9 ene 2008

Más sobre la salida de Carmen


Columna Arsenal/Francisco Garfias
Publicado en Excelsior, 9/01/2008;
Los integrantes de la redacción de noticieros de la W fueron convocados ayer a un encuentro con los directivos de la estación. La empresa quería dar su versión sobre la salida de Carmen Aristegui del noticiero Hoy por Hoy. Nos cuentan que los representantes de la empresa explicaron que durante cinco años la emisora ha perdido mucho dinero, algo así como 30 millones de pesos, y esa situación no se podía prolongar. Utilizaron cifras que proyectaron en una pantalla, para demostrar que el espacio de la conductora estrella trabajaba también con números rojos, a pesar de una alta audiencia.
La razón? Dicen que Aristegui no respetaba la disciplina comercial ni los cortes ni el manejo del reloj. Manejaba a su libre albedrío las cuatro horas que duraba su espacio, lo que complicaba la contratación de anuncios. “Hacía lo que quería”, sintetizó un directivo.
En la W explican que, en una estrategia de crecimiento, es imposible tener éxito con números rojos, ni revertir las pérdidas, sin orden en el manejo de los cortes. “No puedes resolver el problema, si en el espacio más importante no tienes el respaldo ni la disciplina comercial que se requiere”, subrayan. Juran que hicieron esfuerzos por llegar a un acuerdo con Aristegui, para que Hoy por Hoy se manejara de manera más ordenada, pero aseguran que la prestigiada conductora no aceptó someterse a la famosa “disciplina comercial”.
En forma tajante niegan que haya habido un plan preconcebido para sacarla del aire por motivos vinculados con los temas incómodos que trataba. “Hasta el final buscamos un arreglo, tan es así que no tenemos un conductor de relevo”, aseveran. Rafael Arce, quien la reemplaza desde el pasado lunes, permanecerá al frente de ese espacio mientras encuentran a la “persona adecuada”.
El asunto ha cobrado visos de escándalo nacional. La senadora Yeidckol Polevnsky subirá hoy el tema a la tribuna de la Comisión Permanente. En un punto de acuerdo que va a someter al pleno propone que se haga un amplio reconocimiento a la labor periodística de Aristegui y pide a la empresa una explicación clara de los motivos por los que no se renovó el contrato a la conductora. “Tenemos todas las pautas para afirmar que su salida tiene que ver con la postura que asumió frente a la reforma electoral”, afirma Polevnsky.
La opínión de Sergio Aguayo en Reforma 9/01/200
8;
Se reactiva la polarización. Ése es el saldo de la salida de Carmen Aristegui de la W Radio.
Con la información proporcionada por Prisa, carece de lógica empresarial su decisión de no renovar el contrato de Carmen. Su programa tenía un rating al alza y Prisa no aclara en qué consiste el "modelo editorial" con el cual era incompatible la periodista. Ante el hermetismo se justifica una interpretación que construí con fuentes confiables pero que está sujeta a correcciones.
La propuesta de Prisa sí modificaba la libertad editorial que había disfrutado la periodista. Por ejemplo, transfería a otras instancias la generación de la información. Tampoco hubo disposición para extender el tiempo y poder modificar el acuerdo vigente. Es entonces posible razonar que Prisa dejó de defenderla frente a las presiones de Televisa porque, tal vez, entraron en juego consideraciones comerciales más amplias. Eso explicaría ese comunicado tan escueto y contradictorio que difundieron el 4 de enero y que han complementado con llamadas de un directivo de la empresa a periodistas selectos durante las cuales se busca desacreditar a la periodista.
¿Cuáles podrían ser los motivos de Televisa para exigir la salida de Carmen?
Sería demasiado burdo que fuera una revancha por la posición que Carmen adoptó frente a la Ley Televisa. Me parece más lógico que el gigante de la comunicación considerara inaceptable que una estrella mediática utilizara una estación de su propiedad para afectar sus intereses en el debate futuro sobre la Ley de Medios.
El desencuentro entre una empresa y una conductora se complicó por la reacción de un centro-izquierda que trasciende, y con mucho, al Partido de la Revolución Democrática o a Andrés Manuel López Obrador. Ese centro-izquierda capturó en el 2006 una tercera parte del electorado y está bien presente en los medios impresos, pero está ausente de los espacios privilegiados de los grandes medios electrónicos.
Un matiz indispensable. Carmen no era una representante "orgánica" del centro-izquierda; lo que hacía era darle una gran atención a los asuntos que inquietan a este sector concentrándose, para ello, en asuntos paradigmáticos. Existen, por supuesto, otros conductores haciendo lo mismo. La diferencia está en el tamaño de la plataforma. La ahora desempleada tenía a su disposición 20 horas a la semana en una estación, la W Radio, que llega a todos los rincones del país envuelta en el halo de la tradición y sintetizando, de manera simbólica, el México de hoy y el de antaño. Entre las seis y las diez de la mañana escuchábamos dramones mucho más inquietantes por reales que las lacrimosas telenovelas que llenan las tardes y las noches mexicanas. Su impacto era enorme, sus consecuencias medibles.
Cada noche Carmen cerraba la pinza con media hora en el influyente CNN en español. Si la periodista adquirió tanto protagonismo fue por sus méritos y porque no había quien la acompañara en las grandes ligas. El brillo alimentó la inquina de quienes vieron afectados sus intereses... y la convirtieron en un peligro para el México de los poderes fácticos.
Sería imposible asegurar que en la cancelación del contrato se movió alguna mano de Los Pinos;
tampoco puede negarse que el equipo del Presidente puede tener la mano pesada con los periodistas incómodos y lo confirma la experiencia de otro comunicador independiente, José Gutiérrez Vivó. Renacen, como herencia del 2006, las dudas sobre el compromiso de Felipe Calderón con la democracia. El Presidente no puede imponer su voluntad a un concesionario de medios pero sí puede influir sobre sus decisiones. Pero pronto sabremos si algún concesionario de medios electrónicos importantes extiende una invitación a Carmen o si la castigan por un buen tiempo. Por lo pronto, el centro-izquierda ve reducida su presencia en los espacios privilegiados de los grandes medios electrónicos.
Imposible dejar el tema sin referirse al peso del factor externo en nuestra transición. Una novedad de los últimos años es la creciente presencia española en el hemisferio. De España han venido empresarios honestos y emprendedores... y corsarios dispuestos a todo con tal de obtener la ganancia fácil. También han venido políticos sensibles y respetuosos y patanes arrogantes como José María Aznar quien, en el 2006, se plantó en un México polarizado por una elección competida, lodosa y dudosa para decirnos que debíamos votar por el candidato afín al Partido Popular español.
El centro-izquierda mexicano colocó a Prisa en la categoría de los españoles buenos; eran una especie de herederos del legendario y admirado exilio republicano. La extrapolación se justificaba porque Prisa es un referente de ética editorial que remite a Jesús de Polanco y a El País y a Santillana y a otras empresas que han tomado riesgos para defender a una democracia racional, moderna, civilizadora. En mis colaboraciones para El País o en mis tratos con dos sellos de Santillana (Aguilar y Taurus) he constatado y disfrutado del respeto y el profesionalismo. La defensa que Prisa hizo de Carmen durante varios años confirmaba que en México replicarían los mismos códigos de su relación con el poder.
El desenlace del affaire Carmen y el hermetismo con el cual se han manejado provocaron una comprensible sacudida.
Tal vez Prisa se inclinó por la lógica mercantil y puso a un lado las necesidades de una democracia sin consolidar. Tiene todo el derecho a hacerlo aunque tal vez está cometiendo un error de largo plazo; después de todo, la izquierda es una realidad política en México. Pero ya habrá tiempo para regresar a los retos y dilemas creados por la reconquista española de América.
De nuestro Congreso depende ahora que este asunto no se convierta en el "escándalo de la semana". En la trayectoria de Carmen Aristegui se condensan los retos que deberán atender si se deciden a hacer una Ley de Medios. Por ahora, en el centro-izquierda estamos de luto y duelo por esa vuelta de tuerca que extiende la vigorosa polarización desencadenada en el 2006.
Critica Cencos la salida del aire de Carmen Aristegui
Nota de Emir Olivares Alonso, reportero de La Jornada, 9/01/2008;
Con la salida del aire del informativo de la periodista Carmen Aristegui en W Radio la libertad de expresión “recibió un nuevo golpe, ya que se acalla a sectores que no tienen voz ni acceso a los medios por los grandes costos que imponen las empresas privadas”, aseguró el Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos). La organización señaló que la decisión de Grupo Prisa (trasnacional española) y Televisa de no renovar el contrato a la conductora (quien transmitió su último programa al aire el pasado viernes) “evidencia cómo la libertad de expresión –requisito indispensable para la existencia de una sociedad democrática– está sujeta a los modelos empresariales que acotan este derecho humano fundamental”. En un documento en el que lamentó la salida del aire de Aristegui, la ONG subrayó que “la libertad de expresión que reclaman y ejercen los empresarios (de la comunicación) parece ser incompatible con la ejercida por los periodistas críticos y parte de la sociedad civil que no se somete a sus intereses”. Agregó que este derecho no debe ser un monopolio de los medios de información, ya que los operadores privados “tienen la obligación de garantizar los derechos de todos” los mexicanos con las concesiones que les otorga el Estado. “Éstos no deben restringir los derechos públicos y garantías de la ciudadanía como el de la libertad de expresión; sin pluralidad y diversidad comunicativa no hay condiciones garantes en la democracia”.
Aristegui: despido preventivo /Luis Linares Zapata
La Jornada, 9/01/2008;
El programa radiofónico de Carmen Aristegui en la antigua XEW se colocó, por voluntad propia, en un sitio de obligado quiebre según la lógica del modelo de gobierno vigente. En ese punto coinciden tres diferentes conjuntos de voluminosos intereses y particulares visiones que forman parte integral del poder en México. Los tres contrarios no sólo a mucho de los contenidos, sino también a las orientaciones que la conductora imprimió en su actuación difusiva.
Por un lado, y como segmento primordial, está la actitud entreguista que abrazan con insólita fe y conveniencias el Presidente del oficialismo y sus grandes patronos. Las marcadas carencias de legitimidad de Calderón, aunadas a su pobre desempeño durante el pasado año, lo tornan por demás sensible a las diferentes opiniones, en especial aquéllas con amplia recepción entre el público. En otro de los vértices se apilan los sentires y los negocios del consorcio Televisa. Por experiencia acumulada se sabe que en esa empresa las antipatías para con todos aquellos que no le son fieles hasta la ignominia son argumentos cruciales para evaluar los futuros de personas y programas. Y, por último, la estrategia imperial de las empresas españolas y su gobierno para con los consumidores y usuarios de sus antiguas colonias en América. Una tripleta de masivos intereses frente a una sola mujer, por más que ésta haya mostrado la capacidad operativa suficiente (rating) para atraer, alrededor de sus enfoques, apertura y diversas voces, al amplio auditorio de ciudadanos que le respondió.
