manera que no le quepa la menor duda de que, aunque esté muy deteriorado por la enfermedad que padece, no ha perdido ni un ápice de su dignidad.
A ese empeño dedicó su vida Cicely Saunders -la pionera de los Cuidados Paliativos- y con unas palabras suyas quiero acabar este artículo: «Tú importas porque eres tú, y tú importas hasta el último momento de tu vida. Nosotros haremos todo lo que podamos, no sólo para ayudarte a morir apaciblemente, sino también para ayudarte a vivir hasta que mueras». Esto es mucho más digno para todos.

No a la violencia contra las mujeres!

SESION ORDINARIA DE LA H. CAMARA DE SENADORES
CELEBRADA EL MARTES 25 DE NOVIEMBRE DE 2008.
-EL C. PRESIDENTE GONZALEZ MORFIN:
En otro apartado del orden del día, tenemos la participación de los grupos parlamentarios para presentar un pronunciamiento en torno al Día Internacional, para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Tiene la palabra la senadora Irma Martínez Manríquez, para referirse a este tema. Informo también a la asamblea que están inscritos los senadores y senadoras Gabino Cué, Ludivina Menchaca, Minverva Hernández, María Elena Orantes y Martha Leticia Sosa.
LA C. SENADORA IRMA MARTINEZ MANRIQUEZ: Gracias, señor Presidente. Buenas tardes, compañeras y compañeros senadores:
Hoy se cumplen 27 años del Primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe, celebrado en Colombia en julio de 1981. Declaró esta fecha como Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres.
También se cumplen 23 años de que la Asamblea General de las Naciones Unidas, oficializó la conmemoración en 1993.
Sabido es también que se eligió el 25 de noviembre como Día contra la Violencia hacia las Mujeres, debido a que en un día como hoy en el año de 1960 fueron violentamente asesinadas las hermanas y activistas políticas Patricia, Minerva y Teresa Mirabal por la Policía Secreta del Dictador Rafael Trujillo en República Dominicana.
Después de casi medio siglo de estos terribles asesinatos y demás de 20 años de políticas gubernamentales, derivadas del reconocimiento internacional, de la existencia de la violencia contra las mujeres, la condición femenina en diversas partes del mundo, incluido nuestro país, no ha cambiado sustancialmente.
En pleno Siglo XXI, la condición femenina sigue siendo de desigualdad, subordinación y opresión lacerante. Las mujeres son quienes sufren más de pobreza, menores ingresos, precariedad y violaciones a sus derechos laborales. Son también quienes padecen de menores índices educativos, escasa representación en la vida pública y nula valoración de su contribución a las labores domésticas. Son víctimas de amenazas, coerciones y prohibiciones diversas, así como de normas que constriñen su libertad, autoestima y derecho a decidir sobre sus propias vidas y capacidades reproductivas.
Es por ello que una de las principales asignaturas pendientes de nuestra democracia, es la construcción de una sociedad que ponga fin a la desigualdad de género y que termine con la violencia hacia las mujeres.
La necesidad de promover esta construcción se vuelve más acuciante, en la medida en que comprobamos que las políticas y acciones hasta ahora realizadas por el Estado para erradicar la desigualdad y la violencia de género, han sido altamente ineficaces y no han contribuido a solucionar el problema.
Nuestra democracia no avanza ni logrará consolidarse si no situamos en la agenda de los grandes problemas nacionales el tema de la mujer.
Prioridad especial merece el fenómeno de los feminicidios y la impunidad en que la gran mayoría de ellos permanecen, pues ellos alienta las conductas machistas y la continuidad de nuevos crímenes contra las mujeres.
La construcción de la equidad de género pasa por la reeducación de hombres y mujeres y por el combate sin tregua a los estereotipos de género, a las actitudes y valores que han permanecido a través de los siglos y de los cambios sociales y que pernean todas las estructuras sociales, la pareja, la familia, las relaciones interpersonales, la división del trabajo y las políticas institucionales, solo por mencionar algunas.
La violencia doméstica hacia las mujeres va acompañada de violencia hacia niñas y niños, así como hacia los ancianos y/o personas discapacitadas, lo que fomenta la reproducción de la violencia contra los más débiles, vulnerables o desprotegidos.
Compañeras y compañeros:
El problema de la desigualdad y violencia de género no se va a resolver por sí solo ni tampoco haciendo como que no existe. Es necesario que en el ámbito de nuestras actitudes cotidianas y de nuestras respectivas competencias, todos los actores públicos y privados trabajemos en su combate y sentemos las bases de una sociedad, donde las mujeres tengamos los mismos derechos que nuestra contraparte masculina.
A nosotros nos corresponde legislar en materia civil, penal, laboral y administrativa para combatir todos aquellos resquicios jurídicos por donde se cuele la discriminación y falta de equidad jurídica de la mujer.
Se dice que el buen juez por su casa empieza. Es por eso que compete a los compañeros senadores sentar ejemplaridad en materia de equidad de género, promoviendo la apertura y trato igualitario en relación a sus pares femeninos, las mujeres senadoras, así como nuestra participación equitativa en la toma de decisiones y en las estructuras y comisiones parlamentarias relevantes.
A todos, hombres y mujeres, nos compete también vigilar, supervisar y dar seguimiento a las acciones gubernamentales en la materia, tales como el cumplimiento de los compromisos establecidos en los convenios y tratamientos internacionales.
Asimismo, convoco a los diversos sectores de la Administración Pública Federal, Estatal y Municipal, los poderes Judicial y Legislativo, Federal y Local, así como las instituciones académicas, centros de investigación, organismos de la sociedad civil, nacional e internacionales, la iniciativa privada y todos los actores de la sociedad para que participen en una cruzada en contra de la violencia a las mujeres que haga realidad la igualdad entre hombres y mujeres, elimine la discriminación y promueva la igualdad de oportunidades y trato justo entre los géneros, garantizando su participación equitativa en todos los ámbitos de la vida privada, política, económica, cultural y social del país.
Muchas gracias. (Aplausos).
- EL C. SENADOR GABINO CUE MONTEAGUDO: Con su permiso, Senador Presidente; compañeras y compañeros senadores: La proliferación de las dificultades económicas y políticas muchas veces hacen que pasemos desapercibido un gran problema social que se alimenta del silencio que rodea la violencia y discriminación de género ejercida contra las mujeres y las niñas.
Todos los días, en todas las latitudes del orbe se registran asesinatos y vejaciones a los derechos fundamentales de la mujer.
La violencia contra las mujeres y las niñas no solo es una forma de discriminación, sino que implica violaciones al derecho a la vida, a la integridad física, a la libertad, a la seguridad y a la protección judicial. Derechos consagrados en la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer Belem do Pará.
La violencia de género no solo se constituye como una vejación a la persona, sino que se convierte en un factor condicionante para la realización de los derechos humanos sociales y políticos de las mujeres y las niñas, tales como el derecho a la seguridad, a una vivienda adecuada, a la salud, a la alimentación, a la educación y a la participación democrática.
En México millones de mujeres se encuentran atrapadas en el ciclo de la pobreza y violencia que se alimentan y perpetúan mutuamente. La pobreza y la falta de educación son, sin duda alguna, un caldo de cultivo para abusar de los derechos fundamentales de las mujeres y las niñas.
Un ejemplo de ello se presenta en varias comunidades indígenas pobres de Oaxaca, Chiapas, Campeche y Guerrero donde las mujeres son vendidas o cambiadas hasta por dos cajas de refrescos o una de cervezas.
De hecho, y de acuerdo a un estudio realizado por Inmujeres, en muchos estados de la república es más penalizado el robo de una vaca que atentar contra una mujer, misma que es objeto de venta, maltrato o abuso sexual, y sub…en un lugar contra su voluntad o sometida a situaciones de esclavitud laboral.
Compañeras y compañeros senadores:
Esta situación debe de terminar de una vez por todas. De ahí que nuestra tarea legislativa sea fundamental, ya que sólo contando con un marco legal que salvaguarde los derechos de las mujeres podremos avanzar verdaderamente en la erradicación de la violencia y el maltrato de todas sus manifestaciones cometidas contra el género femenil.
De ahí la importancia de todas las Iniciativas, que en ésta y en otras legislaturas, se hayan presentado en la materia y la obligación de hacer un análisis pronto y expedito para ver de qué manera podemos aportar a terminar con este cáncer que lacera a nuestro país.
Como sociedad, nos encontramos ante el reto de crear una cultura de tolerancia cero hacia la violencia ejercida contra las mujeres, y al mismo tiempo incrementar el acceso a la justicia para las víctimas.
La violencia contra las mujeres constituye un abuso contra los derechos humanos cuya responsabilidad corresponde al Estado, por lo que debemos de trabajar de manera coordinada para exigir que a través de políticas públicas se garantice también a las mujeres y niñas el acceso a los derechos y los servicios en condiciones de igualdad.
En concordancia con este principio, los gobiernos de procurar la plena incorporación de todos los sectores sociales, sobre todo de aquellos que por su condición física o histórica se encuentran en desventaja o rezago, tal es el caso de las mujeres.
Por ello invitamos al Gobierno y a la sociedad, que todas las acciones que realicemos tengan un sentido de equidad entre hombres y mujeres, y para ello lograr una verdadera democratización y erradicación de este mal.
En Convergencia seguiremos pugnando por lograr el reconocimiento y respeto pleno de los derechos fundamentales de las mujeres, comprometidos a continuar trabajando y uniendo esfuerzos para lograr la equidad de género, y el acceso a las oportunidades en igualdad de condiciones.
-LA C. SENADORA LUDIVINA MENCHACA CASTELLANOS: Con su permiso, Senador-Presidente.
Compañeras y compañeros senadores:
Sabemos que desde hace 27 años, la Organización de las Naciones Unidas declaró el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, por lo que en los países se organizan actividades dirigidas a sensibilizar la opinión pública respecto al problema de la violencia contra la mujer.
Los estudios y las estadísticas demuestran que la violencia es un problema universal, y la violación generalizada de los derechos humanos contenidos en diversos instrumentos internacionales, y esta conducta es conformada por acciones y omisiones misóginas, impunidad social, crímenes, secuestros, desapariciones y asesinatos en uno de los mayores flagelos de la humanidad.
Quiero llamar su atención en un aspecto de la violencia, que generalmente tiende a pasar desapercibido, que es la violencia en el noviazgo, lo que generalmente no es percibida como tal, ni por las víctimas, ni por los agresores, pues generalmente confunden maltrato y ofensas con amor e interés de la propia pareja.
En el noviazgo y la violencia, puede adoptar múltiples rostros, como insultos, gritos, amenazas, empujones, intimidaciones, castigos, sometimientos, bofetadas, puñetazos, y agresiones sexuales, entre otras. Pero este tipo de violencia es muy grave, ya que si las prohibiciones o humillaciones se vienen arrastrando desde el noviazgo, se acentúan en el matrimonio, que junto con la manipulación económica, pues generará tanta presión, que con el tiempo, pues desembocará en golpes.
Compañeros, en México la violencia más frecuente contra las mujeres, es la de la pareja. 43.2 por ciento de las mujeres de 15 años y más, señalan haber sufrido violencia durante su última relación.
En promedio fallecen diariamente 6 mujeres por muertes intencionales; 4 por homicidio y 2 por suicidio.
