20 jul 2009

Discurso de Alvaro Uribe

El Presidente Alvaro Uribe Vélez defendió, en la instalación de la última legislatura del Congreso colombiano, que se mantenga la presencia de militares estadounidenses en el país.
Este es parte del discurso del Presidente Álvaro Uribe Vélez, durante la ceremonia de instalación del Congreso de la República
Bogotá, 20 jul (SP). “Honorables Senadores y Representantes:
Confianza
Después de siete años podemos decir: nos hemos situado en el equilibrio democrático. Confianza, la palabra guía de nuestra acción, confianza en Colombia, ha tenido como soporte un esfuerzo balanceado por la seguridad, la inversión y la política social.
Seguridad
La seguridad no ha sido guerra a expensas de política social, todo lo contrario, ha sido seguridad con valores democráticos acompañada de ampliación de las coberturas sociales.
Aún no estamos en un punto irreversible en el rescate de la seguridad; el consenso sobre tal imperativo es aparente, todavía no logra un genuino comprometimiento de las diferentes tendencias.
La ciudadanía está más segura pero con toda razón es más exigente. Antes un crimen, un secuestro, eran uno más, cubiertos por la anestesia colectiva que anulaba reacciones. Hoy, por fortuna, conmueven.
Hemos recuperado dos monopolios estatales que nunca debieron perderse: los monopolios para combatir a los criminales y para administrar justicia. La palabra ‘paramilitar’ se utilizó para denominar bandas criminales privadas cuyo objetivo era combatir a las guerrillas. El paramilitarismo ha sido desmontado. Actualmente sufrimos terrorismo guerrillero y de las bandas criminales. Estos tienen entre sí una relación mafiosa, se alían o se matan por el botín del narcotráfico. Ambos son confrontados por las fuerzas institucionales con toda determinación.
En muchas regiones cabecillas guerrilleros y paramilitares habían desplazado y reemplazado a la justicia; usurpaban el conocimiento de querellas de vecinos, pleitos de familia, crímenes menores y mayores. La Seguridad Democrática ha restablecido la justicia en todo el territorio.
Se ha reversado la tendencia de los ciudadanos a buscar resolver el problema de seguridad por cuenta propia, ya se acude crecientemente a la fuerza pública, la comunidad percibe que hoy existe a quien quejarse, a donde acudir, a las autoridades civiles y a las Fuerzas Armadas.
Las víctimas reclaman, se han registrado 240 mil, antes no lo hacían por temor a la retaliación o porque lo encontraban inútil. El tema no pasaba de expresiones de pésame en los funerales. En los años recientes las víctimas han sido apoyadas con recursos estatales que superan los 300 millones de dólares. Gracias a la Ley de Justicia y Paz, a las normas reglamentarias sobre conciliación administrativa y al presupuesto incluido por ustedes, honorables congresistas, se ha iniciado el proceso del componente monetario de la reparación, que este año desembolsa 200 mil millones de pesos y llega a más de 10 mil víctimas.
Reparación total no se da, sin embargo, estos esfuerzos anulan gérmenes de venganza y odio. Nos hemos propuesto esforzarnos, a pesar de las restricciones fiscales, sin comprometernos en cuantías impagables. Mantenemos el principio de no nivelar agentes del Estado con terroristas, pues ello estimularía parálisis en las fuerzas del orden por temor a que cada acción legítima contra el delincuente sea objeto de falsa acusación, de mandato de reparación y de riesgo de cobro de repetición al frágil pecunio del policía o soldado.
La mínima exigencia de las víctimas es que no se repitan las acciones violentas, la garantía de este derecho reposa en la permanencia firme y sostenida de la Seguridad Democrática.
Valioso intangible de nuestra seguridad es su discurrir por el camino de la legislación ordinaria contrario a las normas marciales. Se ha adelantado con respeto a las libertades, las garantías civiles, los derechos políticos. Esto honra a nuestra democracia que ha enfrentado un terrorismo que se sentía victorioso y ha sido excesivamente rico por el narcotráfico.
La sostenibilidad de esta política reposa en su credibilidad que a su vez depende de la eficacia y la transparencia. Esta última da autoridad moral para producir resultados. Estos se buscan con más empeño cuando se tiene la tranquilidad de conciencia derivada de proceder con observancia de los derechos humanos, cuyas violaciones se sancionan sin vacilación.
La Nación, maltratada durante décadas por guerrillas y paramilitares, necesita el apoyo a sus policías y soldados, en cuya honra y buen nombre se rechaza y penaliza la acción delictuosa de cualquiera de sus integrantes y por cuya solidez y confianza se demanda la actitud firme del Presidente, los Ministros y Comandantes para denunciar las falsas acusaciones, con las cuales algunos juegan al fracaso de la seguridad.
Colombia se ha sometido al examen de derechos humanos de las Naciones Unidas. Con frecuencia el Ministro de Defensa, los Altos Mandos y el Presidente de la República acuden a audiencias en televisión para recibir y responder por las quejas de los ciudadanos en relación con integrantes de las Fuerzas Armadas.
(...)
