El Español, Martes, 25/Abr/2017
Francia ha hablado y el nombre de Emmanuel Macron se ha escuchado por encima de los demás. Capitalizar el voto centrista nunca es fácil, pero para este político aún no llegado a la cuarentena, exsocialista que recondujo su timón ideológico, arredrarse no era una opción. Su ¡En Marcha! ha conseguido dejar fuera de la liza por la presidencia de la V República a los dos grandes partidos del país.
Macron representa a la Francia privilegiada: si entre el conjunto de la población ha conseguido el 23,9% de los votos, el porcentaje se eleva hasta el 32% entre los que ingresan más de 3.000 euros al mes. Además, el enfant terrible ha ganado en la práctica totalidad de Isla de Francia -la región de París- y ha creado una marea, naranja como su logo, en la acomodada costa atlántica y en gran parte de la línea imaginaria que llega a Suiza desde Burdeos, pasando por Lyon y el corredor del Ródano, ambas metrópolis incluidas.
Pero hay otras Francias ahogadas en otros debates, sumergidas en pesadillas de desempleo y recelos hacia la inmigración que votaron mayoritariamente a Marine Le Pen (21,4%) y Jean-Luc Mélenchon (19,6%), los más alejados del centro de entre los principales candidatos.