Elena Garro,
la Mujer de Octavio Paz.
Octavio
Paz se casó con Elena n 1937, con quien se fue a España ese año para apoyar
la causa republicana. Procrearon una hija: Laura Helena, “La Chata”; Veinte años duro el matrimonio, en 1957 se
divorciaron.
En 1968
Garro se autoexilio del país a raíz del movimiento estudiantil y residió 20
años en España y Francia. Años después- en 199-3 regreso a México, dijo
entonces "siempre cambiar a mi edad es asustante, pero quedarme allá lo
era más. Mi hija estaba empeñada en venirse a México..." Dijo que tantos
años fuera de su país le significaron "mucha pena" y afirmó que no
perdió contacto con la literatura mexicana: "Yo leía a los escritores de
mi país, pero ellos no me leían a mí...
Elena Garro, tenía en sus lectores preferidos a
Homero, Aristófanes, Cervantes, Novalis, Ernst Junger, Shakespeare, Dante,
Goethe, López Velarde, Vasconcelos, Martín Luis Guzmán, Alfonso Reyes, Juan
Ruiz de Alarcón, (ah) y la poesía de Octavio Paz...
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Excelente reportaje de Rafael Cabrera en
Reforma, publicado en tres partes, del al 3 de marzo de 2012.
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La
historia detrás de la novela que gestó el realismo mágico había iniciado.
En junio de 1952, Elena Garro parte junto con su
hija rumbo a Tokio, donde se reuniría con Octavio Paz
Reforma, primera
parte 1 de marzo de 2012.
Resguardado
en el Archivo General de la Nación (AGN) y en el Archivo Histórico Genaro
Estrada de la Cancillería, un conjunto
de cartas y telegramas reconstruyen la enfermedad que casi mata en 1952 a la
incipiente narradora Elena Garro y cómo, su entonces esposo, el poeta y
diplomático Octavio Paz, gestionó ante el Gobierno mexicano su traslado de
Tokio hacia Berna, Suiza, para salvarle la vida.
La correspondencia diplomática resulta, vista
desde nuestros días, una paradoja: Garro es exhibida como un ser anónimo, sin
luz ni personalidad, jamás es mencionada por su nombre, únicamente es la
mujer de Paz, pero de esa crisis de salud y su posterior convalecencia surgió
la obra que, al paso de los años, le daría su lugar en las letras del mundo.
Los documentos que narran este pasaje poco
documentado hasta ahora de la vida de Garro, se encuentran en los acervos de
la correspondencia personal del ex Presidente Miguel Alemán Valdés
(1946-1952), en el AGN, y en el archivo personal de Octavio Paz que guarda la
Cancillería.
Oriente lejano
La historia de la familia Paz Garro en Tokio
inició el 8 de mayo de 1952, cuando Octavio fue designado como encargado de
negocios con el fin de restablecer las relaciones entre México y Japón, rotas
por el Gobierno de Manuel Ávila Camacho a raíz del ataque japonés a Pearl
Harbor en 1941.
Su tarea fue preparar el camino para un
Embajador.
Elena y Octavio se casaron en 1937 en la Ciudad
de México y formaron la que era considerada una de las parejas más bellas de
la época: ella era rubia, de 21 años y estudiaba Letras en la UNAM. Él,
apuesto y de ojos azules, de 23 años y pasante de Derecho, según consta en el
acta de matrimonio, conservada en el expediente del poeta.
A los pocos meses de casados viajaron a España,
durante la Guerra Civil, para el Segundo Congreso Internacional de Escritores
para la Defensa de la Cultura. Ahí convivieron con poetas y artistas como
Pablo Neruda, César Vallejo, Silvestre Revueltas y David Alfaro Siqueiros,
entre otros.
En 1939, la pareja tuvo a su única hija, Laura
Helena Paz Garro, conocida en la familia como "La Chata". Nació el
12 de diciembre, un día después del cumpleaños de su madre, y los acompañó a
los países donde Paz tuvo obligaciones como diplomático.
En mayo de 1952, Paz estaba en la representación
mexicana en Nueva Delhi, India, mientras Elena y su hija vivían en Francia.
Fue entonces cuando el Gobierno los envió al lejano oriente.