A Carmen, sin embargo, no se le despide únicamente por lo que ha hecho, sino, de manera primordial, por lo que podría representar en el próximo futuro, que ya se configura desde los centros decisorios de dentro y fuera del país. Y esto es lo interesante de un movimiento que bien puede ser llamado de acción preventiva empresarial.
En efecto, sobre la evaluación que se hace de su trayectoria pesan sus propias posturas, enfoques y agenda sobre espinosos temas. Todos ya bien examinados por distintos articulistas y actores de la vida pública. Muchos de los cuales, por no decir que todos ellos, incómodos para las derechas y distanciados de la línea oficial. En ese segmento ideológico y programático, crecientemente conservador y hasta reaccionario, Aristegui hizo muchos enemigos jurados y otros tantos celosos rivales que no podían menos que reaccionar en defensa de sus posiciones y de sus inocultables ambiciones. Al mismo tiempo, y por contraste necesario, se acercó a otro segmento del mercado radiofónico. Uno, muy vasto, que se ha dejado de lado por aquellos afiliados a la oficialidad: el del centro y la izquierda nacionales. Así se da esa confluencia, antes mencionada, que determinó su airosa y digna salida. El costo para con los autores de tan inicua medida preventiva es sustancial. Pero los intereses que se defienden por parte de esas tres fuerzas en movimiento es, también, inmenso: el petróleo y, más ampliamente, el control de los negocios con la energía de México.
La idea, avanzada por Ciro Gómez Leyva en uno de sus condensados artículos, de reducir el asunto a un diferendo entre una conductora y los burócratas que manejan la estación (W), es simplista, por decir lo menos.
Si ése fuera el caso, los dos sujetos mencionados por la crítica ya hubieran tenido que dejar esa estación por el daño ocasionado a la imagen y objetivos de sus patrones. A Calderón por inducir su salida a través de su cuñado, aun cuando éste niegue su directa participación. A Televisa por cobrar venganzas indebidas y torpes.
Aristegui no asistió al descomunal acto de fuerza de los concesionarios frente al Senado y sostuvo posturas independientes y diferenciadas en cuanto a la ley de medios, dando cabida a disidentes para informar mejor a la ciudadanía. Y, sobre todo, ha afectado la imagen imperial que tanto las empresas españolas como su gobierno se van labrando y donde Prisa es factor primordial.
La actuación estelar de las empresas españolas en Latinoamérica es un fenómeno de reciente conformación. En Argentina, en Nicaragua, en Venezuela, en Bolivia y Ecuador han dejado una estela de abusos, atropellos y trampas inocultables. Baste recordar la inscripción, como de su propiedad, que Repsol hizo en la bolsa de valores de Nueva York de las reservas de gas bolivianas. Mucho del enfrentamiento entre el rey, Ortega y Chávez obedece a este tipo de fricciones en distintos renglones de negocios.
En realidad, Prisa y sus andanzas difusivas en estas regiones la han convertido no sólo en un agente de sus propios intereses (El País, Santillana), sino en un ariete de respaldo y promoción para la nueva colonización. Actividad que concretan numerosas empresas, en primer término las energéticas, campo donde han concentrado sus ambiciones, aunque no de manera exclusiva. Las telecomunicaciones y la banca son otras de ellas a cual más estratégicas para el futuro desarrollo del país receptor y ante el cual ejercen las debidas presiones, siempre aunadas al oficialismo en turno.
En todas estas actividades empresariales la buena disposición, la simpatía, los intereses cruzados y las complicidades con las autoridades son cruciales. De ahí que mantener relaciones fluidas y aceptadas por las mayorías se convierte en un objetivo trascendente. Varias empresas españolas han incursionado ya en el gas mexicano (Burgos) y otras esperan hacerlo ahora que la administración de Calderón (junto con el priísmo entreguista) abra oportunidades en las diversas áreas de Pemex hasta hoy reservadas para el Estado.
La penetración de los españoles en la Comisión Federal de Electricidad ya es abrumadora (recuérdese la causa eficiente de las inundaciones en Tabasco). Prisa no es ajena a toda la embestida que se dará para forzar la participación del capital privado en Pemex, sobre todo el internacional, donde los españoles, por sus propias e ingentes necesidades, ambicionan una tajada considerable del suculento pastel. Por eso en la XEW, y en el resto de Latinoamérica, han diseñado un ejercicio editorial sometido a sus designios y no permitirán que los conductores tengan independencia alguna. Los que sustituyan a Carmen sabrán a qué atenerse y la audiencia también.
Por eso sale Aristegui de la XEW. A la ya firme audiencia que tenía había que unirle lo que podría adicionarse si, con sus micrófonos abiertos, diera cabida a la inconformidad que sobrevendrá cuando se cambien las reglas constitucionales o se alteren leyes secundarias para la entrega de la joya productiva nacional. Un panorama tan difícil de digerir por el poder, que se opta por esa medida preventiva que, como todos esos experimentos represivos, tendrá sus inevitables consecuencias y, a pesar de todo, un final inesperado.
Columna la GACETA DEL ÁNGEL de Germán Dehesa
Reforma, 9/'1/2008;
CARMEN ARISTEGUI No entiendo. El grupo PRISA surge de una memorable aventura del derecho a la información en España; aventura que culmina con el periódico "El País" tan notable por tantas cosas, una de ellas su apertura informativa y su respeto a todas las voces. Por eso a M.A. Granados Ch. y a mí nos suena tan incoherente la noticia de que al grupo PRISA le bastó contraer un raro amasiato con la XEW (lugar de donde también echaron a María Victoria Llamas) para pasarse del lado de la censura, la estrechez de criterio y el estreñimiento mental.
Ahora nos traen la noticia de la salida de Carmen Aristegui. Las razones que aducen para esto son todo lo contrario; son las sinrazones de la mentalidad franquista y las babosadas de aquél que sabe que no tiene por qué darle explicaciones a nadie. La empresa así lo decidió y a los macehuales sólo nos toca callar y obedecer. Olvidan que se trata de una concesión para dar servicio a la comunidad y que ésta ya no se halla en plan de callar y obedecer; queremos explicaciones razonadas, o en su caso, la reinstalación de Carmen, o lo que ella considere conveniente. Lo primero que tienen que saber los encomenderos hertzianos es que Carmen no está sola y que cada vez seremos más los que salgamos en defensa de sus derechos que son también los nuestros. Mi cuatacha Denise Dresser ya sacó también la armadura y la lanza y se dispone a dar la ruda batalla contra los dragones con PRISA. Creo que es deber de todos los verdaderos ciudadanos salir en defensa de todo lo que Carmen representa.
ALGUNAS PRECISIONES Dice Gutiérrez Vivales: yo le dije a Germán que teníamos problemas económicos (después de varios meses sin cobrar, ya lo había yo deducido).Que me enseñe la carta donde yo lo corro. (Fue más fácil: el programa salió del aire y cuando volvió nadie me invitó).
Aquí está su lugar: (para seguir trabajando sin cobrar. No, gracias).
¡¡¡Cen-su-ra!!!/Guadalupe Loaeza
Reforma, 08/01/2008;
Sin el noticiario de Carmen Aristegui no me hallo. Esta sensación entre vacío y zozobra me acompañó durante todo el día de ayer. En realidad empezó desde el sábado por la tarde, ¿a quién voy a escuchar el lunes?, me preguntaba preocupada. El domingo por la noche me dormí inquieta a sabiendas que al otro día no escucharía la voz de Carmen. En los últimos dos años, la primera cosa que hacía al abrir los ojos era voltearme hacia donde se encuentra mi pequeño radio Sony, oprimir un botón y dejarme llevar por las noticias y los análisis que diariamente hacía Aristegui con un excepcional espíritu de independencia. Debo confesar que ésta era la única razón por la que me despertaba tan temprano, antes de las siete de la mañana. Con esas tres horas de noticias ya no sentía necesidad de leer, compulsivamente, los periódicos como acostumbraba hacerlo. Para las diez de la mañana que terminaba el noticiario Hoy por hoy me consideraba lista para enfrentar un país rebasado por todo tipo de problemas; desde los que tenían que ver con el crimen organizado, hasta aquellos que hablaban de las más recientes denuncias de los Fox. Algo que me maravillaba de la forma en que Carmen daba las noticias aparte de su objetividad era el respeto que siempre le manifestaba a su amplísimo auditorio. Nunca le sentí un tono paternalista, impositivo, ni mucho menos amarillista. Cuando se equivocaba, de inmediato reconocía su error; siempre estaba abierta para darle voz a aquellos que exigían una réplica respecto ya sea a denuncias o a dichos emitidos por algunos políticos; cuando analizaba un tema político o social, procuraba ir, invariablemente, hasta sus últimas consecuencias sin importarle el tiempo que le tomara; me gustaba que de vez en cuando recurriera al humor como solía hacerlo con el analista de deportes o bien cuando se echaba sus carcajadas; admiraba la agilidad y la inteligencia con la que conducía su sección política con Denise Dresser, José Antonio Crespo y Lorenzo Meyer; me conmovía su sincera empatía cuando entrevistaba a las madres de los niños violados de Oaxaca; admiraba el profesionalismo y la libertad que le permitían entrevistar a López Obrador y a otros representantes de la izquierda mexicana, sabiendo que esto le ocasionaría muchas críticas de un cierto sector de la sociedad mexicana; muchas veces le aplaudí su postura ética y honesta respecto a la Ley Televisa, totalmente contraria a muchos de sus colegas; me gustaban los largos diálogos que sostenía con San Juana respecto a sus investigaciones alrededor de los sacerdotes pedófilos; pero de todo lo anterior lo que más me llamaba la atención de Carmen era que en un país donde reina el fatalismo, el conformismo y el arribismo, ella fuera tan valiente. Por más que colaborara en una empresa como Televisa o Prisa, dos consorcios poderosísimos, jamás hizo a un lado sus convicciones, jamás optó por una actitud acomodaticia y jamás se contaminó por una línea editorial contraria a la suya propia. Pienso que esto en un o una periodista vale oro.
