21 dic 2008

Las FARC liberarán rehenes: Bien!


Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) anunciaron que próximamente liberarán de manera unilateral a seis de las 28 personas que mantienen secuestradas con fines de canje por insurgentes presos.
Precisaron en un comunicado que liberarán a dos civiles, un militar y tres efectivos de la Policía Nacional.
El Mando central lo hizo saber en un mensaje de cuatro folios fechado el pasado 17 de diciembre desde las 'Montañas de Colombia', y publicado en coincidencia con el 11 aniversario de los dos secuestrados que llevan más años cautivos.
El comunicado, divulgado a través de la agencia Anncol en Internet que difunde la información de ese grupo armado, no da detalles de cuándo o dónde se llevaría a cabo esta liberación. “Las condiciones de modo, tiempo y lugar serán precisadas en su debido momento", dice el comunicado fechado el pasado 19 de diciembre.
Las FARC dicen que los liberados serán entregados a la asociación “Colombianos por la paz de Colombia en cabeza de la senadora Piedad Córdoba”.
La liberación se realizará en dos etapas: en una primera se entregará a los tres policías y el militar, cuyas identidades no se conocen, y posteriormente a los dos políticos. La guerrilla no aclara en qué momento se producirá, aunque sí avanza que la entrega se hará a la organización Colombianos por la Paz, que lidera la senadora Piedad Córdoba, a la que los insurgentes remitieron una carta el pasado 17 de diciembre para pedirle que prepare el comité de recepción de los rehenes que serán liberados. "Las condiciones de modo, tiempo y lugar serán precisadas en su debido momento", señala el documento.
Colombianos por la Paz es un colectivo integrado por intelectuales, estudiosos del conflicto, escritores y políticos, entre ellos Córdoba. Hace dos meses la organización invitó a las FARC a un "intercambio epistolar", que los rebeldes aceptaron.
Comunicado textual:
Liberación unilateral de seis secuestrados para favorecer el canje humanitario
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo (FARC-EP)
Señores
COLOMBIANOS POR LA PAZ
Bogotá
“Aun cuando sean alarmantes las consecuencias de la resistencia al poder, no es menos cierto que existe en la naturaleza del hombre social un derecho inalienable que legitima la insurrección.” SIMÓN BOLÍVAR
Compatriotas:
Con esta reflexión del padre de nuestras repúblicas, el Libertador Simón Bolívar, -que ayuda a comprender preocupaciones colectivas- damos continuidad al intercambio epistolar respondiendo a los temas planteados en su misiva del 27 de noviembre.
Compartimos con ustedes que la discusión sobre la guerra y la paz en Colombia no puede ignorar fenómenos que estremecen hoy la conciencia nacional. Los denominados eufemísticamente “falsos positivos” –que debieran llamarse asesinatos de civiles no combatientes ejecutados por el Estado- son, como ustedes acertadamente lo perciben, manifestación dolorosa de la guerra sucia que vive Colombia. Constituyen un espeluznante grito de victoria de la “seguridad democrática” del presidente Uribe que siempre midió el éxito de esa política –en su componente militar- en litros de sangre.
No puede considerarse como hecho aislado lo que obedece a una directiva puntual del Ministerio de Defensa y de la Presidencia, repetida sistemáticamente a nivel nacional en todas las guarniciones.
Es imposible desvirtuar que los miles de civiles asesinados para ser presentados noticiosamente como guerrilleros muertos en combate, lo fueron por el estímulo de los ascensos y recompensas ofrecidas desde el gobierno a los militares. Así como es un hecho destacable, el que después del conocimiento público sobre semejante genocidio, el Ministerio de Defensa no volvió a publicar sus abultadas cifras de "muertos en combate" con las que sustentaban su fantasiosa "derrota de la insurgencia" y el "fin del conflicto". La conciencia de la nación debe impedir que este tipo de crímenes de lesa humanidad que implican al Estado, terminen en la impunidad. La destitución de algunos altos mandos militares por tales hechos debe ser complementada con una responsabilidad penal, lo que muy seguramente, llevará que las cortes y los tribunales de los pueblos sienten a la "seguridad democrática" - desarrollo de la fascista doctrina de la seguridad nacional - en el banquillo de los acusados.
Tal como lo aprecian ustedes, la escalada del conflicto -que tiene relación directa con la injerencia creciente del gobierno de los Estados Unidos en el conflicto interno de Colombia- ha estado acompañada de una mayor degradación. Algo debemos hacer para desembarazarnos de esa maldición que pareciera perseguirnos desde la destrucción de la Colombia de Bolívar y de su gran obra legislativa concebida de cara al bien común.
Desde las medianías del siglo pasado la degradación acicateada por el Estado no cesa de crecer en espiral. Los mismos métodos brutales que segaron la vida de 300 mil colombianos en la década del 50, ahora más refinados, siguen victimizando a la población, descuartizando con motosierras, enterrando en fosas comunes, desplazando a millones de campesinos para apoderarse de sus tierras, “empapelando” jurídicamente a ciudadanos, hasta alcanzar el nivel de barbarie de los “partes positivos”.
Recordamos la respuesta del comandante de las FARC Manuel Marulanda a una pregunta sobre humanización de la guerra: “la mejor manera de humanizar la guerra es acabarla”. Hoy seguimos teniendo la misma percepción, y para ello es indispensable el cambio de las injustas estructuras.
Celebramos que su alusión a los prisioneros de guerra, esté desprovista de ese “humanitarismo tuerto” diseminado por los medios, que ve a los prisioneros de un sólo lado, ignorando que se trata de dos partes contendientes. Este enfoque ayuda a la búsqueda de una solución realista del problema, para lo cual reiteramos nuestra determinación y voluntad de alcanzarla.
En este esfuerzo colectivo, es importante avanzar en la identificación y precisión de los temas objeto de nuestras reflexiones para ganar certezas en la búsqueda de soluciones. Por ejemplo: en un conflicto armado y social como el que vive Colombia desde hace más de 40 años, integrantes de la fuerza pública debidamente armados, entrenados y uniformados combaten diariamente, de distinta manera y en diferentes escenarios, con la guerrilla revolucionaria, presentándose bajas de parte y parte, como ocurre en toda contienda bélica. Finalmente una de ellas obtiene la victoria y toma prisioneros de la parte contendiente. Eso ha ocurrido, ocurre e inevitablemente seguirá ocurriendo, aquí y en todo el mundo mientras persistan los conflictos. Ese tipo de capturados, son prisioneros de guerra. Esa es su categoría dentro de la confrontación. Salvo que se pretenda, como en el caso del gobierno de Álvaro Uribe, negar la existencia del conflicto.
