15 may 2008

Israel

Reflexiones sobre Israel: 60 años de sueños, pesadillas y esperanza/Elie Wiesel, ganador del Premio Nobel de la Paz. Ha sido distinguido recientemente con la Medalla de la Libertad del Congreso de Estados Unidos; es autor de más de 40 obras, entre ellas, su mundialmente aclamada autobiografía Night, (La Noche), editorial El Aleph
Publicado en EL MUNDO, 14/05/2008;
Para el niño judío que hay en mí, Israel representa un llamamiento irresistible a la esperanza y Jerusalén una intensa canción de amor. En mi pequeña localidad rumana, encaramada en los Cárpatos, yo paseaba a menudo por las calles y me imaginaba a mí mismo sentado en un banco de un lugar cualquiera de Judea, atento a un maestro que explicaba el misterio de las palabras, la fuerza de los recuerdos y la sed humana de milagros.
Con mi abuelo, un fervoroso hasidim [una secta judía], yo hablaba en yidish. A él le encantaba enseñarme cancioncillas hasídicas y, por encima de todo, ver cómo yo me enfrascaba en el estudio del Talmud [1]. Su sueño era vivir lo suficiente para que todos nosotros nos fuéramos juntos a la Tierra Santa y allí diéramos la bienvenida al Mesías.
De hecho, yo soñaba más con el Mesías que con un Estado político judío.
Entonces ocurrió lo que ocurrió.
¿Dónde estaba yo el 14 de mayo de 1944? Aún en el gueto. Yo tenía 15 años. El primer porte hacia lo desconocido, organizado con prisas, estaba listo para partir o justo acababa de hacerlo.
Para nosotros, el destino llevaba puesta la máscara de la muerte, a la que el enemigo había convertido en su salvador.
14 de mayo de 1948.
París. Israel está a punto de nacer. Apátrida, yo había vivido ya tres años en Francia.
Al ser liberado de Buchenwald por el Ejército norteamericano en 1945, un oficial me preguntó dónde quería ser repatriado. Como la inmensa mayoría de mis amigos, le respondí que quería ir a Palestina, pero la orden británica sobre inmigración, en vigor en aquella época, nos había cerrado las puertas. Al final, la OSE (Oeuvre de Secours aux Enfants u Obra de Socorro a la Infancia), una organización franco-judía excepcional de ayuda humanitaria, nos llevó a 400 de nosotros a Francia.
Recuerdo.
Es un viernes. David Ben-Gurion lee la Declaración de Independencia del Estado judío; la difunden emisoras de radio de todo el mundo. Por la noche, me acerco a la sinagoga. Júbilo. Unos extraños entre sí comparten los mismos sentimientos. ¿Cómo? ¿Un Estado judío? ¿Tres años después de la peor catástrofe de la historia de los judíos? Me resulta difícil concentrarme. Un anciano con barbas, de ojos febriles, me sermonea: éste es el fruto de la oración, que es más importante que la política. Me gustaría decirle que estoy de acuerdo con él, que es también la oración lo que nos permite ser testigos del cumplimiento de una antigua promesa, pero soy demasiado tímido y guardo silencio.
Mis pensamientos vuelan hacia mi abuelo. ¿No se merecía él, mucho más que yo, haber disfrutado de este momento glorioso? Mi padre, mi madre… mis sentimientos vuelan hacia ellos, a los que se llevó un torbellino de fuego y cenizas. ¿Tendré que incluir palabras de gratitud por la existencia del Estado judío en la Qadish [2] dolorosa que rezo por ellos?
¿Podrá ser verdaderamente este momento brillante la respuesta a los tormentos de nuestra noche? ¿Israel como compensación a Auschwitz? No recuerdo con exactitud lo que pensé en aquel momento, pero confío en que ya entonces rechazaría esas teorías. Son crueles, simplistas, absurdas y, por encima de todo, indignas.
Luego creció el niño que yo era. Me convertí en un adulto que terminó de sentir el auténtico peso de la edad.
¿Qué ha cambiado?
Primero en París y luego en Nueva York, durante más de 20 años fui corresponsal de un diario vespertino de Israel, el Yedioth Ahronoth (Ultimas Noticias). Me hacía una ilusión enorme mientras seguía al tanto de los acontecimientos en Tierra Santa. Para mí, aquello no había sido una guerra de conquista sino una restitución, una liberación. Después de 2.000 años de penalidades, de vidas pasadas en una continua marcha de un exilio a otro, de una situación de peligro a la siguiente, las víctimas de su propia debilidad habían conseguido superarla al fin, habían conseguido llegar a ser los autores de su autodeterminación y habían adquirido, por tanto, un poder inesperado.
El Estado soberano recién nacido estaba dispuesto a vivir dentro de las estrechas fronteras definidas por el plan de partición de las Naciones Unidas. Entonces, sin embargo, aquella joven nación, que carecía de armas y de un Ejército consolidado y estructurado, fue atacada, no por uno sino por cinco países árabes bien armados.
En aquella época, yo no era plenamente consciente del hecho de que, en las vidas de los hombres, al igual que en las de las naciones, el sueño de uno puede convertirse en un instante en la pesadilla de otro.
La gran pregunta: ¿qué habría ocurrido si los dirigentes palestinos de aquel tiempo hubieran seguido el ejemplo de Israel con una declaración de constitución de un Estado palestino independiente? ¿Por qué los dirigentes palestinos «no han perdido nunca la oportunidad de perder una oportunidad», por decirlo en palabras del desaparecido Abba Eban?
Recuerdo mi primer viaje a Israel en 1949. Me embarqué en un pequeño barco, abarrotado hasta arriba de inmigrantes, en su mayor parte jóvenes sionistas, en Marsella. Al llegar a Haifa, vi en el horizonte el majestuoso Monte Carmelo, que me trajo a la cabeza sus profetas jóvenes y errantes. Recuerdo lo mucho que me emocioné al ver los primeros policías judíos, los primeros funcionarios de aduanas judíos y los primeros soldados judíos.
Mi primera visita a Jerusalén. Vagué sin rumbo fijo por la ciudad con la sensación de que ya había estado allí con anterioridad. A los ojos de mi mente, yo había estado allí en incontables ocasiones. Aún así, siempre que visito Jerusalén ahora tengo la sensación de que es la primera vez.