¿Fue precisamente por todo lo anterior que Prisa no le renovó su contrato a Carmen? ¿A ese grado la periodista se volvió para ellos tan incómoda? Al no haberle renovado su contrato, ¿con quiénes quedan bien los del grupo Prisa, con sus socios mexicanos o con los del gobierno? ¿Con los dos? ¿Qué no se darán cuenta, ellos que son supuestamente tan profesionales en la materia, del costo que esto les representa? ¿Por qué en ningún momento pensaron en el auditorio que llevaba más de cinco años escuchando a Carmen? ¿Para ellos los radioescuchas valdrán cacahuates? ¿Siendo la sociedad mexicana tan desconfiada especialmente en lo que se refiere a la libertad de expresión, ¿de veras pensarán los señores de Prisa que les vamos a creer cuando nos dicen que la salida de Carmen se debió a una "incompatibilidad editorial"? ¿Creerán de verdad que somos tan ingenuos, cándidos y confiados? Podrán decir que la periodista actuaba con demasiado individualismo, que tenía un salario sumamente elevado, que manejaba a su antojo su equipo de reporteros, que era demasiado rebelde... Que el cuñado del Presidente, Juan Ignacio Zavala, contratado por el consorcio de los Polanco no tuvo nada que ver... Porque la periodista quería todo o nada, que si esto y que si lo otro... El caso es que seguramente para la mayoría de los radioescuchas de la W, la salida de Carmen Aristegui de la estación nada más existió por un solo motivo, uno solo: ¡cen-su-ra! (O como dirían los españoles, zen-zu-ra).
Para el periodista José Antonio Crespo, ex colaborador de Aristegui (Proceso 1627) todavía no se sabe a ciencia cierta si la falta de renovación de su contrato se trata de un caso "de autocensura de Televisa o de una orden de censura directa de Los Pinos. Esto se definirá, si ninguna otra empresa radiofónica le otorga un espacio informativo a Carmen" (qué maravilloso sería que el Distrito Federal contara con su propia estación de radio, en donde todos los periodistas que han corrido de la W tendrían, seguramente, un espacio). Es cierto que la periodista no ha declarado aún si su salida tiene que ver, efectivamente, con un acto de censura. No obstante, basta con hacer una recapitulación de los temas "incómodos" que había tratado Carmen especialmente en los últimos dos años (desafuero, fraude electoral, el caso Lydia Cacho, el dictamen de la Suprema Corte de Justicia respecto al góber precioso, la grabación telefónica de éste con Kamel Nacif, el caso de la indígena Ernestina Ascensio, presunta víctima de violación tumultuaria, las denuncias contra el sacerdote Nicolás Aguilar, protegido del cardenal Norberto Rivera, etcétera, etcétera) y con evaluar las extrañas salidas de la W tanto de Carlos Loret de Mola, de Ezra Shabot y de los integrantes del espléndido programa El Weso, Christian Ahumada y Salvador García, para concluir que, junto con ellos, la partida de Carmen, también se trató de una demostración de puritita ¡cen-su-ra!
Tomando en cuenta mi absoluta orfandad que me provoca el no poder escuchar en la radio el programa de Carmen, tres cosas me consuelan. En primer lugar pensar en lo feliz que ha de estar Emilio ahora que su mamá puede llevarlo, todas las mañanas, al colegio; imaginar a la madre y al hijo tan contentos me reconforta. En segundo, que todas las noches podré seguir viendo, como suelo hacer, a la periodista por el canal de CNN, incluso dos veces, tanto en la emisión de las 10:00, como la de las 11:30 pm. Y en tercer lugar, volverme adicta al noticiario de Radio 13, de Javier Solórzano y de Ricardo Rocha, dos de los periodistas con más cre-di-bi-li-dad.
No cabe duda, sin Carmen Aristegui, en tan sólo unas horas, Hoy por hoy se convirtió simplemente en Ayer por ayer...

Emmauel

La mirada de Emmanuel
Revista Semana On line, 8/01/2008;
La ciencia le dio la razón al presidente Álvaro Uribe cuando el 31 de diciembre lanzó la hipótesis de que las Farc no tenían a Emmanuel, el hijo de Clara Rojas, quien nació en cautiverio en plena selva, hace tres años y seis meses. En medio del fallido operativo tan anunciado por las Farc para liberar a su madre, al niño y a Consuelo González de Perdomo, el primer mandatario casó una de las apuestas más arriesgadas durante su mandato. Pero por fortuna, le salió bien. Científicamente se comprobó que el ADN de la familia Rojas coincidía con la marca genética de un niño registrado como Juan David Gómez Tapiero que se encontraba en un albergue de Bienestar Familiar en el sur de Bogotá. Cuando el niño tenía tres meses de nacido fue entregado por las Farc a José Crisanto Gómez Tovar, un campesino que vivía en el Guaviare y a quien le tocó vivir una fuerte presión de la guerrilla para recuperar al menor luego de haberlo llevado en grave estado de salud a un hospital en San José del Guaviare cuando el menor tenía ocho meses. Las Farc admitieron que Emmanuel está en Bogotá.
SEMANA revela en exclusiva el desgarrador testimonio de José Crisanto Gómez Tovar. Contó en qué estado le entregaron al niño, cómo se lo quitó el Bienestar Familiar, cómo trató de recuperarlo la guerrilla y cómo éste engañó a las Farc sobre el paradero de Emmanuel. Estos son algunos de los apartes de la declaración que les dio a las autoridades el 2 de enero de este año.
"Todo empieza en enero de 2005. Una día cualquiera como a las 6 de la tarde. Nosotros vivíamos en una finca a la orilla del río Inírida en el departamento de Guaviare. De un momento a otro se arrima una voladora (lancha) y se bajan un señor y una señora con un niño en los brazos y se acercan y me dicen : 'Aquí traemos a este niño para que le curen la picadura de pito y le arreglen el brazo'. Mi suegro es indígena y sobandero. Él hacía unas cremas para contrarrestar la leishmaniasis. 'Ustedes quedan a cargo del niño. Mañana venimos y les traemos pañales y leche'. Ellos no volvieron a aparecer en cuatro meses. Era visible que el niño tenía el bracito fracturado y tenía una llaga grande de leishmaniasis en el pómulo derecho de la carita. También tenía picadas en el oído derecho. Yo tenía cinco hijos en ese momento y vivía con mi esposa. A ella no le gustó nada que yo me hubiera hecho cargo del niño. Yo le dije: 'Mija, esperemos pues a ver si llega su papá que cure al niño'". "El niño tenía por ahí unos tres meses de nacido. Ellos no me dieron la edad ni me dijeron cómo se había fracturado. De salud estaba en pésimas condiciones. Uno de hombre y papá, al ver un niño de esos, le duele el alma y se hace miles de preguntas de qué pasaría con ese niño. ¿A quién se lo quitarían? ¿Cómo lo golpearían? Él era crespito, narizoncito, se le hacen 'guaguitos' cuando se ríe, gordito, tez blanca, ojos cafés claros, cejas nutridas, orejitas no recuerdo bien y me acuerdo que tiene una cicatriz". "Pasaron cuatro meses sin nada. Yo soy de escasos recursos, tenía cinco niños y fueron y me arrimaron otro. Hice lo humanamente posible para comprar leche y pañales. Mi suegro también iba y buscaba yerbita y le echaba para curarlo. No se atrevió nunca a tocarle el brazo porque desde que lo vio dijo: 'Esa fractura de ese niño es de hace días y tocaría desbaratarle el brazo nuevamente para arreglárselo'". "A los cuatro meses llegó esa gente (guerrilla) otra vez uniformada en voladoras (lanchas), fueron y miraron al niño. Ya había sanado un poco. Estaba alentadito. Le trajeron un tarro de leche y pañales y se fueron. En esos días yo tuve diferencias con el frente primero (de las Farc) porque a mi niño más grandecito de 8 años, un comandante se lo quería llevar a reuniones. Yo no comparto eso porque la guerrilla ya me había afectado por el Guayabero y me quitaron lo poco que tenía. Cuando me dijeron que dejara ir a mi niño a las reuniones, yo les fui muy sincero y les dije: 'A mí no me gusta que se lleven al niño a meter sicología ni ideologías que no son de él. Déjenlo que crezca y que cuando tenga 18 años si se larga para allá es porque le dio la gana y tiene uso de razón'"."El señor se despidió de buena forma pero al otro día me llegó el comandante 'Álvaro' del frente primero y me dice que me invitaba a una reunión y que el que no estuviera de acuerdo con ellos se podía ir yendo de la zona. Comenzaron las presiones y yo no podía salir de allá porque no tenía plata. Y segundo, en ese momento por allá se movía la coca y ellos no lo dejan sacar a usted al pueblo a vender nada porque le sacan a uno un impuesto, casi la mitad de lo que vale. Un guerrillero me dijo: 'Hermanito, es mejor que se vaya porque lo van a pelar'. Alisté los chiritos y echamos todos los niños en una canoa y me traje al niño que me habían dado a quien le decíamos 'Peggy'. Ese nombre lo dijeron ellos la primera vez que me lo entregaron. Le decían así por un muñeco de la televisión que se llama así ". "Llegamos a El Retorno. Al otro día a primera hora se me convulsionó uno de mis niños. Como pude lo llevé a un hospital en una moto y lo remitieron inmediatamente a San José. Antes de irme le alcancé a decir a mi señora: 'Lléveme a 'Peggy' al hospital para que me lo vean'. Ella lo hizo y en las condiciones en que estaba lo enviaron al hospital de San José del Guaviare. Hacía media hora que yo había llegado cuando llegaron con él. Quedé con los dos niños en el hospital. Después salí a una cafetería y me abordó un señor y me dijo: 'Yo soy del séptimo (frente de las Farc). Invente que es familiar suyo . Invente la historia que le dé la gana, pero a nosotros nos responde por el niño o si no, usted tiene allá un poco de chinos'. El hombre me pone contra la espada y la pared".