México se encuentra dentro de las 15 naciones del mundo con más homicidios dolosos de mujeres, y forma parte de los 30 países con más altas tasas de violación.
El 47 por ciento de las mexicanas padecen violencia, y 7 de cada 10 familias sufren violencia intrafamiliar.
Y con las cifras, estas son alarmantes. Y si bien es cierto que para atender la violencia de género, hemos tenido progresos significativos que se han reflejado en la creación de leyes, modificación de leyes, políticas y prácticas en el pasado que ayudaron a favorecer la impunidad de delitos relacionados con la violencia hacia la mujer, pues aún tenemos un camino muy largo por recorrer.
Son grandes los avances legislativos a nivel federal por atender la violencia de género, pero no obstante, la desarticulación entre el Estado Federal y las entidades federativas hacen particularmente difícil el manejo de la violencia contra la mujer en el país.
La Federación reconoce y asume el feminicidio como un grave problema de violencia contra las mujeres, a diferencia que en algunas entidades federativas niegan su existencia.
Y por otra parte, los organismos internacionales han reportado de sus visitas realizadas a México, que la obligación del Estado de actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar y sancionar la violencia contra la mujer, no se cumple del todo, pues hay una clara administración del problema, ya que se adjudica esto al 80 por ciento de los crímenes a la violencia doméstica, como si los asesinatos en este ámbito no necesitaran atención y una debida investigación y sanción.
Olvidan que internacionalmente el Estado tiene la obligación de prevenir, investigar y enjuiciar todas las formas de violencia contra las mujeres, así como protegerlas contra dicha violencia y responsabilizar a los infractores.
Y está claro que la violencia contra la mujer atiende a patrones socioculturales que está al interior de nuestra sociedad, por lo que este día en el que conmemoramos el Día de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, me gustaría hacer un llamado a los medios de comunicación para que promuevan el respeto a las mujeres, la igualdad entre los géneros y dejen de reproducir estereotipos de géneros que nada ayudan a solucionar el problema.
Al Poder Legislativo Federal y Locales, para que tomen las medidas necesarias para implementar el derecho internacional de los derechos humanos de las mujeres de forma que la retórica de los instrumentos se vea convertida en acciones concretas en el Sistema Jurídico Mexicano.
Y hago una invitación para las legislaturas locales, armonicen su legislación de acuerdo con lo establecido en la convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer, que es la Convención de Belén.
Hago el llamado también al Poder Ejecutivo Federal y Estatal para que promuevan la educación en la cultura de igualdad entre género y la no violencia, que investigue eficientemente todos los casos de violencia reportados contra las mujeres, a fin de que los responsables puedan ser sancionados.
Que se sensibilice y capacite a los funcionarios públicos en sus funciones para que el desempeño de sus labores tengan presencia en la perspectiva de género, y enfatizar más en estas campañas de información para las mujeres víctimas de violencia de género.
Y al Poder Judicial, a procurar y administrar justicia de manera pronta y eficiente tomando en cuenta la perspectiva de género.
A la sociedad civil, para promover la igualdad de los géneros y el respeto a las mujeres, sobre todo a los padres de familia para que en la educación metan el respeto del género al interior de sus hogares, porque sin la participación de todos será difícil terminar con este gran problema social.
Hoy los invito a comprometernos a tomar la conciencia del grave problema que representa la violencia de género.
Es importante que reflexionemos y que desde nuestro espacio, emprendamos acciones para erradicar todas aquellas prácticas que favorecen a la violencia… contra las mujeres. Los legisladores del Partido Verde, reconocemos los derechos, las aportaciones y la lucha de las mujeres mexicanas, así como los hombres que han asumido este compromiso, como propio. Rechazamos cualquier tipo de violencia en contra del ejercicio de sus derechos y nos comprometemos a seguir en la búsqueda de mecanismos para la protección de los mismos, a promover legislaciones que garanticen la equidad entre los géneros y al acceso a una vida digna y de calidad, con el fin de construir una sociedad, basada en el respeto de los derechos humanos.
Y en este día, que hace 27 años tres valientes mujeres, murieron por luchar por la construcción de una nación más justa, más libre y democrática, los invito a emprender las acciones mencionadas, para que con nuestro trabajo reivindiquemos también a esas miles de mujeres y niñas que son violentadas. Como el caso de la niña Yazmín Viridian, de 10 años de edad, que en días pasados, lamentablemente, fue brutalmente golpeada, abusada sexualmente y finalmente asesinada, el pasado domingo en Chetumal, Quintana Roo. Desde esta tribuna el Senado de la República, externa sus más profundas condolencias a los familiares de esta menor.
Solicitando a su vez que las autoridades correspondientes esclarezcan y sancionen a los responsables de este lamentablemente suceso.
A las miles de mujeres y niñas que como Yazmín, han muerto o han sufrido por culpa de la violencia, démosle una esperanza y fuerza para seguir luchando por una sociedad igualitaria; a las mujeres y niñas y hombres que podamos vivir en fraternidad humana.
En la medida que tantos hombres, como mujeres, alcancemos la igualdad y el respeto hacia el otro; seremos capaces de crecer como sociedad, de implementar una verdadera democracia y de pensar en un mundo mejor.
Siempre recordemos que la violencia contra la mujer, pues no sólo deja huella en nosotras; daña a la familia, daña a nuestros hijos, pero sobre todo, marca nuestra historia.
Compañeras y compañeros, la violencia es el miedo de las ideas de los demás y la poca fe en las propias.
Unamos nuestras manos y digamos: no la violencia. Gracias, por su atención. (Aplausos)
-LA C. SENADORA MINERVA HERNANDEZ RAMOS: Con su permiso, senador presidente.
En el México de hoy, la palabra violencia se ha vuelto tan común y normal, que ya casi nadie se asombra de lo que pasa. Y es que, en todo el país se vive una fuerte ola de violencia, no sólo de género, sino en todos los sectores de la sociedad, que se ha ido agravando poco a poco.
En materia de género, de acuerdo con las investigaciones encabezadas por la comisión, para conocer y dar seguimiento a las investigaciones relacionadas con los feminicidios de la Cámara de Diputados, los estados donde más se han presentado casos de violencia de género y que han llegado al feminicidio, son: Guerrero, Veracruz, Chiapas, Distrito Federal, estado de México, Chihuahua, Oaxaca, Sonora, Morelos y Baja California.
Estos datos indican que las víctimas han sido niñas, jovencitas, adultas, ancianas, indígenas, profesionistas, obreras, prostitutas, amas de casa, actrices, burócratas, etcétera.
Y lo más alarmante, es que la mayoría de estos crímenes, impera la impunidad. No se han resuelto debido a la aplicación incorrecta de justicia, y cada vez se suman más, como si se tratara del crecimiento de la población de un país, que día a día está en expansión.
La violencia no es natural, no se hereda, no es una forma de enfrentamiento adecuada. Tampoco podemos erradicarla asignándole poder a la mujer, pues estaríamos ante relaciones asimétricas de poder.
Se trata de lograr equidad.
Cuando las mujeres acuden a denunciar ante las instituciones, éstas desvalorizan sus dichos y las discriminan, particularmente quienes son los encargados de impartir la propia justicia.
El Banco Interamericano de Desarrollo, estima que los costos de la violencia contra las mujeres, oscila entre el 1.6 y el 2% del producto interno bruto de los países de la región latinoamericana, y con base en estas estimaciones, México estaría pagando un costo por la violencia, equivalente a 143 mil 800 millones de pesos en el 2006. Que equivale, para darnos una idea, al doble del gasto aprobado en 2008, para los sectores de Salud y de Comunicaciones y Transportes juntos.
Las consecuencias van, desde incapacidades laborales, hasta gastos en hospitalización para la atención de las consecuencias de la violencia física.
Existe un cúmulo de declaraciones y recomendaciones de organismos internacionales, que han propiciado diversas legislaciones en defensa de los derechos de las personas y en particular de mujeres, niños, entre las que destacan la Declaración de los Derechos Humanos, la Declaración de los Derechos de la Niña y el Niño, la Declaración de los Derechos del Ciudadano o la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia; aprobada recientemente en el Congreso.
Sin embargo, pese a estos avances, tenemos que en algunos congresos locales de nuestro país, hay rezagos importantes en la materia, debido a que deben modificar algunas disposiciones del derecho penal, que ponen en riesgo el derecho a la vida, la libertad y la seguridad de la población femenina, y prácticamente constituyen una licencia para matar mujeres.
Una de las figuras que se debe derogar cuanto antes, es, la del homicidio por infidelidad conyugal o por razones de honor; contemplado aún en 14 códigos penales del país, de acuerdo con datos recientes dados a conocer por el Instituto Nacional de las Mujeres.
Especialmente presentan focos rojos los estados de Campeche, Tamaulipas y Michoacán, en donde la pena mínima para el que prive la vida de su cónyuge o concubina, es de apenas tres días de prisión. En tanto que en esos mismos estados, para quien robe una cabeza de ganado, la pena mínima va de tres a seis años de prisión.
Aunado a ello, deben revisarse con detenimientos, delitos como el rapto, vigente en 20 entidades federativas, para proteger efectivamente a las mujeres que son sustraídas, retenidas o apoderadas por un hombre, por medio de violencia física o moral, para realizar un acto erótico, sexual o casarse; cuya responsabilidad penal se extingue, si el delincuente se casa con la mujer a la que secuestró y abusó sexualmente.
Otro tema de la agenda de armonización legislativa en materia penal, lo constituye, sin lugar a dudas, el delito de estupro, vigente en 30 entidades federativas, entendido como copular con una mujer mayor de 12 años y menor de 18, con su consentimiento por medio de seducción o engaño.
En materia civil, es necesario armonizar el cuerpo normativo vigente cuanto antes, para que las mujeres que han pasado por un divorcio, tengan la capacidad jurídica para contraer nuevas nupcias, sin necesidad de esperar más de un año, a diferencia del hombre que se puede casar inmediatamente.
Por lo anterior, desde esta soberanía, hago un respetuoso exhorto a las diputadas y diputados de los congresos locales, para que atiendan estos planteamientos y deroguen éstas y otras disposiciones legales, que impiden a las mujeres, el goce pleno de sus derechos humanos y libertades fundamentales.
Así como la inyección de recursos presupuestales necesarios, para que la ley no se convierta en letra muerta.
El Plan Nacional de Desarrollo 2007-2011, omite el Programa Integral para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, lo que origina una discontinuidad de programas, que puedan imposibilitar que se consoliden políticas, para la atención de este grave problema. Tal y como sucede en los países de la Unión Europea.
El Plan relega el cumplimiento pleno de la ley, a una mera estrategia un tanto acotada y desvinculada, lo cual debe ser corregido para que esta ley logre su aplicación real, pues a casi dos años de haber entrado en vigor, vemos con preocupación que todos los días se documentan atrocidades contra las mujeres y los niños, y también paralelamente se comete la impunidad de quienes ocurren en estos actos; y finalmente hay una tremenda contradicción entre los valores declarados y la realidad cotidiana nos impacta todos los días.
Cifras del Instituto Nacional de las Mujeres reportan que cada 35 minutos una mujer pide ayuda y que el 38 por ciento de las mujeres padece de violencia emocional, el 29 por ciento de violencia económica y el 9 por ciento de violencia física.