Desplazados
No hemos podido poner punto final al desplazamiento. A fin de que las operaciones militares contra la delincuencia no intimiden a los ciudadanos, hemos replicado la figura de un oficial de las fuerzas como enlace de confianza con las gentes de bien, de manera idéntica a la experiencia en la Sierra Nevada con los compatriotas indígenas. Estos se mostraban desconcertados porque un día recibían uniformados que decían ser guerrilleros, al siguiente, uniformados que se identificaban como paramilitares y finalmente llegaba el Ejército. El Coronel, enlace de confianza, disipó la confusión. Allí la situación ha mejorado ostensiblemente como esperamos lograrlo en zonas donde continúan los desplazamientos.
Hemos pedido a la Cruz Roja Internacional, en coordinación con Acción Social, que además de su contribución en asistencia humanitaria a desplazados nos ayude con un conocimiento previo de los operativos para construir tranquilidad en los pobladores y evitar desplazamientos.
(...)
Bajo la conducción del Vicepresidente de la República, doctor Francisco Santos, ha sido instalada la primera de las doce comisiones de restitución de bienes.
Existen varias preocupaciones sobre el alcance del programa de atención a desplazados; por ejemplo, en 2008, entre los registrados aparecen 150 mil personas que alegan desplazamientos sucedidos en el período de 1951 a 1987.
Congreso
Expreso nuestra gratitud al Congreso, a las mesas directivas salientes, encabezadas por el Presidente del Senado, doctor Hernán Andrade, y el Presidente de la Cámara, doctor Germán Varón. Gratitud por la agenda legislativa tramitada con disposiciones tan importantes como la Reforma Política para la severa sanción de la penetración del crimen en la política; el aumento de las penas para asesinos de personas que requieren especial protección como los sindicalistas; las disposiciones que regulan la inteligencia del Estado; convenios internacionales de comercio y de eliminación de la doble tributación; normas de competencias y de adaptación contable a las reglas internacionales para la confianza inversionista; los beneficios de retiro para los trabajadores vulnerables que incluye el estatuto financiero.
Son 24 nuevas normas de la mayor conveniencia para el País y 40 que continúan su proceso legislativo.
Expreso nuestra gratitud al Congreso por el valor civil para negar proyectos inconvenientes al bien general. Sir Winston Churchill manifestaba que al Congreso se le debe juzgar no por las leyes aprobadas sino por la capacidad de negar los proyectos dañinos.
La época vivida ha sido muy difícil para el Congreso por el juicio de hechos anteriores a este Gobierno, cuyo último responsable es el descuido del Estado que permitió el dominio del terrorismo sobre vastas áreas de la geografía. El buen resultado de la actividad legislativa y de control político ha constituido el motor de superación de la Institución, a la que muchos le extendían partida de defunción.
El trámite resuelto y exitoso de las diferentes iniciativas pondrá al Congreso a la altura de las más positivas expectativas de la Nación.
El Estado de Opinión: fase superior del Estado Social de Derecho
Colombia goza de un Estado de Opinión que es la fase superior y característica por excelencia del Estado de Derecho. El Estado de Opinión el resultado del proceso histórico de cesión de derechos de la autocracia al pueblo, que empezara hace un milenio en Inglaterra con la Carta Magna de Juan Sin Tierra.
Sin Estado de Opinión se desdibujan las virtudes democráticas que reposan en la independencia de las ramas del poder y en la existencia de organismos de control.
Estado de Opinión no es democracia plebiscitaria pero sí es equilibrio entre la participación y la representación; no es manipulación pero sí es coraje para orientar sobre temas de gran controversia; es respeto a la opinión expresada y derecho para que la opinión silenciosa se exprese; no es imposición por la fuerza ni claudicación ante la fuerza contraria; es garantía de la libertad de prensa y de su contrapeso, que es la libertad del ciudadano y del Gobierno frente a los medios de comunicación; es el seguro de la descentralización, que en Colombia impide su suplantación.
Estado de Opinión es la muralla que ataja el desbordamiento de cualquier poder; el equilibrio entre el obligatorio cumplimiento de las sentencias de los jueces y la libertad de controvertirlas; y la fuente del principio de debate a las decisiones legislativas sin penalizarlas.
El derecho de la participación conlleva el debate a la decisión del legislador y el derecho de la representación protege sus decisiones contra la tipificación como delito.
Sobre las bases del Estado de Opinión nuestro País cuenta con una sólida institucionalidad democrática: elegimos 32 gobernadores y mil 102 alcaldes, concejales y diputados, de los más diversos orígenes políticos, y con la práctica diaria del Estado de Opinión, construimos con ellos esa concertación que denominan gobernabilidad, que es la mínima unidad de Patria.
La justicia es independiente y autónoma. El ejecutivo no participa en la integración de la Corte Suprema de Justicia ni del Consejo de Estado. Es respetuoso de los órganos de control originados en el Congreso y de su misión imparcial. Envía ternas para elegir tres de los nueve magistrados de la Corte Constitucional e interviene en la formación de una de las salas del Consejo de la Judicatura.
(...)
Acuerdo con los Estados Unidos
El terrorismo y los violentos son cadenas de esclavitud aún no rotas en su totalidad, financiadas por el narcotráfico. Por eso el acuerdo con los Estados Unidos de América es para erradicarlos por siempre.