"Yo sin plata, con mis dos niños enfermos, pues de inmediato me tocó decir que era tío del niño. Me voy para donde el defensor del Pueblo y le comento que yo era tío abuelo, que la mamá se la habían matado y que me estaban exigiendo el registro civil. Él me dijo que yo, que era el único familiar que lo registrara. Incluso me acompañó a hacer la diligencia y se hizo el registro del niño al cual le puse el nombre Juan David porque cuando ellos me lo entregaron, una guerrillera dijo: 'A ese niño toca colocarle Juan David por el papá'". "Efectivamente al niño me lo dejan en el hospital por las condiciones en que estaba y empezó una investigación. Para todo el mundo era sospechoso un niño de esa edad con fracturas y en esas condiciones. Yo siempre reiteré que desde el momento en que yo lo recibí, el niño venía así. En el tiempo en que estuvo conmigo, en esos cinco meses, yo traté de tener todo el cuidado posible con él. De ahí la trabajadora social me dice que el niño requiere un tratamiento especial, que hay que arreglarle el brazo. Obviamente que en ningún momento yo me opuse. Sí les pregunté después si a mí me devolvían el niño. Me dijeron que sí, que tranquilo. Duré ocho días en el hospital y me dieron de alta al niño mío. Y me dijeron que Juan David se quedaba bajo la responsabilidad de la trabajadora social y le ponían una mamá sustituta para que estuviera en el tratamiento". "Yo me fui a El Retorno nuevamente... al cabo de un mes y medio volví a averiguar sobre el niño. Ya me dijeron que estaba en Bogotá en un tratamiento". "Pasaron cuatro meses y nada. Cuando nuevamente me volvieron a llamar los de la guerrilla. Yo en ningún momento dije que lo había dado a Bienestar Familiar. Siempre les mentí. Les dije que lo tenía donde una hermana en Bogotá y que el niño iba muy bien. Ellos tampoco me dijeron si necesitaba plata para las vueltas del niño. Cada nada se desaparecían y volvían. Hasta hace unos tres meses que tuve una amenaza, que tenía que devolver al niño. En medio del susto fui donde el defensor que llevaba el caso, el doctor Juan Alberto Cuta, y me tomó una declaración. A mí me tocaba sostenerme en lo que había dicho al principio". "Pero la guerrilla siguió amenazándome. Me dijeron que el comandante 'Jerónimo' necesitaba hablar conmigo y que debía devolver al niño, que no fuera cabrón. Yo le mandé decir que el niño estaba en Bogotá y que no tenía medios para ir. Me mandó a decir que él me daba la plata pero que necesitaba al niño, que no se me olvidara que yo también tenía unos hijos. Las presiones eran cada 15 días y en medio del desespero me fui para San José en búsqueda del Defensor del Pueblo". "Después vino un hombre y me dijo: 'Le mandaron decir que baje por la plata que necesite para que saque el niño'. Me empezó el susto más tenaz y resulta que el 26 de diciembre me citaron fue por un radio de servicio público del municipio que tiene alto parlante. Sí, ¿con quién hablo? 'Habla con el mono -me dijo-. Tiene máximo hasta mañana, si no puede, el 30 de diciembre lo espero abajo del río Inírida. Como sea véngase en una canoa en una voladora, pero le doy máximo hasta el 30 de diciembre para que me entregue el niño. No tiene un día más de plazo'"."El 27 de diciembre le digo a mi jefe en donde estaba trabajando: 'Hermano, tengo un problema muy complicado con la guerrilla, necesito que me ayude'. Me dio 400.000 pesos que me debía de mi sueldo y madrugo a hacer maletas. El 29 no podía dar papaya, pensaba en mis hijos y efectivamente me vengo para San José. En medio del susto llegué a la Fiscalía el mismo 29 y dije que iba a dar una declaración urgente. Me dijeron que no había atención, que me tocaba hasta el 31. Entonces salí y me fui a la Sijín y un oficial de servicio me dijo que las denuncias no las podían recibir ellos sino la Fiscalía. Del desespero llamé a un amigo y le comenté en confianza toda la verdad. Él llamó al defensor del Pueblo por celular y yo le conté que me sentía perseguido y que quería confesar la verdad. Él me dijo que si estaba seguro de lo que estaba diciendo y le dije que era verdad y que tenía una presión muy berraca encima". "El defensor me promete que va arreglar eso por lo alto. Al otro día, domingo, él me llama al celular a las 5 y media de la mañana y me dice que le mande pruebas. Yo le había dicho que tenía el nombre del niño, el nombre de la madre sustituta, que vivía en el barrio Santa Isabel, en Bogotá. Yo sabía el nombre porque Bienestar me había adelantado un proceso de adopción en vista de que mis condiciones no eran las más adecuadas. Yo interpuse una apelación para recuperar al niño y en medio de eso fue cuando falleció el doctor Cuta, degollado, y eso quedó congelado". "Yo tenía las copias que Bienestar me había mandado. Lo mismo que leyó el presidente Uribe y se las mandé por fax al defensor del Pueblo y una copia del registro civil de Juan David. Yo sigo con la zozobra en San José. Llamé a El Retorno y unos tipos me estaban buscando. Ese día estuve pendiente de las noticias del mediodía cuando dijeron que a Emmanuel no lo entregaban y que el presidente Uribe viajaba a Villavicencio. En medio del miedo veía el noticiero cuando el Presidente empieza a hablar y explota esa bomba sobre Juan David. Dijo algo que yo no hice. Yo no fui jamás a reclamar al niño como papá. Sí dije que estaba en grave riesgo y que la guerrilla muy posiblemente me iba a matar. Me dolió mucho que el doctor Uribe no protegiera mi identidad y la de mi señora, algo que me puso de mal genio porque ya no lo sabían pocos, sino el país y el mundo entero y aún yo no tenía seguridad. Me entró un desespero horrible"."Al ratico llega mi amigo y vi a la Policía y pensé que venía a esposarme. Yo lo que había hecho era por el bien de los niños. Yo no estaba haciendo nada malo y no me arrepiento de lo que hice. Hasta que me dijeron que venían a prestarme seguridad. Eso ya me devolvió el alma al cuerpo". "Esa misma tarde llegaron dos subintendentes en un carro particular y me consiguieron algo de comer para mis hijos. Me dieron mucha tranquilidad y me dijeron que no me preocupara". "Después me llevaron para la Base Antinarcóticos y nos dieron alojamiento en una casa fiscal. Por la tarde me dijeron que iba un avión por nosotros. A las 6 y 45 de la mañana del 2 de enero salimos para Bogotá".
Semana.com ©2000.

Operación Emmanuel

Tres editoriales, El Tiempo, Clarin y La Nación.
Editorial El Tiempo, 09 de Enero de 2008.
Hay que asimilar de cara al futuro las lecciones que deja el fracaso de la 'Operación Emmanuel'.
Las lecciones de la fallida entrega de los tres secuestrados de las Farc a sus familiares deben ser ejemplares y asimilarse en sus justas proporciones, sobre todo de cara a la búsqueda de fórmulas que conduzcan a la urgente liberación de los demás secuestrados.
Es más que comprensible la molestia del gobierno colombiano con quienes han pretendido achacarle la responsabilidad del fracaso de la 'Operación Emmanuel', a la que acudieron de buena fe representantes de seis gobiernos, que atendieron el llamado del presidente Hugo Chávez, quien creyó poder influir sobre las decisiones tan irracionales como cínicas de las Farc. Y debe indisponerlo todavía más la actitud del mandatario venezolano de resistirse a llamarles la atención a esa guerrilla por el burdo engaño del que fue objeto.
Todo eso, sin embargo, no puede conducir a que se le cierre la puerta a toda cooperación internacional en materia humanitaria, como podría desprenderse de las recientes declaraciones del canciller Fernando Araújo. Un país como Colombia, con el drama en el que están sumidas miles de familias de personas secuestradas por las guerrillas, no puede darse el lujo de negarse a aceptar la mano que le quiera brindar la comunidad internacional para superar esta tragedia.
Los delegados de los distintos países, como el ex presidente argentino Néstor Kirchner, que de buena voluntad acompañaron la misión humanitaria, no tienen responsabilidad alguna en el fracaso de la operación. Por el contrario, como el presidente Álvaro Uribe tuvo oportunidad de manifestarlo, solo hay para ellos agradecimiento por su gesto. Oportuna, pues, la precisión que hizo ayer el comisionado de paz, Luis Carlos Restrepo, a las declaraciones del canciller Araújo, que habían sembrado no poco desconcierto entre los delegados de países amigos. La dimensión del drama humanitario en que las Farc han sumido a este país requiere la ayuda y solidaridad de la comunidad internacional.
Lo que no puede suceder es que la suerte de los secuestrados en poder de las Farc y el Eln se maneje a través de misiones humanitarias improvisadas, que derivan en shows mediáticos, donde la liberación de las víctimas pasa a un segundo plano. Eso fue lo que quiso decir el coordinador de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la OEA, Sergio Caramagna.
En un futuro, cualquier gestión humanitaria en la que intervengan gobiernos extranjeros debe estar coordinada directamente por el gobierno colombiano. La carta blanca, movida por el deseo de ayudar, que le dio el presidente Uribe a Chávez para la liberación de secuestrados no debe repetirse, por lo menos en las mismas condiciones en las que ocurrió la fallida operación de año nuevo. Porque lo cierto es que Chávez seguirá jugando en esta larga partida del acuerdo humanitario. Por lo pronto, la prometida liberación de Clara Rojas y Consuelo González de Perdomo debe producirse sin más burlas ni dilaciones. Sin ella, resulta imposible iniciar cualquier otra acción, al menos a corto plazo.
A todas estas, resultan altamente significativos los editoriales que ayer publicaron los dos principales diarios argentinos, La Nación y Clarín, que coinciden en señalar que el fiasco de la operación de rescate de los rehenes de las Farc obliga a repasar las líneas que guiaron la diplomacia argentina.
Mientras que La Nación afirma que "con sus mentiras las Farc hicieron quedar al ex presidente Kirchner, al canciller Jorge Taiana que lo acompañaba y a la Argentina toda en una posición difícil de explicar y sostener ante el mundo", el diario Clarín sostiene que "la actitud de las Farc -que abona las afirmaciones del presidente colombiano Álvaro Uribe sobre las reiteradas mentiras de la guerrilla- puso en ridículo a Chávez y desairó a los garantes (...)". Ambos periódicos expresan también su extrañeza de que no se hayan escuchado protestas oficiales del gobierno argentino, ni del venezolano, por la conducta "mendaz" y "fraudulenta" de las Farc. Razón no les falta.
editorial@eltiempo.com.co
Clarín, 8/01/2008;
EDITORIAL Emmanuel y la cautela diplomática
El fiasco de la operación de rescate de los rehenes en manos de las FARC obliga a repasar las líneas que guiaron la diplomacia argentina.
En la denominada Operación Emmanuel, un grupo de garantes internacionales -del cual participaba el ex presidente Néstor Kirchner- esperaba recibir de la guerrilla colombiana a tres rehenes: la ex congresista Consuelo González, Clara Rojas y el hijo de esta última, el niño Emmanuel.