La propuesta de Manuel Marulanda Vélez al congreso de aprobar una ley permanente que deje abierta la posibilidad del canje, cobra plena vigencia en estas circunstancias. Evitaría un cautiverio prolongado y doloroso. En este mismo sentido y con implicaciones de muy diversos órdenes, hemos planteado en diversas oportunidades la conveniencia de un reconocimiento de las FARC-EP como fuerza beligerante. Se presenta también la retención de personas con algún tipo de representación política, que han tomado partido involucrándose abiertamente a favor de la guerra y en crímenes contra sectores populares, vinculados con el militarismo y el paramilitarismo como lo demuestra todo el proceso de la para política, o, que con sus acciones, golpean al pueblo, al tesoro o los bienes públicos. Estos, ante la ominosa impunidad del régimen y en la lógica de los de abajo, deben responder por su conducta. Y se da también el fenómeno de la retención de personas con objetivos económicos que tiene múltiples autores: policías, militares, DAS, paramilitares, delincuencia común y miembros de la insurgencia. En la responsabilidad que nos cabe y, entendiendo las dificultades que ello nos acarrea, nos hemos hecho esta reflexión: ¿cómo se financia una confrontación como la colombiana? ¿Cómo lo hace, por ejemplo, el Estado? decreta cargas impositivas generales, Impuestos de guerra, aportes de las empresas trasnacionales, entre las que se destacan: BP, Chevron- Texaco OXI, Drummond, Chiquita Brand, Repsol, Monsanto, Cocacola, etc.; pero fundamentalmente financia la guerra con ayuda económica, militar y tecnológica del gobierno de los Estados Unidos. Colombia es el primer receptor de esta "ayuda" en el hemisferio, la cual se paga con soberanía. El prominente sociólogo estadounidense James Petras estima que Washington ha invertido en el plan Colombia más de 10 mil millones de dólares en los últimos 6 años. Es una desproporción de recursos económicos y de medios para una guerra Injusta contra un pueblo.
En el espíritu de minimizar el impacto sobre los no combatientes, las FARC expidió la Ley 002 sobre tributación, que cobra un impuesto para la paz a aquellas personas naturales o jurídicas cuyo patrimonio sea superior al millón de dólares y que solo en última instancia contempla el recurso de la retención.
La guerra a medida que se generaliza produce efectos dolorosos y no deseados. Con franqueza les comentamos que no está dentro de nuestro ideario ni en nuestros principios la eternización de estos métodos. De hecho, lo hemos manifestado estando inmersos en diálogos que buscaron la paz con anteriores gobiernos, como bien lo resaltan en su nota.
Los temas de esta misiva son más que oportunos para sugerirles lo importante que sería abrir un amplio debate sobre la situación de miles de presos políticos encarcelados luego de redadas masivas utilizadas como táctica para atemorizar y disuadir el apoyo popular a las fuerzas insurgentes. Son millares los ciudadanos acusados de rebelión y terrorismo a través de montajes de la inteligencia militar y del pago de jugosas recompensas. Esta reflexión colectiva debería incluir también la desaparición forzada de personas, la más aberrante forma de secuestro existente ejecutada por el Estado, y que a la pérdida de la libertad agrega la pérdida de la vida luego de espantosas torturas y en medio de la mayor impunidad.
Finalmente, nos piden ustedes, de cara a un eventual intercambio humanitario, avanzar en algunas reflexiones acerca de cómo "diseñar escenarios en donde sea posible debatir con la sociedad alternativas políticas para encontrar una senda transicional hacia una sociedad justa y equitativa".
Al respecto estamos proponiendo a través del manifiesto de las FARC-EP y de la Plataforma Bolivariana por la Nueva Colombia (documentos adjuntos), un encuentro de las fuerzas políticas y sociales interesadas en el cambio, que nos permita delinear de manera consensuada un gran acuerdo nacional hacia la paz, para construir colectivamente alternativas políticas a la guerra y a la injusticia social. Estamos seguros que a nosotros y a millones de Colombianos nos gustaría ver florecer un nuevo gobierno, producto de ese pacto social, que convoque al diálogo de paz con participación de las organizaciones políticas y sociales del país, que lleve sus conclusiones a una asamblea nacional constituyente, para que el tratado de paz así logrado, tenga además, sustento constitucional.
Como muestra fehaciente de la voluntad que nos asiste y como gesto que apunta a generar condiciones favorables al canje humanitario, anunciamos la próxima liberación unilateral de seis prisioneros en dos etapas. Estos serán entregados a ustedes, como "colombianos por la paz de Colombia" en cabeza de la senadora Piedad Córdoba. Primero serán liberados tres agentes de policía y un soldado, y a continuación, el señor Alan Jara y el diputado Sigifredo López. Las condiciones de modo, tiempo y lugar serán precisadas en su debido momento.
Reciban nuestro saludo cordial.
Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP
Montañas de Colombia, diciembre 17 de 2008
Fuente: Anncol.eu

Opinión de Paúl Krugman

La insensible guerra europea/PAUL KRUGMAN
Publicado en El País (www.elpais.com), 21/12/2008;
Esta es la situación: la economía se enfrenta a la peor depresión que ha sufrido en décadas. La respuesta habitual a una crisis económica, recortar los tipos de interés, no está funcionando. Las ayudas gubernamentales a gran escala parecen la única forma de parar la caída en picado de la economía. Pero hay un problema: los políticos conservadores, aferrándose a una ideología pasada de moda, y puede que apostando [equivocadamente] por que sus electores están relativamente mejor situados para capear el temporal, están impidiendo que se tomen medidas.
No, no estoy hablando de Bob Corker, el senador de Nissan (perdón, de Tennessee) y sus amigos republicanos, que torpedearon el intento de la semana pasada de ganar tiempo para el sector del automóvil estadounidense. [¿Por qué se ha bloqueado el plan? Un mensaje de correo electrónico a entre los republicanos del Senado afirmaba que negar al sector automovilístico un préstamo era una oportunidad para que los republicanos "lanzasen un primer ataque contra el sindicalismo organizado"]. A quien me estoy refiriendo es a Angela Merkel, la canciller alemana, y a su equipo económico, que se han convertido en el principal obstáculo para un muy necesario plan europeo de rescate económico.
En Estados Unidos no se le está prestando mucha atención al caos económico europeo porque, comprensiblemente, estamos centrados en nuestros propios problemas. Pero se puede decir que la otra superpotencia económica mundial (Estados Unidos y la Unión Europea tienen aproximadamente el mismo PIB) está en los mismos apuros que nosotros.