El Acuerdo con los Estados Unidos se enmarca en los convenios bilaterales con ese País y en las convenciones de las cuales ambos, Colombia y Estados Unidos, son signatarios. Su propósito es la lucha contra las drogas, la delincuencia organizada transnacional, el terrorismo y la proliferación de armas. Incluye la posibilidad de ampliar la cooperación regional y mundial contra estos flagelos en virtud de la responsabilidad compartida.
El desarrollo del Acuerdo con los Estados Unidos procedería en cada actividad con la autorización del Gobierno de Colombia y por mutuo consentimiento.
El Acuerdo será regido por principios como la Igualdad Soberana, la Integridad Territorial y la No Intervención en Asuntos Internos de otros Estados.
Para su cumplimiento se permitirá a los Estados Unidos el uso y acceso limitado a instalaciones de bases militares colombianas.
Para respetar los principios de Jurisdicción Nacional sobre Personal Militar y Soberanía del Territorio, se estudia un procedimiento para que la inmunidad no sea impunidad.
El Acuerdo es para fortalecer bases militares colombianas, no para abrir bases norteamericanas.
El Acuerdo es para recuperar el derecho de los colombianos a vivir tranquilos.
Al finalizar la Guerra de los Mil Días, en 1902, el País entró en una especie de temporada de paz, que fue truncada por el estallido de la violencia partidista en los años cuarenta de la anterior centuria. Superada por el advenimiento del Frente Nacional, irrumpieron las guerrillas marxistas, años después transformadas en mercenarios del narcotráfico. Llegó con igual crueldad la reacción paramilitar, que también desembocó en el narcotráfico.
Vamos ganando esta lucha, pero no hemos ganado todavía, muchos son los riesgos y amenazas que todavía nos acechan para dejar atrás esta violencia que ha afectado a tantas generaciones.
Los violentos practican terrorismo y sangre en Colombia e intentan hacer política en el extranjero. Asesinan y pretenden interferir las relaciones exteriores del País.
Los Estados Unidos nos han ayudado de manera respetuosa, nos han ayudado en forma práctica en el Plan Colombia. Nada ganamos con voces de solidaridad y pésame de la comunidad internacional mientras la sangre se derrama aquí y Colombia sufre el secuestro. La cooperación debe ser efectiva y no simbólica. Efectiva ha sido la cooperación del Plan Colombia. Efectiva será la cooperación del nuevo acuerdo.
El terrorismo debe quedar notificado que no nos va a engañar con falsos nacionalismos, improcedentes en nuestra era de crimen internacional.
El terrorismo debe quedar notificado que para nosotros la seguridad no es una opción sino un imperativo.
El terrorismo debe quedar notificado que el abandono de la violencia, el narcotráfico, el secuestro, la negociación de buena fe y el sometimiento a la ley, no es una posibilidad a criterio y capricho de los terroristas, sino una exigencia del pueblo.
El servicio a Colombia es una determinación irrenunciable en procura del bienestar de las nuevas generaciones. El servicio a Colombia no es un trabajo de cálculo político.
En una de sus epístolas, el Apóstol nos dice: “Si el sonido que emite la trompeta es incierto y débil, ¿quién acudirá al campo de batalla?”.
Respetados Senadores y Representantes, compatriotas todos: Tengamos certeza en los objetivos y acciones en procura de una Colombia próspera y equitativa. Tengamos fortaleza en la lucha para lograrlo.
Declaro formalmente instalado el periodo de sesiones del Congreso de la República.
Muchas gracias.

Resistencia a la insulina

La resistencia a la insulina, un peligro que crece
El síndrome X causa el 60% de la patología cardiaca en mujeres y el 25% en hombres JANE E. BRODY (NYT) - Nueva York
EL PAIS, 21 de noviembre de 2000;
Una afección conocida como resistencia a la insulina se está revelando como otro factor de riesgo para la salud de nuestro corazón. El síndrome X, como la denomina un experto, no es propiamente una diabetes tipo 2, porque los niveles de glucosa están en el límite superior de la normalidad, pero predispone a la diabetes y a la enfermedad coronaria. Aunque algunos médicos muy centrados en el colesterol puedan pasar por alto este síndrome potencialmente peligroso, la preocupación por la resistencia a la insulina está aumentando con rapidez entre los especialistas cardiovasculares porque dos de sus causas principales (la obesidad, sobre todo la abdominal, y la inactividad) también aumentan. En España puede haber entre 5 y 6 millones de afectados. El páncreas respondePruebas adecuadas
Las personas que padecen esta afección no tienen escasez de insulina, pero no aprovechan adecuadamente esta hormona. La resistencia a la insulina o "síndrome X" causa hasta el 25% de las enfermedades cardiacas que afectan a los varones y hasta el 60% de las padecidas por las mujeres, según algunos cálculos. Si estas estimaciones son correctas, las cifras darían a la resistencia a la insulina el dudoso mérito de ser la principal causa subyacente de los ataques al corazón. Para empeorar las cosas, Gerald Reaven, profesor emérito de medicina en Stanford (EE UU) y principal autor de un reciente libro titulado Syndrome X, señala que la resistencia a la insulina es un "asesino silencioso". Este trastorno no aparece en los análisis de sangre realizados habitualmente en los reconocimientos médicos periódicos; por el contrario, para establecer con seguridad el diagnóstico de resistencia a la insulina son necesarias diversas mediciones.