La operación fue la consecuencia de la gestión que realizara el presidente francés, Nicolas Sarkozy, en pos de la liberación de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt (ciudadana franco-colombiana) y de la iniciativa del presidente venezolano, Hugo Chávez, quien a partir de sus contactos con las FARC había asegurado que los guerrilleros entregarían a los prisioneros. Inicialmente, el presidente Alvaro Uribe se opuso a la iniciativa, pero luego debió ceder ante la presión regional e internacional.
El operativo se frustró por la negativa de los guerrilleros a cumplir su promesa, a lo cual se sumó el espectacular hallazgo del niño Emmanuel, que no estaba en poder de la guerrilla sino cobijado en el sistema social colombiano.
La actitud de las FARC -que abona las afirmaciones del presidente colombiano, Alvaro Uribe, sobre las reiteradas mentiras de la guerrilla-, puso en ridículo a Chávez y desairó a los garantes que, confiando en las promesas, jugaron una carta política participando en la operación.
La primera lección de este episodio es que la diplomacia argentina debe ser más precavida en las arenas inciertas de la política regional y evitar intentos de protagonismo que pueden resultar, como ha sucedido, contraproducentes.
Los esfuerzos por lograr la liberación de los rehenes deben continuar, por lo tanto, por carriles más realistas que los utilizados para para el frustrado rescate.
La frustración de la operación Emmanuel muestra la mendacidad de las FARC y la necesidad de revisar las líneas diplomáticas que guiaron la misión, evitando nuevos intentos de protagonismo que terminan resultando contraproducentes.
La Nación, editorial 8/01/2008;
Editorial II
La mentira, otra arma de las FARC
Toda la operación Emmanuel ha terminado siendo, según está ahora absolutamente claro, un fenomenal fiasco. Nos referimos a la elaborada patraña a través de la cual las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), con la complicidad de Hugo Chávez como solícito compañero de ruta, anunciaron su intención unilateral de liberar a tres personas en la selva colombiana, hasta donde se llegó el ex presidente Néstor Kirchner, designado al efecto por su esposa, la actual presidenta de la Nación.
Cabe recordar una vez más que los cautivos que habrían de ser liberados constituyen sólo una muy pequeña parte de los centenares de secuestrados que las FARC mantienen en su poder, en violación flagrante de las Convenciones de Ginebra de 1949, aplicables por cierto también a los "conflictos armados internos", como el colombiano.
Este reconocimiento explícito de las FARC en el sentido de que estaban mintiendo, es decir que sabían perfectamente que el niño Juan David Gómez Tapiero, uno de los tres cautivos que presuntamente iban a liberar ante las cámaras del mundo, ya estaba en libertad por haber sido liberado más de dos años antes -aunque tuvieron la osadía de querer atribuirle la responsabilidad al gobierno colombiano, en un comunicado en el que decían que Uribe "ha resuelto secuestrar en Bogotá al niño Emmanuel con el infeliz propósito de sabotear su entrega, la de su madre [...] y la de Consuelo González"-, da pie a formular algunas reflexiones adicionales a las ya efectuadas desde estas columnas.
En primer lugar, ha quedado probado con claridad que las FARC no son confiables. Entre otras razones, porque con su mentira hicieron quedar al ex presidente argentino Néstor Kirchner, al canciller Jorge Taiana que lo acompañaba y a la Argentina toda en una posición difícil de explicar y sostener ante el mundo.
Que Hugo Chávez, con cuyo apoyo cuentan las FARC, hubiese estado dispuesto a acompañarlas en la audaz aventura inventada no sorprende a nadie. Ideológicamente, hay una evidente cercanía entre el presidente venezolano y el grupo terrorista, a tal punto que las FARC se autoproclaman ellas también "bolivarianas". Pero que la Argentina haya caído en semejante engaño es sorprendente. Puede parecer fruto de una imprudencia o de esa cuota de improvisación que últimamente es característica de nuestra política exterior. O consecuencia también de una ingenuidad que, ante los personajes, no puede ciertamente presumirse. También puede ser hija de la inexperiencia, porque las liberaciones de prisioneros de guerra no se hacen frente a las cámaras de la televisión. O, quizás, producto de un intento torpe de tratar de mejorar una imagen de Hugo Chávez. O, finalmente, de un apresurado movimiento político derivado de la urgencia de distraer a la opinión pública de las gravísimas consecuencias institucionales que pueden derivar de la investigación judicial en curso en el lamentable affaire Antonini Wilson.
Lo cierto es que hemos quedado abiertamente desairados ante el mundo por las FARC, que convocaron a garantes extranjeros a participar en una operación que desde el comienzo era mendaz. Pese a esto, no se han oído protestas oficiales ni, mucho menos, condenas por la actitud claramente fraudulenta de las FARC. Ni aquí ni en Venezuela, lo cual es lamentable. Particularmente, cuando ha estado en juego la imagen exterior de la Argentina.
Es posible que en una sociedad como la nuestra, acostumbrada de alguna manera a la mentira oficial, la magnitud de lo sucedido se desdibuje naturalmente. Pero en el mundo las cosas ocurren de manera muy diferente. La comunidad internacional no aprueba la mentira ni el fraude o el engaño. Cree, en cambio, en la honestidad como virtud y como pauta de conducta, porque sabe que sin ella no hay credibilidad ni posibilidad de crear confianza ni entre las personas ni entre los países. En ese marco ha crecido culturalmente Occidente, desde hace siglos, como lo prueban no solamente sus textos religiosos, sino hasta las fábulas de Esopo, La Fontaine y los hermanos Grimm sobre las peligrosas consecuencias de la mentira.
Link permanente: http://www.lanacion.com.ar/977042

Referéndum en Venezuela


“Por ahí no, mi Comandante”: freno en el referéndum al “Socialismo del Siglo XXI”/Manuel Hidalgo, Universidad Carlos III de Madrid
Publicado por El Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos
ARI Nº 3/2008 - 03/01/2008
Tema: El rechazo por un estrecho margen del proyecto de reforma constitucional sugiere que la mayoría de los venezolanos no comparte el propósito de la elite chavista de encaminar el país hacia el socialismo.Resumen: Nueve años después de acceder al poder, Hugo Chávez no ha conseguido conformar un movimiento hegemónico pese a disponer de cuantiosos recursos materiales, políticos e institucionales para gobernar. Obviando dicha realidad, el 2 de diciembre pasado el oficialismo decidió someter a referéndum una reforma constitucional de envergadura; consulta que constituyó la primera derrota electoral del presidente. Si bien cabe objetar el procedimiento elegido –los cambios deberían haberse discutido y negociado en una Asamblea Constituyente–, lo más destacable es que el triunfo del “No”, aun obedeciendo a distintos factores, muestra que un porcentaje significativo de los sectores que apoyan a Chávez no desean entregarle un cheque en blanco, bien porque no han entendido su compleja y, en ciertos aspectos, confusa propuesta, bien porque no están de acuerdo con ella. Los resultados evidencian que el liderazgo y el recurso al verticalismo son insuficientes para imponer cambios radicales. La complejidad de la situación no permite ser optimista a corto plazo sobre el encauzamiento del conflicto, aunque como efecto de los acontecimientos de los últimos meses, y de las recomposiciones en el interior de cada bloque, podrían abrirse a medio plazo espacios para el diálogo y algunos compromisos entre el Gobierno y la oposición.
Análisis: En las elecciones presidenciales del 3 de diciembre de 2006, Hugo Chávez fue reelegido por una amplia mayoría (62,85% de los votos frente al 36,91% del candidato opositor, Manuel Rosales). Su triunfo presagiaba una radicalización del proceso en marcha desde 1999 ya que, como manifestó durante la campaña electoral, votar por su candidatura era apoyar el “socialismo del siglo XXI” –vago concepto que alude al deseo de construir un modelo socialista alejado de las experiencias fallidas del siglo pasado–. Así, aprovechó la coyuntura derivada de los resultados y del inicio del nuevo período presidencial y anunció cinco “motores” para acelerar los cambios:
1.- Ley Habilitante, de febrero de 2007, que otorga amplísimos poderes al presidente para dictar decretos con rango de ley durante 18 meses en ámbitos tan variados como el político, social, económico, administración pública, seguridad y defensa, etc. Fue aprobada por una Asamblea Nacional (AN) monocolor, debido al boicoteo opositor a las elecciones de 2005. Este instrumento sirvió, por ejemplo, para emprender algunas nacionalizaciones de “empresas estratégicas” (telefonía y electricidad) y la conversión de las asociaciones estratégicas de la Faja del Orinoco en empresas mixtas.
2.- Reforma integral y profunda de la Constitución de 1999 para sentar las bases de un modelo socialista.
3.- “Moral y Luces”. Proyecto para sustituir los valores individualistas y capitalistas por otros de inspiración socialista mediante la educación ciudadana en múltiples espacios (escuelas, talleres, fábricas, barrios, etc).
4.- Nueva “geometría del poder”: reorganización territorial del poder político, económico, social y militar.
5.- “Explosión del poder comunal”, con transferencia de poder político, social, económico y administrativo a las comunidades. Con ello se pretendía profundizar la tendencia iniciada en abril de 2006 con la creación de los consejos comunales. Estos consejos fueron concebidos como instancias participativas locales. El Gobierno pretendía que gestionaran fondos públicos de modo directo y compitieran con las autoridades representativas locales y regionales. Podían ser fácilmente instrumentalizados por el Ejecutivo nacional –los miembros de los consejos son elegidos por Asambleas de ciudadanos controladas por aquél–.
Si bien la Ley Habilitante concedía muchos poderes al presidente y le permitía actuar con celeridad en algunos campos, el eje de su plan a medio y largo plazo era la reforma constitucional, con implicaciones importantes para los otros “motores”. Para impulsar tales cambios se requería una organización con capacidad de movilizar a los ciudadanos más allá de los períodos electorales. De ahí que Chávez disolviera tras las últimas elecciones al Movimiento V República (MVR) y solicitara al resto de partidos en la órbita chavista proceder de igual modo e integrarse en el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Este partido no ha pasado de ser un cascarón vacío. Aunque se pretendía crear una estructura más democrática y cohesionada, en poco tiempo quedó claro que sus promotores deseaban un control total del nuevo partido. Además, existían discrepancias en algunas organizaciones oficialistas sobre su desaparición. Por su parte, muchos ciudadanos deseaban ingresar para mantener u obtener algún beneficio social –a mediados de 2007 se cifraba en más de cinco millones los aspirantes a formar parte de la nueva organización–. Una de las paradojas de su proceso de creación es que no celebró un congreso, ni tiene militantes, pero sí cuenta con una comisión disciplinaria. En todo caso, debido al enorme respaldo conseguido en las urnas, la elevada concentración de poder y la disposición de un abultado ingreso petrolero para lubricar los distintos “motores”, Chávez contaba a priori con amplio margen de maniobra para aplicar su agenda política.
