El único 'jefe' del Papa
Nos citamos en Roma con el primer general de los jesuitas no europeoHabla de la revolución de Francisco, de los escándalos de pederastia y de por qué su país, Venezuela, es una "democracia que se rompió"
Jorge Benítez, @jorgebmontanes
El Mundo, 31/05/2017
Es presa de una leyenda negra que refleja hasta el diccionario de la RAE. La tercera acepción de jesuita es «hipócrita, taimado».
Pocas instituciones de la influencia universal de la Compañía de Jesús han sido tan admiradas como odiadas en 500 años de Historia. Y tan dadas a la resurrección. Tras su caída en desgracia bajo el pontificado de Juan Pablo II, esta orden religiosa ha visto cómo, en apenas una década, uno de los suyos se sentaba por primera vez en la silla de Pedro. Un poder político que sirvió de ejército católico frente a la Reforma, defendió a los indios americanos y evangelizó Asia para ser perseguido por reyes que lo vieron como una amenaza.
Un poder de conocimiento que cultiva la ciencia, educa a los más humildes, dirige universidades de élite y a la vez se postuló como enemigo de la Ilustración. Una historia de luz y cavernas. Quien hoy lidera a los discípulos de Ignacio de Loyola es, desde el pasado mes de octubre, el primer Superior General nacido fuera de Europa y la única persona que -de forma figurada- podría decirse que es jefe del Papa por el pasado jesuita de Jorge Bergoglio
Arturo Sosa (Caracas, 1948) es alguien que parece un reflejo en el espejo del Pontífice. Uno es el Papa negro (Sosa) y el otro el Papa blanco (Francisco), las dos figuras más poderosas del catolicismo.