Era jueves 18 de enero de 2018..., iban a bordo del vuelo que lo llevó desde Santiago de Chile hasta Iquique.
¡Y ocurrió lo inesperado!
Francisco se convirtió ese día en el primer papa que celebra un casamiento a 10 mil metros de altura; dos tripulantes, Paula Podest Ruiz, de 39 años y Carlos Ciuffardi, de 41, le pidieron al papa una bendición de sus anillos, empero fueron sorprendidos por Bergoglio que les propuso formalizar su unión. Claro que antes hubo varias preguntas, y lo que hizo el papa fue cascarlos..."eran conscientes de que estaban en una situación irregular”, dijo.
"El Papa nos preguntó si estábamos casados por Iglesia y le dijimos que no, porque se había derrumbado la Iglesia donde íbamos a hacerlo, debido al terremoto del 27 de febrero de 2010. Y entonces nos preguntó: 'quieren que los case'?", contó la pareja, que con ello causó revuelo en el vuelo papal.
El acta de matrimonio firmada por el Papa. Foto: LA NACION / Elisabetta Piqué
"Se le ocurrió a él", contó, muy emocionado Carlos, que destacó que Francisco no sólo, de repente, los casó, con acta, testigos y todo, durante el vuelo, sino que también, ostentó su habitual humor porteño. "Cuidado, no se pongan los anillos demasiado apretados porque son una tortura, ni demasiado flojos, porque se caen", bromeó.
Para el casamiento, que luego fue registrado con un acta oficial, fueron elegidos, repentinamente, como testigos, el sacerdote chileno Felipe Herrera -que realizó el acta- y el presidente de Latam, Ignacio Cueto. (La Nación)..
Y la conferencia de prensa era obligada la pregunta al papa:
Pregunta: Mi pregunta es sobre la celebración del matrimonio en el avión. De ahora en adelante, ¿qué le diría a los párrocos, obispos, cuando los novios piden casarse en la playa, en los parques, en los barcos…?
Papa Francisco: Se imagina cruceros con matrimonios, esto sería… Uno de ustedes me dijo que yo estoy loco por hacer estas cosas.
Pero fue sencillo. El señor, el hombre, estaba en el primer vuelo. Ella no estaba. Hablamos… luego me di cuenta que me había sondeado. Hablamos de la vida, de qué pensaba yo la vida de la familia. En verdad, una hermosa conversación.
El día después estaban ambos. Cuando nos hicimos las fotos me dijeron que estaban por casarse por la Iglesia, se casaron por civil, porque el día anterior (se ve que eran de una ciudad pequeña) la iglesia se destruyó en el terremoto. No hubo boda. De esto hace 8 o 10 años. ‘Que sí, que mañana lo hacemos, después la vida, llega una hija, después la otra hija… pero nosotros siempre hemos tenido esto en el corazón, pero no nos hemos casado’. Los interrogué un poco, y las respuestas eran claras: para toda la vida. ‘¿Y cómo sabéis estas cosas? ¿Tenéis buena memoria del catecismo?’. ‘No, no, no. Nosotros hemos hechos los cursos prematrimoniales’. Estaban preparados.
A los párrocos les digo que estaban preparados y yo he juzgado que estaban preparados.
Me lo pidieron. Los sacramentos son para las personas, y vi que las condiciones eran claras y por qué no hacer hoy lo que se puede hacer hoy, ¿no?; para qué mandarlo a mañana, porque mañana quizás hubiesen sido 8 años más.
Esta es la respuesta.
Porque yo he juzgado que estaban preparados y que sabían lo que hacían. También uno de ellos se ha preparado delante del Señor con el sacramento de la penitencia, y los casé.
Y cuando llegaron aquí todo estaba acabado y se han casado.
Me dijeron que les había dicho a alguno: ‘vamos al Papa que nos case’. No se si era verdad o no esa intención. Así ha sido la cosa. Pero decidle a los párrocos que el Papa los interrogó bien, y después cuando me dijeron que habían hecho el curso… Pero eran conscientes de que estaban en una situación irregular.
Gracias a esa precisión el papa Francisco pudo acallar las voces de sectores ultra-conservadores que habían salido a atacarlo por su supuesta ligereza ante algo tan importante como el sacramento del matrimonio.
Por: Elisabetta Piqué
Fuente: La Nación/ ACI..