En 1967, Egipto ordenó a las fuerzas armadas de las Naciones Unidas que se retiraran del Sinaí y de este modo provocó la guerra. Recuerdo aquel mes de junio. Con la guerra todavía en todo su apogeo en el Sinaí y en los Altos del Golán, aprovechaba cada hora que tenía libre para rezar ante el Muro de las Lamentaciones, que recientemente había sido liberado. Un día, cuando caminaba por las estrechas callejuelas de la Ciudad Vieja, me encontré con un grupo de niños árabes que me miraron de una forma rara. De repente caí en la cuenta: estaban atemorizados. Yo les daba miedo porque era judío. Eso me preocupó enormemente. Como judíos, tenemos una larga historia de haber pasado miedo. Ahora, ¿niños aterrorizados por un judío?
No tengo ningún problema con ninguna religión. Sin embargo, no soporto a los fanáticos, de cualquier religión que sean, incluida la mía. Esos terroristas suicidas que respiran odio y practican el culto a la muerte son una plaga para todas las naciones. Hago a sus jefes responsables de los males que causan.
Soy consciente, por supuesto, de que también cabe plantear interrogantes sobre los dirigentes israelíes. Durante años y años de derramamiento de sangre, ¿han hecho ellos algo por aprovechar todas las oportunidades de poner fin a las hostilidades?
En el plano personal, me pregunto a mí mismo por qué no me he trasladado a vivir a Israel. Al final de la guerra, muchos de mis amigos de juventud culminaron su aliá [3] ilegalmente, vía Chipre, mientras que yo me quedé en Francia, con la intención de ir viendo qué pasaba y de juntar unas palabras con otras. ¿Por qué?
Sesenta años más tarde, todas esas preguntas y muchas otras más continúan sin respuesta. Sé que hay quienes me acusan de haber hecho demasiado y sé que hay otros que me culpan de no haber hecho lo suficiente, sobre todo, por vivir en Estados Unidos, tan lejos de Israel y de sus innumerables problemas.
¿Qué hay de la esperanza? ¿Es necesario renunciar a ella de una vez por todas y aceptar la realidad? ¿Tenemos que decirnos a nosotros mismos que tenemos que vivir día a día, con nuestros miedos permanentes y nuestras alegrías fugaces?
¿Cuál debería ser el papel del escritor, del profesor, del testigo o simplemente del judío que hay en mí, que no vive en Israel pero que debe a Israel adhesión y lealtad, y quizás también, por qué no, su gratitud sencillamente por existir como tal judío?
Por supuesto, yo, y como yo muchos judíos que viven en la Diáspora, siento la necesidad de cooperar con la independencia de Israel y con la superación del aislamiento en el que «las naciones del mundo», por emplear la expresión talmúdica, tratan con frecuencia de encasillar a nuestro país. Cuando hablamos de Israel, muchos de nosotros sentimos que es nuestro deber subir de nivel el debate.
¿Se trata con ello de proponer que guardemos silencio sobre los palestinos, sobre esos hombres, mujeres y niños, especialmente niños, que viven en la miseria, en el miedo, en el sufrimiento, y que echan la culpa de todo ello a Israel? Por supuesto que no. Además, me consta que el Gobierno de Israel y la mayoría de la población creen que, si hay una solución, se sustenta en dos estados que convivan el uno junto al otro y que opten por la paz.
Para un judío como yo, con mi pasado y mi compromiso, cooperar con Israel significa algo más que la simple ayuda material. Yo estuve, como también el rey Abdulah II de Jordania, entre los que pusieron en marcha la primera reunión de verdad entre el primer ministro de Israel, Ehud Olmert, y Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina, en nuestra Conferencia de Petra de 2006. En esta extraordinaria parte del mundo, bendecida por Dios y maltratada por el hombre, la paz sigue siendo la prioridad que más nos apasiona.
Ahora bien, ¿cómo conseguirla?
A mediados de los años 70, publiqué una carta dirigida «a un joven árabe palestino». En esa carta le decía que el hombre que yo soy, el judío que yo soy, le comprende mejor que nadie. Comprendo su sufrimiento, e incluso su rabia. Le decía que estaba dispuesto a hacer un esfuerzo por ayudarle a construir sobre las ruinas, como los judíos hemos hecho una y mil veces, La diferencia es que cuando nosotros hacemos frente a nuestros problemas, nunca optamos por la violencia.
Si tuviera que escribir hoy esta carta, añadiría que, si renunciara a sus tácticas, a la violencia absoluta del terrorismo suicida, yo y muchos otros haríamos nuestra su causa de manera inmediata. Ahora bien, ¿cómo voy a apoyar a nadie, hombre o grupo, que predica o incluso tolera una doctrina cuyo objetivo declarado es la aniquilación de una comunidad de seis millones de judíos que viven en su tierra ancestral, que es también la mía?
¿Por qué no resido en Israel ni soy ciudadano israelí? Principalmente porque, durante muchos años, pensé ingenuamente que yo era más útil a mi pueblo fuera de Israel. También, lo reconozco, porque no estaba preparado. Incluso hoy me resulta difícil distanciarme de la Diáspora y sus ansiedades, de sus recuerdos y de sus retos. Por ello mismo, si bien es cierto que no vivo en Israel, tampoco podría vivir sin Israel.
[1] El Talmud es el tratado que compendia la legislación civil y religiosa de los judíos (con apostillas y comentarios incluidos) no incluida en el Pentateuco.
[2] La ‘Qadish’ (habitualmente, con mayúscula) es la oración diaria que se recita en la sinagoga.
[3] La ‘ahyá’ o ‘aliá (literalmente ‘ascenso’ en hebreo) es el término usado para llamar a la inmigración judía a la tierra de Israel.

El último genocidio

El último genocidio del siglo xx/Nicole Muchnik, pintora y escritora
Publicado en EL PAÍS, 14/05/2008;
Ruanda es un pequeño país anclado en la región de los Grandes Lagos y fronterizo con Uganda, Tanzania, la República Democrática del Congo (ex Zaire) y Burundi. Un 80% de sus ocho millones de habitantes son hutus; casi todo el resto, tutsis.