No es necesario ser obeso ni diabético para padecer este problema. Reaven y sus colaboradores descubrieron que entre las personas con tensión arterial normal, que no son ni diabéticas ni obesas, aproximadamente entre el 25%y el 30% son resistentes a la insulina, lo que equivale a entre 33 y 40 millones de estadounidenses [extrapolando las cifras a España, representa entre 5 y 6 millones de personas], por no hablar de quienes padecen tensión arterial alta o diabetes.
Pero mientras que la genética es responsable aproximadamente de la mitad de la propensión de una persona a desarrollar resistencia a la insulina, la otra mitad se puede atribuir a la obesidad, la inactividad física y el tabaquismo.
Cuando una persona ingiere alimentos, el páncreas libera insulina para procesarlos. La tarea de la insulina es obtener la glucosa de la sangre para introducirla en las células de los músculos, que la usan como energía. La insulina también impide la liberación de ácidos grasos de los depósitos de grasa del cuerpo. Pero en las personas resistentes a la insulina, la hormona no es muy eficaz a la hora de disminuir la glucosa que circula en la sangre ni bloquea adecuadamente la liberación de los ácidos grasos. El páncreas responde produciendo más insulina en un esfuerzo infructuoso por superar esta resistencia. El resultado es un nivel relativamente elevado de glucosa y un aumento más grave de los triglicéridos, como consecuencia de que el hígado aumenta su producción a partir de los ácidos grasos de la sangre.
Las personas que padecen el síndrome X sufren un riesgo especial de desarrollar diabetes y enfermedad coronaria cardiaca, y pueden también enfrentarse a un riesgo más elevado que la población normal de padecer procesos como el infarto cerebral, insuficiencia renal y posiblemente cáncer, según Scott Grundy, director del Centro de Nutrición Humana, perteneciente al Centro Médico del Sudoeste de la Universidad de Tejas, en Dallas (Estados Unidos), que dirige un estudio internacional sobre la genética del síndrome X.
A diferencia de la diabetes tipo 2, en el síndrome X los niveles de glucosa, aunque se encuentran elevados, no superan los parámetros normales, por lo que al paciente no se le llegaría a diagnosticar como diabético. Pero el síndrome está asociado al menos con cuatro características que permiten predecir un aumento del riesgo de enfermedad y muerte prematura: elevados niveles de triglicéridos en la sangre, bajos niveles de lipoproteína de alta densidad (HDL o colesterol bueno), tensión arterial alta e intolerancia a la glucosa.
Las investigaciones recientes han asociado la resistencia a la insulina con otros factores de riesgo coronario, incluida la formación de pequeñas lipoproteínas de baja densidad que transportan colesterol y son especialmente dañinas para las arterias, niveles elevados de grasa en la sangre después de comer, niveles elevados de ácido úrico en sangre y niveles elevados de una sustancia, el inhibidor tipo 1 del activador del plasminógeno, que daña la capacidad del cuerpo para deshacer los coágulos de sangre.
Aunque los niveles elevados de insulina en la sangre son característicos del síndrome X, Reaven recomienda que no se acuda a las pruebas ordinarias de los laboratorios médicos comerciales, donde las mediciones y su interpretación varían en exceso. Una prueba más fiable incluiría un control del nivel de glucosa en ayunas y la respuesta a una prueba de tolerancia a la glucosa de dos horas. En las personas con síndrome X, según informa este especialista, el nivel de glucosa en ayunas varía entre 110 a 126 (se diagnostica diabetes cuando la glucosa en ayunas excede de 126) y los niveles de la prueba de tolerancia a la glucosa siguen siendo elevados, de 140 a 200. Deberían medirse también los niveles de triglicéridos y colesterol HDL en ayunas. Un nivel de triglicéridos superior a 200 miligramos por decilitro de suero sanguíneo y un nivel de HDL inferior a 35 aumentan el riesgo de enfermedad cardiaca. La tensión arterial también debería comprobarse y, en caso de ser 14,5/9,0 o superior, se deberían tomar medidas para bajarla.
También se debería pesar a las personas y determinar la proporción entre cintura y cadera. La obesidad, especialmente la grasa abdominal, se considera un factor de riesgo independiente para la resistencia a la insulina, así como para la diabetes y la enfermedad cardiaca.
Los preocupantes datos sobre la resistencia a la insulina vienen a sumarse a las connotaciones epidémicas que está adquieriendo la diabetes en el mundo. En la última década el número de diabéticos se ha quintuplicado (se ha pasado de 30 a 150 millones) y se prevé que para el año 2010 habrá 250 millones. .
Recomendaciones preventivas

Algunos expertos sostienen, al referirse a ciertas dietas, que la resistencia a la insulina produce obesidad. Esta afirmación pone el carro delante de los bueyes. Por el contrario, diversos estudios indican que la obesidad causa resistencia a la insulina. Y la pérdida de peso, incluso un mero 10% de la grasa corporal, puede corregir el problema. La pérdida de peso es aún más eficaz que los fármacos para disminuir la insulina.