Los problemas más graves se dan en la periferia europea, donde numerosas economías más pequeñas están experimentando crisis que recuerdan mucho a las pasadas crisis de Latinoamérica y Asia: Letonia es la nueva Argentina; Ucrania es la nueva Indonesia. Pero el dolor ha llegado a las grandes economías de Europa occidental: Reino Unido, Francia, Italia y la mayor de todas, Alemania.
Como en EE UU, la política monetaria de rebajas de los tipos de interés en un intento de reanimar la economía está llegando rápidamente a su límite. Esto deja una única vía para prevenir el peor desplome desde la Gran Depresión: un uso agresivo de la política fiscal consistente en aumentar el gasto o recortar los impuestos para impulsar la demanda. Ahora mismo todo el mundo ve la necesidad de un gran estímulo fiscal paneuropeo.
Mejor dicho, todo el mundo excepto los alemanes. Merkel se ha convertido en Frau Nein: si tiene que haber un rescate de la economía europea, no quiere tomar parte en él y ha dicho en una reunión de su partido que "no vamos a participar en esta carrera sin sentido por los billones".
La semana pasada, Peer Steinbrueck, el ministro de Economía de Merkel, fue todavía más lejos. No contento con negarse a desarrollar un plan serio de estímulo económico para su propio país denunció los planes de otros países europeos. Concretamente, el ministro acusó al Reino Unido de embarcarse en un "keynesianismo craso".
Los dirigentes alemanes parecen creer que su propia economía está en buena forma y no necesita grandes ayudas. Están, casi con toda seguridad, equivocados respecto a eso. Sin embargo, lo verdaderamente malo no es la valoración errónea de su propia situación, sino la forma en que la oposición de Alemania está impidiendo una acción común europea ante la crisis económica.
Para entender mejor el problema, piensen en lo que pasaría si, por ejemplo, Nueva Jersey intentase impulsar su economía mediante rebajas de impuestos u obras públicas sin que este esfuerzo estatal formase parte de un programa nacional. Evidentemente, gran parte del estímulo se "fugaría" hacia los Estados vecinos, de forma que Nueva Jersey terminaría cargando con toda la deuda, mientras que otros Estados se quedarían con muchos de los puestos de trabajo, si no con todos.
Los países europeos están en una situación muy parecida. Cualquier gobierno que actúe de forma unilateral se enfrenta a una posibilidad considerable de contraer una enorme deuda sin crear demasiados puestos de trabajos en el país en cuestión.
Sin embargo, para la economía europea en su conjunto esa clase de fuga supone un problema mucho menor: dos terceras partes de las importaciones de un miembro medio de la Unión Europea proceden de otros países europeos, por lo que el continente en su conjunto no es más dependiente de la importación que Estados Unidos. Esto significa que una iniciativa coordinada para estimular la economía, en la que cada país cuente con que sus vecinos harán un esfuerzo similar al suyo, le proporcionaría al euro un impulso mucho mayor que unos esfuerzos individuales y descoordinados.
Pero no es posible tener un esfuerzo europeo coordinado si la economía más grande de Europa no sólo se niega a participar, sino que además menosprecia los intentos de sus vecinos por frenar la crisis.
El gran nein de Alemania no durará eternamente. La semana pasada, el Ifo, un instituto de investigación muy respetado, advertía de que Alemania se enfrentará pronto a su peor crisis económica desde los años cuarenta. En el caso de que esto suceda, seguramente Merkel y sus ministros reconsiderarán su postura.
Pero en Europa, como en Estados Unidos, el problema es el tiempo. En todo el mundo las economías se hunden con rapidez mientras esperamos que alguien, cualquiera, proponga una respuesta política eficaz. ¿Cuántos destrozos más habrá antes de que esa respuesta llegue al fin?

Aeropuerto El Dorado

Un “calvario” en la ruta del narco/Reportaje
Luis Guillermo Hernández, reportero.
Publicado en El Universal, Pp, Sábado 20 de diciembre de 2008;
En el aeropuerto El Dorado, en Colombia, militares revisan a todo el que viaja a México por disposición de la DEA, ya que se ha convertido en “la despensa de la droga colombiana”
BOGOTÁ, Colombia.— Jorge, un jalisciense de 39 años experto en sistemas, abre los brazos por séptima vez, baja la mirada que ya ni siquiera es de indignación, y mientras un par de manos enguantadas hurga nuevamente en sus maletas, deja escapar un resuelto “Yo no soy narco, señores”, que se estampa en el rostro del militar colombiano.
“Eso no lo sé yo”, reacciona el oficial de apellido González, marcado acento guajiro, ojos profundamente oscuros, mientras lo apura a quitarse los zapatos, vaciar por completo la maleta, callar.
Una decena de hombres retenidos dentro de una habitación de puertas abiertas observa el reguero de calzones, camisas, libros, calcetines, artículos personales, que colorea el anexo de la sala 20 Internacional del Aeropuerto El Dorado: el vuelo 390 de Mexicana-Avianca está a punto de partir rumbo a México, y todos sus pasajeros varones, como los de cualquier otro vuelo comercial que cubra el mismo itinerario, deben sortear los múltiples cercos de la duda.
Perros flacos de tanto olisquear
Jorge ignora que la ruta que se dispone a recorrer es la misma que los cárteles de Colombia y México han erigido como la más importante del continente para el tráfico aéreo de la cocaína que ha de esnifarse en Estados Unidos, y que desde 2005 la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA, por su denominación en inglés) dispuso de un operativo permanente de revisión total. El gobierno de Colombia cumple a rajatabla su papel, con perros flacos de tanto olisquear cargamentos, sensores de densidad, rayos X, rayos gamma, detectores de metal, narices humanas y manos enguantadas cada tantos minutos.
Para la Procuraduría General de la República (PGR) de México, la ruta aérea comercial Bogotá-México se disputa la supremacía en decomisos de droga con las rutas Caracas-México y Panamá-México, donde en los últimos cinco años han sido decomisadas más de dos toneladas de enervantes, en cargamentos hormiga principalmente. “Los vuelos de Avianca, Mexicana y Copa procedentes de Centro y Sudamérica están en las prioridades de inspección desde hace por lo menos cuatro años”, confió una fuente de la PGR en el Distrito Federal. En total, unas 26 averiguaciones previas relacionadas con este fenómeno están en curso en México.
En junio (2008), por ejemplo, fueron encontrados 26 kilos de cocaína procedentes de esta capital, en una maleta negra registrada bajo el apellido “Beltrán”, que llegó en el vuelo 072 de Avianca operado por Mexicana, según la Secretaría de Seguridad Pública.