Datos estadísticos reportan que en México una de cada cinco mujeres sufre violencia por parte de su pareja actual; 8 de cada diez hogares padecen violencia emocional, donde los gritos y enojos son las expresiones más frecuentes; 7 de cada diez agresores sexuales son conocidos de las víctimas; y 5 de estos siete agresores son inclusive familiares, más de la mitad de las violaciones ocurren en la casa o en la escuela.
La Organización Mundial de la Salud ha declarado que la prevención de violencia en su marco general y familiar debe ser una prioridad que exige un conocimiento exhaustivo de su magnitud. Es calificada como un asunto de salud pública por el impacto negativo que tiene la salud física y mental de los grupos vulnerables; pero aún la magnitud del problema está pobremente documentado, diagnosticado y mucho más denunciado.
Las políticas de combate a la violencia deben buscar enlazar los servicios de detección, atención, con los de procuración de justicia, a fin de establecer bases administrativas y también de tipo jurídico de atención a las víctimas y de castigo a los perpetradores.
La violencia de género debe ser una prioridad mundial, porque se incuba en la sociedad y en el estado debido a la inequidad genérica patriarcal, a la falta de democracia y desarrollo, ya que las instituciones se encuentran rebasadas por falta de políticas adecuadas.
En suma, el carácter multidimensional de la violencia y su trascendencia en diverso ámbitos de la vida individual y social exige soluciones integrales y políticas públicas intersectoriales. Es por ello que más que un día conmemorativo necesitamos empezar a atender urgentemente las Convenciones de la Convención de Belén do Pará, e impulsar de inmediato el establecimiento de acciones para la prevención de la violencia, los servicios competentes de atención a las víctimas, capacitación a la policía, a los ministerios públicos y demás funcionarios involucrados, leyes que garanticen la justicia y erradiquen la impunidad.
El contar con sistemas de registro de hechos denunciados y de la victimización, así como indicadores para evaluar cambios, tendencias e impactos de las acciones públicas, el asignar recursos presupuestarios suficientes.
La Cámara de Diputados, vale señalar, aprobó para el 2009 un recurso del orden de 9 mil millones de pesos que aún cuando es una cifra muy importante sigue resultando un tanto insuficiente.
La formación de capacidades y sensibilidad al problema en las y los funcionarios encargados de las acciones de atención e los diversos sectores involucrados.
Las senadoras y senadores del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática, insistiremos en la necesidad de crear condiciones reales para que nuestro cuerpo normativo pueda ser implementado de manera eficiente en los servicios para evitar que se convierta nuestra ley en letra muerta, sin posibilidad de aplicación real.
Tenemos un compromiso profundo con la vida, con la libertad, con la justicia, con la seguridad doméstica, el bienestar general y, por esto, rechazamos la violencia en cualquiera de sus manifestaciones.
Compañeros y compañeras legisladores, el mejor homenaje que podemos hacer a partir de hoy en el Senado de la República es que comencemos a dar en los hechos su lugar a la mujer.
Aquí en las comisiones, en los espacios de responsabilidad y decisión, porque los hechos hablan más que las palabras y sería además un mensaje muy claro y muy transparente, muy contundente a la sociedad mexicana. Es cuanto, senador presidente.
-LA C. SENADORA MARIA ELENA ORANTES LOPEZ: Gracias, señor presidente. Yo creo que este es el momento de transitar de un discurso político a la aplicación de una política pública real, existente ante una problemática que no podemos ocultar.
La violencia hacia las mujeres, en tiempos anteriores, expresado en los discurso políticos, no era más que atentar a la violencia física, a la agresión de un golpe, a lacerar a la mujer en su cuerpo humano.
Posteriormente se habla ya de una violencia que trae mayores repercusiones, esa violencia que atenta no solamente contra la integridad de su persona, sino con lo que lacera lo íntimo de una mujer: la agresión psicológica.
Y posteriormente hemos visto mujeres muy capaces, pilares en su hogar, que sin duda alguna han sido hoy reconocidas en nuestro país; pero que también son violentadas en su quehacer y en su acción diaria; mujeres que son extraordinarias profesionistas, cabales y honestas; mujeres que también son madres de familia y padres a la vez; mujeres que son empresarias; mujeres en sí que caminan y transitan buscando un México mejor para las futuras generaciones.
Es por ello que el día de hoy no solamente estamos aplicando la conmemoración de un discurso, la aplicación de una práctica, que debe de comenzar en la educación, debe de ser el sector educativo quien aplique en lo que son los libros de textos el conocimiento de lo que realmente es la base de una violencia.
Además de ello, debemos las legisladoras y los legisladores preocuparnos por un presupuesto que aplique para la elaboración de los refugios que puedan dar a la mujer la seguridad de su integridad. Y además de ello, la violencia económica que permite a veces no desprenderse de la cruda realidad de vivir la amargura día a día de un rol y un patrón que se ve en los hijos y que repiten las futuras generaciones: la niña que ve golpear a su madre, piensa que en el futuro tiene que ser golpeada para poder ser eje de familia y mujer en sí; y el niño que golpe y que ve que su padre golpea lo repite en un esquema de patrón.
Y es por ello que desde esta tribuna hago un llamado y en nombre de la fracción parlamentaria de mi partido para expresar que apliquemos más presupuesto, mejor destinado, y que todos caminemos fuera de lo que pueda ser un discurso mediático a favor del padrón electoral más importante y más fuerte que son las mujeres, a la aplicación real de programas en educación, en materia de presupuestos, en salud y en la atención pronta y precisa a las mujeres de México. Muchas gracias, señor presidente.
-LA C. SENADORA MARTHA LETICIA SOSA GOVEA: Muchas gracias. Gracias, senador presidente. Compañeras y compañeros senadores, quisiera iniciar con una reflexión de Kofi Annan: “La violencia es quizá la más violenta violación de los derechos humanos y quizá la más generalizada; no conoce límites geográficos, culturales o económicos. Mientras continúe no podemos afirmar que estamos logrando progresos reales hacia la igualdad, el desarrollo y la paz”.
El día de hoy estamos conmemorando un año más del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres.
ace unos años la Asamblea General de la ONU declaró conmemorar cada 25 de noviembre el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres, fecha muy emblemática en la que se recuerda también el homicidio de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Miraval, luchadoras incansables y defensoras de los derechos humanos, políticos y sociales de su pueblo en República Dominicana.
Para Acción Nacional el respeto a la dignidad de la persona humana como derecho intrínseco a su existencia es el eje rector de la acción admitiendo que hombres y mujeres se manifiestan como un principio y fin de la vida social y política de nuestro país.
Es por ello que considerando nuestros principios de humanismo político y con motivo de esta fecha, queremos reflexionar sobre la relevancia de la dignidad de la mujer en nuestra sociedad partiendo desde su núcleo, la familia.
Datos arrojados por la encuesta nacional sobre la dinámica de los hogares nos muestran un panorama desolador en relación con las consecuencias de la violencia contra la mujer, ya que 67 de cada cien mujeres de 15 años y más han padecido algún incidente de violencia, ya sea en su relación con la pareja o en los espacios comunitarios, laboral, familiar e incluso escolar.
La violencia más frecuente es la ejercida por el actual o último esposo o compañero declarada por el 43.2 por ciento de las mujeres; le sigue la violencia en la comunidad que la han padecido el 39.7 por ciento de estas mujeres; le sigue la violencia laboral que representa un 29. por ciento y finalmente la violencia familiar un 15.9 por ciento; por lo que corresponde a la violencia escolar el porcentaje se refleja de un 15.6 por ciento.
Pero también en la Secretaría de Educación hay preocupación y hay interés en el Gobierno Federal por atender esta violencia desde los primeros años escolares y en esto hay que reconocer que la primera encuesta nacional celebrada por la Secretaría de Educación Pública sobre la exclusión, intolerancia y violencia en las escuelas públicas de educación media superior de este años reflejan cantidades preocupantes de acciones de entre los estudiantes de entre 15 y 19 años de edad que reportan los siguientes porcentajes.
El 16.3 por ciento está de acuerdo en que la violencia forma parte de la naturaleza humana, un 13 por ciento está de acuerdo que los hombres les pegan a las mujeres por instinto y un 10.9 por ciento está de acuerdo en que es culpa de la mujer la violencia cuando su marido la agrede.
Otro tema que debemos de visualizar y que ya quien me antecedió en la voz también lo mencionó es la violencia en el noviazgo, que tiende a pasar desapercibida tanto en las instituciones como entre los propios jóvenes, sin embargo, la encuesta nacional de violencia en el noviazgo de este año detectó que en las relaciones entre jóvenes de 15 y 24 años se registra en contra de la mujer violencia de muy distinto tipo y en distintos grados destacándose la violencia física en un 61.4 por ciento, la psicológica en un 76 por ciento y la sexual en un 16.5 por ciento.
Lo cierto, compañeras y compañeros es que en México se padece la violencia como un mal estructural, estamos hombres y mujeres inmersos en una espiral ascendente de agresividad, la violencia está profundamente arraigada en nuestra sociedad y por consecuencia en nuestras relaciones.
Por ello necesitamos desnaturalizar este hecho y buscar nuevas formas de relacionarnos entre hombres y mujeres. Sin embargo tenemos que reconocer que el trabajo realizado contra la violencia en las mujeres en nuestro país ha tenido importantes avances. Uno de esos puntos claves lo es la creación de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una vida libre de violencia, en vigor desde el 1º de febrero del año pasado.
Tenemos que señalar también como un acierto la creación e impulso del Programa Nacional para la igualdad entre hombres y mujeres y también la implementación del Sistema Nacional para Prevenir Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres. Este Sistema que involucra a todas las dependencias del sector público en los tres órdenes de gobierno así como una parte importante de las instituciones no gubernamentales, aún así, consideramos que hace falta un arduo trabajo de difusión.
En este sentido es de vital importancia, lo recalco, como ya lo dijo una compañera hace unos momentos, que los medios de comunicación nos ayuden a promover y difundir mensajes que favorezcan la equidad de género, que favorezcan la igualdad de oportunidades con responsabilidades y que consecuentemente se eviten mensajes que denigren la integridad y dignidad de las mujeres.
Debemos destacar también los esfuerzos en los congresos locales, en ese momento hay 17 estados que ya cuentan la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, sin embargo aún existe un importante número de Congresos Locales que o han hecho lo correspondiente para legislar en materia de equidad.
En esto tengo que subrayarlo están el Estado de México, Colima y Aguascalientes, mismos que aún no tienen la Ley antes mencionada y que coincidentemente son quienes presentan elevadas tasas de violencia, documentadas en la encuesta nacional sobre la dinámica de las relaciones en los hogares del año 2006.
Es inconcebible la violencia en todas sus formas y manifestaciones, pero la violencia que actualmente están viviendo los jóvenes en sus relaciones de noviazgo es verdaderamente alarmante.
Esto sólo nos arroja a una conclusión, la violencia es un problema muy complejo que se debe atajar desde la prevención, impulsar políticas públicas para prevenir este delito, atender a las víctimas, procurar justicia y garantizar que realmente se aplique a la Ley.
La perspectiva de género ha sido sustento del PAN no sólo para crear conciencia del respeto a la mujer, sino para trabajar desde el Poder Legislativo, desde el Poder Ejecutivo y desde los gobiernos locales a favor de que este pensamiento político tenga repercusión en las acciones que lo garanticen y por lo tanto crear en la ciudadanía una nueva atmósfera de equidad que vaya más allá de lo plasmado en la legislación.