Gerald Reaven se refiere a algunas dietas muy populares que se centran en los carbohidratos como causa de la obesidad. Aunque la insulina se libera para procesar los carbohidratos y puede, al mismo tiempo, propiciar el almacenamiento de grasa, sólo hace esto último cuando se ingieren más calorías de las que el cuerpo gasta. En otras palabras, no son ni la insulina ni los carbohidratos lo que hace engordar, sino un exceso de calorías. Y cuando se ingieren más calorías de las que se utilizan, lo primero que el cuerpo acumula es el excedente de calorías procedente de las grasas.
Reaven aconseja a los pacientes resistentes a la insulina que reduzcan su ingesta de carbohidratos, especialmente azúcares y féculas refinadas, que son los que más insulina demandan y están asociados con niveles elevados de triglicéridos y niveles bajos de HDL. Otros investigadores han demostrado que las féculas no refinadas, ricas en fibra, son beneficiosas para las personas con diabetes tipo 2 y es probable que también sean útiles para las personas con resistencia a la insulina.
En lugar de una dieta rica en carbohidratos, Reaven recomienda consumir más grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, principalmente en forma de frutos secos y aceites vegetales. Ésta no es la dieta Atkins, que permite una ingestión ilimitada de grasas saturadas. La dieta Atkins puede ocasionar un descenso de los niveles totales de colesterol (esto sucede siempre que una persona pierde peso), pero el nivel elevado de grasas saturadas aumentaría el nivel de colesterol LDL, perjudicial para las arterias.
Otro factor esencial para controlar la resistencia a la insulina es el ejercicio regular: al menos 30 minutos diarios, cuatro veces a la semana. El ejercicio mejora la sensibilidad a la insulina durante un máximo de 48 horas. Pero es crucial que sea regular, ya que a los pocos días de dejar de hacer ejercicio los beneficios desaparecen.

Lectura de la Biblia

Comenzar y concluir la lectura de la Biblia orando
Diez sugerencias a los católicos de EE UU
WASHINGTON, lunes, 20 de julio de 2009 (ZENIT.org).- Para leer la Biblia deberíamos comenzar con una oración para abrir nuestro corazón y nuestra mente a la Palabra de Dios y terminar "con una oración para que esta Palabra dé fruto en nuestra vida, ayudándonos a ser personas mas santas y más fieles".
Comenzar y terminar de leer la Biblia orando es una de las diez sugerencias para hacer fructífera la lectura de la Biblia para los católicos ofrecidas por Mary Elizabeth Sperry, directora asociada para el uso de la New American Bible en la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB).
Las sugerencias de Sperry, disponibles en el portal de Internet http://www.usccb.org/mr/mediatalk/bible_catholics_sp.shtml incluyen el saber qué es la Biblia y qué no es.
"La Biblia es el relato de la relación de Dios con el pueblo que Él ha llamado para sí. No está escrita para ser leída como un libro de historia, ni de ciencia, ni como un manifiesto político", escribe Sperry.
También menciona la importancia del contexto, por ejemplo cómo se relacionan el Antiguo y el Nuevo Testamento y cómo la Biblia se debe leer dentro de la tradición de la Iglesia y en la comunidad de los creyentes.
Las diez sugerencia de Sperry son:
1. Leer la Biblia sí es para los católicos. La Iglesia alienta a los católicos a que hagan la lectura de la Biblia parte de su vida diaria de oración. Al leer estas palabras inspiradas, las personas profundizan en su relación con Dios y llegan a entender su lugar en la comunidad de aquellos que Dios ha llamado para sí.
2. Orar al principio y al final. Leer la Biblia no es como leer una novela o un libro de historia. Deberíamos comenzar con una oración pidiendo al Espíritu Santo que abra nuestro corazón y nuestra mente a la Palabra de Dios. La lectura de la Sagrada Escritura debería terminar también con una oración para que esta Palabra dé fruto en nuestra vida, ayudándonos a ser personas más santas y más fieles.
3. ¡Entérese de toda la historia! Al escoger una Biblia, busque una edición católica. La edición católica incluye la lista completa de los libros que la Iglesia considera sagrados, así como introducciones y notas para comprender el texto. Toda edición católica incluye una nota de imprimatur en el reverso de la página del título. El imprimatur indica que el libro está libre de errores doctrinales según la enseñanza católica.
4. La Biblia no es un libro; es una biblioteca. La Biblia es una colección de 73 libros escritos en el curso de muchos siglos. Los libros incluyen historia de los reyes, profecías, poesía, cartas que retan a nuevas comunidades de creyentes en dificultades, y relatos de la predicación y la pasión de Jesús transmitida por parte de los creyentes. El conocimiento del género literario del libro que se está leyendo le ayudará a entender las herramientas literarias que usa el autor y el significado que éste trata de transmitir.
5. Sepa qué es la Biblia -y también lo que no es. La Biblia es el relato de la relación de Dios con el pueblo que Él ha escogido para sí. No está escrita para ser leída como un libro de historia, ni de ciencia, ni como un manifiesto político. En la Biblia, Dios nos enseña aquellas verdades que necesitamos para el bien de nuestra salvación.