En 2007, agentes de la Policía Federal Preventiva incautaron 447 kilos de la misma droga ocultos en un cargamento de agendas telefónicas negras y grises embodegado en las instalaciones de Mexicana, en el Aeropuerto Internacional de la ciudad de México. Y poco antes, en un vuelo de Avianca procedente también de esta ciudad cubierta de nubes lloronas, agentes antinarcóticos mexicanos encontraron por lo menos 10 paquetes de cocaína y heroína envueltos como si fueran tamales.
Desde enero pasado el gobierno mexicano despliega la Operación Limpieza, que somete toda la aviación privada a los mismos procedimientos de revisión que a los vuelos comerciales procedentes de Centro y Sudamérica.
El cártel del Valle, su ruta
El vuelo que abordará Jorge, que ahora se realiza en una aeronave de Avianca tripulado por personal de Mexicana, bajo custodia de militares y supervisión de la policía de esta capital, fue eje de operaciones del cártel Norte del Valle para contrabandear cocaína a México.
Fuentes de la Policía Colombiana facilitaron a EL UNIVERSAL copia del Proceso Judicial de Extradición 26336, contra Nelson Arias, El Primo, acusado de encabezar la red delictiva que llenó de droga la panza de diversos aviones colombianos que salieron de aquí rumbo a México. “A mediados de octubre de 2005 o alrededor de esa época, el cártel Norte del Valle utilizó a oficiales y empleados de Avianca corruptos para contrabandear aproximadamente 409 kilogramos de cocaína, con un valor superior a 10 millones de dólares, cuyo destino era Estados Unidos, a través de la instalación de carga de Avianca en El Dorado (…) transportados a bordo de un vuelo a la ciudad de México”, asienta el documento.
Otro cargamento, éste de mil 700 kilos de cocaína, fue enviado de la misma forma en abril de 2006 e igual que el anterior, incautado a su llegada al aeropuerto de la ciudad de México: Colombia acabó extraditando a Estados Unidos a por lo menos ocho involucrados. México aún investiga las conexiones en su territorio.
El militar huele hasta su libro
A Jorge, como a todos los pasajeros varones que vuelan a México desde El Dorado, sólo le queda someterse a la misma rutina: una primera revisión al documentar equipaje; la segunda al entrar a la zona de Salas Internacionales; otra a medio trayecto del corredor de las salas 10 a 20 del mismo aeropuerto; la siguiente, al final de ese corredor; una quinta al llegar a la sala 20, la más alejada del pasillo; una más si deja el asiento para dirigirse, por ejemplo, al baño, y una última, séptima vez de brazos en cruz, antes de abordar el avión.
Ir con equipaje de mano, una maleta, una computadora, un morralito con libros, amerita una revisión aún más exhaustiva. Aficionado al Atlas, con una experiencia de ocho años como asesor de informática en una empresa transnacional, Jorge ha decidido llevar consigo su maletín personal, por lo que al final todos pueden mirar sus prendas personales. “Es por su seguridad”, advierte el oficial, “son disposiciones”, mientras los senos de durazno colombiano de Juanita Kremer aparecen al fondo del maletín vulnerado. Luego abre su computadora personal; le ordenan encenderla. El militar huele su libro El olvido que seremos. La salida programada para las 14:25 se prolonga inexorablemente.
Las pugnas mexicano-colombianas
El informe “La amenaza del narcotráfico en América”, presentado en octubre pasado por la Oficina contra la Droga y el Delito de Naciones Unidas, asienta que Colombia produce anualmente más de la mitad de las mil toneladas de cocaína que salen de la entraña de América del Sur, y que el corredor Colombia-Centroamérica-México ha desplazado a las aguas del Caribe como ruta principal de traslado hacia las narices de miles de estadounidenses.
“El número de usuarios de cocaína en América del Norte, estimado ahora en cerca de 7 millones, todavía es casi del doble de los que se estiman en Europa, alrededor de 4 millones”, anota el texto de la ONU.
Según ese documento, entre 530 y 710 toneladas de cocaína pudieron haber salido de América del Sur a Estados Unidos en 2006. “De esa cantidad, se presume que aproximadamente 90% transitó a través del corredor México-Centroamérica”.
En el reportaje “El juego colombiano en la guerra que vive México”, de Jineth Bedoya, publicado por El Tiempo (5/12/08)1, se expone que detrás de la violencia en México estarían las pugnas mexicanas por captar los negocios de los nuevos jefes del cártel Norte del Valle, que encabezaban Diego Montoya Don Diego, Wilber Varela y Los Mellizos Miguel y Víctor Mejía.

Los narcotraficantes mexicanos, que tienen las rutas y el poder de mover la droga a Estados Unidos, para conseguir la cocaína de sus aliados colombianos se acercan a Luis Calle Serna, El Combatiente, heredero de Varela, y a Daniel El Loco Barrera, sucesor de Los Mellizos y jefe principal en la producción de opiáceos de los Llanos Orientales de Colombia, explica el diario colombiano.
La disputa entre los cárteles mexicanos por conseguir la droga colombiana atiza el fogón de la violencia en México y obliga a probar todas las formas de trasiego posibles, documenta el diario, y añade que México se ha convertido en “la despensa de la droga colombiana”, “la bodega de almacenamiento y distribución de la droga de América del Sur”, y el negocio representa por lo menos 10 mil millones de dólares anuales.
Un comunicado de la Fuerza Aérea Colombiana informa que entre 2007 y 2008 ellos lograron abatir el tráfico de droga por vía aérea hasta en 95%, y que las rutas comerciales han sido uno de los principales focos de atención, lo cual explica el rigor de las revisiones.
El informe de Naciones Unidas citado (“La amenaza del narcotráfico en América”) coincide en que los cárteles colombianos de Cali, de Medellín y Norte del Valle preferían las aguas del Caribe para llevar su droga directamente a Florida, pero las intercepciones mar adentro les obligaron a abrir nuevas rutas, que incluyen los vuelos comerciales.
“Mulas” de cártel
La policía Aeroportuaria de Bogotá tiene registrados también diversos casos de “mulas”, como se llama a quienes llevan consigo droga por cuenta de los cárteles colombianos. Algunos son aprehendidos cuando intentan abordar los vuelos a México, por lo cual se ha vuelto tan riguroso el procedimiento de revisión que tiene a Jorge manos a la pared.