Es por ello que en el marco de esta fecha realizamos desde esta honorable soberanía, un vigoroso llamado a frenar todo tipo de violencia contra las mujeres, un llamado para crear un entorno de libertad, de justicia, de igualdad social, un entorno que es y será garante de un desarrollo pleno y más acelerado de las y los mexicanos en todos los sentidos.
Hagamos, pues compañeras y compañeros un voto de conciencia, de compromiso y de trabajo arduo para eliminar la violencia contra las mujeres.

Sancionar la discriminación hacia la mujer

SESION ORDINARIA DE LA H. CAMARA DE SENADORES
CELEBRADA EL MARTES 25 DE NOVIEMBRE DE 2008.
-EL C. PRESIDENTE GONZALEZ MORFIN:
Tiene ahora la palabra la senadora Adriana González Carrillo, del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional, para presentar proyecto de decreto por el que se reforman diversos artículos del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos.
-LA C. SENADORA ADRIANA GONZALEZ CARRILLO: Muchas gracias, presidente. Compañeras y compañeros, dedico esta iniciativa y mi solidaridad para todos y todas aquellas que sufren violencia en México y en el mundo.
A más de 20 años de la última Conferencia Mundial de la Mujer, celebrada en Nairobi, Kenia en 1985, se ha logrado impulsar la inclusión de los derechos de las mujeres en la agenda global de los derechos humanos y de manera muy importante, en la elaboración de políticas públicas y modificaciones legislativas.
Datos del Informe de Avances de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en México, dan cuenta que la brecha entre hombres y mujeres que ingresan a la educación básica (pre-escolar, primaria y secundaria) ha disminuido notablemente, ya que en la proporción de la matricula de sexo femenino respecto de la matrícula de sexo masculino, es de 95%; mientras que en educación media superior, se observa un aumento en el registro de mujeres. Por otra parte, la proporción de mujeres asalariadas que laboran en la industria, el comercio y los servicios es casi 40%.
Sin embargo, los espacios ganados por las mujeres siguen encontrando algunas limitantes que generan desigualdad, ubicándolas en una clara situación de vulnerabilidad. Si bien su participación en la actividad económica ha cobrado mayor trascendencia, el salario que reciben por el trabajo realizado no es igual al percibido por los hombres. De acuerdo con este informe, en el año 2000, el índice de discriminación salarial hacía evidente que era necesario incrementar en cerca del 15% el salario que se les pagaba a las mujeres para lograr la igualdad salarial con los hombres.
Si bien en 2005 ese valor se reduce casi a la mitad, se sigue observando que ciertos empleos tienen índices superiores a éste, es decir que los hombres ganan más que las mujeres, como en el
caso de los funcionarios públicos y privados, comerciantes, oficinistas, obreros y artesanos.
Bajo esa lógica, las diferencias entre hombres y mujeres en los ámbitos señalados, se explican en gran parte por la persistencia de una visión limitada en torno al papel que las mujeres juegan en la sociedad. La mayoría son educadas para desempeñar tareas que "tradicionalmente" le corresponden como actividades domésticas o del hogar, a las que no se les reconoce su valor, ni les representa remuneración económica alguna. Por otro lado, en su participación en los espacios públicos persisten reglas que dificultan más el crecimiento personal y profesional en los puestos de trabajo.
Según los resultados de la Primera Encuesta Nacional sobre Discriminación 2005 en México, el 15% de los entrevistados consideran que no hay que gastar tanto en la educación de las hijas porque luego se casan; el 21% opina que las mujeres tienen menos capacidad que los hombres para ejercer cargos importantes; uno de cada tres opina que es normal que los hombres ganen más que las mujeres y uno de cada cinco considera que es natural que a las mujeres se les prohíban más cosas que a los hombres.
Precisamente, la discriminación se ha convertido en una práctica social arraigada fuertemente en la cultura de nuestro país, y que está presente en la vida pública y privada, en el funcionamiento de las instituciones y en las relaciones sociales que en esos espacios se desarrollan. De ahí que la discriminación deba entenderse como "un mecanismo de exclusión hacia personas o grupos a los que se consideran inferiores o indignos de un trato equitativo, por prejuicios sociales y culturales", tal y como lo define la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y también la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia contra la Mujer, ambos instrumentos de derechos internacional ratificados por nuestro país.
Bajo esa perspectiva, es posible afirmar que las principales formas de discriminación que sufren las mujeres se dan en los más diversos ámbitos de su vida. En al ámbito laboral, además de percibir una menor remuneración económica, se enfrentan a criterios de contratación que atentan contra su dignidad, como la prueba de embarazo, o quienes son víctimas de hostigamiento sexual, a través de ataques verbales o insinuaciones, lastimando gravemente su dignidad. En el ámbito educativo, sufren de discriminación por género, es decir, que muchas veces los padres no invierten en la educación de sus hijas.
La aportación que podamos hacer las mujeres en la transformación de las instituciones y de las leyes que actualmente nos rigen es vital para promover y garantizar el ejercicio efectivo de los derechos humanos de todas, en condiciones de igualdad con los hombres.
En ese sentido, es necesario comenzar por incentivar la participación de las mujeres en las distintas tareas que realiza, respetando en todo momento su integridad, y su dignidad como persona. Sin duda, estos cambios debieran aplicarse en las labores legislativas que realizamos las 137 legisladoras y los 491 legisladores que integramos el Congreso Federal ya que muchas veces en el debate parlamentario surgen expresiones denigrantes que lejos de alimentar la discusión, la tornan ofensiva, particularmente en contra de las mujeres.
Así, el objeto de la presente iniciativa es establecer las reglas del debate parlamentario a fin de evitar la utilización de expresiones ofensivas, violentas o que busquen discriminar a las mujeres, y en el caso de que se hiciere, poder imponer un castigo ejemplar. La igualdad pasa por el reconocimiento del otro y por el respeto a su persona, lo que implica evitar toda clase de descalificaciones que la denigren. El debate político lo damos todos los legisladores, nutrido de ideas y no de cuestionamientos hacia la capacidad de las mujeres o de los hombres.
Por eso, señor presidente, estoy proponiendo esta iniciativa para reformar diversos artículos del Reglamento Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, para que sea sancionado el uso del lenguaje en tribuna, que violente o atente o discrimine a las mujeres o a cualquier otro de los géneros.
La intención es que la presidencia pueda llamar la atención y pedir y solicitar al orador la disculpas debidas, que al mismo tiempo se le reduzca como sanción el 50 por ciento de su dieta mensual, por las ofensas dadas. Eso es todo, presidente. Muchas gracias. (Aplausos).
-EL C. PRESIDENTE GONZALEZ MORFIN: Muchas gracias, senadora Adriana González Carrillo. Y le pregunto si está de acuerdo en que algunas compañeras y compañeros senadores firmen su iniciativa, senadora González Carrillo. ¿Senadora, está de acuerdo? Entonces le pido a la secretaría que me ayude tomando nota. La senadora Ludivina, senador Santiago Creel, la senadora Tere Ortuño, Carlos Jiménez Macías, Juan Bueno, Humberto Andrade, César Leal, Calderón Centeno, Lety Rivera, Jaime Díaz, Rosario Ibarra de Piedra. Muchas gracias. García Zalvidea, Pepe Guadarrama, Claudia Corichi, Rubén Camarillo. Le pido a la secretaría que me ayude tomando nota. Y se turna la iniciativa a Comisiones Unidas de Reglamentos y Prácticas Parlamentarias y de Estudios Legislativos, primera, para su análisis y dictamen correspondiente.

Violencia Vs Mujeres

SESION ORDINARIA DE LA H. CAMARA DE SENADORES
CELEBRADA EL MARTES 25 DE NOVIEMBRE DE 2008.
-EL C. PRESIDENTE GONZALEZ MORFIN:
Tiene ahora la palabra la Senadora Claudia Corichi García, del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática para presentar Proyecto de Decreto para que el Honorable Congreso de la Unión declare al año 2009 como año del combate a la violencia en contra de las mujeres.
-LA C. SENADORA CLAUDIA CORICHI GARCIA: Gracias, Senador Presidente.
Compañeras y compañeros senadores:
Quisiera no estar, por supuesto en esta tribuna reflexionando acerca de la desigualdad de las mujeres, somos objeto y por supuesto celebrando un día más de la lucha contra la violencia hacia las mujeres como es el día de hoy hablando de resultados regulares a nivel mundial.
Pero más allá de las percepciones, la realidad, las cifras son muy claras, de acuerdo a datos del INEGI el problema de la violencia en el noviazgo entre jóvenes de 15 a 24 años es muy grave, ya que el 15.5 por ciento de los jóvenes han experimentado uno o más eventos de violencia física, la misma fuente señala que el 75 por ciento de las jóvenes han sufrido al menos un incidente de violencia psicológica y casi el l7 por ciento de la población entre 15 y 24 años, han sufrido de violencia sexual. Las mujeres son las principales víctimas.
Otro dato que debemos considerar son las muertes violentas contra las mujeres. De acuerdo al INEGI, en 2006, las muertes intencionales de mujeres representaron 0.9% del total de las defunciones y 17.9% del total de las muertes por lesiones, que comprenden: accidentes, homicidios y suicidios. El número de muertes intencionales de mujeres registrado en nuestro país en 2006 fue de 2 011. Esto significa que diariamente mueren 6 mujeres por violencia: 4 por homicidio.
En nuestro país la violencia en contra de las mujeres e ha producido en un contexto cultural e histórico sexista que ha favorecido la transmisión de modelos y valores culturales diferentes para mujeres y hombres, creando por supuesto una fractura social que ha favorecido la aparición de conductas masculinas basadas en una supuesta superioridad que tenemos la necesidad, sin duda de cuestionar y de superar. Mujeres y hombres somos iguales en dignidad y en consecuencia gozamos de los mismos derechos. Sin embargo, las relaciones de poder históricamente desiguales entre ambos géneros han generado situaciones de violencia sistemática en contra de las mujeres, provocándose con ello limitaciones al reconocimiento, goce y ejercicio de nuestros derechos y libertades.
Desde la imagen supuestamente chistosa de un hombre de las cavernas que arrastra a una mujer por los cabellos, la cremación en vida de las viudas junto al cadáver de su marido en India hasta los feminicidios en Ciudad Juárez o el secuestro con fines de trata de personas de mujeres migrantes al cruzar por nuestro país son historias de una lista interminable que demuestran hasta qué punto las mujeres han sido y siguen siendo consideradas en muchos pueblos prácticamente propiedad de los hombres. . .
(Sigue 7ª parte)
...propiedad de los hombres. Tengo conciencia de que en esta Legislatura hemos estado a la altura de muchos retos trascendentales para nuestro país, sin embargo, no debemos y no podemos circunscribir nuestro trabajo a temas de coyuntura, ni al diseño y aprobación de las grandes reformas, y si bien es cierto que hemos avanzado, y hemos incluso aprobado la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, es preciso reconocer que aún tenemos mucho trabajo por hacer, para que incluso esta ley no sea letra muerta en muchos sentidos.