"Gírense las órdenes necesarias a fin de que
el C. Octavio Paz, Segundo Secretario del Servicio Exterior adscrito a nuestra
Misión Diplomática en Nueva Delhi, India, se traslade a la ciudad de Tokio,
en donde quedará acreditado con el carácter de Encargado de Negocios a.i.
ante el Gobierno del Japón", señala el acuerdo firmado por el entonces
Canciller, Manuel Tello Baurraud.
A semanas de emitida la orden de traslado que lo
convertía en el diplomático mexicano de más alto rango en Japón, Paz recibió
de Relaciones Exteriores las órdenes de pago para viajar y establecer a su
familia en Tokio.
Los tres recibos conservados, fechados el 26 de
mayo, detallan que Paz recibió 178 dólares para su instalación en Tokio, 78
dólares de viáticos para él, Elena y su hija durante el viaje, y mil 243
dólares por concepto de los pasajes aéreos desde Nueva Delhi.
Los documentos sugieren que la Cancillería
desconocía que Elena y su hija no vivían con Paz, sino en París, pues el
dinero enviado era para pagar el traslado de los tres desde Nueva Delhi.
El poeta arribó a Tokio el 5 de junio para
instalarse en las habitaciones del Hotel Imperial y comenzó a experimentar
los altos costos de la vida en la posguerra y la devastación causada por las
bombas atómicas lanzadas por Estados Unidos en 1945.
El 8 y 13 de junio, Paz envió extensas cartas al
Canciller Manuel Tello, describiendo su situación económica, sus necesidades
apremiantes y cómo fue recibido. No dudó en juzgar a Tokio como "la
ciudad más cara del mundo", por encima de Nueva York o París. Las cartas
muestran al poeta ante lo ordinario de la vida.
La carestía no impidió que Paz supiera comprender
el espíritu y dignidad del pueblo japonés e incluso que juzgara a esa
sociedad como superior a la europea.
"Mis primeras impresiones son muy
favorables. Me ha sorprendido la cortesía y gentileza de los funcionarios del
Ministerio de Negocios Extranjeros. También el estado –acaso aparente- de
prosperidad general. No se ven mendigos. La gente parece sana y alegre",
narra el 8 de junio.
En su carta del 13 de junio, el poeta subraya la
falta de instalaciones para la misión diplomática y el elevado costo del hotel.
"He continuado la búsqueda de casa y
oficinas, sin gran éxito por el momento. Me dicen que es mucho más fácil –y
acaso más barato- comprar una casa o construirla. A la llegada del señor
Embajador podrá verse qué es lo que resulta más conveniente. Es igualmente
difícil encontrar oficinas. Podría resolverse provisionalmente el
problema.", escribió.
Océanos de por medio
Las dificultades no fueron exclusivas de Paz, en
Francia Elena y su hija enfrentaron las complicaciones de un viaje urgente.
La escritora dejó constancia en sus diarios publicados por Patricia Rosas
Lopátegui en 2003, en el libro Testimonios sobre Elena Garro.
Elena y su hija, de 12 años de edad en ese
entonces, recibieron la instrucción de Paz, vía correo, de trasladarse solas
y de forma urgente de París hacia Tokio, a bordo del barco "La
Marseillaise".
La narración de Garro deja ver a una familia
fracturada. Madre e hija deambularon por consultorios parisinos para
aplicarse las vacunas reglamentarias contra enfermedades del continente asiático
(tifus, viruela, peste, difteria, fiebre amarilla y cólera, entre otras) y en
sólo 10 días se aplicaron las dosis que debían recibir, según las
recomendaciones médicas, en dos meses. El cuerpo se los reclamó y la fiebre
las invadió.
El 6 de junio, madre e hija partieron en un viaje
interoceánico que las llevó por Egipto, el Canal de Suez, Somalia, Sri Lanka,
Singapur y Hong Kong, hasta llegar a la capital japonesa.
Helena Paz quedó fascinada con los paisajes de la
Ruta de la Seda y la Ruta de las Especias, y probar la comida y los dulces de
Las Mil y una Noches, pero a Garro le aterró el continente asiático y
el calor le resultó agobiante.
En Japón, la familia Paz Garro se reunió para
enfrentar las penurias económicas. Vivieron en un cuarto de hotel y el gasto
para la comida estaba restringido.
Pasarían sólo dos meses para que la salud de
Garro decayera y llevara a Paz a un intenso intercambio telegráfico y de
misivas para salvar a su esposa.
La historia detrás de la novela que gestó el
realismo mágico había iniciado.
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