Desde el fin de los años 1980, Francia apoyaba abiertamente al presidente hutu Habyarimana, a pesar de lo que se sabía en todos los observatorios internacionales: que las Fuerzas Armadas Ruandesas (FAR), junto con las milicias hutus, estaban involucradas en una feroz represión de todos los opositores tutsis; entre ellos, la fuerte minoría tutsi exiliada en Uganda y organizada en el Frente Patriótico Ruandés (FPR).
Cuando en abril de 1994 el avión del presidente Habyarimana fue abatido en un sospechoso accidente, lo que hasta la fecha era una lucha sangrienta por el poder se convirtió en la matanza de la minoría tutsi del país.
¿Fueron Francia y su entonces presidente François Mitterrand responsables en parte de lo que se consideran los peores crímenes de guerra desde el Holocausto judío de la Segunda Guerra Mundial? ¿Participaron los servicios secretos franceses en el atentado contra Habyarimana?
A pesar del desmentido por parte de los sucesivos gobiernos franceses, no son pocos los analistas independientes, franceses o internacionales, que defienden las acusaciones contra París. Para el general canadiense Romeo Dallaire, comandante del Cuerpo de la ONU (MINUAR) en 1993-1994 -que pagó su estancia en Ruanda con 10 años de depresión clínica-, los oficiales franceses consejeros del Ejército ruandés “sabían necesariamente lo que pasaba. Estaban muy bien informados sobre los preparativos para la matanza”. Para Patrick de Saint-Exupéry, uno de los pocos que han hecho un trabajo de periodista de una ética totalmente irreprochable -completado luego por los análisis y libros de François Xavier Vershave, Jean-Paul Gouteux, Medhi Ba, Michel Sitbon, David Servenay y Gabriel Périès, y el serio trabajo de la revista La Nuit Rwandaise-, “los oficiales franceses formaron a los asesinos para el genocidio. Enseñaron estrategias y tácticas al Ejército ruandés”.
El general Dallaire va más lejos: “Unos días después del asesinato del presidente Habyarimana, vimos en acción a soldados europeos vistiendo uniformes del Ejército ruandés. Había muchos militares franceses en el Estado Mayor del Ejército ruandés y, en particular, en la Guardia Presidencial. ¡Y se quedaron hasta el final!”. En la película Kigali, todos los interlocutores del periodista J. C. Klotz afirman que, deliberadamente, los militares franceses hicieron oídos sordos a las llamadas desesperadas de los tutsis.
Para Linda Melvern, autora de un estudio sobre el exterminio, “el genocidio fue perfectamente planificado. Es difícil creer que la preparación técnica de las matanzas, para las cuales fue necesaria la compra de miles de machetes, no llamara la atención de los 47 oficiales franceses de rango superior incrustados en ese momento dentro del Ejército ruandés y bajo las órdenes directas del Gobierno francés”.
Según la Rwanda News Agency (enero de 2008), dos documentos secretos han salido de los archivos del Ministerio de Defensa francés. En el primero, el coronel Poncet, encargado de la evacuación de los franceses residentes en Ruanda, recomienda “no enseñar a los medios de comunicación a soldados franceses absteniéndose de poner fin a las matanzas de las que son testigos”. En el segundo, el coronel Cussac confirma que “en el Ejército francés se sabía desde el 8 de abril de 1994 que las matanzas tenían a los tutsis como blanco”. Georges Kapler, enviado por la Comisión Ciudadana de Investigación (CEC) para interrogar a los sobrevivientes, descubre, a medida que los testigos oculares van hablando, la implicación directa de soldados franceses en los acontecimientos, y concluye que le es “imposible no considerar la hipótesis según la cual este país de los derechos humanos (Francia) no sólo habría facilitado, sino concebido, el plan de exterminio”. La CEC aportó también informaciones espeluznantes sobre lo que pasó en la “Zona Humanitaria segura” bajo control francés.
¿Queda alguna duda sobre la naturaleza real de la “guerra” de Ruanda? Es extremadamente penoso aceptar la idea de que, lo que se llama hoy un “genocidio reconocido de notoriedad pública”, según el Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR) -y no una guerra por el poder entre fracciones tribales-, haya implicado como testigo y/o como actor a una sólida democracia europea, en este caso, Francia.
“Nadie puede cuestionar que en 1994 hubo una masiva campaña enfocada a destruir el conjunto o por lo menos gran parte del pueblo tutsi de Ruanda”, dice el TPIR. “No se puede conocer el número de víctimas, pero los tutsis en su inmensa mayoría han sido matados, violados o dañados en su integridad física o mental. El genocidio ruandés es un hecho que se inscribe en la historia del mundo”.
Escribe Tony Judt en The New York Review of Books: “El problema no es la descripción (de los horrores del siglo XX), sino el mensaje según el cual todo eso queda ya detrás de nosotros y que ahora sólo nos queda avanzar, sin más trabas y aliviados de los errores del pasado, hacia una época mejor y diferente”. Pues, adelante.

DEL FNLS

Reproduzco el correo enviado por el:
FRENTE NACIONAL DE LUCHA POR EL SOCIALISMO (FNLS). México.
Cátedra: Teoría y Praxis de los Derechos Humanos (catedra-typdh@googlegroups.com)
Chis/Mex. CAMPAÑA INTERNACIONAL FNLS POR PRESENTACIÓN CON VIDA DE DESAPARECIDOS EN MÉXICO
Nos ponemos en contacto con ustedes para hacerles partícipes de la campaña internacional que desde inicios del presente mes de mayo venimos desarrollando con relación a la detención-desaparición forzada de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Cruz Sánchez, la cual se produjo el día 25 de mayo de 2007 en el estado mexicano de Oaxaca.
Como viene siendo denunciado desde un principio por distintas organizaciones sociales y de derechos humanos, todos los indicios, testimonios y pruebas existentes apuntan a que la desaparición de las personas antes referidas, miembros del Ejército Popular Revolucionario ( PDPR-EPR), fue producto de un operativo gubernamental en el que intervinieron policías y elementos del ejército.
Los detenidos permanecieron en un primer momento en dependencias policiales hasta su posterior traslado clandestino, posiblemente hacia un acuartelamiento militar, sin que se tenga hoy, pasado un año, conocimiento alguno sobre su paradero.