No obstante, dos cuestiones desgastaron notablemente al Ejecutivo durante 2007 y tuvieron un significativo impacto en la suerte de la reforma constitucional. Primero, la decisión de no renovar la concesión, que vencía en mayo de 2007, al canal de televisión RCTV. Esta medida, aunque legal, tenía una clara finalidad política, puesto que este popular canal se había significado, junto con otros, en contra del proyecto chavista, al extremo de participar en el período turbulento y desestabilizador que llevó al fallido golpe de Estado de 2002. Su cierre generó amplios rechazos y protestas, a los que se sumaron los estudiantes universitarios que tomaron las calles al entender que las libertades peligraban. Las movilizaciones estudiantiles proseguirían en contra de la reforma y acabarían galvanizando a una decaída y fragmentada oposición.Un segundo aspecto fue el agravamiento de algunos problemas básicos como la seguridad, el incremento del coste de la vida o el desabastecimiento. Incluso la acción pública de mayor éxito e impacto, las “misiones sociales”, parecían agotadas tal y como habían sido concebidas para ganar el referéndum revocatorio de 2004. Pero el Ejecutivo, más centrado en la construcción de un nuevo modelo, pareció perderle el pulso al país, quizá por el ritmo de la actividad económica y la buena marcha de algunos indicadores socioeconómicos. Tampoco se mostró muy interesado en atajar problemas que comenzaban a ser un lastre para la consolidación del proyecto, entre otros: burocratismo, clientelismo, corrupción, falta de continuidad administrativa, improvisación e ineficacia en los servicios públicos. Aunque la situación no parecía madura para impulsar un proyecto tan radical y el Estado no contaba con las suficientes capacidades, sin mencionar los problemas citados, el presidente y sus colaboradores decidieron seguir adelante.
El alcance de la reforma constitucional
Legalmente, la iniciativa de la reforma constitucional partió del presidente, quien impulsó su estrategia con un Consejo Presidencial para la Reforma de la Constitución. Este Consejo, encabezado por la presidenta de la Asamblea Nacional e integrado por representantes de los distintos poderes públicos, trabajó con “estricta confidencialidad” según sus directrices. El 15 de agosto, Chávez presentó un Anteproyecto de Reforma Constitucional, que modificaba 33 artículos de una Constitución de 350. El 2 de noviembre, la Asamblea Nacional sancionó un proyecto de reforma al que había incorporado cambios en otros 36 artículos no contemplados en la propuesta original. En total, se someterían a votación 69 artículos más 15 disposiciones transitorias, una disposición derogatoria y una final. Inicialmente, los asambleístas decidieron que la reforma se votaría en un solo bloque pero posteriormente, a instancias del presidente, que hizo un buen uso de su intuición política, la reforma sometida a referéndum se dividió en dos bloques: uno con la propuesta presidencial más 13 artículos relacionados; en el otro, el resto de los artículos, que comprendían un tercio del proyecto (mientras las disposiciones transitorias, derogatoria y final eran incluidas en la pregunta para ambos bloques). La fecha de celebración del referéndum se fijó para el 2 de diciembre. La confección del proyecto de reforma transcurrió sin mayores contratiempos para el oficialismo, dado su control de la Asamblea Nacional –sólo el partido socialdemócrata Podemos salvó su voto al considerar inconstitucional el procedimiento utilizado–. El carácter controlado y oligárquico del proceso alejó la propuesta de los ciudadanos, ya que tuvo poca trascendencia el denominado “parlamentarismo de calle” (discusión en asambleas populares). Se pusieron así de manifiesto, una vez más, las serias deficiencias de la democracia “participativa y protagónica” tan pregonada por el oficialismo.
En torno al proyecto de reforma, al menos dos aspectos merecen atención. El primero es la idoneidad del procedimiento constitucional. La Constitución es clara en que el mecanismo de reforma procede sólo en los casos de revisión parcial que no supongan una modificación de su estructura y principios. Por tanto, como la reforma pretendía una profunda transformación del Estado y sentar las bases de un orden socialista (el proyecto alude a una “Democracia socialista”, “Estado socialista” y “Economía socialista”), lo adecuado hubiese sido convocar una Asamblea Constituyente. Pero los defensores del proyecto no la consideraron oportuna a pesar de su carácter más democrático. En segundo lugar, conviene examinar algunos temas del proyecto para entender la magnitud de los cambios. En conjunto, la propuesta combinaba mejoras en algunos aspectos con retrocesos en otros. El texto es poco claro y falto de concreción en cuestiones importantes. Quizá lo acelerado del proceso y falta de madurez sobre ciertas cuestiones expliquen las carencias en su técnica jurídica.En lo político, se ampliaba el mandato presidencial de seis a siete años. Además, y esto fue objeto de polémica dentro y fuera del país, se permitía la reelección indefinida frente a la vigente reelección inmediata por una sola vez. Esta modificación, sólo aplicable a la presidencia, al excluir a gobernadores y alcaldes, iba acompañada de mayores poderes para el presidente. Entre otros, la facultad de crear o suprimir distintas unidades territoriales (provincias federales, territorios federales, regiones marítimas, distritos funcionales, regiones estratégicas de defensa, etc) así como nombrar y cesar a sus autoridades, nombrar varios vicepresidentes o la promoción de los oficiales de todos los grados y jerarquías de la Fuerza Armada Bolivariana (FAB, nombre que sustituiría al actual, Fuerza Armada Nacional). La concepción de ésta como un cuerpo “patriótico, popular y antiimperialista”, el papel que se le asignaba y la creación de una Milicia Nacional como un componente militar, unido a la sujeción de la FAB al presidente, constituía al entender de muchos un serio riesgo de militarización del país, algo que en la actualidad sólo se observa en parte del Estado.
El segundo eje era la creación del “poder popular” dentro de un nuevo esquema de organización político-territorial del poder, que tenía en la ciudad su unidad política primaria, integrada por comunas (células sociales del territorio) conformadas a su vez por comunidades, constituyendo cada una de éstas el núcleo territorial básico del Estado Socialista Venezolano (art. 16 de la propuesta). Dicho poder popular no surgía de “sufragio ni de elección alguna” sino de “la condición de los grupos humanos organizados como base de la población”. Se expresa, además, a partir de la constitución de comunidades, las comunas y el autogobierno de las ciudades, mediante los consejos comunales y otros consejos sectoriales (trabajadores, estudiantes, campesinos, artesanos, etc) (art. 136). La consideración del poder popular como un poder público territorial más, iba de la mano del debilitamiento competencial de los estados. Incluso el espíritu descentralizador pierde terreno al desaparecer el Consejo Federal de Gobierno (no activado hasta la fecha) y crearse el Consejo Nacional de Gobierno, de carácter no permanente (art. 185). El texto no apuntaba en la dirección de un esquema federal al uso, sino a la transferencia de poderes a los municipios y comunidades, en principio muy dependientes política y financieramente del Poder Nacional, que también es reforzado.Adicionalmente, se propugnaba la creación de una economía socialista, recurriéndose al fomento de empresas y unidades económicas en las que tienen prioridad las comunidades y el Estado frente a la iniciativa privada, que pasa a jugar un papel secundario. Además, se prohíben los monopolios y se establecen cinco tipos de propiedades: pública, social, colectiva, mixta y privada. No se confisca por tanto esta última, aunque el tema generó mucha polémica y una campaña mediática considerable, pero no parece una distinción afortunada. Por otro lado, para otorgar más margen de maniobra al Ejecutivo en la construcción de ese hipotético Estado socialista, el Banco Central de Venezuela perdía su autonomía frente a aquél (art. 318).
Quizá sea en el campo social donde se advierta más el deseo de mejorar las condiciones de vida de los sectores populares, pero a la vez no puede obviarse que algunos temas incluidos eran parte de una estrategia política para que se aceptaran los aspectos más polémicos de la reforma. Así, se constitucionalizaban las “misiones sociales”, en parte algo cuestionable porque vendría a reconocer la incapacidad del Estado para ir más lejos en la institucionalización de un Estado de bienestar, además de las dificultades en términos de gestión y rendición de cuentas puestas de manifiesto en estos años. Asimismo, se contemplaba la seguridad social (fondo social) para los trabajadores por cuenta propia, y se reducía la jornada laboral de ocho a seis horas.También se abordaban otras cuestiones, imposibles de resumir aquí, algunas con impacto positivo, como la eliminación de los latifundios. Otras, al contrario, suponían un claro retroceso. Así sucedía con aspectos de la democracia participativa presentados como una búsqueda de mayor participación: se incrementaban los porcentajes de firmas para convocar una Asamblea Constituyente o activar el mecanismo del referéndum revocatorio de cargos públicos, entre otros. Por último, la eliminación de los lapsos de duración de los estados de excepción (“durarán mientras se mantengan las causas que lo motivaron”), la suspensión temporal de las garantías constitucionales salvo algunas básicas y cambios en los derechos que quedaban fuera de esas garantías, como el derecho al debido proceso y el derecho a la información contemplados en la actual Constitución, eran muy polémicos. Quizá los proponentes tuviesen más en cuenta todos los acontecimientos en torno al golpe de Estado de 2002 que una concepción avanzada de los derechos humanos.
