3 dic 2011

Así cayó Moreira/ Ivonne Melgar

Así cayó Moreira/ Ivonne Melgar  
Columna Retrovisor
Excélsior, 3 de diciembre de 2011;
Poco a poco, declaración tras declaración el candidato Peña Nieto fue despidiendo al profesor del cargo de dirigente formal del PRI.
¿Qué tiró al profesor Humberto Moreira? El sentido de sobrevivencia política de su jefe, Enrique Peña Nieto, líder de facto del aparato partidista del PRI, su candidato único y aventajado en la competencia presidencial al 2012.
Justo en el arranque del sexto y último año del gobierno de Felipe Calderón, el abanderado priista no sólo decidió pautar el ritmo de la contienda sino también sobrevaluar el precio de la popularidad.
Desde su registro como aspirante tricolor el domingo anterior, el ex gobernador mexiquense tomó las riendas de su propia campaña.
De entrada, contrario a lo que hizo hace seis años el perredista Andrés Manuel López Obrador, puntero en las encuestas de 2005, al enfrentarse abiertamente con el entonces presidente Vicente Fox, ahora Peña Nieto se dio el lujo de salir a la defensa de Calderón.
Lo hizo en un momento crítico para Los Pinos al ser el primer político de oposición que se atrevió a rechazar la denuncia que, con 23 mil firmas, se llevó a la Corte Penal Internacional de La Haya contra el gobierno federal por presuntos crímenes de lesa humanidad, en el marco de la estrategia de seguridad.

Criminales/Felipe Calderón Hinojosa

Retrospectiva
Criminales/Felipe Calderón Hinojosa 
Reforma, a 13 de septiembre del 2001
Sumido aún en el estupor, escudriño incrédulo la información que aparece en todos los medios, las mismas escenas que horas y horas estuvo contemplando el mundo entero. Me invade una profunda tristeza y una gran frustración. No es posible que se siga matando así, en la peor de las locuras. La brutalidad con la que se mata en nombre de Dios grita lo pequeña y estúpida que llega a ser la condición humana.

Salutación a Walt Whitman, Alvaro Campos (Pessoa)

Salutación a Walt Whitman, Alvaro Campos (Pessoa)
 
Portugal Infinito, once de junio de mil novecientos quince…
Hé-lá-á-á-á-á-á-á!
Desde aquí de Portugal, todas las épocas en mi cerebro,
te saludo, Walt, te saludo, hermano mío en el Universo,
yo, con monóculo y saco exageradamente adornado,
no soy indigno de ti, bien lo sabes, Walt,
no soy indigno de ti, basta saludarte para no serlo…
Yo tan cercano a la inercia, tan fácilmente lleno de tedio,
soy de los tuyos, tú bien lo sabes, y te comprendo y te amo,
y aunque no te conociera, nacido por los años en que tú
moriste,
sé que me amaste también, que me conociste, y estoy
contento.