El Gobierno de México ha negado sistemáticamente cualquier responsabilidad en estos hechos. La reciente detención de 11 funcionarios de la procuraduría general del estado de Oaxaca (fiscalía de la que dependen un importante número de elementos de la policía de dicho estado), acusados de encontrarse implicados en la desaparición de Reyes Amaya y Cruz Sánchez, así como las declaraciones filtradas a la prensa de un testigo protegido en la causa judicial abierta (corroborando el paso de Amaya y Sánchez por instalaciones policiales) no parece coherente con esta actitud gubernamental de silencio y negación.
La escasa voluntad de las autoridades para el esclarecimiento del caso ha sido constante, y buena prueba de ello ofrece la tardía práctica de las detenciones antes citadas, pese a la temprana existencia de indicios suficientes para llevarlas a cabo.
En este contexto el EPR lanzó el pasado 24 de abril una oferta pública de diálogo dirigida al Gobierno Federal, con el propósito de impulsar las gestiones que permitan conocer el paradero de Reyes Amaya y Cruz Sánchez, entre otros muchos casos de desaparición forzada de personas por motivos políticos en México.
En esta oferta el EPR proponía la mediación de una serie de personalidades de reconocida autoridad moral e intelectual en México, siendo éstas el obispo emérito Samuel Ruiz, el periodista Miguel Ángel Granados Chapa, el escritor Carlos Montemayor, el antropólogo Gilberto López y Rivas, así como una representación del Frente Nacional contra la Represión (en la figura de la senadora Rosario Ibarra de Piedra).
Los propuestos como mediadores aceptaron al día siguiente ejercer como tales.
La respuesta del Gobierno de México ha sido la de una aceptación matizada de este diálogo, estableciendo condicionantes al mismo, entre ellos su negativa a reconocer más que a título de “testigos civiles” a los integrantes de la comisión de mediación propuesta.
Esta respuesta del Gobierno de México fue rechazada por el EPR en un comunicado del 28 de Abril (www.cedema.org) y ratificó su posición política en donde pide se reconozca a la comisión de intermediación.
Así, el 9 de Mayo de 2008, el Gobierno de México a través de la Secretaría de Gobernación emitió un boletín de prensa, en el que se acepta la figura de la comisión de intermediación y manifiesta que escuchará "los planteamientos de estas personalidades a fin de ir avanzando en la construcción de condiciones de confianza recíproca y creciente entre las partes".
El diálogo entre el Gobierno de México y el EPR ofrece una trascendental oportunidad para esclarecer la suerte de decenas y decenas de desaparecidos/as por motivos políticos en nuestro país. Conscientes de ello, nos encontramos recabando el apoyo de cuantas personas, organizaciones e instituciones en el extranjero deseen contribuir al éxito del mismo, solicitando para ello se dirijan al Gobierno de México, instándole para que de forma decidida y honesta aborde el proceso de diálogo y le de inicio a fin de remover políticamente cuantos obstáculos impiden la resolución de los casos de desaparición forzada antes referidos.
Nuestro país ha ratificado convenios internacionales contra la tortura y desaparición forzada, los cuales no respeta en la práctica ya que hasta la fecha han quedado impunes no sólo las desapariciones de este período de gobierno sino de décadas anteriores.
Proponemos para ello un texto (se adjunta) que remitir electrónicamente a la Presidencia de los Estados Unidos Mexicanos, solicitándoles que lo envíen también a nuestro propio correo electrónico para contar con el total de firmas conseguidas (*).
Hacemos de su conocimiento que estaremos a su vez sacando un cartel, con motivo del primer aniversario de la desaparición forzada de estos dos luchadores sociales, por ello también les pedimos si pueden confirmarnos si están de acuerdo en aparecer en dicho cartel puede ser a título personal o de su organización o ambas.
Les agradecemos su solidaridad política para que estos hechos no queden en la impunidad en nuestro país.Agradeciéndoles su apoyo solidario
Atte.
FRENTE NACIONAL DE LUCHA POR EL SOCIALISMO (FNLS). México.
(*) Los datos serán usados exclusivamente en esta campaña de firmas y serán borrados posteriormente sin pasar a formar parte de fichero o base de datos alguna.
PROPUESTA DE CARTA MODELO:
A LA ATENCIÓN DEL SR. FELIPE DE JESÚS CALDERÓN HINOJOSA, PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.
Sr. Presidente.
Desde la preocupación por la grave violación de los derechos humanos que supone la desaparición forzada de personas por motivos políticos y teniendo conocimiento del caso de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, en cuya detención-desaparición el 25 de mayo de 2007 habrían intervenido, tal y como se deduce de las actuaciones judiciales y testimonios actualmente existentes, elementos de la policía y el ejército mexicanos, SOLICITO que su gobierno realice en el plazo más breve posible todas las investigaciones y actuaciones necesarias para que se determine el paradero de las personas antes citadas y se depuren las responsabilidades que se deriven de estos hechos.
En este mismo sentido le SOLICITO que el Gobierno que preside aborde el proceso de diálogo que ha aceptado mantener con el Ejército Popular Revolucionario, comprometiéndose de manera resuelta y honesta para llevarlo adelante, pues constituye una importante vía para remover los obstáculos políticos que impiden el esclarecimiento de numerosos casos de desaparición forzada de personas por razones políticas en México, entre los que figuran los de Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez.
Asimismo, saludamos a la Comisión de Mediación de intelectuales; el periodista Miguel A. Granados Chapa, el antropólogo Gilberto López y Rivas, el escritor Carlos Montemayor, el Frente Nacional Contra la Represión, el Obispo Don Samuel Ruiz García, y la Senadora Rosario Ibarra de Piedra, quien cuenta con una indudable calidad moral, política y gran defensora de los derechos humanos, principalmente por su trayectoria de lucha contra la desaparición forzada en México. Les saludamos y nos solidarizamos en estos momentos por su esfuerzo y contribución a que estos crímenes de lesa humanidad no queden en la impunidad.