Campaña y condiciones electorales
La campaña fue corta, apenas un mes, en comparación con acontecimientos electorales anteriores. El agravamiento de las tensiones y conflictos durante el último año se dejó sentir de modo que los dos bloques, a favor y en contra de la reforma, desarrollaron sus tareas proselitistas en un contexto polarizado, con algunos hechos de violencia. Varias cuestiones son destacables. Primero, no se produjo un verdadero debate sobre el proyecto y sus consecuencias. La campaña giró más en torno a una presentación simple del modelo de sociedad en juego, algunas denuncias a ciertas reformas, recurriéndose frecuentemente a una lectura distorsionada de las mismas. Los oficialistas, en una primera etapa, destacaron los aspectos más atractivos para los sectores populares en el marco de un modelo socialista más democrático y generador de mayor bienestar. El avance del mensaje opositor unido a la indiferencia de muchos chavistas –cuando no oposición a ciertos artículos de la reforma– obligó al oficialismo a modificar su estrategia avanzada la campaña y convertir el referéndum en un plebiscito sobre el presidente. Chávez lo dijo bien claro: “el que vote ‘No’ está votando en mi contra”. Éste incluso recurrió a temas de política internacional (enfrentamientos con EEUU y Colombia, y el encontronazo con España) para cohesionar a los suyos, exhibiendo un tono muy agresivo y amenazador. Por su parte, los sectores de oposición enfatizaron la creación de un socialismo autoritario (totalitario) de corte militarista. Además, hicieron frecuentes referencias a la extraordinaria concentración de poder en manos de Chávez, la supresión de la alternancia en el gobierno o la profundización del control estatal de la sociedad. Pero más allá de las denuncias, algunos sectores opositores desplegaron consignas para provocar miedo entre la población en torno a cuestiones como la propiedad privada, la reelección indefinida o la patria potestad de los menores.En segundo lugar, son importantes las novedades o cambios en ambos bloques sobre el pasado más reciente. En el caso del oficialismo, se resquebrajó la unidad ante las discrepancias respecto a lo timorata o profunda que era la reforma. Algunos grupos de izquierda radical se posicionaron en contra. También el partido Podemos y algunas personalidades, como el ex ministro de Defensa Raúl Isaías Baduel, compañero de armas de Chávez y uno de sus principales valedores en el fallido golpe de Estado de 2002. Incluso trascendió que algunos gobernadores y alcaldes jugaban al fracaso de la reforma, y también miembros de juntas parroquiales (desaparecían con la reforma). A dicha desunión se sumó una mala coordinación entre los principales partidos que respaldaban al presidente. Tampoco el Comando Zamora supo dirigir la campaña con energía y eficacia: la maquinaria no funcionó a pleno rendimiento para movilizar electores, en parte como consecuencia de la adolescencia del PSUV, poco anclado socialmente, pero también por la nula receptividad a las críticas provenientes de sus filas, los errores en la “venta” de la reforma y la escasa capacidad para responder a la campaña opositora. Por su parte, la oposición utilizó en los últimos meses, y según la coyuntura, distintas armas político-legales para enfrentarse a la propuesta de reforma constitucional: solicitar el aplazamiento del referéndum, reclamar su suspensión y votar artículo por artículo. Al final, ante el convencimiento de que no había vuelta atrás, y como las estrategias abstencionistas habían dado tan malos resultados en el pasado, la mayoría de las fuerzas opositoras se unieron para respaldar el “No” y sólo la oposición radical minoritaria defendió la abstención. A dicha acción unitaria contribuyó el vasto movimiento universitario estudiantil opuesto a la reforma, como pudo haber contribuido la Conferencia Episcopal Venezolana, enfrentada con el régimen, por sus comunicados políticos.
Otro aspecto relevante de la campaña fue el desequilibrio informativo de los medios de comunicación a favor y en contra, según fuesen públicos o privados. Según algunos estudios, como el realizado conjuntamente por la Universidad Andrés Bello y la Universidad de Göteborg, la parcialidad fue más acusada en el caso de las televisiones públicas de ámbito nacional. El ventajismo oficial también se puso de manifiesto. Como en ocasiones anteriores, abundaron las acusaciones sobre la utilización de recursos públicos para que los empleados públicos asistieran a las marchas y concentraciones del oficialismo. Incluso se denunciaron presiones y amenazas de Ministerios, gobernaciones, alcaldías e institutos autónomos para que dichos trabajadores asistiesen a los actos políticos programados.
A los temas propios de la campaña habría que añadir las condiciones electorales, ya que han sido fuente de conflictos en los últimos años y han incidido de modo muy directo en la desmovilización de amplios sectores del electorado. Las denuncias sobre la parcialidad del CNE y la falta de transparencia del sistema electoral han sido constantes en los últimos años por parte de la oposición. Si bien no existe evidencia empírica sobre fraude hasta la fecha, es cierto que, como varias organizaciones han mostrado, existen ciertos problemas y déficit en torno a la administración y el funcionamiento del sistema electoral. El Registro Electoral sigue siendo un tema muy sensible. No obstante, los esfuerzos del organismo electoral para garantizar el secreto del voto, la seguridad y la confiabilidad del sistema han sido manifiestos a partir de las elecciones presidenciales de 2006. En esta ocasión era más fácil garantizar la transparencia y seguridad del proceso electoral automatizado puesto que no concurrían candidatos. Sobre el tema de las condiciones electorales es importante subrayar que la mayor parte de la oposición fue pragmática, no se enredó en una campaña de denuncias que poco contribuía a sus objetivos y que desmovilizaba a los suyos. Por otro lado, la preparación técnica del acontecimiento transcurrió con normalidad y las auditorías al sistema de votación contaron con el visto bueno de los técnicos pertenecientes a ambos bloques. No hubo presencia de misiones técnicas de observación de la OEA y la UE, pero sí observadores internacionales invitados por organizaciones políticas y el CNE. A ellos se sumaron ONG nacionales –como Ojo Electoral– y miles de testigos en los centros de votación acreditados por los respectivos bloques.
Los resultados
El “No” se impuso por un estrecho margen en cada uno de los dos bloques de la reforma (1,31% y 2,02%, respectivamente), cifras inferiores a las que pronosticaban la mayoría de las encuestas. Según datos del CNE (94% del total de las actas), en la primera opción el “No” obtuvo 4.521.494 votos (50,65%) mientras que el “Sí” consiguió el apoyo de 4.404.626 electores (49,34%). En el segundo bloque, 4.539.707 (51,01%) se decantaron por el “No” y 4.360.014 (48,99%) votaron “Sí”. La abstención en ambos casos fue muy similar, cercana al 44%. El “Sí” triunfó en 15 estados y el “No” en ocho (en nueve en el caso del Bloque B), además del Distrito Capital. En Carabobo, Miranda y Zulia, tres de los cuatro estados más importantes –el otro es Aragua– los electores rechazaron la reforma. Asimismo, en los municipios de la denominada Gran Caracas se impuso el “No”, como también lo hizo en algunas parroquias populares de la capital.Inevitablemente, surgen las comparaciones con los resultados de las elecciones presidenciales de diciembre de 2006, cuando Chávez logró 7.300.988 votos y el candidato de la oposición, Rosales, 4.287.467. La oposición no incrementó significativamente sus niveles de apoyo habituales, aunque en esta ocasión confluyeron factores como la revitalización del movimiento opositor por parte de los estudiantes universitarios, la estrategia unitaria y una campaña efectiva. También es probable que un pequeño porcentaje de chavistas votaran “No” por su descontento con la situación o el rechazo a algunos temas propuestos en la reforma. Respecto al oficialismo, en esta ocasión arrastró a las urnas a casi tres millones menos de votantes. Explicar qué sucedió no resulta fácil, y menos sin el apoyo de encuestas post-referéndum. No obstante, pueden aventurarse algunas hipótesis. En primer lugar, es probable que muchos seguidores del presidente no entendieran bien el sentido de la reforma y no quisieran darle carta blanca. Incluso algunos la asociaban con el empeoramiento de sus condiciones de vida, cosa que no había ocurrido en las elecciones presidenciales (ahí el factor miedo, hábilmente manejado por la oposición, pudo jugar un papel importante). Asimismo, no puede descartarse que parte del comportamiento abstencionista obedeciese al rechazo de los artículos más polémicos, en algunos casos quizá por la confusión existente en torno a ellos, real o inducida. Otra razón importante pudo ser el descontento con la gestión de gobierno, en los distintos niveles territoriales, si bien a tenor de los resultados en estados como Amazonas, Portuguesa o Trujillo no parece que este efecto hubiese sido tan pronunciado. A lo anterior se suma un proceso de elaboración de la reforma que concitó muchos rechazos y pudo incidir en la falta de compromiso y desmovilización de ciertos sectores. Además, la ausencia de una buena campaña de divulgación impidió que el texto propuesto fuese más y mejor conocido en tan breve lapso de tiempo. Por último, destacan los errores ya indicados cometidos por el oficialismo durante la campaña. No cabe duda de que sobreestimó el liderazgo de Chávez y que éste no convenció a muchos al querer convertir el referéndum en un plebiscito.
Conclusiones:
Es posible que no existan condiciones para la implantación de un modelo socialista debido al fuerte arraigo social de los valores y principios de la democracia liberal y del capitalismo, aunque no pueda pasarse por alto que un porcentaje significativo del electorado lo apoye, en un país en el que la izquierda radical siempre fue muy minoritaria. Tampoco los ciudadanos parecen dispuestos a afianzar con la reelección indefinida un liderazgo carismático que garantice la continuidad del proceso, algo que genera mucha inquietud entre sus colaboradores y seguidores. Si bien muchos ciudadanos que apoyan a Chávez se quedaron en casa el 2 de diciembre, no puede colegirse de ello, en todos los casos, una adhesión ideológica a un proyecto encabezado por un presidente que refrendaría su liderazgo periódicamente en las urnas. Al margen de otros factores ya señalados, conviene no olvidar que muchos votantes han establecido una relación utilitaria con el régimen, cimentada en políticas incluyentes y una expectativa de mejora en sus condiciones de vida –lo que también ocurrió en el pasado con otros gobiernos–. Es posible que esta relación se haya debilitado en el último año ante el empeoramiento de algunos problemas, especialmente sentidos por los sectores populares. Parte del resultado puede interpretarse como un serio aviso a los gestores públicos. Están con el presidente, pero desconfían de sus colaboradores. Los chavistas se precipitaron, no supieron evaluar bien la situación ni utilizar la estrategia adecuada. Quizá las prisas por asegurar la reelección continua expliquen buena parte de sus errores.
La primera derrota de Chávez en sus nueve años en el poder muestra los límites de un proyecto fundamentado en su liderazgo. Es prematuro afirmar que estemos en presencia de su declive y del agotamiento de la denominada Revolución Bolivariana, pero sin duda los resultados obligarán a los oficialistas a reevaluar su estrategia. No parece probable que el presidente pueda seguir manejando durante mucho tiempo su proyecto más sobre expectativas que sobre realidades. Pero la resolución de los problemas del ciudadano común estaría muy sujeta a la vía que el oficialismo elija para impulsar los cambios. Es manifiesto que los sectores más radicales están convencidos de las bondades del proyecto socialista impulsado por el comandante. Y no es de extrañar que intenten recurrir a otro mecanismo para sacar adelante lo fundamental de la reforma, incluyendo su reelección. A menos que se desnaturalizara el espíritu de la Constitución, ello no sería factible sino mediante la convocatoria de una Asamblea Constituyente, que no pareciera entrar a corto plazo en los planes. Este primer escenario sería muy arriesgado ya que podría abrir una etapa de mayor conflictividad, de consecuencias impredecibles.