No es suficiente sólo expedir normatividad que haga explícitos los derechos y libertades que tenemos las mujeres, es necesario reconocer que la igualdad de iure constituye apenas el primer paso hacia la igualdad de facto. Por eso, compañeras y compañeros, debemos de redoblar esfuerzos en la difusión de este gravísimo problema nacional, ya que en la medida en que todas y todos conozcamos nuestros derechos y obligaciones, y asumamos el rol que debemos manejar, estaremos acercándonos a nuestro objetivo, que es el de erradicar todo tipo de violencia en contra de las mujeres.
Nuestra sociedad demanda que las niñas y los niños crezcan entre la seguridad y el cariño en lugar de hacerlo sufriendo violencia física o sexual, requerimos también que las mujeres y hombres que utilizan una lengua diferente a la nuestra también conozcan sus derechos y obligaciones, de no hacerlo estaríamos involuntariamente fomentando la complicidad con quienes nos violentan y estaríamos fomentando, en vez de combatir, ese lastre histórico del cual nos debemos librar si queremos una sociedad más justa, más equitativa y más responsable.
Por todo lo anterior, y para avanzar en la sensibilización colectiva de este grave problema social, propongo a esta soberanía el siguiente Proyecto de Decreto para declarar el 2009 “Año del Combate a la Violencia en contra de las Mujeres”.
DECRETO
Artículo primero.- El Honorable Congreso de la Unión declara al año 2009 como el "AÑO DEL COMBATE A LA VIOLENCIA EN CONTRA DE LAS MUJERES".
Artículo segundo.- Durante todo el año 2009, toda la correspondencia oficial del Estado Mexicano, deberá contener la leyenda: "2009, AÑO DEL COMBATE A LA VIOLENCIA EN CONTRA DE LAS MUJERES".
Artículo tercero.- La Secretaría de Educación Pública, difundirá en los diferentes sistemas a su cargo, la importancia que tiene para el desarrollo de nuestro país, el "Combate a la Violencia en Contra de las Mujeres".
Artículo cuarto.- El Instituto Nacional de las Mujeres, reproducirá y distribuirá ampliamente en las principales lenguas habladas en nuestro país la "Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia".
Artículo quinto.- El Servicio Postal Mexicano, cancelará un timbre conmemorativo con la leyenda "2009, Año del Combate a la Violencia en Contra de las Mujeres”.
Artículo sexto.- La Secretaría de Gobernación a través del Programa Radiofónico "La Hora Nacional", difundirá los derechos consagrados en la "Ley General de Acceso de las Mujeres a una vida Libre de Violencia".
Artículo séptimo.- El Honorable Congreso de la Unión exhorta a todos los Congresos Estatales, estoy hablando del 2009, a que difundan ampliamente los ajustes a sus respectivas legislaciones para contar con normas específicas que protejan a las mujeres contra toda forma de violencia.
TRANSITORIO
Unico.- El presente Decreto entrará en vigor el día 1º de enero de 2009 y concluirá su vigencia el 31 de diciembre del mismo año.
Estoy convencida, senador presidente, compañeras y compañeros, que por supuesto campañas a las que agradecemos varias de mis compañeras y yo que se hayan sumado portando un moño o poniendo sus manos o su firma en un lienzo son importantes; pero también es importante demostrar con hechos que podemos legislar para difundir que en este país queremos una vida todas las mujeres libre de violencia.
Sin duda, esto es prioritario y estoy segura que contaremos, en consecuencia, con su respaldo en las diversas comisiones. Es cuanto, senador presidente, agradezco su atención.
-EL C. PRESIDENTE GONZALEZ MORFIN: Muchas gracias, senadora. Senadora Corichi, me imagino que estará de acuerdo en que algunas compañeras senadoras suscriban su iniciativa. Tomamos nota de la senadora Martha Sosa, Adriana González, Tere Ortuño, María Serrano, Irma Martínez, también el senador García Zalvidea, la senadora Ludivina, el senador Dueñas, la senadora Cota, el senador Manuel Velasco, el senador Salomón Jara.
Le pido a la secretaría que me ayude tomando nota, y se turna a Comisiones Unidas de Gobernación; y de Estudios Legislativos, Segunda, para su análisis y dictamen correspondiente.

Día Internacional de la eliminación de la violencia

Cámara de Diputados del Honorable Congreso de la Unión, LX Legislatura
Parte de la versión estenográfica de la sesión ordinaria del martes 25 de noviembre de 2008
El siguiente punto del orden del día es efeméride con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Se han registrado para referirse al tema las siguientes diputadas y diputados: por el Grupo Parlamentario de Nueva Alianza, la diputada
Blanca Luna Becerril; por el Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México, el diputado Jesús Sesma Suárez; por el Grupo Parlamentario de Convergencia, la diputada Martha Angélica Tagle Martínez; por el Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional, la diputada Bertha Yolanda Rodríguez Ramírez; por el Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática, la diputada Holly Matus Toledo; por el Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional, la diputada Yolanda Garmendia Hernández.
De acuerdo con esta relación de oradores, tiene la palabra la diputada Blanca Luna Becerril, del Grupo Parlamentario de Nueva Alianza, hasta por cinco minutos.
La diputada Blanca Luna Becerril: Con el permiso de la Presidencia. Compañeras y compañeros legisladores, en 1999 la Organización de las Naciones Unidas proclamó el Día Internacional por la no Violencia contra la Mujer, fecha elegida desde 1981 por las organizaciones de mujeres de América Latina y el Caribe, en conmemoración del asesinato por orden del gobernante dominicano Rafael Trujillo, de las hermanas Miraval: Patricia, Minerva y María Teresa, activistas de la República Dominicana.
Sin duda este asesinato puso de manifiesto en forma trágica los prejuicios machistas y el sexismo, que se vuelven a veces en forma imperceptible parte de la realidad y que muestran hasta qué punto las sociedades llegamos a permitir que los hechos de violencia contra las mujeres se perpetúen en muy diversos contextos de la vida, particularmente en el ámbito familiar.
Aunque hoy podemos afirmar que existen avances en la erradicación de la violencia contra las mujeres en México, ya que contamos con un marco jurídico moderno, que hay avances significativos en materia de políticas públicas que promueven la prevención, atención y sanción como estrategias orientadas a erradicar la violencia hacia las mujeres, deplorable práctica que, como todas y todos sabemos, niega a la mitad de la población en nuestro país, niega a nosotras, las mujeres, un desarrollo pleno y una vida digna.
Sí, hoy estamos frente a un escenario muy distinto al que vivieron nuestras madres, nuestras abuelas. Contamos con derechos que ellas ni se imaginaban que les correspondían. Sin embargo, seguimos experimentando violencia, discriminación y falta de oportunidades.
Nuestro diario acontecer da cuenta de que aún en pleno siglo XXI, cuando los aportes tecnológicos y científicos permiten a la humanidad una mejor y más larga vida, paradójicamente en las relaciones cotidianas, aquéllas donde podemos construir sólidos lazos de solidaridad, de hermandad, como en la familia, la pareja y el ámbito laboral, no hemos logrado aportar nuevas formas para resolver nuestras diferencias y conflictos sin anteponer la violencia.
Pero la violencia que más afecta, que más daña, que duele y en ocasiones mata es la violencia intrafamiliar, donde se supone que debe ser el espacio de seguridad, de confianza, de respeto y de crecimiento mutuo.
Los resultados de la Encuesta Nacional de Dinámicas de las Relaciones de los Hogares 2006, levantada por el INEGI, arrojaron que el 70 por ciento de las mujeres encuestadas han sufrido algún tipo de violencia. Y la violencia más frecuente es la ejercida por el actual o último esposo o compañero. Así lo declara el 43.2 por ciento de las mujeres. A ésta le siguen la violencia en la comunidad, padecida por el 39.7 por ciento de las mujeres. La violencia en el trabajo representa 29.9 por ciento de las mujeres asalariadas. La familiar 15.9 por ciento y la escolar 15.6 por ciento.
Es urgente erradicar y enfrentar desde la escuela una cultura cargada de violencia, intolerancia y discriminación. La lucha contra la intolerancia es prioritaria y urgente para terminar con cualquier forma de discriminación contra las mujeres.
La educación debe ser una garantía, un campo fértil. La clave está, sin duda, en la formación de las nuevas generaciones. Las madres y los padres de familia, los docentes, los medios de comunicación y las autoridades tenemos un importante papel que cumplir para que la violencia contra las mujeres no eche raíz en las nuevas generaciones.
En este sentido, quisiera recordar una de las frases más bellas y profundas de Octavio Paz, que hace más de medio siglo plasmó en El laberinto de la soledad y en la cual ilustraba, con elocuencia, la hipocresía y la violencia con que la cultura machista trata a las mujeres.
Escribió Paz: "Como casi todos los pueblos, los mexicanos consideran a la mujer como un instrumento, ya de los deseos del hombre, ya de los fines que le asigna la ley, la sociedad o la moral. Fines, hay que decirlo, sobre los que nunca se le ha pedido consentimiento y en cuya realización participa sólo pasivamente, en tanto depositaria de ciertos valores". Hasta aquí la cita de Octavio Paz.
Le erradicación de la violencia es un asunto de Estado sí, pero también es un asunto personal de libertades, de toma de decisión, de mujeres y de hombres. Por eso las mujeres nos debemos hacer responsables y no permitirnos vivir más con la violencia.
Por eso, luchar contra la violencia es prioritario y urgente para terminar con cualquier forma de discriminación contra las mujeres.
Termino. Estoy convencida de que en la promoción activa de los derechos de las mujeres a través de la educación, de la promoción activa de la justicia para hacer valer sus derechos y aceptar las diferencias desde la primera edad escolar, se encuentra una gran oportunidad para erradicar las desigualdades y situaciones de discriminación y violencia que aún subsisten en nuestro país y en gran parte mundo.
La sociedad quiere resultados, y por ello, combatir la violencia contra las mujeres en todos los ámbitos se convierte en una razón más para acabar con la violencia, en general. Para avanzar en la democracia y en la mejor convivencia, las mujeres en la sociedad deben tener la certeza de que no sufrirán violencia en sus ámbitos familiar, laboral, escolar y social. Muchas gracias.
Elsa Conde Rodríguez, del Grupo Parlamentario de Alternativa.
Gracias, señora presidenta. Hoy, 25 de noviembre, Día Internacional de la No Violencia hacia la Mujeres, el Grupo Parlamentario de Alternativa Socialdemócrata hace suyo el pronunciamiento de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos en México, para solicitar al Ejecutivo federal la publicación inmediata de la Norma Oficial 46, contra la violencia hacia las mujeres.
En México, en el 2007 entró en vigor la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Esta ley recupera las medidas que los gobiernos federal, estatales y municipales deben tomar para lograr una disminución considerable de la violencia de género en nuestro país. Particularmente, este 25 de noviembre queremos llamar la atención ante un hecho inexplicable. El Ejecutivo federal no ha dado el cabal cumplimiento a las obligaciones contenidas en las leyes.
El pasado 21 de julio, después de un largo proceso para su elaboración y cumpliendo con todos los requisitos de ley, el Comité Consultivo Nacional de Normalización de Prevención y Control de Enfermedades, de la Secretaría de Salud, aprobó, por mayoría, la Norma Oficial Mexicana sobre la Violencia Familiar, Sexual y contra las Mujeres. Cuatro meses después no ha entrado en vigor porque no ha sido publicada.