Favor de enviar la carta al correo ilustrado de la Jornada (www.jornada.unam.mx), y a las siguientes direcciones:
Presidente FELIPE DE JESÚS CALDERÓN HINOJOSA, felipe.calderon@presidencia.gob.mx
Lic. Juan Camilo Mouriño Terrazo, Secretario de Gobernación: jcmourino@segob.gob.mx Dr. José Luis Soberanes, Presidente de la CNDH: correo@fmdh.cndh.org.mx
Dip. Emilio Gamboa Patrón, emilio.gamboa@congreso.gob.mx
Senador Santiago Creel Miranda, screel@senado.gob.mx
Louise Arbour, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, tb-petitions@ohchr.org
Sr. Amerigo Incalcaterra, Representante en México de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos: oacnudh@hchr.org.mx
Sr. Santiago Cantón, Secretario Ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos: cidhoea@oas.orgComisión de Derechos Humanos, Frente Nacional de Lucha por el Socialismo:dh_fnls@yahoo.com.mx

Iniciativa Mérida, primer paso

La Cámara de Representantes de EE UU aprobó este jueves 15 de mayo una partida de 461,5 millones de dólares -88,5 millones menos de lo solicitado por el presidente George W. Bush- para financiar el primero de tres años de la Iniciativa Mérida.
De acuerdo con los fondos incluidos en la propuesta de ayuda suplementaria de emergencia para las guerras, México recibiría 400 millones en equipos, asesoría y entrenamiento, y 61,5 millones serían para Centroamérica, incluyendo a Haití y República Dominicana.
Con votación de 256 a favor y 166 en contra, la Cámara baja dio el primer paso en un proceso legislativo que requiere aún su aprobación en el Senado y la conciliación de diferencias de ambas cámaras.
En total, 224 demócratas y 32 republicanos votaron a favor de la iniciativa Mérida, mientras que siete demócratas y 159 Republicanos votaron en contra.
La Iniciativa Mérida fue incluida en el presupuesto presupuestal para Irak del año fiscal 2008, como parte de un paquete que incluía asistencia para los veteranos de guerra.
Los fondos de la Iniciativa contribuirían a la compra de helicópteros y avionetas de reconocimiento de agencias del orden, programas computarizados que se emplearían para respaldar investigaciones, abrir oficinas de recepción de quejas públicas y para programas de protección de testigos en México.
También servirían para comprar perros policías que ayuden a combatir el narcotráfico, así como el contrabando de personas y lavado de dinero en los países en cuestión. Sin embargo, la iniciativa no otorgaría dinero en efectivo.

Interpol y las computadoras



Comunicado de prensa de INTERPOL
15 de mayo de 2008
INTERPOL publica el informe forense sobre los ordenadores y equipos informáticos decomisados a las FARC solicitado por Colombia
BOGOTÁ (Colombia) - INTERPOL ha presentado hoy los resultados del análisis forense de ocho pruebas instrumentales, consistentes en otros tantos ordenadores y equipos informáticos decomisados a las FARC, que ha realizado después de que Colombia, uno de sus 186 países miembros, le hiciera llegar una petición de ayuda el pasado mes de marzo.
El Secretario General de esta organización internacional, Ronald Noble, ha comunicado a los altos mandos policiales de Colombia que el equipo de INTERPOL de especialistas en investigación informática forense no descubrió “evidencias de modificación, alteración, añadidos o supresión” en los archivos de usuario de los tres ordenadores portátiles, las tres llaves USB y los dos discos duros externos decomisados con ocasión de una operación antiterrorista y antidroga efectuada por Colombia en un campamento de las FARC el 1 de marzo de 2008.
"Tras el pormenorizado y exhaustivo análisis forense que hemos realizado de cada una de las ocho pruebas instrumentales de carácter informático decomisadas a las FARC, y tras el estudio de todas las evidencias examinadas por nuestros especialistas, INTERPOL concluye que no se produjo ninguna falsificación ni alteración de los datos contenidos en dichas pruebas instrumentales tras su decomiso por las autoridades colombianas, practicado el 1 de marzo de 2008", declaró el Sr. Noble.
En otras conclusiones importantes del informe se confirma que los especialistas en investigación informática forense de la policía judicial de Colombia respetaron los principios reconocidos internacionalmente para el manejo de pruebas electrónicas desde el momento en que, el 3 de marzo de 2008, recibieron las pruebas instrumentales. Sin embargo, al acceder directamente a las pruebas para visualizar y descargar su contenido entre el 1 y el 3 de marzo, los funcionarios de la unidad antiterrorista colombiana que primero intervinieron en el lugar de los hechos no respetaron los principios de esta índole aplicables en circunstancias ordinarias. Los especialistas de INTERPOL verificaron que ese acceso directo y esa descarga no afectaron al contenido de ninguno de los archivos de usuario de las ocho pruebas instrumentales de carácter informático decomisadas.
"En las operaciones policiales que se efectúan en todo el mundo es corriente que las primeras unidades policiales que llegan al lugar de los hechos accedan directamente a las pruebas electrónicas decomisadas en lugar de hacerles copias protegidas contra la escritura. En particular, las unidades antiterroristas consideran que hay que obtener y analizar las pruebas inmediatamente para evitar el próximo atentado. En una de sus tres recomendaciones INTERPOL propone que la policía dedique más tiempo y más recursos a la formación de los funcionarios que primero intervienen en el lugar de los hechos para limitar ese tipo de situaciones, por ejemplo cuando dichos funcionarios deben decidir entre acceder directamente a las pruebas decomisadas o arriesgarse a que se produzca un nuevo atentado", añadió el Sr. Noble.
En el informe de INTERPOL también se resalta que el cometido de su peritaje técnico no es en absoluto evaluar la exactitud o las fuentes del contenido de las pruebas instrumentales.
Los especialistas de INTERPOL, sirviéndose de avanzadas herramientas de investigación forense, han determinado que las ocho pruebas instrumentales de carácter informático decomisadas contienen más de 600 gigabytes de datos, entre los que hay 37.872 documentos escritos, 452 hojas de cálculo, 210.888 imágenes, 22.481 páginas web, 7.989 direcciones electrónicas, 10.537 archivos multimedia (de sonido y vídeos) y 983 ficheros cifrados.
En palabras sencillas, se puede decir que este volumen de datos corresponde a 39,5 millones de páginas de Microsoft Word y, si todos los datos incautados estuviesen en formato Word, a un ritmo de 100 páginas por día, se tardaría más de 1.000 años en leerlos. Para descifrar los 983 archivos cifrados los especialistas de INTERPOL conectaron diez ordenadores entre sí y los hicieron funcionar todos a la vez permanentemente durante dos semanas.