En un escenario menos extremo, el presidente, que todavía goza de una elevada popularidad, concentra muchos poderes y dispone de cuantiosos ingresos, optaría por aprobar parte de la fallida reforma con otros instrumentos contemplados en la Constitución (enmiendas, Ley Habilitante, etc). Aspectos como su continuidad en el poder más allá del actual período quedarían descartados en este supuesto, lo que tendría unas repercusiones difíciles de evaluar en este momento debido a la incertidumbre de la situación. Parece claro, sin embargo, que también tendría que dedicar energías a resolver problemas apremiantes para los sectores populares, so pena de perder muchos apoyos en futuras contiendas electorales. Quizá en este caso los conflictos con la oposición se mantendrían, acaso más atemperados. Por otro lado, el hecho de que Chávez sólo se mantuviera en el poder hasta 2012 afectaría a su política de alianzas y proyectos internacionales.
Una tercera posibilidad es que el presidente y sus colaboradores inmediatos entiendan el mensaje enviado por la mayoría de los venezolanos, que rechazan la violencia y son partidarios del diálogo. Tendría así la posibilidad de comprobar la fiabilidad de la oposición, que tras el referéndum se ha mostrado conciliadora y dispuesta a negociar algunas medidas. Este escenario parece hoy improbable dada la polarización y el deseo del oficialismo de imponer su proyecto aún cuando tenga que adecuarlo al veredicto de las urnas. En todo caso, y con carácter general, a menos que surjan en breve tiempo nuevos actores políticos a partir de los desarrollos recientes, parece que el juego entre ambos sectores será en dos niveles. En uno, los conflictos serían comunes y continuos sobre la naturaleza del régimen y ciertas políticas; en otro, el plano electoral, desarrollarían estrategias para mantener o ganar espacios de poder en las elecciones locales y de gobernadores de 2008.
En suma, la situación es de una complejidad notable y muy sujeta a imponderables, como una caída significativa de los precios del petróleo, que de forma inmediata se haría sentir, o que la reconversión monetaria de principios de 2008 tuviese unas desastrosas consecuencias. A corto plazo, en todo caso, es claro que se producirán reacomodos en cada uno de los bloques, aunque no parece que las tensiones y conflictos de los últimos años vayan a disminuir. No obstante, algunas transformaciones aparecidas en los últimos meses podrían contribuir a aliviarlos.
El Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos es una fundación privada e independiente cuya tarea es servir de foro de análisis y discusión sobre la actualidad internacional, y muy particularmente sobre las relaciones internacionales de España. El Real Instituto Elcano no comparte necesariamente las opiniones manifestadas en los documentos firmados por sus analistas o colaboradores y difundidos en su página web o en cualquier otra publicación.

Hillary Rodham Clinton

Contra todo pronóstico Hillary Rodham Clinton ganó la elección primaria demócrata en New Hampshire derrotando sorpresivamente al senador Barack Obama. En el lado republicano fue elegido John McCain, quien regresa con fuerza a la carrera presidencial que tuvo que abandonar en el 2000.
La victoria de la senadora sorprendió incluso a los miembros de sus propias filas, dado que los sondeos previos afirmaban una contundente victoria del senador de Illinois Barack Obama, ganador de los caucus de Iowa. Hillary logró revertir esta tendencia de voto, ayudada por la imagen, mucho más humana y cálida, que dio en una pequeña reunión con amas de casa unas horas antes de la apertura de los colegios electorales.
Con los votos de 13 distritos contados, la ex primera dama tenía el 40% de los votos frente a 35% de Obama, que aspira a ser el primer presidente de raza negra; el ex senador John Edwards, obtuvo un 17 por ciento de los votos.
En el lado republicano, gano tal y como estaba previsto el veterano senador republicano John McCain; de esta manera, repitio a victoria que logró en el año 2000, cuando sacó una diferencia de casi 20 puntos sobre su oponente, George W. Bush, que finalmente se alzó con la candidatura de su partido. En su segundo intento, McCain -un ex prisionero de guerra que es partidario del mantenimiento de las tropas en Irak- se impuso con el 36 por ciento de los votos al ex gobernador de Massachussetts, Mitt Romney, que quedó en segundo lugar con el 31 por ciento. En tercer lugar se colocó, con el 11 por ciento de los votos, el ex gobernador de Arkansas, Mike Huckabee, quien no ha podido repetir el triunfo que logró en los 'caucus' de su partido en Iowa la semana pasada.
El lunes 7 de enero, en uno de sus últimos actos electorales con un pequeño grupo de mujeres, Hillary habló, con lágrimas en los ojos, de sus sentimientos y su implicación en la lucha por su país. Estas imágenes, que dieron la vuelta a la nación, le valieron hoy la victoria, según coincidieron varios analistas políticos.
Hillary, incombustible, nota de la agencia EFE
09/01/2008
Washington. (EFE).- Hillary Clinton demostró hoy a los que escribieron su epitafio político tras su derrota en Iowa que sigue viva y coleando al desbancar, contra todo pronóstico, a sus rivales demócratas en las elecciones primarias de Nuevo Hampshire.
Esa capacidad para salir a flote en los momentos difíciles es uno de los rasgos de la personalidad de la senadora por Nueva York, acostumbrada a capear todo tipo de tormentas personales y políticas.
Nacida en 1947 en Chicago, Hillary se crió en un hogar estricto, en donde no estaba bien vista la debilidad de carácter. Los medios estadounidenses citan con frecuencia una anécdota de su padre, Hugh Rodham, quien después de que la pequeña Hillary llegase un día a casa con las máximas calificaciones escolares apostilló que estudiar en ese colegio debía de ser muy fácil. Su madre, Dorothy, tampoco se anduvo con contemplaciones en otra ocasión cuando la joven Hillary se quejó de que alguien se metía con ella en la escuela, a lo que su progenitora respondió que en la casa de los Rodham no había lugar para los cobardes.
Esa rígida educación hizo, según los analistas, que Hillary desarrollara una fachada de hierro, que le ha ayudado a encajar los golpes políticos que ella y su marido han tenido que afrontar pero que ha dificultado, también, su conexión personal con los votantes.
Su carácter racional, atípico, según algunos, de la personalidad femenina, se ha interpretado en más de una ocasión como una señal de falta de claridad y, peor todavía, como falsedad. Puede que esas críticas expliquen el momento emotivo que vivió el lunes en Nuevo Hampshire, cuando con los ojos llenos de lágrimas explicó que los motivos que la llevan a competir por la Casa Blanca son muy personales y tienen que ver con lo mucho que hay en juego en el país.
La ex primera dama se ha presentado como la candidata con más experiencia en los pasillos del poder, lista para asumir el timón de la primera potencia mundial desde el primer día. Asegura, además, ser la demócrata mejor preparada para hacer realidad un "cambio" necesario en un país dividido tras los dos mandatos de George W. Bush.
Esa mezcla de experiencia y cambio no logró calar en Iowa, donde los votantes vieron a Hillary como una representante del "estatus quo", una impresión reforzada por la constante presencia de su marido, el ex presidente Bill Clinton, en su campaña electoral. No falta quién apunte que Bill le está devolviendo los favores que le hizo ella al perdonarle sus sonadas infidelidades.
En la mente de muchos estadounidenses está grabada todavía la imagen de los Clinton cruzando los jardines de la Casa Blanca en 1998 después de que se destapase que Bill había mantenido un romance con Monica Lewinsky, una becaria de la residencia oficial. Los Clinton partían entonces de vacaciones con su hija Chelsea en medio agarrándoles la mano. Hillary tenía toda la pinta de estar furiosa, pero aun así permaneció al lado de su marido. Era la segunda vez que se mantenía firme ante los escándalos de faldas de su esposo.
En 1992, cuando Gennifer Flowers reveló que había tenido un romance con Clinton, protagonizó otro momento inolvidable, al aparecer con su marido en el conocido programa de televisión de la cadena CBS '60 Minutes', en el que afirmó: "Estoy sentada aquí porque le quiero".

Programa contra trata de personas

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) coordinará la integración de 10 comités regionales contra la trata de personas, para lo que convocará a los actores sociales vinculados con su prevención y la atención a víctimas.
La oficina de Trata de la CNDH es coordinada por el exsenador Sadot Sánchez Carreño.
En un comunicado -
CGCP/008/08-, la CNDH señaló:
México, D. F., a 8 de enero de 2008
A partir de febrero de 2008, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos coordinará la integración de diez Comités Regionales contra de la Trata de Personas, para cuya conformación convocará a todos los actores de la sociedad civil vinculados con la prevención de ese delito y la atención de sus víctimas.
La integración y el funcionamiento de esos comités permitirá intercambiar y concentrar información de manera ágil y oportuna, así como acordar acciones conjuntas encaminadas al fortalecimiento del marco legal en la materia, a la salvaguarda de los grupos más vulnerables y a la reinserción social de quienes sean rescatados de esa forma de esclavitud.
Los comités regionales, con los cuales se logrará prácticamente una cobertura nacional, tendrán sus sedes en las ciudades de Tijuana, Baja California; Ciudad Juárez, Chihuahua; Nogales, Sonora; Reynosa, Tamaulipas; Aguascalientes, Aguascalientes; Coatzacoalcos, Veracruz; Villahermosa, Tabasco; y Tapachula y San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
Esta tarea de articulación de esfuerzos forma parte del recientemente creado Programa contra la Trata de Personas, mediante el que la CNDH busca, desde la perspectiva de protección y salvaguarda de los derechos humanos, atender de manera integral este fenómeno en sus vertientes jurídica, institucional y social.
Este Organismo Nacional considera que una vez promulgada la Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas deberá avanzarse hacia una homogenización de los marcos legales federal y estatales, así como hacia la consolidación de una perspectiva multilateral que permita y aliente la efectiva coordinación internacional. En este contexto celebra que la Sexta Asamblea General de la Red de Instituciones Nacionales para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos de América haya incluido como eje temático para la agenda de trabajo de 2008 el combate a la Trata de Personas, como lo propuso la CNDH.
CNDH, ORGANISMO PUBLICO AUTONOMO
www.cndh.org.mx