6. La suma es mayor que las partes. Lea la Biblia en su contexto. Lo que sucede antes y después-incluso en otros libros-nos ayuda a entender el verdadero significado del texto.
7. Lo antiguo tiene relación con lo nuevo. El Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento se iluminan el uno al otro. Aunque leamos el Antiguo Testamento a la luz de la muerte y resurrección de Cristo, éste tiene también su valor propio. Juntos, estos testamentos nos ayudan a entender el plan de Dios para la humanidad.
8. No están leyendo solos. Al leer y reflexionar sobre la Sagrada Escritura, los católicos se unen a aquellos hombres y mujeres fieles que han tomado en serio la Palabra de Dios y la han puesto en práctica en su vida. Leemos la Biblia en la tradición de la Iglesia para beneficiarnos de la santidad y sabiduría de todos los fieles.
9. ¿Qué me está diciendo Dios? La Biblia no se dirige sólo a gente que murió hace mucho tiempo en un lugar lejano. También se dirige a cada uno de nosotros en sus propias circunstancias. Cuando leemos, debemos entender lo que dice el texto y cómo han entendido los fieles su significado en el pasado. A la luz de este entendimiento, entonces nos preguntamos: ¿qué me dice Dios a mí?
10. Leer no es suficiente. Si la Sagrada Escritura se queda sólo en palabras en una página, nuestra tarea no ha terminado. Necesitamos meditar sobre el mensaje y ponerlo en práctica en nuestra vida. Sólo entonces puede la Palabra ser "viva y eficaz" (Hebreos 4:12).

Frank McCourt

Fallece el escritor Frank McCourt a los 78 años
En 1997 recibió el Premio Pulitzer por la novela Las cenizas de Ángela
ELPAÍS.com / AGENCIAS - Madrid / Nueva York - El País on line, 20/07/2009;
El escritor Frank McCourt, ganador de un Premio Pulitzer en 1997 por Las cenizas de Ángela (Angela's Ashes), falleció ayer a los 78 años de edad, informa el diario estadounidense The New York Times .
Según el diario
Los Angeles Times , su hermano Malachy ha confirmado que el escritor ha fallecido en la clínica para enfermos terminales donde se hallaba ingresado a causa de una meningitis que contrajo hace dos semanas. Además, el autor de origen irlandés estaba siendo tratado de un melanoma, el cáncer de piel más grave.
Nacido en Nueva York en 1930, McCourt pasó una difícil infancia en Irlanda, de donde era su familia, experiencia que le sirvió de inspiración para su novela más conocida Las cenizas de Ángela, publicada en 1996, cuando el escritor tenía más de 60 años de edad y tras 30 años del ejercicio de la docencia en un colegio.
Dos años después de Las cenizas de Ángela, "un libro modesto, escrito modestamente", como lo definió McCourt, salió a la luz Lo es (Tis), que retoma la acción donde acababa su obra anterior y relata sus aventuras como inmigrante en Estados Unidos. En 2005 llegó El profesor (Teacher Man), obra en la que McCourt cuenta sus inicios en la enseñanza y los retos que suponía ser un profesor de instituto inexperto en Nueva York. Su último libro, Ángela y el niño Jesús ( Angela and the Baby Jesús), fue publicado en 2007.
Las cenizas de Ángela ha sido traducida a una treintena de idiomas y en 1999 la historia dio el salto a la gran pantalla con Alan Parker como director y Emily Watson y Robert Carlyle en los papeles principales.
***
FRANK McCOURT Escritor: entrevista.
"El profesor' es la entrega más difícil de mis tres libros autobiográficos"
EDUARDO LAGO - Nueva York -
El País, 17/05/2006;
Resulta difícil asociar el lujoso edificio de apartamentos situado en las inmediaciones de Central Park donde vive Frank McCourt (Brooklyn, 1930) con las fétidas viviendas donde, según cuenta en Las cenizas de Ángela, siendo niño, el hambre le obligó a chupar los papeles de periódico que habían servido para envolver raciones de pescado con patatas. Pero basta que empiece a hablar para darse cuenta de que la voz que oímos, limpia de todo artificio y sentimentalismo, es la misma que recorre sus libros de memorias. El último de ellos, titulado El profesor (Maeva), tercera entrega de su autobiografía, es una evocación de sus largos años de dedicación a la enseñanza. El escritor, que estuvo ayer en Madrid y presentó su libro en la Residencia de Estudiantes, respondió a esta entrevista hace unos días en Nueva York.
Pregunta.-¿Por qué esperó hasta los 66 años para decidirse a publicar su primer libro?
Respuesta. -Toda mi vida he anhelado escribir, fue mi deseo secreto desde que uno de mis maestros de primaria, Mr. O'Halloran, me dijo que mi verdadero destino era la literatura, pero no tuve oportunidad de ponerme a ello hasta que me jubilé de la enseñanza.