“Se solicitó a INTERPOL asistencia técnica en esta investigación porque, al ser la mayor organización policial del mundo, se encuentra en una situación única para proporcionar a cualquiera de sus 186 países miembros un análisis independiente, objetivo y especializado, lo que ha quedado claramente demostrado con la presente investigación”, indicó el Sr. Noble.
“La participación de INTERPOL a petición expresa de uno de sus países miembros ha dejado patente que puede conseguir los mejores recursos y conocimientos especializados del mundo para satisfacer las necesidades, tanto nacionales como internacionales, de los organismos encargados de la aplicación de la ley”.
A principios de marzo el Secretario General de la Organización se ofreció asimismo a entrevistarse con los mandos policiales de Ecuador y Venezuela para tratar este asunto, y reiteró este ofrecimiento en el mes de abril cuando se reunió con los jefes de las Oficinas Centrales Nacionales de INTERPOL de Bogotá, Quito y Caracas, que de hecho fue la primera reunión en la que participaban representantes de las fuerzas del orden de estos tres países desde que se decomisaron los ordenadores y equipos informáticos de las FARC.
“En ningún momento ha tenido INTERPOL ningún interés personal en el resultado de las conclusiones, salvo determinar la verdad y darla a conocer. Como consta claramente en el informe publicado hoy, la realización de la investigación informática forense se ha hecho con el respaldo de la Organización de Estados Americanos y ninguno de sus 186 países miembros se ha opuesto a ello”, declaró el Sr. Noble.
Además de seguir avanzando en sus iniciativas mundiales contra el terrorismo y los delitos transnacionales clásicos, INTERPOL ha recibido frecuentes peticiones de ayuda para suministrar conocimientos especializados en otras investigaciones delicadas, entre otras el escándalo en torno al programa de la ONU “Petróleo por Alimentos” y la investigación en curso sobre el asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri, perpetrado en 2005.
INTERPOL media release15 May 2008
INTERPOL releases forensic report requested by Colombia on seized FARC computers and hardware
BOGOTA, Colombia - INTERPOL today presented the results of its forensic examination of eight seized FARC computer and hardware exhibits following a request for assistance in March of this year by Colombia, one of INTERPOL's 186 member countries.
INTERPOL Secretary General
Ronald K. Noble advised senior Colombian law enforcement officials that INTERPOL's team of forensic experts discovered 'no evidence of modification, alteration, addition or deletion' in the user files of any of the three laptop computers, three USB thumb drives and two external hard disks seized during a Colombian anti-narcotics and anti-terrorist operation on a FARC camp on 1 March 2008.
'Based on our careful and comprehensive forensic examination of each of the eight seized FARC computer exhibits and on consideration of all the evidence reviewed by our experts, INTERPOL concludes that there was no tampering with any data on the computer exhibits following their seizure on 1 March 2008 by Colombian authorities,' said Secretary General Noble.
Other key findings confirm that the Colombian Judicial Police computer forensic experts followed internationally recognized principles in the handling of electronic evidence from the time they received the exhibits on 3 March 2008. However, between 1 and 3 March, direct access to the seized computer exhibits by Colombia's first responder anti-terrorist unit in order to view and download their contents did not follow internationally recognized principles in the handling of electronic evidence under ordinary circumstances. INTERPOL's experts verified that this direct access and downloading had no effect on the content of any of the user files on the eight seized computer exhibits.
'It is all too common in law enforcement operations worldwide for first responder police units to directly access seized electronic evidence rather than make write-protected copies. Anti-terrorist units in particular think about getting to and analyzing the evidence right away to prevent that next attack. One of INTERPOL's three recommendations proposes that police devote more time and resources to training first responders in order to limit those situations for example when first responders are faced with the choice of either directly accessing the seized evidence or risking a terrorist attack,' added Secretary General Noble.
INTERPOL's report also emphasized that the remit of its technical examination was not to evaluate the accuracy or the source of the exhibits’ content.
Using sophisticated forensic tools, INTERPOL's experts determined that the eight seized computer exhibits contained more than 600 gigabytes of data, including 37,872 written documents, 452 spreadsheets, 210,888 images, 22,481 web pages, 7,989 email addresses, 10,537 multimedia files (sound and video), and 983 encrypted files.
In non-technical terms, this volume of data would correspond to 39.5 million filled pages in Microsoft Word and, if all of the seized data were in Word format, it would take more than 1,000 years to read at a rate of 100 pages per day. To break the 983 encrypted files, INTERPOL's experts linked and ran 10 computers simultaneously 24 hours a day / 7 days a week for two weeks.
'INTERPOL's technical assistance in this inquiry was requested because of its unique capacity as the world's largest police organization to provide independent, objective and expert analysis to any one of its 186 member countries - and this is what it has clearly demonstrated throughout this inquiry,' said Mr. Noble.
'INTERPOL's involvement at the express request of one of its member countries has shown it can draw on the best resources and expertise worldwide to serve national and international law enforcement needs.'
In early March, Secretary General Noble also offered to meet with Ecuadorian and Venezuelan law enforcement authorities with regard to this matter, an offer which was repeated in April when he met with the heads of the INTERPOL
National Central Bureaus from Bogota, Quito and Caracas - the first such meeting involving law enforcement officials from all three countries since the seizure of the FARC computers and hardware.
'At no stage has INTERPOL had any stake in the outcome of the findings except to determine and report on the truth. As made clear in the report made public today, INTERPOL's computer forensic assistance was endorsed by the Organization of American States and not objected to by any of its 186 member countries,' said Secretary General Noble.
In addition to its ongoing global initiatives in the war on terrorism and traditional transnational crime, INTERPOL has often been called upon to provide expertise in other sensitive inquiries, including the UN Oil-for-food scandal and the ongoing investigation into the assassination of former Lebanese premier Rafik Hariri in 2005.

Informe forense de Interpol


Tal y como estaba previsto, Ronald Kenneth Noble secretario general de Interpol entregó este jueves 15 de mayo al gobierno colombiano el dictamen técnico "de informática forense" del equipo computacional que encontraron tropas colombianas en un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano en los ataques del pasado 1 de marzo, donde murieron 26 personas, entre Luis Édgar Devia, alias Raúl Reyes, el ecuatoriano Franklin Aisalla, cuatro mexicanos y un militar colombiano.