Las normas oficiales mexicanas son una regulación técnica de observancia obligatoria donde se establecen las características y especificaciones que deben reunir, en este caso, los servicios que prestan a la población. La necesidad de elaborar esta norma obedece a la necesidad de adecuar nuestras leyes, reglamentos y normas para combatir la violencia contra las mujeres, en particular, la Norma 46 "violencia familiar, sexual y contra las mujeres", criterios para la prevención y atención que obedece al compromiso del Estado mexicano, firmado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, como parte del acuerdo de solución amistosa, petición 161/02, en la cual se comprometió a ampliar el objetivo de la Norma 190, relativa a la atención médica a la violencia familiar, la cual sigue vigente.
La Norma 46 especifica la atención que debe brindarse a las víctimas de violencia sexual y a la violencia contra las mujeres. Se enfatiza la obligación de ofrecer anticoncepción de emergencia para evitar un embarazo producto de una violación o informar sobre la alternativa legal para interrumpirlo; toda vez que en todo el país está despenalizado realizarlo por esta circunstancia.
Aunque en últimas fechas observamos vergonzosos cargos contrarios a todo derecho en estados como Morelos, donde el Partido Acción Nacional en complicidad con el Partido Revolucionario Institucional han dado marcha atrás a derechos logrados por las mujeres. Por ejemplo: dando marcha atrás a las cinco causales, entre ellas la de aborto por violación. Con esto hacemos un llamado al Partido Revolucionario Institucional para que en otros estados del país llame la atención de sus legisladores y no se repitan estos casos de grave violación a los derechos humanos de las mujeres.
La Norma 46 es relevante, porque establece los criterios para detectar, prevenir, atender médicamente y orientar la violencia familiar y sexual más allá del ámbito domestico en los servicios de salud.
La norma fue elaborada con base en evidencia técnica y científica, atendiendo a los compromisos internacionales y nacionales del Estado mexicano y contribuye al respeto y defensa de los derechos humanos; especialmente los de las mujeres.
Además, esta concordancia con la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, vigente desde febrero de 2007.
Para el Grupo Parlamentario de Alternativa Socialdemócrata, no publicarla es vulnerar la integridad física de millones de mexicanas. No existen argumentos legales o técnicos para no hacerlo. Esta omisión es una grave agresión del gobierno que violenta los derechos humanos de las mujeres a una vida libre de violencia.
La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia también tipifica la violencia de Estado, como una inacción que pueden incurrir él mismo cuando no brinda atención a las víctimas de violencia o cuando incitan a las mismas a que desistan de denunciar y que quede claramente conceptualizada como tolerancia de la violencia.
Por lo anterior, exhortamos al Ejecutivo federal y a las buenas conciencias que despachan desde la Secretaría de Salud, a publicar, de inmediato, la Norma Oficial contra la Violencia hacia las Mujeres. Muchas gracias.
Martha Angélica Tagle Martínez, del Grupo Parlamentario de Convergencia.
A nueve años de que la ONU declaró el 25 de noviembre, Día Internacional para Erradicar la Violencia contra las Mujeres y en pleno siglo XXI, la violencia de género es la principal transgresión de los derechos humanos de las mujeres y su eliminación el principal reto para alcanzar una sociedad justa e igualitaria.
Las mujeres hemos venido abriéndonos espacio en la vida pública y ahora nos encontramos en las universidades desarrollando actividades laborales que no eran consideradas propias de nuestro género; participando activamente en la política y buscando espacios en los cargos de decisión, luchando por nuestros derechos y exigiendo el respeto a los mismos. Trabajamos desde los campos hasta las urbes para superar las exclusiones y la discriminación.
Todo ello ha tenido altos costos, dobles y triples jornadas, discriminación laboral y el aumento de la violencia, siendo ésta, sin duda, el mayor de los costos, pues muchas han pagado con su propia vida.
A pesar de que la violencia de género es compleja, diversa en sus manifestaciones, sigue considerándose como algo normal, y con frecuencia resulta invisible para las propias mujeres maltratadas.
Los datos con lo que se cuenta son suficiente evidencia de que esta violencia se constituye como el primer obstáculo a vencer para el desarrollo pleno de las mujeres: perturba su vida, disminuye su confianza, afecta su autoestima y limita su participación en la esfera pública.
En México, de acuerdo con el Instituto Nacional de las Mujeres, 4 de cada 10 mujeres son ultrajadas por su propia pareja. Y 6 de cada 10 han sufrido algún tipo de violencia.
También 9 de cada 100 han sido víctimas de un delito por violencia de género. Una de cada tres mujeres abandona su lugar de origen como consecuencia de actos de violencia en su contra, y 4 de cada 10 feminicidios ocurridos en la república mexicana se han registrado dentro del hogar de la víctima.
El precio que se tiene que pagar no es sólo para las mujeres, como lo afirma Teresa Rodríguez, directora regional de Unifem, la violencia de género detiene el desarrollo de los países, pues si de costos hablamos, los de la violencia contra las mujeres oscilan entre el 1.6 y el 2 por ciento del producto interno bruto de los países de la región latinoamericana, de acuerdo con los datos proporcionados por el Banco Interamericano de Desarrollo en una investigación realizada en 1997.
Pese a este estudio, la información existente en la región sobre los devastadores costos económicos directos e indirectos de la violencia de género aún es muy limitada. La violencia contra las mujeres tiene costos directos como los referidos al daño o pérdida de vidas y a los servicios que se deben proporcionar, sean de salud, legales, de protección o de otro tipo.
También hay costos indirectos, como los días de trabajo perdidos o la disminución de la productividad que impacta en la economía global, Y muchos otros de ésta última categoría, algunos denominados costos intangibles, que en su mayoría no son contabilizados por la dificultad que entraña su medición. Entre ellos están: el costo de las vidas destrozadas, del dolor crónico, del sufrimiento, del miedo, de la depresión, de los intentos de suicido, de la pérdida de oportunidades para lograr las propias metas y de la autoestima de las mujeres.
A su vez, están los llamados costos de transmisión, originados en efectos multiplicadores hacia el futuro de la violencia familiar. Es sabido que ésta se convierte en un modelo de resolución de conflictos que se replica cuando los niños son víctimas o testigos: tienden a repetir estas conductas violentas en su vida adulta.
El Banco Mundial calcula que uno de cada cinco días laborales que pierden las mujeres, por razones de salud, es el resultado de problemas relacionados con violencia familiar, que incluye la física, al sexual, la psicológica y la patrimonial, ocurrentes tanto en el ámbito público como en el privado.
En nuestro país hace apenas 10 años, y en gran medida por el activismo de las organizaciones y movimientos de mujeres, pasó del ámbito de lo privado al dominio público con la primera Ley de Asistencia para la Atención de la Violencia Familiar, con la que la violencia sale de las 4 paredes del hogar y se convierte en un asunto en el que las autoridades tenían que intervenir.
Sin embargo, muchos años tuvieron que pasar, cientos de asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, e incluso la presión internacional, para poner en evidencia la manifestación más grave de la violencia de género: el feminicidio, que es denominado así por la investigadora y en ese entonces diputada, Marcela Lagarde, quien además puso en evidencia que la violencia feminicida no era un hecho aislado y referido sólo a esa ciudad fronteriza, sino que estaba presente, pero invisible, en todos y cada uno de los estados de la república mexicana. Y lo mismo afecta a mujeres, niñas, ancianas o jóvenes, pobres o ricas, y de diferentes formas, desde la violencia física, emocional y económica, hasta aquella que acaba con la vida de las mujeres.
De ello se derivó la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que fue aprobada por esta legislatura y decretada por el Ejecutivo hace apenas año y medio.
La violencia de género tiene importantes consecuencias en la vida de las mujeres y el desarrollo de los países, y por tanto es responsabilidad de la sociedad en su conjunto y del Estado en sus tres niveles de gobierno, actuar eficazmente para prevenir, atender, erradicar y sancionar la violencia contra las mujeres.
En Convergencia estamos convencidos que en el ejercicio del poder cada uno debe hacer lo que le corresponde. En ese sentido, hemos coadyuvado desde el Legislativo para atajar este grave problema. Por ello, hemos presentado diferentes iniciativas tendientes a armonizar las leyes con los tratados ratificados en esta materia.
También nos hemos sumado con determinación a los trabajos que desde la Comisión de Equidad y Género se han hecho para destinar recursos etiquetados en cada una de las dependencias encargadas de atender y erradicar la violencia contra las mujeres.
En Convergencia queremos conmemorar este día como la oportunidad de analizar los retos que aún enfrentamos para solucionar este mal social. Debemos reconocer que a pesar de los grandes esfuerzos que se han hecho en diferentes espacios, no hemos logrado arrebatarle ni una vida al feminicidio; ni una rasguño al maltrato y ni un golpe a la conciencia. Los números siguen en ascenso.
Debemos reemplazar las tareas que en esta Cámara tenemos pendientes como es la armonización legislativa nacional y local; pero también debemos exigir resultados al Ejecutivo federal y a los gobernadores, pues a pesar de los recursos destinados para este fin, es deficiente la coordinación entre las diferentes instancias responsables de prevenir, atender y sancionar la violencia contra las mujeres.
Se duplican las acciones, se dejan vacíos en los que la omisión también nos hace responsables y por cuestiones ideológicas se niega a tratar otras dimensiones de la violencia de género, como lo es la violación de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y la escasa promoción de una cultura igualitaria.
Los costos de la violencia contra las mujeres son altos. Las posibilidades de eliminarla están en manos de todas y de todos los que aspiramos a un mayor bienestar, que irá de la mano con la equidad de género; y a una sociedad justa e igualitaria. Es cuanto, señora presidenta.
Jesús Sesma Suárez, del Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México. Es para mí un honor ser el único hombre para hablar sobre este tema tan relevante. En mi partido, el Verde Ecologista, creemos que este problema, atañe, tanto a los hombres como a las mujeres.
Con su permiso, señora presidenta. Compañeros diputados y compañeras diputadas, hoy se cumplen nueve años que la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró esta fecha como el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Aunque esta fecha es de gran relevancia para todos debido a las diversas actividades que todos los gobiernos realizan para sensibilizar a la población respecto al terrible problema de la violencia, es una realidad que para mañana todos olvidarán este problema y las mujeres continuarán en su agonía.
¿Cómo reeducar en poco tiempo a millones de hombres y de mujeres, mismas que por muchos años han visto, repetido o sufrido patrones de violencia dentro de sus casas, trabajos o escuelas?
¿Cómo aligerar la vida a esas millones de mujeres que en nuestro país viven y duermen con temor de sufrir algún tipo de daño al ser agredidas por sus esposos, sus padres o vecinos?
Compañeros, yo soy hombre y reconozco que en realidad todo se remite a un solo problema: el de derechos humanos. Deberíamos recordar que las mujeres merecen de nuestro reconocimiento, de nuestro respeto, de nuestra comprensión.
Sabemos que actualmente contamos con instrumentos jurídicos internacionales y nacionales que establecen pautas para contrarrestar este problema como la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW); la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la Violencia contra la Mujer; la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, por mencionar algunos.
Aunque esto representa, sin duda, avances en el ámbito federal, aún faltan esfuerzos para armonizar todas las leyes locales y actualizar los códigos civiles y penales en las entidades federativas. Además, el problema va más allá que una simple elaboración de leyes. El reto más importante radica en lograr que las políticas públicas causen efectos en las conductas de las personas. Pero estamos conscientes de que esto es un proceso lento.