El mexicano Luis Benjamín Guerra protagonizó un caso sonado: intentó tomar el avión a México con 10 mil gramos de heroína entre sus ropas, el 24 de mayo de 2007. En mayo de 2006, Arturo Belloso, su compatriota, fue detenido cuando pretendía introducir casi un millón de dólares, ocultos en botellas de licor, en un avión de Mexicana procedente de la ciudad de México.
Son los mismos vuelos comerciales que Jorge utiliza, llevando consigo, para su familia, café en grano, caramelos de licor y esas típicas negritas de tela para pegar en el refri.
***
Pero la clave en el tráfico de droga no es El Dorado sino el aeropuerto Internacional de Maiquetía "Simón Bolívar" de Venezuela; ver:

Zetas en Guatemala

Publicado el el portal de El Nuevo Heradl, Sun, Dec. 21, 2008-->
Capturan en Guatemala a uno de ''Los Zetas'' con un gran arsenal
EFE
GUATEMALA
Un mexicano supuesto integrante del grupo de sicarios al servicio del narcotráfico ''Los Zetas'', fue capturado por las fuerzas de seguridad de Guatemala en poder de un arsenal, informaron ayer fuentes oficiales.
Un portavoz de la Policía Nacional Civil (PNC) dijo que el detenido, identificado como Abel Díaz Alzate, de 38 años de edad, originario del estado de Guerrero (México), tenía en su poder un lote de rifles con mira láser, pistolas automáticas y municiones.
Junto a Díaz fueron capturados los guatemaltecos Arnoldo Morales Rodríguez, de 52 años y Víctor Manuel Sanabria Morales, de 32 años.
Los tres permanecían juntos en el interior de una residencia ubicada en la comunidad de Los Amates, en el departamento de Izabal, al noreste del país, la cual fue allanada por unidades de la Secretaría de Análisis e Información Antinarcóticos de la PNC.
''Hubo un operativo da varios días, el cual nos llevó hasta estas personas. Se cree que forman parte de una de las células de Los Zetas que operan en el norte del país'', precisó el portavoz.
La fuente señaló que el arsenal decomisado ``recién ha sido ingresado al país desde México. En su mayoría son rifles con mira telescópica y municiones''.
En lo que va de este año las fuerzas de seguridad de Guatemala han detenido a unos 16 mexicanos, supuestos integrantes de ''Los Zetas'', entre ellos el segundo jefe de esa agrupación, Daniel Pérez Rojas, alias ``El Cachetes''.
La Fiscalía guatemalteca ha identificado a unos 78 integrantes de ese grupo criminal que opera en las zonas del norte, este y noreste del país, en donde buscan ''ganarle'' el terreno a los narcotraficantes locales.
''Los Zetas'', brazo armado del mexicano cartel del Golfo, habrían iniciado su incursión a territorio guatemalteco desde mediados del 2006, y según las autoridades son los responsables de múltiples crímenes ocurridos en el país durante el último año.
El presidente Alvaro Colom, afirmó que insistirá ante sus homólogos de la región para crear una fuerza multinacional contra el narcotráfico, pese a la negativa expresada por su par mexicano, Felipe Calderón, quien el pasado jueves rechazó la iniciativa y descartó que su país se sume a esa fuerza al considerar que ``no es la alternativa''.

Crisis económica

REPORTAJE: ECONOMÍA 2008
¡Mira, mamá, sin manos!
JOAQUÍN ESTEFANÍA
El País Semanal, (www.elpais.com) 21/12/2008;
Mercados en caída libre. Incertidumbre económica mundial. Paro. El modelo 'neocon' hecho añicos. Seis letras han estado en boca de todo el mundo este año: crisis. Le presentamos 10 claves para comprender lo delicado de la situación en la que estamos inmersos.
1. La fase aguda de la crisis se inició el pasado 15 de septiembre, cuando las autoridades norteamericanas dejaron hundirse a Lehman Brothers, el cuarto banco de inversión del país, y se extendió el pánico en los mercados. Ni antes ni después durante esta crisis, ni en EE UU ni en otra parte del planeta, se ha abandonado a su suerte a ninguna gran entidad financiera. Al hoyo sólo ha ido Lehman Brothers. Es paradójico que en el único momento en que el
capitalismo aplica su darwinista regla de oro -que cada palo aguante su vela- y es coherente con lo que predica, es cuando se desploma y parece el principio del fin. El verbo nacionalizar, que parecía un arcano de la historia, lo conjugan los defensores del sistema, no los izquierdistas.
2. Desde julio de 2007 hasta septiembre de 2008 se vive la prehistoria de la crisis. El desorden se inicia cuando en el verano de 2007, el quinto banco de inversión de EE UU, Bearn Stearn (que ya no existe), anuncia la quiebra de dos de sus fondos de alto riesgo, atrapados por el impago de muchas de sus hipotecas subprimes, concedidas a clientes sin las garantías de solvencia. El mecanismo de transmisión es lo que se conoce como un esquema Ponzi (famoso delincuente de origen italiano especializado en estafas), y más comúnmente, un escándalo piramidal, el banco de doña Baldomera: para que alguien cobre, un nuevo cliente que pague al anterior debe entrar en el mercado. Los bajos tipos de interés y la continua revalorización del precio de la vivienda en EE UU llevaron a los bancos a conceder hipotecas a ciudadanos poco fiables; para minimizar el riesgo de impago, los bancos sacaron de sus balances estos préstamos, los empaquetaron junto a otros empréstitos y los colocaron en el mercado todas la veces que fue preciso, pagando a los sucesivos compradores unos intereses por el riesgo que asumían. Cuando cae el precio de las casas y sube el precio del dinero, se dispara el número de impagos y los bancos no pueden hacer frente a la liquidación de los intereses de la deuda emitida.
3. Las crisis financieras no son nuevas, sino recurrentes, sobre todo desde que se inicia la actual fase de globalización con la caída del muro de Berlín. El recuerdo de los casos de especulación apenas dura una generación. La experiencia indica que casi todo ha pasado antes y casi todo puede volver a ocurrir, aunque con formas más sofisticadas. Galbraith ha demostrado que nuestra memoria da síntomas de extrema fragilidad cuando se trata de asuntos financieros: "En consecuencia, el desastre se olvida rápidamente. Cuando vuelven a darse las mismas circunstancias u otras muy parecidas, a veces con pocos años de diferencia, aquéllas son saludadas por una nueva generación, a menudo plena de juventud y siempre con una enorme confianza en sí misma, como un descubrimiento innovador en el mundo financiero y, más ampliamente, en el económico" (Breve historia de la euforia financiera).