Las tropas colombianas decomisaron los computadores portátiles. Un día después de la incursión militar colombiana -el 2 de marzo- el general Brigadier Óscar Adolfo Naranjo Trujillo, Director General de la Policía Nacional de Colombia, eveló algunos datos hallados, entre ellos información sobre presuntos vínculos de esa guerrilla con Gobiernos de otros países, concretamente con Venezuela y Ecuado.
Y fue por ello que Colombia pidió a Interpol que una comisión de expertos en el entendido de investigar solamente si los archivos hallados en los computadores habían sido manipulados o alterados después del 1 de marzo. No se pidió a la organización policial que analizara el contenido de los documentos electrónicos propiamente dichos.
Y hoy Interpol - en voz de Noble-, concluye que "no hubo ningún tipo de alteración, repito, ninguna alteración de los datos de la evidencia computacional".
El informe, de 41 páginas fue recibida por los directores de la Policía Nacional de Colombia, general Óscar Naranjo, y del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS, estatal), María del Pilar Hurtado. Asistieron como testigos el canciller colombiano, Fernando Araújo, y el fiscal general, Mario Iguarán.

Comentarios sobre ¡El ya basta!

"el ya basta es una convocatoria y es una exigencia a todos, sin excepción: a los ciudadanos, para precisamente no ser cómplices de la ilegalidad, para denunciar los delitos, para avisar a las autoridades de las operaciones criminales, para no solapar la existencia ni el barrio, ni en la ciudad, ni en el comercio, ni en la cámara empresarial, de las organizaciones criminales" FCH
El “Ya basta” de Calderón y los hechos/Humberto Musacchio
Publicado en Excelsior, 15-May-2008:
Notoriamente irritado, pues incluso golpeó el atril desde el cual hablaba, Felipe Calderón demandó a los ciudadanos que “no sean cómplices de la ilegalidad”, responsabilizó a los medios de comunicación de compartir “la estrategia de sembrar el terror”, anunció que él no se sumará “al abandono, la cobardía o la complicidad que permitieron que México llegara a esta situación” y calificó de “inaceptable” que los jueces propicien la impunidad al liberar a delincuentes.
Las gravísimas acusaciones implícitas en las palabras del michoacano merecen algunas precisiones. Para empezar, a los ciudadanos “cómplices de la ilegalidad” el Estado debe perseguirlos y castigarlos, pues para eso dispone de policías, agentes del Ministerio Público, jueces y cárceles.
Sin embargo, más allá de que el Estado deba hacer su tarea, cabe aclarar que los ciudadanos no son “cómplices de la ilegalidad”, sino víctimas de ella y con frecuencia víctimas también de los abusos, la prepotencia y el autoritarismo de quienes deben combatir la ilegalidad, como lo muestra en forma fehaciente el hecho de que en cada una de las grandes operaciones contra la delincuencia haya particulares que son víctimas de allanamientos, golpes, detenciones arbitrarias y otras vejaciones. Pero si en la cúspide de la pirámide estatal se tilda a los ciudadanos de “cómplices de la ilegalidad”, poco podrá exigirse a policías y militares que abusan de la población civil.
“El ya basta —quiso aclarar el habitante de Los Pinos— es también una exigencia a los medios de comunicación , precisamente, para que manifiesten y divulguen las acciones que están, precisamente, deteniendo la estructura de los criminales, para que no se convierta la estrategia de los criminales, que es una estrategia que busca sembrar terror, en una estrategia compartida por los propios medios de comunicación” (Excélsior, 13/V/08).
La “exigencia” parece superflua, pues los medios difunden —esa es su función— las acciones gubernamentales contra la delincuencia, de ahí que resulte incomprensible el exhorto de Calderón a unirse a la campaña contra el crimen, pues, hasta donde se sabe, no hay medios que hagan la apología de la violencia ilegal, sino que en todos los casos se le condena y se exige, eso sí, porque es un derecho, que las acciones del Estado sean eficaces para evitar, entre otras cosas, que más periodistas resulten “desaparecidos”, acallados o asesinados.
De mayores consecuencias puede ser aquello de que “no nos vamos a sumar al abandono, a la cobardía o a la complicidad que permitieron que México llegara a esta situación”. Se trata de una gravísima acusación en contra de quienes precedieron a Calderón al frente de las instituciones. Por supuesto, ya se ha señalado la abulia con que procedió o dejó de proceder Vicente Fox contra el auge delictivo y lo mismo puede decirse del inepto Ernesto Zedillo y aun de su antecesor.
Dicho de otra manera, Felipe Calderón acusa implícitamente a sus antecesores de haber abandonado la lucha contra el crimen, por cobardes o, peor aún, por ser cómplices de la delincuencia. Ni más ni menos. Sin embargo, priistas y panistas no se han dado por enterados y con su silencio aprueban lo dicho por el ocupante del Ejecutivo.
Por último, la referencia presidencial a los jueces que dejan en libertad a delincuentes tiene consenso. Muchos ciudadanos creen, sospechan o saben, por experiencia propia, que los jueces mexicanos, con las excepciones del caso, distan de ser justos, calificados y honestos. Recientemente se publicó un dato que debería horrorizarnos, pues cerca de la tercera parte de los presos del país son inocentes, están sin juicio o el que se les sigue tiene ya varios años. Y mientras eso sucede, los verdaderos transgresores de la ley salen con una facilidad que espanta.
Calderón incluso citó el caso de un asesino de policías que estuvo preso tres veces y otras tantas quedó en libertad. Sobra decirlo, pero una campaña del Ejecutivo contra los jueces deshonestos contaría con un enorme apoyo social. Para empezar, convendría hacer las reformas necesarias con el fin de que todo juzgador esté sujeto permanentemente a auditoría y se castigue muy rigurosamente a los jueces enriquecidos en el cargo y aun a sus parientes que no demuestren el origen lícito de sus fortunas.
La podredumbre del aparato de impartición de justicia requiere acciones drásticas que dispongan de amplio consenso político y no sólo medidas cosméticas al estilo de Ernesto Zedillo, cuya única ocurrencia fue dejarnos un mes sin Suprema Corte.