Mientras tanto, entre los esfuerzos que debemos realizar como legisladores, están los de mejorar los mecanismos de seguimiento que permitan verificar el cumplimiento de las sanciones en la materia.
Asimismo, debemos fomentar la cultura de la denuncia entre nuestras hermanas, nuestras madres, nuestras esposas y nuestras hijas.
Debemos hacer énfasis en que la prevención a través de cultivar el respeto y la equiparación de los roles de género en nuestras familias, porque es alarmante tener cifras como las del 2006 respecto a la violencia de la pareja, en donde 40 de cada 100 mujeres de 15 años o más reportaron haber sufrido algún incidente de violencia por parte de su pareja.
Compañeros, la violencia contra las mujeres constituye una violación a sus derechos, libertades individuales, una ofensa a la dignidad humana y una manifestación de las relaciones de poder.
Realmente todos los días las mujeres enfrentan obstáculos para el ejercicio de sus derechos. Lidian con limitaciones que imponen ciertos roles asignados por la sociedad que ensombrecen su reconocimiento y su autonomía, generando, en muchos casos, inequidades y/o discriminaciones.
Por eso hoy la mejor forma de conmemorar la eliminación de la violencia contra la mujer es como representantes del pueblo y como hombres, seamos solidarios en esta lucha. Finalmente, ellas representan más de la mitad de nuestra población.
Nuestro compromiso debe ser el velar que todas las leyes y demás políticas públicas, protejan a las mujeres y busquen su reintegración a la sociedad y establezcamos las pautas para sancionar cualquier acto que transgreda a una mujer y rehabilite a los hombres agresores para que no vuelva a afectar a más personas a lo largo de su vida. Necesitamos los hombres contribuir a hacer más ligera la carga para ellas, las mujeres.
Por esto, el Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México, les exhorta a apoyar los trabajos parlamentarios que contribuyan a eliminar definitivamente la violencia en nuestro país. Muchísimas gracias.
Bertha Yolanda Rodríguez Ramírez, del PRI:
Con el permiso, señora presidenta. Subo a esta tribuna a nombre del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional, para recordar el Día Internacional contra la Violencia de Género. Esta conmemoración, como ustedes saben, tiene sus orígenes en el año de 1960, donde las tres hermanas Mirabal fueron violentamente asesinadas en la República Dominicana, debido a su activismo político. Las hermanas conocidas como "Las mariposas inolvidables", se convirtieron en el máximo exponente de la crisis de violencia contra la mujer en América Latina.
Y como ustedes recordarán, el 25 de noviembre es la fecha que se ha elegido para conmemorar sus vidas y para promover el reconocimiento mundial contra violencia de género.
Y fue, como se ha comentado ya, la Asamblea General de las Naciones Unidas quien declaró este día como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres e invitó a gobiernos y organizaciones a desarrollar en este día actividades dirigidas a sensibilizar a la opinión pública respecto a este grave problema social.
En esta Legislatura, en la LX, queremos aprovechar, mi grupo parlamentario, para hacer un recuento breve sobre lo que hemos podido aportar en esta Legislatura, para luchar contra este grave problema social. Y una de esas cosas que hemos trabajado y que se han dado pasos muy importantes, es en el Presupuesto de Egresos de la Federación del 2008. Ahí, la Comisión de Equidad y Género, donde honrosamente participamos mujeres y hombres que creemos en otra forma de ser humanos y en otra forma de ser libres, etiquetamos recursos por mil 163 millones de pesos para dar cumplimiento a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
También ha sido esta legislatura la que ha contribuido determinantemente a la armonización legislativa. Ha sido esta legislatura que ha emprendido varias acciones para dar cumplimiento a los acuerdos sostenidos en el 2007, y que todas y todos los diputados de esta legislatura suscribimos el pacto nacional para la igualdad entre mujeres y hombres, sustentándose ahí una vinculación entre el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo.
En uno de sus objetivos promovimos la lucha contra la violencia de género y, sobre todo, presupuestar concretamente para acciones dirigidas en contra de la violencia. Ha habido avances importantes como que se le etiquetó, en este Presupuesto, 112.3 millones de pesos para el Fondo para Acciones de Combate a la Violencia, en Inmujeres, y 20 millones de pesos para programas de capacitación al magisterio, entre otros.
Pero en este recuento solamente, a nombre del Partido Revolucionario Institucional que ha sido precursor de transformaciones históricas a favor de los derechos humanos y la dignidad y la violencia hacia las mujeres mexicanas, las integrantes del Grupo Parlamentaria del PRI consideramos importantes las siguientes propuestas para un avance integral en esta materia.
Primero, dar cumplimiento a las recomendaciones generadas por el comité de expertas, del mecanismo de seguimiento de la implementación de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres.
Fortalecer alianzas con hombres y mujeres, promotores de la igualdad entre los géneros y la eliminación de la violencia hacia las mujeres.
Impulsar, con pleno respeto a la autonomía y al poder constituido en cada estado de la república, que se presupueste, también a nivel local, sobre el trabajo que se tiene que hacer en los presupuestos de cada estado, para etiquetar recursos a la luz de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia en cada entidad federativa.
Se debe trabajar más en reconstruir los enlaces permanentes con las organizaciones no gubernamentales con trabajos sobre no violencia, para articular esfuerzos estratégicos y cercanos a las demandas sociales.
Debemos trabajar más, promoviendo en el Poder Judicial de la Federación los esquemas de coordinación interinstitucional en contra de la violencia de género.
Coadyuvar en la implementación de acciones planificadas de cobertura nacional y estatal, para erradicar los altos índices de feminicidios en nuestro país.
Y, finalmente, debemos impulsar para que se transparenten más los costos económicos, que representan al Estado mexicano desatenderse de este grave problema social que es la violencia de género.
Compañeras y compañeros diputados, la violencia de género envía un mensaje de subordinación implícito y explícito hacia la mitad de la población, en ejercicio de su libertad, derecho y dignidad.
Una real inclusión social, una efectiva igualdad de oportunidades y condiciones justas para un desarrollo libre de violencia, depende de que todos los actores en este país hagamos nuestro trabajo y cada quien cumpla su parte. Muchas gracias.
Holly Matus Toledo, PRD
La declaración de Naciones Unidas sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer define la violencia como "cualquier acto de violencia basado en el género, que produzca o que pueda producir daños o sufrimientos físicos, sexuales o mentales en la mujer, incluidas las amenazas de tales actos, la coerción o la privación arbitraria de su libertad, tanto en la vida pública como en la privada".
En esta misma declaración se dice también que la violencia contra la mujer abarca la violencia que se produce en el seno de la familia, en la comunidad en general, en el trabajo, en las instituciones escolares, y la violencia perpetrada o tolerada por el Estado.
A todas estas formas de violencia se les denomina "violencia de género" y se asocian a desigualdades de poder.
Muchos son los tipos de violencia que se han ejercido sobre las mujeres, pero la peor de todas, a la que inclusive se le ha dado carta de ciudadanía es la ejercida por el Estado. El Ejecutivo ha cometido violencia contra las mujeres cuando a sabiendas de que la carga global de trabajo en mujeres es mayor por 4.1 horas al día que los hombres; que se requiere construir relaciones igualitarias al interior de los hogares, y que esta Legislatura, por unanimidad, exhortó a establecer medidas para garantizar las responsabilidades familiares. Este hecho se elude, se niega, se ha evadido por parte del Ejecutivo.
El Ejecutivo comete violencia contra las mujeres cuando ignora sus propias estadísticas que indican que las mujeres urbanas presentan una pobreza alimentaria 35 puntos arriba de los hombres, 33 puntos arriba en la pobreza de capacidades y 22 puntos más en la pobreza patrimonial, y continúa omitiendo las acciones diferenciadas y equitativas para las mujeres.
Comete violencia, a través de la Secretaría de Salud, pues a sabiendas de que la diabetes mellitus, las enfermedades isquémicas del corazón y las enfermedades cerebrovasculares son las tres principales causas de muerte en mujeres, abarcando el 33.4 por ciento del total de defunciones, y a pesar de ello, no se destinan recursos para la investigación y la atención diferenciada e integral de las mujeres.
Comete violencia el Ejecutivo pues a pesar de saber que las muertes por cáncer de cuello de útero ocupan el décimo lugar del total de defunciones de mujeres en México, y de un total de 12 mil 762 mujeres detectadas con lesiones de alto grado y cáncer invasor, solamente 880 casos fueron tratados y las más de 11 mil restantes dejadas al olvido.
Se es cómplice de violencia cuando, después de haber recibido durante el 2008 denuncias contra 46 servidores públicos panistas, por estar involucrados en hechos delictivos contra las mujeres por abuso de autoridad, lesiones, amenazas, hostigamiento sexual y abuso sexual, estos siguen gozando de los beneficios institucionales.
El Congreso de la Unión no se queda atrás. Ha violentado los derechos de las mujeres en la reforma del Estado. En el tema de garantías sociales, después de un arduo trabajo se nos negó, por parte del partido en el poder, la oportunidad de homologar la Constitución Política en 29 artículos, a fin de garantizar los derechos de las mujeres. En el tema de reforma electoral, la paridad fue una negativa constante.
En esta Cámara, la mayoría de las propuestas legislativas carecen de perspectiva de género y la asignación de los recursos se han hecho más en función de intereses personales que en beneficio de las mujeres.
Por hoy, el Congreso de la Unión tiene una enorme deuda con las mujeres mexicanas, pues de las más de 500 reformas constitucionales que se han efectuado desde 1917, sólo siete han sido en beneficio directo de las mujeres.
Los Congresos estatales, entre ellos el de Morelos, hoy en día han aprobado retrocesos respecto a los derechos de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, sobre todo cuando han sido víctimas de violación.
Comete violencia el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, al hacer sus declaraciones, junto con el secretario de Salud, en donde se atenta contra los derechos de las mujeres y el Estado laico. A ellos hacemos un llamado a la congruencia, a fin de que se respeten los derechos de las mujeres de estos estados.
Se ha negado la protección del Estado, a saber, que de enero de 2007 a septiembre de 2008 se han incrementado en un 186.5 por ciento el número de mujeres y niñas desaparecidas y solamente han sido localizadas el 38 por ciento de las mismas.
Se ha negado la justicia expedita a 4 mil 938 mujeres, las cuales se encuentran presas sin haber sido sentenciadas y representan el 44.23 por ciento del total de mujeres encarceladas.
Se ha negado protección y justicia a las mujeres migrantes que no sólo tienen que enfrentar abusos, extorsiones, vejaciones y humillaciones por parte del Instituto Nacional de Migración, las policías federal, estatal y municipal, guardias de seguridad privadas sino también de las redes del tráfico de personas y de bandas de delincuentes.
La impunidad y la falta de acceso efectivo a la justicia violan día a día los derechos humanos de las mujeres juarenses. 75 feminicidios registrados en lo que va del 2008 en Ciudad Juárez lo demuestran.
¿Qué más se puede decir sobre la violencia del Estado contra las mujeres? ¿Quién va a pagar por las muertes, humillaciones, la detención arbitraria, las violaciones y abusos sexuales cometidos por agentes del Estado mexicano en contra de las mujeres de las poblaciones de Castaños, Coahuila, Zongolica, Veracruz, Nocupétaro, Michoacán y San Salvador Atenco del Estado de México?
