Revista
Proceso
# 2027, 6 de septiembre de 2015...
Inocultable, la
participación militar/ Anabel Hernández y Steve Fisher (*Trabajo
financiado con recursos del Fondo para Periodismo de Investigación y con apoyo
del Programa de Periodismo de Investigación de la Universidad de California en
Berkeley.)
Durante
un año el gobierno federal ha insistido que el Ejército no tuvo nada que ver
con el ataque del 26 de septiembre de 2014 contra los estudiantes de la Normal
Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa. Pero esta versión se desmorona con
pruebas contundentes, al ser obligada la Procuraduría General de la República a
mostrar las declaraciones ministeriales del comandante y otros miembros del 27
Batallón de Infantería, con sede en Iguala. Los soldados estuvieron al tanto de
lo ocurrido, presenciaron los hechos e incluso hay elementos para deducir que
eventualmente participaron en la represión contra los normalistas.
Integrantes
del 27 Batallón de Infantería, con sede en Iguala, Guerrero, jugaron un papel
crucial la noche del 26 de septiembre de 2014 en el ataque a los estudiantes de
la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, del cual resultaron
10 normalistas heridos, tres muertos y 43 desaparecidos.
Así
lo revelan las declaraciones ministeriales del comandante del 27 Batallón,
coronel José Rodríguez Pérez; del capitán José Martínez Crespo y 34 militares
más, rendidas ante la Procuraduría General de la República (PGR) los días 3 y 4
de diciembre pasados. Copias de dichos testimonios fueron obtenidas mediante la
Ley Federal de Transparencia.
Esas
declaraciones desmienten la versión del gobierno de Enrique Peña Nieto, que
durante casi un año ha sostenido que el Ejército nunca estuvo en el lugar de
los hechos y que ninguna instancia federal tuvo conocimiento de lo ocurrido
sino hasta varias horas después.
Los
militares confesaron lo contrario. Admitieron que espiaron a los estudiantes
desde su llegada a la caseta de cobro Iguala-Puente de Ixtla a las 19:30.
Conocieron en tiempo real todas las agresiones contra los normalistas y esa
información también la tuvo en tiempo real la 35 Zona Militar, en Chilpancingo,
Guerrero, cuyo comandante era entonces el general Alejandro Saavedra Hernández,
ascendido en diciembre último a la comandancia de la IX Región Militar, también
en Guerrero.