Pero la batalla contra la delincuencia y la corrupción tiene que empezar por la propia casa. Mientras se solape la prevaricación y se proteja a quienes confunden la función pública y el interés privado, los ciudadanos desconfiarán de los llamados a participar en una guerra a la que van sin protección. Se requieren pruebas de que existe la disposición de combatir el enriquecimiento, el contratismo y el tráfico de influencias de altísimos funcionarios de esta administración. Por ahí hay que empezar. hum_mus@hotmail.com
Columna Itinerario Político/Ricardo Alemán
Publicado en El Universal 15 de mayo de 2008;
¿¡Qué quiso decir, Presidente!?
¿Cuáles son “las acciones” que desea divulgar?
¿Acaso insinúa complicidad de los medios?
Será el sereno, pero el papel del vocero foxista, Rubén Aguilar —al que convirtió en clásico el motejo “Lo que quiso decir el Presidente...”—, hoy parece más necesario que nunca.
Y es que al ser interrogado para que explicara el “¡ya basta!” que lanzó el viernes contra el crimen organizado y el narcotráfico —que pareció un signo de desesperación— el presidente Calderón terminó por “hacerse bolas” y confundir a muchos, sobre todo en lo que tiene que ver con el papel de los medios y la lucha contra las mafias del crimen.
Como se dijo, el lunes 12 de mayo Calderón ofreció una conferencia de prensa en la que le pidieron ampliar el “¡ya basta!” que lanzó el viernes. Y en efecto, dijo: “Es una convocatoria y una exigencia a todos, sin excepción”; a los ciudadanos, a los que pidió “no ser cómplices de la ilegalidad”; a los líderes del Congreso, “para tener legislación que permita terminar con la impunidad”, y al Poder Judicial, “que tiene que cerrar el paso a la impunidad”.
Pero el “¡ya basta!”, dijo el Presidente, “es también una exigencia a los medios de comunicación, precisamente, para que manifiesten y divulguen las acciones que están, precisamente, deteniendo la estructura de los criminales, para que no se convierta la estrategia de los criminales en una estrategia que busca sembrar terror, en una estrategia compartida por los propios medios de comunicación”. ¿Qué quiso decir el Presidente? ¿Alguien entendió algo?
Pero no era todo. Calderón añadió: “Para que los medios se unan a esta estrategia nacional contra la delincuencia, porque son sus propios compañeros los que están siendo acallados en esas zonas. Porque quienes insinúan que el gobierno se haga para atrás en esta estrategia son, precisamente, quienes buscan que nosotros abandonemos a periodistas, a ciudadanos, a empresarios, a agricultores, a jóvenes”. ¿Qué quiso decir el Presidente? ¿Alguien entendió algo? Pero vamos por partes.
Primero, el Presidente “exigió” a los medios “que manifiesten y divulguen las acciones que están deteniendo la estructura de los criminales”.
¿A qué medios se refiere, Presidente? ¿Qué medios no manifiestan o no divulgan las acciones que detienen las estructuras criminales: la prensa, la radio, la televisión, internet? ¿Por qué no señala a los medios por sus nombres, Presidente? ¿Cuáles son, Presidente, “las acciones que están deteniendo la estructura de los criminales”? ¿Insinúa complicidad de los medios, sea por acción o por omisión? ¿Quiénes estarían en este caso?
Aquí nos detenemos para explicarle al presidente Calderón que salvo casos excepcionales —en donde los medios han sido amenazados por los criminales y sus instalaciones atacadas con granadas o ráfagas de metralleta—, en todo el país se difunde la información básica del flagelo. Eso sí, periodistas de Sinaloa, Sonora, Michoacán, Chihuahua, Durango, Tamaulipas y Baja California, entre otras entidades, han extremado medidas: no firmar las notas, no capturar gráficas y menos videos.
Y esas son medidas elementales de seguridad, reflejo gremial básico para sobrevivir a la indefensión y la impunidad en la que se ejerce el periodismo en no pocas entidades del país. ¿Y sabe por qué, Presidente? Porque ni el de Zedillo, menos el de Fox y tampoco su gobierno han aclarado uno solo de los crímenes de periodistas. En México, el ejercicio periodístico es una profesión del más alto riesgo, a pesar de lo cual los crímenes de informadores siguen en total impunidad.
Todos saben que el sistema presidencialista convierte al mandatario en turno en el hombre mejor informado en México. A partir de esa premisa, es injusto, por decir lo menos, Presidente, que se pretenda generalizar la sospecha de que los medios asumen la misma estrategia de las bandas criminales; la de sembrar y estimular el terror entre la sociedad. No, Presidente, si entre políticos, partidos y gobiernos existen diferencias, también las hay entre los medios y los periodistas. Y si el hombre mejor informado en México cuenta con evidencias de esa supuesta complicidad, lo saludable sería proceder como estadista.
Pero lo verdaderamente grave del asunto resulta el señalamiento que hace el Presidente sobre “quienes insinúan que el gobierno se haga para atrás” en el combate al narcotráfico. Antes de referirse a los medios, Calderón ya había dado pistas sobre ese tema. Dijo: “No nos vamos a sumar al abandono, a la cobardía o a la complicidad que permitieron que México llegara a esta situación”. ¿A qué y a quién se refiere, Presidente? ¿Quiénes insinúan a su gobierno que se haga para atrás en el asunto del crimen organizado y el narcotráfico? ¿Quiénes, Presidente, incurrieron en el abandono, la cobardía y la complicidad, en un asunto estratégico y de seguridad nacional, como ése?
Es importante aclarar que aquí en ningún momento pretendemos regresar al viejo esquema de medios y periodistas intocables e impunes que estimulaban empresas mediáticas y gobiernos durante el priato. En tanto parte del Estado mismo e instrumentos sociales, medios y periodistas están sujetos al escrutinio y la crítica a la que somete la opinión pública a todas las instituciones del Estado, a sus gobernantes y al poder en todas sus formas. Pero tanto medios como periodistas —al igual que la sociedad en general— no pueden ser tratados y medidos con el mismo rasero que, por ejemplo, los jueces, los policías, los legisladores y los gobernantes.
En efecto, Presidente, la responsabilidad de hacer frente al crimen organizado y al narcotráfico es de todos, pero de cada quien en su respectiva trinchera, bajo códigos, estatus, resguardos, responsabilidades y obligaciones distintas. No se puede pedir a los periodistas lo mismo que a los legisladores, que a los jueces, que a los policías, que a usted mismo. ¿Por qué no nos explica qué quiso decir, Presidente, aunque sea mediante un vocero?
aleman2@prodigy.net.mx