¿Quién pondrá un alto a los cómplices gubernamentales, a los jerarcas católicos o empresarios que prostituyen a niños y niñas o los utilizan en la pornografía infantil? ¿Quién dará cuenta por cada mujer o niña que es asesinada cada seis horas en este país?
La violencia institucional, evidenciada por el quebrantamiento persistente y numeroso de los derechos humanos en sus diversas expresiones, constituye un atraco a los derechos de las mujeres.
Este 25 de noviembre queda nuevamente evidenciada la violencia institucional que se da hacia las mujeres.
Yolanda Garmendia Hernández, PAN
Con su permiso, señora presidenta. Compañeros y compañeras diputadas, hoy nos reunimos para hablar del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Atroz es la situación de la mujer cuando se trata de la violencia que sufre, que aún padece en nuestra sociedad.
El 17 de diciembre de 1999, a través de la resolución 54134, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 25 de noviembre como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
La fecha fue elegida como una conmemoración del brutal asesinato en 1960 de tres de las hermanas Mirabal, activistas políticas de la República Dominicana, ejecutado por orden del dictador Rafael Trujillo, quien dominó ese país de 1930 a 1961.
El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer es ocasión para continuar la lucha emprendida por muchas mujeres del mundo en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo.
Hoy, como sociedad, debemos reflexionar sobre los avances conseguidos, exigir cambios y celebrar los actos de valor y decisión de mujeres comunes que han desempeñado una función extraordinaria en la historia de los derechos de la mujer.
Pocas causas promovidas por las Naciones Unidas han concitado un apoyo más intenso y extendido que la campaña para fomentar y proteger la igualdad de los derechos de la mujer. La Carta de San Francisco de las Naciones Unidas, firmada en San Francisco en 1945, fue el primer acuerdo internacional que proclamó que la igualdad de género es un derecho humano fundamental.
El secretario general de Naciones Unidas recientemente recordó, con motivo de la conmemoración, que en la Cumbre Mundial 2005 los gobiernos de todas las naciones acordaron que el progreso de la mujer es el progreso de todos. Sin embargo, el examen decenal de la aplicación de la plataforma de acciones de Beijing puso de manifiesto en muchos países si habría una gran brecha entre la normativa y la práctica.
La falta de voluntad política, dijo el secretario general de la ONU, se hace patente de la forma más reveladora: falta de recursos y asignaciones presupuestarias insuficientes. Esa es la razón que el tema de la conmemoración 2008 del Día Internacional de las Mujeres sea invertir en las mujeres y las niñas.
Los dirigentes del mundo, reunidos en la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas en septiembre del 2000, hicieron el compromiso de promover la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer. Reconoce también que los derechos humanos de la mujer y de la niña son una parte inalienable integral e indivisible de los derechos humanos universales y reconoce, además, la necesidad de promover y proteger todos los derechos de la mujer y las niñas.
Con ello, el gobierno mexicano se ha comprometido a implementar las recomendaciones de diversos órganos internacionales de derechos humanos y a cumplir las obligaciones que el derecho internacional impone respecto a los derechos de la mujer.
En este tema, todas las fuerzas políticas estamos de acuerdo. Hemos hecho un frente común. No le restemos mérito a lo que estamos haciendo de manera conjunta, señalando otros temas que no están en el debate.
Así, en los últimos años, las autoridades mexicanas se han mostrado activas en distintos niveles de gobierno para aumentar la sensibilización de la opinión pública en relación con la violencia contra las mujeres.
También se han producido avances en la aprobación de legislaciones y la creación de varias instituciones oficiales para abordar las necesidades de las víctimas de la violencia en el ámbito familiar. Por ejemplo, la violencia doméstica se ha tipificado como delito en la mayoría de los estados de nuestro país.
El número de casas-refugio ha aumentado en varios estados y se han creado institutos de la Mujer a nivel nacional y estatal, que han coordinado una amplia variedad de programas, de formación y concientización.
En este marco de conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia en contra de las Mujeres es importante no olvidar: "la violencia contra las mujeres es el delito más común, pero el menos castigado en el mundo".
Los estudios muestran que cada vez son mayores los vínculos entre la violencia contra las mujeres y el VIH, que las mujeres infectadas con el VIH tienen mayor probabilidad de haber sufrido violencia y que las mujeres que han sufrido violencia corren un mayor riesgo de infectarse con el VIH.
En América Latina, el Banco Interamericano de Desarrollo señala: en Chile el 60 por ciento de las mujeres que viven en pareja sufren algún tipo de violencia doméstica, y más del 10 por ciento agresión grave.
En Colombia más del 20 por ciento de las mujeres han sido víctimas de abusos físicos, 10 por ciento ha sido víctima de abusos sexuales y el 34 por ciento ha sido víctima de abusos psicológicos.
Según la Asociación Mexicana contra Violencia Hacia las Mujeres, 9 de cada 10 casos de víctimas de violencia son mujeres, de las cuales 7 de cada 10 son agredidas por su pareja.
Un avance fundamental en el ámbito legislativo fue la ampliación del debate sobre la violencia familiar a todas las formas violencia contra las mujeres, lo cual condujo a la aprobación en el 2007 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que retoma el concepto jurídico internacional "Violencia contra las mujeres" e incluye modalidades de violencia como la violencia sexual, institucional, en la comunidad, la violencia familiar y la violencia feminicida.
Asimismo, incluye la regulación y coordinación de refugios de violencia doméstica a nivel nacional. Una reeducación de género obligatoria para quienes cometen crímenes basados en el género y la alerta de violencia de género, entre otras disposiciones.
Es importante destacar que esta ley dispone la obligación del Ejecutivo federal de proponer, en el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación, el asignar una partida presupuestal para garantizar el cumplimiento de los objetivos, del sistema y del programa previsto en la misma.
Tenemos que reconocer que en esta Legislatura hemos avanzado al aprobar un presupuesto mucho mayor que el año pasado a favor de los programas de mujeres. Este presupuesto finalmente viene siendo mermado, porque para atender a las mujeres víctimas de violencia nos estamos gastando 2 mil millones de pesos, cuando les asignamos casi mil; entonces, hagamos las cuentas.
Además, crea el Programa Integral para prevenir, atender, sancionar y erradicar la Violencia contra las Mujeres, que debe contemplar las acciones de carácter preventivo, de atención, de investigación de la violencia de género. El proceso de homologación estatal de esta ley dio inicio.
De hecho, para septiembre de 2008 tenemos 23 entidades federativas que han aprobado su Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Pero, compañeros, esto no es suficiente. Todavía necesitamos trabajar en los marcos en materia penal para que esta ley pueda ser de protección a las mujeres.
En este contexto, y congruente con una larga tradición de compromiso real con la mujer, en el Grupo Parlamentario de Acción Nacional impulsamos las acciones legislativas o de política pública que nos permitan construir una sociedad donde se respeten plenamente los derechos de la mujer.
Con una visión incluyente, coincidimos en que todos y cada uno de nosotros tenemos el deber de apoyar y mantener un entorno político y social en el que no se tolere la violencia contra la mujer, en el que los amigos, los familiares, los vecinos, los hombres y las mujeres intervengan para impedir que los autores de estos actos queden impunes.
La eliminación de la violencia contra la mujer sigue siendo uno de los desafíos más graves e imperiosos de nuestro tiempo. Todo el mundo tiene la responsabilidad de actuar ante la violencia. Todos y cada uno de nosotros tenemos el deber de apoyar y mantener un entorno político y social en el que no se tolere la violencia contra las mujeres y las niñas.
La violencia no es algo que se construye en un día, y como se dice: borrar una acción negativa requiere de mil acciones positivas. Tenemos que trabajar arduamente para poder conseguir el cambio.
Por ello, desde esta tribuna en la que se hace escuchar la voz de la nación, llamo a los Congresos locales a modificar las disposiciones del derecho penal que ponen en riesgo el derecho a la vida, la libertad y seguridad de la población femenina y, prácticamente, constituyen una licencia para matar.
Estoy convencida de que las diputadas y los diputados de los Congresos locales harán suyas estas preocupaciones y derogarán o modificarán las disposiciones legales que impiden a las mujeres el goce pleno de sus derechos humanos y libertades fundamentales.
Y, a mis compañeras y compañeros de esta legislatura, los exhorto a continuar, a perfeccionar el marco legal que nos permita alcanzar la igualdad de género sin violencia alguna.
Antes de terminar quisiera señalar, que hoy se lanza la campaña "Hombres contra la violencia", por lo cual felicito al Instituto Nacional de las Mujeres y, sobre todo, a todos los hombres que se sumen a esta campaña, porque la violencia no es un asunto de mujeres, es un asunto de hombres y mujeres. Buenas tardes.
La Presidenta diputada Martha Hilda González Calderón: Gracias, diputada. La lucha en contra de una sociedad sin violencia es una tarea que corresponde a todos; a los órganos del Estado y a sus instituciones, a la sociedad civil y a sus organizaciones ciudadanas.
Dentro de este empeño se destaca el día de hoy la lucha por erradicar una de las formas más oprobiosas de la violencia; aquella que se ejerce en contra de las mujeres por el sólo hecho de serlo. Alimentando a lo largo del tiempo una secuencia de agravios de todo tipo, que reproduce una y otra vez patrones de conducta torcidos, mismos que aprendemos desde muchos ámbitos de la sociedad, e incluso, en el seno familiar, y que dada su propagación, tiende, lamentablemente, a hacerse invisible para muchos.
Hoy es momento de hacer una recapitulación de los esfuerzos sociales para abatir y erradicar la violencia en contra de las mujeres, como un derecho que nos asiste de manera natural, tan sólo porque somos la mitad de la humanidad, tan sólo porque formamos parte de esa díada portentosa, que junto con el hombre ha generado cultura, progreso y, por qué no decirlo, también amor.
Sería ocioso decir, hoy, que falta mucho por hacer. En el amplio horizonte del tiempo apenas y hemos estructurado las medidas que pretendemos coadyuven a incidir en el problema. Sin embargo, sería injusto no reconocer lo que ha venido a aportar a la circunstancia que nos ocupa, la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, misma que conforma el bagaje de recursos jurídicos que nos asisten a las mujeres, junto con la Ley del Instituto Nacional de las Mujeres y la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, entre otros ordenamientos.
En el marco constitucional que sustenta la igualdad y la equidad entre los géneros, en términos de lo señalado por los artículos 1o, 2o, 3o, 4o y 34 de nuestra Carta Magna, es momento propicio para reconocer las políticas públicas que a partir del marco jurídico vigente han dado lugar al Sistema Nacional de Prevención, Atención, Sanción y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, pero este día también es idóneo para reflexionar sobre la necesidad de atender el problema de la violencia contra las mujeres, desde una perspectiva integral y humana.
No solamente es imperativo atender a las víctimas de este tipo de agresión, sino también a los agresores, porque ellos son víctimas también de un conjunto de circunstancias sociales que les han retroalimentado a lo largo de generaciones: conductas violentas.
Es necesario avanzar hacia el combate de la enfermedad sin dejar de atender a los enfermos. Reconozcamos que las razones más profundas de la violencia en contra de las mujeres no se hallan solamente en el agresor, sino también en su circunstancia.
Por todo lo anterior, hacemos votos fervientes para que en esta sociedad tan convulsionada que nos ha tocado vivir, la violencia contra las mujeres, bajo todas sus modalidades, vaya dejando su lugar a la razón y a la concordia.