Pide HRW a Ulises Ruiz indagar abusos policiales en disturbios del 16 de julio en Oaxaca
Comunicado en español y en ingles
México: Se debe investigar brutalidad policial en Oaxaca
Manifestantes denuncian graves abusos de la Policía del Estado
(Washington D.C., 24 de Julio de 2007) ― El Gobernador del Estado mexicano de Oaxaca debe asegurar que se realice una investigación exhaustiva e imparcial de las denuncias sobre uso excesivo de la fuerza y detenciones arbitrarias por policías durante un enfrentamiento con manifestantes en la Ciudad de Oaxaca el 16 de julio, señalo hoy Human Rights Watch. El lunes 16 de julio, durante una marcha de miembros y simpatizantes de la Asociación Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) en la Ciudad de Oaxaca, se produjo una violenta confrontación con la policía municipal y estatal. La policía lanzo gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes mientras que ambos grupos lanzaron piedras. Human Rights Watch ha recibido informaciones creíbles de que la policía llevo a cabo detenciones arbitrarias, detuvo a personas que se encontraban en coches y autobuses, y golpeó a detenidos. “Si el gobernador Ulises Ruiz esta comprometido con el mantenimiento de la ley y el orden público en su estado, debe asegurar que las denuncias de brutalidad policial sean investigadas y los responsables sancionados,” dijo José Miguel Vivanco, Director Ejecutivo de la División de las Américas de Human Rights Watch. El enfrentamiento ocurrió cerca del auditorio público donde se lleva a cabo la celebración cultural Guelaguetza. La APPO había anunciado su intención de tener una “Guelaguetza popular” como alternativa a la que organiza el estado. Al parecer, la policía golpeó brutalmente a algunos de los detenidos quienes requirieron hospitalización. Emeterio Merino Cruz, 43, fue bajado de un autobús y arrestado aparentemente por tener tierra en las manos lo cual la policía atribuyo a que había lanzado piedras. Después de varias horas bajo custodia policial, Merino Cruz fue transferido a un hospital con lesiones que ameritaron cirugía. Después de una semana, permanece hospitalizado en terapia intensiva. Funcionarios del Estado de Oaxaca inicialmente informaron que hubo un total de 40 detenidos de los cuales cuatro requirieron atención médica. La Subsecretaria de Derechos Humanos del Gobierno de Oaxaca, Rosario Villalobos, reconoció públicamente que los policías estatales incurrieron en “uso excesivo de la fuerza” y acepto que el Gobierno tendrá que asumir su responsabilidad en estos excesos. “Evidentemente las autoridades del Estado de Oaxaca tienen el deber de investigar a cualquier manifestante que haya violado la ley durante los disturbios del 16 de julio,” dijo Vivanco. “No obstante, la policía estatal y otros funcionarios también tienen el deber de respetar los derechos fundamentales de los detenidos en conformidad con el derecho internacional de los derechos humanos y la Constitución Mexicana.” Human Rights Watch instó al Gobernador Ulises Ruiz a garantizar que todo policía bajo investigación por presuntos crímenes sea suspendido inmediatamente del servicio. Con el fin de evitar violaciones similares en el futuro, Human Rights Watch recomendó al Gobernador advertir a la fuerza pública que el trato abusivo no será tolerado bajo ninguna circunstancia, y que los funcionarios que incurran en estas prácticas serán destituidos de sus cargos y estarán sujetos a investigaciones penales.
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Mexico: Probe Charges of Police Brutality in Oaxaca
Protestors Allege Serious Abuses by Oaxaca Police
(Washington, DC, July 24, 2007) – The governor of the Mexican state of Oaxaca should ensure that officials conduct a thorough and impartial investigation into allegations of excessive use of force and arbitrary arrests by police following a July 16 confrontation with protestors, Human Rights Watch said today.
If Governor Ulises Ruiz is committed to law and order in his state, he should ensure that alleged brutality by the police is thoroughly investigated and that those responsible are prosecuted."
José Miguel Vivanco, Americas director of Human Rights Watch
On Monday, July 16, a protest march by members and sympathizers of the Asociación Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) ended in a violent confrontation with police in the state capital Oaxaca. The police fired tear gas canisters, as both marchers and police attacked each other with stones.
Human Rights Watch has received credible reports that police carried out arbitrary arrests, pulling people from passing cars and buses, and beating those in custody.
“If Governor Ulises Ruiz is committed to law and order in his state, he should ensure that alleged brutality by the police is thoroughly investigated and that those responsible are prosecuted,” said José Miguel Vivanco, Americas director of Human Rights Watch.
The confrontation took place near the public auditorium where the Guelaguetza, an annual cultural festival, is being held this month. The APPO had announced its intention to hold a “popular Guelaguetza” as an alternative to the state-sponsored event.
Police reportedly beat some of those arrested so severely that they needed to be hospitalized. Emeterio Merino Cruz, 43, was taken off a bus and arrested, reportedly because he had dirt on his hands, which police attributed to his having thrown stones. After several hours in police custody, he was transferred to a hospital with injuries that required surgery. He remains hospitalized in critical condition a week later.
State officials in Oaxaca initially reported that a total of 40 people were detained and four required medical attention. The undersecretary for human rights for the state of Oaxaca, Rosario Villalobos, publicly acknowledged that there had been “excessive use of force” by the police and said that “the government will have to take responsibility for” these actions.
“We recognize that the state of Oaxaca has a duty to prosecute any protestors who broke the law during the disturbances,” said Vivanco. “But as state police and other officials carry out their law enforcement duties, they also have an obligation to respect the basic rights of detainees enshrined in international human rights law and the Mexican constitution.”
Human Rights Watch urged Governor Ruiz to ensure that any police officers being prosecuted for alleged crimes are immediately suspended from service. The governor should also issue instructions to state security forces that abusive treatment will not be tolerated under any circumstances, and that officers of all ranks who are responsible for such practices will face disciplinary action, including loss of their jobs and criminal prosecution.
Fuente: Human Rights Watch.
Ego sum qui sum; analista político, un soñador enamorado de la vida y aficionado a la poesía.
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