P. -¿Hubo libros en su infancia?
R. Muy pocos. Un día aparecía alguien con un libro y nos lo íbamos pasando hasta que lo leían varias familias. Ahora mismo me parece estar viendo un ejemplar de Huckleberry Finn, que no sé cuantísima gente acabó leyendo. Cuando abrieron la Biblioteca Carnegie, los adultos tenían derecho a un préstamo de dos libros. Mi madre sacaba una novela de amor para ella y un libro de historia para nosotros. Lo de escribir era impensable, ni siquiera teníamos papel.
P. -¿Recuerda sus primeras lecturas?
R. -Descubrí a Shakespeare cuando enfermé de tifus y me llevaron al hospital. Durante la convalecencia, leyendo una Historia de Inglaterra totalmente desvencijada y medio rota, me tropecé con unos versos de Enrique VIII, que me conmocionaron. Años después, ya en América, el dueño de un pub de la Tercera Avenida, el Costellos's, un pub que luego he sabido que era frecuentado por celebridades del mundo de la literatura aunque entonces yo no tenía la menor idea de aquello, me dijo: "No pierdas el tiempo aquí haciendo lo mismo que el resto de los irlandeses, vete a la Biblioteca Pública y léete Las vidas de los poetas ingleses, de Samuel Johnson". Y eso es exactamente lo que hice.
P.-¿Quiénes fueron sus modelos literarios?
R. -Siempre me ha gustado mucho P. G. Wodehouse. De joven leí con fruición a Dickens. El escritor que más admiro es Mark Twain, por su naturalidad. Como lector, me apasiona Beckett, pero cuando escribo lo rehúyo para evitar su influencia. En cuanto a Joyce, el Maestro, tiene demasiados registros como para considerarlo un modelo.
P. -¿Le resultó doloroso escribir Las cenizas de Ángela?
R. -El tema es mi infancia en Irlanda, que fue durísima. Lo peor de todo fue escribir acerca de mi padre, que era alcohólico y abandonó a su mujer y a sus cuatro hijos, dejándonos inmersos en unas condiciones de pobreza extrema. Es algo que hasta el día de hoy no he conseguido entender. Dicen que el alcoholismo es una enfermedad... No sé, de una enfermedad como el cáncer no hay escapatoria, pero de un bar sí es posible huir. Ésa fue la parte más difícil: contar lo que hizo mi padre sin juzgarlo. A raíz de ello empecé a pensar en lo mucho que había sufrido mi madre, y empecé a sentirme culpable, porque durante sus últimos años no siempre fui todo lo considerado que hubiera podido ser con ella. Esa parte también fue muy dura.
P. -El último capítulo del libro consta de sólo dos palabras: "Lo es", palabras que sirven de título a su siguiente libro.
R. -En realidad, se trata de dos entregas de un libro único cuyo título iba a ser Las cenizas de Ángela, y que comprendía desde mis primeros recuerdos hasta la cremación de los restos de mi madre y el traslado de sus cenizas a Irlanda. Iba por la mitad del libro cuando mis editores de Scribner me hicieron ver que el regreso de la familia a Nueva York marcaba de manera natural el fin de una etapa, por lo que era aconsejable que ahí terminara un primer libro. Y tenían razón. En Lo es doy cuenta de mis experiencias desde mi regreso a Nueva York con 19 años hasta la muerte de mi madre, de modo que en realidad es el segundo libro el que se hubiera debido titular Las cenizas de Ángela.
P. -¿Cómo fue la experiencia del regreso?
R. -Recuerdo perfectamente el día que llegamos. El barco enfilaba hacia la desembocadura del Hudson cuando rompió el alba y el sol se fue elevando hasta anegar de luz los rascacielos. Parecía que los edificios de Manhattan estaban hechos literalmente de oro. Fue un espejismo, por supuesto. La vida que me esperaba fue muy dura. Yo carecía de educación, ni siquiera había terminado el bachillerato, no tenía confianza en mí mismo, era tímido y solitario. No me atrevía a acercarme a las chicas, estaba confundido. Hice toda clase de trabajos, cogí algunas clases nocturnas. Cuando estalló la guerra de Corea me obligaron a incorporarme al Ejército y me destinaron a Alemania. Fue una decisión que la historia tomó por mí. Tomé algunos cursos y a la vuelta seguí la carrera docente.
P. -¿Fue distinto el reto de escribir El profesor?
R. -Tardé cinco años en terminarlo, mucho más que los otros dos, y es la entrega más difícil. No sabía cómo contar la historia de mi vida como profesor. Al principio quise que fuera una novela, porque la ficción te permite decir cosas que no se pueden decir en una autobiografía, pero no funcionó. La realidad no dejaba de interferir ni un momento.
P. -¿Qué planes tiene ahora que ha cerrado el ciclo de su autobiografía?
R. -Estoy escribiendo una novela.
P. ¿Lo encuentra más fácil o más difícil?
R. Más difícil. No me tengo que preocupar de que la gente sea reconocible o no, que fue la mayor dificultad que me planteó El profesor. Puedo dejar la imaginación completamente libre, pero técnicamente es un reto mucho mayor.