4. Las crisis financieras se repiten cada pocos años. No existe el sismógrafo financiero plano. En 1987 hubo un crash bursátil que, por momentos, se asemejó al de 1929: el 19 de octubre de 1987 se produjo un lunes negro en el que se desplomó Wall Street, de la misma manera que casi seis décadas antes hubo un martes negro, quizá el día más aterrador de la historia económica de EE UU. Entonces (en 1929), 16 millones de acciones se pusieron a la venta a cualquier precio, y pocas horas después, los ciudadanos se encaminaban a los bancos para retirar sus ahorros; las entidades cerraron sus puertas, ante la imposibilidad de devolver el dinero, y la economía americana inició un ciclo que culminó en la Gran Depresión. Cinco años después, en 1992, estalló el Sistema Monetario Europeo. En 1994, México, ejemplo de país emergente que cumplía las recetas del Fondo Monetario Internacional, quebró y se extendió el efecto tequila, que propagó los males mexicanos a muchos países alejados geográficamente del norte de América Latina. Un lustro más adelante, en el verano de 1997, devaluó la moneda tailandesa y dio lugar a una ronda de depreciaciones en cadena; se contrajo la economía de los tigres y los dragones, en lo que se denominó la primera crisis global del planeta. Un año después suspendió pagos Rusia, en transición desde el socialismo real hasta la economía de mercado; y ese mismo ejercicio y el siguiente hubo un nuevo desplome latinoamericano, ejemplarizado sobre todo en dos de los países más significativos de la zona, Brasil y Argentina. En 2000, la explosión de la burbuja tecnológica en EE UU, que acabó con el 90% de las empresas puntocom. En 2001, poco después de los atentados terroristas contra las Torres Gemelas y el Pentágono, el escándalo Enron y de numerosas empresas de la América corporativa, que acabó con la reputación de varias compañías auditoras (entre ellas, con el patrón oro de las mismas, Arthur Andersen, que desapareció por no haber detectado las engañifas y estafas existentes). En 2007 y el 2008, la estampida de las hipotecas locas y la desaparición de los bancos de inversión.
5. Hablamos de forma cotidiana de la crisis económica como si ella fuese algo coherente, sin fisuras. No es así. Desde agosto de 2007 se ha transformado tantas veces, ha mutado a tanta velocidad, que tiene confundidos a los expertos. Primero emergió como el estallido de una burbuja inmobiliaria y el impago hipotecario. Entonces la crisis parecía tener tres características inmutables: que la contaminación emergía del corazón del sistema, Wall Street, y no de alguna barriada marginal del planeta; que no parecía contagiar a los países emergentes (una ensoñación), sino al primer mundo, y, lo más novedoso, que los salvadores de los bancos afectados eran los países emergentes propietarios de materias primas, a través de los fondos soberanos. Éstos son empresas de capital público de aquellos países con gigantescas reservas de divisas (China, por ejemplo, tiene unas reservas de 1,8 billones de dólares), que las invierten en compras de bancos y empresas de los países ricos. La paradoja es evidente: la periferia acude en auxilio del centro del sistema.
A continuación, la crisis se transforma por el crecimiento vertiginoso de los precios de las materias primas alimentarias y energéticas, con lo que desplaza sus dificultades a los países en vías de desarrollo, que se dividen en aquellos que poseen en su subsuelo esas materias primas y los que no las tienen (que caen aún más en la pobreza extrema). Reaparece la estanflación, un neologismo que mezcla el bajo crecimiento económico con el aumento de precios. Más adelante, a partir del último otoño, la crisis hipotecaria deviene en crisis de liquidez, y los más afectados son las entidades financieras, que desconfían unas de otras y no se prestan dinero, y posteriormente, las empresas y los ciudadanos, que no reciben ni un duro para financiarse. En tal coyuntura se han de garantizar los depósitos de los clientes, temerosos de que sus ahorros no aparezcan y que pueden acudir en desbandada a sacarlos de sus cuentas (ocurrió en Reino Unido con el Northern Rock, banco que fue nacionalizado), generando un pánico bancario colectivo.
Nueva vuelta de tuerca: lo financiero contamina lo real. La economía se detiene y luego retrocede. Acompañando a esta fase descendente del ciclo los precios bajan: la deflación, que puede ser la antesala de lo que ahora mismo estamos viviendo. Keynes dijo de la deflación: "Lo peor".
6. Aunque nadie conoce la duración de esta crisis, se puede ir adelantando un balance de sus víctimas. Primero, la economía cotidiana en forma de parálisis de la actividad, paro masivo y pérdida del poder adquisitivo de los salarios; la nueva economía, esa forma de interpretar la coyuntura que decía que con la aplicación de las tecnologías de la información y la comunicación al mundo de la empresa se habían acabado los ciclos económicos, era otra representación falsa de la realidad.
Segunda víctima, la aristocracia financiera. Citigroup, Morgan Stanley, JP Morgan Chase, Goldman Sachs, Merrill Lynch, Lehman Brothers, Bearn Stearn, marcas que estaban por encima de toda sospecha, han desaparecido o tendrán que funcionar con unas reglas del juego diferentes. Volverá a activarse la lógica del presidente norteamericano Flanklin Delano Roosevelt, aquel que salvó al capitalismo de la Gran Depresión, embridándolo.
Otros inmolados en el altar de la crisis han sido los organismos reguladores nacionales, policías de tráfico de los vehículos financieros, que han quedado desacreditados por su ineficacia. Ya no es posible supervisar el comportamiento de los bancos dentro de las fronteras nacionales. Cuarta víctima, las agencias de calificación de riesgos; estas entidades han jugado en la actual crisis el mismo lamentable papel que las auditoras tuvieron en la quiebra de Enron: por conflicto de intereses (sus clientes, que les pagan, son los mismos que luego tienen que calificar) o por negligencia, no se enteraron de la existencia de los activos tóxicos en la barriga de los bancos.
Quinta víctima, el modelo económico neoliberal o neocon. La revolución conservadora, hegemónica en el último cuarto de siglo, se ha evaporado en cuanto se han multiplicado las dificultades. La filosofía de que el Estado es el problema y el mercado la solución ha estallado cada vez que el dinero público ha acudido en auxilio de entidades hipotecarias como Fanny Mae o Freddie Mac, aseguradoras como AIG...
7. Los mercados de valores viven en la histeria. En muchos casos, la capitalización bursátil que reflejan las empresas que cotizan en ellos ha dejado de ser indicativo de su valor real. Al contrario que en otras coyunturas en las que la voz de los oráculos alteraba al alza o a la baja sus movimientos, esta vez han sido insensibles a la misma. Se reunió el G-20 en Washington para la reforma del sistema financiero internacional, emitió un comunicado esperanzador y, al día siguiente, las bolsas bajaron. La acción de Citigroup ha perdido el 80% de su valor en el conjunto del año; de este porcentaje, el 50% bajó en sólo dos jornadas. Cuando se hizo público el plan de rescate de la Administración estadounidense, ascendió el 65% en unas horas.
8. Las soluciones que se van dando a los problemas generan sorprendentes paradojas. Quizá lo que hoy es urgente para sacar la economía de su atolladero rebote mañana en nuestras vidas, o en las de nuestros hijos, en forma de mayores dificultades. La mayor parte de los analistas coincide en que el origen remoto de esta crisis fue la política de gran liquidez y tipos de interés bajos que estableció la Reserva Federal, bajo el mandato de Greenspan, para que EE UU saliese de la recesión del 2001. Pues bien, la actual política monetaria es más expansiva que la de principios de siglo: los bancos centrales inyectan dinero a paladas y bajan una y otra vez el precio del dinero. Ceban la bomba, sin tener en consideración su coste en términos de déficit y deuda pública.
9. Las crisis multiplican el miedo. Ahora no se trata del miedo al terrorismo, que también, sino a la inseguridad económica, al otro, al inmigrante que compite con nuestro puesto de trabajo y con las prestaciones del Estado del bienestar. El historiador británico Tony Judt lo ha descrito gráficamente: el miedo resurge como un ingrediente activo de la vida política de las democracias occidentales; el miedo a la incontrolable velocidad del cambio, a perder el empleo, a quedar atrás en una distribución de recursos cada vez más desigual. A perder el control de las circunstancias y rutinas de la vida diaria. Y quizá, o sobre todo, miedo no sólo a que ya no podamos definir nuestras vidas, sino también a que quienes tienen la autoridad hayan perdido el control a favor de fuerzas que están más allá de su alcance (Sobre el olvidado siglo XX).
10. Este temor a lo desconocido estimula el cambio de paradigma económico. El Estado vuelve a tener un lugar en el mundo; se siente la necesidad de nuevas regulaciones contra el abuso del mercado y contra los caníbales que lo han convertido en un casino, lo que significa un retorno de la política. En EE UU, los ciudadanos han girado en masa su mirada hacia el Gobierno federal para que les ayude. Así se explica en buena parte la elección de Barack Obama. Cada vez que se produce un acontecimiento extremo, los ciudadanos exhuman el interés de estar gobernados, la importancia de los servicios públicos y su buen funcionamiento. Una democracia saludable, lejos de estar amenazada por el Estado regulador, depende de él. Después de todo, ¿cuál es la alternativa para evitar que una crisis económica devenga en una crisis sistémica o en una crisis violenta, como la que se desarrolló en las más de tres décadas que pasaron desde el inicio de la Primera Guerra Mundial hasta el final de la Segunda?

El momento de Obama


El momento de Obama/Reportaje por LLUÍS BASSETS
Publicado en El País Semanal (http://www.elpais.com/), 21/12/2008;
Será el primer presidente de Estados Unidos de raza negra, y su país ha acogido su victoria con expectativas muy altas. La crisis financiera mundial puede jugar en su contra, pero Barack Obama tiene la posibilidad de hacer realidad esos sueños de sus conciudadanos.
Este año es de Obama. Sólo empezar, el 3 de enero, el redoble de su nombre resonó en los medios de comunicación de todo el mundo: un candidato afroamericano había ganado las elecciones primarias demócratas en Iowa, un pequeño Estado de tres millones de habitantes, casi todos blancos, situado en el corazón de Estados Unidos. La idea de que EE UU podía tener pronto, por primera vez en su historia, un presidente de raza negra adquirió verosimilitud y revirtió todos los prejuicios, sobre todo entre los propios norteamericanos y quizá de forma más singular entre quienes tienen sus raíces en África. El redoble se fue intensificando todo el año, y en noviembre, ese nombre de resonancias exóticas, casi desconocido entonces, era ya el del nuevo presidente de EE UU: al presidente Bush, el más desprestigiado de la historia, le sucede así el que más esperanzas y expectativas ha levantado en América y en el mundo en el último medio siglo. Muchos consideran aquella primera y casi prematura victoria de Iowa como el primer impulso que formó la bola de nieve del cambio.
Cuando empezó 2008, las preferencias de los sondeos de opinión eran para Hillary Clinton en el bando demócrata y para Rudy Giuliani en el republicano. Ninguno de los dos consiguió alzarse con la candidatura de sus respectivos partidos, pero al terminar el año, la esposa del presidente Bill Clinton se prepara para asumir la Secretaría de Estado con Obama como presidente y el ex alcalde de Nueva York medita sobre su futuro político, después de su derrota en las primarias republicanas y de que frente a Obama también terminara derrotado John McCain, el candidato republicano que le venció, pero al que finalmente dio su apoyo. Una parte del soberbio plantel de candidatos lanzados a la carrera demócrata ha pasado en estos doce meses de competir con el senador afroamericano a convertirse en sus colaboradores, preparados para empezar a gobernar el 20 de enero de 2009: es el caso del senador por Delaware, Joe Biden, ahora nuevo vicepresidente de Estados Unidos; el del gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, ahora secretario de Comercio, y, por supuesto, el de la senadora Clinton, que ocupará el cargo de mayor relevancia política en el Gobierno después del propio presidente.
Pocos conocían en enero al eficaz equipo de campaña que dio a Obama aquella victoria tan temprana. Pero eran también pocos los que podían imaginar el dream team, el equipo político de ensueño, que Obama llegaría a montar en diciembre. Además de los cuatro candidatos presidenciales, Obama ha recuperado a un miembro del actual Gobierno de Bush, el secretario de Defensa Robert Gates, que seguirá en su cargo, y ha nombrado a Timothy Gerthner, presidente de la Reserva Federal de Nueva York, como secretario del Tesoro, en otro gesto de continuidad con su antecesor, Henry Paulson, con el que ha colaborado estrechamente a la hora de enfrentarse con la crisis financiera. Una gran parte de los equipos de asesores y consejeros salen de la Casa Blanca de Bill Clinton, y muchos, del entorno político de Obama en Chicago. Es el caso de su jefe de gabinete, Rahm Emanuel, que fue asesor del presidente Clinton y ha sido congresista por Illinois y presidente del grupo demócrata de la Cámara de Representantes. También el de Lawrence Summers, que fue secretario del Tesoro y ahora será el director del Consejo Económico de la Casa Blanca. El veterano Paul Volcker, en cambio, fue presidente de la Reserva Federal con Carter y Reagan, y presidirá ahora un Consejo Asesor para la Recuperación Económica, encargado de enfrentarse con la severa recesión que está afectando a la economía norteamericana.