Hugo Chávez

Chávez lo quiere todo
El presidente venezolano acumula un poder sin precedentes refrendado por la Asamblea
El País, 20/07/2009;
Durante algún tiempo hubo motivo para dudar; el presidente venezolano Hugo Chávez tuvo siempre un talante autoritario, pero en sus primeros años de Gobierno fue relativamente cauto. Hoy ya está, sin embargo, claro que lo quiere todo. Y por los graves errores de la oposición, que le regaló con su omisión en las urnas la Asamblea, puede permitirse hacerlo dentro de una legalidad a su medida. Así es como se va forjando el Estado que encarna el llamado socialismo del siglo XXI, sistema que, sin embargo, ya se conocía en la historia como capitalismo de Estado; un capitalismo, en buena medida social, pero regido por la más absoluta arbitrariedad, por los aleatorios deseos del líder.
El último avatar de esta ofensiva para la dominación de todos los resortes del poder será la aprobación, probablemente antes de fin de año, de la ley sobre la propiedad social, que así enunciada, no debe de sonar mal, puesto que hasta la Iglesia sostiene que ese derecho no puede ser nunca irrestricto. Pero ocurre que la ley, acogida con nutrida división de opiniones, es un ejemplo de cómo entiende Chávez la gobernación, pensada como está para legalizar a posteriori la estatalización o confiscación de industrias alimentarias y tierras de labor, así como tiene hoy ya en el punto de mira a los medios, con la anunciada revisión de las condiciones de emisión de cerca de 300 radios y televisiones del país.
La pugna latinoamericana entre chavismo
y antichavismo abarca cada vez más teatros de acción, como el forcejeo diplomático sobre Honduras, en el que Venezuela opera, si bien con extraordinaria truculencia, junto a las democracias para exigir el restablecimiento de Manuel Zelaya en la presidencia contra los golpistas de Roberto Micheletti; y, a tenor de un informe del Congreso norteamericano, se extiende, por añadidura, al ominoso terreno del narcotráfico. Según estas fuentes, Venezuela se habría convertido en un gran puerto de embarque de la droga con destino a EE UU, lo que desmiente airado el presidente Chávez.
La última batalla, sin embargo, no se ha perdido todavía. Parte de la opinión nacional ha reaccionado muy críticamente contra la propuesta de ley sobre la propiedad, y la presidencia ha congelado para consultas el proyecto. Chávez aún no lo tiene todo. El autoritarismo avanza, pero ecos de la libertad y del pluralismo aún se hacen oír en Venezuela.

El caso Martí

Ricardo Alemán Itinerario Político
El Universal, 20 de julio de 2009;
Martí: ¿quién se va?
Si no lo hacen por razones éticas, por una mínima responsabilidad con la sociedad que les paga su salario, los encargados de procurar justicia en el DF —el señor Miguel Ángel Mancera y sus policías que fabrican delincuentes— debían renunciar por vergüenza elemental. Claro, si es que la conocen.
Pero además —y ante las evidencias apabullantes de que Mancera no sólo inventó culpables en el caso Martí, sino que recurrió al más ofensivo control de daños mediático para ocultar su fracaso—, Marcelo Ebrard está a tiempo de enmendar la plana de lo que podría terminar en su Waterloo rumbo al 2012.
Es decir, si insiste en mantener a Mancera y éste sostiene el engaño de que El Apá y socios son culpables del crimen del niño Martí, desde hoy y hasta julio de 2012 habrá mucho tiempo para que se construya la imagen de un presidenciable —como Ebrard— capaz de todo tipo de trampas y engaños a la sociedad, con tal de alcanzar el poder. Claro, si no es que el autor del engaño es el propio Marcelo.
Hace poco más de un año —luego de la tragedia de la familia Martí—, el patriarca, Alejandro, acuñó un reclamo célebre de lo que puede y debe hacer la sociedad frente a la ineficacia del Estado y sus instituciones —a través de esa institución social fundamental que es la opinión pública y sus leyes—: “Si no pueden, renuncien”. Entonces, todos lo recuerdan, Ebrard aceptó el reto. Pronto, el procurador Mancera sorprendió a todos con la versión moderna de La Paca —la vidente que delirante dijo que Raúl Salinas era un asesino—, y anunció que El Apá comandó a los asesinos del niño Martí.
Hoy ese teatro mediático está en el suelo. Y la imagen de Marcelo podría terminar ahí. Hoy Mancera se meterá más al lodo cuando intente justificar lo injustificable ante parientes de personas secuestradas y organizaciones
contra el secuestro. Los ofenderá por partida doble ya que el secuestro es la mayor ofensa a un ciudadano por la incapacidad oficial. Y es que todos ellos tienen certeza de que Mancera fabricó a los culpables del crimen. Y algunos incluso advirtieron a Alejandro de los engaños de Mancera. Y si Marcelo defiende el engaño de Mancera, será arrastrado. ¿Quién le va a creer?
Lo curioso es que el caso Martí es parte de los fracasos de gobiernos de izquierda en impartir justicia: crímenes y tragedias como los de Paco Stanley, Loboombo, New’s Divine, Casitas del Sur, Vargas, Martí y Equihua son muestra. Marcelo quiere ser presidente en 2012. ¿Esas son sus cartas? No, así no, Marcelo.
EN EL CAMINO
Por cierto, ¿dónde estaban la CDHDF y la CNDH en el caso de El Apá? Mera duda.

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