La Casa Blanca de Obama nada tendrá que ver con la de Bush, empezando por el papel del presidente, que será mucho más activo y decisivo, y siguiendo por el del vicepresidente, con funciones presidenciales en el caso del actual, Dick Cheney, y con la previsible indeterminación que acompaña al cargo en el de Joe Biden. También ha hecho las cosas mejor que Clinton en 1992, que tuvo que rodearse de amigos de su provinciana Arkansas y tardó demasiado tiempo en componer el Gobierno. El sólido equipo que ha formado recoge la diversidad del Partido Demócrata, pero tiene también elementos bipartidistas y está pensado para lidiar con un Congreso demócrata escorado a la izquierda y ofrecer a todos, dentro y fuera de Estados Unidos, la imagen de que el país vuelve a estar gobernado. El aire de continuidad y el centrismo de la mayor parte de sus componentes ha sido la primera sorpresa que ha querido proporcionar Obama. El cambio soy yo, ha dicho ante las críticas. Y antes de empezar su mandato, también ha querido empezar a desengañar a su electorado más radical.
El nuevo presidente de EE UU no ha tenido miedo a rodearse de los mejores, a formar un equipo de rivales, una expresión acuñada en tiempos de Abraham Lincoln, cuando el presidente, al igual que ahora, colocó como secretario de Estado a su adversario en las primarias demócratas. La excelencia del grupo humano que le rodeará en la Casa Blanca ha permitido hablar también del brain trust (banco de cerebros), expresión esta acuñada en tiempos de Roosevelt, el primer presidente que instauró los hábitos de trabajo modernos en el Gobierno. O de los mejores y los más brillantes, una expresión acuñada por David Halberstam, cronista también extraordinario de la presidencia de John Kennedy en un libro que lleva el mismo nombre (The best and the brightest).
Los nombres de estos tres presidentes no han quedado asociados al de Obama únicamente por el anecdotario histórico. La difícil circunstancia económica y política que atraviesa EE UU, como resultado entre otras cosas de las dos guerras abiertas en Irak y Afganistán, y la recesión que deja en herencia el presidente Bush han conducido a historiadores y periodistas a girar la mirada hacia tres momentos determinantes de la historia presidencial que permiten encontrar referencias comparativas. La primera es la elección de Lincoln en 1860, que condujo a la emancipación de los esclavos y a la guerra civil entre los Estados del sur, partidarios de su mantenimiento, y los abolicionistas del norte. La segunda es la elección de Franklin Delano Roosevelt, en 1932, en plena Gran Depresión, después del fracaso cosechado por su antecesor, Herbert Hoover, que ha pasado a la historia como uno de los peores presidentes, incapaz de sacar las consecuencias del crash bursátil. La tercera es la elección de John Fitzgerald Kennedy en 1960, el primer presidente católico, que suscitó una nueva esperanza reformista, frustrada por su asesinato en Dallas.
Estos tres presidentes han inspirado a Obama, pero hay un cuarto, Ronald Reagan, que también ha estado presente en la campaña. Con la elección de Obama culmina y finaliza el ciclo que inició en 1980 el presidente conservador. La crisis que ha devastado Wall Street y ha borrado del mapa a la banca financiera ha recibido como respuesta de la Casa Blanca de Bush una receta letal para la ideología económica del reaganismo: el Gobierno ya no es el problema, como quería Reagan, sino la solución a la que se ve obligado a recurrir Bush para evitar una catástrofe financiera de dimensiones apocalípticas. Apenas un mes y medio antes de la elección, se ha producido la bancarrota del capitalismo financiero, después de que la crisis de la hipotecas subprime o basura fuera arrastrando los pies durante un año entero, desde agosto de 2007.
El ascenso de un candidato inspirado, que plantea su presidencia como un momento de transformación histórica del mismo tipo que aquellos grandes presidentes cruciales, se ha producido al compás de la creciente preocupación de los norteamericanos por el estado de su economía y de una atención decreciente por los problemas de la seguridad nacional y la política exterior. La excelente campaña de Obama, con una dirección sin vacilaciones, un uso muy innovador de las nuevas tecnologías y un fuerte componente de recambio generacional, no basta para explicar la victoria. Como no es suficiente la ruina política del Partido Republicano, donde cunde el desengaño por la presidencia de Bush, el desconcierto por la falta de líderes y la división que produce la ausencia de estrategia. Hay que acudir a la sabiduría común del primer ministro británico Harold Macmillan, cuando le preguntaron cuál era el factor determinante de la acción de su Gobierno. "Son los acontecimientos, muchachos, los acontecimientos", contestó.
En Irak, el gobierno de Al Maliki ha ido tomando las riendas del país; ha tenido efectos el refuerzo militar norteamericano, y el despertar sunní ha funcionado. Washington ha podido negociar un acuerdo que permite la salida de las tropas para 2011: la polémica entre Obama y McCain durante la campaña sobre la retirada ha dejado de ser relevante. No hay victoria, pero tampoco rendición ni derrota, e incluso todos, quizá incluso Bush, pueden salvar la cara. En sentido contrario ha actuado la crisis de las hipotecas subprime, iniciada en verano de 2007 y convertida un año después en una pavorosa crisis financiera que ha abierto las compuertas a una recesión, de forma que se ha situado en el corazón del final de la campaña y en la cuestión prioritaria de la transición presidencial y del mandato que Obama empieza el 20 de enero.
Está claro así que no hay un único factor que explique el ascenso imparable de Obama
durante 2008. Pero el cañamazo sobre el que ha construido su victoria y el arranque de su presidencia está tejido con su imagen pública y su biografía, es decir, su personalidad. Cuando el primer presidente afroamericano tome posesión el próximo 20 de enero, habrán pasado casi dos años desde que lanzó su candidatura en Springfield, la capital de Illinois y ciudad donde vivió Lincoln, el presidente de la emancipación de la esclavitud, y su campaña electoral habrá resultado la más larga e intensa de la historia de EE UU. En este tiempo, sus conciudadanos han tenido la oportunidad de escucharle y observarle, evaluar su actuación en los más de veinte debates televisivos de las primarias y los tres debates con el candidato republicano, John McCain, y ahora, ya como presidente electo, oír con gran frecuencia sus primeras intervenciones presidenciales. Las urnas han dado una clara respuesta al examen, pero el diario conservador The Wall Street Journal ofreció el juicio más contundente sobre su personalidad antes incluso del 4 de noviembre: "Tiene un temperamento de primera clase". Es su año y es su momento.

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